Durante esa noche, Harry soñó que estaba al lado del chico de Slytherin. Los dos se miraron mutuamente a los ojos, tenía el rostro parecido al de Snape pero no le incomodaba, de hecho sentía que quería abrazarlo. Sabía de antemano que esa apariencia la había tomado para bufarse de Severus Snape pero le quedaba bien, a Harry le gustaba verle sus alargadas pestañas, de las cuales estaba seguro que Snape carecía.
Ambos estaban en Privet Drive número cuatro, tumbados en el pasto verde del jardín, no entendía porque estaba allí pero asumía que era porque sentía excitado, su Slytherin se había acercado lo suficiente como para plantarle un beso, pero a pesar de eso no se lo dio, simplemente se le quedó viendo con una sonrisa en sus labios. Harry sintió su cara arder pero era un ardor placentero, había tomado su mano y era lo único que hacían los dos, como dos tortolos recién enamorados. Esperaba un beso por parte de él pero si no se decidía, él lo haría.
Luego, el sueño cambio, soñó que besaba alguien, lo abrazaba con pasión, sentía una gran calentura por debajo de sus sabanas. Ellos no estaban en un pasto verde por el día, sino que estaban por la noche noche bajo las sabanas, Harry sentía todo su cuerpo agitado, tomó su largo pelo y lo olió, era el mismo olor a miel y flores silvestres que lo cautivo y miró el cuerpo de Sirius Universe debajo de él.
—¡AAAAAAAAHHHHHHHHH!
Cuando despertó, se dio cuenta que habia alguien que disfrutaba que estuviera despierto, vio debajo de las sabanas rojas carmesí y se dio cuenta de su pequeño amigo que estaba muy activo últimamente en su mente odiaba tener que soñar con Universe.
Harry odiaba ese sentimiento, es decir, estaba bien soñar con su no amigo no novio pero soñar con una persona despreciable como Universe le volaba el sueño a cualquiera, odiaba la forma en la que él solía mofarse y despreciaba el hecho que sea alguien que fuera, había algunos que despertaron pero volvieron a dormirse ignorando aquel atropelló a su sueño, ni siquiera tuvo que disculparse. Harry se recostó sobre sus almohadas de nuevo y emprendió una práctica poco honrosa, él se estaba estimulando solo pensando en el Slytherin, solo en el Slytherin y su olor a miel y flores, evitando pensar en Universe.
Harry reprendió un gemido, le habían dicho que evitara la masturbación pero él había empezado a practicarla desde el verano pasado y era el único modo que conocía para no volverse loco o sensible, él extrañaba al inteligente Slytherin y quería volver a hablarle pero seguramente ya estaría trabajando en algo.
Harry esperó a que la mañana se alzará de nuevo.
El hambre volvía por la mañana, un chico de tercero dijo que no había nada que comer en las cocinas, la profesora McGonagall de un lado a otro moviéndose entre la cocina y la sala común sin parar, según el chisme los elfos domésticos salieron de la cocina y se negaban a entrar de nuevo allí debido a la desaparición masiva de alimentos, nadie sabía quién lo hacía pero los fantasmas por primera vez en su vida, habian defendido a Peeves, el cual estaba al cuidado del barón sanguinario. De todos modos, necesitaban ir al gran comedor para ver que podrían haber conseguido los profesores.
Cuando los Gryffindor bajaron, la escena que estaba ante ellos los horrorizo.
La mesa de Hufflepuff estaba llena de sangre, en la mesa de Gryffindor estaba ocupada de arcos y flechas y en la mesa de Ravenclaw estaba abarrotadas de ollas de cobre, harinas, frutas y verduras entre otros comestibles.
Ron y Harry exclamaron una grosería pero Hermione los reprendió.
—¿Pero qué…?
Un grupito de niños llegaron de cazar, Rossend y Amycus iban preparando los alimentos en el gran comedor y había quienes estaban ayudando a poner los cuatro ciervos que estaban cocinando.
—¿Pero y la comida?—decían algunos incomodos.
Era obvio que tenían que cocinar su desayuno. La profesora McGonagall llegó negado con la cabeza al viejo director quien estaba en medio buscando ollas.
—No, definitivamente no quieren cocinar.—dijo McGonagall.
—Déjelo por ahora profesora.—dijo Dumbledore.
Un grupo de Slytherins molestos, estaban murmurado, algunos estaban tan molestos que solo arrugaban la nariz, otros estaban estupefactos como ellos pero otros más estaban molestos que nunca.
—¡Pero no podemos hacer esto!—gritó Malfoy enfadado mientras el grupo de cazadores salían al vestíbulo.
Hubo alumnos quienes no estaban oyendo el berrinche de los demás, entre ellos Rossend que había abierto a un ciervo y le hizo escurrir la sangre en un recipiente.
—¡Si no haces nada Malfoy, no comes!—gritó una chica de Slytherin de cabello negro quien estaba cortando pollo.
—¡¿Y para qué demonios están los elfos domésticos?!—dijo Parkinson.
—Están asustados.—dijo Ernie Macmillian quien le apuntó con el cuchillo.—Si no estás conforme, vete… valla que nos costó cazarlos y no pensamos dar nada. ¿Verdad Pink?
—¡La escuela cayó bajo!—gritó Malfoy.—¡Son una bola de perdedores! ¡Definitivamente, debí ir a Dungstrang!
Rossend seguía con lo suyo y no hizo caso a su comentario, todo parecía indicar que los gemelos habían cazado los ciervos, en la mesa de Gryffindor las flechas, arcos y espadas estaban brillando por la sangre de sus puntas, varios se negaron a realizar una actividad degradante de un elfo doméstico.
Una chica de Hufflepuff fue por una navaja y una tinaja para abrir el siguiente ciervo, Universe abrió el tercero como si nada y sacó las viseras, los niños sensibles casi se vomitan al ver toda la sangre salir del cuerpo del ciervo.
—Tal parece si no ayudamos, no habrá nada.—dijo Ron molesto.
—Yo si pienso ayudar.—dijo Hermione.—Esto hace apreciar el trabajo de los elfos domésticos.
—¿Qué mosca te ha picado?
—No me ha picado nada. Solo que a los elfos domésticos los tienen esclavizados, sumisos, sin derechos por enfermedad o pensiones. Lo sé, la profesora McGonagall me lo contó anoche.
—Pero… a los elfos les gusta vivir así.
—Eres un insensible, Ron.
Dicho eso se fue hasta donde estaba Universe y la mandó directamente donde había harina y varias chicas midiendo tazas de azúcar donde harían pays de frutas, Harry miró una fresa de un tamaño gigantesco.
—Pues yo voy a ayudar.—dijo Neville arremangándose la túnica. —¿Vienen?
—Pues, si.—dijo Ron como no queriendo la cosa.
Y es que algunos niños orgullosos que no querían hacer el trabajo duro se marcharon soportando el hambre, Harry quien estaba acostumbrado a ayunar y hacer el quehacer ayudó con los cortes de las carnes de los ciervos donde se suponía que sería un ciervo por casa, aunque era sumamente relajante, jamás había visto a toda la escuela unida por hacer de comer.
Parecía que al director le agradaban las circunstancias. Varios profesores se habían unido también, Harry por fin había conocido a la profesora Vector quien era una bruja que vestía ropas rojas con un sombrero puntiagudo y parecía amigable, explicaba porque a Hermione le agradaba. Hagrid apareció en medio cuando varios alumnos habían puesto en recipientes el ciervo.
—¿Cómo piensan cocinarlo?—dijo Ron sorprendido.—¿Con qué fuego?
—Hagrid, Amycus y varios están haciendo un gran hoyo.—dijo Ernie.—Y adentro meterán la carne.
Ron y Harry no comprendían como lo iban a meter adentro de un hoyo y que se cocinara.
—¿Adentro?—dijo Harry sorprendido.
—Si, adentro.—dijo Ernie.—¿Los muggles no cocinan así su comida?
—No.—dijo Harry sintiéndose ofendido.—Tenemos hornos y estufas.
Habían puesto al ciervo en marinada, y se colocaron varias capas de papel aluminio, y fueron llevando al exterior los ciervos ya cortados, Ron y Harry fueron de los que salieron del gran comedor a ver el hoyo pero se encontraron que eran más de uno. Hagrid los saludó amigablemente.
—¿Cómo están?
—Bien. Creo.—dijo Ron viendo los hoyos.—¿Cómo lo van a cocinar?
Hagrid vio los hoyos de los cuales salían fuego.
—No se acerquen mucho que esos fuegos están encantados.—dijo Hagrid.—Son fuegos bastante calientes. ¿Cómo van con los hornos Pink?
Del otro lado, había un horno gigantesco, Pink y otro grupito habían construido un gran horno para cocinar pegados a la pared del vestíbulo.
Amycus estaba admirando su grandiosa construcción, él habia construido aquel horno con materiales obtenidos de piedras y lodo y ahora estaba utilizando la varita mágica para acelerar el proceso de secado, allí lo acompañaba un hombre, cuando Harry se acercó al joven Hufflepuff se quedó boquiabierto.
Lo acompañaba un profesor que nadie conocía, era un hombre tan extraño, como si no fuese humano, más bien se trataba de un hombre con una máscara macabra. Su cara estaba llena de cicatrices, a su nariz le faltaba un pedazo y lo peor eran sus ojos.
Tenían dos ojos diferentes, uno de los ojos era grandes de un color azul brillante y este daba vueltas por todos lados, el otro ojo era normal de color café normal, el cual miraba Amycus Pink quién estaba moviendo con su varita mágica para secar el horno.
—¿Haces esto seguido con tu padre?
—Mi cuarzo. Si, a él le gusta acampar.—dijo Amycus.—Le hacen recordar de cómo vivió desde joven.
—Ya veo.—dijo el profesor confundido pero su ojos se concentró en él.—Potter, ¿Tienes algo para cocinar?
—No.—dijo nerviosamente.—Supongo que el ciervo va adentro de esos hoyos.
El profesor afirmó con la cabeza y luego agregó.
—A esos hoyos les eche un poderoso encantamiento de fuego, no se apagarán hasta que se cocinen las carnes.
—Danos eso Harry.
Una chica de tercero le había tomado las charolas, había varios chicos de tercero allí quienes habían puesto con cuidado las bandejas utilizando el hechizo planeador y ponían una placa metálica sobre la boca del agujero.
—¿Ahora qué?—dijo el profesor de defensa.
—Tapar con la misma tierra.—dijo Hagrid.
—¿Qué?
—Tapar con la misma tierra.—repitió Hagrid.
—Esas recetas muggles…
Al cabo de varias horas, había quienes pusieron los pays en los hornos, los pollos en otros hornos, aguas de sabores diferentes estaban en la mesa y alumnos y elfos domésticos que estaban limpiando el gran comedor, ese día, como creyó, no había ninguna clase, los elfos domésticos no paraban de disculparse por su ineficiencia pero no había indicios de querer entrar a las cocinas, algo que hayan visto los atormentaban. Después, la carne fue servida en cada mesa del colegio y los platos fueron servidos por un chasquido de los elfos domésticos.
—Me muero de hambre.—dijo Ron molesto por el dolor de cabeza.
La muchedumbre se acomodó para comer, los profesores se habían llevado a su mesa una gran cantidad de carne de ciervo, en una esquina estaban las sobras pero estaban congelados que eran retirados por los elfos domésticos, los gemelos Pink estaban sentados cada uno en su mesa pero parecían los principales héroes de la comida de ese día, sin haber cenado ni desayunado y apenas comiendo, todos querían comer como feroces animales, más si los pays olían delicioso. El profesor Dumbledore se levantó de su asiento deteniendo a los hambrientos alumnos antes de ir y tomar un gran pedazo de ciervo y verduras cocidas.
—Este discurso será breve y espero no incomodar pero era necesario abrir un paréntesis. En primer lugar, lamento mucho que no encontremos aun al responsable de la desaparición de los alimentos y esperamos dar seguimiento al problema lo más pronto posible. En segundo lugar, me he encontrado muy satisfecho debido a la gran organización de la mayoría de los estudiantes, muchos dejaron sus resentimientos y por primera vez nos vimos unidos, no por casas sino como miembros de un mismo plantel, felicito a los gemelos Pink debido a que sin ellos no habría esta cena. Esta caza fue fructífera y mucho más exitosa en más de un sentido, para ellos se les dará 25 puntos a Hufflepuff y Gryffindor.
Hubo aplausos por todos los alumnos que estaban allí sin embargo los gemelos no parecían avergonzarse por un segundo pero Harry notó cierto rubor en Rossend.
—Al resto, debido a su gran trabajo, tienen por cada casa 50 puntos.
Hubo vítores aun mas fuertes, por lo menos Gryffindor y Hufflepuff tenían 75 puntos más sobre el resto y aun no empezaban los cursos. Cuando los plausos terminaron el director.
—Y como último punto y el más importante, yo les digo a todos ¡A COMER!
—¡Si!—gritaron obedientes la inmensa mayoría de los estudiantes.
Cuando le sirvieron su porción mágicamente, Harry contempló la carne y estaba tan tierno y jugoso que parecía un auténtico banquete, tomo el pan recién horneado por los estudiantes estaba crujiente, la ensalada de pollo con verdura recién cultivada se veía mas apetitosa de lo que alguna vez imaginó, Ron comió como un vikingo pero no era el único, los gemelos Weasley eran los más hambrientos y Ginny no parecía una señorita, ¡realmente tenían hambre!, Hermione bebió más de un litro de agua y se sirvió aún más, Harry sonrió, al menos ese día no sonaba a una derrota como había dicho Malfoy.
Las clases habian empezado con un desayuno especialmente ordenado por empresas del mundo, Harry sabia que a pesar que la comida desaparecía sin dejar rastro dejó graves consecuencias, como el grave deteroramiento del colegio aun cuando era la sede del torneo de los tres magos, Harry, Ron y Hermione podían leer en el profeta varios artículos debido a la falta de alimentos y sobre los elfos que “tenían tantas libertades”. Hermione principalmente humeo cuando apareció la siguiente nota:
El libertinaje elfico por Albus Dumbledore.
Lo primero que un estudiante primerizo espera (y los estudiantes de más años también) es en la selección de casas, en los nuevos magos y brujas que se convertirán en grandes compañeros de aventuras y ¿Por qué, no? Incluso en el romance, lo segundo más importante es en la esqusites que ofrece el colegio para cada dia después de los entrenamientos mágicos que todo menor de 17 años debe recibir.
Y es que, Albus Dumbledore, el más polémico director de Hogwarts ha decidido que lo mejor que podría hacerle a sus elfos domesticos, es mimarlos con todos sus antojos y caprichos. El más grande de este año es que no han querido hacer la cena de bienvenida, bajo el pretexto que “se encontraba un monstruo” en las cocinas. El dia de ayer, un par de gemelos decidieron tomar las riendas y emprendieron la búsqueda de ciervos, verduras, harinas y toda clase de comestibles para tener algo que cenar ese dia 2 de septiembre.
Sin embargo, hasta el momento, no hay nada de comer en las cocinas, los elfos domesticos se la pasan paseando por allí haciendo otras labores domesticas, pero indudablemente no pasan sus obligaciones en la cocina.
¿Qué es lo que motiva al profesor Dumbledore al darle tanta libertad a sus elfos domesticos? Nadie lo sabe, ¿Tampoco se sabe, porque el viejo director contrataría al más polémico ex auror, Alastor Moody para impartir la importante clase de Defensa Contra las Artes Oscuras? ¿Cuál es el plan del director en cuanto se refiere a nuestros visitantes? ¿Ponerlos a cocinar suena tan bien en la mente del director? ¿Obligar a estudiantes a realizar la labor de un elfo domestico al cocinar para los profesores y recién llegados?, y para rematar el ridículo circo del director, ha accedido a pagar a un elfo por sus servicios en vez de obedecer su labor como un elfo domestico decente.
Solo esperaremos que a los elfos domesticos se les quite el berrinche antes que llegue la delegación de Dungstrang y Beauxbatons y puedan dar el mejor recevimiento a los importantes magos de otras escuelas como debe ser un buen sirviente.
—¿Pero que se ha creído?—dijo Hermione temblando de enfado.—Hoy en la mañana, ha habido un ataque a un elfo domestico, ¡Tuvo que ser trasladado a la enfermería!
—Calmate Hermione.
—No me puedo calmar.—dijo con la voz entrecortada.—¿Ustedes dijeron algo, Pink?
Rossend estaba comiendo cereal pero negó con la cabeza antes de darle un bocado. Hermione estaba realmente furiosa pero el gemelo le hizo una seña para que parece su berrinche, parecía que oia algo que los otros no, incluso Amycus parecía alerta, parecía realmente alarmante porque una especie de detonación se escuchó en ese momento.
Todos lo vieron, todos vieron al monstruo que a los elfos domesticos asustaban.
Una mujer extraña estaba parada cerca del vestíbulo. Su piel era monstruosamente escamosa pero en vez de escamas eran cristales pequeños sobre la piel de la cara, y hablando de la cara, no tenia ningun orificio en sus cuencas de los ojos, solo una gran boca y en vez de nariz llevaba una joya bastante grande. Sus cabellos eran lacios sin volumen, su cuerpo desnudo trataban de imaginarse a una mujer pero donde se suponía que habia una vagina era una gran raya hasta la mitad del vientre. Sus pechos eran grandes pero solo era lo único perfecto en ella, todo lo demás era bastante intimidante, al sentir que era vista desaparecio de vista, Amycus intentó ir por ella pero habia desaparecido.
—Como no hay comida en las cocinas, salió a buscarla.—dijo Amycus a su hermano gemelo que se reunia con él.
—¿Voy por papá?
Rossend miro a la mesa de Slytherin donde habia aterrados niños abrazados unos a otros cobardemente.
—¿Crees que ya no lo sabe?
—¿Por qué esta aquí?
—Evidentemente piensa que somos como ella.
—¿Qué quieres decir Pink?—dijo Ernie a Amycus reuniéndose con él.—¿Piensa que somos como ella?
Los gemelos afirmaron con la cabeza nerviosamente, ¿Así que pensaba que era como ellos? ¿Por qué lo pensaba si ella no era exactamente lo que se suponía ser un humano? Hermione estaba tan asustada de ver a un monstruo como ese que su enfado se enfrió, Ron en cambio parecía estupefacto.
—¿Esa cosa persigue a los elfos?
—Si.—dijo Harry.
—Entendería porque le odian.
El resto del colegio entro en pánico, los profesores estaban intentando controlar a los estudiantes y tuvieron que recurrir a los prefectos y premios anuales, Harry, Ron y Hermione eran de los pocos calmados pero no significaba que tenían miedo.
—Vamos a buscarlo.—dijo Rossend Pink a su gemelo pero sin emitir un sonido.—Esta noche.
Su hermano afirmó con la cabeza bastante disimuladamente.
Durante todo el resto del día, intentaron asistir a clases pero parecía que volvían a las épocas en la que estaba suelto el basilisco, Harry no entendía que era ese monstruo pero ¿Si tenía que ver con Universe? ¿Por eso tenía tanto miedo? ¿Él había liberado a esa cosa? Pero entonces no tendría que tener nada que ver con los Pink.
En realidad, lo dudaba, es decir, Universe parecía que apenas mostraba algo de actitudes mágicas pero era más bien pobre a comparación de ellos, no quería ser un narcisista pero era así.