19-Malentendido.
Antes hablaste de contenerte—dijo el rubio con poco aliento--¿Eso quiere decir acaso… que tú…?—no pudo terminar su pregunta. Un miedo a estar equivocado lo invadió y también la pequeña esperanza que aquello que decía fuera cierto.
Tú sabes lo que quise decir—contestó el castaño con su boca pegada a la del otro—Como tú he estado esperando todo este tiempo—añadió con espantosa seguridad el ojos azules.
Mientras las bocas se mostraban su mutuo afecto el ojos mieles divagaba sobre lo que había escuchado—Entonces… si yo… te hubiera dicho lo que me provocaba…--
El otro asintió—No hubiéramos tenido que esperar 5 años para esto—dijo sin vacilar y lo besó de nuevo para luego separarse y decir—Ahora tengo que irme. Hasta luego—y se fue meneando su mano dejando a un estupefacto Joey.
Volvía todo sudado de la práctica en el club de futbol. Después de bañarse iría a comer cuando vio a Seto con una chica. ¿Se le estaba confesando? Era lógico. Después de todo Seto era atlético, guapo y el mejor de la clase, aparte de su evidente buena posición económica. Se fue de ahí con cierto resquemor en la boca. Tenía la idea de que ellos dos no tenían un futuro juntos. Era de esperar que su familia esperara de él otra cosa pues esa clase de tipos se casaban con chicas de familias ricas.
Toda esa noche lo estuvo pensando después de dejar a su hermana en su cuarto y mientras se afanaba con la tarea atrasada antes de ir a calentar la cena comprada en el supermercado porque su madre tenía reunión con la directiva.
Llegó a la conclusión de que aprovecharía su tiempo juntos hasta que todo eso terminara y ambos sabían bien que para no dañar su reputación que los demás se enteraran estaba fuera de cuestión.
Es por eso que cuando había conocido a Tea no se le había movido un pelo. Es mas le agradó ella. Era simpática y lista y pasó buenos momentos riendo con ella.
¿Eres idiota no?—fue la pregunta que le tomó desprevenido ese día junto al árbol del patio, el menos cuidado de todos porque quedaba en un rincón a la sombra del edificio de laboratorios.
¡Oye, te estás pasando!—dijo el rubio.
Solo puedo pensar en esa respuesta cuando me dices semejante cosa—contestó el ojos azules algo molesto.
¿De que hablas? Solo dije que Tea es linda—exclamó el ojos mieles con su ceño algo fruncido pero no le ganaba al del otro.
Es por eso que no quería que se conocieran—dijo el castaño.
Tranquilo. No pienso arruinar tus planes de bodas—le contestó sonriendo estúpidamente el melado haciendo que el otro lo mirara fijo unos momentos.
¿De que diablos hablas, perro?—preguntó Seto con un tono algo enojado.
¡Dije que no me dijeras así!—contestó Joey.
No desvíes el tema y contesta. ¿A que diablos te refieres con planes de boda? No me digas que…--exclamó Kaiba para luego refregarse la cara con una mano y luego de repente empujó a Wheeler contra el árbol—Que te quede algo claro. Yo no planeo casarme con Tea todo es un…--iba a decir juego de Tea pero el otro le calló con una mano.
Lo sé. Pude figurármelo—dijo el ojos mieles pensando que iba a seguir conque era un arreglo que hicieran sus padres y que él no planeaba seguirlo. Pero toda esa resolución pasaría con la adultez. Él no creía en esos cuentos como los de la obra. Seto se figuró que el otro había entendido la realidad y no insistió—Solo te pido que sigamos así sin que nadie lo sepa hasta que terminemos la secundaria. ¿Está bien?—dijo el rubio con tono sereno y con ojos que interrogaban, estaba tan serio que Seto solo asintió. Suponía que era lo mejor para ambos porque cuando se graduaran ya podrían decidir sus vidas a placer. Aunque en el caso del otro tendrían que esperar otro año. Pero si ya había esperado cinco años un año no era mucha diferencia y además tendría la universidad para despejarse mientras. Si decían algo antes de que Joey se graduara tendrían problemas con las familias que no podrían resolver de igual a igual. Es así como pensaba Seto al momento de asentir.