Aquellos días después del reencuentro con su hermano Anthony marlo no podía quedarse tranquilo por el simple hecho de que si lo encontraba tendría que enfrentarse a su familia y una gran decepción al saber que se fue de casa por quedar en cinta de un alfa cosa que le hacia sentir peor a marlo por ser un chico bastante listo y dejarse engañar de un alfa cualquiera lo cual hizo que en esos años aprendiera a no abrirse con sus sentimientos a cualquiera pero tras la llegada de Sebastián lo hizo dudar un poco ya que el a pesar de dejar en claro sus sentimientos por marlo él era bastante directo en eso pero tampoco le exigía muchas cosas ya que estaba satisfecho con su proximidad y el pasar las tardes con camelia que le llenaba mucho el cariño que le tenía la pequeña hacia Sebastián.
Aquel mismo día marlo iba acompañado de Sebastián al mercado por si se daba la ocasión de reencontrarse con su hermano ya que estando en la situación en la que pasara el pediría que lo llevaran rápido debido alguna excusa que le podría decir a Sebastián con tal de que lo llevara rápido a la hacienda. Sebastián iba colorado hasta también le sudaban los dedos por la proximidad que tenía con el omega con solo ver aquellos rizos de su cabello llegar a su nuca le erizaba de cierta forma la piel simplemente las ganas de tocar su cabello aumentaba como también toda la extensión de su cuerpo pero aun así decidió tomarse un tiempo para conocerlo ya que apenas sabia un poco de el.
En aquel momento se detuvo marlo a comprar unos tomates que estaban en un puesto y no deparo en observar como agarraba los tomates apretándolos sin ser brusco y olfateándolo para confirmar si no tenía algo raro, entre tanto observarlo no se percató que le hablaba el menor por estar perdido en lo que hacía por lo cual este le jalo una oreja provocando un quejido del mayor.
— ¿acaso me estas escuchando? —pregunto marlo enojado mientras mantenía una mirada fija hacia Sebastián quien no daba respuesta a su pregunta hasta que empezó a salir de su pequeño trance que tenía.
— Disculpa estaba distraído ¿querías alguna cosa? — marlo soltó un suspiro sin decir nada aun, el omega dirigió su cabeza a la derecha desviando cualquier contacto visual para preguntar con cierta vergüenza que por más que ocultara salía a flote con solo Sebastián ver su cara ardiendo en un temeroso y despiadado rubor .
— ¿vamos a comer algo?
Sin decir nada mas llegaron aun restaurante donde vendían toda clase de comida claro que marlo no pensaba en ir aun restaurante pero como iba por cuenta de Sebastián no podía negarse además que no quería quedar mal con el , luego de pedir empezaron una charla amena sobre cosas que hacia camelia que le parecía adorable al alfa que escuchaba atentamente marlo sin olvidarse de ningún detalle que a veces reía y refutaba aquel comportamiento tan apacible y tierno de su hija, luego de reír y hablar un rato de ello llego un punto donde marlo pregunto sobre la vida de Sebastián ya que le daba curiosidad el como había llegado a la hacienda.
— Bueno….es difícil de digerir pero prácticamente vine por mi retoño — la mirada de marlo se tornaba un poco más confusa con aquel comentario el no sabía que tenía hijos.—
— No pensé que estuvieras divorciado o tenías hijos para resumir —la cara de el azabache se tornó roja cual carmín ante aquella declaración no midió bien las palabras con la cual se refería a lo que en verdad trataba de decir.
— ¡no!,no yo nunca eh estado casado ni menos divorciado — carraspeo un poco rascando su nunca de manera nerviosa.— con retoño me refería a dinero
— Que avaricioso eres en verdad Sebastián — aquel comentario provoco las risas de ambos al uniso.
— La verdad tampoco es tanto con lo del dinero ya que mi familia no pasa necesidad la verdad vine a la hacienda a reunir dinero para una empresa que estoy montado aunque no es la primera vez que me toca trabajar en ese tipo de campo — agrego el alfa inflando el pecho de manera orgullosa.
— ¿en que tipo de trabajos has estado? —pregunto el omega con cierta curiosidad ya que era raro casi ver alfas trabajando de otros alfas aunque en la hacienda era normal debido a la clase pobre de los alfas.
— Eh sido corredor de bolsa además de administrador en otras empresas — comento observando detalladamente como el omega empezaba a inmiscuirse en el tema.
— Que genial seria trabajar de esa manera —soltó marlo que sin pensarlo mucho empezó a hablar. — me hubiera encantado estar en la universidad y talvez estudiar administración seguro y no tienes tantos problemas
— No tienes por qué arrepentirte aun eres joven y puedes estudiar fíjate que los viejitos hacen pos grados y tienen su título aun siendo de la tercera edad — aclaro de manera ocurrente provocando una sonrisa dulce y radiante de marlo demasiado agradable para su deleite.
— ¿acaso me dices viejo? — soltó una risita golpeando de forma suave el hombro de Sebastián.
— Solo digo que aun tienes tiempo además…tienes suerte de tener una hija tranquila ya que sabes que ella te apoyara en lo hagas ella nunca para de decirme lo fuerte que eres…—aquello salió de improviso de Sebastián que no esperaba decir aquello haciendo que las mejillas de marlo se pintaran esta vez de escarlata y no de carmín.
— Vamos a la hacienda —como era de esperarse de la mente de Sebastián sentía que esta vez la había cagado.
A la mañana siguiente marlo tenía mucho trabajo que hacer ya que llegaban los primos del patrón a la hacienda y los arreglo siempre eran un escándalo como solía llamarlo Fernanda dejándolo desgastado y sin tiempo para camelia o cualquier persona, ese mismo día era una reunión de padres y representantes a la que debían asistir con los alumnos para charlar ciertos temas del colegio al cual casi no asistía marlo por estar muy ocupado en la hacienda pero ese día cambiaria todo ya que mandaría a Sebastián a la reunión a la cual el no quería asistir pero tratándose de los métodos de manera ‘’incitadora’’ de marlo hacia Sebastián no podía negarse ya que el prometía una recompensa por hacerlo.
Llevado de la mano de manera paternal cual padre lleva a su cría observo que algunas mujeres y entre ellos algunos hombres habían asistido a la reunión que peor para el porque eran omegas pero sin tomar en cuenta algunas miradas perversas como desvergonzadas camino adentrándose al salón escuchando murmullos sobre su persona, unos niños se acercaron a camelia que preguntaron de manera curiosa.
— ¿ el es tu papa?
— .… —camelia no sabía que decir pero era cierto que jugaba con Sebastián el la acostaba, la alimentaba y la vestía para el colegio ,le compraba juguetes, la ayudaba con las tareas pero en ese momento no sabía como responder aquella pregunta ya que nunca se había preguntado quien era su otro padre ni nunca preguntaría así que de manera en la que asemejara la situación se dio la idea de que el podría ser su padre ‘’postizo’’ para aquella respuesta. — si el es mi papa
— Tu papa es muy grande cami —elogio su compañero.
— ¿Papa…? —ante aquella respuesta Sebastián no podía quedar más confundido que nunca.
— Gracias…— los niños sin mas se alejaron de los dos y camelia observando la cara en trance de Sebastián decidió tomar una respuesta a su confusión— tu eres mi papa postizo — explico— yo no tengo otro papa todos los tienen pero yo no por lo cual tu barrabas eres mi papa postizo por hoy
— Entonces tengo que fingir ser tu papa ¿no?
— Pues si… — titubeo jugando con sus dedos.
— Bueno si seré tu papa postizo debo ser el mejor — sonrió de manera cálida a camelia tomándola en brazos depositando un tierno beso en su frente.
Entraron al salón y Sebastián como imagino estaban unos omegas y algunos betas que asistieron a la reunión que sin disimular por parte de la gente observaban analíticos a el alfa devorándolo con la mirada sin mas dieron empezada la reunión algunos niños jugaban en círculo con juguetes o los objetos que los mismos padres les daban camelia no se alejó del resto ya que decidió unirse a jugar con sus compañeros dejando solo al pobre Sebastián lidiando con las miradas lascivas de algunos omegas debido a sus feromonas que retumbaban por las fosas nasales de ellos sin embargo Sebastián mantuvo la compostura escuchando la charla del profesor hasta que dieron por finalizada la reunión que algunos omegas se marcharon y otros hablaban con los orientadores un profesor deparo en preguntarle algo vergonzoso a Sebastián quien tenía en brazos cargando a la pequeña camelia quien jugaba jalando los cabellos del azabache.
— Disculpe usted pero ¿podría preguntarle algo? — dijo el profesor llamando la atención del alfa.
— Dígame
— ¿usted es esposo del srt.marlo rodríguez? —la cara del alfa valía oro ya que su sonrojo no se hizo tardar en notar quien dando una respuesta ocurrente dijo.
— Ya quisiera pero no se deja solo deme tiempo y le juro que me vera pegado cual chicle a marlo
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¿Qué le diría a marlo de lo que paso hoy?