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A Camping Night- Hungry - por TidsoptimistMF

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Notas del capitulo:

Disfruten la quinta parte! n.n

 

Dolor.

Un maldito dolor punzando por todo su cuerpo, como si lo hubieran arrollado con un camión, esa era la sensación que sentía Sehun mientras regresaba poco a poco a la conciencia. La cabeza estaba que le explotaba y partía en dos, mientras que sentía un hoyo en el estómago del hambre que tenía. Sus músculos tironeaban y se quejaban mientras intentaba moverse para desperezarse y despertar para saber dónde estaba.

Aún, pese a todo su malestar, había una sensación que lo rodeaba, una calidez general que le hacía imposible sentirse completamente irritado por su situación.

Con pesadez, comenzó a abrir los ojos. Lo primero que lo recibió fue luz, mucha luz, al igual que el claro aroma a pino y madera en general. Cuando su vista se acostumbró, se descubrió tapado por mantas que captaron su atención, al igual que el mullido lugar en el que estaba recostado. Recordaba haber visto alguna vez en la aldea uno de esos objetos, una cama la llamaban, algo que nunca se había visto en la necesidad de usar, hasta ahora.

Pero debía admitir que le gustaba bastante.

La comodidad de esa cama era reconfortante para su maltratado cuerpo, sin embargo su mullida suavidad quedó desplazada cuando descubrió que la calidez que había percibido no venía solo de las mantas, sino también de un cuerpo al lado suyo.

Hecho bolita y pegado a su costado irradiando su calor, se encontraba Luhan. Su dorado pelaje se veía algo opaco y su respiración era un poco irregular, por lo que Sehun no supo definir si estaba despierto o durmiendo. Pero tampoco es que importara. El solo tener a Luhan a su lado ya era un regalo que calmaba su malestar en más formas que en su vida hubiera imaginado.

Alzando la mano y sin temor alguno, intentó acariciar el suave pelaje, pero tan pronto movió su mano, Luhan lo percibió y su cabeza se alzó alerta y atento. Los expresivos y tristes ojos de Luhan brillaron cuando vieron a Sehun y sin perder tiempo se giró para olfatearlo, para revisar que se encontraba bien.

La angustia que vio en esos ojos llegó profundamente a Sehun, apretando su pecho. No estaba seguro cual era la causa de aquella tristeza que embargaba a su lobo, pero fuera lo fuera, quería erradicarla. En cambio quería verlo sonreír.

Tomando una inspiración fuerte, Sehun terminó de alzar su mano y alcanzó el cuello dorado de Luhan sintiendo por fin el contacto con el suave pelaje.

Luhan se quedó inmóvil por unos segundos ante al toque. Sus ojos viajaron confusos hacia Sehun buscando alguna explicación, algo que le dijera cuales eran sus intenciones…

-Luhan…-pronunció con voz rasposa y seca- Lo siento

Como una gota que cae en un vaso de agua, las palabras de Sehun cayeron en el corazón de Luhan, expandiéndose como suaves ondas que abarcaron cada fibra de su ser. Las lágrimas golpearon sus ojos al notar que no había ironía en aquellas palabras, sino todo lo contrario, eran sinceras y honestas, sin ningún reproche o condescendencia.

Luhan prácticamente lo había matado, lo había masacrado hasta desangrarlo, dejándolo inconsciente por más de una semana y Sehun lo único que tenía para decir era “Lo siento”.

El que debería estar disculpándose en ese momento era él, no Sehun.

Con las orejas caídas y en señal de sumisión, Luhan lamió el brazo de Sehun en respuesta y este simplemente recibió la caricia con alivio al ver que sus disculpas eran aceptadas. O eso pensó.

Tan pronto Luhan terminó su caricia se alejó de él, y para sorpresa de Sehun, este salió de la habitación como un rayo, dejándolo totalmente perplejo. Solo unos minutos después comprendió lo que había sucedido cuando vio a Chanyeol aparecer en la puerta seguido de cerca por Luhan, aún en su forma de lobo.

Bien, eso respondía en donde estaba. Se encontraba en la casa de Chanyeol.

- Vaya, vaya, veo que por fin despiertas- lo recibió Chanyeol, con una sonrisa en su rostro que mostraba todo el alivio del mundo al verlo con los ojos abiertos- Nos tenías preocupado…

Sehun alzó una ceja ante esa afirmación. Miró a Luhan que regresaba hacia él, con las orejas caídas y prácticamente el rabo entre las piernas. Su mirada estaba gacha, evitando cualquier contacto visual, lo que lo molestó e incomodó por partes iguales.

No lograba entender el estado de Luhan y su perplejidad aumentó cuando sintió que una mano grande y cálida se posaba sobre su frente, acrecentando su ceño fruncido.

Odiaba que lo tocaran, simplemente no estaba acostumbrado a ello. Sus padres lo habían abandonado de cachorro, así que para él ese tipo de gestos eran demasiado desconocidos. Hasta ahora sólo Luhan había sido el único capaz de tocarlo sin generarle alguna incomodidad, es más, le gustaba ser tocado por sus suaves manos. Por eso Luhan era una excepción.

En realidad, Luhan era una excepción en todos los sentidos posibles.

-Al parecer ya no tienes fiebre- comentó Chanyeol, ajeno al gesto ceñudo que Sehun le dedicaba, exigiendo que dejara de tocarlo-¿Cómo te sientes? ¿Quieres comer algo?

La palabra comida hizo que Sehun dejara su mal humor a un lado y asintiera con la cabeza.

Chanyeol sonrió divertido ante su respuesta. Desde su perspectiva, Sehun se veía como un niño pequeño y huraño. Bien sabía que la mayoría de los cambiaformas no estaban acostumbrados al contacto físico, sino más bien a los golpes y la rudeza, en especial Sehun, por eso no le sorprendió que se viera tan arisco ante el contacto con su mano. Lo que más le causaba gracia, era verlo asentir con la cabeza en vez de expresarse en palabras. Realmente le hacía sentir que estaba a cargo de un hermanito pequeño.

- Bien, te traeré algo de sopa – anunció, viendo de inmediato que Sehun fruncía la nariz- No pongas esa cara, después de estar inconsciente por una semana y media, no puedo arriesgarme a darte algo muy pesado…

- ¿Estuve tanto tiempo dormido?- preguntó Sehun con los ojos bien abiertos, la sorpresa marcada en ellos.

Sehun volteó a mirar a Luhan, quien agachó aún más la cabeza, avergonzado.

- Si- respondió con cautela Chanyeol, sabiendo lo delicado que era el tema para Luhan. Sin embargo, notó como el lobo dorado volteaba a mirarlo y le hacía un pequeño gesto con la cabeza para que continuara - Cuando…llegaste aquí, mejor dicho, cuando Luhan te trajo hasta aquí, estabas muy malherido Sehun, habías perdido mucha sangre. Pensamos que no sobrevivirías…

Chanyeol dejó que el peso de sus palabras fueran procesadas por Sehun. Vio su ceño aún fruncido y su gesto se veía sorprendido, pero extrañamente no se veía molesto como cualquiera esperaría. Sus ojos se posaron en Luhan, y Chanyeol se preguntó si había hecho bien en continuar tal como Luhan le había señalado que hiciera, o habría sido mejor detenerse.

 -¿Tú me salvaste?

La pregunta tomó por sorpresa tanto a Chanyeol como a Luhan. Este último alzó la cabeza por un segundo antes de volver a bajarla, totalmente confundido.

-Umm…creo que Luhan no lo ve de esa forma- se aventuró a decir Chanyeol, mientras sentía que los ojos de Sehun se posaban ahora en su persona.

- ¿Por qué? ¿No me acabas de decir que él me trajo hasta aquí?

Para Sehun, quien creía que iba a recibir su merecido castigo y morir en las garras de Luhan, no podía dejar de sorprenderse que este último hubiera decidido perdonarlo e intentara salvarlo en vez de aniquilarlo. Desde su punto de vista, eso decía mucho.

Cuando había sido exiliado de su manada, y su propia gente lo había atacado de forma brutal, nadie regresó después para ver si había sobrevivido. Nadie de su manada le dio algo de ayuda o revisó sus heridas. Simplemente lo abandonaron a su suerte y Sehun estaba muy seguro que para ellos él estaba muerto. Que Luhan, lo hubiera atacado, pero que al mismo tiempo hubiera intentado salvarlo, le decía que en el fondo Luhan no lo odiaba del todo. Tenía esperanzas.

Chanyeol por su parte miró a Sehun y luego a Luhan sin saber muy bien que decir.

Negó con la cabeza.

A él no le correspondía seguir esta conversación. Era evidente que tanto Sehun como Luhan debían hablar cara a cara para aclarar sus diferencias, pero sobre todo para sanar heridas, no físicas, sino mentales. Del alma.

- Sehun creo que esas preguntas tendrás que hacérselas tú mismo a Luhan- habló finalmente, negándose a responder algo más.- Ahora iré por tu comida, ¿necesitas algo o estas cómodo así?

Sehun torció su boca al no ser saciada su curiosidad, pero sobre todo por el extraño ambiente que rodeaba a Chanyeol y sobre todo a Luhan. No entendía porque estaba tan cabizbajo, tampoco porque seguía en su forma de lobo, y aunque quería respuestas, Chanyeol tampoco se las entregaba.

- Esto de verdad apesta- pensó malhumorado, el dolor pulsando por cada fibra de su cuerpo sin ayudar a mejorar su estado de humor.

Miró a Luhan en busca de sacarle la verdad, pero tan pronto Chanyeol los dejó, el lobo dorado se fue a recostar a una esquina, dándole la espalda.

Sehun bufó ante su actitud. ¿Cómo obtendría respuestas si Luhan actuaba de esa forma?

Apretó los dientes masticando su impaciencia. Si era sincero a estas alturas ya no sabía cómo acercarse a Luhan y frente a sus ojos sólo veía alzarse una gran barrera infranqueable. Sin embargo llegado a este punto ya no le importaba. Muro o no muro, él obtendría sus respuestas, y las obtendría ahora.

- ¿Luhan que sucede?- soltó finalmente, su frustración saliendo en cada palabra-¿Vas a darme la espalda hasta que me vaya de aquí? ¿Tanto te desagrado o es que…- Sehun se detuvo un momento, su cerebro sacando conclusiones apresuradas sacadas de sus experiencias pasadas-…te arrepientes de haberme salvado?

Sus últimas palabras salieron más lastimosas de lo que hubiera esperado, como si solo pensarlo lo lastimara, sin embargo, le hacían todo el sentido del mundo. La actitud de Luhan hacia él parecía indicar a todas luces que esa era la causa y más aún con las palabras dichas por Chanyeol.

O eso pensaba, hasta que vio que Luhan alzaba su cabeza y volteaba a mirarlo, sus ojos cargados de espanto, de un miedo y angustia que no supo interpretar.

Luhan ahora se encontraba alzado en sus cuatro patas, mirándolo de frente, sus ojos moviéndose de forma inquieta, como si no supiera que hacer y cómo reaccionar. Se veía terriblemente ansioso y exactamente así era como se sentía en ese momento Luhan.

El rubio sintió un miedo profundo, un agujero formándose en su estómago al escuchar las últimas palabras de Sehun. De algo que se arrepentía totalmente era de haberlo atacado de esa forma tan bestial y haberlo dejado casi al límite con la muerte. Era algo que simplemente no se podía perdonar, y por lo mismo, no podía sentirse más avergonzado de mostrarle su cara a Sehun. Se sentía un maldito hipócrita y sólo en su forma de lobo, por irónico que sonara, sentía que podía al menos estar en frente de Sehun sin sentir que la cara se le caía de la vergüenza y de arrepentimiento.

Que Sehun pensara que lo quería muerto y se arrepentía de haberlo salvado…lo aterró hasta los huesos.

¿Cómo podía llegar a esa conclusión?

Había malinterpretado totalmente su tristeza…

Exasperado, Luhan no sabía cómo hacerle llegar a Sehun que se equivocaba, de demostrarle que no era eso, sino todo lo contrario. Pero como lobo se veía bastante limitado y transformarse en humano no era una opción. No ahora al menos.

Finalmente hizo lo más obvio y lo único que podía hacer en esa situación, negó con su cabeza.

Los ojos de Sehun lo miraron fijamente y el silencio inundó el lugar por unos segundos.

-¿Entonces por qué estás tan triste?

Las palabras tocaron profundo en Luhan y Sehun solo pudo observar como el lobo dorado agachaba su cabeza, sin emitir sonido. Al menos ya no se veía tan ansioso, pero si podía percibir que se sentía dubitativo.

Avanzando con lentitud, Luhan llegó a su lado y con su hocico movió ligeramente su brazo. Sehun lo miró sin comprender mucho su actitud, pero al final optó por apoyar su mano en su cabeza. Luhan no se apartó ni se movió y dejó que Sehun lo acariciara suavemente, dejando que sus dedos se deslizaran por su suave pelaje.

Sehun no entendía que era lo que abrumaba a Luhan, pero al menos el saber que no se arrepentía de haberlo salvado, ya era un avance para él.  Que lo dejara tocarlo de esa forma, su mano acariciando las suaves hebras doradas, ya eran kilómetros de ventaja y lo hacían sentirse más tranquilo.

No queriendo romper el ambiente, Sehun se permitió disfrutar de ese efímero momento. Inspiró con fuerza, dejando que el suave aroma de Luhan actuara como un sedante para su maltrecho cuerpo, relajándolo hasta el punto de llevarlo nuevamente al mundo de los sueños, donde lo único en su mente era Luhan y el poder estar así por siempre.  

***

Sentado en el comedor, con el torso desnudo, el ceño fruncido y con cara de pocos amigos, Sehun observaba como Baekhyun retiraba las vendas que lo cubrían y pasaba a limpiar sus heridas con desinfectante una vez más.

Como lo odiaba.

El olor a alcohol era tan fuerte que le escocía la nariz y para que decir la piel que aún estaba sensible y en proceso de curarse. El proceso era una maldita tortura y más para un lobo que estaba acostumbrado a lamerse sus heridas y no a esos tratamientos humanos.

Al principio se había negado rotundamente, pero tan pronto lo hizo, Luhan mostró su desacuerdo llevando el botiquín directamente a su cama, gruñendo bajo en son de amenaza. La verdad su gruñido no lo afectó tanto como la posibilidad de ganarse el enojo de Luhan y su indiferencia, por lo que ahí estaba, aceptando todo el tratamiento medieval sólo por un aprensivo lobo dorado que ahora se encontraba a su lado, mirando con atención todo el procedimiento.

Aunque, no todo era tan malo. Cada vez que el alcohol escocía la piel y Sehun hacía un gesto de dolor, Luhan se apresuraba en acercarse y lamer sus dedos para aliviar su malestar, haciendo que todo se sintiera mejor.

Ese gesto, de hecho, era lo único que lo hacía seguir ahí sentado y no mandar todo a la mierda.

Nunca se había caracterizado por tener mucha paciencia y en casi medio año, su vida había tenido tantos cambios y reveses, que terminó siendo más huraño que de costumbre.

Pero no era para menos. De ser un lobo libre y desinteresado, pasó a ser un exiliado de su manada, a vivir en un pueblo repleto de los seres que más despreciaba, humanos, para terminar viviendo una pacífica vida en mitad del bosque con un cambiaformas y dos iniciados. Tantos cambios en tan poco tiempo enfurruñarían a cualquiera y Sehun no era la excepción. Si no fuera por la constante presencia de Luhan a su lado, seguramente ya habría mordido o atacado algo, como esa mesa de madera que tenía a su lado en ese momento.

Luhan era un bálsamo para él, diluía su ansiedad y aplacaba sus instintos con sólo su presencia. Sin embargo, no solo era su constante presencia lo que lo influenciaba, sino también el cómo Luhan estaba todo el tiempo atento a sus necesidades y lo ayudaba en lo que necesitara. Desde ser su soporte los primeros días cuando apenas podía ponerse de pie por su debilitado cuerpo, hasta ser su fiel compañero de paseos cuando Chanyeol le dio permiso para levantarse y salir a caminar por los alrededores.

Y Sehun no podía estar más agradecido por ello.

Tener a Luhan rondándolo veinticuatro horas al día, todos los días de la semana, su aroma embotando sus sentidos, no sólo era agradable, sino que era un maldito éxtasis. Que lo dejara a veces hundir sus manos en ese suave pelaje, sólo hacía la experiencia aún mejor. Lo hacía sentirse tranquilo, pero sobre todo completo. Lo único que lo inquietaba era que, hasta ahora, Luhan no se había mostrado como humano ni una sola vez.

En un principio, encontró que era agradable tener su compañía como lobo, ya que le traía el recuerdo de estar en su manada, además de que estaba más acostumbrado estar alrededor de lobos que humanos, por lo que le era más fácil tenerlo todo el tiempo a su lado sin sentirse incómodo.

Sin embargo, pronto Sehun comenzó a extrañar el lado humano de Luhan.

Extrañaba ver sus expresiones que dejaban leerlo como un libro abierto, hablar con él, ver como un solo comentario suyo abría un abanico de gestos, de reacciones y aromas en Luhan que lo hacían querer conocerlo más y más.

Quería conocerlo como humano. Tan irónico como eso podía sonar.

No lo malentiendan, también le gustaba la forma de lobo de Luhan, lo encontraba imponente y se había ganado su respeto al ver de lo que era capaz cuando la ira lo consumía, pero ahora sentía que sólo veía su versión más nostálgica y deprimida, su pelaje opaco, sin rebosante energía…

Un agudo dolor le hizo torcer el gesto y volver a la realidad, donde Baekhyun acababa de limpiar una herida que se negaba a sanar. Miró hacia un lado y vio como Luhan lamía los dedos de su otra mano y apoyaba su cabeza en la rodilla, reconfortándolo.

Suspiró y miró a Baekhyun.

-¿Por qué sigue como lobo?- preguntó, rompiendo el silencioso ambiente y tomando por sorpresa a Baekhyun.

- ¿Disculpa?- consultó alzando la vista, mirando con el ceño fruncido a Sehun.

- Porque Luhan sigue como lobo- volvió a repetir, queriendo ver saciada su curiosidad- Desde que estoy aquí no lo he visto en su forma humana ni una sola vez…

- Tal vez porque no te quiere encima suyo como un lobo en celo- soltó Baekhyun mordaz, sin poder evitarlo.

Al instante Sehun frunció el ceño y Luhan soltó un sonido recriminatorio contra las palabras de Baekhyun.

Suspirando Baekhyun, miró a Luhan y acarició su cabeza en son de disculpa. Se había pasado, lo sabía, pero no podía evitarlo, no con Sehun.

Para Baekhyun realmente era un esfuerzo tener que ser amable con el lobo plateado, sobre todo por cómo había tratado a su amigo en el pasado. Eso era algo que no se lo podía perdonar aún. Desde su punto de vista, se tenía bien merecido lo que Luhan le había hecho. Todo ese tiempo que lo había estado acosando para cazarlo, como lo había dejado después de tener sexo con él….definitivamente habían llevado a que Luhan terminara atacándolo por defensa propia.

Sin embargo, sabía que Luhan no lo veía así.

Luhan era el tipo de persona que se culpaba así misma cuando sentía que transgredía los límites que él mismo se había impuesto o cuando sentía que había hecho algo errado. Y en este caso se cumplían ambas cosas.

Si Luhan seguía en su forma de lobo, era simplemente porque no se atrevía a enfrentar a Sehun.

No estaba preparado para hablar, y Baekhyun intuía también que por estar deprimido, no tenía fuerzas más que estar en su forma lobuna. De alguna forma se sentía más protegido como lobo que como humano, y Baekhyun no podía hacer nada para cambiarlo.

Ya lo había intentado y nada había funcionado.

Y eso era lo que más le molestaba, porque sabía, muy en el fondo, que el único que podía traer de vuelta a su amigo era el inmaduro e impulsivo niñato que tenía al frente suyo. Sehun había sido el único que había logrado hasta ahora que Luhan comiera como era debido, lo obligaba a terminarse su plato y no se levantaba de la mesa hasta que Luhan terminaba…

Presionó con fuerza otra herida de Sehun, para descargar un poco su molestia, viendo con satisfacción como el otro volvía a torcer su gesto.

- Yo no entro en celo- aclaró finalmente Sehun, sin quejarse de la poca delicadeza de su curador – Y no creo que ése sea el motivo…

-¿Ah, no? ¿Entonces cuál podría ser?

- No lo sé, por eso te pregunto

Baekhyun carraspeó, molesto ante la forma directa de hablar de Sehun.

Bien recordaba que Chanyeol le había dicho que no se metiera entre ellos y que dejara que ellos mismos resolvieran sus diferencias, pero Baekhyun no tenía la misma paciencia. No cuando hace semanas que no veía a su amigo en forma humana, al punto que comenzaba a estresarlo.

Esto se debía solucionar ya.

- Bueno, ya que estas tan interesado, ¿por qué no usas un poco tu cerebro y tratas de averiguar porque esta así?

Sehun quiso estrellar su frente contra la mesa. En serio, ¿cómo Chanyeol podía llevar tanto tiempo con ese humano?

Él hacía preguntas directas para tener repuestas directas, en vez de eso solo obtenía respuestas incompletas o le devolvían las preguntas, metiéndolo en un círculo vicioso que no llevaba a ningún lado.

Desde su punto de vista, lo único que sabía es que Luhan lo había atacado y luego lo había llevado hasta Chanyeol para que lo salvara. Por alguna razón, que su cerebro aún no lograba adivinar, Luhan se sentía…

- Triste- pronunció sin darse cuenta, mientras seguía la línea de sus pensamientos. Si algo había aprendido de Luhan era leer sus ojos, y siempre que lograba verlos estos mostraban tristeza- Es porque esta triste- volvió a pronunciar mirando a Baekhyun – ¿Pero porque esta triste?

Baekhyun alzó una ceja. Bueno, al menos Sehun usaba sus ojos para algo y sabía definir el estado anímico de su amigo. Aunque si era justo, no había que tener una gran habilidad para darse cuenta de que Luhan estaba deprimido, pero que al menos lo notara y no fuera un insensible, era un pequeño punto a su favor.

- Tal vez porque te atacó y casi te mata- se aventuró a decir Baekhyun a regañadientes y sintió que Sehun enfocó de nuevo su vista en él.

- Sigo sin entender porque se siente triste por eso. No es el primero que lo intenta y no será el último

Esta vez fue Baekhyun quien alzó la vista ceñudo. Ahora que lo pensaba, más de una vez había notado algunas cicatrices antiguas en el cuerpo de Sehun. En un principio no le había tomado mayor importancia, pero ahora que lo tenía en frente, con el torso descubierto y los nuevos vendajes a su alrededor, podía notar que algunas cicatrices eran bien grandes y bastante mortales, más peligrosas de las que había hecho Luhan.

Si lo comparaba con Chanyeol, el cuerpo de Sehun estaba mucho más malherido y marcado por batallas que el de su cambiaformas.

Y eso sólo podía significar dos cosas, o Sehun era pésimo en combate o el lobo se había metido en aprietos en más de una ocasión.

Por sus últimas palabras, parecía más la segunda opción.

Dando un rápido vistazo, vio que Luhan se veía tan sorprendido como él ante esa nueva información y en ese momento entendió las palabras que Chanyeol le había dicho. Era claro que esos dos tenían mucho de qué hablar.

- Supongo que para nosotros es distinto. – miró a Sehun y como quien no quiere la cosa, continuó- El mundo de los humanos es distinto Sehun, uno normalmente no ataca a otros ni tampoco intenta matarlos. Al menos, no la gente normal. Para mí y Luhan ha sido difícil adoptar, controlar nuestra nueva forma…-expresó mientras comenzaba a guardar todas las cosas que había utilizado en el botiquín de primeros auxilios.

- ¿Entonces, no es más fácil para él estar en su forma humana qué cómo lobo?- preguntó Sehun algo perdido, pero lo único que obtuvo fue que Baekhyun se encogiera de hombros.

- Supongo que para Luhan es más fácil lidiar con todo lo sucedido en su forma de lobo que humana, ya que de otra forma tendría que afrentar la realidad.

- ¿Qué realidad?

Baekhyun rodó los ojos ante su interrupción.

- Te lo pondré fácil. Aunque mi relación con Chanyeol es bastante distinta a la de ustedes, si yo hubiera llegado a atacarlo de esa forma me sentiría demasiado avergonzado y destrozado para mirarlo a la cara, porque desde mi punto de vista, perdí el control y dañé a la persona que amo…¡Auch!¡Luhan!

Baekhyun miró con reproche a Luhan mientras acariciaba su mano recién mordida. El lobo lo miraba con enojo, sin embargo Baekhyun no le importó. Podía enojarse todo lo que quisiera, pero ya no iba a permitir que esto siguiera así. Si había alguna forma en que él podía ayudar a que las cosas se solucionaran, lo haría.

Sehun por su parte lo observó sin mover un músculo, anonadado, procesando la información que Baekhyun recién le había entregado.

- Ahora que sabes eso, espero que entiendas un poco mejor a Luhan- expresó Baekhyun levantándose. Le dio un último vistazo a Sehun y agregó- Quiero a mi amigo de vuelta Sehun, y aunque no me guste aceptarlo, si no hablan entre ustedes y arreglan las cosas, eso nunca va a pasar.

Sehun parpadeó, aún aturdido. Sentía su corazón revoloteando con entusiasmo en su pecho y las mejillas ardiendo al escuchar la palabra “amor”, pero a la vez sentía un gran peso por la responsabilidad que le entregaba Baekhyun con sus últimas palabras.

Si era sincero, él también quería de regreso a Luhan. Incluso más que Baekhyun.

Y por lo mismo ya no iba a perder ni un minuto más e iba actuar.

Traería a Luhan de regreso si o si, y como si estuviera confirmando su decisión, miró Baekhyun y asintió.

Ya no había vuelta atrás.

 

Esa misma tarde, Sehun decidió comenzar su plan para traer de vuelta a Luhan. La verdad, no era un gran plan, simplemente era hacer cosas que sabía que tarde o temprano obligarían a Luhan a decir algo más que gruñidos y mordidas. Lo obligaría a comunicarse como humano y no como lobo al sacarlo de sus casillas.

Y Sehun tenía más que claro que si en algo era bueno, era alterando a Luhan.

Era su especialidad.

Confiado y hasta contento de poner su plan en marcha, salió de la cabaña con dirección al bosque para dar su paseo habitual, Luhan siguiéndole el rastro bien de cerca. La única diferencia fue que en vez de rodear la cabaña, como siempre hacía, Sehun siguió caminando derecho, internándose cada vez más en el bosque, bajo la recelosa mirada de Luhan.

Siempre sus paseos habían sido a poco pasos de la cabaña, siendo la construcción siempre visible, a diferencia de ahora, que ya apenas veían la techumbre. Luhan empezó a encresparse con cada paso que daba Sehun más lejos de la cabaña, y sus gruñidos de advertencia no se hicieron esperar, pero Sehun hizo caso omiso de ellos y siguió avanzando entre arbustos y árboles, hasta que finalmente el sonido del rio se hizo presente.

Tan pronto vio el agua, Sehun sonrió para sus adentros. La fase dos de su plan daba inicio.

Con su habitual confianza y desfachatez, Sehun comenzó a avanzar hacia el rio mientras en el camino se iba despojando de cada prenda que cubría su cuerpo hasta quedar en su gloriosa desnudez bajo la atónita mirada de Luhan.

El lobo dorado simplemente no lo podía creer.

¡¿Es que acaso Sehun estaba loco?!¡Estaban en pleno otoño!

Sabía que Sehun tenía un complejo de desnudista y que más de una vez Baekhyun había pegado el grito en el cielo cuando Sehun se paseaba por la cabaña como Dios lo trajo al mundo, pero esto…Luhan tenía la nariz congelada del frío y estaba bastante seguro que si fuera humano en ese momento estaría bajo capas de ropa, no danzando desnudo por el bosque como una maldita ninfa del rio.

Negando con la cabeza y más molesto que otra cosa, Luhan se interpuso en el camino de Sehun, gruñendo un poco más agresivo que antes, esperando con eso que el otro volviera en sus cabales y se pusiera la ropa. No quería ni imaginarse si un turista lo veía así…

- Luhan, déjame pasar – pronunció Sehun, parado frente a él desbordando una confianza que sólo Sehun podía tener en esas condiciones, una fina ceja alzada en forma retadora- Quiero darme un baño

Luhan bufó ante su petición. Ni en mil años lo dejaría bañarse en esa agua gélida, se podía resfriar y su corazón ya tenía suficiente con cargar la culpa de haberlo casi matado para ahora agregarle un resfrío. Sehun tendría que pasar por sobre su cadáver si quería bañarse en ese rio.

Sehun hizo el ademán de moverse para esquivarlo, pero tan pronto lo intentó, Luhan le cerró el paso de nuevo.

- Luhan, es en serio. Muévete

Luhan no se movió.

Sehun bufó. De verdad, era increíble como el rubio siempre le llevaba la contraria y nunca, absolutamente nunca, le hacía caso. Bueno, tampoco esperaba que esta vez fuera una excepción, y eso era exactamente lo que él necesitaba. Una imperceptible sonrisa surcó su rostro al ver como el pelaje de Luhan se erizaba cada vez más, sin embargo, rápidamente volvió a su estoica expresión. Debía continuar con su papel si quería lograr su objetivo.

Enfocó su vista en Luhan, quien lo miraba con gesto testarudo.

- Bien, ya tengo suficiente- expresó Sehun, logrando que su tono sonara realmente hastiado, y antes de que Luhan fuera consciente de lo que sucedía, Sehun lo agarró y lo elevó en el aire, sosteniéndolo firmemente entre sus brazos.

Luhan se quejó por el improviso movimiento y al instante comenzó a moverse tratando de zafarse, pero fue inútil. Con cada movimiento que daba, Sehun lo apretaba más contra su pecho, limitando sus movimientos. En ese momento estuvo muy tentado de morderlo con tal de verse libre, pero antes de que pudiera pensar en una mejor forma de ser soltado, Sehun lo zambulló junto con él en el rio.

Luhan perdió el aire por lo helada que estaba el agua. Literalmente sentía aguijonazos contra su pelaje y en ese momento agradeció mucho no ser un humano, ya que o sino habría muerto de hipotermia.

Tan pronto se vio libre de los brazos de Sehun, subió desesperado a la superficie en busca de aire y de alejarse de ese horripilante frío.

Definitivamente con esto Sehun se había ganado su total e innegable odio.

Con ojos acusadores y asesinos se volteó hacia donde debería estar Sehun, sin embargo se encontró con un gran vacío, el rio corriendo con normalidad y nadie más a los alrededores. De inmediato la rabia pasó a preocupación, y Luhan comenzó a mirar hacia todos lados en busca de Sehun sin tener éxito.

El hombre no estaba por ninguna parte.

La ansiedad comenzó a carcomerle las entrañas mientras avanzaba por las gélidas aguas, su cabeza dando vueltas de un lado a otro. Sin pensarlo, gritó el nombre de Sehun, sin embargo lo único que salió de sus fauces fue un triste aullido sin nombre.

Negó con la cabeza, debía transformarse en humano si quería encontrar a…

- ¿Buscabas algo?

Luhan pegó un brinco al sentir la conocida voz al lado de su oreja, asustándolo. Se volteó rápidamente para encontrarse con la confiada sonrisa de Sehun, que pronto se transformó en una carcajada.

Sehun se estaba riendo.

El chico que siempre se había mostrado estoico y falto de emoción, se estaba riendo en su cara después de haberlo casi matado de un susto.  

-Hubieras visto tu cara- soltó sin parar de reír.

Luhan en otra situación, le habría mordido los tobillos para ponerlo en su lugar, sin embargo, no ahora. Estaba demasiado sorprendido para si quiera pensar en un plan de venganza.

Nunca, ni en mil años, Luhan hubiera imaginado que podría ver a Sehun reírse así. Era extraño, casi atemporal, pero a la vez se veía tan honesta, tan fresca su risa, que hacía que todo su cuerpo vibrara con ella. Su pecho se sentía más ligero y el peso que había estado cargando las últimas semanas comenzó a diluirse poco a poco.

Una pequeña sonrisa se formó en su lobuno rostro al ver como los hombros de Sehun se movían al compás de su risa, lleno de vida, de alegría. Por primera vez sentía que tenía frente a él a una persona normal y corriente, un joven rebosante de vida y no un lobo asesino.

Tal vez Sehun podía ser letal cuando se lo proponía, pero en el fondo era tan humano como él y esa revelación llegó tan profundo en Luhan, que sintió que algo se movió en su interior. La roca de sus prejuicios desmoronándose poco a poco, sus ojos siendo liberados de la venda que él mismo se había autoimpuesto.  

El efecto fue mayor cuando sintió los brazos de Sehun rodeándolo, atrayéndolo hasta su pecho en un gesto natural, llevado por el momento.

Sin movimientos premeditados, ni tampoco llevado por el plan, Sehun se permitió dejarse llevar por sus instintos y hacer lo que más había estado anhelando durante todo ese tiempo. Tener a Luhan en sus brazos, rodeados por un aura de paz y tranquilidad.

Era una sensación extraña, cálida, que lo llenaba de un bienestar hasta ahora desconocido.

Sentía la tensión en el cuerpo de Luhan, por lo mismo dejó que su mano se hundiera en el suave pelaje para acariciarlo de arriba a abajo, empezando por un costado para luego dirigirse a su lomo, sintiendo como poco a poco el lobo se iba relajando con su toque. Fue cerrando las distancias, hasta que dejó que su nariz se posara contra su cuello, hundiéndose por completo en esa zona en busca de su pequeño refugio, donde podía percibir más claramente el aroma de Luhan.

Luhan por su parte se dejó rodear por el masculino aroma de Sehun mientras su toque lo volvía gelatina, despertando esas sensaciones que sólo Sehun podía generar en él.

Cada célula, cada pequeña parte de su cuerpo se sintió abrigada y protegida por ese lobo, al mismo tiempo que se sentía fortalecido y activado, el calor irradiando con fuerza por todo su cuerpo. Podía sentir la complicidad rodeándolos en ese momento, como una manta protectora que alejaba todos los malos recuerdos de su pasado.

En ese punto, Luhan no podía evitar preguntarse porque las cosas no habían sido así desde un principio, un humano y un cambiaformas compartiendo la compañía del otro y no en lo que había sido: un lobo y su presa.

Estaba tan confundido, tantas emociones juntas, tantas vivencias que habían marcado su alma dejando profundas cicatrices, que hasta cierto punto sentía que estar así de juntos estaba errado, que era una ilusión más de su mente el que estuvieran así de tranquilos, cuando sabía que eso no era real.

Si era realista, ese últimos tiempo habían tenido una dinámica normal sólo porque él había mantenido las distancias como lobo, pero si se transformaba en humano, si perdía el control otra vez, o peor, si Sehun lo perdía…

Terminarían dañándose. Siempre había sido así.

Sehun lo dañaba o él dañaba a Sehun. Simplemente lo suyo no podía ser.

Deprimido, quebrado por su propia mente, Luhan inspiró una vez más el aroma de Sehun, calmando un poco sus nervios. Su aroma era tan adictivo, estimulante, un fruto prohibido que no podía permitirse volver a tocar otra vez. Debía apartarse, debía separarse ahora mismo de sus brazos y distanciarse pero…

No podía…no quería.

Era doloroso el sólo pensarlo, como si cada célula de su cuerpo ya estuviera completamente encadenada a la esencia de Sehun, a su cercanía, a la intensidad de su mirada y sus palabras audaces.

Había tanto de Sehun que lo atrapaba, pero a la vez tantas otras cosas que lo asustaban, lo inquietaban…

Y su pasado juntos no ayudaba.

Tenía miedo de Sehun, pero sobre todo, Luhan tenía miedo de sí mismo. No podía permitirse de dañarlo otra vez, no así. No con esas cicatrices que ahora podía ver con claridad frente suyo como una prueba de lo que lo suyo no podía ser, un pequeño empujoncito aceptando que esto debía llegar a su fin.

Desolado ante la cruda realidad, Luhan se permitió apoyar su gran cabeza en el hombro de Sehun una última vez. Llenarse los sentidos de esta sensación, abrigarse de su calor, para luego dejarlo.

Porque, definitivamente, esta sería su última vez en brazos de Sehun. Estaba decidido.  

 

El sol estaba a punto de ocultarse, cuando Sehun regresó a la cabaña, con un cabizbajo Luhan a sus espaldas, siguiendo sus pasos. Durante todo el trayecto, el lobo dorado se mantuvo apartado, guardando las distancias y viéndose más huraño de lo normal. Era obvio que algo había cambiado en él, pero Sehun lo atribuyó a que sólo se encontraba molesto por haberlo metido en el agua congelada, o eso esperaba, de otro modo no sabía qué pensar. Sentía su pecho inquieto, pero se enfocó en dejar cualquier preocupación de lado y simplemente darle su espacio a Luhan.

Al llegar a la cabaña, fueron recibidos por Baekhyun y una sartén en su mano.

El hombrecito se veía molesto y listo para pegarles a los dos con su sartén por haber desaparecido tanto tiempo sin avisar. Sin embargo, el bajito se abstuvo de sus golpes. Al ver la extraña aura que rodeaba a la pareja, Baekhyun solo se limitó a retarlos y amenazarlos de dejarlos sin comida si lo volvían hacer.

Después de eso, el silencio se mantuvo entre Sehun y Luhan. No es que fuera muy distinto al resto del tiempo, pero Sehun seguía sintiendo esa inquietud en su pecho al igual que la sensación que, a cada minuto que pasaba, la distancia aumentaba entre ellos y una brecha que él creía haber disminuido con aquel abrazo, comenzaba a abrirse a pasos agigantados.

El joven lobo no podía entender como cada paso que daba para acercarse a Luhan lo alejaban dos más. Hasta sentía que había hecho más avances con Luhan cuando lo había intentado cazar que ahora. Ni sus regalos de caza ni el abrazo parecían hacer efecto en Luhan y ya comenzaba a quedarse sin ideas para intentar acercarse más al humano, ahora lobo, que lo miraba desde una esquina de la habitación.

Sehun suspiró. Para que decir el intentar traerlo a su forma humana…

Metido entre las sabanas de la cómoda cama, con los brazos cruzados al nivel del pecho y con la luz apagada, Sehun miró con el ceño fruncido hacia la ventana que tenía al frente tratando de averiguar que más podía hacer para cambiar la situación.

Miró a Luhan que seguía en su esquina, con la cabeza gacha y dándole la espalda.

Sehun bufó ya harto.

¡Esto era ridículo! La cabeza estaba que le explotaba intentando de entender, de crear, de encontrar alguna señal que solucionara algo que ni siquiera podía entender desde un primer lugar. Baekhyun le había hablado de las emociones de Luhan, se las había explicado con un ejemplo que lo había llegado hasta emocionar, pero ahora que lo pensaba, era un sentimiento vacío. Para él pensar, era como una brisa, algo que viene y va, pero que no era concreto como las acciones.

Él es instinto. Él es de actuar.

¡Él es un maldito tornado!

Sentir el cuerpo de Luhan contra el suyo, el poder abrazarlo, el poder besarlo, esas eran las acciones que llenaban su alma, prendían su cuerpo y se quedaban marcadas a fuego en su ser.

Y al tener a Luhan en sus brazos podía sentir lo mismo por parte de él, su primera noche juntos había notado su entrega, cuando lo había abrazado en el rio sintió por unos momentos que él lo disfrutaba, que estaba completo igual que él, y eso era lo que importaba.

Decidido y tirando todos sus pensamientos por los aires, Sehun se levantó abruptamente de su cama y sin esperar ningún permiso, tomó nuevamente a Luhan en sus brazos, tal como había hecho en el rio y lo llevó hasta su cama donde lo lanzó sin mucho cuidado, su cuerpo haciendo un ruido sordo al caer.

- Esto se acabó- pronunció Sehun subiéndose a la cama, ésta crujiendo ligeramente ante el nuevo peso.

Luhan alzó la cabeza algo aturdido, encontrándose que Sehun lo había acorralado con su cuerpo, sus manos estaban a cada lado de su cabeza y sus ojos lo miraban fijamente sin darle posibilidad de escape.

- Dime de una vez que tengo que hacer para que regreses a tu forma humana- exigió, su mirada ardiendo igual que sus palabras, haciendo que Luhan desviara la vista, intimidado - Haré lo que sea para que vuelvas a ser un humano y dejes de alejarte de mí. No quiero que te sigas distanciando Luhan…no quiero…- Sehun se detuvo, sus ojos flaqueando ligeramente, antes de volver a hablar. – No quiero tener que verte desde lejos, no otra vez…

Sorprendido por sus palabras, Luhan volvió la vista hacia Sehun. El tono con el que había pronunciado esas últimas palabras había sido tan triste, tan doloroso, que habían movido algo en el interior de Luhan. Una pequeña fisura comenzó a formarse en su determinación y la línea que delimitaba su raciocinio con su voluntad estaba comenzado a difuminarse al ver lo sincero que Sehun estaba siendo.

- Sé que no soy bueno hablando ni expresando lo que siento, pero sólo puedo decir que estar lejos de ti me dejó un vacío. Deseaba tanto acercarme una vez más, tocarte…tu aroma era lo único que lograba tranquilizarme un poco y no sentirme…ansioso- pronunció al final, tratando de buscar las palabras justas que pudieran expresar aunque fuera un poco lo que había sentido.

Sabía que para llegar totalmente a Luhan debía hablar antes de actuar, así que conteniéndose para no dejarse llevar por sus acciones, intentó liberar todo lo que tenía en su pecho, traducir en palabras lo que le decía su instinto.

- Luhan sé que nuestros mundos son bastante…diferentes y hay muchas cosas sobre ti que aún no logro entender, pero algo que he aprendido hasta ahora es que los humanos les gusta hablar y yo…puedo escuchar…para entenderte. – Sehun tragó con fuerza, cada vez más dubitativo en sus palabras. Ya vencido, bajo su cabeza hasta su pequeño escondite en el cuello de Luhan, donde buscó calmar sus ideas antes de seguir – De verdad te deseo a mi lado, Luhan, te quiero a mi lado, contigo…me siento completo…

Esas últimas palabras tocaron profundo en el corazón del lobo dorado, al tiempo que sentía como Sehun comenzaba a repartir pequeños besos sobre su pelaje, empezando por su cuello, recorriendo un sendero hacia arriba, expresando ya con los gestos lo que no podía decir más con las palabras.

Cada gesto, cada beso, era como un pequeño rayito de luz que se iba abriendo paso en su interior, despejando las nubes de incertidumbre y de imposibilidades. Poco a poco Luhan fue sintiendo que cada beso iba limpiando su alma y dejando que la tristeza que lo había embargado se fuera diluyendo dando paso a esas emociones que había querido enterrar en lo profundo de un abismo. Era algo ilógico, que no era capaz de explicar, pero simplemente cada palabra que Sehun había pronunciado tenía el poder de tranquilizarlo y hacerlo sentir seguro. Seguro que esta vez no saldría lastimado. Ni él, ni Sehun.

Los pensamientos que habían tenido en la tarde se fueron esfumando, tal vez por la sinceras palabras de Sehun o tal vez porque ya se negaba a estar más triste. A seguir negándose a un poco de felicidad.

Aunque su felicidad fuera algo retorcida, quería también a Sehun para sí. Simplemente ya no podía seguir luchando contra ello.

Antes de que fuera consciente con lo que sucedía con su cuerpo, los brazos de Luhan pasaron a rodear el cuello contrario y sus labios recibieron con agrado los labios de Sehun, que con ímpetu le correspondieron.

El reencuentro fue avasallador.

Sehun casi rugió al sentir de nuevo los suaves y mordisqueables labios de Luhan contra los suyos. Los reclamó con fogosidad y pasión mientras sus manos recorrían el cuerpo desnudo bajo suyo, sintiendo, asegurándose, de que era realmente un humano, que era su Luhan. Podía sentir como a cada milímetro que recorría, la piel del rubio reaccionaba, se calentaba, dejando un camino de fuego.

Luhan no pudo evitar gemir ante el apasionado y posesivo ataque de Sehun, lleno de deseo y hambre. Sus labios se movían queriendo todo de él, la desesperación se leía en ellos en cada gesto, sus manos recorriendo inquietas toda su piel, mostrando toda la necesidad y la preocupación que habían cargado al no haber podido tocarlo todo ese tiempo. Cada toque era electrizante, lo incitaba, despertaba cada una de sus células y lo hacía quererlo más cerca. Luhan curvó su espalda en busca de más contacto, de estar piel sobre piel, sentir su calor irradiarse a su cuerpo, sentir el roce al punto de estar tan juntos que casi podía envolverse por completo en el cuerpo contrario, tenerlo para sí y no dejarlo escapar nunca más.

Era una necesidad tan grande e imperante, como si fueran dos imanes atrayéndose irremediablemente. El deseo que sentía en ese momento por Sehun superaba cualquier cosa.

La sensación definitivamente era mucho más poderosa que la primera vez. Su cuerpo ardía, el aire no bastaba y un sentimiento de posesividad lo invadió, queriendo fundirse en un uno solo para nunca más tener que separarse de Sehun. Sus piernas rodearon el cuerpo de Sehun y sus uñas se clavaron en su espalda, y ese fue el momento exacto en el que Luhan se dio cuenta que había perdido el control de su cuerpo, estaba dominado por una poderosa voluntad salvaje, básica y animal, pero también guiado por su verdadero sentir.

Aquí ya no había razonamientos, sólo acciones.

Echó la cabeza hacia atrás y un gemido salió de su boca cuando sintió la lengua de Sehun presionando contra uno de sus pezones, estimulando y saboreando la sensible piel.

Como le encantaba eso de Sehun.

Le encantaba como usaba su lengua, sus dientes, sus manos, todo para explorarlo, para recorrer cada pedacito de su piel, eternamente hambriento. Nunca era suficiente. Igual que un niño en una dulcería, Sehun lo degustaba, jugaba y saciaba su curiosidad.

Lo mejor de todo es que ahora Luhan sentía cada caricia multiplicada, su piel más sensible a cada roce. Ahora entendía porque Baekhyun había sido tan ruidoso aquella vez que casi derrumban la casa con Chanyeol…y ahora él iba camino a lo mismo.

Un escalofrío de anticipación lo recorrió de arriba abajo al saber lo que se vendría, acompañado de otro gemido producto de la habilidosa lengua de Sehun.

¡Lo iba a volver loco!

-Sehun…

La voz trémula y necesitada de Luhan captó la atención del joven lobo que en ese momento se estaba dando un festín al degustar la deliciosa piel que tenía frente a él.

Era un hombre hambriento y frente suyo tenía un filete de primera calidad.

Negó con la cabeza.

Luhan ya no era comida, pero tampoco podía evitar verlo con deseosos ojos hambrientos. El hombre despertaba sus más bajos instintos y tenerlo así, hacía que la tentación de saborearlo aumentara más que nunca, de probar cada pedacito de piel, de lamer y mordisquear hasta grabarse por completo su sabor en la memoria.

El ver los ojos de Luhan vidriosos junto sus mejillas sonrojadas y sus labios semiabiertos, hicieron que casi Sehun se viniera ahí mismo. Aún no podía creer que había pasado tanto tiempo lejos de él y hubiera vivido para contarlo.

Sintiendo como las manos de Luhan se enterraban en su cabello y lo atraían hacía él, Sehun captó la indirecta y se acercó hasta finalmente poder besar aquella pecaminosa boca.

Luhan jadeó ante la potencia de aquel beso, la fuerza y la determinación de Sehun sin disminuir ni un poco, la pasión desbordando por cada poro de su ser. Podía sentir claramente como el miembro de Sehun presionaba contra su muslo, duro y caliente, listo para adentrarse en su interior, pero aun así el lobo no había intentado avanzar en ese sentido. Es más, se veía mucho más controlado. Luhan había gemido, jadeado y retorcido ante su toque, pero Sehun mantenía la compostura, sus manos firmemente aferradas a sus caderas, su dientes sin intentar desgarrar su piel, pero sobre todo, no había intentado adentrarse a la fuerza como en el pasado.

¿Pero cómo? ¿Cómo había logrado ese autocontrol?

Acaso… ¿lo hacía por él?

Ese solo pensamiento calentó su pecho e hizo que su corazón se acelerara incontrolablemente. Un nuevo sentimiento empezó a nacer hacia ese lobo, sus emociones aflorando y explotando en todo su ser, como fuegos artificiales que anuncian felicidad…

Entonces lo sintió, y sin pensarlo dos veces apartó a Sehun.

Pestañeando, aturdido por la abrupta separación, Sehun miró a Luhan en busca de una respuesta, preguntándose si acaso lo había lastimado. Sin embargo no vio ningún signo de sangre o herida, en cambio se encontró con la turbulenta mirada de Luhan. Sus ojos amatistas brillaban con un profundo y oscuro violeta que revoloteaba reflejando toda las emociones que recorrían el cuerpo de Luhan.

Y Sehun entonces comprendió. Luhan estuvo a punto de perder el control de sus emociones y convertirse en lobo.

-Yo…lo siento…yo…no quería- pronunció con la voz temblorosa, llevándose el antebrazo a la cara, cubriéndose la vergüenza que sentía. El miedo.

Sehun lo observó por unos segundos, para luego comenzar a cerrar las distancias hasta apoyar su frente en el brazo de Luhan, sus respiraciones mezclándose suavemente.

- Luhan, háblame- pronunció con voz suave y baja- Dije que te escucharía sin importar qué…así que háblame, no te aísles de nuevo…

Luhan tembló como una hoja al viento ante las palabras de Sehun. Tan sinceras, tan simples, que iban derribando poco a poco su mutismo, diluyendo sus prejuicios y dejando que la confianza se fuera abriendo paso a paso en su mente.

- Tengo miedo- pronunció finalmente- Sentí que perdía el control Sehun, yo…no puedo pasar por eso otra vez, no soportaría desear tu sangre de nuevo, morderte y…-Luhan sintió que un nudo en la garganta le impedía seguir, sus palabras atascándose mientras que las lágrimas recorrían sus mejillas liberando lo que él no podía soltar.

Sehun asintió comprensivo. Lo podía sentir, podía sentir el miedo vibrando por todo el cuerpo de Luhan. La verdad, él no sabía cómo calmarlo ni cuáles eran las palabras justas para decir en ese tipo de situaciones, sin embargo se dejó llevar por la honestidad.

-Pero no me has mordido- fue su simple respuesta- Has estado todos estos días como lobo, y no me has mordido ni una sola vez, ni siquiera cuando te lancé al agua…

Una temblorosa sonrisa se formó en el rostro de Luhan con esa última parte, sintiendo que su corazón se aligeraba.

- Además, deberías estar más preocupado por ti y no terminar siendo devorado por el lobo- pronunció Sehun, su confiada sonrisa apareciendo en su rostro- Tengo un pequeño ciervo al frente mío y no temo morderlo…- agregó juguetonamente mientras lo mordía suavemente en el brazo.

Luhan soltó una risita.

¿Cómo Sehun podía ser tan sexy y tierno al mismo tiempo?

Era irónico como esas palabras podían hacerlo sonreír ahora, cuando en el pasado habrían causado todo lo contrario.

Negó con la cabeza al tiempo que destapaba su vista y se enfocaba en esos fríos ojos que ahora eran bañados por calidez. Rodeándolo con sus brazos lo acercó sin más y retomó el beso en donde lo habían dejado, esta vez, el miedo diluyéndose por completo.

Lento, tierno y suave, el beso poco a poco fue fundiéndolos en complicidad, hasta que la llama de la pasión volvió en todo su esplendor, dejándolos jadeantes y faltos de aire.

Sin querer dilatarlo más, Luhan le dio un último beso a Sehun antes de comenzar a empujarlo suavemente hacia atrás hasta dejarlo sentado, su mano rodeando el palpitante falo de su pareja. Sehun lo miró curioso, la pasión aún nublando sus sentidos, más aun con los delicados dedos de Luhan masajeando su zona más sensible.

Luhan miró intensamente a Sehun mientras su vista comenzaba a recorrer su cuerpo, viendo las marcas rosadas, cicatrices producto de su ataque y que aún estaban en proceso de curación. Las heridas más profundas y que aún no sanaban por completo se encontraban vendadas, pero aun así Luhan sentía que podía verlas claramente. Sentía una necesidad imperante de borrar cada una, de borrar el triste pasado en ellas, pero sabía que eso era imposible. En cambio podía sanarlas. Lentamente fue recorriendo con sus dedos las líneas que marcaban el cuerpo ajeno, seguido por sus labios, que fueron dibujando el patrón que se le presentaba. No le importaba si habían vendas de por medio, él continuó, dejando que cada caricia se grabara a fuego en el cuerpo de Sehun.

Podía sentir como la respiración de Sehun se agitaba, como sus músculos se tensaban y el sonido de la sabanas desgarrándose por sus manos cuando terminó de bajar y tomó su miembro con la boca.

En ese instante Sehun estuvo en la gloria. El tener los labios de Luhan sobre su miembro fue más de lo que pudo aguantar, sentía que estaba a un tris de perder su autocontrol y eso no podía permitírselo.

-Luhan…-pronunció con dientes apretados, sus dedos aferrándose a las sabanas al punto que comenzó a desgarrarlas de nuevo, con tal de nos hundir sus humanos en la suave piel del rubio.

Alzando la vista, Luhan notó los oscuros ojos de Sehun, sus pupilas tan dilatadas que apenas se notaba un halo blanco alrededor de ellas. Sehun estaba en su límite, las sabanas eran las únicas que lo contenían y Luhan podía notar la tensión y la fuerza que se estaba acumulando en sus brazos. Debía calmarlo sino quería terminar empalado como la última vez.

Con cuidado dio una última lamida antes de subir hacia la boca de Sehun y reclamar sus labios  para liberar un poco la tensión que lo contenía, dejar que se desahogara un poco y así bajar sus impulsos. Tan pronto sus labios hicieron contacto, Sehun se dejó llevar por el desenfreno, un beso salvaje que buscaba más y más del sabor de Luhan, ahora mezclado con el suyo propio. Era como un esclavo, aferrado por las cadenas de la cordura, mientras bebía a montones la ambrosía que se le entregaba.

Era ardiente. Paradisiaco. Era vida.

Luhan intentaba seguirle el ritmo, mientras usaba sus dedos para auto-prepararse. La posición era algo incomoda, para que decir que con la intensidad de Sehun todo se dificultaba aún más, sin embargo debía al menos dilatar aunque fuera un poco su entrada, ya sabía el dolor que se sentía sin preparación previa y la verdad…no quería repetir la experiencia.

Cuando se encontró más o menos listo y sintió que Sehun había retomado nuevamente el autocontrol sobre sí, se separó del beso húmedo compartido. Sin apartar la mirada de aquellos hipnóticos ojos, Luhan comenzó a bajar por el miembro de Sehun, dejando que su interior le diera una cálida bienvenida. Sintió claramente como las sábanas terminaban de ser desgarradas mientras los músculos de Sehun se tensaban en anticipación.

No había terminado aún de bajar, cuando Sehun lo agarró entre sus brazos y los estampó contra la muralla, su espalda chocando contra el respaldo de la cama. El golpe fue duro y seco, la cama crujió por completo y por un segundo pareció que se iba a desarmar, pero no les importó.

La cama podía destruirse, la madera volar por los aires y ellos seguirían en lo suyo.

Luhan gimió fuerte ante el impacto, la madera incrustándose en su piel recordándole la brutalidad que practicaba Sehun, sin embargo en vez de atemorizarlo ahora lo excitó. Sentir a Sehun tan dominante y rudo, con ese posesivo y fuerte embiste contra su cuerpo mientras lo hacía suyo, sólo revitalizaba sus sentidos, lo hacía chispear. Ya no era un delicado humano y su parte más básica, más animal, se regocijaba por despertar el lado salvaje del contrario, de sentirse deseado con tal fuerza. Ahora podía permitirse disfrutar de toda la experiencia.

Con la sensibilidad a flor de piel, sus nervios electrizados, su cuerpo siendo bombardeado por oleajes de placer, Luhan se dejó hacer en los brazos del lobo. Sus uñas se clavaron con fuerza en la fuerte espalda de Sehun, sintiendo como los músculos se movían, tensionaba y relajaban y se volvían a tensionar para impactar con mayor ímpetu en su interior.

Los aromas, la visión, los sentidos, todos electrificaban la atmosfera rodeándolos y haciéndolos sentir que ese era su momento.

Su reencuentro.

Sehun abrazó con más fuerza a Luhan cuando sintió que el final estaba por llegar, ese pequeño momento trayéndolo a la consciencia para apreciar por unos segundos a su amante. El tiempo pareció detenerse mientras veía los rojos labios de Luhan marcados por sus besos, entreabiertos y dispuestos a recibir más, sus mejillas sonrojadas por el calor, su pelo rubio hecho un total revoltijo, y sus ojos…sus ojos mirándolo con un profundo deseo, pero también con un renovado cariño.

No había miedo, terror o dolor.

En cambio había calor, esperanza, entrega y felicidad. El humano cediendo y entregándose voluntariamente al lobo.

Sólo eso hinchó su pecho de pura y sensata felicidad. Nunca había sentido algo así, quería aullar de alegría, rugir de posesividad, abrazarlo y proteger cada centímetro de Luhan. Era un sentimiento tan poderoso que instintivamente miró la marca que le había hecho la primera vez.

Esa marca había sido un accidente, pero ahora deseaba hacer una nueva, pero esta vez una que representara su lazo.

Sus dientes comenzaron a sentirse filosos, su sed de sangre que había estado durmiendo, empezando a despertar, su voluntad viéndose influenciada por su lobo que aullaba por marcarlo…

Luhan percibió el cambio en Sehun. La fuerza de su abrazo y como ahora sus labios recorrían su cuello, su lengua saboreando la piel, su nariz olfateando la marca que le había dejado. El lugar donde lo había mordido.
Podía sentir la indecisión corriendo por Sehun, el aura del lobo y el humano luchando por obtener el control. Tal vez en el pasado eso lo habría asustado, pero ahora, después de todo lo que habían vívido, podía comprender mejor a Sehun. Él siendo humano prácticamente toda su vida, había perdido el control de su lado animal haciendo cosas inimaginables, por lo que comprendía lo difícil que debía ser para Sehun el estar manteniendo su parte lobuna a raya en ese momento.

El lobo se estaba controlando para cuidarlo y eso sólo lo hizo quererlo aún más.

En ese instante, deseó entregarse por completo al lobo. Aceptar y recibir por completo a Sehun, de igual forma que le otorgaba su total confianza. Quería lanzar sus miedos por la borda, a la vez que quería ser completamente de aquél joven lobo.

- Hazlo- pronunció Luhan, su mano enredándose en los cabellos de Sehun, incitándolo aún más a hacerlo.   

Sólo esa confirmación, esa pequeña orden, fue suficiente para que Sehun cediera totalmente a sus instintos y mordiera la suave piel de Luhan.

El gruñido de satisfacción de Sehun reverberó por su garganta.

El lobo no caía en el éxtasis de poder probar de nuevo aquel sublime sabor que le entregaba la sangre de Luhan, mezclado con el grito de satisfacción de Luhan mientras llegaba al clímax en sus brazos.

Eso fue suficiente para sentirse completo, satisfecho.

El marcar el interior de Luhan con su propia semilla sólo fue un punto más a todo el conjunto, rodeándolos de una complicidad que sólo dos amantes pueden compartir.

Sintiéndose renovado, energizado y fresco, Sehun lamió la herida que había dejado, ayudando así a su cicatrización. Luego siguió repartiendo pequeños besos por la suave piel hasta llegar a los semiabiertos labios de Luhan, los cuales besó con ternura.

Luhan abrió los ojos lentamente, aún preso del éxtasis, su cuerpo aun temblando por la intensidad del encuentro, sus ojos sin poder enfocar nada, mostrando la transición entre sus dos mitades, los violetas y marrones en una marea de placer que poco a poco fue desapareciendo hasta enfocarse en Sehun.

Una sonrisa iluminó sus labios, mientras sus temblorosas manos tomaban el rostro frente suyo y lo besaba. Un lazo fuerte uniéndolos irremediablemente.

- Se mi compañero

Las palabras brotaron de forma natural de la boca de Sehun. Sinceras y honestas, estas dejaban entre ver todo el compromiso que cargaban, el deseo y la entrega que Sehun aceptaba al pronunciarlas.

El lobo lo quería en su vida, pero no como algo pasajero, ni tampoco como una obsesión, sino como un igual.

Un compañero de vida.

Luhan sonrió. No necesitaba pensar más su respuesta.

- Ya lo soy- respondió antes de besarlo una vez más sellando de esa forma su compromiso.

 

Notas finales:

Este capitulo junto con el anterior son mis favoritos <3<3

El último capitulo lo subiré el proximo Sabado, hasta entonces! :)


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