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En busca de Asami Ryuichi. por hermanas yaoi

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Notas del capitulo:

 

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Tengo buenas y malas noticias.

 

Primero y evidente es que este no resulta ser el último capítulo. La buena noticia es que ya lo tengo escrito y subiré, espero a no ser de algún suceso dentro de cinco días.

 

En el capítulo anterior Marcus pagó comisión por sus delitos, Jin ayudó a Ryui dándole tiempo al buen Asami de llegar al rescate. Ahora se encuentran en Fukuoka con la terrible noticia que no basta un te amo para despertar  de su letargo al castaño.

P.V. Asami.

Han transcurrido dos semanas, las cosas parecen estancadas, después del extraño encuentro con esa anciana, supe que era muy cercana a Akihito y a Ryui.

Al parecer Takaba le había hablado sobre mí, y al verme, aunque por primera vez, me reconoció al instante.

Dijo que podía contar con ella para cualquier cosa, me pareció dispuesta a aconsejar, sin embargo omití y hasta ahora no la he vuelto a ver.

De momento me encuentro en una de las habitaciones de un hotel perteneciente a la cuidad, ya que no congenio con ninguno de los amigos de Takaba, lo que me hace recordar vagamente al médico a cargo de Akihito.

Fushimoto Naru.

Quien apenas vio a Ryui reclamó la fuga, Ryui no respondió, entonces el doctor se dirigió a mí con superioridad, exigiendo mi identidad, y antes de poder hablar Kou dio la información congelando su expresión, al saber que yo era Asami Ryuichi, padre de Ryui, y Ex amante de Takaba.

Entonces, él de manera inmediata me dijo que no tenía ningún derecho a estar en el hospital, porque le había “abandonado”, y además que ellos estaban comprometidos y en planes de matrimonio cuando lo del accidente.

-sonrió acercándome al teléfono- en realidad no me sorprendió en lo más mínimo descubrir que Akihito tenía intenciones de casarse, cuando Ryui me hizo creer que ya lo estaba, ocho años es mucho tiempo.

Aun así no me contuve en advertirle que una promesa de compromiso no significaba más que palabras que se lleva el viento. A pesar de ese altercado no ha dejado de atender a Akihito como si fuese su esposo. Me molesta.

Antes de poder marcar a Kirishima para solicitar informes de Sion cuya intención tenia se atraviesa una llamada.

-¿Qué tal todo Ryuichi?- no es otra que Ondina a quien debo agradecer el hecho de encontrar a Akihito cuando llegamos de Tokio, en vista que después de una reunión con ella me advirtió de los planes de Fushimoto y sucias medidas de separar a sus amigos de su lado, enviando a uno de ellos a la cárcel, asunto que atendí anónimamente.

-nada nuevo Ondina, ¿A qué se debe tu llamada?- si bien es cierto se ha comportado de manera atenta incluso con Ryui. Pero él está muy diferente, no le ha sido fácil el cambio de residencia, desde que se mudó conmigo apenas y me dirige la palabra.

-¿Cómo sigue Akihito?- prosigue conversación.

-Igual- me duele admitir su estado de trance.

-¿y Ryui?

-Ondina, no quiero ser grosero, pero tengo asuntos pendientes- Ryui debe encontrar la fuerza para superar todo esto, y ahora que está conmigo tengo la responsabilidad de fortalecer su espíritu. Cueste lo que cueste.

-comprendo, pero  Asami, ten en cuenta que es solo un niño. ¿De acuerdo?- sin despedirme cuelgo la llamada prosiguiendo al contacto con Kirishima.

-Asami- sama, todo se encuentra en orden, mañana viajará  Draco, para llevarle los documentos pendientes que se han acumulado esta semana.  También siguen desaparecidos Haruka Sujino y Kaede Nori, los supuestos enfermeros que tomaron las muestras de ADN que llevó a cargo Marcus. – Falsas en comparación a las segundas pruebas que realizó Kirishima en la misma Clínica que casualmente resultaron positivas, además de desconocer intervención de personal médico, nadie había solicitado enfermeros para Sion. Ese desgraciado de Goodnight osó mentirme.

-En cuanto aparezcan, “sabes que hacer”- Todo indica que  el desgraciado cambio la sangre de Ryui por una desconocida, de modo que los resultados no estaban   equivocados, las muestras no tenían parentesco alguno.

-Disculpe Asami-sama.

-¿Qué pasa?

-puedo preguntar por el joven Ryui- puntualiza después de todo nuestros hijos forjaron una amistad importante en Tokio.

-está bien, a pesar de la condición de Takaba no puedo dejar que siga descuidando sus estudios, desde la semana pasada está asistiendo al colegio- el trabajo me sirve de distracción, por lo tanto Ryui debe asistir al colegio y dejar de poner pretextos como que quiere pasar tiempo con Akihito, cuando él ni siquiera esta consiente.

-…pero señor.

- si eso es todo referente al trabajo- concluyo.

-una vez mi hijo menor Kai enfermo a los 5 años,  una influencia estacional, contagiosa. Su hermano mayor Kei tenía entonces una presentación de piano, pero renuncio a ella por quedarse al lado de su hermano. A consecuencia reprobó artes– lo recuerdo pero  ¿por qué?- se lo comparto porque como padre me molestó el que Kei reprobara una materia, pero también me hacía feliz verlos tan unidos. Asami-sama. Por favor no olvide que el joven Ryui no es igual a usted.

-¿terminaste?- al no escucharse respuesta prosigo a colgar, y de mi teléfono busco aquella imagen en la que compartimos sonrisa. Hace tiempo que no le veo feliz, no puedo culparlo. Me dejo de pensamientos inútiles y marco nuevo rumbo a su escuela para recogerle.

 

P.V. Ryui.

Si tuviera alas volaría hasta donde Okāsan se encuentra, no me importa lo que  Asami diga, sé que él me escucha cuando le hablo, y me echa de menos tanto como yo.

Realmente odie cuando me obligó a dejar la casa de tío Kou y Okāsan, él ni siquiera es mi padre y se toma libertades como decidir donde duermo y que debo hacer.

Me envía a la escuela como si  tuviera ánimos de estudiar sabiendo que Okāsan me necesita. Extraño a Kou-oji, Takato-Oji  y a Kotori-san. Me gustaría vivir con ella en lugar de con Asami.

Pero le soporto porque en el fondo siento que esto es un castigo, y me lo merezco. Sin embargo si lo que quiere es alejarme de mamá, eso sí que no se lo permitiré. Ya bastante tiempo desperdicie en Tokio.

-Ryui, ¿otra vez te saltaste las clases?- pregunta Sasa acompañándome en la terraza del edificio. Sentándose junto a mí.

-las clases me aburren- miento volviéndome a otro lado.

-eso no es bueno si sigues así llamaran a tu papá- que me importa.

-yo no tengo padre, y tampoco me importa si se enoja.  Si por mí fuera…- huiría lejos de él.

-¿sabes? Cuando desapareciste de la escuela me sentí muy sola, porque eres mi único amigo, y te quiero mucho- comenta con una sonrisa gris que me hiere.

-ha, pues que tonta, en lo que a mi concierne no eres mi única amiga, tengo algunos buenos conocidos, cuando sea grande los iré a visitar y te los presentaré, también serán tus amigos.

-¿de verdad?- se anima sujetándome del brazo con una amplia sonrisa.

-seguro, ahora vámonos- ya van a sonar el timbre, y quiero ir al hospital.

-ojalá que tu Okāsan se recupere pronto- revela dándome una grulla de papel.

-- la tomo y guardo en mi mochila, puesto que es un dobles que representa las esperanzas de que un deseo se cumpla, mi deseo es que Okāsan abra los ojos.

Al bajar las escaleras escucho la voz de la rectora hablando fuerte de mi participación en las clases.

-oh Asami- Sama me siento honrada de verle en esta institución, pero debo advertirle que tengo observaciones negativas de su hijo, él no ha asistido a ninguna clase desde hace dos semanas, sus maestros no saben la razón porque él es uno de los alumnos más destacados. Esperamos pueda hablar con él de este asunto.

¡Que rayos hace él aquí! – tiemblo viendo un reflejo suyo  y de la rectora en  uno de los ventanales aproximándose a nosotros.

De inmediato me desencamino cogiendo otro rumbo dejando a Sasa sin siquiera percatarse de mi  fuga.

Bajo las escaleras de emergencia y salgo por la puerta trasera, busco mi propia salida de la escuela cuidándome que el guardia escolar no me cache,  y así logro dejar atrás la escuela.

Suspiro hondo, antes, soñé muchas veces con mi papá trayéndome o viniendo por mí a la escuela, pero ya no más.

 Tomo un taxi que me lleva al hospital general de Fukuoka, saludo a Yuki, que al verme solo intuye mi escape, simplemente sonríe y me acompaña hasta la habitación de Okāsan.

-estoy de regreso- reverencio para acercarme y darle un beso- recuerdas que la otra vez te hablé de Sasa, la niña que te dije que ayudé, te envía esta grulla- muestro sacándola de mi mochila- no está muy bien hecha, pero la intención es la que cuenta- junto mis manos sonando un aplauso, cierro los ojos y casi por  centésima vez pido a Kamisama- por favor despierta- entre abro un ojo y el sigue inmóvil- sonrío y le tomo de la mano- no sé porque no me canso de pedirte perdón, cuando despiertes iremos a cortarnos el cabello- pienso de vernos con la melena tan crecida, casi hasta los hombros-extraño mucho la casa, y no sé porque Asami me llevó lejos de mis Tíos y de ti, no le gusta que venga, pero no me importa, porque yo quiero quedarme contigo. Quiero estar junto a ti para  siempre, aunque seas el príncipe encantado.- en alusión a su sueño profundo- desde que estas dormido no tengo compañero de juegos ni travesuras, me gustaba mucho cuando hacíamos enojar a Kou-oji, ah y también cuando platicábamos hasta la madrugada- le veo sereno- ¿Por qué no me llevas contigo Okāsan?, si tú me dejaras estar contigo allí en donde te encuentres, te juro que me portaría bien, no te cuestionaría nada, y sería el mejor hijo del mundo. Okāsan ¿Por qué no me contestas?

Entonces  el rechinar de la puerta se escucha y volteo a ver la entrada.

 

P.V. Fushimoto.

No sé a quién detesto más, si a ese niño o a su padre, desde que apareció por su posición social se siente el todo poderoso, logró sacar de prisión al amigo de Kou e incluso hacerse de los derechos sobre Akihito, además de autorizar las visitas por menores de edad.

 De cualquier modo, “yo sigo teniendo el verdadero dominio”, entro a la habitación con la dosis cotidiana de barbitúricos. Encontrándome con Ryuichi.

-¿se puede saber qué haces aquí? No son horas de visita.- Maldigo su inoportuna presencia. Intentando ocultar la jeringa a utilizar.

-¿Qué es eso?- clava su mirada inquisitiva con afán de investigar.

-no es asunto tuyo, así que salte porque aplicaré un medicamento- no permitiré se complique.

-¿de qué clase?- continúa acercándose a mí contemplando la inyección.

-deja de hacerte el tonto, si no te sales te sacaré yo mismo- harto de su confianza le tomo del brazo con fuerza encaminándole a la salida.

-¡oye, suéltame!- forcejea jalándose a donde Akihito descansa como si el pudiera ayudarle.

 

P.V. Asami.

El haber asistido al colegio de Ryuichi fue en vano, puesto que de alguna forma logró escaparse  sin que los coordinadores lo notaran, no me extraña siendo hijo de Akihito, él siempre supo esquivar a personas indeseadas, elevo la mirada a las nubes casi seguro de saber en dónde se encuentra Ryui.

-señor- me llama una pequeña niña de coletas y mochila violeta-¿Qué es usted de Ryui?- me interroga una posible amiga suya.

-soy su papá- expongo mientras ella me regala una mirada de duda.

-“Pero Ryui dijo que no tenía padre”- contesta segura de estar siendo engañada mientras se  encamina al lado de un hombre que le sonríe y toma de la mano retirándole la mochila, ayudándola con esa carga, dejándome con un sentimiento de vacío y desilusión, mientras se me  escapa un suspiro de nostalgia al pensar que Ryui se quedó con la primera idea que arrojaron  esas pruebas de ADN  falsas.

Sin más me dirijo  al hospital seguro de hallarle.

A poco de la habitación de Akihito escucho un alboroto, como si de una discusión se tratara y al cruzar la puerta me encuentro con Fushimoto forcejeando duramente con Ryui.

- ¡Ya basta!- le tomo del hombro con violencia volviéndolo a mí con sorpresa obligándolo a soltar el brazo de  Ryui que corre a donde Akihito duerme.

-está interfiriendo, no es hora de visita, solo intentaba.

-¿sacarlo?-interrumpo con desprecio- escúchame bien doctor Fushimoto Naru, porque solo se lo diré una vez, si usted se atreve a volver a siquiera intentar poner una mano sobre “mi hijo” lo mato.- expreso con rabia de recordar la forma en que sujetó a Ryui, con un demonio no parece médico. Y no permitiré que le vuelva a lastimar.

-solo son una molestia- responde intimidado saliendo de la habitación, abriendo paso a los amigos de Akihito y a una enfermera.

-¿Qué pasó ahora?- guardo mi distancia omitiendo detalles.

-nada-me retiro acomodándome en una silla junto a la ventana. Mientras Ryui evita cruzar miradas conversando con sus familiares en voz baja.

-yuki- se dirige a la enfermera- ¿Qué cuidados le dan a Okāsan?

-¿ah?, bueno, primero están las medidas de oxigenación, por eso tiene esa mascarilla azul cubriéndole la boca y nariz, ya que su inmovilidad le dificulta la aspiración  de aire. Se vigila cada 24 horas, cuidando que él tuvo endotraqueal  funcione adecuadamente, sin obstruir los bronquios principales  checando los sonidos respiratorios. También está  su nutrición, Akihito está más delgado y seguramente en valores analíticos resultaría en desnutrición. Por lo que se somete a la gastrostomía. Es la colocación de una sonda de alimentos – si he sido testigo de ese procedimiento- por otro lado en movilidad debemos mantener la alineación anatómica correcta y movilizarlo cada 2 horas.  Le sentamos en la cama o en el sillón 3- 4 veces al día. Y claro procuramos se higiene, realizando un lavado de cama diario, cambio de sabanas y de ropa a Takaba, lavado oral 2 veces  de igual forma efectuamos  revisión y aseo de mucosas diariamente, aseo de uñas de pies y manos cuando precise. Se supone que esto es realizado por la familia, pero Kou, Takato, Fushimoto y otros compañeros del hospital lo llevamos a cabo con mucho gusto porque Akihito es nuestro amigo- Ryui  se contiene levantándose acercándose a Takaba.

-¿Qué hay de medicamento? ¿Cómo inyecciones?- pregunta acariciando sus crecidos cabellos castaños.

-¿ah? Mmn, no Ryui, eso se provee únicamente si Akihito padeciera  una enfermedad, además que yo sepa, no se le suministra medicamento alguno- Ryui da vuelta hacia Kou susurrándole algo al oído.

Viendo de reojo el contador de tiempo clavado en la pared me percato del retardo que tomo para el almuerzo.- Ryui- nombro levantándome a lo que él  intercambia miradas con su Tío como si le pidiera algo.

Me adelanto dándole a saber que no estoy dispuesto a cumplir caprichos.

Akihito se queda con la enfermera mientras en el pacillo me detienen los otros dos.

-oye Asami- me paro cansado de esta petición- entiendo que seas un hombre ocupado y de negocios, pero no por eso arrastres a Ryui a un ambiente al que no está acostumbrado. Quizá no sea hermano de Akihito, pero lo quiero como si lo fuera, somos amigos de la infancia y convivo con   Ryui desde que estaba en el vientre de Takaba. Así que por favor sédeme su custodia, no soy rico, pero te juro que nunca en la vida le faltara nada y…

- eso no pasara-  conozco perfectamente los lazos que unen a Ryui con estas personas, veo al pelinegro y al rubio-  yo soy el padre de Ryuichi, y él tiene que estar conmigo, no los detendré si desean efectuar un juicio, pero tengan en cuenta que las llevan de perder- muestro las pruebas de ADN enviadas por Kirishima cediéndolas- no les prohíbo contacto porque él los estima, sin embargo si me entero que lo persuaden de actuar en mi contra, entonces no me tentare el corazón para llevármelo de regreso a Tokio y trasladar  a Akihito de Hospital advierto recordando el momento en que Ryui le susurró durante la conversación.

-¿Qué?, ¡tú estás loco!, que seas un maldito no quiere decir que yo se lo  recrimine, cuando Ryui es perfectamente capaz de darse cuenta por sí mismo, ¿y que si eres su padre? eso no basta- arruga las pruebas estrujándolas- no por ser su padre quiere decir que Ryui te quiera, ¿Qué no entiendes que lo único que le haces es daño igual que se lo hiciste a Akihito?- se exalta con intenciones de agredirme.

-Kou, tranquilízate- siendo detenido por el  oji verde.

-no me importa si Ryui me quiere o no, ahora es mi responsabilidad su desarrollo y  educación- acotó continuando mi camino, pero, tras resentir la presencia de Ryui. Me doy cuenta que no está cerca.

-¿les parece gracioso esconderlo? ¿En dónde está?-ambos intercambian miradas alarmantes.

- genial, el  gran Asami Ryuichi que se supone es responsable del desarrollo y educación de su hijo lo pierde en menos de cinco minutos-  suficiente indispuesto a ser  tildado me dispongo a buscarlo, no debe andar lejos.

Eso pensé, pero en medida que el tiempo transcurre desespero y por la ventana le veo tomar un taxi.

-¡Ryui!-¿A dónde diablos va?

Sin otra opción desciendo, llamo la limosina e intento seguir, para mi mala suerte taxis hay demasiados, y en verdad no tengo la menor idea de a donde partió.

Me ánimo retrocediendo frases que dijo durante su estancia en Tokio, y al llegar, entonces caigo en que… no conozco a mi propio hijo, y tengo la sensación de que nunca me permitirá conocerle. Me odia desde que fui incapaz de interceder por Akihito, si solo pudiera hacer algo, pero no.

…usted parece un hombre frio pero apuesto… - resuenan en mi cabeza las palabras de aquella anciana, podría ser que él. Pero si ni siquiera se en donde vive. Demonios- sin más vueltas me comunico con Kou, aunque sin esperanzas de que conteste después de la discusión.

#-¿y ahora que quieres?- atiende de mal modo.

-la mujer de edad adulta, que estaba en el hospital el día que llegamos a Fukuoka- describo esperando la reconozca.

#-Kotori-san- cierto, había olvidado su nombre.

-¿Dónde vive?- interrogo sin recibir respuesta.

#-¿Por qué debería decírtelo? Tienes muchos medios, averígualo por ti mismo- toma en cuenta casi negándome la información. Dejando por un momento el orgullo de yakuza por Ryui.

-por favor, dime en donde esta- emito humildemente  como último intento  de obtener la dirección.

#-…parque Rakusuien, barrio sakuyo. Número 14.-dicedespués de una pausa larga colgando el teléfono, por lo que sin más obstáculos cambio el rumbo.

 

P.V. Kotori.

Qué día tan difícil debe haber tenido el pequeño Ryui. Medito en silencio viéndolo acomodarse en una de las habitaciones del templo. Con sus ojos llenos de invierno, me preocupa que sea tan  reservado a  su edad.

Salgo del cuarto dejándole a la vista una taza de té, intuyendo la pronta visita de Asami-sama- mientras espero cojo la escoba y empujando algunas hojas traviesas que con ayuda del viento pretenden dar mala vista a mi parque, limpio la entrada, al menos cuando ese hombre llegue le podre decir “pásele a lo barrido”- sonrió al recordarle tan elegante y apuesto, Akihito sí que tiene buen ojo para los chicos.

-Buenas tardes- se escucha la voz ronca de un hombre perdido, y al girarme felicito mis acertadas palabras.

-buenos días Asami-sama ¿En qué puedo ayudarlo? – parece como si algo le intranquilizara.

-estoy buscando a Ryuichi, ¿está aquí?- oh ya veo.

-¿Qué haría si le dijera que no?

-entraría a buscarlo, señora- cambia el tono a retador, como si a mis años pudiera asustarme.

-sabes hijo- reflexiono encaminándome a una banca frente al estanque, mismo sitio en que alguna vez observé tan afligido a Takaba- hace algunos años mientras estaba fuera del parque llegó un muchacho desesperado, asustado que lloraba porque no sabía si hacer lo que él quería o lo que le imponían… - escuchaba Asami-sama de pie frente a mí- Akihito tenía que escoger criar a un bebé solo, o abortarlo- su semblante cambio  tomando asiento junta mi escuchó-aún recuerdo su cara, no dejaba de llorar, me contó de su embarazo y de usted, el hombre del que huyó, para estar en semejante situación sus ojos brillaron al pronunciar su nombre. Akihito parecía enamorado, así que hice por él lo único que creí prudente. Animarlo por un mañana mejor, al lado de su futuro hijo. Ryui.

-creo que él me odia- suspiró viendo al templo, casi imaginándole en su interior. 

-oh Asami-sama los niños son incapaces de odiar. En cambio sí aman, aman todo con una intensidad que a su edad les permite soñar. Pero el amor también es el responsable de sonreír, llorar y despreciar. Ryui estaba tan unido a su Okāsan, que el perderlo le impide darse cuenta de la presencia de su Otōsan.

-¿no soy importante?- concluye.

-yo no lo diría de esa forma, todos los niños necesitan de un padre, cuando era más pequeño agobiaba a Takaba con preguntas referentes a usted, ¿Cómo era?, ¿de donde era?, ¿en dónde estaba?... Ryui lo ha querido desde siempre. Que no le quede duda. Sin embargo también debe tener  claro que Ryui, no va a ser lo que usted desee, no le imponga sus maneras, porque podría suceder que le forme un juicio, y que lo crea culpable de sus necedades.

-¿A qué se refiere?

-como no dejarlo pasar tiempo con Akihito desde luego, porque es cierto sus ojos son como los de usted, pero aunque no crea, el mirar es suyo. Puede inculcarle, pero no forzarle, y sentirlo suyo, pero no engrillarlo, y aunque se le parezca, sea su retrato, tiene sus propias alas, y no se puede evitar, se caerá, se lastimara, y se levantara, para al final marcharse, porque esa es la ley de la vida, y su único  deber es apoyarlo.

-¿entonces que se supone que haga?, demonios- padres primerizos ¿Qué se puede esperar. Le tomo de la mano.

-…comience con entrar al templo y decirle cómo se siente, que el sufrimiento no los separe. Sino una como familia- se estremece, ya sé porque a Ryui le cuesta tanto trabajo expresarse. Pero solo su padre puede mostrarle lo que se significa tristeza y esperanza- si consigue que Ryui llore frente a usted,  nunca le guardará secretos- comento viéndolo encaminarse al templo mientras le sigo de lejos.

Se detiene frente a la puerta y duda su intromisión, se arma de valor adentrándose. Yo me detengo fuera de la puerta con intenciones de asesorar la conversación que se avecina, previniendo alguna discusión severa que se pueda efectuar.

--Ryui…-llama Asami-sama sin conseguir respuesta.

--vete, no quiero verte- pronuncia Ryuichi molesto a primera vista, pero en mi opinión diría a punto de colapso.

La madera rechina en señal que Asami-sama tomó asiento.

-yo… siempre voy a querer verte, de cerca o de lejos. Todos dice que te pareces a mí, pero para mí eres más bien  el vivo retrato de Akihito, rebelde, impulsivo, testarudo y noble. Eres lo más importante que la vida nunca me dijo que tenía- declara con un tono firme pero dulce.

-eso no es cierto- disputa con el crujir de la madera, como si se hubiese puesto de pie- tu no me quieres, no quieres a nadie, no me dejas estar con Okāsan,  me separaste de mis Ojis, me obligas a ir a la escuela. ¡Yo quiero… yo quiero irme con Okāsan!- expone Ryui molesto con notoria desesperación.

-escucha, nunca he querido separarte de Akihito, tampoco de tu familia, lo que busco es…- vamos Asami-sama no se detenga ahora-… lo que quiero decir es que tú, tu.

-ni siquiera sabes que decir. Pero tampoco es como si me importara, vete y déjame aquí con mi abuela…

De repente ninguno de los dos dialoga. El silencio se manifiesta intrigándome. Mas no me atrevo corromper su interacción.

-¿te sientes mal Asami?- apenas se perciben unos suaves pasos- no debí decir eso, lo siento.

-no quiero que te sientas solo, ni triste, tampoco culpable. Yo amo a Takaba como nunca creí amar a alguien, incluso cuando lo creí muerto, motivo por el que jamás lo busqué. Tal vez sea yo quien te necesite hijo, y es injusto. Pero así soy yo. Te quiero conmigo como se quiere a un sol para iluminar la mañana. Me duele pensar que los días pasan y la vida me separa más  de ti cuando vivimos bajo el mismo techo. No quiero que eso suceda, por eso… Si así lo quieres, hoy miso puedes volver con Takato y Kou.

-Otōsan, ¿ya no me quieres?- susurra Ryui con voz quebradiza.

-… tonto, ¿Qué no escuchas lo que te digo? Te amo hijo, pero no voy a perderte como perdí a Akihito a causa de mi egoísmo, a ti no.

-… Otōsan-entre llama Ryui vencido al conocer los sentimientos de su padre  no distintos a los suyos. Ambos tienen miedo, se sienten solos y desdichados - Otōsan, lo siento-por fin escucho los sollozos de ese diablillo acompañado de un choque corporal, me supongo el primer abrazo sincero entre padre e hijo.

-Ryui…

-no quiero que me dejes papá, lo siento…

Oh mi querido Akihito, date prisa en despertar, que aunque estos dos se reconcilien siempre te necesitaran.

 

 

P.V. Ryui

Un día más ha transcurrido. Otōsan ya no me pidió que asistiera a la escuela, y aunque Takato-oji y Yuki-chan vinieron más que de visita a llevarme con ellos como Otōsan había propuesto decidí quedarme.

Es lo menos que puedo hacer después de haber visto a Otōsan tan triste y arrepentido, no me siento con el poder de juzgarlo, me quedare con él hasta que Okāsan despierte. Tengo fe.

También por la noche llegó un paquete en el que  Jin me había enviado  el libro que Okāsan escribió para mí, su tan preciada cámara, y la fotografía que Marcus rompió durante el secuestro en Odaiba, que remendada con cinta adhesiva tomó su forma rectangular.

Llego al hospital con permiso extendido por papá, que se queda en el pasillo mientras yo me dentro a la habitación en donde mi tío Kou luce unas ojeras de mapache bien marcadas.

-¿tienes sueño?- bromeo acercándome a Okāsan.

-claro que sí, he estado en vela como me pediste. Lo raro fue que Fushimoto asistió siete veces al cuarto molestándose por verme, sugiriéndome que me fuera a descansar.- como sospechaba algo se trae entre manos.

-¿pero no lo hiciste cierto?

-ha, claro que no. Me pareció demasiado  sospechoso- sí que lo es, pero-veo a Okāsan descansado, lo importante es que él está bien.

De pronto mientras peino sus cabellos despejando su frente mueve una de sus manos y entre arruga el ceño,  me le separo enmudecido por la sorpresa al ver que sus ojos hacen un esfuerzo duro por abrirse vinculándose  conmigo.

-… ¡Okāsan!- creo gritar pero apenas emito un murmullo.

-¡¡¡Doctor!!!- a diferencia de mi Tío que sale a la puerta llamando al sempai mientras mis ojos poco a poco se nublan y a pasos cortos me acerco nuevamente, pidiendo al cielo que no sea un sueño.

Otōsan, Takato, Yuki, y  el mismo medico Nakumi me supongo cercano a la habitación  se integran.

-¿Ryui?- pronuncia dejando correr por mis mejillas tantas lagrimas contenidas mientras corro hacia él, Okāsan, Okāsan, Okāsan, no me salen las palabras. Gracias.

 

P.V. Akihito.

Una punzada en el brazo me hace moverlo, me siento entre dormido y despierto, preguntándome ¿Dónde estoy?, ¿Qué estoy haciendo? Lucho por abrir los ojos contemplando a mi lateral a Ryuichi con un  semblante pálido.

Y al llamarlo rompe en llanto aferrándose a mí.

Entonces los recuerdos surgen uno a uno, como memorias perdidas, ¡el accidente!

-¿estás bien?, ¿no te pasó nada?- le tomo fuertemente interrogándolo, aunque luce saludable, me enternece la forma en que me sujeta, como si no quisiera perderme.

-está bien Aki, tú fuiste el que ha estado en coma por casi un mes- me indica Kou extendiendo su mano que sostengo impactado por la noticia, ¿En coma? Pero si para mí el accidente apenas fue ayer.

-…Akihito…- llega a mis oídos como una voz fantasma, de hace años inaudible. Ubicando a su emisor tiemblo por dentro, reconociéndole al instante, “Asami”.  Mi corazón late desenfrenadamente acompañado de un mareo  colosal y un presentimiento de espejismo,  cayendo en cuenta que no lo es resta una pregunta final ¿Qué haces aquí?

 

P.V. Fushimoto.

 

-¡Akihito!- … no puede ser- Doctor Nakumi, necesito que dejen la habitación para revisar al paciente.

-es verdad, por favor permitamos al Doctor Fushimoto hacer su trabajo- obedecen a excepción de Ryui.

-Okāsan, ¡no!

-estaré bien Ryui, por favor ve con Kou- solicita limpiado las lágrimas de su sucia cara.

Atendiendo el favor no puedo evitar contemplarlo con culpa y lastima.

-tengo entendido que he permanecido en coma, gracias por cuidar de mi Naru- no lo digas Hilay - ¿Qué pasa? ¿Por favor dime?- ruega creyendo lo peor sin saber la verdad.

-no debiste despertar-acepto recordando que volvió de la coma  a los dos días después del accidente bajo mi vigilancia.

-¿Qué dices? Fushimoto, no entiendo-  mientras dormías yo era la persona que procuraba de ti, y lo permitías sin posibilidad de negarte, como lo hiciste a mi proposición de matrimonio. Por esa razón yo.

-todo volverá a ser como antes-clavo en su brazo la dosis de sedante suministrado comúnmente para inducir un coma si  deterioro cerebral. Maldiciéndome por no haberlo hecho anoche mientras aún existía el efecto en su sangre.

Cubriendo su boca impidiendo llamada de auxilio.

Aléjate de  Okāsan!-grita fuertemente el crío quien continuaba cerca de la habitación testigo de lo sucedido.

- esto es por su bien- aseguro a Kou y Takato irrumpido con prisa por la alerta deRyuichi teniendo en mano la jeringa.

-¿Qué fue lo que le hiciste a Takaba?, ¿Por qué esta inconsciente?-insiste Yuki.

-di la verdad Fushimoto, tú le inyectaste algo, le dijiste que no debió despertar – culpa convirtiendome en el centro de miradas sonriendo al destino por impedirme a la persona que amo.

-¿a qué se refiere Ryui? Contesta Fushimoto-ordena Asami cogiéndome de la bata con demanda, jamás le reconoceré como el dueño de Hilay, él es mío.

-¡Si lo hice y que!- grito quitando sus repugnantes manos de mí, recibiendo al instante un impacto en mi mejilla, un duro puñetazo que me hace caer al suelo con el rostro entumecido.

-Fushimoto-sempai-murmura el mocoso viéndome abatido.

-¿Por qué… POR QUÉ NO ME DEJAS SER FELIZ RIN?- interrogo a mi desdichada vida siendo levantado nuevamente por Asami.

-¡Otōsan no lo hagas!- interviene el escuincle a poco de ser golpeado por segunda vez.

 

P.V. Ryui.

Fushimoto-sempai. ¿Cómo nuestro propio medico puede traicionarnos de tal manera? Quizás siempre hemos tenido diferencia, pero él fue quien me trajo a este mundo y por anécdotas de Okāsan sé que también le salvó la vida durante el parto.

Pero cuando me llamó Rin, lo supe. Su mirada trastornada me da la razón y con tristeza ruego a papá el que le perdone.

-Fushimoto sempai… ¿Quién soy?- todos los presentes me miran como si no comprendieran la situación de Fushimoto-san. Al no recibir respuesta la modifico-¿Quién es la persona que está en cama?

-Hilay…- murmura con seguridad.

-no…-  me duele decírselo- él es Takaba Akihito, mi Okāsan, yo soy Takaba Ryuichi, y él es mi papá, Asami Ryuichi. Yo no soy Rin. Su hijo murió con Hilay-kun. ¿Ya lo olvido?- entonces Fushimoto-sempai parece dispersarse, como si ni siquiera me hubiese escuchado, encerrándose en su propio mundo. Otōsan le suelta comprendiendo su estado de desequilibrio mental. Mientras el doctorNakumi que ante el alboroto acudió lo acompaña afuera.

-¿Qué le pasará a Akihito?- pregunta kou-oji mientras Yuki le revisa.

-estará bien, solo debemos esperar a que la dosis pierda efecto. No puedo creer que Fushimoto-sempai lo haya tenido bajo un coma inducido.

-no fue su culpa- defiendo teniendo en mi memoria millones de recuerdos juntos, quizás no fue la mejor persona del mundo y debiera guardar resentimiento, en cambio lo compadezco, perdió a su familia. Que me siento dichoso porque se haya descubierto la verdad  y papá no le haya lastimado.

-Gracias Otōsan- le tomo de la mano acercándonos a Okāsan.

-yo también le debo mucho- admite mirándome fijamente. En espera de que Okāsan vuelva en si para por fin estar juntos los tres.

Ahora nada puede salir mal.

 

Continuará.

Notas finales:

Me responsabilizo de abucheos, por el cambio de planes a último  momento, pero es que al instante  de  redactarlo era extremadamente extenso.

Hasta a mí me dolía la cabeza de leerlo.

Y los cinco días de espera que impongo son únicamente para que me hagan saber que les aprecio. Envíenme un RW por favor.

Kazz.

PD: el fanArt lo subiré con la última actualización.


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