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Singularidades por Dtzo

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Si no pisas por donde debes, eventualmente tropezaras. Si no puedes continuar, ya te has dado por vencido.

Un sustituto, un chivo expiatorio, una cuerda de seguridad, una excusa, un pretexto. Todo eso y más terminó resultando el pequeño Mokuba para Yugi, tras ese pequeño contacto físiconada fue igual para ninguno. Además de que no se atrevían a charlar sobre lo acontecido, Kaiba había hablado.

No supieron cómo o por qué y el más sorprendido ante todo esto fue el mismo Yugi. Fueron un par de palabras pero con eso bastó para saber que ya estaba libre de un sueño interminable.

¿Cómo va la corporación, Mokuba?”

Sabía que ahí estaba su hermano y una persona más que no conocía pero alguna vez vio durante el colegio, Mokuba inmediatamente tomó su mano para hacerle saber que ahí estaba.

-¡Seto! Todo, todo marcha bien.

Al chico de ojos amatistas se le congelo el corazón y ese sentimiento de remordimiento y culpa se volvió a instaurar fuertemente en su mente, en su pecho y su ser.

-¡Mira, Yugi! Seto despertó, regresó… - y oculto su emoción expresada en agua salada que rodaba por sus ojitos, Yugi de incorporó se su asiento y le tomó de los hombros en señal de apoyo. Se negaba a dejarse llevar por sus emociones y se las guardo para sí.

-Así es, Mokuba – y después susurro un “Bienvenido, lo siento.” Sabiendo perfectamente que ese perdón jamás sería escuchado o tomado en cuenta.

Seto terminó por dormirse durante la tarde, el menor de los Kaiba mando traer todos los servicios iniciando por el de la comida, ya tenía suficiente tiempo con un suero conectado a la muñeca, su aspecto decayó considerablemente, la piel pálida y los labios secos, su evidente falta de alimento junto con el cabello tanto más largo de lo usual. Gracias a las atenciones de las enfermeras, no tuvo mucho problema con la movilidad de sus articulaciones, lo que sí, fue la evidente debilidad que presentaba su voz y semblante. Y aún con todo y todo, Seto volvió a sumirse en un sueño menos profundo pero necesario para su cuerpo, momento que aprovechó Yugi para pasar a retirarse.

-Creo es tiempo de irme, Mokuba – dijo Yugi en voz baja para no hacer mucho ruido.

-Yugi…

-¿Qué ocurre?

El menor se encogió sobre sus hombros sin evitar un evidente y adorable sonrojo.

-So-sobre lo de hace rato…

-Pierde cuidado, no pasó nada – y le dedico esa cálida sonrisa que era más una disculpa que un “está bien”. Pero no todo estaba bien, sabía perfectamente que aquella acción del pequeño conllevaba un significado que se había negado a tomar en cuenta, lo sabía de algún modo pero prefería hacer la vista gorda, además de que era tanto su parecido en ocasiones con el castaño que, una parte muy oculta de él, buscaba algún momento para hacer exactamente lo mismo que acababa de suceder. Las bofetadas mentales que se proporcionaba por reconocerse tan egoísta y despechado no le hacían tanto efecto como esperaba, un simple “no pasa nada” un “todo está bien” le nublaban cuan distorsionada se encontraba su realidad.

Sus pasos eran largos, extenuantes y pausados. Pensaba mucho al respecto sobre Kaiba, lo había logrado… finalmente aquellas sesiones nocturnas frete a esa enorme puerta habían servido de algo, quería pensar que así era. Si no ¿Por qué otra razón despertó?

Una vez de vuelta en casa, se tumbó boca abajo en su mullido colchón y rodó un par de veces antes de dar un largo y aliviado suspiro, ya no tendría que recurrir a la ayuda de Yami o de su “brillante plan” de desaparecer en ese recóndito lugar de su distorsionada mentecita, miró la luna por la ventana; cuarto menguante. Sus esperanzas renacieron, podía hacerlo, podía deshacerse de las anomalías de su habilidad.

A la mañana siguiente esperaba poder enmendar la situación de Joey, y no sólo él, todos a los que había afectado. Pero por algo se ha de empezar.

-¿En qué tanto piensas, Yugi? Has estado distraído toda la mañana ¿Te sientes bien?

Ahí estaba una pequeña oportunidad para hacerle recordar.

-Estoy bien, Joey.

-No lo parece ¿Sucedió algo con Mokuba?

Tomó una gran cantidad de aire y asintió, quería saber si volvió su interés en Kaiba.

-Algo así.

-¿Quieres contarme?

-Bueno… Kaiba finalmente despertó.

Observo con total lujo de detalle los orbes dorados de su amigo en busca de un mínimo atisbo de brillo ante la mención del poseedor de orbes cyan. Y no se decepcionó del resultado; diminuto, insignificante y casi invisible pero ahí surgió.

-¿En serio? Pues ya era tiempo.

Enseguida esa chispa se apagó y metió sus manos a los bolsillos del pantalón para voltear a ver por la ventana con indiferencia.

-Sí, Mokuba está rebosante de alegría.

Había esperanza, lo sentía. Tal vez durante la noche intentaría reforzar su entrenamiento para adquirir más habilidad, que esta vez estaba decidido a utilizarla a favor y no en contra.

-Ya veo, su pequeño hermano merece un descanso después de todo lo que ha hecho en pos de él.

Durante el tiempo que Yugi estuvo de vuelta con su abuelito y había encargado a Mokuba con Joey, fue que surgió un escándalo dentro de los muros de KC, para ser más específicos, en el departamento de mercadotecnia. Un supuesto plagio de un eslogan junto al logo de la corporación, y exactamente fue una tontera que buscaba hacer trastabillar al vicepresidente. La mayoría de los empleados notaron su ligera ausencia un par de meses antes de que el jefe en cabeza estuviera convaleciente, además de que Mokuba ya había tenido un par de roces con el departamento a causa de las exigencias de Seto, quien repudia a más no poder el departamento. Si Mokuba podía con ellos, podría con cualquier cosa. No era que fueran malos, pero si eran sumamente sensibles ante el carácter de los Kaiba, con Seto no había nada que pudiesen echarle en cara para que cambiara un poco su carácter a con ellos, pero con el pequeño y recién involucrado vicepresidente tenían para hacerle pasar un mal rato y ¿Por qué no? Una pequeña demostración de su inconformidad. Sin embargo, Joey, intercedió ante las malas posturas que presentaban, declarándolas como absurdas e infantiles, restregando su compromiso a con la compañía y a su jefe por tolerar sus niñerías, recalcando en la consideración de Seto para no mandarlos a la calle por ese tipo de actitudes. En un inicio, el departamento ignoró su intervención pero al escuchar lo último y recordar que todo estaba siendo monitoreado por un circuito cerrado, fue que relajaron la situación y se dispusieron a disculparse y enmendar el alboroto.

Se lo terminó contando a Yugi, lo había olvidado pero al escuchar sobre el regreso de Seto, algo dentro de él le movió a hacerlo.

Al final del día, el dúo dinámico regresó a casa.

Yugi pensaba, pensaba demasiado al respecto de sus acciones y de las repercusiones que les causó a terceros. Cosa que le motivaba a remediar el daño a cualquier costo.

¿Quién iba a decir que al tocar la almohada se sumiría en un sueño común y corriente? Así sucedió, no tuvo ni la menor oportunidad de quedar consciente en su segundo plano, un sueño mortal, mundano y aburrido. Uno donde sólo cierras los ojos para encontrarte en un espacio oscuro en el cual tu mente no puede hacer más que descansar el cuerpo.

El despertar jamás le pareció tan natural y sencillo, usualmente tardaba más en incorporarse, la cabeza la sentía más liviana que de costumbre. Era fin de semana y había madrugado, el reloj digital marcaba las siete en punto, decidió dormir otro rato, no había entrenado en su segundo plano y quería aprovechar la oportunidad.

La presión que ejercía en el agarre de sus cabellos no le parecía lo suficiente para hacerle saber que no estaba soñando ni un poco, no podía entrar a su segundo plano, el cerrar los ojos sólo implicaba una cosa; obscuridad absoluta. Como antes de estar consciente de sus habilidades, una parte vital de él se estaba extinguiendo y le estresaba el no saber porque. Si no podía hacer nada con sus habilidades ¿Cómo podría ayudar a los demás? Solomon, Mai, Joey…

No sentía la fuerza para corregir el pasado.

Su fin de semana pasó como un suspiro, además de su inminente semblante de decepción que Tea le mencionó y este negó. Era como en un principio, antes de ir a conocer a Solomon.

Lo más alarmante era que se había vuelto como un fantasma, no se le veía en todo el día o se le escuchaba hablar, era, de algún modo, invisible.

La miraba acongojado para después desaparecer tras la puerta de su habitación.

Tea no insistió pese a su preocupación, porque muy dentro de sí, entendía perfectamente a su pequeño hermano.

Yugi por su parte no tenía ánimos de nada, todo le era indiferente, gris y sin sentido. Una rara sensación de inquietud e irritabilidad se asentaba en su cuerpo, una de impotencia, de debilidad.

“¿Dónde estás?”

Le pareció haber escuchado que alguien lo llamaba, asomó su mirada a la ventana pero no vio algo o alguien.

-Tal vez sea mi imaginación.

 

CONTINUARA...

Notas finales:

uwu perdonen lo corto del capítulo y largo tiempo :/ era para que fuese más sustancioso pero la verdad, con este me la quiero llevar más tranquila pues siento y (conociendome) si hago marcha forzada, no acabara bien. Por lo mientras ya quedó el nuevo capítulo :D ya por fin desperte al bello durmiente ¿Qué seguirá ahora? ¿Seto habrá querido regresar o no podía? Todo se resolverá en un futuro no muy lejano, el final ya está trazado :( el problema es hacer el camino hasta el, yo sola me puse la soga al cuello al pensarlo x3 en fin.

Un enorme beso y abrazo a esas bellas personitas que siguen aún con este retorcido proyecto en el que puede suceder cualquier cosa y quienes vienen llegando a este punto, bienvenid@s <3 

Cya~


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