Capitulo 4
Kakashi estaba caminando cuando un escalofrió subió por su espina dorsal, miro hacia tras, para contemplar a algunos de sus hombres que lo seguían. Todos caminaban con pasos firmes u constante, pese al cansancio que sentían.
Distinguió a algunos que cargaba en sus espaldas a uno de sus hombres que había encontrado momentos antes, su estado era preocupante, permanecía inconsciente y su piel estaba terriblemente pálida, de no ser por el movimiento de su espalda cada vez que respiraba, pensaría que estaba muerto.
“sasuke” estaba preocupado por el menor, algo no le parecía bien, el bosque era demasiado denso para escuchar sonidos a largas distancias. Esto le inquietaba.
-señor- uno de sus soldados se percato del estado del peliblanco
-no sucede nada – dijo para continuar su camino “espero que estés bien” pensó para el mismo
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No muy lejos del grupo de kakashi.
Una figura encapuchado estaba reclinado junto a uno de los arboles con los ojos cerrados, y su mano en la rama de este. Sentía la presencia del grupo grande. Mientras suspiraba pesadamente –con el trabajo que me costó atraerlos – todas las presas que había atrapado habían sido rescatadas por aquel grupo.
Había pensado en la posibilidad de atacarlos a todos al mismo tiempo y acabar con eso, pero sabía que pelear con todos ellos era totalmente diferente a enfrentar viajeros o granjeros, (había tenido que pelear con algunos de ellos) y enfrentar a todos le tomaría mucho tiempo, sin mencionar la energía que necesitaría para el enlace y no pensaba estar debilitado todo un día. Por otra parte si esa persona se enteraba se metería en muchos problemas. “bueno, junte lo suficiente” pensó, viendo inútil seguir siguiendo al grupo. Se levanto para irse, pero sus pies sintieron una extraña vibración.
Giro para ver detenidamente a lo que a simple vista no era más que oscuridad y se percato de que algunos animales se movían asustados, posiblemente unos 20 km al oeste. Tenía un mal presentimiento, sin embargo sabía que su compañero no era tan estúpido como para que lo capturaran, e incluso si lo atrapaban, al amanecer seria libre.
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Devuelta con sasuke
Un golpe seco se escucho cuando la espada golpeo a su objetivo, el rubio desde donde estaba pudo ver como se hacía añicos, así como fragmentos que salían volando en todas direcciones, no podía creer lo que estaba viendo.
El soldado abrió los ojos como platos, al contemplar que contra quien había cortado era la raíz en la que había estado recargado el azabache. – no te muevas – el castaño sintió algo filoso en su cuello, el filo de una espada .
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Sasuke
Observe que aquel sujeto giraba un poco la cabeza para mirarme, con ojos llenos de sorpresa e incredulidad ante lo que acababa de pasar -¿desde cuándo? – pregunto
Sas- mis hombres no se hubieran internado al bosque sin una orden – ellos no son unos cobardes que se escaparían solo por tener un poco de miedo. –Perdiste – ya estaba arto de no saber nada -¿Quién está detrás de esto? –
-eso- se movió provocando una pequeña cortada en su cuello, aprovechando esto, ataco con su espada, yo me defendí con la propia, intentaba atacar pero los evitaba y contra atacaba, la habilidad de este sujeto era mucho menor que el sujeto que me ataco antes, pero debía admitir que se movía bien.
En una estocada enrolle su espada con la mía y la lance hacia el cielo, rápidamente le di una patada justo en el cuello lo que lo mando volando a unos metros de distancia. Observe como ese sujeto chocaba contra un árbol, deteniéndolo y cayendo contra el suelo.
Observe con momento antes de guardar mi espada, en eso mis ojos observaron al rubio, que también tenía los ojos abiertos como platos –parece que no era uno de los tuyos – había sospechado que posiblemente podrían ser aliados, pero dado la mirada que le dedicaba al menor y el hecho de la sorpresa en sus ojos, sabía que no era el caso.
Tal vez solo fingía, pero algo en mi interior me decía que no era el caso, un debo como ese no puede ser tan astuto.
Me acerque al sujeto a paso lento sabiendo que por el golpe no podría moverse en un buen tiempo.
Escuche como se reía – definitivamente eres un Uchiha – dijo, mientras me observaba –pero.. -observe como sacaba algo de su ropa -perdiste – contemple un objeto negro y redondo en su mano, solo un momento me tomo para darme cuenta de aquel objeto.
Retrocedí rápidamente no tenía tiempo que….. Mis ojos divisaron a aquel Debo que mantenía sus ojos fijos a los míos. Mis pasos se volvieron hacia él, lo sujete y levante rápidamente, antes de que la explosión de la bomba volviera todo negro.
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Rubio
Me sentía incomodo y adolorido, no sé que haya sido esa cosa de hace unos momentos, pero no creo querer volver a estar cerca de algo tan peligro. “esto me pasa por mi maldita curiosidad” en esta ocasión debía reconocer que Utakata tenía razón, no tomaba en cuenta los riesgos.
Intente levantarme, pero sentía un gran peso sobre mi “fantástico, solo me faltaba que un árbol me callera encima”
Levante una pierna, pero se sentía extraño, este árbol era firme, pero a la vez tenía un aroma de lo más curioso, además, parecía que una rama estaba debajo de mi cintura.
Mis ojos tenían demasiada tierra para que pudiera ver. Trate de abrirlos y parpadear rápidamente, sin embargo la tierra entraba a mis ojos y me lastimaba.
No hay remedio, en un movimiento desate mis manos detrás de mí y rápidamente las saque debajo el peso, ignore el dolor que sentía y me quite la mordaza de la boca y con esta misma tela limpie mis ojos para por fin poder ver lo que….. me quede casi paralizado.
Al poder ver me percate que no era un árbol que lo tenía encima, no sé por qué no lo note, pero sentía como el pecho de este sujeto apretaba con el mío, cada vez que respiraba, sus brazos rodeaba mi cintura y la otra estaba extendía arriba de mi hombro izquierdo, mientras que en el derecha me encontré con un rostro pálido.
Aquel muchacho estaba sobre de… mi… “ABRASANDOME” – oye… lo empuje pero no se movía –teme…. Idiota…. que –parecía no tener respuesta por su parte, e intente moverlo, pero solo logre que su cabeza entrara en la curva de mi cuello y su respiración chocaba con mi nuca –¡¿Qué estás haciendo idiota?¡- reclame, ya que me hacía sentir extraño escalofrió –¡no es el momento de dormir! – sentí como empezaba a reaccionar, recobrando la conciencia, y como levantaba su cabeza.
Sas – con que eres tu dobe – este maldito, respira, cuenta hasta diez 1, 2, 3,…. Se dejo caer nuevamente sobre mi, sentí como me tensaba “respira”
-no es momento de tonterías –sin embargo, sentí como se esforzaba por apoyar sus manos y levantarse – ¿puedes levántate?- dije un poco más calmado, poco a poco comenzó a quitarse de encima, librándome del peso extra.
Este se sentó a un costado y cuando lo hiso ya también me incorpore. Mire hacia el frente y me quede perplejo, los arboles cercanos estaban destrozados, su tronco era de color negro, había una capa negra sobre donde antes estaban los arboles y percibía un fuerte aroma a quemado. Nunca había visto algo similar
-¿qué demonios fue eso? – no entendía como algo tan aterrador podía existir
Sas – una bomba – lo mire rápidamente.
-una…. Bomba – trate de analizar la palabra, el nombre no me decía mucho, pero era obvio que esa cosa era demasiado peligrosa. “¿Quién en su sano juicio, crearía algo así?”
Sas- Dobe ¿acaso no sabes que es una bomba?-
-¿Cómo me llamaste maldito teme?- el azabache le dedico una mirada divertida, aunque también cansada
Sas- lo lamento, pensaba que solos los dobes no eran consientes de lo que sucede en el mundo, o al menos que conocieran el nombre de esta arma –
-NO ES MI CULPA QUE…. – me calle no tenia caso continuar con esta charla, mis ojos viajaron a aquel cráter que había quedado, había tantas cosas en este mundo que no conocía y posiblemente nunca lo aria. Apreté las manos atrapando la tierra que había bajo de ellas. Era demasiado frustrante –lo siento – me quede concentrado en el suelo. – me salvaste y te lo agradezco- un silencio se hizo presente entre ambos. Tal vez resultaba un poco incomodo, pues a pesar de estar mirando mis manos, podía sentir la mirada del azabache sobre mí.
Sas- oye Dobe – ¿es enserio?... ese maldito
-¡no me digas así! - ahora este sujeto estaba en terreno peligros.
Sas -como sea, - levanto los hombros quitándole importancia, -puedes guiarme al reino de Konoha – asentí, claro que sabia donde estaba. –llevame- “engreído” quería protestar por esa idea, pero mientras se levantaba, observe como caía repentinamente contra el suelo.
Me acerque gateando pues mis piernas todavía estaban atada, coloque mi mano en su espalda, moviéndolo un poco para intentar despertarlo, “eso le pasa por levantarse tan repentinamente después de lo sucedido” en mi mano sentí algo líquido y al mirarla me percate que había algo rojo en ella. Mi mirada volvió al rostro de mi captor, su piel blanca estaba aun más pálida de lo que debía estar y su respiración se volvía agitada y pesada. Definitivamente estaba mal herido.
Lo contemple por unos segundos, después mire la tierra y la toque con las puntas de mis dedos, cerré los ojos para concentrarme en lo que debía hacer, tardo un poco más de lo normal pera la raíz blanca comenzó a aparecer, siguiendo la punta de mis dedos.
Contemple el cuello pálido de ese sujeto. Acerque la raíz. Un quejido de el llamo mi atención, pensé que despertó pero no era el caso. Se veía tan diferente en ese estado.
La primera impresión que tuve de el al verlo en el bosque fue, peligro. Cada parte de mi ser me decía que este sujeto no era para nada normal, ni debía confiarme. Admitiría que tenía una gran habilidad con la espada, no peleaba nada mal y era bastante guapo.
Intente alejar esas ideas de mi cabeza, pero viendo el hecho de la explosión, el cómo vino corriendo, cubriéndome con su cuerpo. Había sido herido por mi culpa, pensé que no le había pasado nada pero estaba aquí, todo mal herido y solo para protegerme. No podía estar seguro pero podía apostar que si no me hubiera ayudado, el hubiera escapado ileso.
Mire mi mano y esta temblaba, todavía tenia la sangre del pelinegro en ella. “Tal vez, solo por esta vez”, sacudí la cabeza, negándome a esa idea, no importaba lo que,…. “lo que yo quisiera hacer”…. yo debía cumplir con mi…. Deber….. Volví a observarlo, yo… le debía la vida “demonios”
Me rendí, deje caer mi mano alejándola del cuello de ese sujeto. – Debo estar loco – si definitivamente debía estarlo, pero ….. no quería quedar en deuda con él. Desate mis piernas, sujete uno de sus brazos y subí al azabache a mi espalda. –Solo esta vez- , trate de convencerme de que esto, nunca y repito nunca se repetirá, solo seria esta vez. Mire al cielo contemplando la noche. Para después ponerme en marcha.