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Fragile Love [HIATUS] por xMaiia

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Notas del capitulo:

Hola. Espero que les guste el capítulo de hoy, nos leemos en las notas finales.

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- Yura… Despierta… -Murmuró Otabek, sentado en una silla al lado de la camilla, mientras la parte superior de su cuerpo se encontraba recostado en la misma. El doctor había sedado a su novio para evitar algún ataque de ansiedad cuando despertara, pues la pérdida del bebé le iba a tomar de sorpresa, más aparte curar la herida de su rostro.

Sintió que el rubio se movía un poco, así que se levantó con rapidez. Estaban solos, Victor y Yuuri se habían retirado para descansar, mientras que Yakov y Christophe se habían ido primero para arreglar lo de la competencia. Colocó una mano sobre la frente del menor, sintiendo como éste se quejaba un poco y entreabría los ojos, al igual que la boca, moviendo sus dedos, tanteando la cama.

- Beka… -Murmuró con suavidad, llevando una de sus manos a su rostro, tocando la gasa de su mejilla. Apartó al mayor con un manotazo y se sentó en la cama con rapidez, quedándose desorientado por poco tiempo para después reaccionar.- ¿Christophe me cortó el rostro? -Habló exasperado, ansioso.

- Calmate Yura, tenemos que hablar de otra cosa. -Le contestó el mayor, empujándolo con suavidad por los hombros para recostarlo. Se sentó en la orilla de la cama mientras su mente maquinaba de manera rápida para encontrar las palabras que debía usar para darle la noticia, sabía que si el doctor se encargaba de eso sería de una manera muy fría.- ¿Qué es lo que recuerdas, mi amor?

- Yo… -Murmura, intentando recordar lo que su mente le mostraba en pequeños cortos.- Recuerdo que comenzamos el dúo, hice los saltos, vi de cerca la cuchilla del patín de Chris y sentí mucho dolor en el rostro, me agaché mientras me lo tapaba… Después… Muchas voces y muchos gritos, creo que peleaste con Yakov y después me cargaste, Victor y el cerdo te dijeron algo, no recuerdo qué. De ahí todo es muy borroso, hasta ahorita… -El kazajo se quedó en blanco, sin saber cómo comenzar el tema del aborto.

- Bien, en un momento llamaré al doctor para que te revise ¿sí? -Otabek dirigió su mano al cabello del menor, acariciándolo con suavidad y ternura, causándole un sonrojo en la blanca piel de sus mejillas.

- Me estás ocultando algo, Otabek. -El nombrado tragó en seco, sabía que cuando Yuri decía eso era mejor decir la verdad.- ¿Qué pasa?

- Es un tema delicado, Yura… -Comenzó, suspirando y reteniendo el aire.- Tuviste otro sangrado, uno más abajo… -Se señaló su propia entrepierna, para que su pareja entendiera en dónde.- Y bueno… -Se llevó una mano al puente de la nariz, apretándolo mientras cerraba los ojos antes de lanzar la bomba.- Tuviste un aborto. Tenías casi tres meses de embarazo…

Los ojos se Yuri se abrieron al máximo, quedándose así unos cuantos minutos para después echarse a reír, confundiendo al kazajo.

- No bromees, Beka. No estoy para ese tipo de bromas… -Murmuró mientras que su mano buscaba la del mayor, apretándola con suavidad.

- ¿Crees que bromearía con algo así, Plisetsky? -Preguntó el mayor, sintiendo un poco de enojo creciendo en su interior por creer que eso fuera una broma y Yuri lo sabía, cuando Otabek le llamaba por su apellido era porque estaba molesto o enojado.

- No puede ser… Si yo estaba embarazado… ¿Por qué no percibiste el olor, Altin? -Murmuró con un sentimiento de dolor, sentía que era su irresponsabilidad no haberse checado desde que se sentía mal, pero nunca pensó en un embarazo.

- Tu olor se hizo más dulce, tus feromonas olían más a vainilla, pero pensé que era normal, no que era porque estabas embarazado.

- ¿Entonces eres un Alpha inútil o qué? -Atacó de regreso el rubio, comenzando a discutir un tema que era delicado y que, además, debían respetar por memoria de su hijo no nacido.

- ¡No me llames así, Plisetsky! -Rugió el Alpha, ganándose una cachetada por parte del omega.

- No me vengas a gritar aquí, menos después de la noticia que acabas de darme… -El alto no se había fijado que los labios de su novio temblaban desde que le dijo que nada de eso era broma, una clara señal que se pondría a llorar.- Por tu culpa nuestro cachorro está muerto…

- No me culpes sólo a mi, Yuri, ¿crees que no me duele? ¡Era mi primer hijo!

- ¿¡Y el mío qué!? ¡También iba a ser mi primer hijo! -Los dos se gritaban, pero el rubio ya había comenzado a llorar, el kazajo se apresuró a tomarlo entre sus brazos, abrazándolo contra su pecho, dejando que su adorado omega se descargara.

- Lo siento Yura… No debí gritarte… -Murmuró, sintiendo que el llanto de su amado se intensificaba, haciéndolo temblar de manera casi violenta, mientras lastimosos gemidos salían de sus labios.

- Y-yo n-n-no debí dec-decirte eso… -Contestó el menor entre hipidos y gemidos, sorbiendo su nariz mientras sus dedos apretaban la ropa ajena. Sentía que aún era joven para haber sido madre, pero como quiera le dolía saber la muerte de un ser que estuvo junto a él casi tres meses y él ni en cuenta.- ¿Por qué se tuvo que ir? -Murmuró unos minutos después, cuando ya estaba más tranquilo en cuanto a los jadeos, pero silenciosas lágrimas aún bajaban por sus mejillas.

- El doctor cree que fueron los entrenamientos lo que ocasionó que nuestro cachorro no naciera… Me explicó que durante los saltos y caídas que Yakov mencionó, el feto se fue desprendiendo de la pared uterina… Causando el aborto…

El rubio bajó una mano y la posó sobre su vientre, apretando la tela sobre este, volviendo a llorar con fuerza. Se quedaron un largo rato abrazados, donde el menor lloraba, se calmaba y comenzaba de nuevo. El moreno sabía que su novio debía desahogarse, esperar todo el tiempo que fuera necesario.

Se escucharon un par de toques en la puerta de la habitación, antes de que ésta fuera abierta, dejándose ver una cabellera plateada, seguido de una cabellera negra.

- ¡Yuri! -Se acercó Victor, abrazando al nombrado mientras acariciaba su espalda y su cabello. El rubio se dejó abrazar, una clara señal de que no se encontraba bien.

El japonés se quedó al lado del kazajo, dándoles espacio a los dos rubios para que pudieran hablar, ya que Victor amaba al rubio como un hijo y se preocupaba mucho por él.

- V-Victor… -Susurró el rubio, echándose a llorar de nuevo en los brazos del otro ruso, quien se apresuraba en consolarlo. El japonés se acercó unos pasos, haciendo que Yuri volteara a verlo también, estirando un brazo hacia él para que se acercara más.- Yuuri…

Los tres presentes se quedaron en silencio, Yuri jamás había llamado por su nombre al japonés, siempre le llamaba “cerdo” o “katsudon”. Pero lo que nadie sabía era que Yuri, aunque le llamara de esa manera siempre, tenía un gran amor por aquella pareja, amándolos como si fueran sus padres.

Desde la muerte prematura de Nikolai, después de que Yuri ganara su primer oro en el Grand Final Prix en Barcelona, se hizo muy dependiente de las personas que siempre estuvieron con él, creando lazos más fuertes de lo que la gente alrededor creía.

- Todo está bien, Yuri… Nosotros estamos aquí para apoyarte… -Dijo en voz baja Yuuri, acariciando la espalda del rubio.- Lo sentimos mucho…

- Mi amor. -Otabek se acercó, acariciando sus largos cabellos.- ¿Quieres que llame al doctor para que te revise? -El menor negó con la cabeza, no quería a nadie más que a ellos tres dentro de la habitación.

El chico se sentía perdido, su mirada se había apagado y las pequeñas lágrimas mojaban sus mejillas, quería regresar el tiempo, quería tener a ese cachorro que perdió.

Y por primera vez en su vida, dudó que el patinaje fuera lo mejor para él.

Notas finales:

Siento que el capítulo no lo escribí interesante, pero es importante para los siguientes.

Para quienes pregunten el por qué de la reacción de Yuri, lo explicaré en los siguientes capítulos también.

Espero que les haya gustado y nos leemos después. 

¡Saluditos!


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