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Camino a la perdición por zandaleesol

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Notas del capitulo:

¡¡Muchas gracias por los comentarios!!

Estoy con algo de prisa pero los responderé en cuanto pueda, muchas gracias por dejarlos, espero que les siga gustado esta historia.

A pesar de que aún era muy temprano ya estaba fuera de la cama dispuesto a tomar un baño que lo dejara como nuevo, le había costado trabajo dormirse pues no había podido dejar de pensar en Snape, sobretodo estando en la cama, nunca antes había experimentado la necesidad de otra persona como le ocurría ahora; era desesperante añorar los besos y caricias de su profesor, esperaba tener fuerzas suficientes para no lanzarse encima del hombre en cuanto lo viera. Se censuró por pensar esas cosas, definitivamente él no haría algo tan ridículo, su orgullo de Malfoy le ponía a cubierto de cualquier tontería, confiaba en que sabría controlar inclusive su enojo, fingiría perfecta indiferencia frente a Snape, no le daría el placer de verlo acongojado.


Pero para desgracias de Draco su cuerpo no funcionaba a la par que su cerebro, mientras se duchaba aunque se auto impusiera el pensamiento de lo mucho que detestaba a Snape, a su cerebro acudían imágenes demasiado sensuales, cerraba los ojos y casi podía sentir al profesor recorriendo su cuerpo, acariciando su piel; se enfurecía consigo mismo por ser un chico tan hormonal, pero no podía evitarlo, deseaba a Snape como nunca antes había deseado a nadie, quizá fuera porque nunca nadie antes lo había despreciado como lo había hecho ese hombre.


Sin embargo ya había decidido que no suplicaría, no estaba dispuesto a mover un solo dedo por Snape, no iba a arrojarse a los pies de alguien para que lo pisoteara, no valía la pena pues el hombre de no lo amaba.


Muchos murmullos se formaron en la sala común de Slytherin cuando él salió de su habitación, pero ignoró a todos como hacía desde su reincorporación, en ese momento sólo tenía un objetivo muy definido, le haría la vida insoportable al jefe de su casa, haría todo por fastidiarlo, el profesor no saldría totalmente indemne de aquel asunto se llevaría unos cuantos malos ratos.


Cuando entró al Gran Comedor aquella mañana lo hizo de los últimos, pues su deseo era atraer la atención de todos, no le costó trabajo lograrlo, sin embargo al pasar por la mesa de Gryffindor sin haberlo calculado su mirada se desvió hacía Ginny Weasley, a quien saludó con una inclinación de la cabeza gesto que la chica contestó con una sonrisa. Naturalmente que a Harry no le dirigió ni una mirada, pero sintió perfectamente la del chico sobre él, todo esto provocó más murmullos que antes, pues todo el colegio sabía que él despreciaba a todos los miembros de la familia Weasley aunque fuesen sangre pura, por otra parte todos sabían que a Draco Malfoy no le iban las chicas pues jamás tuvo ningún empacho en darlo a conocer.


Desde la mesa de profesores fue observado con mucha atención, sobretodo por Snape, el chico rubio sintió la mirada del profesor sobre él, pero cuando desvió sin querer su mirada hacia el profesor, éste había vuelto su rostro y le hablaba a la profesora Sprout que tenía a su lado izquierdo. No pudo evitar sentirse frustrado una vez más y su enojo aumentó con aquello, Snape se daba el lujo de volver el rostro mientras todo el mundo le admiraba eso era insoportable para Draco.


Después de terminar el desayuno y mientras se dirigían hacia la mazmorra para la clase de Pociones, Hermione sin poder contenerse más le dio a Harry la noticia de su sorpresivo romance con Remus. Harry recibió con bastante asombro la noticia, siempre había estado muy seguro de que la chica acabaría siendo novia de Ron, pero cuando su amiga le confesó que había amado a Remus desde el tercer curso, comprendió que su percepción había estado bastante equivocada esos años. También le llamó la atención que Ron no dijese mucho sobre el tema, es más mostraba cierta indiferencia y eso le resultó muy extraño, estaba a punto de preguntarle a Ron que opinaba él sobre el asunto, pero se distrajo al ver pasar a Draco junto a él, le parecía que estaba demasiado molesto, no fue el único Ron y Hermione también se miraron con extrañeza, el día de la boda de Harry se veía de lo más feliz, algo malo debía ocurrirle para que se viera así de molesto.


Ya todos los alumnos de séptimo curso se amontonaban en la entrada al aula de Pociones, Draco como siempre se apegó a la pared y se mantuvo distante de todos. La puerta se abrió y todos entraron en completo silencio, Snape ya se encontraba sentado en su escritorio, desde ahí lo observó a todos; cuando ya todos estuvieron en sus puestos les habló de la poción de esa clase, luego hizo aparecer en la pizarra las indicaciones y les dio el tiempo para que trabajaran en ella, mientras él se dedicó a corregir redacciones. La clase de esa mañana podía haber sido como cualquiera sino hubiese sido por algo que llamó la atención de Harry y de todos en el aula.


Draco Malfoy que siempre había sido un alumno ejemplar y destacado en Pociones estaba preparando de muy mala forma su poción, sin ningún cuidado echaba lo ingredientes en su caldero, hacía demasiado ruido al manipular los implementos y estaba desconcentrando a todos, generalmente en la clase de Snape lo únicos ruidos que se oían eran la de los calderos hirviendo, pero ahora Draco parecía haberse revelado contra esa norma inflexible del profesor, algo totalmente insólito, Harry estaba tan asombrado que se olvidó por un momento de que debía revolver su poción y se quedó con la cuchara en el aire mirando a Draco, el profesor le llamó la atención por eso.


─ Señor Potter… concéntrese en su trabajo ─dijo Snape al tiempo que se levantaba del escritorio

─ Eh… hmm… sí… sí profesor ─balbuceó Harry luego de mirar a Draco otra vez


En ese momento Draco revolvía su poción con tanta velocidad que amenazaba con salpicar a todos, Snape ya no pudo seguir ignorándolo.


─ Señor Malfoy… ¿me podría explicar que hace? ─dijo Snape con voz que sonaba muy amenazante

─ Preparo la poción ─dijo Draco cortante


Snape miró despectivamente el caldero del rubio tal como lo había echo tantas veces con el de Harry.


─ Eso no es una poción… es una porquería… ¿desde cuando se volvió tan inepto?


Draco levantó la vista y miró al profesor con odio, los demás alumnos de Slytherin rieron burlonamente mientras que los de Gryffindor estaban asombrados.


─ Quizá yo sea un inepto… pero usted es un bastardo ─dijo Draco con toda la insolencia y enojo de que era capaz


Aquello no provocó risas en nadie hasta los Gryffindor se quedaron impactados. Snape entrecerró los ojos con furia, la clase contenía la respiración, era impactante ver a Snape y a su alumno favorito en aquellos términos, resultaba inexplicable, pues todo el mundo sabia que Draco era muy apreciado por su profesor, sin embargo los Slytherin se miraron unos a otros sin mayor sorpresa y con sonrisas en sus rostros, después de todo siempre habían creído que el favoritismo de Snape por Draco sólo se debía a la posición de Lucius en la comunidad, pero ahora no eran “nada” simplemente los Malfoy no existían, aquella situación les divertía en grande, a los demás no les parecía divertido aquello, apenas podían creer lo que veían, sobretodo Harry, le parecía que Draco estaba muy enojado, algo grave había sucedido entre él y el profesor de Pociones.


─ Cincuenta puntos menos para Slytherin… ─dijo Snape y con un leve movimiento de varita hizo desaparecer el contenido del caldero del rubio ─ya hablaremos de su castigo señor Malfoy


Draco apretó los labios para controlarse y no enviarle una maldición a Snape, ahora era cuando comprendía a Harry y todos esos años de humillaciones de parte del profesor, pero él era Draco Malfoy, y no aceptaría ser tratado de esa forma, tomó su libro y se dispuso a marcharse del aula pero escuchó la voz del profesor otra vez.


─ ¿A dónde cree que va?... no le he dado permiso para que se retire señor Malfoy ─dijo Snape en un susurro

─ No necesito su permiso ─dijo Draco mirando con desafío al hombre


Draco se dio la vuelta y salió del aula dejando una estela de murmullos tras él y a un Harry muy preocupado. Snape por su parte miró desafiante a todos como esperando que alguien se permitiera hacer algún comentario por lo ocurrido, pero todos o casi todos pensaron que lo más sensato era concentrarse otra vez en sus pociones. Sin embargo, Harry no podía quedarse así, sentía la obligación de ir tras de Draco, algo malo le sucedía y quizá necesitara ayuda.


─Profesor…

─Sí Potter… qué ocurre.

─Necesito salir.

─¿Salir? ─preguntó Snape extrañado

─Sí… yo… me… siento algo mareado ─dijo Harry sin cuidarse de lo que podían pensar sus compañeros


Snape al instante comprendió que se trataba de una excusa, Harry no sufría de mareos ni de ningún otro síntoma propio de la gestación femenina, el suyo estaba directamente relacionado con la magia y la poción especial que le preparaba el Medimago Karatiev le evitaba cualquier mal físico, pero no le importó, fingió que le cría, sabía que Harry deseaba ir tras Draco y él realmente deseaba que lo hiciera, no negaba que lo había dejado nervioso la intempestiva salida del chico rubio de la clase.


─Esta bien Potter… haré una excepción sólo por esta vez… vaya a la enfermería.

─Sí señor… gracias ─dijo Harry y salió a toda prisa luego de mirar significativamente a sus dos amigos.


Harry caminó a prisa por los pasillos desiertos y fríos, pero no quiso correr pues podía resbalar y caer, esperaba alcanzar a Draco aunque no se imaginaba donde podía haber ido, quizá a su habitación pensó el chico, pero luego se dijo que era poco probable, decidió seguir hacia la salida de las mazmorras, escuchó el eco de pisadas que subían la escalera de piedra, el chico rubio ya llegaba al principio de la escalera y Harry le gritó para que se detuviera, el rubio miró preocupado en todas direcciones, no era conveniente que alguien lo viera con Harry, pero no se asombraba mucho de la imprudencia del chico era una de las características más sobresalientes de Harry. Pero igual esperó a que éste llegara hasta él.


─ ¿Qué haces?... estás loco… como se te ocurrió seguirme y además llamarme por mi nombre… eres realmente imprudente.

─ ¿Te llamas Draco o no?

─ Muy gracioso… ya sabes que no es conveniente que nos vean juntos… alguien podría pensar cosas extrañas.

─ Cosas extrañas… ¿cómo que nos llevamos bien?

─ Exacto… ¿no sería muy extraño?

─ Sí… puede ser ─dijo Harry pensativo

─ Es Harry… no puede… es… ¿además para que viniste detrás de mí?

─ ¿Por qué saliste así de clase?... ¿y por qué estabas tan enojado?

─ No preguntes… eso es un asunto privado.

─ Le dijiste bastando a Snape.

─ ¿Y eso qué?...

─ ¿Cómo que y qué?... él siempre te agradó y tú a él… jamás te había dicho inepto… y tú jamás lo hubieses llamado bastardo… eso me recordó mucho a mis enfrentamientos con él… parecía como si hubieses tomado mi lugar… demasiado irreal… algo sucede entre ustedes… no soy ciego Draco, lo noté desde que regresaste… aquel día que fuiste a pedir tu horario… jamás había visto a Snape tratarte con tanta frialdad.

─ Bueno esta bien… ya lo sabes… Snape me odia.

─ Siempre fuiste su favorito… por qué ahora te odia, qué le hiciste.

─ ¿Por qué supones que yo le hice algo?

─ Algo debió suceder entre ustedes para que se lleven así… siempre fuiste su alumno favorito.

─ Pues ya no lo soy… ahora eres tú su favorito.

─ No digas tonterías… sabes que eso no es cierto… sólo nos llevamos mejor… pero de ahí a ser su alumno favorito hay gran diferencia.

─ Harry déjame y regresa a la clase… no tengo ganas de hablar de Snape.

─ Draco quiero ayudarte con lo que sea que te ocurre.

─ No puedes ─dijo el rubio con fastidio

─ ¿Y cómo sabes?

─ Lo que me pasa no tiene solución.

─ No digas eso… hasta las peores cosas en la vida tienen salida… mírame a mí… cuando estaba secuestrado estaba seguro que moriría… ¿y ya vez?

─ Siempre hemos sido muy diferentes Harry ─dijo Draco

─ Sí somos diferentes… hemos vividos cosas distintas, pero no me refiero a eso… quiero decir que por muy mal que parezca que está tu vida… siempre hay una forma de mejorar las cosas.


Draco se quedó en silencio pensando por un instante en lo que decía Harry, la vida de él si que estaba complicada, esperaba un hijo, se había casado en secreto con su padre pasando por encima de una sentencia del Wizengamot, algo muy grave, lo arriesgaba todo por amor a su padre y aún así confiaba en que la vida podía ser mejor.


─ Bueno quizá tengas razón… pero no puedo evitar sentirme mal.

─ Si tienes algún problema… quizá yo pueda ayudar ─dijo Harry

─ Harry… la verdad no sé si… ¡Oh demonios!... ¡no puede ser! ─dijo Draco mirando por encima del hombro de Harry

─ ¿Draco que sucede?... vamos debes animarte… nada puede ser tan terrible…

─ Harry cállate… y no voltees… tenemos un problema… Fudge viene con Dumbledore bajando la escalera… y ya nos vio.


Harry se puso tan pálido que parecía que iba a desmayarse de un momento a otro, eso fue lo que temió Draco, lo sujetó firme del brazo y le habló muy cerca del oído.


─ Harry no digas nada… sólo déjame hablar a mí… yo me encargo de esto.

─ ¿Qué vas a hacer? ─preguntó Harry con voz temblorosa

─ Salvarnos… eso haré… confía en mí ─dijo Draco rozando la mejilla de Harry con un beso mientras seguía sosteniéndole el brazo.


Aquel gesto sorpresivo de Draco hizo que Harry inevitablemente enrojeciera de vergüenza.


Fudge en compañía del director ya estaba a unos pasos de los chicos.


─ Señor Malfoy… Harry… no se supone que deberían estar en clase de Pociones ─preguntó Dumbledore con tono que sonaba muy serio.


Harry recién volteo para mirar al director y a Fudge, sintió que ahora sí era cierto que el estómago se le descomponía con sólo mirarle la cara a ese miserable que deseaba ponerle las manos encima al que ahora era su esposo, el color rojo de su rostro de intensificó con este pensamiento, sin embargo notó preocupación en el rostro del director y esto lo hizo comprender que había cometido una terrible imprudencia al seguir a Draco fuera del aula de Pociones. Sin embargo el rostro de Fudge ahora no mostraba el desagrado con que generalmente lo miraba, se veía bastante desenfadado, casi podía decirse que parecía alegre.


─ Profesor Dumbledore… yo… pues…

─ Fue mi culpa ─dijo Draco de pronto


Harry lo miró con asombro primero, pero luego intentó disimular.


─ ¿A qué se refiere señor Malfoy? ─preguntó el director

─ Bueno… verá… hubo un problema con una poción…

─ ¿Un accidente? ─preguntó Dumbledore preocupado

─ No señor… pues pasó que Harry se equivocó en un ingrediente y yo… intenté ayudarlo para que la arreglara… el profesor Snape nos descubrió y…

─ Pero eso es muy sorprendente… ¿desde cuándo el joven Malfoy ayuda a Harry Potter? ─intervino Fudge con tono algo duro que trató de suavizar todo lo posible ─tenía entendido que siempre se han odiado… al menos eso fue lo que me comentó Lucius hace tiempo


Harry estaba como de piedra, no se le ocurría ninguna cosa que fuera creíble para justificar tanta cercanía con Draco.


─ Pues sí es cierto… pero eso fue antes ─dijo Draco con tono tranquilo


Harry ahora tembló inevitablemente, no entendía que pretendía Draco.


─ Antes ─repitió el Ministro

─ Sí… antes de que Harry hablara a favor de mi padre… eso evitó que lo condenaran a Azkaban… pues ahora nos llevamos bastante bien.

─ Así estoy viendo ─dijo Fudge ─Dumbledore… usted estaba al tanto de que estos jóvenes llevaban tan excelente relación ahora… que son tan buenos amigos…

─ No somos amigos… Harry es mi novio ─dijo Draco sin más


Aquella respuesta no sólo sorprendió a Fudge, sino también a Dumbledore y al mismo Harry, jamás creyó que Draco fuera capaz de inventar algo así para justificarse ante el Ministro.


─ ¿Novios? ─dijo Fudge sin poder ocultar su asombro

─ Pues sí… por qué le parece tan extraño ─preguntó Draco al Ministro


Fudge hubiese deseado responder que le extrañaba porque había estado seguro que Harry estaba enamorado de Lucius.


─ Bueno… como siempre se llevaron tan mal…

─ Pero eso es cosa del pasado ─intervino Harry por fin recuperando el aplomo y sonriéndole al chico rubio ─además somos mayores de edad y no necesitamos permiso de nadie


Dumbledore sonrió complacido, Fudge también lo hizo finalmente.


─ Es toda una sorpresa… parece que es cierto eso que dicen que mientras más se odia a alguien más cerca se está de amarlo ─dijo Fudge mostrando visible complacencia

─ Sí… así es… Harry y yo nos dimos cuenta de que en realidad todo ese odio era atracción que siempre sentimos y tratábamos de ocultar ─dijo Draco


Harry miraba a Draco con cierto asombro por la naturalidad con que el chico podía mentir, Fudge escudriñó el rostro de Harry por un instante y según su parecer aquella mirada del chico no era otra que de embobamiento, se sintió feliz de saber que el muchacho del que en algún momento se había sentido celoso siempre había estado enamorado del hijo y no del padre como él había creído unos meses atrás. Eso era una gran noticia, realmente había temido que el muchacho tuviera algún interés en Lucius y peor aún que éste le correspondiera, pero era una sorpresa muy agradable descubrir que se había equivocado, ahora comprendía porque Potter había puesto tanto empeño en la causa de Lucius, estaba enamorado del hijo y seguro deseaba conquistar la simpatía del muchacho salvando al padre, aquello definitivamente alegraba su vida, tenía el camino totalmente libre hacia Lucius.


─ Supongo que el profesor Snape los había enviado a mi despacho ─preguntó Dumbledore

─ Pues sí… señor ─dijo Draco

─ Más tarde hablaremos del castigo del que naturalmente no se libraran ─dijo el director ─pero ahora quizá usted Ministro desee hablar del asunto que lo ha traído a la escuela ya que por una coincidencia tan extraordinaria nos hemos topado con estos jóvenes que con toda seguridad estarán muy interesados en oírlo.

─ Sí… sí no hay duda de que es una magnifica oportunidad… bueno seguramente el joven Malfoy le gustará oír sobre el asunto pues está relacionado con su padre.

─ ¿Mi padre?... ¿Qué ocurre?

─ Bueno he estado haciendo gestiones y he conseguido convencer a los miembros del Wizengamot, claro con la ayuda de Dumbledore por supuesto que se lleve a cabo una nueva audiencia para revisar el caso de tu padre.


Harry para no delatar su emoción prefirió mirar el piso mientras oía a Fudge, él no era muy bueno en eso de fingir como Draco, aún tenía la mano del rubio tomada y la apretó con fuerza.


─ ¿Y eso servirá de algo?... en ese tribunal hay mucha gente que detesta a mi padre ─dijo Draco

─ Dumbledore me ha asegurado que pondrá todo su empeño para convencer a los miembros… además espero que Potter este dispuesto a dar un nuevo testimonio… en la anterior audiencia su intervención fue precipitada… quizá ahora pueda explicar muchas cosas que en aquella ocasión no pudo decir.

─ ¿Harry hablarías a favor de mi padre otra vez?

─ Claro que sí ─respondió Harry al instante y luego agregó ─por ti haría cualquier cosa


Draco le envió una sonrisa de auténtica satisfacción a Harry, sabía que ese “por ti” no era por él, sino por Lucius, aquello terminaría por convencer a Fudge de lo mucho que se amaban.


─ ¿Y para cuándo sería la nueva audiencia Cornelius?

─ Pronto… haré lo posible para que sea pronto… quizá la primera semana de noviembre sea una fecha más cercana.

─ ¡Excelente! ─dijo Dumbledore

─ ¿Quién le dirá a mi padre? ─preguntó Draco

─ Se lo diré yo mismo… Kingsley esta en una comisión especial… yo visitaré a Lucius para informarle.


Harry sintió una repentina ira al escuchar a decir al Ministro que visitaría a Lucius, sus celos salieron a flote al oír a Fudge, sabía que estaba loco por Lucius y eso lo desquiciaba, sólo de imaginarse que estaría cerca del que ahora era su esposo y quizá intentara seducirlo le enfermaba.


─ Por favor lleve saludos de mi parte ─dijo Draco sin soltarle la mano a Harry

─ Por supuesto ─dijo Fudge ─estaré encantado de hacerlo

─ Nosotros regresaremos a las mazmorras a recoger nuestras cosas para la siguiente clase ─dijo Draco


Acto seguido sin soltar la mano de Harry se lo llevó luego de que el chico mirara de soslayo al Ministro con un desagrado que no intentó disimular, en cambio Fudge los vio alejarse con una sonrisa de satisfacción.


─ Asombroso… muy asombroso… jamás imaginé que vería a esos dos chicos juntos de esta forma.

─ Sí… no cabe duda que el amor es algo impredecible ─dijo Dumbledore

─ Muy cierto Dumbledore… tiene usted toda la razón… y por amor se hacen las cosas más increíbles.

─ Sí… y por desgracia también las más miserables.

─ Sí… eh bueno… yo debo marcharme… le estaré informando de cualquier novedad.

─ Claro Cornelius… y por favor salude a Lucius de mi parte.

─ Lo haré… hasta pronto.


&&&&&&&&&&


Fudge esa misma tarde visitó a Lucius en su apartamento, estaba demasiado ansioso de darle la noticia de que había conseguido que se llevara a cabo una nueva audiencia, estaba deseoso de ver la reacción del rubio y esperaba que Lucius le diese por este motivo un pequeño adelanto de lo que tanto anhelaba.


─ Debo reconocer señor Ministro que estoy asombrado del empeño que ha puesto en todo esto.

─ Sólo estoy cumpliendo con mi parte del trato que hicimos Lucius… yo lo ayudo a regresar al mundo mágico y usted… será mío.

─ Sí… suyo… con respecto a eso hay algo que desearía saber… ser suyo supongo que implicará ser su amante.

─ No Lucius… yo no lo quiero como mi amante… no me bastaría.

─ Ah no… y entonces.

─ Quiero que sea mi esposo.


Lucius no esperaba eso, miró a Fudge incrédulo.


─ Su esposo… pero… eso… quizá le traería desprestigio… sé que aunque regrese muchos no dejaran de verme como un Mortífago…

─ No me importa… por usted Lucius soy capaz de todo… sé que tarde o temprano lo aceptarán en la comunidad mágica… usted sabrá ganárselos a todos… siempre supo hacerlo… además nosotros sabemos cuantos son los que siempre están dispuesto a dejarse fascinar por el poder del oro.

─ Sí eso es cierto… pero Ministro está seguro que me desea como esposo… usted podría tener mis atenciones sin necesidad de matrimonio… la verdad yo soy un hombre algo inestable… quiero decir… yo soy un hombre con necesidades muy especiales…

─ No es necesario que me explique Lucius… yo lo sé… desde que murió su esposa usted a tenido varios amantes… y sé que aunque se casara conmigo yo no sería el único, pero estoy dispuesto a compartirlo con otros… lo único que me importa es que a los ojos del mundo usted sería mío… y estoy seguro que sabrá manejar con discreción sus aventuras.

─ Realmente sería usted capaz de soportar algo semejante.

─ Sí… curiosamente esta mañana hablaba con Albus Dumbledore de eso… el amor es capaz de las cosas más asombrosas… y yo a usted lo amo…

─ ¿Estuvo usted en Hogwarts?

─ Sí, esta mañana… me encontré a Draco… está deseoso de verlo… me pidió que lo saludara... y ya que hablamos de su hijo quizá le interese saber que tiene novio.

─ Draco… ¿tiene novio?

─ Sí… y estoy seguro que no se puede figurar quien es el novio de su hijo.

─ ¿Quién?

─ Pues… Harry Potter.


Lucius quedó sin habla, no sabía que decir no entendía porque Fudge afirmaba eso con tanta seguridad.


─ ¿Harry Potter?

─ Veo que le sorprende Lucius… la verdad a mí también me sorprendió verlos juntos.

─ ¿Los vio juntos?... es decir… ellos… que le hace estar seguro de que son novios.

─ Su mismo hijo me lo confirmó… después que Dumbledore y yo los viéramos en una situación…

─ ¿Qué situación?

─ Bueno… ya sabe cosas de chicos… hablándose al oído y tomados de la mano… usted comprende.


Lucius no sabía si experimentar alivio de ver a Fudge tan convencido de sus ideas o molestarse por que quizá el Ministro había visto algo que le hacía pensar que entre su hijo y Harry había algo, pero lo que no entendía era que situación sería aquella, no podía evitar sentir una pequeña quemazón de celos, sabía que era algo tonto de su parte, pero amaba con locura a Harry y no podía evitar cierto malestar.


─ Parece que la noticia no es de su agrado.

─ No… no se trata de eso… es sólo que me ha sorprendido… mi hijo siempre odió a Harry Potter… por eso me extraña… es todo.

─ Sí… a mi también me causó asombro… pero Dumbledore parecía bastante satisfecho con la idea.

─ ¿Dumbledore?

─ Sí Dumbledore… bajábamos las escaleras del vestíbulo cuando vimos a su hijo con Potter… secretitos de muchachos al parecer… cuando nos vieron se pusieron muy nerviosos los dos… sobretodo ese chico Potter… su hijo nos explicó que habían tenido problemas en clase de Pociones… uno intentó ayudar al otro y fueron descubiertos por el profesor.

─ Ah… comprendo ─dijo Lucius

─ Su hijo se veía bastante tranquilo… yo diría que feliz… Potter me pareció algo avergonzado… pero eso sí no dejaba de mirar a Draco con cara de embobado… se nota que está loco por su hijo.


Lucius sintió otra punzada en el estómago.


─ Mi hijo es muy atractivo.

─ Sí igual a su padre… ahora comprendo el porque ese empeño de Potter en ayudarlo… yo estaba seguro que estaba enamorado de usted, pero ahora sé que lo hacía porque está loco por su hijo… es increíble, no cabe duda que su hijo ha sido muy inteligente al aceptar a Potter, eso le será de mucha ayuda.

─ No me extraña ─dijo Lucius con una sonrisa que enloquecía a Fudge ─es un Malfoy… nosotros sabemos conseguir lo que deseamos… estamos dispuesto a hacer lo necesario.


Fudge casi sin darse cuenta, totalmente hipnotizado de amor por Lucius se acercó con la intención de besarlo, pero el rubio se retiró con precaución, intentando no mostrar un abierto rechazo.


─ Y por supuesto también compensamos a quienes nos ayudan… le aseguro señor Ministro que cuando consiga que yo regrese a la comunidad mágica usted será más feliz de lo que es el mismo Harry Potter en este momento.

─ Lucius… no imagina cuanto lo deseo.

─ Puedo imaginarlo… cuando recupere mi lugar… usted tendrá de mí todo lo que desea... y más.


Fudge oía la sedosa voz de Lucius como si fuese la más hermosa música jamás oída, esa sola promesa le hacía soñar con un mundo de felicidad, esa felicidad que conocería cuando finalmente tuviera a ese hombre entre sus brazos y Lucius estuviese atado a él para siempre.  

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