Capítulo 41
Pero… ¿Qué mierda estoy haciendo?
La gira, los ensayos y las entrevistas a algunas revistas lo habían mantenido más ocupado de lo que esperaba, no había podido mantenerse tan en contacto como le habría gustado con su pareja y mucho menos con su amigo, estaba en su habitación de hotel dándole vueltas al celular después de haber enviado un mensaje al rubio, sabía que estaría en clase, así que aunque fuese su único rato libre no podía llamarlo, realmente la situación era complicada para él, por un lado se sentía pleno en el ámbito musical, se sentía incompleto en lo personal.
Suspiró pesadamente, esa noche tenían una “fiesta”, hasta ahora había estado rehuyendo salir con el grupo, más específicamente con Debrah, no quería que eso pudiera terminar en algún chisme extraño, jugó un poco más con el aparato entre sus manos, pero si seguía rehuyendo el presentarse en público podrían haber rumores aún más raros… Por una noche no pasaría nada, solo iría a una fiesta, se dejaría ver un poco, tal vez incluso bailaría un par de horas y luego podría huir de esos “trámites” un par de semanas más.
Se enderezó en la cama y miró la hora en el celular, suspiró un poco, no tenía sentido quedarse ahí esperando a que el rubio le regresará la llamada, seguramente seguiría algo ocupado con eso de ponerse al corriente con las tareas y las dichosas reuniones de delegado, la vida seguía, cada uno en lo suyo, el lazo que los unía seguía firme, pero la distancia hacía difícil sentirlo de ese modo, prefería no seguirle dando vueltas a pensamientos innecesarios, deslizó el móvil de vuelta en el bolsillo trasero de sus pantalones y salió de la habitación, había que aprovechar el día.
Estirar las piernas un poco le caería de maravilla, solo tenía unas horas libres, más tarde había una rueda de prensa a la que tenía que asistir, luego una rápida reunión para ultimar los detalles de la última presentación en esa ciudad, y finalmente la dichosa fiesta, así que debía aprovechar el poco tiempo libre que le quedaba antes de verse arrastrado en esa vorágine de compromisos, el pasillo estaba vacío, metió las manos en los bolsillos de su chaqueta y echó a andar hacia el exterior del hotel, podría hacer algo de turismo ¿no?
Era una buena forma de aprovechar el tiempo libre, tomó un taxi al centro de la ciudad, él solo era el guitarrista que servía de reemplazo así que la gente no se había fijado demasiado en él, por lo tanto podía pasear por ahí con relativa tranquilidad sin que la multitud se agrupará a su alrededor, estuvo alrededor de una hora caminando y recorriendo las tiendas, seguramente podría comprar algo para el delegado, algo de ropa con estilo en su guardarropa no le caería nada mal al rubio.
Con ese pensamiento en mente entró en una tienda de ropa con un escaparate llamativo, algo de cuero o por lo menos con más color sería una gran mejora en la sosa forma de vestir que tenía el rubio delegado, tarareó un poco mientras daba una rápida mirada a su alrededor, había un par de prendas que sin duda lucirían de maravilla en su pareja, tomó una de las prendas mirándola con atención antes de dar otro vistazo a su alrededor antes de detenerse en un rostro conocido, ¿era ese el baterista de la banda?
Lo reconocía por el tono rubio de su cabello y por esa forma de moverse que le recordaba a la propia, a pesar de practicar con todos no se hablaban más de lo necesario, lo había oído bromear con el tecladista y el guitarrista, incluso con Debrah un par de veces, pero entre él y ese rubio había una especie de barrera que no entendía del todo, estaba bastante seguro de que le recordaba tanto a sí mismo, y viceversa, que lo hacía de forma inconsciente.
El baterista pareció verlo también, por reflejo le sonrió de medio lado y saludó leve con la mano derecha, el otro chico hizo lo mismo, un leve asentimiento y una mueca que pretendía ser una sonrisa, debió parar ahí, simplemente un encuentro casual fuera de los ensayos, un encuentro fugaz antes de seguir cada cual con sus asuntos, pero entones se dio cuenta de algo, ese chico, tenía una complexión muy similar a la del rubio… Era una idea tonta, producto de no haber visto a su pareja y del ocio, pero tal vez podría corroborar la talla de Nathaniel, solo era una pregunta, nada demasiado personal y en teoría eran compañeros así que era un buen momento para intentar llevarse mejor.
-Hey Jean…- se acercó a él sosteniendo todavía la prenda en la mano -¿Qué tal?- era una situación un tanto incómoda, no era alguien especialmente sociable así que le costaba lo suyo
-Hey…- respondió el otro con cierta pereza en el tono de voz -¿Necesitas algo?- era evidente que el otro tampoco estaba del todo cómodo con la situación.
-Sí, solo es una pregunta…- respondió con simpleza –Tu talla… ¿Cuál es?- lo vio cruzarse de brazos y alzar una ceja con cierta diversión
-¿Acaso planeas regalarme eso?- evidentemente era una broma así que no pudo evitar bufar una risa –Es demasiado llamativo para mí… Y para cualquiera que no quiera ser visto desde el espacio- frunció el ceño ligeramente e hizo una mueca, tal vez se había pasado con el color.
-Es un regalo para alguien y creo que tienen una talla muy similar… Es todo, aunque creó que me pase un poco con el color ¿cierto?- suspiró, simplemente le gustaba el modelo, y tenía cierta curiosidad por ver al sobrio delegado en colores vivos.
-¿Un poco?- lo vio reír y luego suspirar -¿Qué clase de persona es?- la pregunta lo tomo con la guardia baja, no esperaba que mostrará algún interés.
-Es alguien calmado, buen estudiante, delegado de la clase…- se encogió de hombros –Quería darle algo diferente….- explico sin saber muy bien por qué se estaba justificando
-Con eso solo lo vas a espantar bastante…- al parecer el baterista se la estaba pasando en grande con su falta de conocimientos en el tema, el joven se inclinó hacia adelante quedando muy cerca de su rostro –No creo que quieras espantar a tu novio ¿o sí, niño rudo?- parpadeo varias veces ante la repentina declaración –Eres más transparente que el agua…- explicó el otro sin perder la mueca burlona y divertida.
No pudo hacer más que cabecear y finalmente reír suavemente, tal vez ese chico no era tan antipático como parecía a primera vista, el baterista simplemente rio un poco más y le hizo una seña para que le siguiera por los pasillos de la tienda en la que estaban, dieron un par de vueltas durante las cuales el rubio se dedicó a sacar algunas prendas de colores vivos, sin llegar a ser realmente chillones, que le fue dando como si nada después de mirar la etiqueta de las prendas, la pila de prendas en sus brazos poco a poco aumentó más de lo que esperaba, el otro parecía realmente concentrado en lo suyo.
-Solo quería darle un regalo sencillo, no regalarle la tienda entera, ¿sabes?- susurró comenzando a preocuparse seriamente por su cartera
-Solo te seleccionó cosas decentes, niño rudo… No dije que tuvieras que comprarlo todo ¿o sí?- definitivamente ese chico era interesante, el chico se acercó de nuevo a él, tenía un aire de seguridad en sí mismo que resultaba casi sensual -¿Extrañas a tu novio?- susurró divertido, estaba tan cerca de su rostro… Se miraron un segundo y el chico sonrió de medio lado -¿Realmente me parezco tanto?- ¿se parecían? Realmente no creía que fuera eso, no compartían mucho más que el ser rubios… Quiso dar un paso atrás pero estaba ahí, clavado, mirándose el uno al otro -¿Solo es mi talla? ¿O quizá mi cabello...? ¿Tal vez mis ojos?- solo hizo falta un movimiento, un movimiento que no estuvo seguro quien hizo pero cuando quiso darse cuenta se había besado, no había sido un beso especialmente largo… Pero se habían besado… ¿Qué mierda estaba haciendo? El rubio se relamió los labios y guiño un ojo –Nos vemos en el ensayo, niño rudo…- y simplemente salió, dejándolo con una pila de ropa en los brazos y una expresión estupefacta en el rostro.