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En busca de Asami Ryuichi. por hermanas yaoi

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Notas del capitulo:

Vengo algo pasada de tiempo  a  presentar la última actualización de “En busca de Asami Ryuichi”, creo uno de mis proyectos más populares.

No sin antes agradecer a todas y todos, incluso anónimos o quienes únicamente dieron lectura al trabajo, que tuvo sus altas y bajas, pero por fin llegó al cierre. “Muchas gracias”

Oh, y una última aclaración, no soy dibujante profesional eh, ténganlo en cuenta x_x

En el capítulo anterior se descubrió la coma inducida que Fushimoto aplicaba en Takaba con la intención de manipularlo, ahora destituido como médico e internado en un centro psiquiátrico.  Ryui y Asami se volvieron cercanos y sieguen en espera de la pronta recuperación de Akihito, manteniendo esperanzas de formar una familia.

Aunque hice todo porque no fuera extenso, no lo logré, espero no aburrirlas, decepcionarlas  o enfadarlas.

P.V. Akihito.

Al despertar por segunda vez Asami no estaba. Por un instante creí que quizás había sido mi imaginación la que me jugó una treta.

Pero Ryui me advirtió que eso no era cierto. Relatándome a su juicio la gran hazaña de búsqueda, además de otras aventuras, que lejos de gustarme me ponían los pelos de punta al imaginarlo en situaciones comprometedoras. Como partió solo en busca de Asami, y de un tipo que le siguió hasta Tokio y que Asami se encargó de neutralizar, además de sus roces con Marcus Goodnight al punto de rapto, que realmente me costó trabajo creer, pues era conocido mío, no íntimo pero según Ryui me odiaba,  Ryui me aseguró no haber sentido miedo. Por  mi parte Intenté aparentar calma  con el objetivo de que este pillo me contara  todo hasta el final.

También me dijo lo acontecido con Fushimoto,  como planeó llevarme a América. No supe que decir. Sin desmentir un inexistente compromiso me sentí culpable, mas Kou me  apoyo y dijo que Fushimoto estaba recibiendo atención y medicación. Que no me preocupara. Solo espero que algún día pueda perdonarme si llegue a herirlo, y sea feliz.

-muy bien Akihito-san, apenas recibamos los exámenes médicos para cerciorarnos de que no haya sufrido ningún  daño cerebral podrá salir- da a conocer, aunque por mi parte me siento muy bien, sigo sin creer que estuve sedado por casi cuatro semanas.

-Okāsan traje el libro del mafioso y su fotógrafo, ¿quieres que te lo lea?- me dice Ryui recién llegado del colegio con una enorme sonrisa.

-más tarde Ryui… ¿tú sabes por qué Asami no ha venido?- es decir no me importa mucho que me visite, pero me siento extraño, después de ocho años sin hablar, apenas le vi por un momento, y luego nada. Aunque en teoría él si debió haber estado conmigo desde que llegó a Fukuoka.

-¿Qué no ha venido? Pero si Okāsan Otōsan está en el pasillo, ayer también estuvo todo el día ahí. Quizás esté esperando a que tú lo llames. ¿Quieres que le hable?- ¿ah? ¡No digo para que comprometerlo!

-no hace falta- ¿Cómo diablos pasó por la cabeza de Ryui que yo necesitaba de Asami para despertar? Me lo preguntaré toda la vida.

-já, no seas tímido, él también se muere por entrar, iré por Otōsan- ¡EH!

-no Ryui, aguarda- intento detener pero sale como rayo sin escuchar nada.

¿Qué hago?-a ver a ver una manita de gato- entre que me peino volviendo en si- ¿Por qué me importa? Ya no soy un niño tonto. Y tampoco me siento enamorado. Planteo mi edad y situación.

Entonces su silueta se dibuja en la ventana de la puerta. Tomándose la molestia de tocar.

-adelante- concedo pretendido calma sin saber siquiera que decir. Es solo la impresión del tiempo que parece no haber transcurrido cuando lo veo entrar y acercarse formalmente a mí.

-Akihito- su voz no cambia, tampoco su rostro. Pero yo sí.

-lamento mucho que tengas que estar aquí- admito sintiendo mis manos entrelazadas temblar debajo de la sábana blanca que cubre mi cuerpo,  él solo vino porque Ryui fue a buscarle hasta su departamento, me siento algo  avergonzado.

-¿no me quieres cerca Akihito?- entabla como prueba. Me molesta.

-no es que te quiera, más bien tu presencia no es necesaria Asami.- ¿Por qué mentir? Ambos somos adultos. Hace ocho años le esperé con tanta desesperación que verlo me inquieta mas no quebranta. Su voz no me aturde, y su imagen no me engaña- quizá por la tarde me den de alta, solo están esperando unos análisis, lo que intento decir es que puedes volver a Tokio- siento contener un suspiro al vagamente recordar los días que compartíamos, siempre tan monótonos víctimas de la rutina tentados a la infidelidad.

-no pienso ir a ningún lado, hasta que no háblemelos- ¿a qué se refiere?

-no comprendo, estamos hablando. Si tienes algo que decir, siéntete libre- esto no me está gustando pero no puedo negarme.

-Ryui, es mi hijo. No lo voy abandonar- el corazón se me detiene y siento punzar la nuca… su hijo.

-¿Quién te dijo que Ryui es tu hijo?- cuestiono con la idea de engáñalo, y oponerme a la proposición que se dará.

-él me lo dijo, y también se realizaron pruebas de ADN- Eso lo omitió Ryui- Ryuichi es mi legitimo hijo, ambos tenemos las mismas responsabilidades y mismos “derechos”- carajo, ¿Cómo puede decir eso?

-¿cómo puedes decir eso?- me pongo en pie en un arranque de ira sintiendo entumecimiento en las piernas  volviendo a la cama.

-¿Akihito?

-déjame- evito me toque enardecido por su cinismo- ¿Qué tenemos las mismas responsabilidades y derechos? –expongo con ironía-No juegues Asami. Ryui es mi hijo y punto. No tiene nada que ver contigo, y que te quede claro que no me importa en lo más minino lo que pienses o intentes lograr, él se quedara conmigo- el miedo de que me lo quite, porque goza de influencia para efectuarlo me abruma. No puedo permitirlo. No.

-eso no es lo que quiero- dice seguro de sí.

-¿no?, ¿Y entonces que quieres?- pregunto mientras me regala  la mirada de un hombre apasionado, a lo que sonrió con disgusto evitándola- me parecerse qué pides demasiado a alguien que no tiene nada de los que buscas. Alguien a quien ya no cree en mitos como el amor, o promesas de mañana que nunca se cumplen. No creo en hombres que fallan. Ya no creo en ti Asami.  Así que te sugiero que cambies estrategia, y te vayas por aspectos legales. Porque solo de ese modo lograras arrancarme a mi hijo- ese fotógrafo enamorado y soñador se murió esperando al hombre que amaba, ahora soy un padre comprometido con su hijo-vete, la plática terminó- Me recuesto dándole la espalda escuchando sus pasos alejarse. Maldito idiota, como puede pretender formar  una familia feliz después de ocho años de ausencia, además quien le ha dicho que yo le quiero. Eso, eso… no es posible.

 

P.V. Ryui.

Otōsan sale de la habitación cabizbajo, despeina mis cabellos, sonríe y se retira. Entro de nuevo al cuarto y Okāsan parece triste. Me acurruco a su lado acostumbrado a compartir  camas individuales. Okāsan me besa en la frente y sonríe del mismo modo que Otōsan.

-Okāsan ¿tú no quieres a papá?- indago a su comportamiento y de Otōsan.

-… eso no importa Ryui- ¿pero si no importa? Porque lo dices con tanta nostalgia. Okāsan está sufriendo.

Me quedé con mamá hasta que vino el medico con la autorización de salida. Takato-oji trajo consigo un cambio de ropa. Y justo bajamos las escaleras.

Papá está en la puerta con Draco y Dango que ladra feliz de verme mientras dispongo a dirigirme con ellos.

-Ryui- evita Okāsan sujetándome firmemente de la mano- ¿Qué te propones ahora?- le dedica a Otōsan con poca amabilidad cuando Dango comienza a ladrar sonoramente a Okāsan como si le conociera de algún sitio lo que hace a mamá contemplarle y dar un paso a tras llevando su mano a la cabeza.

-¿Takaba?- interviene papá pero Okāsan lo evita.

-ya te lo dije, mantente lejos de nosotros. Y llévate ese perro- repudia ejerciendo más presión en mi mano, lastimándome. Jamás lo había visto así.

-pero Okāsan Dango es mío- intento dar a conocer para evitar que discutan, pero no me escucha y nos alejamos de Otōsan y Dango. Él no dice nada. ¿Qué no dijo amar a mamá? ¿Entonces por qué?

Ya es de noche, estoy feliz de regresar a casa como antes. Me gustaría pensar que todo volverá a la normalidad, pero me engañaría. Hace falta papá.

El teléfono suena y al atender es Otōsan-  ¡papá!- reacciono contento de escucharle- pero antes de poder decir más Okāsan que estaba cerca me quita el medio de comunicación y cuelga, para después desconectarlo.

-ya es tarde vámonos a la cama-ordena acudiendo a nuestro dormitorio.

De lejos veo mi mochila, en la que empaqué antes de dejar el departamento de papá el envío que Jin me había hecho llagar.

Tomo la cámara llevándola a la cama en donde Okāsan ya está recostado.

-¿de dónde sacaste esto?- me pregunta tomándola en sus manos.

-estaba en el armario. Otōsan me dijo que la cuidara bien ¿él fue quien te la regaló?- imagino abrigándome a su lado.

-fue mucho antes que tu nacieras. Atravesaba por momentos difíciles cuando de la nada él me regaló una cámara. No sabía por qué. Dijo que era para que no olvidara quien soy- relata dejándola sobre el burok- ¿Qué es lo que piensas de Asami?- interroga seriamente. Pensando la respuesta a dar, le  digo.

-Okāsan yo. No creo que sea una mala persona, y si no fuera mucho pedir-reflexiono a mi anterior conducta egoísta - …podrías darle  una última oportunidad. –o será acaso que-¿lo odias?

-oh mi Ryui, tu sabes mejor que nadie que Asami, quizá no con nombre siempre ha estado presente, en tus preguntas o en ti mismo. No lo odio…-asegura y yo le creo.

-¿entonces?-por favorrr. Finjo ojitos de cachorro insistentemente tristes.

-de acuerdo-sede a las suplicas- Estoy dispuesto a tener una última reunión con Asami. Solo porque tú me lo pides- no luce feliz, pero me conformo con que no salga corriendo durante la cita.

De mañana le hago saber a Otōsan sobre la “reunión social” y aunque no me cree, le juro que Okāsan está de acuerdo. Por fin hace reservación y justo ahora el dilema más grande de Okāsan se reduce a una pregunta que no puede responder desde hace dos horas.

-¿Qué debería ponerme?- no sabe si asistir formal o casual, se ha medido tres trajes y cinco cambios jeans. Todo se le ven genial, pero él esta tan nervioso que los cambia apenas se los coloca. Para ser alguien que no está enamorado actúa raro.

-si no te decides vas a llegar tarde- aconsejo asegurándole que el último cambio le favorece.

Con poca disponibilidad y mucha duda deja el apartamento, no sé qué decir, es como si yo fuera su papá y le estuviera dejando ir a su primera cita. Okāsan ¡Atrápalo!

 

P.V. Asami.

Akihito ha estado tan distante que me duele darme cuenta de la realidad acompañada de un insoportable dictamen. Ya me olvidó.

Eso pensé cuando recibí una llamada de Ryui.

#- Otōsan tengo buenas noticias- adelantó- ayer hablé con Okāsan y me dijo que quiere verte. Que no sabe cómo decirte lo mucho que te extraña. Que le es muy difícil aceptar sus sentimientos. Ni siquiera a mí me dijo nada, pero creo que te quiere.

-¿estás seguro?, ayer me colgó el teléfono.

-ah eso, es que estaba nervioso. Por favor encárgate de hacer una reservación en esos lugares que acostumbras, LUJOSOS, oh y no olvides llevar flores a Okāsan le gustan.

-Ryui estas consiente que esto no es un juego ¿cierto?- después de todo su honestidad nunca es acertada.

-¿Cuál juego Otōsan? Esta es tu segunda oportunidad. Envíame la dirección y hora. Adiós.

-aguarda Ryui- finaliza antes de otra interrogativa.

Hace ocho años yo no era la misma persona, creí que si Akihito desaparecía nada cambiaria, que yo seguirá mi vida y todo estaría bien. Que bastaba un cuerpo para sentir calor.

Pero no fue así, todos los días, a cada hora hasta hoy pienso en él. Maldiciendo el sentimiento que ahoga mi alma.

Ya no es más un niño, ahora es un hombre. Pero pareciera como si en lugar de olvidarle lo deseara más. En cambio no estoy dispuesto a cometer los mismos errores. Menos ahora cuando no soy el dueño de su pensamiento. Lo que signifique quizás volverlo a reconquistar ¿seré capaz?

Me creo el mayor idiota, muriéndome por su presencia, cuando yo era el que antes no tenía tiempo que agendarle.

Y ahora estoy veinte minutos antes como un adolescente nervioso de ver a su amante.

El reloj de pulso que llevo en la muñeca por fin marca el momento esperado. Estudiando las frases a dialogar para que no haya mal entendidos como en el hospital.  

Entonces lo veo entrar en compañía del gerente a quien le di una descripción específica para evitar contrariedades.

Viste un jean negro entallado que resalta sus piernas atléticas, junto a una camisa roja de manga larga y botones blancos.  Cabello recién cortado y peinado. Con la tez aun pálida por su recuperación.

Me pongo de pie y tomo las flores que Ryui me persuadió de comprar, rosas blancas.

-Akihito- el fija su mirada en el ramillete y al ofrecérselo se niega.

-¿Quién te dijo que trajeras flores?- me pregunta un tanto molesto al tomar asiento.

-Ryui dijo que te gustaban.- tal vez exageré con la cantidad y sorpresa.

-ya veo, ¿Y que más te dijo? – toma asiento con desconfianza.

-Él dice tantas cosas que no sé qué quieras escuchar primero- expongo cogiendo la copa sobre la mesa vertiendo vino de uva ofreciéndosela mientras converso llenado la segunda- cuando llegó a mi casa  y me dijo que era hijo tuyo no le creí.

-¿Qué hiciste?- pregunta como si desconociera la respuesta.

-ya me conoces- acotó intuyendo que Ryui ya había dado su propia versión de los hechos- pero entonces en el suelo encontré una fotografía tuya.- sonrío de tenerla presente - lo busqué y mantuve conmigo hasta que despertaste.

-… el perro del hospital, ¿tú lo compraste?-refiere a Dango con inquietud.

-no, Ryui me dijo que lo encontró de camino a Tokio. Desde luego ya cuenta con sus vacunas y es apto para.

-nosotros no tenemos espacio para mascotas. Así que será mejor que si Ryui te pregunta por él le digas que le buscaras un hogar- demasiado áspero en comparación al Akihito que conocí.

-¿tanto te desagradan los animales?- comento acercando la copa a mis labios.

-¿Qué parte de no tenemos espacio es el que no comprendes? Además no sé porque pero siento que ese perro…

-¿Qué?

-nada, es solo que me parece haberlo visto en un sueño, es extraño, no me convence, y  los Dóberman son reconocidos por ser  perros agresivos puede lastimar a Ryui- finaliza convencido de no equivocarse- pero dejemos eso a un lado. Asami… ¿Qué vas a hacer?- interroga con mirada penetrante, Akihito realmente está preocupado de que yo intente algo en su contra.

-¿te refieres a Ryuichi?

-por supuesto que me refiero a él- levanta la voz atormentado por la respuesta.

-antes dime, ¿Por qué no me dijiste que estabas embarazado?- es verdad que huyó de mi lado como Kotori-san me dio a entender, pero por qué jamás me buscó, por qué prefiere permanecer en ese departamento tan limitado en lugar de aceptar mi ayuda económica.

-… ¿y dime? Que esperabas que yo hiciera, ¿Qué me presentará en medio de tu despreciable vida a decirte que me perdonaras por dejarte, que estaba esperando un hijo tuyo? ya había tomado una decisión, y los motivos tú los conoces perfectamente, no estaba ni estoy dispuesto a arrastrarme por dinero. No voy a recibir limosnas o gratificaciones que después  me cobres con creces - declara rojo de cólera reprochándome el maltrato que vivió- Ryui fue para mí un motivo de impulso,  a mí no me importa trabajar de día y de noche a su beneficio. No te necesito, tampoco tu dinero, ni tu apellido, ni mucho menos a ti.-se levanta con intenciones de partir.

-Takaba no hemos terminado- exijo tomándole de la mano cálida y frágil logrando calmarlo- … escúchame, lo que yo quiero hacer por ti y por Ryui no se trata de una caridad o de una limosna. Ustedes son mi familia- refiero con esperanza.

-¿familia?, ¿y quién te ha dicho que tu formas parte de mi familia? - Akihito ¿tan herido te sientes?

-él también es mi hijo. Y si yo no te busqué fue porque te creí…

-¿muerto?- termina oración con nostalgia- lo sé. Kou y Takato me lo dijeron cuando Salí del hospital. Me contaron sobre la explosión del tren y que mi nombre apareció por error entre las victimas fallecidas. ¿Debió caerte como anillo al dedo verdad?-sonríe con burla- Como estaba muerto dejé de ser un problema a resolver- ¿Qué te hace pensar así?

-por supuesto que no, no tienes una idea de lo que estás diciendo- ahora soy yo quien se siente indispuesto a continuar la conversación que más bien parece disputa.- ¿Por qué demonios estaría feliz de perderte? A ti que  eres lo más importante que tuve, a quien perdí por…- por celos, por miedo, por desconfianza. Por débil. No se lo diré. No puedo.

-… Asami vete a Tokio, aunque no me creas no te guardo rencor, y quiera o no Ryui te admira. Estoy dispuesto a dejarlo a tu cuidado una semana  en temporada vacacional. Pero hasta ahí. No esperes más- se pone de pie ofreciéndome su mano.

-no voy a irme si no es con ustedes- no me daré por vencido- así que esperare a que te sientas dispuesto a coincidir nuevamente- estrecho su mano reflejándome en sus profundos ojos azules que creí extintos.

- no habrá una segunda reunión, me gusta mi libertad y planeo conservarla- hace a lución al comentario de llevarlo conmigo-La pregunta es ¿si quieres el tiempo que te propongo al lado de Ryui? En caso que te opongas, llama este número- suelta mi mano pasándome  una tarjeta que resalta el titulo Licenciado en mayúsculas- trátalo con el abogado- se despide- ah y guarda tus flores para el tal Jin que seguro te debe extrañar bastante, ya no hagas esperar al pobrecillo- se retira a paso veloz. ¿Cómo sabe de Jin?,  si no fuera por su enojo, me atrevería a decir que el tono que aplicó fue más, no debo estar equivocado. ¿Akihito me ha dicho que no me necesita? ¿Por qué estaría celoso?

Tomo asiento nuevamente intentando dar con un plan que me permita sincerarme con esa fiera que se ha trasformado mi gatito. Oh Akihito ¿algún día te dignaras a dejar del pasado?

 

P.V. Akihito.

No voy a caer en la misma trampa, ¿Qué dijo este? Ya lo conozco, ya sé de qué pata cojea. ¡Pues no señor! No vuelvo a tropezar con la misma piedra.

Acepto que me sentía algo nervioso, pero cambió al escuchar accidentalmente a Ryui y Kou platicando cuando volvía por mi cartera que había olvidado acusa de la tensión.

-la verdad es que Jin, el amante de Otōsan sí que se parecía a Okāsan, pero eso ya no importa- ¿AMANTE? Dijo a Kou  y sin que me escucharan cogí mi efectivo y abandoné el apartamento.

¡Amante! Tiene pareja en Tokio y Ryui no me lo dijo. De seguro piensa que ahora que su papá esta en Fukuoka tiene una oportunidad. Ese niño,  no puedo culparlo aún es pequeño.

Sin embargo esta decisión es mía, y no quiero a ese yakuza junto a mí. ¡Secuestraron a Ryui en Tokio caramba!, si pudiera les borraría la memoria a ambos, que digo, me incluiría.

 Suspiro abordando del metro. “Asami”,  no lo pienses más y vete. Vete porque si te quedas… - llevo mi mano al corazón aun turbado- ¿Qué va hacer de mí?

Al llegar al departamento lucho por mentalizarme para dejarle clara la situación a Ryui, y desista de incitarme encuentros con Asami.

Abro la puerta y…

-¿alguien quiere decirme que es esto?- raciono a más de cincuenta arreglos florales que van desde margaritas hasta lirios, alcatraces, narcisos,  tulipanes, rosas, violetas, creo que hasta amapolas.

-¡Okāsan!, papá las envió para ti, ¿Qué no te gustan?- avisa con una  de esas decoraciones en mano.

-por supuesto que no- retiro el ramillete- ayúdenme a sacar estas ramas del cuarto- ese Asami ¿Cómo se le ocurre enviarme flores?...- ¿Ryui tú le dijiste a Asami que hiciera esto?- muestro los girasoles- ¡contesta!- exijo a su sonrojo.

-no creí que te molestara. Lo siento- genial, mientras asisto a una estúpida cita Asami aprovecha para llenarle de tonterías la cabeza a mi hijo.

-no importa, porque desde hoy Asami queda fuera de nuestras platicas, ¡no quiero escucharlo nombrar, ni hoy, ni mañana ni nunca!- desespero lanzando las flores al piso.

-…Okāsan…- llama Ryui levantando los maltratados girasoles- … Otōsan me cuidó, protegió, regañó, abandonó, hasta lloró, y me animó. Lo quiero, pero si tú me lo pides  también puedo odiarlo…-  dice echando las flores a la basura para encaminarse a nuestra habitación y encerrarse.

-ese ejemplo es el peor que le has dado a Ryuichi en toda su vida- acusa Kou cargando dos arreglos de tulipanes.

-¿no me digas?- soy de lo peor, no quiero que Ryui odie a su papá, pero- Kou ¿Qué debo hacer?, Asami quiere que le de otra oportunidad y yo no quiero- porque sería demasiado fácil, es tan injusto- además él tiene pareja en Tokio, otra vez soy el segundo plato.

- Ay Aki. Déjame decirte que conmigo no puedes fingir. Tú sigues tan enamorado de Asami como hace ocho años cuando llegamos a Fukuoka. – Me dice sentándose en el piso invitándome a seguirlo.

-eso no es cierto- me defiendo previendo un sermón.

-¿ah, no? Entonces porque hiciste aquel álbum durante tus primeros meses de embarazo ¿eh?- pillado.

-fue para que Ryui conociera a su padre- aunque nunca pensé que fuera a buscarlo,considero cruzándome de brazos avergonzado de recordarme en ese entonces, después de los ocho meses me di cuenta que Asami no vendría por mí.

-una sola imagen hubiese bastado para que Ryui le conociera. En cambio tu hiciste un álbum entero, con casi 100 recortes- que iluso fui, a eso ¿En dónde estará el dichoso libro de fotos?

-Entonces dices que debería decirle que todo está bien y que le quiero, y que lo perdono y que…

-yo no tengo derecho a opinar en su relación Aki, ya bastante hice callándome el hecho que él te creía muerto- expone inculpándose de mi desdicha- Akihito tú eras su pareja, ¿enserio crees que no le dolió pensarte fallecido?... cuando llegamos al hospital y te vio tendido en la cama. Akihito el rostro que esbozó no lo puedo haber fingido, lo destruyó verte en ese estado.-  …Asami… ¿en verdad?...- además no sé quién te habrá dicho que tiene pareja en Tokio, hasta donde se está soltero.

-eh, pero Ryui- no estoy loco se lo que escuché.

-¡ah ya entiendo!, escuchaste cuando Ryui me platicaba sobre Jin, un amigo suyo. Es verdad fue pareja de Asami hasta poco momentos antes de su secuestro. Lástima que no te quedaste a escuchar que él mismo fue testigo de su rompimiento. Además de que según Ryui él era algo así como tu gemelo. En otras palabras tu remplazo- ¿remplazo?

- genial él si buscó la forma de  sustituirme, ¿eso debería hacerme sentir feliz?- revolcándose con otro hombre imaginándose que se trataba de mí, me siento importante.

-recuerda que tu sabias que se encontraba bien, en Tokio, en sus negocios. Pero Asami te creyó m-u-e-r-t-o. Solo piénsalo Akihito. ¿Cómo hubieras reaccionado tú? Lo dejo a tu juicio. Es como dijiste “tu decisión” seguir con una vida o empezar a vivirla.

Concluye llevando fuera las flores mientras yo lo recuerdo en el restaurante. Con su traje negro y cabello peinado casi a la perfección a excepción de esos mechones que desde siempre arruinan la imagen impecable, pero le dan a cambio apariencia de galán… Asami, Asami Ryuichi- siento sollozar su nombre admirando su gesto romántico que tiempo atrás, me conmovería.

 

P.V. Kou.

El tiempo vuela ahora que Akihito está despierto, han transcurrido ocho días desde su cita con Asami, que aunque sigue sin agradarme  no puedo evitar sentir inquietud al imaginar que amando a Aki y ese cabeza dura, que estoy seguro le corresponde no sean felices, y en parte sea culpa mía.

-estoy en casa- avisa Ryui volviendo del colegio- ¿y Okāsan?- cierto.

- fue a solicitar su puesto en los empleos que perdió tras el accidente- aunque insistí en que no era necesario estaba decidido a seguir como si nada hubiese pasado.

-¿y tío Takato?

-está bien, promete que volverá apenas reponga sus horas de ausencia en la compañía que trabaja- él también me encomendó la reconciliación de Aki con Asami, diciendo que es la única forma en que  cerrará el circulo vacío que quedó en su vida, pero ni soy pintor, ni tengo la menor idea de que hacer. Akihito es demasiado necio.

-Oji, podemos ir a visitar a Kotori- pide Ryui no muy animado, me supongo reciente  el cambio en su Okāsan, por más que aparenten,  no están bien.

-de acuerdo, pero no tardemos porque Akihito no demorara en volver- acepta cambiándose el uniforme para dirigirnos al parque.

La abuela se emociona por vernos, pero al preguntar por Akihito son inevitables las malas noticias.

-Okāsan no quiere ver o saber nada de Otōsan…- conversa Ryui acariciando el gato de Kotori.

-en mi opinión Akihito se está haciendo el fuerte- pienso en voz alta víctima de la contemplación de Kotori y Ryui- es decir que, bueno no está dispuesto a perdonarlo tan fácil, y es necesario darle tiempo- intento corregir.

-…pero y si Otōsan se cansa, él no es muy paciente que digamos- reflexiona Ryuiesforzándose por no parecer agobiado.

-oh mis amores anímense, lo importante es que ambos tiene sentimientos en común, y solo hace falta…– se levanta del asiento y dirige al templo saliendo con una botella de sake- un pequeño empujón.

-¿Qué es eso Obachan?- pregunta Ryui aceptando lo que parece un regalo para Akihito y Asami.

-llamémoslo “poción de amor”-sonríe dando un beso en la frente a Ryui.

-¿y que se supone que yo haga abuela?- no quiero jugar a cupido.

-¿ah? ¿Cómo puedo saberlo? Mejor pregúntaselo a Ryui, estoy segura que ya tiene un plan ¿verdad?- dice pasando su visita a Ryu que sonríe como no había hecho.

-gracias Obachan- reverencia cogiendo mi mano- vamos Oji, tenemos algo que hacer- me lleva fuera con prisa e incertidumbre por sus acciones a tomar.

 

P.V. Akihito.

No ha sido un día muy bueno, todos mis superiores dijeron que ya tenían mi antiguo puesto ocupado, pero que de corazón estaban felices de que me encontrara  sano.

En conclusión  empezaré de cero- suspiro cambiando el traje formal marrón por un short de mezclilla y una camiseta blanca sin mangas.

Asami no ha vuelto a llamar, tampoco a contactar con Ryui. Si así lo quiere será más fácil volver a nuestra antigua vida. Aunque algo me dice que no se dará por vencido de buenas a primeras, además no sé por qué tengo la sensación que cuando salgo alguien me sigue, poner espías es muy propio de su parte, así que no me sorprendería que lo esté haciendo.

-Estamos de vuelta- llama Ryui entrando en compañía de Kou.

-me estaba preguntando en donde se habían metido- les comento al momento que Ryui me pasa una botella de sake.

-kotori-san la envía para ti- es cierto no he tenido tiempo de ir a verla.

-¿y que dice la abuela?

-nada importante- responde nervioso desapareciendo tras entrar a la cocina con Kou, ¿esos dos traman algo?. Naaa.

De pronto alguien toca la puerta y me encamino atendiendo la entrada.

-si- pregunto al abrir encontrándome con Asami que me ve fijamente descendiendo los ojos -¿ah?, ¡carajo!

Cierro de improviso cubriéndome la cara, ¡qué vergüenza!, estoy casi desnudo, ¿pero qué rayos es mi casa? ¿Debería cambiarme?-¿Por qué si es mi casa? ¿Qué hace aquí?- cuestiono comportamiento, ropa y motivos... ¡Ryui!

…pero juro que lo castigaré, por lo pronto tengo que atenderlo- acepto mordiéndome el labio de enemistad.

-¿Qué necesitas, Asami?- abro apenas una rendija.

-¿puedo pasar?- claro que ¡No! Vete por donde viniste.

-no me has dicho que quieres.

-¿así tratas a todas tus vistas o yo soy especial?- ¡especial!, ha,ha,ha ¿pos este que se cree?

-adelante, pero que sea rápido. Tengo una salida- permito dándole entrada dirigiéndolo a la sala.

-¿vestido así? – comenta burlándose de mis fachas.

-sí, ¿algún problema?- criticón- ahora si me puedes decir, si no es mucha molestia que te trae a mi casa “sin avisar”.

-Ryui me pido que le trajera unos cambios que olvidó en mi departamento- muestra evidencia dejando a la vista la dichosa maleta con prendas.

-…sin más. ¿Te acompaño a la puerta?- ofrezco víctima de su acoso visual.

-tengo algo de sed- ¿ah?, pues lastima.

-a una cuadra esta una tienda, allí encontraras agua, sodas, jugos, y hasta alcohol- me levanto para echarlo fuera.

-pasado mañana regreso a Tokio- expresa sin moverse- ¿puedo venir a despedirme?- quisiera decirle que no deje para mañana lo que puede hacer hoy, pero…

-si quieres pues llamarlo por teléfono- considero que te sabes de memoria el número de mi casa, evitando molestias- pero has lo que te parezca mejor.

-entonces volveré- se levanta sin quitarme los ojos de encima, sintiendo que el color se me sube al rostro evito su presencia adelantándome, con el corazón a punto de detenerse.

Sostengo la chapa para darle vuelta y parece asegurada.

-¿EH?- intento nuevamente- no puede ser-susurro sin desistir  forzando la entrada.

-¿Qué pasa?- se acerca Asami a mi desesperado esfuerzo por abrir la puerta.

-nada, creo que está trabada- respondo turbado de imaginarnos encerrados, aunque en teoría no estamos solo, Ryui y Kou.

-Okāsan está bien solo dile a papá lo que sientes- ¿eh? ¡¡¡EHHHH!!!

-Ryui no sé  a qué te refieres, pero abre la puerta por favor, se buen niño, por favor, abre la puerta- repito sin créeme que de verdad estoy encerrado solo con Asami- ¡CON UN DEMONIO KOU ESTAS ALLÍ, VERDAD!- entro en crisis  sin saber qué hacer.

-Tranquilo Akihito, lo hacemos por tu bien, además vendremos mañana temprano a sacarlos. Todo estará bien- ¿Cómo que todo estará bien? No es cierto.

- Asami, has algo- me aparto para que actué. Intenta abrir y me ve fijamente con una sonrisa en la cara.

-no puedo abrirla- ¿QUEEEEE? PERO SI NISIQUIERA LO INTENTASTE.

-pero, no te estas esforzando, ah  ya se usa tu arma- aconsejo introduciendo mi mano en su saco intentando sentir la pistola.

-no la traje Takaba, venía a tu casa no a Hong Kong- comenta tomándome de la mano.

-ya nos vamos Akihito, por cierto tomé tu celular, y para evitar que uses el teléfono cortaremos el suministro de luz, Volveremos mañana- ¿mi teléfono?, ¿cortaron la luz? ¿Es una pesadilla?

-No Kou, Ryui, esperen, por favor no me dejen, ¡no me dejen aquí!…- suplico teniendo como respuesta el crudo silencio. ¿Qué voy hacer ahora? Volteo a ver a Asami.

-bueno no hay opciones,  esperaremos  a que vuelvan mañana y nos dejen salir, “tendremos  que pasar la noche juntos”- acepta víctima de un gran catástrofe.

-si pobre de ti- denoto ironía volviendo a la sala para recostarme en el sofá pretendiendo que Asami no está.

-¿te sientes mal Takaba?- expresa cerca de mí.

-sí, no me hables- demonios, ¿Por qué hicieron esto?

-yo no pedí que nos encerraran, Ryui me llamó hace media hora y dijo que viniera rápido. No veo porque estas tan enojado, los dos somos adultos, y esto es solo un encuentro desafortunado, un inconveniente que pasara rápido. Así que en lugar de lamentarte deberíamos disfrutar la compañía. - ¿disfrutar de quién?

Como sea,  me estoy comportando como un niño caprichoso, demostrándole  a Asami que no he cambiado, pero es que escucharlo con su maldito tono indiferente me desespera- suspiro poniéndome en pie. Observando que la el sol está en pleno atardecer.

-tengo un futón para visitas no previstas, lo sacudiré para que te quedes aquí en la sala ¿de acuerdo?

-dormiré donde me indiques- admite con un ligero tono de coqueteo  que paso por alto.

Le dejo a un lado en busca del colchón para tenderlo, he irme a dormir, porque definitivamente aquí no pasara nada, de nada.

-¿Asami que estas asiendo?- reclamo al verlo beber el sake que Kotori me regaló.

-te dije que tenía sed, ¿nunca atiendes a las visitas?- indeseables no.

- está bien, bebe- me parece que él tampoco ha cambiado en actitud, se sigue sintiendo el gran señor de todo lo que le rodea, reflexiono acomodando su lugar de descanso un poco más relajado.

-¿y piensas dejarme beber solo?- pide sirviéndome  en el platillo designado que sin que perder acepto- dime Takaba ¿eres feliz?- interroga de la nada dejándome sin repuesta, a lo que medito conteniendo un suspiro.

-…feliz me siento cuando Ryui está conmigo y puedo ayudarlo en alguna dificultad. Supongo que si soy feliz en lo que cabe- siempre me he sentido algo incompleto, es extraño, pero creo que puedo seguir así.

-¿no te has vuelto a enamorar?…- expresa viéndome fijamente para luego mover su rostro a otro ángulo como decepcionado por mi pausa que en verdad se debe a una negación- Ryui me dijo que estabas casado-¿Qué hizo qué? -además de tener muchos pretendientes. ¿En verdad planeabas casarte con Fushimoto? - …continua indagando.

-Ryui tiende a exagerar y es muy imaginativo, ¿Cómo decirlo? De lo que escuches créele la mitad- dejo de lado la última incógnita- ¿y tú Asami?-maldita curiosidad- ¿te has enredado con muchos amores?- ingiero el sake en espera de su respuesta.

-…si, a pesar que tenía un amante formal nunca lo vi como tal, e hice sufrir, tú sabes que jamás me faltaron parejas con quienes pasar el rato- menciona fríamente despojándose del saco, palabras que logran hacerme retroceder tiempo atrás a cuando me humilló frente a una de “esas parejas con quienes pasar el rato”- …así que no me puedo quejar de la vida, pero en amores me persigue la mala suerte, pretendiendo tu amor olvidar mil bocas he besado y tus labios siguen siendo los que deseo- mentiroso,le digo en silencio sintiendo un leve mareo. Yo he sido quien no ha podido encontrar otro cariño, desde que te dejé no ha  habido nada serio en mi camino- fui un desgraciado, lo sé, no supe  valorar lo que me diste. Akihito me ¿perdonarías?

-¿De qué?- admito consiente de la culpabilidad de ambos- yo te amaba simplemente  me cobre de una que otra trampa que me hiciste. Como encerrarme en tu departamento- sonrió bebiendo una tercera ronda lo que son las cosas, ahora fue mi propio hijo el que nos puso en esta situación- pero basta de tonterías, ya es de noche, y según Kou cortó la electricidad, así que será mejor prender las velas, y te dejaré un foco por si necesitas algo, el baño esta por allí-señalo para retirarme.

-espera Takaba- me sostiene del brazo evitando la partida- no, olvídalo- ¿Qué fue eso?, Asami parece diferente,  mejor me retiro.

Por la noche me cuesta trabajo conciliar el sueño, además tengo calor, me duele la cabeza y siento seca la garganta. - ¿estoy caliente?- pasa por mi cabeza,  Na reconsidero bajando mi mano a la entrepierna sintiéndome normal.

Entonces el ruido de un vaso estrellándose me pone alerta levantándome para inspeccionar.

-Asami- le veo sin camisa agachado recogiendo los cristales del suelo, iluminado por la rojiza luz de las  velas que muestran su pecho musculoso- déjame ayudarte- intervengo aturdido con el corazón palpitante-¡ahg!- picho mi dedo dejando correr gotas de sangre.

-¿estás bien?-se preocupa tomando mi mano acercándola a sus ojos para después introducir el lastimado a su boca.

-Asami ¿Qué haces?- ¡está loco!- mgh- es extraño- ¿por qué hiciste eso?- reclamo viendo su pantalón desabrochado con algo abultado- …dejemos esto aquí, ya me voy a dormir- me levanto con prisa teniendo un sentimiento de huida plasmado en la frase.

-…Akihito…-susurra en mi oído envolviéndome con sus brazos, sintiendo su intenso calor-dime cuando fue la última vez que tuviste sexo con alguien- waaa, ¿Qué clase de pregunta es esa? Me zafo de su agarre con la vista nublada, como si estuviera bajo la influencia de algún tipo de droga.

-no tengo porque responder- me niego a lo que él me silencia con un voraz beso apasionado forzando mis labios sellados al contacto a abrirse-¡detente!-exijo apenas me libera, pero es inútil su tremenda fuerza de siempre me gana llevándome al futón-¡ASAMI   NO!- le grito con la sangre encendida y con miedo de ser violado pataleando con ímpetu a su propósito.

-no te puedo imaginar en brazos de otro hombre Takaba- dice encimándoseme   tomado mis muñecas evitando pueda hacer algo.

-maldito hipócrita, ¿de verdad quieres saber quién fue el último infeliz que se atrevió a tomarme como tú lo intentas ahora mismo?- sollozo con rabia escapándoseme unas fugaces lagrimas necias en emerger- … ese tipo me usó como a un objeto y dejó bajo llave, y lo más triste es que yo lo amaba, yo te amaba Asami, yo te amo- grito dejado de forcejear, como si ya no tuviera nada que ocultar.

Él tampoco emite palabra de consuelo, ¿Qué podría decir? Me siento tan  tonto, por eso quería que desapareciera.   

-…soy exactamente lo que no mereces ¿verdad?, Pero es que no puedo dejar de cometer el mismo error. Me siento dueño de tu vida- dice dando ligeros besos en mi rostro ahora con nuestras manos entrelazadas-Akihito, Akihito-repite en mi oído mientras su mano se escure debajo de mi camiseta rozando uno de mis pezones.

Quiero que se detenga pero, no sé cómo decírselo- Asami- ¿por qué el que se enamora primero sufre más?, ¿Por qué no puedo odiarte con todas mis fuerzas? Asami.

Le dejo besarme en los labios, batir su lengua hambrienta de placer, aparentando un sueño que ilumine mi miedo.

 

 P.V. Asami.

Que fácil sería disfrazarme de un tipo perfecto, uno digno de tu amor, pero no puedo, ya no debo mentirte, te haré saber cuánto te amo. Y que no puedes escapar de mí. Tu lugar está a mi lado, y el mío junto a ti, Akihito.

Solo contigo.

Desciendo los besos por su mojado cuello entre apretando su piel, dejando marcas rojas bien moldeadas en puntos que provocan una especie de corriente eléctrica, estoy seguro, no solo en mí.

Levanto su camisa y la luz de las velas me muestran una cicatriz vertical de casi diez centímetros  en su  plano abdomen.

-¿no creerás que fue parto natural o sí?- expone Aki en voz apenas audible.

-me gusta- respondo a su idea de que me desagrada besándola desde el ombligo hasta la pelvis.

Desabrochando el short aun puesto junto a su ropa interior que guarda su miembro despierto y palpitante que sin pensarlo dos veces tomo en mano sintiendo la oleada de placer que invade el cuerpo de Takaba.

-Asami- me dice levantando su espalda en apariencia de estar sentado.

No puedo controlarme, es una sensación intoxicarte, como si su esencia y transpiración me volviera loco, es abrumador.

Coloco en mi boca usando mis dedos para apretar suavemente su escroto igualmente caliente  – mm ahg, detente, ya basta- sugiere sujetándome de los cabellos con sus manos temblorosas y palabras que se contradicen al sentimiento de necesidad que exige su cuerpo, que conozco a la perfección.

En un intento por cerrar las piernas lo tomo por las rodillas y abro soltando su erección para doblarlas  hacia su pecho y levantar su cadera- Asami, ¿por qué no me escuchas?- solloza resentido y excitado.

-no lo sé Akihito, y tampoco sé porque te busque en otras personas, pero lo  hice y ni así logré sentirme satisfecho, ¿sabes por qué?- reclamo a mi amargura.

-¡¿Por qué habría de saberlo?!- ignora exaltando su repuesta mientras yo cojo su mano y llevo al lado izquierdo del pecho.

-porque te quiero- admito apretando con ternura su mano mientras el parece no creerme elevando la misma mano a mi mejilla.

-sí que nos hemos hecho daño ¿verdad?- que ciertas son sus palabras.

-como a mi peor enemigo- añado acercándome a sus labios rojos para comerlos a mi gusto sin indiferencia que me impida saborear su dulce paladar.

Corto el delicioso manjar y paso a su parte trasera. Sellada por ocho años eh, debe estar intacta. Toco con la punta de la lengua- ¡Asami! No- pide a lo que vuelvo a insistir presionando en su entrada hasta empaparla por completo pasando a dar lamidas que lleguen hasta sus  testículos que entre acaricio con la lengua-…amg, ah voy avenirme-avisa enrojecido de las mejillas, a lo que sonrío por sentirme domador de fieras.

Está bien, puedes hacer lo que quieras- aseguro introduciendo un digito en su estrecho ano, feliz de saber que Akihito no me mintió, y sigue siendo únicamente mío.

-ahh, mm,a,asami,ah-gime presa de los puntos que le ofrecen encanto tan ocultos que me supongo ya había olvidado su sensación placentera – mételo- dice alcanzando con su mano mi dura erección que recién me comenzaba a molestar agradecida por el toque de Akihito.

-si lo hacemos así podría lastimarte- aclaro emocionado de que Takaba desee tanto como yo hacer el amor- ¿Por qué no lo preparas?- propongo apartándome quitándome por completo el pantalón.

Akihito se acerca mirándome como si se tratara de una fantasía, uno de mis sueños húmedos que después de su ausencia se presentaban sin falta en mi cama, toma la base con sus manos e inmediatamente lleva a la cavidad apretando son los labios mimando con su lengua, haciendo crecer en su boca- Akihito, mhg- entre gruño de sentirlo adueñarse de mi virilidad que ansía por su cuerpo - suficiente- detengo  la felación sintiendo el maldito calor atrapado en mi interior, habrá sido el sake, me tiene sin cuidado, pero es una sensación que envenena.

Mi juicio está por los suelos y el pasado enterrado, Akihito y yo seremos uno.

Me coloco entre sus piernas levantándolas sin impedimentos con su mirada clavada en mí como la mí en sus ojos azules.

Introduzco dos dedos dentro para abrir camino a mi pene ya recargado entre sus glúteos.

Una de sus manos toma la mía y comprendo que está dándome la oportunidad de amarlo.

Sin más resbalo la erección dentro suyo aprisionándome con sus paredes casi invirtiendo la frase, más pareciendo que es él quien me toma devorándome con hambre- amm, ah, mgk.

-Akihito tienes que relajarte, estas muy estrecho, no me dejas moverme- solicito al límite de cordura antes que mis instintitos tomen por la espalda.

-Ah, mghm asami, yo, no puedo. Duele, está caliente, y arde- solloza casi viviendo la experiencia por primera vez.

-bien, esperemos- pauso lamiendo uno de sus pezones a mi alcance, torciendo otro con el pulgar e índice mezclando nuestra transpiración y fragancias.

Por fin comienzo a empujar mi pene en su cuerpo, levantándolo, sentándolo en mi regazo, para invitarlo a sujetarse de mis hombros que más bien abraza moviéndose a mi ritmo. Al mismo tiempo que masajeo su pene acariciando la uretra, expandiéndola a mi gusto.

-amg, ah, mmm, Asami- se sacude, arañando la espalda, causándome más éxtasis, pertenecerle como poseerlo, esto me hace feliz.

echo nuevamente debajo de mí, imparable, incapaz de cesar los movimientos de cadera que me encadenan a su ano, sintiendo que el corazón se me sale, gozando ese gesto en Takaba que expresa tal lujuria.

-ah, no, mmg-continua aceptándome con ganas de no terminar tan aviva pasión, me sorprende con sus piernas sujetándome fuerte parándome en seco dentro de su cuerpo apretando su interior con intensidad olvidándome de mi propio nombre cerrando los ojos me abrazo –Asami, ahh,ahh,mgn- él casi entre levanta del colcho arqueando la espalda viéndose entre ambos, al mismo tiempo que  yo me explayo en su interior arrancándome un gemido que nunca creí sollozar, mientras él con el rostro exhausto me da un último beso antes de darnos cuenta que las velas llegan a su fin derretidas por la llama que nos dio luz y ambiente romántico casi hasta el amanecer.

-Te amo- susurro en medio de la oscuridad arrebatando sus labios que continúan ansiosos  por extender el encuentro.

Proseguimos hasta que las fuerzas nos faltaron y consiente que Kou y Ryui volverían temprano me encargo de limpiar el lugar, llevando a Takaba a su habitación con ropas limpias que hallé en el armario correspondiente.

-Asami- me llama al  concluir, haciéndome  saber que esta consiente.

-¿Cómo te sientes?- pregunto sentándome junto a él acariciando su rostro

-estoy bien- me evita arrepentido de lo sucedido ayer-¿estás seguro de esto?- interroga robándose mi incógnita.

-justo iba hacerte esa misma pregunta, pareces arrepentido.

-no es eso- pausa viendo el libro del mafioso y su fotógrafo sobre la cama-¿Qué hace esto aquí?- sonrío tomándolo.

-no te ofendas Akihito, pero odie tu final. Lo tuyo no son los cuentos para niños- ubico en la última hoja ya escrita pasándolo nuevamente a sus manos.

-…lo que el fotógrafo no sabía, era que la pequeña estrella que la luna le había cedido crecía con amor, y ya que él la amaba con todo el corazón  la estrella creció y creció, y su luz inundo las noches oscuras del fotógrafo.

El mafioso tras la pérdida de su fotógrafo creyó fallecer, porque en el encontraba todo lo que le faltaba, se complementaban juntos, y ahora había desaparecido- pausa lectura dedicándome una mirada de empatía.

Por lo que una noche decidió abandonar todos sus lujos, hasta las más preciadas amistades en una expedición que guiado por una extraña luz plateada llevo hasta su gran amor. El fotógrafo-ríe moviendo la cabeza de lado a lado en negación.

Entonces aunque lastimados y tristes decidieron darse otra oportunidad y hacer crecer el lucero ahora de ambos, porque con su luz le había guiado hasta su familia.

Viviendo felices hasta siempre.

 

-es un buen final- felicita cerrando el libro-. Pero este es solo un cuento.

-puede ser nuestro final, si me quieres- comento tomándolo de la mano esperando poder sujetarla lo que me resta de vida.

-pero tu dijiste que no querías un hijo, y seamos honestos, eres un Yakuza, nosotros solo seremos unos estorbos- expone como ultima excusa.

-cuando dije que no quería un hijo me refería a tener uno con alguien que no fueras tú, además no debes preocuparte, siempre los protegeré.

-yo…- intenta decidir cuando la puerta se abre.

-vaya se consumieron las velas, osease que  algunos no durmieron por aquí- resuena la voz de Kou.

-¡Okāsan, Otōsan!- entra sin avisar Ryui la estrella que me trajo hasta Takaba- ¿estas molesto Okāsan?- pregunta a Akihito aparentando enojo, o al menos eso espero.

-claro que si, como se te ocurre encerrarme, eso no se hace, no lo vuelvas a hacer- abre sus brazos permitiendo a Ryui un abrazo.

-¿y ya podemos ser una familia? Okāsan- interroga a lo que cruzo miradas con Akihito que exhala un profundo suspiro.

-…supongo que ya es hora de responsabilizarme por el padre que te escogí- me sonríe apretando mi mano aún juntas- no creo que seamos la familia perfecta, pero dicen que con amor todo es posible.

-gracias Okāsan, gracias, juntos haremos de papá un mejor hombre -¿Qué se supone que significa eso?

-¿a qué te refieres Ryuichi?- regañó.

-ah, a nada Otōsan, solo que hay que trabajar en tus cualidades humanas- parece resplandecer con su sonrisa infantil abrazado a Aki.

Esta es mi familia.

 

P.V. Kotori.

Las buenas noticias tardan pero llagan.

Dentro de un mes Kou-san y Yuki-chan se comprometerán en matrimonio. ¿Quién lo hubiese sospechado?

Además  pronto recibiré la visita de la familia Asami que parte a Tokio.

No puedo evitar sentirme triste pero es la ley de la vida, solo me resta apoyar a Akihito y Ryui, que no sientan lastima por esta viaja.

- Obachan- llama mi querido nieto adentrándose con sus padres.

-algo me dice que mi regalo te llego a tiempo para una reconciliación Akihito- comento al verlos tan radiantes como lucen los recién casados.

- fue usted kotori-san- intuye Aki sonrojándose.

-oh vamos, yo no sé nada- guiño un ojo y Asami-sama sonríe.

-¿hay truco?-pregunta a lo que respondo.

-Asami-sama, se lleva mi hijo adoptivo, y a mi querido nieto, por favor cuide de ellos.

- Obachan, ¿Por qué no vienes con nosotros?- pide Ryui afligido por la despedida.

-estaré bien querido. Además este es mi lugar, y el tuyo esta con tu familia, ve- le invito a contemplar la pareja- esto es lo  que querías, disfrútalo.

-gracias abuela- besa en la mejilla dedicándome una última reverencia mientras pide a sus padres.

-…siempre quise ser un hermano mayor…

-¿QUEEE?- expresa aturdido mi querido castaño.

-prometo trabajar en ello- agrega Asami-sama tomando de la mano a su hijo mientras le roba un beso a Takaba.

 

… Entonces aunque lastimados y tristes decidieron darse otra oportunidad y hacer crecer el lucero ahora de ambos, porque con su luz le había guiado hasta su familia.

 

Viviendo felices hasta siempre.

 

THE END. 

 

Notas finales:

Y de esta manera el pequeño Ryuichi logra alcanzar la familia que tanto quería, con expectativas de ampliarla, Asami a Takaba y Akihito a su Yakuza.

Porque finalmente tanto en fantasía como realidad,  jamás se debe exasperar por los hombres que creen triunfar empelando la intriga, Marcus era un envidioso y nuestros protagonistas únicamente tuvieron que confiar y esperar.

Asami confió en que tarde o temprano volvería al lado de Akihito que a su vez esperó por su   pelinegro quien  no le falló.

Con esto finalizo, muchas gracias por tenerme paciencia y las invito a continuar disfrutando de otras historias a mi cargo.  

Espero sus RW, besos y abrazos Kazz.

 

 Me fue imposible colocar la imagen, aqui les dejo un link de referencia.

https://web.facebook.com/photo.php?fbid=495946457413745&set=a.111480469193681.1073741827.100009951846618&type=3&theater

PD: lamento el retraso es que por las lluvias se fue la luz.

Por allí a quienes me pregunten de epílogo, no creo, pero quien sabe y alguna especia. No prometo nada, porque luego quedo mal.

Algunos cantautores de los que tome inspiración al momento de redacción fueron, Napoleón, Los tigres del Norte, Arjona, Juan Sebastián, Rock Mary, etc.

Gracias por su paciencia –Reverencia al querido público y se baja el telón.


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