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No tengo que ser el peor de los dos por AbiHummel3007

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Notas del capitulo:

Aquí esta el cap por fin, por fin tengo internet!! jaja espero que les guste... Es un poquito más largo que el anterior yeii! nos leemos al final

Capítulo 40

Balanceándose

 

POV’S LYSANDRO

El que Castiel hubiera decidido irse con Debrah a pesar de sus advertencias lo había dejado claramente turbado, entendía los motivos tras esa decisión, era el sueño que el pelirrojo siempre había anhelado pero el que decidiera cumplirlo aunque eso involucrará casi vender su alma al diablo lo hacía sentir un poco mal, tanto por su amigo como por el rubio delegado que parecía un tanto perdido desde que había regresado.

 

Su relación con el delegado no podía considerarse de amistad pero al menos no era que se llevarán especialmente mal, simplemente se conocían y se trataban como compañeros de clase, sin embargo, la repentina decisión de Castiel los había dejado a ambos un tanto desorientados y por instinto habían terminado en una extraña relación de muda convivencia, simplemente uno junto al otro, buscando darse un poco de estabilidad, al menos hasta que ambos pudiesen habituarse del todo al cambio.

 

Sabía que la razón del desequilibrio de ambos era por razones distintas aunque tuvieran al mismo pelirrojo como razón central, él había perdido la compañía del guitarrista de pronto y por bastante tiempo sin embargo el rubio había perdido el punto de apoyo que lo había sostenido durante el proceso que había pasado para separarse de su familia, no sabía todos los detalles ya que su mejor amigo no había sido especialmente detallista en ese aspecto, pero tenía las nociones básicas, por supuesto que sabía que los estúpidos e increíbles rumores que corrían alrededor del asunto eran totalmente falsos.

 

Dejando eso de lado la relación con el gemelo de cabellos negros iba bastante bien, admitía que no era exactamente fácil lidiar con las claras diferencias de carácter que había entre ambos, pero se las estaban arreglando de una manera bastante decente, e increíblemente el otro no parecía tener objeción alguna por el “repentino” acercamiento entre él y el rubio, realmente lo agradecía, la idea de meterse en conflictos de pareja no era la más tentadora en ese punto del camino.

 

Ese día en específico el rubio parecía casi tan perdido como él, como sí su mente estuviera en otro lado, por primera vez experimentó un deseo de hablar con él, aunque tampoco era como que el rubio estuviese realmente solo, desde que había vuelto era increíblemente popular en los recesos aunque  el rubio no parecía darse cuenta, desde que había regresado, todos querían saber más de lo que realmente había pasado, aunque lo curioso era que  si lo que el rubio tuviera que decir no coincidía con el rumor en turno por supuesto que le daban por su lado.

 

Era una cosa extraña lo que sucedía en el instituto, Nathaniel había cambiado, era un tanto distante en ese momento pero se le veía más relajado, incluso en la forma de vestir se notaba el cambio, el delegado se había vuelto muy “popular” y a la vez la exhibición en turno, era algo que realmente le perturbaba, después de la clase de Farrés tenían clase de artes, guardó sus cosas con calma, revisó dos veces la mochila y finalmente salió del salón, sin el pelirrojo sabía que si perdía algo definitivamente no lo encontraría fácilmente.

 

Mientras se colgaba la mochila al hombro empezó a pensar en alguna manera de hablar con el rubio, quizá si hablaban un poco el otro se sentiría mejor, tenía la cabeza en ello cuando al salir del aula chocó de frente con Peggy, la chica llevaba una grabadora en mano y le brillaron los ojos con solo verlo de frente, la cosa definitivamente no pintaba para nada bien si ella quería algo de él, no había que ser muy listo para darse cuenta de lo que ella pretendía obtener de él, una exclusiva, seguramente se estaba haciendo alguna idea rara.

 

Sabía que hiciera lo que hiciera en ese punto estaba jodido, si se negaba a responder sus preguntas seguramente haría un extenso artículo tratando de darle una extravagante explicación a su silencio, pero si respondía corría el grave peligro de decir algo que pudiera malentenderse o que la chica pudiese tergiversara su conveniencia, podría simplemente responder y tratar de dejar claro que con quien realmente sostenía una relación era con Armin, sin embargo tampoco quería atraer tanta atención no deseada sobre ellos dos.

 

Definitivamente no saldría tan bien librado como le hubiese gustado, suspiró pesadamente, mientras Peggy alzaba la grabadora y hacia su típica petición de hacerle unas preguntas, lo primero que vino a su boca fue una simple excusa sobre las clases que aún tenían y prometiendo hablar después de que terminará el día en el instituto, promesa que realmente no planeaba cumplir, por ese día lo mejor sería desaparecer y pasar unos días evitándola con alguna excusa sobre su salud o tonterías como esas, o al menos hasta que pudiera hablar con su pareja e incluso el rubio para decidir el mejor curso de acción con la morena.

 

Ella no parecía del todo convencida pero ya que últimamente tenía a la directora vigilándola muy de cerca ella no tuvo mucha más opción que aceptar su trato y esperar a que las clases terminasen para obtener su exclusiva, a pesar de que ella no se veía nada convencida era su única opción, él le sonrió como tratando de lograr que  confiará en él, sin embargo notó que  ella no parecía  dispuesta a irse sin él, era como si ella hubiese leído sus pensamientos y sus planes de escape, suspiró de nueva cuenta y se excusó diciendo que tenía que buscar algo y luego pasar con la directora, esperaba que eso bastará para obtener un poco de espacio.

 

Pudo ver la clara chispa de la desconfianza en sus ojos pero se esforzó por mantener una pose tranquila a pesar de estarse impacientando, no estaba en su naturaleza perder los estribos pero la gente como Peggy lo conseguía sin esfuerzo alguno, desde su punto de vista no había nada más desagradable que alguien que se metía en la vida del resto.

 

Finalmente la chica se marchó con un escueto “Nos vemos más tarde” y él pudo girar en redondo para marcharse después de enviar un mensaje rápido a su pareja informándole que se marcharía más temprano y que hablaban más tarde, y así con la mochila al hombro y la mueca distraída de siempre se marchó, abandonó el instituto por aquel día, él no era de faltar, al menos no tanto como Castiel así que perder un par de horas no le afectaría demasiado.

 

POV’S NATHANIEL

Ahí estaba al final del día, en la sala de delegados, con la directora y el resto de sus compañeros que discutían sobre la organización de un nuevo evento, o algo por el estilo, a su lado estaba Melody con ese molesto perfume que ya lo tenía asqueado como poco, los ojos de ella estaban fijos en la directora que explicaba en un pizarrón frente a ellos que era lo que debían hacer, la castaña tomaba notas rápidas en un cuaderno sin siquiera mirar lo que hacía, suspiró, era la tercera vez que la directora repetía la misma explicación de las distribuciones, no entendía como la chica podía seguir apuntando cosas nuevas.

 

Ni siquiera tenían que hacer algo especialmente complicado, simplemente tenían que ayudar a los profesores, como siempre, ayudar a organizar a los alumnos y servir básicamente de palomas mensajeras, nada que no hicieran en cada evento, otro suspiró abandonó sus labios, el aroma de la chica a su lado lo haría vomitar si esa reunión se prolongaba mucho más, solo quería llegar a casa, comer algo, hacer la tarea y dormir el resto del día, apoyo el codo en la mesa frente a él y su rostro en la mano antes de cerrar los ojos un segundo.

 

Se permitió divagar un poco, pensó en el departamento vacío que lo aguardaba, tal vez debería comprar una mascota… Eso sonaba bien… Debería ir a conseguir algunas cosas para empezar a decorar, se permitió fantasear un poco en como arreglaría el lugar para hacerlo ver más acogedor cuando la repentina imagen del pelirrojo encima suyo, mirándolo a los ojos y sonriendo mientras lo llamaba por su nombre se metió de golpe, abrió los ojos y sintió las mejillas calientes, pensar mucho en el departamento le recordaba lo que había sucedido ahí, le recordaba ese pequeño momento de entrega.

 

Nadie pareció notar su turbación, todos seguían escuchando el sermón repetido de la directora, siempre era igual, cuando las juntas estaban por terminar ella siempre les agradecía por todo su apoyo y blah, blah, blah… Siempre lo decía con casi exactamente las mismas palabras así que no se estaba perdiendo de mucho aunque no le prestará atención, hizo girar la pluma en su mano, antes esas juntas eran la mejor parte del día, le permitían alejarse una hora extra de su padre, ahora solo eran un requisito que debía cumplir, ya no había nadie en casa de quien tuviese que huir.

 

Escuchó el rumor de las sillas al arrastrarse y parpadeó un par de veces antes de volver a la realidad, se levantó y guardó el cuaderno y la pluma que había sacado, aunque había sido más por costumbre, realmente no los había utilizado, todos estaban en lo suyo, así era siempre, ninguno de los delegados hablaba demasiado, siempre le había parecido un silencio casi reconfortante pero ahora se sentía asfixiado entre tanta seriedad, quizá se debía a que de alguna manera el que Castiel hubiese sido básicamente su única visita en el hospital lo había acostumbrado al ruido y la impulsividad, a simplemente dejarse llevar… Cosa que, evidentemente, no era posible en ese lugar.

 

Todo lo veía tan distinto ahora, era como estarse balanceando entre dos mundos distintos, por un lado estaba todo lo que siempre había sido su vida, todo lo que lo había confortado en su momento, todo lo que le había permitido mantener la farsa del hijo perfecto en la familia perfecta con la vida perfecta, y por el otro estaba un torbellino de emociones que aún no comprendía del todo, emociones que lo hacían vibrar y sentirse inseguro pero a la vez increíblemente libre y feliz, la decisión tendría que ser más que clara pero estaba asustado, estaba asustado de perderse en ese torbellino y arruinarlo todo, arruinar su “brillante” futuro, estaba intimidado ante la idea de equivocarse de manera irreversible.

 

Quizá si el pelirrojo estuviera ahí podría haber tomado su decisión sin temerle a nada, con la seguridad de tener un punto de apoyo, aunque este fuese, según la opinión general, una mala influencia, pero el hecho era que estaba solo, estaba solo y asustado, así que se quedaría un poco más ahí… Justo a la mitad, balanceándose, esperando una señal o tal vez un empujón que lo hiciera tomar una decisión definitiva… Qué iba a saber él que el empujón ya se estaba gestando, preparándose para arrasar con el frágil equilibrio que creía tener.

Notas finales:

Pues aquí esta, ya estamos en lo último de esta pequeña historia en la que he puesto tanta dedicación, espero su amor, un beso!


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