Los párpados le pesaban, que al acostarse sobre la amplia suavidad de la almohada del barato sillón. Se durmió casi al instante, le era extraño dormir en casa ajena (más en esa temible situación) pero nunca fue participe a estar muy cómodo entre ambiente de ajenos. Sin embargo, y con un poco de culpa por tener que obligar a otro a cargar con su sentimentalismo. Se llevo a la profunda resolución de que tenía que mantenerse profesional. Seguro de que su estado mejoraría con el pasar de los días. Strange era agradable, a un grado en que se le complicó creer que trataba con un anterior neurocirujano.
«Su carácter y esa forma de hablar... —Carraspeo apeado en sí mismo. —No es típico en los doctores. » Y es que antes había tratado esporádicamente con uno. Un cardiólogo muy pretencioso que le indicó que tuviera cuidado con su ya casi senil corazón.
Y dormito, pensando en el olor de las rosas rojas. Las cuales le recordaban a muchas situaciones dolorosas en su vida. Las espinas podrían representarse como las dificultades que logró pasar, y la raíz profunda. La razón por la que seguía siendo estresante el tener que olvidar de un día a otro 5 años de tortura. Sin familia, sin respuestas a los sucesos en el mundo. Y con una sed de venganza al tope, que se derramó en los cadáveres de sus victimas injustifacadas.
«No me des falsas esperanzas. — recordó el rostro y la calidez de la mano. » natasha lo encontró, aún cuando haciendo hasta lo imposible. Se ocultó, no buscó a sus antiguos amigos, pues estaba seguro que su destino fue el mismo. —No hay nadie. Ya nadie... — Y las palabras sin decir se acumularon. El recorrió cada día la granja, entusiasmado de que todo fuera una mal broma por parte de su esposa. Podía ser, más en cambio todo terminó cuando se entero mediáticamente por que las personas escaseaban, lloraban y intentaban reconstruir una vida ya en falla.
—No sabes como te extrañe Laura. — aquella ocasión, en que por fin le veía al rostro. Sin cambiar, sin envejecer. Sus ojos eran los mismos del día en el que se fue. Pero, el salto en el tiempo los tenía a todos turbados. El, padre de familia. Pasó 5 dolorosos años en soledad; y ahora vivía con un vacío sin llenar.
"¿Que ves? ¿Me escuchas?" La voz le era lejana, distinta y con bajos tonos agudos. No de mujer, de un hombre angustiado. Recordaba, cosas sin sentido ni dirección.
La granja, su viaje por todo el mundo en busca de matar. De sanar, la lucha con los demás. El funeral, y sus ya muy antiguos años en el circo junto a un hermano desaparecido.
—Cooper... — Su hijo mayor, a quién casi no dedicó tiempo cuando retomó algunas misiones especiales en shield. Le acordonaba el corazón de una amargura indescriptible.
—Perdón... —; Pero de que te disculpas. — La mano de el se poso delicadamente. Estaba llamándole con insistencia, pero solo lograba pensar en la tortura que conllevó su sola vida.
—De nada. Supongo. — mentía, tan diáfano que hasta Strange se percató. — Es real. ¿No? Parece una especie de limbo. «Quizás el centro de un alma.»
Asintió, con pesar de ver algo que no le agradara. Escuchó de nuevo la voz del guardián en vormir. —La gema es inteligente. — ; y si que lo era.
El creía que sería tan fácil, estaba en compañía. El tiempo siempre le fue complejo de entender, y con eso. El hecho de regresar a un lugar dónde la voz de su hija fuera nuevamente fresca, le dio motivación. Al menos sabía que si queria morir lo haría por ellos.
—No mientas clint... — pidió con afabilidad. «Bueno. Si es real.» Y aún con todas las pruebas frente suyo. No quería dejarse influenciar por el fulgor que en el ambiente mismo se precipitaba en un lugar creado por su contrario. Las gemas le causaban un malestar, contrario a lo que sentía cuando usaba la del tiempo. Aquella parecía tener vida propia, sentimientos de por medio. Y eso no le entraba en la cabeza.
—No estoy seguro. — comenzó a meditar. Pasando revisión instantánea a lo poco que le contaron los restantes Vengadores. «Cada uno fue en esos exactos minutos a un lugar en el pasado para traer las gemas de nuevo. —Entonces... »
¿A clint le tocó hallar la del alma? ¿No? Por eso ahora se le complicaba dejarlo ir. Esa gema siempre tuvo algo especial, algo culminante digno de estudiar. Pero... ¿Que era? Debía investigar más, pero el único libro que ilustraba los hechos cósmicos tenía dificultad de lectura. El conocía de antemano los hechos históricos de cada ente sobrenatural y casi divino. Era su pleno trabajo resguardar a su propio mundo de las cosas inexplicables.
—Pero creo recordar que la gema del alma tiene una característica particular... — ; al breve descuido en sus pensamientos. No advirtió las imágenes aún difuminadas en la alta entrada.
«¿Tony? — oh no. » Por qué justo él. No comprendía que le llevaba a todos a sentir culpa. Una inexplicable razón para no dejarlo ir. Quizás, al final tenía muchas cosas que hacer. Un propósito que no cumplió.
—Ya lo creo. — clint respondió; — Cuando la toque por primera vez. No dejaba de pensar en que mi deber era levarla a nuestro mundo. Tenía que...
Aún detrás, se percibía los tonos en su voz angustiosos. Llenos de desconcierto, clint cambiaba de un hombre confiado y alegre por sobre todo. A uno lleno de resentimiento.
—Lo raro es que por primera vez no sé como explicar lo que sucede. — ; el rubio oía, pero no entendía. ¿Había rabia o solo ensimismamiento?
—Ahora te creó... — ; al decir esto, apreto con hincapié en su hombro. Necesitaba verlo, ahondar en el reflejo de sus ojos.
— Te creo clint. No dudé. — En efecto no lo hizo. Pero tenía razones de más para ser esquivo. — Solo que...
El lugar era hinospito, en el sentido recto de ser extremadamente acogedor. Pero entonces eso se debía a... —El lugar dentro refleja el alma del portador. — La idea le flasheo constante.
—Sí éste lugar es así... Quizás tenga que admitir que tienes un alma admirable. — su trato era inflexible..
—¿A qué se refiere?
—Bueno. Una vez guardé una parte sobre la explicación de nemesis. Y...
Citando breve le explicó todo desde el inicio. El ser, lo que esté realizó al sentir que era necesario. Y los largos años después dónde cualquier ser apto usaba cada gema para un propósito distinto.
—Si es la gema del alma. Que es algo seguro. (De acuerdo a lo que sé, e incluso tu sientes) — ; Sólo tenemos que... Explorar las posibilidades de su... Aún uso.
No estando seguro, se atrevía entrar en esos lugares donde jugar con fuego. Podría traer quemaduras muy permanentes. ¿Pero que más hacer? El mismo incrementaba la creencia de que era real. Y de qué, algo así no tenía cabida en esa línea temporal.
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