Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tú, Yo y el Sicario por TidsoptimistMF

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!

Aqui les vengo a dejar el tercer capitulo!!

Disfrutenlo!!

 

 

La explosión remeció el departamento. El estallido de los vidrios al quebrarse, sus pequeños retazos volando, gotas de cristal cayendo sobre nuestras cabezas, mi única protección la gran mano de Hyeongeun.

Sintiéndome por un segundo desorientado, giré mi rostro hacia atrás, siendo mi única visión las llamas danzantes, como garras infernales que lamían el cuarzo de la mesada y consumían hambrientas la madera de los estantes. Hipnótico, hasta que Hyeongeun me agarró del brazo y me tironeó, obligándome a levantarme y salir corriendo de ahí. Como pude me moví, mis pies sintiéndose torpes casi saliendo a trompicones del departamento, seguidos por Euijin quien traía a cuestas a un impactado Chanyeol.

- ¡Maldita sea!¡Suéltame! ¡Debo ir apagar eso!- Gritó al reaccionar, al ver su cocina ardiendo las llamas danzando en sus ojos, su espanto ante el fuego que comenzaba a expandirse hacia el resto de sus cosas. Estaba pálido. Se podía notar la impotencia marcada en su rostro y la ira que lo embargaba.

- No hay tiempo para esto- lo cortó Euijin tomándolo con fuerza del brazo, obligándolo a continuar- Tenemos que salir de aquí, no sabemos cuan cerca esta Z.Tao. Es tu vida o tus cosas, decide.

Chanyeol soltó una maldición más, observando con dientes apretados lo que perdía. Parecía que quería gritar la furia que lo llenaba. Pero se contuvo.

En parte sabía que era su culpa, se lo habían advertido.

Más bien nos lo habían advertido, el peligro era real y ahora la cocina de Chanyeol ardía en llamas por eso.

Asintiendo, aún con los dientes apretados, Chanyeol siguió a los oficiales que nos guiaron hasta las escaleras de emergencia. Bajamos lo más rápido posible, tanto Hyeongeun como Euijin habían sacados sus respectivas armas y se habían comunicado para que llegaran refuerzos en caso de ser necesario. Mi corazón bombeaba con fuerza, sin saber si con cada paso que daba estaba más cerca de la vida o la muerte.
Mis oídos piteaban y más de una vez maldije por tener que bajar once pisos gracias a Chanyeol. Cada segundo se me hacía eterno y cuando pensé que nunca se terminaría, mi costado comenzando a doler, mi mente castigándome por no hacer más ejercicio, Hyeongeun abrió la puerta que daba al estacionamiento.

¡Por fin!

Me detuve un segundo para regular mi respiración, pero Euijin me tomó del brazo y me arrastró fuera de ahí sin darme nada de tiempo para recuperarme.

Tan pronto llegamos a la seguridad del auto y Euijin arrancó el motor, sentí que el alma me regresaba de nuevo al cuerpo, sólo por un segundo, para luego aferrarme al asiento como si mi vida dependiera de ello ante el chirrido de los neumáticos al salir a toda velocidad del estacionamiento.

Al parecer Euijin había decidido que echar una carrera tipo “Rápido y Furiosos” era la mejor opción para ponernos a salvo. Yo no estaba muy seguro.

Y a este punto, la idea de irme a Tombuctú ya no parecía tan alocada…

El sonido de un fuerte golpe a mi lado me hizo brincar en mi puesto y girar mi cabeza hacia un iracundo Chanyeol.

- ¡Maldita, maldita, maldita sea!- bramó sin poder controlarse más- ¡¿Cómo es que sucedió eso?!

Esa era una buena pregunta. No entendía como de la nada se había formado un incendio. ¿Acaso hubo una bomba escondida que Euijin no vio cuando entró al departamento a revisarlo?

- Z.Tao disparó.- Fue la respuesta de Hyeongeun - No estoy muy seguro cuales eran sus planes, pero cuando Baekhyun se dio media vuelta vi un brillo en la azotea del edificio del frente. Tal vez pensaba asesinarte de un solo disparo, pero al ver que había más gente optó por disparar a algo inflamable. Seguramente le dio a la llave de paso del gas…

Abrí mis ojos sorprendido. Última vez que juzgo un libro por su portada. Estaba claro que me había equivocado cuando pensé que Hyeongeun no era alguien confiable y apto para el cargo de policía. Ahora sabía que era todo lo contrario.

¡El tipo tenía vista de halcón!

- Lamento lo que le sucedió a tu departamento- habló esta vez Euijin. – Los bomberos están en camino para controlarlo y nosotros nos aseguraremos de realizar toda la documentación y los trámites correspondientes. No es necesario que te preocupes por ello, ahora lo importante es mantenerlos con vida…

-¡¿Qué no me preocupe?! Un maldito sociópata acaba de explotar mi casa y me persigue para asesinarme, ¿Hay algo de lo cual no deba preocuparme? -  estalló Chanyeol y vi por el espejo retrovisor como Euijin apretaba los labios con fuerza hasta quedar en una sola línea.

El silencio nos inundó y lo único que quedó fue el ruido del motor.

Comprendía a Chanyeol, pero también entendía a Euijin. Él no tenía la culpa de lo que sucedía y sólo había intentado de alguna forma enfocarnos en lo que más importaba: Estar con Vida.

Era curioso como de un momento a otro algo que parece tan trivial como respirar, se vuelve en un instante tu más preciado anhelo y no estás seguro si lo podrás seguir haciendo o si…Mi momento filosófico se fue a la basura tan pronto dimos la vuelta en una curva cerrada, mis intestinos yéndose hacia un lado, yo casi chocando contra la ventana.

¿En serio era necesario manejar así?

No es como si nos estuvieran persiguiendo, ¿o sí?

Digo, lo dejamos en una azotea con un arma en mano, no es como si fuera a teletransportarse a un auto y seguirnos, igual nos demoramos bajando las escaleras pero…

De acuerdo, mis deducciones terminaron por generarme cierta duda. Para intentar convencerme de que sólo eran impresiones mías y simplemente Euijin tenía un complejo de corredor de Fórmula uno, fijé mi vista en Hyeongeun, mi gran detector de peligro siendo sus ojos. Si eran medias lunas estábamos bien, sino…enfoqué mi vista en el espejo retrovisor. Tragué duro al ver que mantenía esa expresión seria, sus ojos bien abiertos y atentos en el espejo lateral del auto.

Ok, eso no se veía bien.

Sintiendo la boca seca, giré lentamente mi cabeza hacia atrás fijándome si veía al sujeto que ya estaba grabado a fuego en mi memoria.

Para mi sorpresa, o desilusión, no alcancé a notar nada sospechoso.

- Z.Tao no nos viene siguiendo, si es eso lo que piensas- Habló Euijin haciendo que mi vista se fijara nuevamente al frente- Queramos o no, la explosión funcionó como una barrera de humo, lo que nos permitió adelantarnos un poco a sus planes. Es por eso que ahora los llevo directamente al aeropuerto, hay que aprovechar que Z.Tao los cree muertos o al menos heridos, para hacerlos abordar el avión. Así ustedes desaparecerán sin dejar rastro y él no tendrá ninguna pista por dónde empezar…

Tanto yo como Chanyeol asentimos. Por lo menos en eso coincidíamos con Euijin. Este era el mejor momento y si para eso él tenía que prácticamente volar por la autopista para no perder ni un segundo y ponernos a salvo, yo lo aceptaría.

- Hyeongeun, entrégales sus nuevas identificaciones, puede que en el aeropuerto no tengamos tiempo para eso.

Diligente, Hyeongeun asintió y abriendo la cantera del auto saco dos identificaciones, una para cada uno.

Miré mi foto y fruncí el ceño. Me veía ojeroso, cansado y realmente tenía una expresión que un zombie saldría mejor que yo. En serio.

Lo peor de todo, es que ni siquiera recordaba cuando me la habían tomado. En fin, eso sólo era un detalle.

Pasé a leer mi nuevo nombre y apellido.

- Algo está mal- Murmuré después de leer una, dos y tres veces mi identificación- Mi nombre no está bien

-Eso es normal- Me tranquilizó Hyeongeun - Generalmente se les cambia el apellido para que no puedan ser rastreados…

- Si, eso lo entiendo- Lo interrumpí- Pero mi nombre debería ser “Kim Baekhyun”, no “Kim Baekhee”. Ese es un nombre de mujer, ¿o me equivoco?

La risotada que soltó Chanyeol a mi lado sólo hizo aumentar mi molestia mientras que Hyeongeun me quitaba la identificación de las manos para verificar lo que había dicho y no fuera un retrasado que no sabía leer.

Sus cejas cruzándose al medio hasta parecer una sola, me dio a entender que vio lo mismo que yo.

- Hyung, tiene razón, aparece como Kim Baekhee. Lo dejaron hasta de sexo femenino…

Mis ojos se abrieron en sorpresa al escuchar eso. Aún no llegaba a esa parte y quise soltar una sarta de improperios, pero el brusco frenado de Euijin me lo impidió al dejar mi cara estampada en su asiento, el dolor explotando en todo mi rostro.

- Pásamelo- ordenó y tan pronto lo tuvo en sus manos, lo revisó- Maldita sea, ¿Quién estaba a cargo de hacer esto? Sabes, no importa, ya no se puede arreglar.

- ¿Cómo que no se puede arreglar? ¿Esperas que entre al aeropuerto y me haga pasar por una chica? ¡¿Con que cara, o mejor aún, con qué cuerpo?!- Exclamé entre irónico e irritado, casi rayando en la histeria.

Chanyeol se rio de nuevo y la verdad quise golpearlo.

- Bueno, al menos el porte lo tienes, eres tan pequeño que seguro nadie dudará de que eres mujer…

-¿Exactamente que quisiste decir con eso, orejas de Dumbo?- Lo increpé volteándome abruptamente hacia él, listo para ver el mejor momento para tirarlo fuera del auto.

En vez de molestarse me mostró su gran y amplia sonrisa.

- Nada, “Baekhee”

Listo, se acabó. Mi paciencia llegó a su límite.

Después de casi 24 horas sin dormir, de tener en el estómago los restos de un café horrible y de  haber corrido como un estúpido por las calles de Seúl y ese maldito edificio, mi personalidad y tolerancia estaban en su peor momento. Que me hayan colocado en mi identificación que soy una mujer porque el policía a cargo era ciego o idiota, solo terminaron por explotar con la burla de ese gigante.

Era. Demasiado.

Sin pensarlo dos veces, me tiré encima de él con la intención de golpearlo o algo para borrar su irritante sonrisa.

Él no esperaba mi ataque y prácticamente lo aplasté contra la puerta mientras mis manos eran sujetadas apenas por las suyas, que debo decir eran gigantes. Me moví lo mejor que pude intentando zafarme de su agarre, mientras que Hyeongeun gritaba cosas que yo no lograba entender porque estaba demasiado ensimismado en golpear el bonito rostro del orejón debajo mío.

Euijin, que  había puesto en marcha nuevamente el auto, se movía de un lado a otro, dificultándome aún más mi objetivo y de vez en cuando, también lo escuchaba gritar una que otra cosa.

Estaba seguro que para ese momento cualquiera que viera lo que pasaba dentro del auto pensaría que estábamos locos.

Y no se habrían equivocado.

- ¡Maldita sea, quédense tranquilos! – Gritó furioso Euijin - ¿Hyeongeun que estás haciendo? ¡Sepáralos de una vez!

- No es tan sencillo Hyung- se quejó Hyeongeun mientras sentía como sus brazos me agarraban por la cintura en un vano intento de hacerme a un lado- Para ser pequeño, tiene mucha fuerza…

- ¡Opino igual!- apoyó Chanyeol, aun tratando de detener mi ataque.- Muy poco femenina, por lo demás

-¡¿Te atreves a seguir bromeando?!- Bramé totalmente indignado con su actitud.

-¿Qué quieres que haga? No he dormido en horas, un sicario loco me persigue, mi casa se quema y ahora tengo un enano psicópata encima de mí. No esperes otra cosa- soltó y para mi sorpresa con su último comentario utilizó toda su fuerza y me lanzó al otro extremo del asiento.

Sentí mi espalda chocar duro contra la puerta y creo que algo sonó, pero no me importó. Estaba en modo batalla y la iba a ganar. Alcé mi vista justo en el preciso momento en que Chanyeol inmovilizaba mis manos, pegándolas contra la ventana con furia, al tiempo que me fulminaba con sus profundos y grandes ojos.

- Ahora, déjame dejarte algo en claro, por si no lo entendiste. No me jodas más.

- Lo mismo digo- le contesté – No creas que porque mi casa no se está quemando no tengo los mismos problemas que tú, así que no te vuelvas a meter conmigo…

- ¿O sino qué? – Me desafió y  estuve a punto de contestarle, sino fuera porque Euijin frenó por segunda vez abruptamente, estampándonos ahora a los dos contra su asiento, quedando en una posición incómoda, el rostro de Chanyeol demasiado cerca, nuestras respiraciones mezclándose y por supuesto, no podía faltar el “Señor Dolor” gracias al golpe que nos dimos.  

- O sino los voy amarrar a los dos, los meteré dentro de un baúl y los enviare al Polo Sur, ¿Qué les parece eso?- amenazó Euijin desde el volante con una gélida voz, que nos hizo darnos cuenta que hacíamos el ridículo con nuestra pelea - Ahora, levántense y arréglense la ropa. En unos minutos estaremos llegando al aeropuerto y deben tomar un avión.

Como niños regañados y un tanto avergonzados, logramos salir del incómodo y estrecho espacio en el que habíamos quedado. Entre silenciosos –muévete- y –me estas aplastando-, logramos sentarnos en nuestros respectivos lugares, sin volver a pronunciar palabra. Aún sin decir nada, nos mirábamos por el rabillo del ojo, lanzándonos miradas asesinas que prometían una revancha en el futuro.

Euijin lanzó un suspiro agotado al darnos una última mirada de advertencia por el espejo, seguramente pensando que su mañana no podría haber sido peor al estar a cargo de nosotros. Hyeongeun por su parte seguía con esa expresión seria, aunque más parecía que era uno más de los niños regañados por el adulto del auto, Euijin.

Tal como había dicho Euijin, después de un rato fuimos capaces de ver el Aeropuerto de Incheon y sentí que mis manos sudaban frío.

Esto era real.

En unos minutos más estaría dando mi nueva identidad y me subiría a un avión para ir a un lugar totalmente desconocido, donde tendría que empezar de cero hasta que atraparan al asesino, de no ser así… esa podría volverse mi vida definitiva.

Tragué seco y creo que mis pies no dejaron de moverse hasta que el auto estacionó.

Estaba nervioso.

No.

Estaba asustado.

Asustado por lo que vendría, por lo que este cambio significaría en mi vida y por el rabillo del ojo pude notar, por la seria expresión de Chanyeol, que él pensaba lo mismo.

- Bien, antes de bajarnos, les explicaré algunas cosas y quiero que escuchen, entiendan y no hagan comentarios al respecto porque no tenemos tiempo que perder, ¿entendido?.

- Si- tanto yo como Chanyeol aceptamos, ya que comprendíamos la seriedad de la situación.

Euijin asintió satisfecho ante nuestra respuesta y continuó.

- Este es el plan. Tenemos exactamente un poco más de una hora para meterlos en el avión, antes que su vuelo despegue. Nosotros nos preocuparemos de que lleguen a tiempo y no pierdan ese vuelo. Ya en el avión dependerá de ustedes el que no los descubran. Su vuelo durará aproximadamente una hora y media, al llegar al aeropuerto los estará esperando nuestro contacto, él se preocupará de llevarlos al lugar donde vivirán con sus nuevas identidades.

- Espera, ¿vivirán?- consulté al tiempo que me apuntaba a mí y a Chanyeol- ¿Vamos a vivir juntos?

Euijin suspiró, como si hubiera presentido que esto podía suceder.

- Sí. Vivirán juntos, en la misma casa y ciudad, y espero que comprendan que debido al poco tiempo que tuvimos para organizar su traslado, es lo mejor que pueden aspirar.

Abrí la boca, pero la cerré al segundo. Era cierto, no podía quejarme.

Era esto o nada.

- Bien, pero no esperen que comparta la misma cama con este idiota.

- No te preocupes, con gusto tomaré el sillón - respondió Chanyeol cruzándose de brazos- No eres el único fascinado con la idea de compartir hogar…Baekhee.

Entrecerré mis ojos y alcé mi puño con intención de golpearle, pero al ver la mirada que me enviaba Euijin por el espejo, me abstuve de hacerlo. Sólo por esta vez.

- Después de esta breve aclaración, supongo que no debo decirles que deben ser cuidadosos y usar sus nuevos nombres. Baekhyun, veremos de regular tu situación lo antes posible, pero por ahora, debido al tiempo, tendré que pedirte que asumas la identidad que se te dio hasta que llegues a tu nuevo destino.

Pude ver que Euijin me miraba intensamente por el espejo, casi con cierta aflicción, esperando que yo cediera y no comenzara a revelarme de nuevo.

Para su sorpresa, y mía también, asentí.

- Aunque insisto, con esta ropa y pelo, es muy poco probable que crean que soy una mujer…

- De eso no te preocupes, Hyeongeun se encargará. Por ahora preocúpate de cubrir tu cabeza con el gorro de tu chaqueta.

Hyeongeun se volteó a mirarme y sonrió nuevamente hasta que sus ojos se volvieron medias lunas, matando un poco la confianza que se había ganado hasta ahora de mi persona.

- Baekhyun, no formes prejuicios anticipadamente…-pensé tratando de sonreírle un poco de vuelta, aunque por dentro lo menos que deseaba era hacer eso.

- Bien, en ese caso, es hora de partir. Al salir de este auto, empezarán a llamarse Kim Baekhee y Lee Chanyeol, ¿Están listos?

Ambos asentimos y colocándome encima el gorro de mi chaqueta, abrí la puerta y salí al exterior a vivir mi nueva identidad.

Cargando mi bolso, caí recién en la cuenta que la maleta de Chanyeol se había quedado en su departamento. Debido a todo el alboroto, no la había traído consigo y me sentí, por un segundo, mal por él.

Pero ese malestar se pasó tan pronto puse un pie dentro del Aeropuerto y comenzamos a correr prácticamente detrás de Euijin, haciéndole el quite a las personas que se cruzaban entre medio. Teníamos que tomar un vuelo, y se nos acababa el tiempo.

Cruzamos prácticamente a trompicones el aeropuerto hasta llegar a la zona de vuelos Nacionales, donde sentí que mi corazón se aliviaba un poco al ver que seríamos enviados dentro de Corea.

La posibilidad de manejarme con mi nulo inglés en un país extranjero me aterraba, y al menos estar en mi país me hacía sentir que aún podría moverme con tranquilidad y sentirme aún en casa.

Antes de entrar a la zona de embarque, Euijin se desvió un poco y nos llevó hasta el sector donde estaban los baños.

- Esperemos unos minutos a que Hyeongeun llegue- Nos dijo y fue ahí que me di cuenta que el otro policía no estaba con nosotros.

En qué momento se había alejado y desaparecido, era un total misterio. Sólo sé que no pasaron más de cinco minutos antes de que Hyeongeun llegara todo agitado después de haber dado la carrera del siglo. En su mano traía una bolsa con un diseño muy femenino que me dio muy mala espina.

- ¿Trajiste todo?- Consultó Euijin y Hyeongeun sólo asintió con la cabeza ya que aún no recuperaba el aire en sus pulmones- Bien entren y preocúpate de hacerlo rápido, no nos queda mucho tiempo.

- Si hyung- respondió finalmente Hyeongeun, levantando su vista para posarla en mí.

Antes de que pudiera decir o reaccionar, me tomó del brazo y me arrastró al baño para personas con necesidades especiales, encerrándonos a ambos ahí.

Con manos nerviosas, dio vuelta el contenido en el mostrador y se giró a verme.

Yo por mi parte tenía la vista fija en la maraña café que descansaba sobre el mostrador, la cual se asemejaba mucho a…

- Ni lo pienses- musité con dientes apretados, al ver que mi mayor temor se presentaba frente a mí al ser tomada por Hyeongeun.

-¿Quieres tomar el avión o no?

Arrugué mi nariz y sin muchos ánimos y con mi dignidad por el piso, me quité la capucha de la cabeza y dejé que Hyeongeun me pusiera mi nueva y reluciente cabellera castaño oscuro con ondas en las puntas.

Parecía una idol con esa cosa en la cabeza. Una idol bien fea, debo admitir.

- No está mal- sentenció, asintiendo sonriente al tiempo que tomaba del mostrador un delineador- Ahora el toque final…

En serio, en este momento me preguntaba si morir en manos de Z.Tao sería tan terrible como lo describían. Al ver la mano temblorosa de Hyeongeun acercándose a mi ojo con el delineador como si fuera un arma mortal, supe que no.

- Pásamelo, yo lo hago- le dije, estirando mi mano para que me diera el lápiz.

-No lo vas a botar, ¿o sí?- consultó receloso y yo sólo rodé mis ojos.

- No, no lo haré. Prefiero delinearme yo que parecer payaso gracias a tu pulso. Si seré una chica, al menos quiero estar digna- farfullé lo último y estoy seguro que Hyeongeun se contuvo de soltar una carcajada.

- Como digas- me dijo con la voz estrangulada por la risa que no dejaba salir.

Ya con el delineador en mano, suspiré resignado y empecé mi trabajo.

- Vaya, tienes talento en eso – me alabó y yo sólo traté de no escucharlo.

- Mi hermana a veces me pedía que le ayudara con su maquillaje- murmuré al final para no ser tan apático- Tenía un pulso horrible como tú- sonreí apenas al final. 

Usando las pocas cosas que Hyeongeun había traído, terminé de arreglar mi apariencia de dulce e inocente niña, o mejor dicho mujer.

- ¿Para qué es esto?- estallé de repente tomando una cuchilla de afeitar de entre todas las cosas mirando a Hyeongeun con una ceja alzada.

El pareció incomodo, una risita nerviosa y sus ojos de media luna dándome mala espina.

- Ya sabes…las mujeres siempre las usan- hizo un gesto técnico con la mano y estuve a un punto de acriminarme.

- ¿Acaso me ves con falda?- consulté con el cejo fruncido.

- No, pero…

- Entonces olvídalo, no me voy a depilar las piernas- lo corté, soltando el aparato con repulsión en el mostrador, girándome de vuelta al espejo- Es mi cara lo que importa después de todo

Suspirando y armándome de valor, miré mi reflejo una vez más. Mi pelo ahora largo gracias a la peluca, me llegaba un poco más abajo de los hombros con ondas al final, el flequillo caía sobre mi frente y mis ojos delineados destacaban entregándome esa apariencia más “femenina”  junto con el brillo rosado cereza en mis labios…

Me veía bien. Me veía como una mujer.

Me veía guapa, con un pequeño toque masculino gracias a mi ropa, pero era algo que iba a pasar desapercibido cuando vieran mi rostro bonito.

Quise romper el espejo.

- Te vez linda Noona- expreso Hyeongeun sonriendo y en ese momento cambie de objetivo y quise golpearlo a él.

En vez de eso y estrellar mi puño femenino en su cara, opté en darme media vuelta y salir de una vez por todas de ahí.

- De todas formas no entiendo de que servirá todo esto si en la foto de mi identificación aparezco con el pelo corto y es claro que soy un chico- hablé al tiempo que tomaba el pomo de la puerta para abrirla.

-No te preocupes, eso déjaselo a Euijin hyung

Miré escéptico a Hyeongeun y su gran sonrisa de “Todo saldrá bien”, pero al final sólo asentí y salí de ahí.

Afuera estaban Chanyeol y Euijin dándonos la espalda. El primero en girarse fue el policía.

- Hasta que por fin terminaron- fue su recibimiento, al tiempo que sonreía al verme- Pero valió la pena, muy bien hecho Hyeongeun, no pensé que fueras tan bueno en esto del maquillaje

- La verdad…- comenzó a decir, pero le pegué un codazo para que se callara. Ya era suficiente con disfrazarme de mujer para que además tuviera que salir al aire mis habilidades de maquillador. Hyeongeun pareció entenderlo, porque rápidamente carraspeo y asintió- G-gracias Hyung.

Chanyeol por su parte, se dignó a voltearse por fin. Con las manos en los bolsillos me miró de arriba abajo, su mirada escrutándome hasta volverse incómodo.

- Sigue plana- fue su único comentario carente de emoción y Hyeongeun rápidamente me agarró del brazo para evitar que me tirara de nuevo sobre Chanyeol, esta vez para dejarle el ojo morado por idiota.

- Es un detalle- respondió Euijin quitándole peso al asunto- Su ropa es holgada, así que es algo que puede pasar desapercibido. Ahora vamos, ya nos hemos retrasado bastante y no nos queda mucho tiempo para que suban al avión.

Asintiendo, un poco a regañadientes por mi parte, seguimos a Euijin nuevamente. Saltándose la parte del check-in (el cual Euijin ya había hecho mientras yo estaba en el baño arreglándome), nos llevó directamente a la zona de embarque. Ahí, Euijin nos hizo esperar unos segundos mientras iba a hablar con uno de los encargados para que nos dejarán pasar sin tener que hacer la larga fila que había para entrar. Al regresar, sacó de uno de sus bolsillos de su chaqueta los boletos de avión, donde nos hizo entrega a cada uno.

- No los pierdan. Los van a necesitar tanto ahora como antes de subir al avión- Nos explicó brevemente y aprisa- Ahora los ayudaremos para que pasen sin problemas con sus identificaciones, pero ya dentro tendrán que valerse por sí mismos. Su puerta es la número 45 y después de que pasen por la inspección del equipaje deben ir directamente a tomar su vuelo. Cuando lleguen a su destino se encontrarán con nuestro contacto, Kim Jongdae, él los ayudará en lo que necesiten. ¿Alguna duda?

Tanto yo como Chanyeol negamos, mis manos comenzando a sudar. Euijin pareció notarlo, porque apoyó su mano en mi hombro y me sonrió tratando de transmitirme confianza.

Y creo que sirvió, por unos segundos al menos, hasta que de nuevo comenzamos a caminar hacia el sector donde verían mi “particular identificación”.

Primero pasó Chanyeol. Vieron tanto su boleto como su identificación y pasó sin ningún problema.

- ¡Siguiente!

Tragué seco y sujetando con fuerza mi bolso me encaminé hasta el hombre a cargo de revisar los boletos.

Si podía escapar de un asesino, podía con esto.

Algo nervioso, pero aun así intentando de parecer en total calma, entregué mis documentos al hombre esperando lo peor.

Cuando lo vi alzar una ceja, sentí que la tierra se hundía bajo mis pies.

-¿Dónde está su identificación?

-¿Eh? ¿No está ahí?- consulté incrédulo, bajando mi vista en dirección al boleto que el hombre tenía en mano. Por un segundo comencé a hiperventilar, me la habían pasado en el auto, ¿Es que acaso se me había caído?

¡Oh, Dios! ¿Y si estaba en el baño? Tenía que…

-¡Oh!¡Disculpen! Yo lo tengo- soltó Euijin de repente, llegando a mi lado, mi alma volviendo a mi cuerpo, tratando de no mirar con extrañeza a Euijin.

¿En qué momento me la había quitado? El tipo era un mago muy hábil o un ladrón, pero eso no importaba si con eso me sacaba de ese aprieto, de alguna forma.

Como si nada, Euijin le pasó mi identificación al encargado quien rápidamente la tomó para revisarla.

- Espero que todo esté bien, ya que es importante que ellos no pierdan su vuelo.

La voz de Euijin sonó suave, pero lo suficientemente enérgica para que el hombre no intentara rebatirlo, su presencia y determinación siendo unas armas más en aquella manipulación.

El oficial Euijin estaba imponiendo su autoridad.

- Si, por supuesto.- confirmó el hombre alzando su vista, entregándome mi identificación casi sin mirarla. – Por favor, pase y que disfrute su vuelo.

Asintiendo torpemente y tomando el boleto de avión que también se me extendía, me dirigí hacia donde Chanyeol me esperaba. Desde ahí me di la vuelta y vi como Euijin y Hyeongeun, desde un poco más atrás, se despedían moviendo su mano, ambos con sendas sonrisas enviándonos sus mejores deseos.

Sentí que mi pecho se estrujaba, y alzando mi mano, me despedí de ellos, esperando algún día poder agradecerles adecuadamente lo que habían hecho por nosotros.

- Baekhee, vamos, no tenemos tiempo.

Volteé hacía Chanyeol y asentí, al tiempo que comenzaba a caminar en dirección a la zona de la revisión del equipaje.

- ¿Cuánto crees que falte para que despegue nuestro vuelo?- pregunté mientras dejaba mi bolso sobre la cinta mecánica que lo llevaría hasta el escáner.

- Asumo que no mucho- respondió Chanyeol- Tendremos suerte si logramos entrar. Apenas tu bolso pase, tendremos que correr…

- Suena alentador- comenté mientras esperaba mi turno para ser revisado.

Chanyeol me miró con mala cara, pero no dijo nada ya que era su turno para pasar por el detector de objetos.

Tan pronto pasé por el detector, vi como Chanyeol tomaba mi bolso ya revisado y comenzaba a correr en dirección a la puerta, sin dejarme tiempo a reaccionar, salvo correr tras de él como un idiota.

Sus piernas largas me sacaban unos buenos metros de distancia y contando con que yo nunca fui bueno para los deportes, estaba que me daba por vencido en esta loca carrera contra el tiempo. Al final lo único que veía era su cabeza alejarse cada vez más y más, volviéndose diminuta. La desesperación comenzó a embargarme.

-¡Chanyeol!- le grité en un intento de que detuviera su loca carrera y me esperara. No quería quedarme bajo del avión, pero tampoco deseaba quedarme sólo en ese aeropuerto mientras él se iba a donde quien sabe dónde.

Volví a llamarlo, pero era inútil, él ya no me escuchaba.

¡Estúpido gigante de piernas largas! ¡¿Para qué tenía esas orejas de Dumbo sino las usaba?!

Sintiendo que mi piernas ya no daban más, intenté dar unos pasos más hasta que estas flaquearon y caí estrepitosamente en el piso después de girar en una esquina. El golpe en mi costado fue brutal y el sonido peor.

Con la respiración agitada alcé la vista, justo para ver como un chico se acercaba a ayudarme.

-Noona, ¿se encuentra bien?

 Estuve a punto de soltarle un “¿tú que crees?” , con cada palabra cargada de sarcasmo, pero me contuve. En vez de eso, sonreí como mi papel me lo exigía tratando de parecer lo más femenina posible. No quería que me descubrieran y terminar siendo echado por un desliz.

- S-si, estoy bie…

- Baek…hee, ¿Qué rayos estás haciendo?

El grito del palurdo de Chanyeol me hizo voltear mi rostro al frente, destruyendo totalmente mi actuación de inocente doncella en apuros. Frunciendo el ceño y levantándome del piso, encaré a mi supuesto compañero de viaje que venía hacía mi como un energúmeno.

- ¿Qué crees tú?. Limpiando el piso, por supuesto- ironicé y Chanyeol arrugó la nariz al llegar a mi lado. El tipo que se había ofrecido en ayudarme se había esfumado.

- Deja de lado tus tonterías y vámonos, no tenemos tiempo para esto- me espetó y antes de que pudiera decir algo más, me tomo con rudeza del brazo y empezó a tironearme en dirección a la puerta, que para variar estaba al final del pasillo.

Quise quejarme, pero al menos ahora tenía a Chanyeol a mi lado y no corriendo como un maldito perro galgo a miles de metros de distancia de mí.

Algo era algo.

Para nuestra suerte, llegamos justo antes de que cerraran la puerta y nos permitieron ingresar, apurándonos el paso para que el avión no se retrasara.

Y fue así como en menos de 24 horas terminé sentado al lado de un completo desconocido, volando a quien sabe dónde, a una nueva vida sin tiempo definido, esperando que la muerte no llegara a nosotros en forma de una pistola y un asesino.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Hasta ahora, este ha sido uno de mis capitulos favoritos, amo las peleas entre Chanyeol y Baekhyun, y por supuesto se vienen muchas mas XDD

Muchas gracias por leer, sus lecturas son oro para mi<3

Nos vemos en el siguiente capitulo!!

Besos <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).