-¡Has algo destino! ¡Sé que puedes!-la luz se mantenía quieta ante los reclamos de Wally.
-El destino no responde a los caprichos de un niño-dijo con pesadez Jason recordando las palabras que alguna vez escucho de la anciana, acercando su mano a la Dick.
-¡Jason!-le grito Wally mirándolo con odio, aunque sin poder negar sus palabra.
-“Mi trabajo aquí ah terminado”-dijo Nabur desvaneciéndose y dejando ver una nave a lo lejos.
-Dick…Dick…-Wally se acerco, acariciando con delicadeza su rostro, podía sentir un débil latido aún en su pecho-no te mueras…-dijo soltando lagrimas encima de él, Jason se quedo en silencio, observando a ambos y dirigiendo una última mirada hacía ellos, levantándose.
-Wally…-el pelirrojo lo miro sin separarse de Dick-aún hay tiempo…ve por ellos-dijo señalando la nave- ¿puedes hacerlo?-pregunto casi con amabilidad, colocando una mano debajo de la cabeza de Dick-¡Si no lo haces morirá!-le grito para despertarlo de su shock, haciendo que el velocista desapareciera en dirección a la nave
-…me…mentiroso…-el ojiazul, aún con sus ojos cerrados murmuraba demasiado bajo, apenas audible para el ojiverde.
-Es demasiado inocente para entenderlo-dijo Jason sentándose a su lado.
-no te…lo perdonara…-dijo sintiendo como Jason lo acomodaba en sus brazos y el frio empezaba a apoderarse de su cuerpo.
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Pasaron 3 años desde aquel día en que Hush acabó con uno de los suyos, la liga había triunfado a un costo demasiado elevado y aún así Luthor seguía moviéndose como si nada hubiese ocurrido, como si el jamás hubiera tendido nada que ver con ese evento, y, la liga como era de esperarse, seguía al cuidado de los demás ciudadanos, sin embargo; ese día, más que cualquier otro una reunión los esperaba en la atalaya.
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– ¡Ey Flash!-un hombre corría al de rojo quien estaba sentado en el parque de Star City - ¿Eres Flash de verdad no?-dijo el hombre sacando su celular, el de rojo le sonrió.
-En persona, déjame adivinar, quieres un foto mía cierto?-el hombre solo asintió embobado por conocer a uno de los héroes más famosos de la liga de la justicia.
-¿Donde esta chico flash? ¿hoy no viene contigo?-El justiciero sonrió a punto de hablar, pero una voz en su oído lo interrumpió.
-“Por favor Flash, deja de perder el tiempo en esas cosas y ven a la reunión”- una voz seria se escuchaba en el comunicador.
-Jeje, será para otro momento-dijo separándose del hombre que le había pedido la foto.
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-Bruce-el hombre murciélago vigilaba todo desde uno de los rascacielos de la nublada gótica
indiferente al aniversario de los miembros del equipo caídos-ya pasaron tres años-el silencio fue lo único que escucho como respuesta el hombre de acero, resignándose y pasando de largo a través de la cabina, desde ese día ya no era más agradable, ni siquiera mantenía aquel código por el cual era famoso, al contrario, era aún más severo y brutal con sus enemigos-Dick no hubiera querido que estés de esta forma-dijo despidiéndose de su viejo amigo.
-o-
Poco a poco el salón de los caídos se iba llenando dejando ver a los antiguos y nuevos miembros acercarse, todos se formaban y esperaban una especie de palabras luctuosas de parte de Superman-¿Llegara tarde de nuevo?-pregunto un hombre alto, pelo negro y una sonrisa casi agradable.
-Es bueno verte sonreír Cooner- una mujer rubia, alta, delgada y con una mascara de tigre se paro junto a él.
-A M’gaan no le gustaría lo contrario-contesto serio más no frio ni distante-¿Cómo siguen tus manos?-pregunto amable mirando como los hologramas de los viejos amigos empezaban a encenderse.
-No volveré a usar el arco, creí que después de dos años en tratamiento podría hacerlo pero…-ella lo miro, alzando los hombros y las palmas enguantadas de naranja-creo que no hay nada que hacer-Cooner agacho la mirada.
-Lo siento-dijo apenado por la noticia.
-No te sientas mal superboy-un pelirrojo con antifaz se acercaba a ellos-ella tiene más habilidades, además-agrego el recién llegado-no necesitamos otro arquero en el equipo-ella le sonrió sarcástica.
-Con tus capacidades “Arsenal” quizá sí-ella no parecía afectada a sorpresa del joven ojiazul, desde el día en que quemaron sus manos parecía una persona completamente distinta, había madurado, incluso, ella misma se había prometido no volver a abandonar el equipo.
-¡Chicos!-un hombre alto y pelirrojo se acercaba a ellos, con una sonrisa amable- ¿Todavía no llega?-dijo mirando a los lados.
-Lo siento Barry, creo que Star city todavía es un desafío demasiado grande para él-dijo la rubio mirando como una ráfaga roja entraba en la sala, resbalándose y frenando justo enfrente de ellos.
-¡Claro que no!-grito Flash apenas sosteniéndose de sus rodillas-lo que pasa es que Allen no me sigue el paso-dijo señalando con el pulgar hacia tras dejando ver al menor de los velocistas en un traje amarillo.
-Dejen de comportarse como niños, si tienes el manto de Flash debes usarlo adecuadamente-dijo Barry cruzándose de brazos-Aqualdad esta haciendo un gran trabajo en Atlantis y tu no te estas portando a la altura-terminó su regaño, pero no parecía tener un efecto mayor en su sobrino.
-Lo sé tí, lo sé-dijo Wally quitándose la mascara, dejando ver las pecas en su rostro.
-Te dije que no perdieras el tiempo-dijo Artemisa mirándolo sería.
-¡Pero quería una fotografía! No podía negársela-dijo tratando de excusarse haciendo reír a su pequeño grupo, escuchando como se aclaraban la garganta para hacerlos callar y dar comienzo a la ceremonia.
—Se que aún es doloroso pero…aún no sabemos si esta muerto…—Dijo la rubia cuando el holograma de Nightwing se mostraba imponente justo frente a ellos, un héroe caído, un amigo perdido, algo que Wally detestaba ver.
—…Eso es verdad…—La voz altanera y enfadosa de un hombre familiar se escucho a travez del comunicador de Flash, este se dio un paso atrás…lo reconocía—No se te ocurra levantar la voz—amenazo el hombre y flash se mordio el labio casi con odio, llamando la atención de Artemisa.
—¿Pasa algo Wally?—pregunto la rubia y el hombre negó, pero se dio la vuelta para salir de aquel lugar.
—¿Como te atreves a hablarme después de lo que hiciste?—escupió Wally enfadado, pidiendo a Artemisa que parara de seguirlo con un gesto.
—No me interesa hablar de eso—escucho la voz del otro lado decirle—…creo que se donde esta…—los ojos de Wally se agrandaron, habían pasado tres años, tres años en los que no tuvo ninguna pista de Jason, mucho menos de Dick—…pero no te agradara saberlo…—
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Un color rojizo brillaba en la penumbra de lo que parecía el infierno mientras los clavos de un ataúd era removidos con magia obscura, dejando que el cuerpo de un hombre se levantara de su sueño—¿Este era su traje?—la voz de un hombre enmascarado se escucho burlesca al ver el color azul y al ave que formaba en el traje negro.
—Guarda silencio sino quieres despertarlo—Una voz femenina, aquella que escucho en el mundo de color blanco, advirtió a su “compañero” sobre su comentario.
Las lagrimas rojas del hombre recién levantado teñían su propio traje de un color rojo sangre, modificando su ave azul por un ave completamente carmín—Wally…—su mente parecía tener una especie de shock, pero una mano enguantada le ofrecía ayuda para levantarse, mano que ignoro como si no existiera.
—Te dije que no serviría, deséchalo de nuevo—la voz gruesa del hombre enmascarado volvió a quejarse y un infierno a su alrededor se mostro como paisaje alrededor suyo.
—…puedes escucharme Nigwtwing?—una mano casi blanca, como si de la muerte se tratara se extendió al viejo héroe—no intentes respirar…no podrás…—la voz llegaba hasta sus oídos pero parecía no escuchar.
—Parece que el muchacho esta muy deteriorado—una llamarada cerca de ellos hizo al hombre sacar un baston de doble punta con fuego en cada una, uno muy similar al que usaba Nightwing, al parecer alguien los buscaba con ahínco.
—Jay…—dijo otro nombre y se abrazo a si mismo, mientras las imágenes pasaban por su mente una y otra vez recordando cada aspecto de su vida.
—Lo ves…—aquel hombre se preparaba para una pelea—no será capaz de hacer algo útil—advirtió el hombre avistando demonios a lo lejos.
—Te equivocas—la mujer no dejaba de ver el ataúd robado, observando como los ojos azules adquirían un todo obscuro y poco a poco se recobraban para teñirse de carmín.
—El amor lo hizo obsoleto…—dijo el hombre preparado para pelear cuando su bastón le fue arrebatado, algo similar a una gárgola intento atacarlo, pero no hizo nada, el demonio había sido derribado.
—Cállate Slade—la voz fantasmal del hombre recién levantado hizo sonreír a la mujer—…debo agradecerle a él también Raven?—pregunto con seriedad a la mujer de capa obscura, mientras ella volvía a ponerse la capucha y le negaba con un gesto de su rostro—bien, hay que salir de aquí—