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Siempre Te Amaré por AniBecker

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Capítulo VIII

Kakashi esperaba impaciente en la sala de espera, ya llevaba dos cafés y se sentía nervioso con respecto a la conversación que estarían teniendo Obito con Itachi, y ver a Sasuke callado en la otra parte de la sala, lo inquietaba más aún, quería hablar con el menor, pero no se atrevía.

—Kakashi —el silencio fue roto por el azabache, que dejó de apoyarse en la pared y se acercó a él—, ¿aún sigue en pie con ayudarme en conseguir la beca? —los oscuros ojos del mayor se abrieron de sorpresa para después cerrarse de alegría mientras sonreía.

—¿A qué viene ese cambio de parecer?

—Es que… mi idea era dejar las clases para poder trabajar y pagar todo para mi hermano, pero… cuando fui ayer a ver a Kushina-san para preguntarle si aún seguía necesitando un modelo para su nueva colección y le conté lo sucedido, me dijo que estaba bien en preocuparme por mi hermano y que ponerme a trabajar es algo muy maduro por mi parte, pero también me dijo que si abandonaba mis estudios, estaba tirando por la borda todo el sacrificio que Itachi había hecho porque tuviera estudios y entrara en este instituto.

Kakashi sonrió satisfecho, ya que parecía que su alumno había entendido el sobre esfuerzo que su hermano Itachi había hecho por él porque no sólo pudiera tener unos estudios, sino porque pudiera entrar en la prestigiosa academia dónde estudiaba.

—Me alegro que hayas entendido y recapacitado. Me encantará poder ayudarte con la beca.

—Una pregunta —cambió de tema de conversación—, ¿entonces tú conoces a mi supuesto tío?

—Lo conozco, desde hace muchísimos años, éramos amigos. Fuimos alumnos de Minato-san, cuando él era profesor antes de ser director. Aunque llevaba tiempo sin saber de él, pero al saber vuestro apellido, sospeché que podríais ser sus sobrinos, por lo que mi intención era buscarlo, aunque más bien lo encontré por pura casualidad.

—¿Y es de fiar? —que apareciera así como así un supuesto familiar que resultaba ser su tío y que estaba dispuesto a ayudarles, le hacía desconfiar un poco, la vida que habían tenido les había hecho no fiarse a la primera de las personas desconocidas, aunque a veces, las conocidas lleguen a ser peores.

—Lo es. Obito es buena persona, por eso mismo lo quise buscar. Sé que os ayudará desinteresadamente, y que seréis su prioridad.

—¿Tuviste algo con mi tío? —la pregunta descolocó a Kakashi, quién se levantó para tirar el vaso de café a la papelera para que no se notara su nerviosismo—. Entonces eso es un sí.

—¿Por qué conjeturas que tuvimos algo?

—Porque te has puesto nervioso cuando te he preguntado, además porque se nota. ¿Por eso nos quieres ayudar? ¿Por qué somos sus sobrinos?

—Habría hecho por cualquier otro alumno lo mismo que por vosotros, aunque tengo que confesar que siento cierta afinidad hacia vosotros —confesó con sinceridad—. Y no saques conclusiones erradas con respecto a tu tío y yo.

—¿Sigues enamorado de él?

—Ya, no es el momento de estar hablando de cosas de estas, Itachi-kun está hablando con tu tío —lo cortó. La historia de él con Obito era algo que quedó en el pasado, y ahora lo importante todo el tema referente con tu hermano.

.

Mientras, en la habitación, Obito e Itachi seguían hablando.

—Entonces está decidido, los dos os vendréis conmigo a mi casa.

—Un momento, yo no hace falta que me vaya, ya le dije que mi prioridad es que ayude a Sasuke, no quiero que haga una locura pensando que es su deber ayudarme. No quiero ser una carga.

—Escúchame, pienso ayudar a los dos, y por supuesto que no eres ni serás una carga para mí —tomó con ambas manos el rostro del menor—, ambos sois mis sobrinos, y tú estás en peor situación que Sasuke. Soy médico, y voy a pedirle al doctor que lleva tu caso, no de llevarlo, ya que ni puedo ni es mi especialidad, pero sí seguirlo de cerca, pienso hacer todo lo posible porque recuperes la vista, es mi completa prioridad. También tienes que poner la denuncia, debes denunciar al desgraciado que te hizo esto.

—No sé de quién se trata —susurró.

—¿Estás seguro de ello? Si tienes miedo de delatar a esa persona tranquilo, no volverá a hacerte daño, no voy a permitirlo. Quiero que pague por lo que te hizo.

—Ya, por favor… No quiero recordarlo, no quiero hablar más de eso…

—Está bien, lo dejamos por el momento hasta que te mejores —recolocó sus cabellos, algo desordenados por haber estado recostado en la cama—, necesitarás ayuda psicológica, entiendo que quieres dejar algo tan traumante en el olvido, pero debes afrontarlo—. Todo va a estar bien.

Después de haber hablado con Itachi y haberle dejado descansar, fue a reunirse con la doctora Tsunade, quién atendió y llevaba el caso del menor. Leyó los informes de las pruebas que le habían realizado y de los resultados, y barajó con la mujer las opciones de su diagnóstico.

Al día siguiente, dieron de alta a Itachi y ambos hermanos se fueron a la casa de Obito, que sería temporal, ya que ni era la apropiada para que el Uchiha mayor estuviera ni lo suficientemente amplia para los tres.

Kakashi les ayudó a encontrar una que se adecuara a las necesidades de la nueva familia, perfecta de una planta, para que Itachi pudiera moverse con seguridad en cuanto aprendiera a guiarse a través del bastón, y perfecta con cuatro habitaciones.

—Es bueno de que vayas reconocimiento la casa, así podrás ir por ella sin problemas —comentó Obito. Una por una, le fue diciendo las estancias de la casa, para que el menor fuera tocando, reconociendo y memorizando—. Esta es tu habitación, es la segunda puerta a la izquierda del pasillo, la primera puerta es la de Sasuke, la tercera el baño. La primera a la derecha la mía, y la segunda una que se encuentra libre.

—¿Quieres descansar? —preguntó Kakashi, que había ido con ellos.

—Sí, me siento algo cansado —el peligris fue quién, con Sasuke le ayudaron a cambiarse y acomodarse en la cama.

—Descansa, en un rato te traigo la cena, ¿sí? —con cariño y dulzura acarició los largos cabellos del menor. Desde que supo de sus sobrinos, su carácter huraño cambió radicalmente, y es que para ellos sólo tenía palabras dulces y atenciones constantes sobre ellos. Porque ellos eran su familia, porque sólo se tenían ellos tres, porque aunque los había tratado poco tiempo, los veía ya como sus hijos, porque iba a velar por ellos.

Sasuke se marchó también a su cuarto, dejando en la sala a los dos adultos. No tardaron mucho tiempo de estar solos, ya que el timbre sonó. Obito, extrañado porque alguien llegara, fuer a abrir.

—¿Quiénes sois? —arqueó una de sus cejas al par rubios que había parados en la puerta de su casa.

—Tú tienes que ser el nuevo tío de Sasuke-dattebayo. Sasuke me dijo que viviría en otro lugar.

—Oye mocoso, háblame con más respeto, estás hablando con una persona que, aparte de no conocerte, es mayor que tú. ¿De qué conoces tú a Sasuke?

—Somos compañeros de clase y, cuando hablé con él esta mañana, me dijo dónde viviría. ¿Puedo verlo?

—¿Los dos sois amigos de Sasuke?

—No, yo vengo a preguntar por Itachi, trabajaba con él en el bar —al mencionar el nombre del mayor de los hermanos, le hizo ponerse en alerta. No quería a nadie cerca de sus sobrinos, pero menos de Itachi, después de lo que le pasó.

—Itachi no recibe visitas —lo miró desafiante—. Y Sasuke tampoco.

—¿Por qué? ¡Sasuke me dijo que me podía llegar a verlo-ttebayo! —se cruzó de brazos molesto.

—Te digo que no, ya os podéis ir por dónde habéis venido.

—Estas no son formas de tratar a las visitas —protestó Deidara.

—No sois mis visitas, en mi casa no quiero a nadie que sea un posible peligro para mis sobrinos.

—No somos ningún peligro para ellos —respondieron a la vez. Kakashi, al oír tal jaleo en la puerta, le entró curiosidad y fue hasta allí.

—¿Qué hacéis vosotros aquí?

—Eso mismo deberíamos preguntar nosotros, Kakashi-sensei. ¿Es que eres amigo de este viejo gruñón? —el de cabellos plateados se aguantó las ganas de reírse a carcajadas por el apodo que le puso Naruto a Obito.

—¿A quién llamas viejo gruñón, mocoso?

—Ya, deja de ponerte a la altura de unos adolescentes —regañó al mayor, que hizo un puchero infantil—. ¿Qué estáis haciendo aquí? ¿Es que Sasuke te dijo? —el menos de los hermanos asintió.

—Así es, y tengo la prueba con este mensaje —se defendió sacando su móvil y mostrando dicho texto—, pero este viejo gruñón no nos deja ver ni a Sasuke ni Itachi.

—¡Que no me llames así, ten un poco más de respeto! Y te repito que no permito que nadie que pueda ser un peligro para mis sobrinos se acerque a ellos.

—Kakashi-sensei, dígale que nosotros no somos ningún peligro, sólo queremos verlos y yo saber cómo está Itachi.

—¿Son tus alumnos entonces?

—Así es, a ambos les doy clases. Son hijos de Minato-sensei —le dijo a Obito—, y sé que ellos no son malos chicos.

—¿Hijos de Minato-sensei? —se sorprendió el mayor, pero no fue el único, ya que los hermanos tampoco se esperaban que tuvieran relación con su padre.

—Kakashi-sensei, ¿es que ya conocías a mi padre antes de ser profesor de la escuela-dattebayo?

—Así es, antes de que vuestro padre fuera director de Konoha, nos impartió clases a Obito y a mí —explicó Hatake. El Uzumaki menor achicó sus ojos y sonrió burlonamente.

—Entonces, si ambos estáis aquí, ¿eso quiere decir que es tu novio, Kakashi-sensei? —el rubor no tardó en aparecer en las mejillas de ambos adultos.

—¡Claro que no! Sólo vine a ayudarlos mientras se instalaban —carraspeó, con algo de vergüenza.

Dobe, ¿qué haces aquí? —la aparición del azabache en el rango de visión de Naruto hizo que éste entrara sin permiso al recibidor de la casa para abrazarlo.

—Sasuke-Teme! Vine a verte y a traerte esto —una vez consiguió Sasuke zafarse del agarre del rubio, éste le mostró unos papeles—. Es el contrato de modelaje que acordaste con mi madre, me pidió que te lo trajera cuando le dije que venía a verte, ya que mi padre nos comentó que ahora tu tutor legal sería tu tío, dijo que debía ser él quién diera su aprobación.

—¿Contrato de qué? —los papeles fueron arrebatados por Obito—. Sasuke, ¿me explicas qué es esto?

—Kushina-san es diseñadora de modas, y una vez me comentó que si quería ser el modelo de su nueva colección.

—¿Qué? De eso nada, no voy a permitir que te exhibas con poca ropa —dijo tajante.

—No voy a salir con poca ropa. Kushina-san es una profesional y buena persona.

—Eso ya lo sé, pero lo que tú deberías hacer es centrarte en tus estudios, no en estas cosas.

—Obito —lo llamó Kakashi—, al menos podías hablarlo tranquilamente después con Sasuke.

—Eres demasiado blando, Kakashi.

—Sí, porque yo sí quiero trabajar —dijo Sasuke—. Ven, pasa —tomó la mano de Naruto y lo llevó hasta su habitación, no sin antes quitarle de las manos a su tío los papeles del contrato.

—A todo esto —interrumpió Deidara, cansado de ser ignorado—, ¿puedo ver a Itachi,  o no? —el Uchiha mayor suspiró, si ya había permitido que uno de esos hermanos pasara dentro de la casa, no iba a evitar al otro.

—Está bien, pero se siente algo cansado, por lo que la visita será corta.

—Yo te acompaño —se ofreció el peligris, yendo hasta la habitación del azabache—. Itachi-kun, ¿te encuentras despierto? —una afirmación desde dentro de la estancia le hizo abrir la puerta. El de cabellos largos se encontraba tumbado de lado, con la almohada colocada de forma vertical al lado suyo, con un brazo por debajo de ésta a la vez que estaba su cabeza apoyada también —. Tienes visita. Sólo cinco minutos, Itachi-kun debe descansar.

—Visita, ¿yo? ¿De quién? —se sorprendió, ya que no esperaba tener visita de alguien.

—Hola —saludó alegremente Deidara, pero cuando el mayor oyó dicha voz, se incorporó un poco en su cama, tensándose. Después de lo sucedido sólo era capaz de tener cerca a su hermano, tío y a Kakashi sin sentir miedo—. ¿Estás bien? —cuestionó el rubio al ver la reacción del mayor.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Vine junto con mi hermano, que vino a ver al tuyo, y yo quería ver cómo te encontrabas.

—Yo… no deberías estar aquí —susurró—. Deberías… tío, tío —empezó a llamar a Obito.

—Bueno, ya sé que me he atrevido a venir, pero me tenías preocupado y quería saber cómo te encontrabas. ¿Estás bien? ¿Necesitas algo? ¿Te duele algo? Tranquilo, ¿quieres que venga tu tío? Yo lo llamo —se acercó a él para poder calmarlo, ya que se tocaba su cabeza y seguía llamando a su tío. Cuando sintió el contacto del otro, no pudo evitar temblar de miedo y nerviosismo—. Tranquilo, no voy a hacerte nada.

—¿Qué está pasando? ¿Qué le has hecho? —reclamó Obito, que había entrado al oír como su sobrino lo llamaba—. Ya sabía yo que no era una buena idea dejarte entrar.

—No le he hecho nada, se puso así de repente, quise tranquilizarlo, pero…

—Sal —ordenó al menor, pero sólo fue hasta la puerta, sin abandonar la habitación.

— Parecía que le dolía la cabeza, y cuando me he acercado se ha puesto así. ¿Qué le ocurre?

—Salte te he dicho. Kakashi, tráeme el maletín.

—¿Qué le pasa a mi hermano? —Sasuke junto con Naruto también fueron a ver qué ocurría. Kakashi también llegó con el maletín de Obito, quién le suministró no sólo un calmante para tranquilizarlo, sino también algo más para el dolor de cabeza que decía que tenía.

—¿Qué le acaba de inyectar? —preguntó Deidara.

—No es asunto tuyo —respondió el mayor, acariciando los cabellos largos y sueltos de Itachi, quién ahora descansaba y volvía a respirar con normalidad.

—¿Es que acaso controlas?

—Soy doctor, mocoso, por supuesto que controlo.

—Venga chicos, lo mejor es dejarlo descansar. Naruto, Deidara, deberíais marcharos —dijo el de cabellos grisáceos. Los hermanos Uzumaki, sin rechistar, pero algo extrañados, se despidieron y marcharon.

—¿Me puedo quedar con él? —pidió Sasuke, y ambos adultos asintieron dejando a los hermanos solos en la habitación.

—Tsunade-san me dijo que esto iba a pasar seguido —habló el Uchiha, recibiendo una taza de té de Kakashi.

—¿Te refieres a los ataques de ansiedad o a los dolores de cabeza?

—A los dolores de cabeza, son debidos al coágulo, seguirán recurrentes hasta que no consigamos deshacérselo. El ataque de ansiedad le ha dado debido a ese mocoso, ya sabía yo que no era buena idea que lo viera. ¿De qué conoce se muchacho a Itachi?

—Como dijo, lo conoce del bar dónde ambos trabajan, es un bar dónde acude gente joven, que llevan junto con algunos compañeros más. Aunque también trabaja ahí el supuesto culpable de lo que le hizo.

—¿Quién es ese maldito desgraciado? —se levantó molesto.

—Otro estudiante. Junto con Minato-sensei lo interrogamos pero, o sabe mentir muy bien, o la coartada que tiene le ha salido bien, por lo que no pudimos expulsarlo de clase. La única solución es que Itachi-kun hable, que para mí, por miedo no quiere delatarlo.

—Cómo desearía hacer que ese bastardo acabara tras las rejas —apretó sus manos.

—Cuando Itachi-kun se tranquilice, intentaremos convencerle de que hable y lo delate, el culpable debe pagar.

—Por supuesto que debe pagar. Y si el rubiales este que ha venido a verle lo ha puesto así de nervioso, debe ser porque también tiene culpa.

—No te equivoques, Obito. Deidara no tiene culpa de nada, él fue quién junto a mí lo encontró. Créeme, es muy buen chico y dudo mucho que llegara hacer alguna cosa así, Minato-sensei le enseñó modales y valores —lo defendió Hatake—. Se pondría nervioso porque encontrarse solo junto a otro hombre y sin poder ver, le habrá recordado el suceso.

—No se pone así si tú o yo estamos cerca.

—Porque estamos con él más tiempo. No sería mala idea que Deidara, si volviera a preguntar de ver a Itachi-kun, lo trate, así podrá ir superando su trauma, puede ayudarle.

—No me hace mucha gracia que ese mocoso frecuente a Itachi —dijo no muy convencido, temía que su sobrino volviera a salir dañado y él debía mirar por el bienestar y protección de ambos hermanos.

—Como ya te dije, son buenos chicos, los dos.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —desvió la conversación. Desde que lo había vuelto a ver, es que tenía una duda que quería resolver—. ¿Por qué te fuiste de repente?

—Debía marcharme, sólo eso.

—¿Lo que pasó aquella noche entre tú y yo tuvo algo qué ver? —cuestionó en apenas un susurro—. Porque si es así, yo…

—Lo que pasó quedó en el pasado, sólo eso, no tiene nada qué ver —el móvil de Kakashi sonó. Éste lo sacó del bolsillo y sonrió al leer el contenido del mensaje recién recibido—. Lo siento, me tengo que ir, es tarde.

—Puedes quedarte más tiempo si quieres, iba a pedir comida para cenar.

—No puedo, me están esperando.

—¿Quién?

—¿A qué viene esa pregunta fuera de lugar? —se levantó y fue hasta la puerta.  

—¿Vendrás mañana por aquí?

—Mañana es mi día libre, así que no podré, estaré ocupado. Despídeme de Itachi-kun y Sasuke.

Sin dejar que Obito pudiera despedirse, se marchó de la casa. Cuando el Uchiha reaccionó, fue que se dio cuenta que el peligris se había dejado olvidado su tan amado e inseparable libro que siempre llevaba consigo.

—Siempre le gustó leer este tipo de cosas… —cerró el libro y salió de su casa en busca de Hatake. Giró la esquina hacia la calle principal y lo encontró.

Iba de la mano de un niño de cabellos oscuros al que sonreía y junto a ellos otro hombre, con quién parecía tener una relación y, además una familia feliz.

Se llevó su mano dónde sintió un profundo y doloroso nudo en el pecho. ¿Por qué se sentía así al haber visto esa escena? ¿Qué era lo que de verdad sentía por Kakashi para sentirse de esa forma?

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer :) 


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