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Pan con Limón por arcasdrea

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Notas del capitulo:

Disculpen la demora, el colegio me tiene sobre estresada mas aun con el diesiocho encima... pero en las vagaciones me reivindico! yeah!

Espero que mas de alguna se lleve una sorpresa en este capi... 

Pan con Limón

Capítulo cinco

 

- ¿COMO TE FUE EN LA CENA?!!! – fue el efusivo grito que recibio de su amiga Liho al abrirle la puerta. Mas él, sin hacer gesto alguno, giró para volver a la sala.

Liho extrañada, le siguio, cerrando la puerta primero. Al llegar a la sala le encontró sentado en el sillón frente al televisor, con las rodillas recogidas y en actitud de no estar en este planeta. Ella tomó el control remoto que estaba sobre la mesa ratona frente al pelirrojo y apagó el aparatejo.

- ¿qué cresta pasó ahora? – pregunto con los brazos en jarra.

- Pásame el control – exigio sin mucho animo, extendiendo hasta ella su mano.

- Para qué... si ni veias como los Teletubbies bailaban...

- ¿los Teletubbies? - parpadeo mas de diez veces, con gesto incrédulo.

- Viste!... ni te enteras que estabas en un canal de niños... ahora dime... ¿qué paso que andas arrastrando cara de tres metros?

- Nada – y se paró rápidamente dirigiéndose a la cocina.

Liho no reaccionó a tiempo, así que no le quedó mas que perseguirlo hasta allá – quieres café o té?... aún no tomo desayuno – le hablo cuando la sintió entrar, dándole la espalda, pues buscaba los tazones en la gabeta sobre el lavaplatos.

Habia despertado hace apenas media hora atrás, luego de recién conciliar el sueño a las 7 de la mañana, pues debió batallar toda la noche contra los pensamientos y las reflexiones entorno a las palabras y el beso de Rukawa.

Sus ojos enrojecidos, sus ojeras moradas y abultadas y su palidez extrema le delataban. Liho sacaba la conclusión de que esa noche habia sido la peor en la vida de su amigo, pero éste no quería soltar prenda, por lo que decidió tomar el Toro (pelirrojo) por las astas.

- Debo llamar a Yohei? – prefirió un ataque directo, a la médula.

- No!!!! – el ázucar se desparramó en el suelo, ante el brusco movimiento de Hana, alarmado de la sola mensión de su más terrible verdugo.

Liho tomó la escoba y Sakuragi debió ayudar con la pala, y así en silencio recogieron el desastre que ocasionó el ataque de nervios.

- Rukawa me beso – Liho soltó la escoba de la pura impresión por esas palabras tan repentinas, provocando que el palo diera en la cabeza del pelirrojo que estaba inclinado hacia ella.

- Auchhh!!!... me quieres matar! – gruño exagerando la lesión, que se sobaba lastimeramente.

- Lo siento – se disculpaba mientras agarrándole la cabeza le obligaba a agacharse para mirarle el golpe – no tienes nada... de todos modos te pondré hielo – en un dos por tres Hana sintió la quemante sensacion de una improvisada bolsa de hielo sobre el golpe. Ambos estaban sentados en la silla mecedora de la terraza, observando la ciudad al mediodía – cómo ocurrio?

- Es muy largo de contar... – señalo él mirando como sus propios pulgares jugaban entre sí.

- Tengo todo el tiempo del mundo... – señalo su amiga, ayudándole a reposar lentamente la cabeza en su regazo.

Le contó de principio a fin. Eso si, sin lujos de detalles, moderado y sencillamente. En un tono neutro, a ratos grave, a ratos susurrante. Liho observó perfectamente todas las emociones encontradas reflejadas en su rostro, mientras le peinaba los cabellos con sus dedos. El pelirrojo era un verdadero libro abierto: sorpresa, enojo, tristeza, turbación, confusión, incluso alegría. Sí, Alegría... por ahí observó perfectamente un atisbo de sonrisa.

Le contó toda su conversación... el como se enteró de la cruda vida de Hanako, de como por medio de una broma supo de su inclinación sexual, su propia reacción ante esa infidencia, el como fue el camino hasta su casa, su pregunta de si le habia gustado algun compañero del equipo de basquet, llevándose la sorpresa de que era él... y finalmente el beso.

- Y ahí fue cuando, después de empujarle, saliste huyendo - comentó Liho en un murmullo, a lo que Hanamichi solo asintió con la cabeza – sabes... por más que trato de entender, no puedo... después de todo... tú has tenido relaciones con otros hombres antes.

- Es el padre de Hanako – señalo con algo de molestia en la voz.

- En serio?!... si no me lo dices tú, ni me doy por enterada ¬¬ – vocifereó con ironía. Hanamichi sin levantar la cabeza de su regazo, le miro de soslayo reprochándole el tratarlo así – entonces supongo que lo rechazaste por ser papá de una alumna – Hana otra vez asintió – ay! Hana, tú y tu maldita ética profesional.

- Acaso tú sí te involucrarías sentimentalmente con un apoderado?! – la encaró, incorporándose rápidamente y adoptando la actitud de un gato ante un perro.

- Debo recordarte, querido Hanamichi, que mi prometido es papá de un alumno mio – acotó con una calma increible, el tono de cinismo era de fábula.

- Fue tu alumno hace dos años atrás... – alegó cruzandose de brazos.

- Y en que época crees que comenzamos nuestra relación?...

- Aaaahh!! Tú no entiendes nada!!! – se paró muy molesto de la silla, y se apoyó en la baranda de la terraza.
Liho decidió dejarle solo con su disputa interna por un momento. Se dirigió a la cocina y sin mucha diligencia preparó dos té. Urgeteó en todas las alacenas hasta dar con el paquete de galletas de limón que habia dejado olvidada en su última visita (ayer) y dispuso todo en una bandejita para nuevamente, pero sin mucha prisa, volver a la terraza.

Hana seguia apoyado en la baranda, pero ahora su cabeza estaba agarrada entre sus manos, en un gesto de total desesperó, Liho sintió compasión de su amigo. Tal vez no le llegaba a comprender del todo el por qué de su freno hacia Rukawa, pero si entendia todos los “en contra” que se estaban debatiendo en su mente. Ya era complicado el solo hecho de ser dos hombres, y aun mas grave era que uno de los implicados fuera padre de un alumno.

Hanamichi tenia una gran vocacion y un gran amor hacia su profesión, incluso alguna vez le dijo que no sabia que haría si dejará de ser Profesor. Aunque era eso precisamente lo que mas le molestaba a ella, “dejarse abandonar por el trabajo” era algo que no concebía en su filosofia de vida. Para ella primero estaba uno, después el trabajo. Uno trabaja para vivir, No vive para trabajar era su lema al respecto. Sin embargo, no estaba ahí para juzgarle, estaba allí para cuidarle, consolarle, orientarle. Tal vez le haría cambiar de opinión o tal vez no, pero sucedierá lo que sucedierá, ella estaba para acompañarle.

- Aquí tienes tu té – colocó las tazas humeantes y las galletas en la mesita de vidrio y fierro forjado que el pelirrojo usaba de vez en cuando para dar cenas a la luz de la luna y con la magnifica vista de la ciudad de noche, para amigos o para otros.

- Gracias – dijo sin animo, y se sentó al lado de ella.

- Encontré las galletas – señalo ella, al tiempo que empujaba el platito hacia el pelirrojo.
Ambos comieron lento, en silencio. Hanamichi mirando el suelo, ella observando la ciudad.

- Lo mas terrible de todo... – comento el pelirrojo de un momento a otro, atrayendo la atencion de su amiga - ... es que el beso me gusto.

ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

- Por eso tienes esa carita? – Rukawa asintio con la cabeza, reclinado en su cómoda silla de cuero tras el escritorio. Estaba volteado hacia la ventana que tenia tras éste, observando y escuchando el argetro de la ciudad un lunes por la mañana. Hika sentada en el escritorio, a su lado, tambien observaba la misma vista, solo de vez en cuando sus ojos bajaban al perfil ensombrencido de su jefe – no sé que decirte... tambien me da pena.

- No sientas lástima por mi, nunca me ha gustado eso – señalo con molestia en la voz.

- Lo siento – sus piernas las balanceaba lentamente.

Ambos fumaban con igual demora, era el cigarro luego de cafecito de la mañana.

- Lo peor... es que dejé que Hanako me viera así.

- Nunca le has ocultado nada.

- Me da miedo que haga algo en el colegio...

- Eso no lo habia pensado... mmmmm... – colocó una mano bajo su barbilla en acitud pensante - ... a lo mejor no le hablará a Sakuragi por un buen tiempo.

- Eso sería lo minimo... igualmente antes de irse le aleccioné de que no fuera imprudente.

- Ella no conoce esa palabra – y rió de buena gana, Rukawa solo esboso una sonrisa de diversión.

- Qué harás ahora? – consultó pasado unos buenos minutos de silencio. Ya la colillas de sus cigarros estaban abandonadas en el cenicero.

- Alejarme de él... le incomodaría... por eso desde hoy Yamasaki se encargará de dejar e ir a buscar a Hanako al colegio.

- Y cómo le haras cuando tengan reunión de apoderados o entrevista o peor aún... en dos semanas es la jornada de “El trabajo de mi Papá”... recuerdas?

Rukawa soltó un suspiro al tiempo que se refregaba los ojos , por encima del tabique nasal, en un gesto de verdadero cansancio. Habia olvidado completamente el día en donde debia ir al colegio, para hablarle al curso de Hanako sobre su trabajo, obligatoriamente debería ver al pelirrojo.

- Eso lo veremos cuando llegue el momento, por ahora necesito distraerme... – alzo los brazos desesperezándose

- Qué me tienes para hoy?

- Dos reuniones, revisiones de presupuesto, visita de tres grupos en la tarde y algunas facturas que firmar - señalo ella revisando concentradamente la Palm.

- Con eso tendré suficiente – señalo al tiempo que giraba su silla hacia el escritorio.

- Me encargue de llenarte la agenda para que olvides a tu “tormento pelirrojo” – le abrazo por atrás, a lo que instintivamente Rukawa respondió apegando su nuca al pecho de ella, al tiempo que cerraba los ojos.

- Gracias amiga – murmuró.

- No hay de que Jefe – le beso la coronilla de la cabeza y le dejó trabajando en su laptop.

ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

- Niños! – alzo la voz para llamar su atención – quién terminó sus oraciones?

Varias manitos se alzaron, entre ella la de Hanako, hecho que extrañó y tambien alegró a Hanamichi, pues la pequeña hace dos semanas que no le dirigía la palabra, ni participaba con el entusiasmo de antaño en sus clases.

Bien sabia que el motivo era Rukawa, aunque dudaba que éste le halla contado todo a la pequeña, pero no habia otro motivo para ese comportamiento con él. Desde aquella funesta cena, todo habia cambiado, ademas del mutismo de Hanako, estaba el que Rukawa ya no fuera ni a dejar ni a buscar a la pequeña, hecho que reconocía le molestaba mucho, pero no habia nada de otro modo. Después de semejante empujón y posterior huida era lo minimo que esperaba del pelinegro.

- Hanako! – señalo a la niña – léeme la tuyas.

- Sí... – asintió con la cabeza – “Mi perro corre tras el auto”

- Muy bien...sigue – le alabó el profesor.

- “La falda de mi tia es linda”... “ Un oso muy mimoso”

- Excelente, ahora dime la última... – habia dado la tarea de crear cuatro oraciones con palabras que encontraran en su libro de clases.

- Esta bien – esa cara de malicia no le gusto nada - “Mi papá ama a mi profesor” – ahora sabia el por qué.

Todos los niños estallaron en carcajada, mientras Hanamichi se refregaba las sienes, moviendo de un lado a otro la cabeza.

Excelente, vez que habla después de dos semanas de apatía hacia él, y deja el desastre del siglo.

Menos mal, los niños solo lo tomaron como una broma de la niña. Por lo que pudo proseguir con la clase, luego de calmar las risas de sus educandos, sin embargo, la pequeña castaña volvió a su apatía después de eso.

Él solo pidió más paciencia al cielo.

ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

- Hasta mañana niños!

- Hasta mañana, profesor Sakuragi

- Recuerden que mañana es la jornada...

- Siiiiiiii!! – todos corrieron a despedirse de beso, dejándole solo en medio del patio.

- Sakuragi – a pocos metros se le acercaba su amiga Liho, quien tambien ya se habia despedido de sus alumnos – Qué tal el día? – pregunto cuando ya le hubo alcanzado, comenzando a caminar hacia el edificio administrativo donde estaba la sala de profesores.

- Bueno, como siempre... y hoy Hanako volvio a participar en clases.

- Ocurrio el milagro! – exclamo divertida – y cómo paso?

- Les pedí que me hicieran unas oraciones y ella se ofreció para leer las suyas, pero cuando leyó la última se mando la de oro.

- Con qué disparate te salió?

- “Mi papá ama a mi profesor” – dijo adelgazando su voz tratando de imitar la infantil de la niña.

- Jajajajajajajajajajaja... vez que habré la boca, vez que deja la grande... jajajajajjaja

Cuando logró calmar su risa, se percató que su amigo no le miraba, sino que tenía centrada su mirada hacia los distintos autos aparcados en la entrada del colegio.

- Por mas que lo quieras, él no vendrá por ella...

- Y quien dijo que lo busco!! – apretó sus libros contra su pecho y emprendió su andar hasta la entrada del edificio.

- Ay, por favor! – exclamo ella ironicamente, lo que detuvo los pasos de su amigo. Ella se acerco para hablarle bajo, pues muchas personas estaban a su alrededor, entre alumnos, padres y otros profesores – todos los días haces lo mismo, siempre le buscas por si, por fin, viene a dejarla o buscarla, dices que no quieres nada con él, pero por dentro te mueres de ganas de verle.

- Liho! – le llamo la atención.

- Qué?!... – alzo ella una ceja – tu mismo me dijiste que el beso ese te movio el piso... y no te hagas el inocente, quieras o no, a ti te gusta mucho Rukawa – y haciendo un mechon de cabello hacia atrás, fue ella quien emprendió el camino hasta perderse en la entrada del edificio.

 - Liho! Espera! – comenzo a llamarla corriendo tras ella, furioso, cuando ya repuesto de la impresión de las palabras de su amiga, se vio solo y mirado por algunos presentes. Pero aun así no se dio cuenta de una castañita, que entre sorprendida y emocionada por todo lo escuchado, corrió hasta el auto en donde el chofer dispuesto por su padre le esperaba.

ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

- Papá! Papá! Papá! Papá! Papá! – entró como el demonio de Tazmania en la oficina de Kaede haciendo sobresaltar del susto al susodicho y a su secretaria.

- Hanako Rukawa! Qué manera de entrar es esa?! – él embravecido por la mala educación de la pequeña se puso de pie como un resorte, afirmándose fiero en su escritorio.

- Te amaaaa!!! – grito la pequeña, agarrándolo de la camisa, cuando de un solo salto ya estaba arriba del escritorio – Mi profe te ama!!

Ambos adultos abrieron sus ojos incrédulos.

- De dónde sacaste esa idea Terremoto?! – pregunto Hika.

- Lo escuche hablando con la Profesora del tercer grado. Esa que es su amiga.

- Liho?!... – murmuró el pelinegro recordando lo dicho por el pelirrojo en la cena.

- Sí, ella – asintió la niña moviendo la cabeza enérgicamente – a ella le dijo que le habia gustado tu beso...

- No bromees, Hanako – le dijo su padre alzando una ceja, pues era de no creer.

- No bromeo, lo escuche todo con mis orejitas – agarró éstas con sus manos, estirándolas para agrandar su forma.

- Haber Terremoto, calmate primero – le decia Hika, mientras tomándola por debajo de las axilas, la bajaba del escritorio y la sentaba en una de las sillas dispuesta frente a éste – ahora cuentame... ¿qué fue lo que oiste exactamente?.

- Mmmm – se tomó la barbilla adoptando una actitud de estar haciendo memoria – él miraba hacia el aparcadero de los autos a la salida, la profesora le dijo entonces que por más que lo deseará, él no vendría por ella, o sea que tú no iriás por mi... creo?... – señalo a su padre, el cual se sonrojo furiosamente. Eso significaba que el pelirrojo deseaba verle, la cara de idiota que puso fue de antología.

- Y qué paso después? – le insto a seguir hablando la secretaria, con demasiado interes en la mirada.

- Él se enojo por ese comentario...

- En serio? – pregunto desilucionado el pelinegro.

- Sigue Hanako! – casi chillo del desespero por saber todo la secretaria. Y mejor rápido antes de que su jefe cayera en depresion otra vez.

- Esta bien, pero no interrumpan – se cruzo de brazos e hizo morros, pero la mirada fulminante de Hika, le dijo que mejor hablara rápido o moriría muy joven - ... ella le dijo, después, que él mismo le habia dicho que el beso le habia gustado y que quisiera o no, tú le gustabas mucho...

- Siiiiiiii – alzo los brazos Hika, saltando alegre por toda la oficina. La niña llevada por el entusiasmo de la mujer, le siguió con el bailecito de la felicidad.

- Alto ahí las dos!

Ambas mujeres se detuvieron al acto, mirando con incertidumbre la moreno. Que con la cabeza gacha escondia su mirada tras el flequillo.

- Qué sucede? – pregunto extrañada de la actitud de su jefe, acercandose lentamente a él.

- Ella fue quien dijo que yo le gustaba, no él – señalo con tristeza, pero sin alzar la vista.

- Tonto! – le reprendió Hika – tal vez no lo dijo él, pero sí dijo que el beso le habia gustado, eso solo puede significar que tan derecho no es...

- Hika! Está Hanako, no seas tan vulgar!

- Ay! Por favor!... Terremoto es mas sabedora de la vida que nosotros dos juntos – sentencio la mujer, mirando a la pequeña que a su vez la miraba con cara de circunstancia – la cosa ahora es armar un plan para enamorar a tu pelirrojo...

- Siiiii – exclamó feliz la castañita, dando de brinquitos en su asiento al tiempo que aplaudía entusiasta.

- Mmmmm... esto no me huele bien... – señalo el pelinegro no muy convencido, sentándose en su silla.

- Tú relax! Solo unas cuantas técnicas y ese pelirrojo estará comiendo de tu mano o a lo mejor comerá otra cosa...

- HIKA!

- Ya...ya... relax te dije... – trato de calmarlo rápidamente, luchando contra sus propias ganas de reirse al ver el sonrojo tan fuerte de Kaede por su mal intensionado comentario – mañana dará comienzo el plan... en la jornada de “La profesion de mi papá”, el pelirrojo por mas que lo intenté no podrá evitarte...

- Eso es verdad – le concedio la razón.

- Muy bien, está todo listo, mañana comenzará la Operación “SACANDO DEL CLOSET AL PROFESOR”

- HIKAAA! – la mujer y la niña reian dichosas mientras alzaban sus puños en plan de guerra.

ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo


Ya era la hora de comenzar con la Jornada, todos los padres habian sido citados a las diez de la mañana. La idea era que cada uno contará o expusiera sobre su trabajo, oficio u profesión. Cada quien tendría 10 minutos para hablar, si era necesario, debían avisar con anticipación para disponer del medio audiovisual que estimará conveniente para apoyarse en su exposición.
El auditorio estaba lleno, tambien algunas mamás habian asistido, al igual que otros docentes y administrativos del colegio. El pelirrojo se habia encargado que este evento fuera por todo lo alto.

Él mismo se encargo de recibir a cada padre, dándole las gracias por asistir y darse el tiempo para esta nueva manera de hacer una clase.

Al final y a drede estaba Rukawa con Hanako a un lado. La primera técnica era hacerse notar ante el pelirrojo, por ello se demoró lo necesario en entrar para ser el último padre en saludarle, asegurándose así de que nada ni nadie los molestaría.

Se habia esmerado en su arreglo personal, pasando casi media hora frente al espejo eligiendo el atuendo adecuado. Hasta ensayo algunas frases, miradas y sonrisas seductoras, cada una siendo aplaudida por una entusiasta castañita.

Desde que vislumbro la cabellera pelirroja entre la muchedumbre, fijo su mirada azul en su rostro, a la espera del momento en que sus miradas se cruzaran. Mucho no tuvo que esperar y cuando así sucedio su sonrisa no pudo extenderse más de la dicha, al ver como un rubor intenso se acumulaba en las mejillas de su Hanamichi.

Éste, apenas se encontró con la imagén del pelinegro acercándose a él, mirándole fijamente, con intensidad y deseo claro; y con una sonrisa seductora, sintió que un calor le subia de golpe a la cara y que sus piernas no podrían sostenerle. Toda la noche se la paso divagando en su cama, cómo sería el momento en que se fueran a encontrar de nuevo, pero nunca penso que sería tan caótico para su cuerpo y corazon.

Temblaba como una hoja, cuando Kaede llegando hasta él, extendio una mano y con la voz mas seductora que haya escuchado alguna vez en su vida le saludara.

- Buenos dias Profesor Sakuragui, es un placer verlo nuevamente.

- Buenos dias Señor Rukawa, muchas gracias por venir – logro decir con su autocontrol a más del cien porciento.

Notas finales:

En fin, no sé como está quedando según ustedes, pero a mi me gusta cada vez más... y lo que se viene en los dos capis siguientes será de fabula...

Cariños y besos a todos... 

  Ta ta 


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