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ROMEO Y JULIETA por desire nemesis

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Notas del capitulo:

Había pasado un año de la última vez que estudiaran en el mismo lugar. Joseph se tuvo que perder la ceremonia de apertura de clases por el trabajo de medio tiempo que tenía en un instituto de educación primaria pero eso no le había molestado. De hecho si por algo estaba molesto era por no haberlo podido ver ese día.

24-Realidad

 

Había pasado un año de la ultima vez que estudiaran en el mismo lugar. Joseph se tuvo que perder la ceremonia de apertura de clases por el trabajo de medio tiempo que tenía en un instituto de educación primaria pero eso no le había molestado. De hecho si por algo estaba molesto era por no haberlo podido ver ese día.

 

Es por eso que ese segundo día buscaba con ansias a ese dueño de ojos azules.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la clase de nanotecnia dos chicas se encontraban hablando de su compañero castaño mientras fungía el receso.

 

¿En serio lo invitarás a salir? Tienes mucha confianza en ti misma—dijo la chica castaña a la rubia.

 

Por supuesto. Un hombre como él a mi no se me escapa. Además tengo todo lo que un hombre quiere. ¿Cómo podría fallar?—preguntó la otra antes de dirigirse hasta aquel que estaba sentado conversando con un compañero.

 

¿Y este año te resulta tan fácil como el primero?—dijo el compañero de Seto sentado a su lado mientras lo veía teclear en su laptop.

 

Yo no dije que fuera fácil, dije que es entendible—contestó el castaño haciendo reir a su compañero cuando de pronto unos brazos que rodearon al ojos azules les tomaron por sorpresa.

 

¿Vamos a salir juntos, verdad Kaiba?—preguntó la chica rubia de ojos grises haciendo sonrojar al compañero de este que se admiró de lo bonita que esta era.

 

Sin embargo Kaiba ni se inmutó.

 

No tengo tiempo para esas cosas—dijo con tono seco y sin tratar de apartarla, como ignorando lo que hacía.

 

No seas malo cariño—le dijo ella con un mohín apartando sus brazos para moverse y mirarlo de lado con una sonrisa traviesa.

 

¡Hola!—dijo una voz de pronto y los tres voltearon para ver una conocida figura rubia de ojos mieles que saludaba con los ojos risueñamente cerrados—He vuelto—anunció.

 

¿Y tú quien eres?—preguntó la rubia.

 

Joseph ¿Y tú?—contestó él.

 

Milena—le respondió ella sin saber muy bien que pensar pero al parecer conocía a Kaiba.

 

¡Mucho gusto!—contestó el sonriente y luego le preguntó a Seto--¿Quién es ella, una amiga o tienes u otra prometida?—preguntó a Seto dejando a todos alelados. La chica y los demás se preguntaban de que prometida hablaba mientras el ojos azules solo cerró su laptop.

 

Ella no es nada mío—contestó cerrando su laptop y parándose.

 

¡Que bien! ¡Entonces puedo llevarte conmigo sin que me regañen!—dijo con aire feliz y acto seguido agarró la manga del castaño empezó a llevárselo pero la chica le grito un “oye” que lo hizo voltear algo confundido.

 

¿Acaso eres gay o algo así? ¿Dime? ¿Estas yendo tras Seto?—preguntó ella con cara de enfado.

 

Joseph sintió los recuerdos de aquel día en el instituto renacer y sonriendo nerviosamente negó--¡Que va! ¡Te imaginas cosas! Seto y yo solo somos amigos. No tenemos esa clase de relación—dijo sonriente pero nervioso.

 

Los demás parecían dudar.

 

No esta yendo detrás mío. Somos pareja—aseguró Seto de pronto cortando la respiración de varios.

 

Los demás lo miraron incrédulos unos momentos pues Kaiba se había puesto junto a Joseph y lo tomaba de la mano y después de unos segundos la chica se puso a gritar.

 

¡Ah! ¡Aaahh! ¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!

 

Salimos juntos así que déjenme tranquilo—dijo el ojos azules a modo de advertencia y se fue de allí tirando de la mano que tenía agarrada.

 

Mientras caminaba tras él Joseph sentía que no podía respirar pero esta vez era de una extraña manera.

 

Antes había sido por el miedo a que los descubrieran y los juzgaran.

 

Ahora era por algo que pugnaba en su pecho y aunque trataba no lograba contener.

 

¿Sería aquello felicidad? Se preguntaba mientras miraba la espalda del hombre que iba adelante hasta que a tirones lo hizo parar.

 

Lo que hiciste allí atrás—le dijo pero no pudo acabar.

 

No pienso esconderte en la universidad como en el colegio. Acepté mantenerlo en secreto allá por ti pero en la universidad no y es mi última palabra. Esta vez todos sabrán que estás conmigo—dijo el ojos azules con mirada decidida.

 

¿Cómo discutir con él si sentía que lo que más quería se estaba haciendo realidad?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estaban bajo el primaveral cerezo. Mientras Joey repasaba la vista desde el suelo Seto lo dejaba descansar su cabeza en el regazo mientras él investigaba en internet con su Tablet.

 

Mira esto—le dijo el castaño alcanzándole la Tablet a Joseph.

 

El rubio la agarró y vio la noticia que aparecía en los medios.

 

Desde hoy el matrimonio entre parejas del mismo sexo son aceptadas en Japón. ¿Qué te parece?—preguntó Kaiba con su espalda apoyada en el tronco. Seto no apartó la mirada atenta del perfil del otro y pudo ver el pequeño temblor en su mano libre que mantenía tras la cabeza cuando respondió “Está bien supongo”.

 

La sonrisa se extendió en el rostro del castaño y de pronto Wheeler sintió que le agarraba fuerte la muñeca y extrañado se volteó para increparlo y en ese momento fue soltado y entonces vio el anillo en su dedo.

 

¿Qué es…?—trató de preguntar pero la voz se le quebró.

 

La cara aturdida de Wheeler era especialmente atractiva para Seto por eso este lo besó. En el dedo anular de Joseph se encontraba un anillo dorado.

 

 

 

 

 

 

 

 

Estaban pasando por un parque después del trabajo del rubio en la escuela. Se había licenciado de maestro el año anterior. Se encontraron con un par de conocidos y empezaron a hablar de los tiempos de estudio. Luego siguieron su viaje hacia casa con unos scones recién comprados para pasar la tarde de ese viernes juntos. Un niño que venía directo a pasar por al lado de ellos se cayó era un pequeño de 4 o 5 años y con su instinto de maestro el melado fue a ayudarlo a levantar mientras su madre llegaba. Seto lo miraba como hace uno cuando espera cuando se alertó al ver ese brillo especial en sus ojos de miel. Era un brillo triste al igual que la sonrisa que le dirigía a la madre del niño mientras ella le agradecía y el los miraba a ambos, como embarazado de las gracias recibidas.

 

Es así que Seto se dio cuenta de un ansia oculta en el otro.

 

Kaiba en si era algo tosco y parecía que nadie a su alrededor le llamaba la atención aunque los que lo querían sabían que en realidad era alguien perceptivo y observador y más con los seres que amaba. Dias antes habían asistido a la graduación de su hermano de la preparatoria y el orgullo se percibía en su semblante. El menor ahora se preparaba para instalarse en Kyoto para asistir a la universidad. Cuando este se fuera ambos permanecerían solos quizás por cuatro años.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era miércoles cuando Seto lo estaba esperando a la salida lo que le pareció poco común al rubio pues siempre era los viernes cuando lo iba a buscar.

 

¿Qué sucede? ¿Te dieron libre o solo te dieron ganas de verme temprano?—preguntó con ánimo de sorna el ojos mieles.

 

Yo siempre tengo ganas de verte—contestó muy de cerca el castaño mientras acercaba sus labios para besarlo.

 

Empujándolo un poco el melado lo rechazó diciendo--¡Aquí no! Los niños van a verte—

 

¡Que lo hagan! ¡La idea es que los futuros jóvenes se acostumbren a aceptar a los demás! ¿No?—preguntó el ojos azules dejando abochornado y sin palabras al otro aprovechando el momento para besarlo. Ambas alianzas parecieron relucir aun mas en sus manos. Llevaban ya dos años casados.

 

¿Y bien? ¡Vayamos por biscochos!—dijo Joey intentando tomar la dirección que siempre tomaban rumbo a la pastelería.

 

¡No es por ahí!—dijo Seto sorprendiéndolo.

 

¿Cómo que no es por ahí?—preguntó Joey sorprendido—Siempre vamos a la de allá. ¿Encontraste algo nuevo?—

 

Podría decirse—dijo el otro mientras lo llevaba hacia el auto.

 

¿Trajiste el auto de la compañía?—preguntó extrañado Joseph las cosas cada vez se ponían más raras pues Kaiba solo usaba el auto cuando era muy urgente ya que gracias a su condición de jóvenes empleados y las de tráfico era mejor usar el transporte urbano--¿Adonde vamos?—

 

Tú solo sígueme—le dijo el otro muy serio antes de abrirle la portezuela al auto.

 

Durante el camino el rubio solo miraba interrogante al esposo muriéndose de ganas de preguntarle que quería hacer y adonde iban, de pronto se bajaron.

 

¿Es aquí?—preguntó mirando el edificio frente a ellos.

 

¡Baja!—ordenó Seto.

 

¡Oye!—le gritó el otro hastiado mientras su marido se bajaba del auto, luego bajó para increparlo--¡Que no soy una bolsa de papas para que me lleves de aquí para allá sin preguntarme siquiera si quiero ir!—

 

El ojos azules le dijo—¡Vamos que se hace tarde!—y sin mediar palabra más lo jaló de la mano hacia el lugar. Al pasar por la puerta el melado pudo leer la placa que a un lado de la puerta estaba.

 

Pero este lugar es…--dijo algo consternado mientras entraban pero como estaba en shock no siguió con lo que decía y se dejó llevar preguntándose porque Seto lo había llevado allí.

 

Ni bien llegaron a una oficina el castaño declaró a la secretaria que frente a esta estaba—Somos los Kaiba tenemos una cita—

 

La mujer asintió y después de un breve llamado anunciando a la pareja los dejó pasar mientras Joey le preguntaba--¿Por qué me has traído aquí?—

 

Muy buenas tardes—dijo la mujer sentada tras el escritorio al saludarlos—Tomen asiento por favor—pidió y luego de abrir una carpeta en su pc dijo—Señores Kaiba por lo que veo estan interesados en adoptar. Me parece fantástico. ¿Han traído los documentos para formalizar la presentación de su petición?—

 

Joseph no podía creer lo que estaba escuchando--¿Seto tú…?—le preguntó a su esposo.

 

¿Tiene alguna reserva sobre hacer su pedido de adopción señor Kaiba?—preguntó la mujer dirigiéndose al rubio que la miró impactado.

 

Yo… no…--dijo sin saber que hacer el melado.

 

¡Aquí tiene nuestros documentos!—dijo el castaño mientras le alcanzaba dichos papeles dejando aun en las nubes al otro que lo miró preguntándose como se había dado cuenta y desde cuando de su secreto deseo.

 

Siempre había pensado que sería inoportuno. Tal vez mas adelante. Despues que el ojos azules avanzara en su carrera, se dijo. Estaba postergando su deseo, era la mentira que acudía a su cabeza mientras en verdad eludía la posibilidad de un rechazo por parte del otro.

 

Seto—lo llamó Joseph y el otro lo miró. Acto seguido el rubio le tomó la mano y sonrió sinceramente con lágrimas en los ojos.

 

 

 

 

 

El fin

Notas finales:

Finalizado al fin

jejejeje

si yo se que es una redundancia

lo que quiero decir es gracias por leer mi fic

fue meloso y sin tanto problema grave como acostumbro

pero espero no haya sido tan malo

muchos besos y mata ne

n.n


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