Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En busca de Asami Ryuichi. por hermanas yaoi

[Reviews - 349]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Saludos queridas  lector@s, al parecer he vuelto a retrasarme, pero que mejor forma de iniciar el año que actualizando.

Una disculpa para Kaname 18,  no me dejaron escribir por las posadas y esas cosas.

Terromix gracias por el nombre de la detective.

Un saludo para Ryuichi y  todas las que me apoyan que no las nombro por exceso de letras pero llevo presentes todo el tiempo al redactar el capítulo, les dedico el escrito,  porque si no hay quien lo lea,  tampoco quien lo escriba.

Les deseo un feliz año nuevo.

Kazz.- que conste que recompenso la espera brindándoles  un cap. Bastante extenso, ojalá y no las decepcione, o aburra XD

…si encuentran errores hay los disculparan…

P.V. Ryui.

¿¿Qué va hacer qué?? Y para colmo la gruesa puerta de madera impide que escuche más allá de susurros y consejos malintencionados, hasta donde llevo el hilo ese tipo quiere mandarme a un albergue, eso no es bueno,  apenas estoy ideando como lograr un cambio en Otōsan para que ese cuatro ojos quiera echarme así de fácil ¿Qué haré?, ¿Qué haré?

-oye mocoso no sabes que escuchar detrás de las puertas es de pésima educación- me dice una voz fastidiosa  a modo de regaño.

-eso ya lo sé, pero igual gracias por la recomendación, ahora si no es mucha molestia- murmuro sin voltear agitado la mano para que se largue.

-¿Cómo te atreves insolente? Acaso no sabes ¿de quién soy hijo? -ufss lo que faltaba si un loco, ¿que se sentirá extraterrestre o qué?, a mí que me importa de dónde allá salido, menos quienes sean sus padres.

-pues si no lo sabes tú ¿cómo esperas que lo sepa yo?- termina colmando mi paciencia y me giro para deshacerme de él encontrándome con.

-serás idiota no te estaba preguntando porque no lo supiera, yo soy hijo nada menos que del destacado fiscal  Kuroda Shiinji- alardea  delante de mí un un…

- eres lindo.- digo en voz alta admirándolo de pies a cabeza, un verdadero modelo de chico, siendo la primera vez que soy  cautivado  por una persona que no sea Okāsan o Kotori-san.

A simple vista de unos 14 o 13 años, evidentemente mayor que yo, alto, de piel  blanca, cabello entre rojo y negro, ojos castaños y mirada poco amigable.

-¿Qué rayos balbuceas? Soy varón y tú también- ¡oh además piensa! ¿Qué más puedo pedir?, un segundo dijo ¿Kuroda?

-¿eres hijo del cuatro… es decir del tipo que está adentro de la oficina?

-sí, ¿Qué no escuchaste?-entonces es  pariente del cuatro ojos  que quiere lincharme, bueno pues nada en esta vida es perfecto, ¿Qué se le va hacer?- además ¿tú quién eres? nunca te había visto en Sion, ¿por qué estabas escuchado detrás de la puerta? Más vale que me expliques.

-tranquilo te contare pero no aquí…- no quisiera que Otōsan saliera  y  empeorara mi situación. De esta manera consigo que el una vez presentado Sakai Kuroda  me acompañe a dar una vuelta encubriendo algunas de mis respuestas. Dejándole claro el único hecho que justificaba mi comportamiento de espionaje por no decir otra cosa.

-¿su hijo?, no sabía que Asami-sama tuviera un hijo y mi papá lo conoce desde siempre.

-pues lo soy, pero a él no le gusta mucho hablar de mi - aunque si es verdad lo que Sakai dice su papá puede poseer gran influencia en mi  Otōsan, lo que significa que…

-He Ryui- saludan a lo lejos los mellizos  pero al direccionarnos a donde se ubican parecen impactarse.

-¿Ryui que haces con Kuroda?- pregunta Kei tensionado.

-¿Kuroda? No te parece que le hace falta el –sama- añade él  de manera altanera.

-no- agrego viéndolo con seriedad expresando el disgusto que me provoca el que se crea superior a ellos- kei, kai su nombre es Sakai, viene conmigo- presento intuyendo que ya se conocen.

Por su parte se queda en silencio, reservado. Agradándome más.

-ah y que tal te fue Ryui, ¿Asami-sama no fue severo contigo?-introdujo tema Kai relajando un poco las cosas.

-más o menos, creo que de cacharme en otra corro el riesgo de que me envié  directo a la cárcel – o  servicios sociales que de  inmediato me regresarían a Fukuoka.

-entiendo, que tal si mejor jugamos atrapadas  un rato, estamos a poco de la terraza, podemos usar el pasillo de arriba que es poco circulado para  pasarnos la pelota.- beisbol, no es mala idea e integrando casi a la fuerza también se une  Sakai.

-lo digo en serio, yo no soy ningún niño para andar con ustedes, por si no se han dado cuenta soy todo un hombre.

-sí, bueno no quiero decepcionarte pero recién me parece estas entrando en la adolescencia, así que te falta un rato para llamarte hombre-levanto los hombros explicándole su triste verdad.

-mi padre dice que hombre no te hace la edad, sino tus acciones y decisiones-conversa lanzándome la pequeña pelota, que recibo y paso a kai dentro de un cuadrado hecho por nosotros.

-interesante reflexión Sakai-kun-comunica Kai enviando la pelota a su hermano mayor.

-¿y exactamente cuáles son tus acciones y decisiones que te otorgan el  calificativo hombre?- regresa la esfera a Sakai con notoria burla.

-já, no es algo que tenga que  discutir con alguien de tu  clase.

-  ¿clase? Porque no eres más específico ha, o será más bien que no tienes nada que presumir “Sakai”-plantea molestando  al pelirojo que se limita a estrujar la pelota.

-ustedes dos ya basta-ordeno casi anticipando una pelea.

-relájate Ryui él es solo un cobarde- asegura colmando la paciencia de Sakai.

-¡por Dios que no te has visto a un espejo solo eres el hijo de un gato que sirve a Ryuichi-sama!- insulta lanzándole el objeto con todas sus fuerzas   directo a la cara, pero kei lo esquiva fácilmente por lo que la esfera se impacta  contra una vitrina activando al instante una alama que dentro resguardaba haciendo sonar con estruendo sirenas de  emergencia por todo el edificio.

Los cuatro quedamos mudos ante el sonar del  hecho.

La pequeña pelota de goma regresa de su revote a mis pies y sin motivo la recojo. Pensando ¿Cómo salir de esta?

 

P.V. Marcus.

Ryui. Ese fue el nombre que los hijos de Kirishima dijeron al cogerlo del brazo, ¿pero de donde carajo Salió?, ¿Y desde cuando esta con Asami? Pero más importante  ¿Quién  es su madre?... Jin si, ese idiota debe saber algo. De inmediato tomo el móvil comunicándome al momento.

-¿Qué sabes acerca de un niño que dice ser hijo de Asami?

Jin comienza a informarme- estúpido ¿por qué no me dijo en cuanto lo vio?, al parecer apenas llegó con Asami ayer, y su paternidad como imagine  está en duda. -como sea, necesito que investigues al crío, busca entre sus cosas, alguna identificación debe traer consigo, no me importa cuál sea su objetivo, vamos a deshacernos de él antes de que lo cumpla.

Finalizo la llamada cuando repentinamente las alarmas de incendio se dejan escuchar, salgo de la oficina en la que me encontraba y veo como el corporativo evacua con cautela y rapidez.

Apoco de integrarme a la retirada noto la presencia de Kirishima, el fiscal y Asami  renuentes a salir de Sion, en cambio parecen ascender al piso superior.

Y al recurrir a  un guardia de seguridad me comunica  que fue la alarma de esa área  la que se activó.

Interesante. Admito dirigiéndome a ese punto.

 

P.V. Asami.

Imposible… No dejaré que nadie se meta en mis asuntos, nunca lo he permitido y aunque sea un buen amigo no tengo porque escucharlo.

Ryui dijo que Takaba vendría, pues lo esperare, ya lo he hecho por ocho años…  no me importa si tiene una vida formada sin mí, no pienso dejarlo escapar, no esta vez.

-Kuroda… ni se te ocurra involucrar más personas, ese chico está bajo mi cuidado, Akihito vendrá a recogerlo dentro de poco, hasta que eso suceda yo me encargare de él.

-estás haciendo justo lo que Takaba quiere- …Akihito, desde que le conocí  hasta el día en que lo perdí, en el fondo de mi alma creo que siempre he hecho lo que a él se le antoja, pero ahora sé que es porque  yo quiero complacerlo, no estoy seguro que sea lo que busca enviando a su hijo conmigo, pero…

-¿Qué rayos?- reacciona Kuroda a las alamas de emergencia que suenan improvisadamente a todo volumen por Sion, enseguida actuamos saliendo, Shinji en busca  de su hijo Sakai que le acompañaba y yo a Ryui.

¿En dónde puede estar?- me vuelve a la cabeza su figura saliendo por la puerta, carajo  ¿Qué hago?, ¿y si le pasa algo? No, no, imposible, ¿Cuántos años dijo que tenía?, demonios porque siento tan perturbadora presión…yo ni siquiera le aprecio.

Otra vez  casi lo podía  ver sonriendo del mismo modo que Akihito.

-Asami-sama- topamos con Kirishima que como nosotros busca  a sus hijos.

Reflexiono   –debe estar con ellos, y sin pensarlo dos veces le sigo con prisa ignorante aún del riesgo que acecha el edificio.

Aunque si, lo distinguí al instante al lado de  los hijos de Kirishima y el de  Kuroda, la presión en mi pecho continuaba turbado mi tranquilidad.

Al acercarnos lo suficiente noté vidrios rotos y a Ryui con un objeto el cual  disimuladamente parece ocultar.

-Asami-sama, me alegra que todos estén  bien- dice Marcus que recién llega -Ya inspeccionaron las instalaciones, pero no encuentran causa de evacuación- comunica viendo fijamente a los niños.

-¿Qué fue lo que pasó?- interrogo a Ryui directamente seguro de su participación en el escandalo- ¿no vas a contestar?

-Ryui…-reaccionan los mellizos en un susurro.

Pero el sigue indispuesto a dialogar, como si me retara al guardarse lo ocurrido.

-Mírame cuando te hable  ¡responde fuiste tu!- me hace desesperar, pero ni alzando la voz Ryui  cambia. Hoy después  de mucho por fin alguien logra irritarme y preocuparme tanto, descendiente de  Akihito tenía que ser- me separo un poco de él e intento calmarme.

-¿mejor dime si eso quieres oír?- deja escuchar  serio y cortante con las pupilas  puestas sobre mí… carajo ¿Por qué me tiene que recordarme  tanto a Takaba?

-Kirishima, llévalo con Draco, que lo devuelva  al departamento no lo quiero aquí- ordeno saliendo del lugar como huyendo de un recuerdo, comprendiendo mejor los consejos de Kuroda respecto a la sombra de Akihito en mi vida.

 

P.V. Sakai.

No puedo creer que Ryui…kei y kai… no me delataran.

¿Por qué? ¿Acaso quieren que este en deuda con ellos?, maldición, Asami-sama le habló con tanta dureza  y aun así tuvo valor para enfrentarlo.

-Ryui-kun- le llama Kirishima atendiendo las órdenes de Asami-sama. Mientras yo solo le puedo ver como tonto, enmudecido por la presencia de mi padre.

-Hey “Ryui”-detiene mi Otōsan- como  ves, aquí y en la vida de Asami no pasas de ser una molestia, deja de perder el  tiempo y llama a Takaba para que de una vez por todas  desaparezcan, en eso él es experto- ¿Takaba?

-… con todo respeto señor,  guarde sus palabras para alguien con disponibilidad de escucharlas - aclara saliendo sin siquiera voltear a verme.

No puedo soportarlo y sin permiso  de mi padre  salgo a encontrarle a un centímetro del elevador que lo llevaría abajo.

-Ryui…- murmuro desconociendo los motivos que lograron  arrastrarme hasta él.

Al verme, solo Dios con que expresión, sonríe de manera natural, infantil y atractiva, una mueca imposible de siquiera imaginar en el rostro de Asami-sama, su padre.

-lástima que tus frases  no vayan más allá de poesía- dice  a modo de reproche amablemente pasándome la pelota causante de todas las contrariedades.

Al escucharlo con tal seriedad mi corazón late y al cerrase las puertas metálicas me acosan unas  ansias por  seguirlo…

Ryui,  ¿Quién eres?

 

P.V. Jin

Un crío hijo de… de quien sabe que zorra cualquiera es el inquilino infiltrado enano que según yo, espero y le rezo a todos los dioses no regrese.

Asami no solo le prefirió a él por sobre mí, sino que me dejó como  acompañante  un costal de pulgas con dientes de sobra que me hizo salir del apartamento casi medio día, afortunadamente, sí, soy todo un hombre volví con refuerzos  y velando  por mi propia seguridad me encargué  de  encerrarlo muy bien en el cuarto de huéspedes,  ocupado seguramente  por ese chiquillo.

Flashback

-a su p#t:$ madre llamen a control animal, los bomberos, ¡la policía! por favor saque esa bestia de mi departamento- le exigí  al gerente pero…

-Imposible Hayashi-san, Asami-sama me pidió personalmente que cuidara de ese perro y de usted- ¿?

-Ósea ¿Cómo?, hasta el perro tiene prioridad sobre mí-que wuey, sufro en silencio- pero si algo me pasa espero que este preparado- amenace con un toque dramático, si así soy yo.

Fin de flashback

Después de aquello  me dedique a atender  la encomienda que Marcus tan amablemente me otorgó, aunque para mi mala suerte identificación, credencial, acta de nacimiento, o cualquier documento de existencia fue inútil de buscar, en su mochila no había más que una laptop protegida por un código, un especie de libro infantil, una llave, algo de dinero y  una cámara de marca reconocida que decidí confiscar.

Digo, no es como si al enano le sirviera de algo tan cara herramienta de trabajo porque  yo si soy fotógrafo, ah y de los mejores.

De pronto el sonido de la puerta dividiéndose  me pone alerta y de la sala me asomo ligeramente al pasecillo- si allí se encuentra el mequetrefe con expresión de haber metido la pata, je,je de seguro mi chiki lo corrió por engreído, muy sonriente que salió del apartamento a tempranas horas y ahora parece cercano al llanto.

Quizás  un empujón a la  dirección correcta y se marche, después de todo Marcus dijo que nos deshiciéramos  de él antes de que cumpla  sus objetivos, o algo así…

 -parece que alguien no tuvo un buen día- digo en voz alta  apenas se larga él guarura que lo trajo.

Tan sorprendente que asusta, los ojos del  crío  me contemplan  fijamente acercándose lentamente- Asami -pasa por mi cabeza-no, no-entre nervioso recuerdo que colgado por medio de un listón traigo conmigo la cámara que tomé de su mochila. 

-¿de dónde sacaste eso?-señala directamente a  mi pecho, medida  que toma el objeto.

-¿esto? es una cámara ¿Qué no las conoces?- finjo consiente del reclamo.

-Es mía.

-pues no veo tu nombre escrito, ¿por cierto cual dijiste que era?- ash con eso de los disgustos si me lo dijo ni me acuerdo.

-…tan lento eres, no lo mencione- dice a balanceándose  sobre mí  con intenciones de arrebatarme la cámara. Por supuesto lo evado.

-tranquilo, quizás te la devuelva siempre y cuando respondas a mis preguntas- indicó descolgándome su pertenecía. Al instante  comienza a inspeccionar el departamento con la mirada, seguramente preguntándose en donde estará su pulgoso amigo.

-no estoy obligado a responder- continua con su postura vandálica sonriéndome como si pusiera a prueba mi autoridad -pésima decisión-finjo dejar caer el artefacto y casi automáticamente el crío cambia  de  carácter.

-¿y bien? Vas a querer de vuelta el resto de tus baratijas ¿o no?, más vale que hables-Tick, tack, tick, tack.

-¿Dónde está Dango?

-no lo maté si es lo que quieres saber. Ahora responde ¿Quién eres y qué te propones?-interrogo al enano señalándolo descaradamente.

-…a estas alturas ya deberías saberlo, soy hijo de Asami, puedes llamarme Ryui.

Parece seguro de sí mismo-sonrió inconscientemente-habrá que cambiarlo.

Ja,ja,ja-comienzo con una sonora carcajada-si tú eres el hijo de Ryuichi yo soy el presidente de Japón-comparo viéndole desde arriba- a ver pequeña sabandija, ¿tienes una idea de ¿cuantos “supuestos hijos” la han querido achacar a mi amante?, pues muchos- bueno yo le supe de uno nomas pero eso él no lo sabe- así que recapacita y medita la penosa mentira que te echaron, porque definitivamente eso es los que  tu “mami” te dijo, Asami no es tu papá y lo mejor es que te vayas, regresa a tu casa. No tienes nada que hacer aquí- acalorado eso  le regreso su camarita –al fin que ni la quería. Mientras el  tal Ryui se queda absorto observando la cámara.

-no tengo pensado quedarme–pausa contemplándome – además no hables de mi Okāsan como si lo conocieras…ah y si te atreves a tocar una  vez más mis cosas… te mato.

¿¿AHH?? Pero  que vibra más- no sé porque de pronto hasta un escalofrió me ataca.

-ja,ja, mira como tiemblo- alardeo con sarcasmo-no me das miedo, eh-le hago saber pero pasa de mi dirigiéndose a su cuarto, diablos- Me digo al recordar que encerré al animalote ese allí - entre me como las uñas ideando que hacer-pues ni modo, no dejaré que ese chamaco saque su as del cuarto.

-¿pero qué?- reacciona al momento  de sentirse empujado  dentro de la habitación, actuando inmediatamente cierro  la puerta con llave.

-oye curuleco ya basta esto no es divertido, déjame salir- alega desde el interior, pero apenas imagino a ese perro cerca de mí.

Fantasía.

-pagaras caro haberme llamado sabandija-dice luciendo un  semblante de asesino mientras su figura se acrecienta expandiendo su sombra de la cual salta el canino rabioso – ¡Dango ataca!- grita con ira.

-¡noooo, ASAMI SALVAME!-el perro se lanza a mi pecho arrebatándome el aliento.

-viví bien-susurró en agonía desangrándome.

Fin de fantasía.

-¡para que tu bestia me mate!, si como no-me recargo sobre la madera.

-créeme no me quieres de enemigo JIN-¿eh? ¿Pero cómo es que este sabe mi nombre?, será cosa del chamuco-¡nooo! Por eso odio a los niños.

-ya cállate, claro que no quiero tenerte de enemigo, por Dios eres un mocoso, es más no quiero tenerte y punto, pero aquí sigues.- ¡carajo!

…después de escuchar a ese dolor de muelas y su perro por casi una hora finalmente dimitió. Oh dulce y preciado silencio-suspiro al momento de servirme té-ese chico asusta un poco, lo mejor será mantenerlo bajo llave, mmm reconsidero al pensar en Asami- mejor retiro el candado  para que Ryuichi no sepa que discutí con su supuesto escuincle- Je,je que wau soy-reconozco apreciado la vista de la cuidad por la noche.

 

P.V. Asami.

A poco de volver al departamento veo por última vez la imagen que  Ryui dejo caer el día de su llegada- Akihito luce cansado pero feliz, lo suficiente para sonreírle a la cámara.

Akihito no me cansare de preguntar ¿en dónde estás?, en cambio no por qué te fuiste, solo espero con ansias una segunda oportunidad y mientras tu hijo permanezca conmigo sé que la obtendré.

Me adentro al departamento testigo de un extraño silencio acompañado por un  murmullo de televisión.

-Ryuichi, bienvenido- saluda Jin levantándose del sofá para coger mi saco. Luciendo un short considerablemente corto junto a una playera entallada.

-¿en dónde está Ryui?

-¿Quién?-sonríe nervioso eludiendo la incógnita.

-¿quieres que te repita la pregunta?

-…ah, Ryui, no es que lo había olvidado, lo que pasa es que llego de pésimo humor y se encerró en el cuarto de visitas con su animalejo- comprendiendo sus palabras me dirijo a la habitación-de hecho no deberías molestarlo, es más ha estado tanto allí que de seguro su perro habrá ensuciado todo …

-no es necesario que me sigas y si tan preocupado estas por los destrozos llama servicio de limpieza- indico silenciando su boca.

Al entrar el Dóberman bien entrenado reacciona reconociéndome para a continuación entre chillar a mis pies como pidiéndome algo- al parecer es un perro muy especial- salgo del cuarto sin ver a Ryui para atender las necesidades del canino - ordeno a uno de mis hombres el que lo saquen y regreso a donde el diablillo duerme o finge descansar.

Nuevamente en la habitación me dirijo a la cómoda encendiendo  la lámpara de burock.

Completamente vencido Ryui parece dormir sobre las cobijas tontamente aun con zapatos, como prometió que lo haría.

Un suspiro rompe la tranquilidad del cuarto, imposible de contener al recordar los estragos causados en Sion por este chichillo. Su parecido con Akihito es apenas perceptible al mismo tiempo que notorio, al menos para mí. 

Intento levantar su liviano cuerpo para arroparlo topándome con un libro de curiosa portada.

El mafioso y su fotógrafo, ¿Qué clase de título es este para un libro infantil?, me pregunto al tomar el escrito de la cama  mientras me dispongo a hojearlo.

Era hace  una vez –tradicional forma de iniciar un cuento infantil - un fotógrafo independiente como el viento, que soñaba con alcanzar las estrellas y coronarse como el mejor-… inevitable de inmortalizar, Akihito -cierto día durante su trabajo el hombre que tenía por  jefe le pidió investigar  a una persona, pero no cualquier persona, una que provenía de las sombras más oscuras de un abismo símbolo de maldad.

El mafioso, guapo, intrépido de mal carácter pero buen corazón de ojos profundos y destellantes como el mismísimo sol de abril, brillaron  por primera vez al coincidir con  su fotógrafo.

Él, a diferencia del mafioso no le agradaba en lo absoluto su pretenciosa presencia, pero el mafioso se encargó de que ambos se conocieran a fondo  e  hicieran  buenos amigos.

Más que una amistad entre ambos creció y se fortaleció un lazo de cariño más fuerte, quizás amor, quizás respeto.

Sin embargo la diferencia  de mundos atormentaba al fotógrafo, el cual sin saberlo se volvía blanco de personas que deseaban dañar al mafioso.

Serpiente  de mar, llegado desde una isla lejana  de cabellos negros y belleza similar a la flor de loto  guardaba un secreto  doloroso  de amor por el mafioso, el cual lo impulsó a tomar preso a aquel que llamaba su atención, su fotógrafo.

El mafioso asustado por perder la presencia de su fotógrafo acudió de inmediato al rescate, aunque eso no lo sabía el fotógrafo, aun  así él espero pacientemente casi como una luz que surge  entre tinieblas, la más remota de las  esperanzas a que ese hombre de corazón frio lo rescatara.

 Una lucha a mar abierto  desato olor a pólvora por los vientos del sur, el fotógrafo comprendió y ayudo a sanar el dolor que ahogaba el alma de serpiente  de mar consiguiendo su libertad y pase de vuelta al lado del mafioso, que un poco celoso acepto gustoso los zafiros que volvían a él.

Cerca del vivieron felices para siempre, el fotógrafo consiente del amor que sentía hacia el mafioso  decidió entregarle todo, en cambio el mafioso no podía hacerlo, aunque lo deseaba  sus obligaciones eran demasiadas…

Poco a poco el hilo que creyeron los unía  se desgasto…  entonces el fotógrafo le pido consejo a la luna testigo de su melancolía. Ella afligida de verlo sufrir decidió regalarle  una de esas estrellas que tanto buscaba alcanzar, un lucero que cuidar y velar, que alumbraría sus días y noches haciéndolo sonreír sin necesitar nada más.

Aunque al principio el fotógrafo dudó partir con su estrella decidió que era lo mejor, además que el mafioso no se quedaría solo, ya que por su belleza nocturna tenía alrededor muchas personas que cuidaban de él  además de hermosas amigas que por montones le ofrecían su corazón.

Por lo que el fotógrafo emprendió un largo viaje por   un sendero lejano al  del mafioso, para ser feliz con su estrella.

 

Apenas termino  de leerlo un sabor amargo inunda mi paladar… ¿Qué clase de final es este para un cuento?, que pésima lectura digo para mi acariciando las letras redactadas  a mano por Akihito.

-Okāsan…- murmura Ryui entre sueños, cierro el libro dejándolo de lado y termino de arroparlo despojándolo también de  su calzado.

¿Y si estuviera equivocado?, ¿si Kuroda y yo lo estuviéramos? ¿De verdad existirá una posibilidad de que Akihito…? Él, él. Verdaderamente  ni yo mismo se cuánto deseo verlo. A ese grado que ya dejó de importarme si eres o no parte de mi… mientras lo seas de él, te protegeré.

 

P.V. Ryui

No sé por qué a pesar de todos los problemas  durante mis sueños puede sentirme tranquilo, como si Otōsan me quisiera y Okāsan estuviera a mi lado, juntos  como deseo verles.

-¿a ver choky  a qué hora piensas pararte?-Tiran de los cobertores repentinamente arrebatándome  el agradable letargo que disfrutaba.

-ah vaya pero si es mi carcelero, ¿Qué quieres curuleco?- de inmediato pienso-¿en dónde está…

-¿curu-que? Como sea, tu mascotita esta con Asami, por cierto espero que sepas guardar secretos ¿ah? –dice me supongo refiriéndose a la reclusión prestando absoluta atención a mis facciones - ¿Qué rayos es eso? ¿Lentes de contacto?- comenta a lo que salto de la cama  para verme al espejo, imposible-había perdido uno de mis ojos negros- realmente con lo ocurrido olvidé retirarme los pupilentes  quizás al momento, talle mis ojos y así lo extravié- pues sí lo son déjame decirte que tienes pésimo gusto niño, al menos los míos son azules y naturalmente verdes, pero los tuyos son negros y falsamente azules con dorado, que fraude-se cruza de brazos sin imaginar que en verdad no lo son, que idiota. Medito en silencio riendo por  el  tipo de  razonamiento que le predomina. Al poco rato abandona la habitación y sé que tengo que hacer lo propio, aunque me preocupo  de imaginar a Otōsan en la sala ¿seguirá molesto?-“no lo quiero aquí” –fue lo que dijo, la verdad yo tampoco quisiera estar aquí pero…-Okāsan- no hay de otra, domesticar a Otōsan puede ser la única solución, hasta no verificar que sea una amenaza en lugar de una ayuda no hay manera que le revele la ubicación y estado de  Okāsan- suspiro hondo-realmente se siente extraño despertar en un departamento de lujo, tan lejos de mi hogar.

Salgo de la habitación con un cambio de ropa un poco flojo,  Dango al verme acude a mí,  a diferencia de Otōsan que ni siquiera se inmuta   y continúa revisando papelería, de trabajo probablemente.

-¿Qué tal dormiste?-pregunta de la nada al acercarme en silencio.

-bu…buenos días, bien creo-ahora sin el par de  pupilentes obscuros de nada sirve dejarme uno, aunque…-pausa  su trabajo por un segundo y me mira-¿lo notara?

Eterocromía parcial, una condición poco frecuente que ocurre cuando ambos iris presentan distintos colores,  ahora sé de donde herede ese rasgo genético, de ojos dorados indispuestos a perecer ante unos azules. Otōsan y Okāsan.

-… ¿Qué es eso? Tus ojos… ¿no eran negros?

-igual que los de Jin eran Azules ayer,  pero hoy son  verdes, a eso llamo curiosidades de la vida ¿no crees?

Ni si, ni no, prefiero que Otōsan descubra por si solo lo que sea verdad o mentira.

- … por la tarde tendré un compromiso imposible de cancelar- cambia de tema sacando a flote  su itinerario.

-Ryuichi no me digas que  estás hablando del nombramiento Sion 2016 ha mejor club del año- parece interesante-porque sabes perfectamente lo mucho que deseo ir, además tú ya me lo habías prometido… por favor -  ah parece que la madrastra quiere lucirse, interesante-ya siento unos cuernos alzarse  sobre mi cabeza - ¿eh?- cuando siento los ojos de Otōsan y su curuleco sobre mí.

-ordena tu desayuno y alístate, saldremos-indica levantándose  para realizar una llamada.

Entonces nadie me dice que onda con la fistesilla, en fin no creo que sea la gran cosa. Jin parece molesto de tener que invitarme más que como amigo como boleto de entrada, me pregunto qué pasaría si me opongo a asistir, sería una buena forma de molestarlo, pero prefiero ir para analizar con mayor detalle la relación de esos dos como pareja.

De un momento a otro los cuatro salimos a bordo de la limosina, que bien que Dango logró filtrarse  esta vez, aunque  no estoy seguro a  donde vamos, posiblemente  no a  los edificios Sion, me pregunto qué será de Kei, kai y Sakai, ¿los volveré a ver?-me viene a la cabeza aquello de la alarma –probablemente no.

-llegamos señor-anuncia el conductor, Draco- el tipo que me devolvió a casa ayer, parece buena persona, por lo que no lamento cederle el cuidado de Dango por un rato.

Al bajar yo- Esto no puedes ser- ¡WAU! ¿Que aquí en Tokio todo es tan genial?- me digo al apreciar tan enorme tienda que solo de fuera se ve de primera,  las enormes vitrinas dejan a la vista  lo que contiene mostrando  joyería  y maniquís que lucen ropa elegante, en un ambiente por demás lujoso.

-¿a qué vinimos?-mejor dicho a que vine, ¿Por qué me trajeron?, ¿acaso luzco millonario? Siento que me cobraran por pisar el suelo.

-Jin encargó un traje a medida, además yo también necesito  uno, así que aprovechemos tal vez encontremos algo que te quede.

-que cueste menos de 2000 yenes por favor- ya que ese es mi capital.

Continuamos caminado hasta entrar por completo, imposible no mirar a todos lados nunca había estado en un lugar como este-hey Ryui si quieres puedes darme la mano para que no te pierdas-se burla el mediocre sustituto de Okāsan.

-ja,ja, no gracias-preferiría cortármela antes de tener que estrecharla contigo.

Alrededor de tres chicas tan atractivas como amables nos dan atención.

-bienvenido Asami-sama, Jin-kun, ¿eh? –se pregunta al verme-o vaya un niño, ¿es suyo Asami-sama?- pero con una mirada de pocos amigos evade la incógnita  logrando intimidar a la linda administradora que consiente le ofrece una reverencia en silencio- Jin-kun su traje de sastre está listo en el vestidor siete, Asami –sama por favor discúlpeme enseguida traigo sus trajes a elegir.

-asegúrate de buscar  algunos para él- refiere a la joven para tomar asiento en un sofá de terciopelo  rojo, cogiendo una revista de calzado,  mientras el curuleco no para de enviar mensajes-sospechoso- se me prende la antena de investigación, cuando su teléfono suena de la nada anunciando una llamada-la cual contesta y cubre captando  un nombre- ¿Trabajo?- interroga Otōsan sin verlo directamente.

-eh, si ¿en dónde dijeron que estaba mi traje?- responde con voz  susceptible.

- siete -  expresa más seco que nada, que insensible es mi Otōsan, punto en contra.

Pero a Jin parece importarle un rábano y se marcha con el teléfono al oído, aparentando gusto por las prendas me muevo rápido y sin que Otōsan se dé cuenta me alejo de la sala a los vestidores, no se mucho sobre madrastras, pero algo me dice que este es de lo peor.

Allí esta. Diviso al curuleco introduciéndose al vestidor. Me acerco con intenciones de jugarle una broma, sorprendiéndome al escuchar sin querer la conversación que sostiene.

#-iré a una  reunión con Asami y  el pegoste de su disque   hijo, justo estamos comprándole algo de  ropa formal, es un desastre deberías verlo, algo me dice que sin duda llegó  del barrio más bajo-¿más bajo? Definitivamente la pagara. ¡Y a quien cree que llama pegoste, a mí ni me invitaron, por supuesto tampoco dijeron que no fuera, ¿de qué hablo?  Si a mí traen.

#- no lo siento aunque revise sus cosas no encontré  nada sobre su nombre o apellidos… su laptop, demonios no pensé que… !Oye!-  esto no es bueno, Jin está investigándome, y no solo él, hay otra persona interesada en mí, ¿pero quién? Si están enfocados en saber mi identidad es porque significo una especie de obstáculo o amenaza para ellos.

#-sí, te veo en el evento, sabes ayer por  poco bebo té con miel, ja,ja ufss  los que hubiese pasado, eh ¿oye? ¿Sigues allí? carajo me colgó-  mmn será mejor tener cuidado con él hasta averiguar quién es la otra persona con la que hablaba, de seguro se contactaran allí.

Por lo pronto.

-¡ah pero que bien me veo soy todo un guapetón, seguro que  le saco más de un suspiro a mi Ryuichi- presume en voz alta lo que me hace reír a nada de intentar salir-¿eh? ¡¿EHHH?!-gritonea forzando la puerta  asegurada y trabada por una silla- ¡estoy encerrado, alguien Ayuda! ¡Ayúdenmeeee!

-…¿qué ocurre Jin?, tienes problemas-  respondo desde el otro lado dispuesto a ayudarlo-si claro, esa ni yo me la creo.

-Ryui, querido parece que la puerta se atascó, llama a Asami o a alguien de mantenimiento- pide con tal amabilidad que dudo haber apresado el curoleco malhumorado  que llevo de  madrastra.

-… ¿enserio creíste que podías  robarme, chantajearme  y burlarte de mí  sin que me vagara- anuncio pateando la puerta con una inevitable sonrisa que se dibuja por si sola en mis labios.

-¡mocoso del demonio abre la maldita puerta o si  no! - ¿o si no que? Como si pudieras hacer algo allí dentro- ¡su teléfono!, no tranquilo si le sirviera de algo ya lo hubiera usado.

-ah ya no soy “querido”, pues lastima…la puerta se atascó y yo tengo cosas que hacer así queee- rio una última vez alejándome del lugar con la linda melodía que me regalan los chillidos, o mejor dichos  cacaraqueos del curuleco.

-¿todo está bien?- pregunta una de las señoritas que recién nos habían atendido preocupada por obvias razones.

-no se preocupe, fue la bragueta- notando enseguida el sonrojo en sus mejillas.

-ah, yo, ¿Yo debería ayudarle?

-no, estará bien, volvamos nee-chan- le regalo la mejor cara  de niño bueno al tomarla del brazo y pedirle que regresemos con papá.

-allí estas Ryui ¿dónde te habías metido y Jin?- interroga Otōsan al principio pensé con el mismo traje negro que traía puesto, pero no al parecer era nuevo.

-emmm, pues lo llamaron del trabajo y dijo que se iría primero.

-Comprendo.

-pero sabes- admito tomando asiento- estaba  pensando que cuando te veo me viene a la cabeza, Asami Ryuichi famoso empresario “de compañías fúnebres”, es decir ¿que no usas más que negro?,  en tu guardarropa tienes suficiente para acudir a veinte funerales  seguidos y te sobran, deberías probar otros colores  - medito los vistos por la tienda- rojos, azules, rosas, marrones,  amarillos.

-¿enserio?  Un traje rosa, amarillo ¿Qué te parece que soy un payazo?- discute molesto, uy parece que lo hice enfadar “otra vez”.

-bueno, jamás has escuchado “el que de amarillo se viste en su belleza confía”.- he ahí mi intento por animarlo, pero continua sin conversar mientras las  nuevas señoritas le visten y alagan.

- Okāsan – digo sin pensar- use lo que use siempre voltean a verlo.

- cállate y pruébate esos trajes, no se tu talla pero pueden hacerle algunos arreglos para  tenerlo listo por la tarde.

-en realidad no me agrada la ropa formal-igual que Okāsan prefiero ropa común y corriente, si eso quiere decir que soy de barrio bajo como me llamó Jin, entonces  creo que lo soy.

-no importa, incluso Akihito disfrutó alguna vez de ropa formal, así que pruébatelos -¿Okāsan?

-enserio, de seguro le quedaban bien ¿no?

-sí, el lucía –entonces lo noto, como al hablar de él sus ojos parecen otros, si tuviera que describirlos, diría nostálgicos  enserio quisiera saber qué fue lo que los separó   -le quedaban bien- voltea a verme sonriendo- se parece a ti- ¿eh? Qué raro, por lo regular Okāsan dice eso pero respecto a Otōsan. Será que a ambos les recuerdo una parte del otro.

-Oto...Asami-sama, siento lo de Sion-me disculpo al inclinarme, al fin y al cabo sé que si Okāsan estuviera aquí me diría, discúlpate con tu padre, aunque no sé, aun me siento inseguro de llamarlo así.

-ese libro- comenta vistiendo a mi petición un traje tres piezas en mamarón obscuro y corbata guinda- ¿no te parece que tiene un final terrible?- ¿eh? Libro.

-el mafioso y su fotógrafo- menciono el único cuento que conozco…-a lo que el indica positivamente- bueno, en realidad cuando el fotógrafo se marcha llevándose  la estrella, ese no es su final. No, al principio no lo sabía, y cuando se concluía  la lectura me sentía triste, hasta que Okāsan  me dijo, me dijo que  había dejado una hoja extra por si alguien pensaba un  final adecuado-  un final que al menos a mí no se me concedió dar, jamás pude pensar en uno, después de todo alejar al mafioso  de sus responsabilidades hubiese sido egoísta, por eso el vivieron felices para siempre solo se quedó en “un cerca del”.

 Otōsan se mantuvo en silencio, realizamos las compras y por alguna razón sentí que la confianza entre nosotros crecía.

Gracias a que deje bajo llave a Jin  pasamos el día juntos de un lado a otro, como siempre cumpliendo su trabajo, él realmente parece dedicado, además de responsable, como el mafiosos del cuento.

El día se termina y es momento del dichoso evento, de vuelta en el  departamento ni señales del Curuleco, empiezo a preocuparme ¿Por qué no utilizara su teléfono?- termino de arreglarme para verme al espejo, visto un traje cereza tres piezas con chaleco ligero  a detalles negros y corbata gris, zapatos más caros  que boletos  de tren- lo que me hace pensar-si los vendo cuando regrese, podré  pagarle a kou-Ojí todo el dinero  que me prestó, el cual aún no sabe que tomé .

-mmn no te queda tan mal-  comenta Otōsan engalanado- pero… tienes el mismo problema que  Akihito, no entienden que para lucir un traje deben pulir detalles- sonríe, un segundo Peinándome- deberías cortarte el cabello.

-sí, Okāsan me acompañara cuando vuelva.

-bien, vámonos.

No solo se trataban de un simple lugar, no, por todo el salón alfombrado de techos altos que brillaban  por la iluminación de los finos  candelabros cristalinos daban un toque entre romántico y fastuoso.

-Ryui, acompáñame y mantente en silencio- ordena con formalidad. Es raro, creo que algo en el cambió.

- Mr. Asami- saluda un hombre mayor de cabello plateado y traje negro, muy al estilo empresario.

-Lisandro Miller- nombra Otōsan estrechando la mano del otro individuo en acento italiano.

-¿oh Ma chi è questo ragazzo poco? (¿oh pero quien es este pequeñín?).

-ha è.- -(él es) Otōsan intenta componer con  dificultad, a lo que le doy una ayuda.

-Molto come il signor Miller, il mio nome è Ryui. E io sono il nipote di Asami-sama-(mucho gusto señor Miller, mi nombre es Ryui. Y soy nieto de Asami-sama)- por fin todas las clases aburridas de idiomas dan resultado reflexiono cerrándole un ojo a Otōsan, porque se lo difícil que le resulta reconocer su paternidad, ya que incluso para mí no es fácil. ¡Mejor que  sea mi abuelo!

-¿¿nieto??- repite el hombre con sorpresa moviendo su cabeza de lado a lado comparando parecido-y a  nada de comentar otra cosa Otōsan me toma del brazo con rudeza.

-Perdonami Mr. Miller- ¿Qué porque se disculpa? Pide al hombre en una leve reverencia para retirarnos.

-¿Qué diablos fue eso? –pregunta en voz baja pero notoriamente irritado.

-jamás te habían giñado un ojo, significa hay truco-  ¿Cuál es su problema?

-¿Qué? no  me refería a eso, te dije que no hablaras  ¿Por qué te presentaste como mi nieto? ¿y desde cuando sabes  italiano?- ohhh entonces eso es fue lo que le molesto- pues ni modo.

-bueno, he tenido muchos tutores de diferentes materias e idiomas, además  la verdad es que dudo que alguien me crea si digo que soy tu hijo ya que en teoría tú mismo sigues sin  creerme, además por tu edad- son cosas que se tiene que reconocer-sin duda él ya no es un muchachito.

-¿Mi edad?-  quizás no debí decir eso…

-…pero  no me dejaras mentir que  rondas por los 60, ¿o no?

-¿tu, acabas de llamarme viejo?- ups, de pronto alza la voz, pero…no me da miedo.

-padre abuelo, lo importante es el  lazo ¿no crees? –razono con una amplia sonrisa.

-¿Cuál?-¿Cómo que cual? ¡Pues de que estamos hablando!

- mucha gracias por esperarme- comparte   Jin interrumpiendo la conversación en un traje de gala  blanco complementado por una  corbata azul cielo.

-Jin ¿Por qué rayos tardaste tanto?

-Sí, Jin  en donde estuviste- ¿era un vestidor? No alcatraz.

-Tu crío del infierno, te crees muy inteligente, eh, pensaste  que después de encerrarme no vendría pues te equivocaste- grita eufórico atrayendo las miradas de todos. A lo que Otōsan le señala que debe bajar la voz, para encaminarnos a otro lugar.

- Asami tengo algo que decirte en privado por favor- ash hasta allí  llegué , me detengo para verlos a lo  lejos de píe en el balcón- lo único que tengo que hacer es concentrarme-respiro y veo con atención los labios de Jin-no estoy seguro porque pero este tipo de cosas se me da bastante bien, a pesar de eso no es como si me gustara recurrir a ello.

-no lo quiero me encerró en el armario de la tienda, Ryu has que se vaya- parece expresar por el movimiento de labios,  já no me sorprende en lo más mínimo que realice ese tipo de petición.

-… no lo haré.

-¿Por qué? es decir las posibilidades de parentesco son- ruegan tomándolo del saco intentando un beso- ¡que resbaloso!- oh dios parece película xxx

-si era todo lo que tenías que decir- define  rechazándolo por  completo-  me voy tengo asuntos que requieren mi atención, oh y encárgate de Ryui- ¿EHHH?

-¿AHHH? -¿Por qué? si todo iba tan bien-me lamento en silencio viendo a Otōsan dirigirse a mí.

-Ryui, intenta disimular cuando espíes conversaciones- murmura pasando a encontrarse con otras personas, vaya es la primera vez que me descubren tan fácilmente. Aunque…

-es una verdadera lástima Jin, creí que serias un obstáculo en  el camino, pero para Otōsan eres algo así como “la culpa”.

-¿la culpa?- pregunta el facilote.

- ya sabes, esa que nadie se quiere echar-  rechazado al 1000% por papá.

-tu pequeña pulga-  rechina los dientes con algo más que odio, pero para su mala suerte no tiene argumentos a su favor, al menos me quedo tranquilo de saber que eso de amantes es pura apariencia.

Después de eso, pase casi dos horas con Jin, que fastidio preferiría morir antes que seguir escuchándolo hablar sobre sus declaraciones a mejor fotógrafo- y mientras  sigo  jugando con una bolígrafo que me encontré debajo de la mesa –usp le descompongo derramando la tinta-rayos- justo se acerca una dama y todos se levantan-bueno no es como si quisiera quedarme más rato aquí así que- coloco la  inutilizada  pluma a manera que no la sienta en   una esquina sobre la silla de Jin. Debería agradecérmelo, cuando se levante será el centro de atención- imagino poniéndome de pie.

- Asami dijo que te quedaras conmigo, así que siéntate – ordena limitándome.  

-no te preocupes solo iré al dar una vuelta y regreso enseguida…además – le recuerdo- ¿no habías pedido un té, yo puedo traértelo?- me ofrezco amablemente.

-está bien, pero más te vale volver – concede pasando a atender el encargo, pero de camino  me encuentro al asistente que lleva su pedido.

-disculpe – me presento- el joven de traje blanco  - señalo- cambio de opinión desea un té de limón con miel, pero no demasiada, de preferencia que apenas y se note el sabor ¿entiende?- responde si, y continuo andando recordando  el especial miedo que expreso  al mencionarlo dentro del armario, me pregunto si será alérgico, con algo de suerte en un rato lo sabré.

Por fin después de un rato ubico a Otōsan fumando de vuelta  en la terraza.

-¿Qué clase de padre eres?  Que me dejaste abandonado con tu  odioso  novio-  reprocho llamando su atención  a lo que retira el  cigarrillo  de sus labios expulsando la nicotina con suavidad.

-no soy tu padre- manifiesta con antipatía haciéndome bajar la mirada, carajo debí quedarme con ese idiota- ¿lo olvidas? ... -¿eh?-soy tu abuelo- entre ríe para terminar su puro extinguiéndolo sobre el cenicero.

-Asami Ryuichi, que sorpresa coincidir - resuena una delicada voz femenina detrás de mí.

- detective Ondina Bellorin de la prefectura Kyushu, Fukuoka, tan hermosa como siempre- alaga Otōsan tomando la mano de la-ahora a mi vista- distinguida mujer, de entre 28 -30 años, perfectamente calificada, de ojos obscuros y cabello corto que luce  un vestido negro  y zapatillas altas cuya belleza  resplandece a similitud de las joyas cristalinas que colocadas alrededor de su cintura  horizontalmente le  dan un fuerte  toque a clase alta- entonces una voz resuena para mí -PELIGRO-oh no,  le pueden comer el mandado a Okāsan.

P.V  Ondina.

Encontrarme  con Asami la noche de premiación a su club desde luego no es casualidad, buenos amigos, eso dice  él que somos, aunque siempre me ha gustado, desafortunadamente para mí la distancia jamás me ha permitido un buen cortejo.

Asami me ofrece tomar asiento y encantada le doy el sí, pero al bajar la mirada me percato que no está solo, un niño de ojos curiosos me analiza como todo un adulto, pienso por el parecido- seguramente debe ser pariente suyo quitándole atención.

-¿te quedaras en la cuidad?- pregunta  caballeroso acercándome la silla.

-imposible estoy de paso, el trabajo no se pausa justo estoy a cargo de un caso  bastante trágico, se trata de un menor… como de- entonces vagamente comparo.

-¿Cuántos años tienes pequeño?-interrogo pero parece distante.

-nueve- indica nervioso cruzando miradas con Asami-ocho y medio-rectifica, que gracioso fue como si Asami lo regañara con la visita.

-sí, más o menos esa edad-continuo -  él  se dio a la fuga después de verse involucrado en lo que se registró como accidente peatonal, en el que su padre, me parece quedo en coma- prosigo notando de  inmediato la intrigante manera  en que los ojos de ese pequeño se nublan- según reportes el tipo necesitará más que milagros para despertar. Fue una lástima cuando le  conocí  por medio de una fotografía, allí plantado  a una cama de hospital, sin esperanzas de…

-…eso no…  - interfiere con los ojos enrojecidos, ¿Por qué?

-Ryui- reprende Asami.

– Lo siento con permiso- aparentando tranquilidad se levanta, hace una reverencia y se marcha.

Esto no es simplemente una corazonada, si bien no conozco el rostro de ese infante   porque recientemente entregaron fotos suyas a la oficina y no me he parado por allá, pero…

-Asami, disculpa que te lo pregunte, pero ¿Qué parentesco tienes con ese niño?

Sería imposible que se tratara de la misma persona, de Takaba Ryuichi.

 

Continuará.

Notas finales:

Bueno al parecer Ryui tiene problemas y graves, ¿Cómo va torear a la detective? Pues lo sabremos en el próximo capítulo.

También nos asomaremos de Akihito que pobre, sigue en sus dulces sueños y ni se imagina lo que pasa a su alrededor.

Avance del próximo cap: sin mentiras, cuéntame quien eres.

Asami anhela  conocer más al pequeño diablillo ¿lo logrará?,  ¿cuantas confusiones creen  que pueda ocasionar llevar el mismo nombre? ...  el reloj de arena se pone en marcha cada vez más cerca de la verdad y también del desenlace.

-na, todavía falta poquito. Por favor no se les olvide regalarme un RW.

PD: alcatraz era una cárcel de máxima seguridad.

###Les deseo lo mejor para este año###

Besos, abrazos y noche buenas.

Kazz.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).