Pocos eran los mensajes que recibía del joven, asumió que era por estar ocupado. Lo entendía, por lo que no encontraba motivos para enojarse o algo parecido, tampoco él era de mandar recaditos a cada momento, pero si le gustaría poder charlar un poco con su amante, por lo menos para escuchar su voz, lamentablemente se encontraba ocupado con el trabajo extra en el que ahora se había metido.
La jornada ya le parecía dura y ahora enterarse de que debía reunirse con la de cabellera roja lo tenía fastidiado. Caminaba por los pasillos de la universidad, esquivando a unos cuantos jóvenes que no terminaban de madurar y jugueteaban estorbando el caminar de cualquiera. Su ceño se notaba fruncido. Fue directamente a la oficina de Charles que era ocupada por el momento por aquella mujer.
Se topó con la joven asistente del castaño, Kitty parecía algo ocupada, sólo alcanzó a decirle que podía pasar y se retiró. Inhaló hondo antes de abrir la puerta, al pasar, sus fosas nasales se vieron invadidas por el olor fuerte del perfume que la joven llevaba. Su nariz picaba y sentía ligeras ganas de estornudar, se talló el puente de la nariz para evitarlo y terminó de entrar, viéndola ahí sentada en un lugar que no le pertenecía.
-Profesor Howlett, me alegra verlo. – la mujer se levantó del asiento y rodeó el escritorio para poder estar frente a frente con Logan. Quedó a un metro de distancia, cosa que agradeció el hombre puesto que el olor del perfume se intensificaba con su cercanía. Probablemente era su cabello el que soltaba el aroma, cada vez que se movía despedía el olor.
-Usted me mandó a llamar, así que dígame ¿Qué es lo que necesita? Estoy algo ocupado planeando la clase de arte, no es mi fuerte así que me gustaría estar preparado.
-Lo entiendo y le pido una disculpa por haberlo metido en esto, pero fue la primera persona que me pasó por la cabeza para ocupar el puesto temporal. Intentaré buscar a alguien más si le causa muchas dificultades. – la voz de la chica era suave, lamía sus labios un poco después de cada frase, era inevitable no notarlo. Logan se reprendió mentalmente, se había distraído mirando sus labios, ladeó la cabeza y escuchó de nuevo la voz de la mujer. – Lo que me interesa en este momento es tener listo el plan de trabajo que impartirá las siguientes semanas, tendremos varios eventos y me parece que algunos intervienen con sus clases así que me gustaría le diese un vistazo y de acuerdo a eso modificar los planes de clase para no atrasar a los jóvenes.
-Bien, puedo traerle mañana el plan de trabajo para que lo revise. Si es todo, entonces me retiro.- se dio la vuelta esperando poder salir pero la mano de la chica lo detuvo al tomarlo del hombro.
-En realidad me gustaría ver el plan de trabajo para esta noche.- su mano se deslizó con suavidad por ese hombro hasta soltarlo.
-Debe estar bromeando, no tengo suficiente tiempo para entregárselo hoy. – no pretendía voltear a verla, se estaba enojando.
-Si se le dificulta, después de las clases podemos armar el programa juntos, así le doy el visto bueno de una vez.
No le agradaba la idea de quedarse más tiempo en la institución, pero así se la sacaría de encima el siguiente día por lo que terminó aceptando y sin querer escuchar nada más, se retiró.
Mentiría al decir que no estaba enojado,sus venas se marcaban en la frente, ya estaba fastidiado. Sintió la vibración del teléfono en su bolsillo trasero, chasqueó la lengua y se detuvo cerca de la entrada del salón al que le tocaba ir y revisó el número. Era un mensaje algo simple, preguntando como se encontraba y pidiendo disculpas por no poder escribirle mucho. Algo tan sencillo como ese mensaje logró alegrarlo un poco.
Se esforzaría por él, tenía que estar bien en la ausencia de Charles. L e respondió y se adentró a la clase.
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No quería demostrarlo, pero era notable la ansiedad que lo invadía. A cada momento mordía un poco sus labios dejándolos más rojizos, sus orbes azules no dejaban de observar el reloj que tenía en la muñeca. No prestaba su completa atención a la mujer sentada frene a él, sólo quería que todo terminara e ir al hotel para darse un baño.
Escuchó un carraspeo, lo cual hizo que su atención regresara a la señorita.
-Es la primera vez que un hombre me ignora joven Xavier. ¿Está en las nubes?- Charles tosió un par de veces y compuso su postura en el asiento. Se encontraban en un restaurante, al parecer una reunión propuesta por la directora de la institución.
-Disculpe mis malos modales. ¿Podríamos retomar la charla?
-Me parece que lo mejor será dejarlo para mañana. Lo he notado algo ausente desde que llegó. Tenemos tiempo suficiente para llegar a un buen acuerdo durante los siguientes días, así que no hay problema con que hoy tengamos una charla fuera del ambiente laboral. ¿Qué lo tiene tan distraído?
-Una mujer curiosa por lo que veo. Simplemente veré a alguien con quien comparto una amistad muy amena.
-Debe ser alguien muy especial si se ha dedicado a mirar el reloj desde que tomó asiento. ¿No será que tiene una cita? De ser así no me gustaría hacer que pierda el tiempo estando aquí conmigo.
-No, para nada estoy perdiendo el tiempo con usted. No es una cita, sólo una salida entre viejos amigos.
-Ya veo, las viejas amistades son las mejores.
-Puede compararse con el vino. Entre más añejo, mejor.
La charla no duró mucho tiempo, después de media hora ambos decidieron irse. Charles por su parte regresaba al hotel, primero le marcaría a Erik para confirmar la salida. La línea sonaba pero se demoraba en contestar, estaba decidido a colgar hasta que escuchó la voz ronca que lo saludaba.
-Lamento interrumpir si es que estas haciendo algo del trabajo, pero te marcaba para confirmar la salida.
-No tienes de que preocuparte, iré con gusto a tomar algo contigo. Te esperaré en la entrada del bar. ¿Tienes bien la dirección?
-Si. Entonces nos vemos allá.
Colgó, quedándose mirando el teléfono que se posaba en su mano. Estuvo unos minutos ausente, al regresar en si, se dispuso a tomar un baño y ponerse ropa cómoda.
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No podía esconder la pesadez de sus ojos. Sus hombros parecían estar más tensos que en la mañana y no era para menos. Estar con la pelirroja no le daba mucho gusto.
No dejaba de estar serio, agradecía que otro profesor estuviera ahí, así podía ignorarla un poco.
-Señorita Grey, me parece que la mayoría de los eventos serán efectuados durante las horas que imparto clases.
-Lo siento, no me fijé cuando acomodé los eventos, vi después los horarios de los profesores. Pero ya no puedo hacer modificaciones.
-Me temo que no puedo hacer un buen plan de trabajo viendo el poco tiempo disponible que me queda con los alumnos.
-Debe haber algo que se pueda hacer. Hay algunas conferencias de temática histórica. ¿No cree que puede contar para su clase? - a pesar de estar sentados en sillas algo separadas, la mujer se inclinaba intentando quedar más a su lado.
-No me parece la mejor idea. Ellos no toman apuntes, no creo que alguno se concentre realmente en las conferencias.
-Claro que se concentraran si lo hace parte de la calificación. Si gusta puede faltar a un par de eventos para que tomen sus clases adecuadamente pero deben acudir a la mayoría.
Logan suspiró resignado, realmente estaba odiando su día.
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Caminaba a prisa, el taxista lo había dejado algo lejos y ya de por sí se había retrasado.
El viento nocturno movía las hebras de su cabello. Estaba cerca, sólo le faltaba doblar en una esquina y llegaría. Pensaba en que probablemente no vería a Erik fuera del establecimiento, tal vez ya había tomado asiento y pedido algo.
Pero no, al doblar se topó con que aquel tipo alto estaba firmemente parado en la puerta del bar. Se quedó un momento contemplándolo, veía como movía su cabeza a los lados y revisaba su teléfono . Probablemente esperaba un mensaje del castaño.
No pudo evitar reír ante aquella escena. Caminó captando su atención, acercándose a él.
-Lamento la demora. ¿Te tuve mucho tiempo esperando?
-No, yo llegué hace unos instantes. Creí que te habías perdido. Ya estaba pensando en acudir a tu rescate.
Compartieron una sonrisa, sin demorarse más, entraron al bar. Un lugar bastante amplio y en orden. Si bien no era uno lujoso, tenía un ambiente agradable.
Tomaron asiento en una esquina, casi escondidos de los demás clientes. Pidieron algo de vodka. La plática era cómoda, las palabras se deslizaban de sus bocas sin cesar.
Las sonrisas fueron más notorias por parte del de ojos azules, claro que Erik mostraba un poco sus labios curvados.
-Cuando te fuiste no dejaste nada con lo cual pudiera contactarme contigo. ¿Tanta era la prisa? - bebía un poco, dejando que aquel liquido se deslizara por su garganta, mientras veía como el otro bajaba la mirada.
-Lo siento Charles, tenía que tomar una decisión rápido y no lo pensé. Sólo me alejé de todos. Intenté contactar con Raven un par de veces pero no tuve éxito. Luego, tan sólo me sumergí en el trabajo y olvidé contactarme.
-Entiendo, el trabajo es algo importante. Después de tu partida me sentí algo sólo. Bueno, estaba Hank pero aunque él sea mi amigo no es lo mismo que contigo.
Un silencio los invadió, se estaban sumergiendo en la nostalgia.
-Lo siento.- Erik rompió el silencio. El más bajo no comprendía la disculpa y estaba dispuesto a preguntar pero se vio interrumpido. - Lamento no haber estado ahí cuando sucedió lo de tus padres.
-¿Cómo sabes eso?
-Fue transmitido en las noticias, supongo que fue por el hecho de que vienes de una familia prestigiosa. Cuando supe eso me dieron ganas de regresar a ver como estabas, pero estaba en medio de varios casos. De verdad lamento no haber estado en ese momento para apoyarte. Tú estuviste ahí cuando te necesité.
-Erik...- un nudo se hizo en su garganta. Recordar aquellas cosas no le gustaba. La relación con sus padres no era la mejor, en especial con su madre pero los amaba. Tenerlos en la mente cuando se está consumiendo alcohol no era lo mejor. La humedad en sus ojos aumentaba, sentía que si pronunciaba algo terminaría cediendo al llanto.
Erik notó como se estaba poniendo su compañero, así que aprovechando que estaban en una zona casi escondida, se inclinó sobre la mesa para alcanzarlo y rodearlo con sus brazos, quedando el rostro del otro escondido entre su cuello y hombro.
Sentía la tibieza de las lagrimas que salían, no se escuchaban sollozos. Sólo un par de suspiros que salieron sin querer de sus labios. Se sentían bien de esa forma, el calor que se transmitían era acogedor.
Con cuidado fue deshaciendo el abrazo y regresó a su lugar. Viendo mejor al joven.
-Eres el único que me ve así de vulnerable.- limpió su rostro con una servilleta. -Gracias por estar aquí Erik. Realmente te extrañé.
-Yo también te extrañé Charles.
Se miraron fijamente y compartiendo una ligera pero sincera sonrisa, continuaron tomando y platicando. Sin darse cuenta del sentimiento que brotaba en ellos.