Pov akihiko
-Akihiko, ¡sal conmigo por favor¡- nunca me espere esas palabras de quien consideraba mi mejor amigo, jamás imagine que Misaki podría estar enamorado de mi y ahora que recuerdo las cosas que vivimos todo encaja.
Tuve que rechazarlo porque no sentía lo mismo, yo anhelaba que el fuera mi mejor amigo para siempre pero no podía obligarlo a que el me viera de la misma manera.
Al llegar a mi casa esa tarde llore, llore porque fui un despiadado que no supo manejar sus emociones y termino lastimando a la persona que mas quería, llore porque Ritsu jamás me correspondería y llore porque otra vez volvía a sentirme solo.
Pasaron dos semanas en las cuales quise acercarme a Misaki pero mi cobardía me lo impedía y no quería que el se pusiera mal al verme, deseaba evitarle todo sufrimiento y si tenia que mantenerme alejado lo haría.
Mi relación con Ritsu no prosperaba mucho ya que el estaba al pendiente de lo que haría Takano, ese azabache que ahora es amigo del castaño. No puedo tolerar verlos juntos, por una extraña razón, me molesta.
Un día mi amigo Yukina me invito a una fiesta a la cual Irian todos los chicos de la escuela y pensé que allí podría estar Misaki, le debía una disculpa y no quería que pasara mas tiempo por lo que fui y para mi suerte pude rescatar al castaño de caer abruptamente al suelo.
-oye Akihiko yo llevare a mi amigo a su casa- allí estaba Masamune con cara de pocos amigos ¿en que momento este tipo comenzó a ir a fiestas?
Cuando quiso agarrarlo yo se lo negué y comencé a irme a mi hogar con el oji verde en mis brazos.
Se veía tan delicado, tan lastimado ¿Cuándo deje que pasara esto? Jamás se había puesto asi en una fiesta si no que yo era el que me ponía ebrio y el me cuidaba para que nada me pasara. Ahora era mi turno.
Desde esa noche no puedo sacarlo de mi cabeza. Esta allí presente, como si fuera el aire para respirar, atormentándome cuando no lo tengo -Ya ni siquiera me deja pensar en mi nuevo novio quien también esta triste por la relación que tienen esos dos.
-amor, ¿estas bien?- pregunte viendo como Ritsu miraba unas fotos.
-si.- dijo sonriéndome mientras yo lo envolvía en mis brazos.
De verdad no se que le ve a ese idiota pero ya no me molesta mucho.
Paso una semana de aquel día, en donde cada vez que podía pasaba tiempo con Misaki y atesoraba cada uno de sus gestos, no se cuando me empezó a interesar ver todo de el pero me agrada su presencia.
-oye, ¿y como vas con Ritsu? –esa pregunta me tomo desprevenido porque no había pensando en el durante toda la conversación.
-muy bien. Ya llevamos una semana- sonreí mientras el agachaba la cabeza y sonreía cabizbajo. No quería que pusiera esa expresión. Odio verlo así.
-¿y tu con Takano? Parecen muy felices- un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas y no era por mi. Agh no se que me pasa últimamente.
-Misaki, te traje un regalo- al ver a ese idiota sentí un gran enojo pero esta vez no era por culpa de Ritsu.
Cuando mi mejor amigo vio el regalo puso una cara tan hermosa que no pude evitar guardarla en mi memoria.
- el muñeco de The kan versión limitada- grito sorprendido mientras le daba un gran abrazo a su novio.
Se que debería estar feliz por el, se que tendría que poner una sonrisa, pero soy tan egoísta que me molesta.
-todo lo mejor para mi novio. Oye Akihiko te lo robo. Debemos ir a festejar nuestra primera semana.- sin mas le tomo la mano y Misaki con una calida sonrisa se acerco a mi.
-suerte con Ritsu. Luego nos vemos Akihiko- ¿Akihiko? ¿Desde cuando ya no era más usagi san?
-aki chan debes explicarme lo de biología- un molesto oji verde se aproximaba mientras yo veía a la feliz pareja yéndose del establecimiento.
-feliz primer semana- dije tratando de besarlo pero mi amado se negó.
-sabes…que no me gustan mucho los besos- si, recordaba eso y me dolía mucho, pero no se cuando dejo de importarme.
-vayamos a tomar un helado- dije mientras lo jalaba del brazo y el caminaba a mi lado.
El camino hasta allí fue muy incomodo, nadie hablaba y Onodera solo ponía una cara muy nostálgica, como si extrañara algo que no volverá.
Al llegar nos sentamos en una esquina y fui a pedir dos conos al amigo de Misaki quien me miraba con cara de pocos amigos.
-así que sales con el- susurro con mucho odio y desprecio.
-si. Y por lo que veo Misaki también sale con alguien- respondí con molestia mientras el sonreía.
-si, Takano es el mejor tipo del mundo. Tiene suerte mi amigo. Espero que se besen pronto y bueno, pasen otras cosas- su cara delataba que estaba disfrutando la situación mientras no podía imaginar que el sea corrompido por alguien que no fuera yo.
-ya apúrate y dame mis malditos helados- dije en un tono frío, harto de escuchar todo aquello.
- solo te advierto una cosa: si no dejas que mi amigo sea feliz luego de todo lo que paso, yo te hare la vida miserable- y sin mas palabras me dio mi orden mientras yo me iba agachando la cabeza.
Tendría que apoyarlo como su mejor amigo, pero, no se que me pasa. Debo dejar de hacerme ideas y concentrarme en mi novio, que es lo que mas me importa.
Al llegar a la mesa el estaba sonriendo, admirando una pequeña pulsera artesanal, de colores verdes mientras reía.
-¿Qué te tiene tan feliz? – pregunte mientras el guardaba su tesoro rápidamente y volvía a su antigua expresión.
-no es nada, solo que debo irme. Gracias por el helado- sin previo aviso se fue, dejándome solo como siempre lo estuve.
Me ponía triste esta escena, me recordaba a mi infancia en Inglaterra. Mis padres siempre trabajaban y no tenían tiempo para mí, ni siquiera mi hermano mayor quien parecía odiarme.
Recuerdo que cuando llegue aquí iba todos los días a aquel parque en donde lo conocí.
-oye Usagi san, ¿Qué haces aquí solo? Es raro- otra vez volvía a sacarme de la soledad en la que estaba.
-oh nada, solo pensaba en lo verde que son tus ojos- sus mejillas se encendieron como tomates y yo solo quería admirarlo así para siempre.
-de verdad estas raro- dijo sentándose a mi lado y volviendo a charlar como antes, antes de que mi mundo se pusiera de cabeza.
Hablamos de cualquier cosa que se nos pasaba por la mente y las horas se hicieron pocas estando a su lado.
- eto debemos irnos Usagi, se nos hara tarde- dijo tomándome de la mano y luego soltándola
-perdóname, es que ya me acostumbre a caminar así- susurro mientras yo tomaba su pequeña y calida mano.
-somos mejores amigos ¿no? No hay problema- y así nos fuimos a nuestros hogares, deseando que el camino se haga eterno.
-perdóname por no estar tanto tiempo contigo usagi- dijo apenado mientras yo le sonreia.
-no debes preocuparte. Ahora tienes novio así que es lo normal- respondí abrazándolo, necesitaba ese contacto desde que lo vi llegar a la heladería.
-si, tienes razón.- su celular vibro y al ver el nombre de el en la pantalla su pequeña sonrisa apareció.
-adiós Misaki- dije saludándolo mientras el hizo lo mismo.
Al llegar a mi casa me desplome en mi cama. Pensé que amaba a Ritsu y que mi vida a su lado seria hermosa, sin embargo ahora que lo tengo puedo decir que nunca fui tan infeliz.
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