Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Siempre Te Amaré por AniBecker

[Reviews - 44]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Deidara se llevó ambas manos a la cabeza, pasándoselas por el cabello con desesperación. Lo que acababa de oír no le había gustado absolutamente nada, y se encontraba en un gran problema.

Si Itachi le viniera diciendo que estaba esperado un hijo suyo, sería la persona más feliz del universo, pero la persona que tenía justamente delante no era su adorado novio, sino quién en su momento fue su pareja, del que no quería saber absolutamente nada y se había acostado por error.

—¿Seguro que es mío? —inquirió para estar seguro.

—¿Es que acaso me tomas por un cualquiera? ¡Por supuesto! Las semanas concuerdan con la noche de la fiesta —aseguró—. ¿Con quién más te crees que me meto?

—Esto no puede estar pasando, no. Yo…

—Sasori —una autoritaria voz resonó detrás de ambos chicos, apareciendo un hombre alto de cabellos del mismo tono que el adolescente.

—Padre, ¿qué hace aquí?

—Así que has sido tú —miró con dureza a Deidara—. ¿Cómo se te ocurre aprovecharte de mi hijo y embarazarlo?

—Yo… yo no quería.

—Padre, ¿qué es lo que hace aquí? —insistió el pelirrojo, temiéndose el motivo por el que su progenitor se encontraba ahí.

—Vengo para que este irresponsable se haga cargo de lo que debe. Quiero hablar con tu padre, tienes que responder a mi hijo —el rubio no protestó, sabía que sería en vano, sólo deseaba que su padre no se pusiera en su contra.

Una vez en casa de los Uzumaki, el hombre exigió las obligaciones que Deidara debía corresponder al haber embarazado a su hijo. Entre esas obligaciones, la primera —aunque no quisiera nada con Sasori, un hijo era un hijo y no iba a negarlo— era que reconociera al bebé y le diera su apellido, pero lo segundo —donde protestó sin dudarlo—, era que tenía que casarse con Sasori.

—¿Qué? ¡Me niego! —exclamó interrumpiendo a los dos adultos—. Yo tengo pareja, y no voy a dejar a Itachi. Yo me responsabilizo del bebé, pero no me pienso casar en contra de mi voluntad. Papá —miró al adulto con ojos suplicantes.

—Cállate, no estás en posición de pedir condiciones-ttebane —respondió molesta Kushina por la situación en la que se encontraban.

—Por favor, no hace falta obligar a los chicos a casarse por algo así, ahora son otros tiempos —trató de dialogar Minato—. Deidara reconoce su error y por supuesto se hará responsable de ese hijo y le dará el apellido.

—Aunque le de el apellido, será un hijo bastardo que ha nacido fuera del matrimonio. Como comprenderás, en la alta sociedad, no está bien visto. Mi hijo tiene que casarse antes de que se note que está embarazado.

—Pero si se casa joven, se sospechará que se casó por estar embarazado-ttebane —comentó la única fémina en la reunión. Se sentía molesta, no quería que su querido hijo se casara a la fuerza. Era cierto que antes le encantaba la idea de que estuviera con Sasori, pero desde que conoció a Itachi-kun y la relación tan tierna que tenían, prefería sin falta al Uchiha.

—No sé, Minato —empezó—, sabes que yo soy uno de los accionistas del instituto, no querrás que deje de contribuir, ¿verdad?

—Podríamos hablarlo más calmadamente, creo yo. Ahora mismo nos encontramos demasiados nerviosos y sorprendidos por tal noticia, ¿por qué no me dejas que hable a solas con mi hijo?

—Está bien —se levantó el hombre—, pero recuerda que vamos contra reloj, dentro de unos meses se empezará a notar. Espero tu favorecedora respuesta esta tarde. Sasori, vámonos.

—Papá, no quiero casarme, sabes que yo quiero a Itachi. Demasiado difícil me resulta tener que contarle todo esto como para decirle que me tengo que casar, lo destrozaré —lo miró suplicante.

—¡En qué demonios estabas pensando! ¿Cómo se te ocurre engañar así a Itachi-kun? —le golpeó su madre en la cabeza.

—¡Yo no quería! No recuerdo nada de esa noche, sólo que desperté junto a él y… estaría demasiado borracho, porque en mi pleno uso de facultades por nada del mundo le haría esto a Itachi.

—Que estuvieras borracho no es ninguna excusa. Lo hiciste, y ahora hay consecuencias. Sinceramente hijo, vas a hacerle daño a Itachi-kun, una infidelidad es una infidelidad, y lo que le has hecho a Itachi-kun no tiene perdón.

—Como hombre, debes asumir tu error y cumplir con tu deber. Hubiera preferido sin falta a Itachi-kun, pero tu irresponsabilidad ha llegado a esto —sentenció el rubio mayor, levantándose del lugar—. Lo siento, pero no puedo ayudarte.

.

.

Con todo el dolor de su corazón, se dirigió a su casa de la mano de un preocupado Tobi-chan, que al ver en ese estado a su primo, también sentía ganas de llorar.

—Itachi, cuando fui a la escuela la directora nos contó que te llamó Tsunade-sama para que fueras… —no terminó la frase, cuando fue hasta la entrada se encontró a su sobrino llorando—. ¿Qué es lo que pasa?

—¡Papi! —Tobi-chan fue hasta su padre, abrazándolo mientras también lloraba.

—¿Se puede saber qué os pasa? ¿Por qué estáis llorando? ¡Hablad, me estáis asustando!

—Yo… Fuimos a ver al rubiales-nii para decirle una cosa, pero estaba discutiendo con alguien y nos fuimos —Kakashi también fue a la sala preocupado por oír a su pequeño llorar y a Obito desesperado.

—¿Te hizo algo? —tomó al pelinegro del brazo—. Dime, qué te ha hecho ese desgraciado —el de cabellos grisáceos separó a su pareja de Itachi y lo condujo a que se sentara en el sofá para que se tranquilizara y, con voz entrecortada, contó lo que escuchó—. ¡Será malnacido! Juro que en cuanto lo tenga delante lo mando derecho al hospital. ¡Sí sabía yo que no era buena persona para ti! ¿Te lo dije? Pero tú como idiota enamorado me decías que confiara en él. ¿Ya viste?

—Ya, Obito cálmate, Itachi-kun no tiene la culpa como para que te desquites con él —abrazó al pelinegro que lloraba más desolado después del griterío de su tío—. ¿Estás seguro que no se trata de alguna patraña de ese tal Sasori?

—Oí cómo le decía que se encontraba embarazado debido a que se acostaron en la fiesta de graduación. Estoy seguro que no estaba mintiendo.

—Lo mato, juro que lo mato. Y me importa bien poco que sea hijo de Minato-sensei. Lo voy a matar en cuanto lo tenga enfrente.

En ese momento llegó Sasuke, que al enterarse también escupía por su boca maldiciones y amenazas hacia el Uzumaki, jurando que le darían una buena paliza por ser tan poco hombre, mientras el Hatake los trataba de callar para que no hicieran sentir peor al pobre Itachi.

—Si es capaz de dignarse a aparecer por aquí, ni se te ocurra perdonarle, ni se te ocurra volver a caer en sus mentiras, que desaparezca de tu vida, que es lo mejor que puede hacer una escoria como él, irse con otra escoria.

—Es que, yo… Tsunade-sama me dijo que estoy embarazado…

—¿Qué? —exclamó el cabeza de familia—. Esto no puede estar pasando. Menudo fichita está hecho, no que se mete con dos a la vez, y encima los embaraza. ¡Debe responder por ti!

—Si va a responder por ese arrastrado, más derecho tienes tú —intervino Sasuke—, que eres su pareja. Por quién tiene que responder es por ti.

—Pienso ir a reclamarle, esto no va a quedar así.

—No tío, no quiero. Que se responsabilice del hijo de Sasori, no necesito nada más de él.

—Pero debe saberlo, Nii-san, es su obligación. No digo que vuelvas con él, pero sí que mínimo se haga responsable.

—¿Para qué? No quiero que lo sepa, no quiero nada de él.

—Escúchame —Obito se sentó a su lado, tomándole del rostro—, me han ofrecido un puesto en un hospital en otra ciudad, aún no he aceptado pero, ¿quieres que acepte y nos vayamos?

—¿Qué? ¡No! ¿Y yo qué? ¿Qué hay de mi relación con Naruto? —protestó Sasuke—. Si nos vamos, si no le dice nada del bebé al rubiales, ¡es hermano de Naruto! ¿Qué significa que debería dejar de salir con él? ¡No quiero!

—Sasuke, es lo mejor. Piensa en tu hermano.

—¿Y quién piensa en mí, que no tengo nada qué ver?

—Obito —intervino Kakashi—, esa no es la solución. Tiene derecho de saber que tendrá un hijo. ¿Te recuerdo nuestra historia? ¿Qué hubiera pasado? Hubieras visto crecer a Tobi-chan desde que nació. ¿Qué pasa si yo no me hubiera contactado contigo por otro motivo? Nunca hubieras sabido que tienes un hijo. Además, Sasuke tiene razón, por el simple hecho de que Naruto es hermano de Deidara, y para que éste no se enterara, tendría que dejarlo. No es justo para él.

El Uchiha calló por unos instantes, Kakashi tenía razón. Claro que hubiera dado cualquier cosa por haber visto nacer a Tobi-chan, por haber estado presente en su primera palabra, sus primeros pasos, su primer día de escuela… A nadie se le tiene que quitar el derecho de ser padre.

—No quiero huir —se secó sus abundantes lágrimas—, pero tampoco quiero que se entere.

—Itachi-kun, debe saberlo, debe responsabilizarse. Aunque no quieras seguir con él, qué mínimo que lo sepa. No tienes que perdonarle, una infidelidad es una infidelidad. Debes enfrentarle.

—En cuanto tenga los suficientes pantalones de aparecerse por aquí, se enterará de quién soy yo.

.

.

Deidara respiró profundamente antes de entrar a la gran casa de los Akasuna. Con todo el dolor de su corazón, debía hacerse responsable, ese pequeño bebé que vendría en unos meses, no tenía la culpa de su descuido.

Estaba dispuesto a casarse con Sasori, aunque con esa decisión se destrozara él y también destrozara a Itachi. Se iba a morir cuando se lo contara, le partirá el corazón, había cometido un error muy grave y las consecuencias iban en contra de su relación con el Uchiha.

Se casaría con él, pero tenía condiciones. Sólo sería un matrimonio de palabra, nunca más tocaría a Sasori, y trataría con él lo menos posible. Estaría pendiente durante su embarazo, y reconocería a su hijo y le daría su apellido, pero no tendría absolutamente nada con el pelirrojo. Solo serían dos personas que les unía un hijo, no amor ni sentimientos.

Una de las sirvientas iba a anunciarle con Sasori, pero éste dijo que iría directo a su habitación, primero quería hablar y dejar las cosas claras con él antes de hablar con quién sería su futuro suegro.

Justo cuando iba a tocar a la puerta, podía oír a través de ésta al Akasuna hablar con alguien. No sólo se sintió sorprendido por reconocer la otra voz que se encontraba en la habitación, sino también del motivo de la conversación.

—Vamos, alegra esa estúpida cara, ya tenías lo que querías, ¿no? Acabas de quitar de la jugada al cieguito y te casarás con el rubiales. La droga esa que le conseguiste echar en la copa llegó a funcionar, no se acuerda de nada y se cree que de verdad esa noche pasó algo entre vosotros —reía tumbado en la cama.

—Sí, ya sea por querer él o por obligación, he conseguido que sea mío, pero no así, no me hace gracia tener un maldito mocoso. Y la culpa es tuya —lo acusó con el dedo.

—¿Mía? No, perdona, mía no. Yo sólo te he ayudado un poco.

—Podía haber conseguido estar con Deidara sin necesidad de un bebé que ni quiero. ¿Y qué pasa si el bebé se parece a ti y no a él? Se dará cuenta que no es suyo. Por no decir que tengo más semanas de embarazo que de la noche de la graduación.

—Pues procura que se parezca a ti. Yo te ayudé a conseguir la droga y te dije el plan para que pareciera que se acostó contigo —dijo con desgano—. Así que sabes que yo no quiero saber nada de tu mocoso.

—Si no me hubieras violado las veces que querías, no tendría que aguantar ahora a un engendro. Pero se te olvida otra cosa, y es que cuando yo me case con Deidara, me iré de aquí, ¿qué piensas hacer tú? Ve pensando en largarte.

—¿Violarte? Lo disfrutabas como la perra que eres —le dedicó una fingida caricia amorosa en el rostro—. ¿Largarme? No te libras de mí ni queriendo, te recuerdo que me estás cada vez debiendo más cosas, así que me darás cada mes dinero, y me averiguarás un apartamento para mí.

—De eso nada, Deidara se terminará por dar cuenta, y entonces se te acabará todo.

—Por tu bien, procura que no se dé cuenta, o se dará cuenta misteriosamente de que le has visto la cara de imbécil —la puerta se abrió de golpe, y un puñetazo se estrelló en su boca—. ¿Qué mierdas?

—¡Sois los dos unos malditos bastardos! Ya sabía yo que, ni si quiera borracho, mi subconsciente le sería infiel a mi Ita. A ti te voy a acusar a la policía, por fin estarás tras las rejas, y tú —señaló ahora al pelirrojo, que se sentía acorralado contra la pared, temiéndose lo peor—. No te golpeo porque tengo compasión con una persona embarazada, pero eres la persona más vil y rastrera que he conocido en mi vida —Sasori sintió verdadero miedo al ver brillar de rabia los orbes zafiro—. Venía a regañadientes, a aceptar mi error, pero ahora sobra decir que no pienso casarme contigo, ni hacerme cargo de un hijo que ni es mío.

Fueron tantos los gritos de Deidara, que las sirvientas, asustadas porque le llegaran a hacer algo a su joven amo, alertaron al cabeza de familia.

—¡Tú! ¿Qué demonios haces en mi casa? ¿Qué le haces a mi hijo, desgraciado? —se fijó en que también se encontraba un chico de cabellos violetas, que no había visto en su vida.

—Su hijo… ¿quiere saber quién es de verdad su hijo? Es un maldito rastrero, ideó un plan para que yo creyera que me acosté con él y cargarme con un hijo que no es ni mío.

—¿Qué está diciendo Uzumaki, Sasori? —cuestionó con voz autoritaria—. ¿Quién es éste?

—Él, es Hidan, el verdadero padre de su futuro nieto. Él, violó a mi pareja hace unos meses, está prófugo, y su hijo lo está encubriendo. Junto a él, ideó el plan para hacerme creer a mí lo que supuestamente pasó la noche de la graduación.

—¿Es eso cierto? ¡Habla! —Sasori asintió, sin ser capaz de levantar la mirada ni mucho menos de cruzarla con la de su padre, que no aguantó más y lo abofeteó—. Me avergüenzas. Eso es demasiado retorcido hasta para un Akasuna. Llamad a la policía —Hidan trató de huir, pero Deidara lo placó para evitar que volviera a escapar. Esta vez, pagaría por todo lo que había hecho.

La policía fue llamada, y se llevó a Hidan por fin, esta vez, esperaba que no consiguiera salir con la ayuda de su padre, pero algo le decía que éste se cansó de encubrirlo y ahora lo dejaría cumplir su condena.

—Por mi parte, no habrá ni matrimonio ni reconoceré un hijo que no es mío.

—Siento mucho todo esto —se tragó su orgullo, que por culpa de su hijo, debía disculparse.

—Y no falta recordarte, reiterarte y repetirte, que no quiero verte nunca más en mi vida, déjame en paz a mí y a Itachi, aprende a perder. Me sentía muy mal pensando que era una escoria de hombre que no solo le era infiel a la persona que amaba, sino también que se había aprovechado de otra persona estando borracho —lo miró de arriba abajo—, pero ahora me das pena.

Sin más, salió de esa casa. Akasuna no Sasori para él a partir de ahora no existía, y deseaba con todas sus fuerzas no volvérselo a encontrar nunca más en su vida.

Ahora debía hablar con Itachi. Si antes tenía que contarle lo que supuestamente pasó aquella noche y el resultado de ésta, además de disculparse y pedir un perdón que sabía no iba a tener, ahora debía contarle lo que creyó que pasó, lo que en verdad no pasó y disculparse igualmente con el corazón en la mano.

El daño se lo iba a hacer igualmente, pero al menos se sentía tranquilo de saber que su amor por Itachi seguía intacto.

Respiró hondamente antes de llamar a la puerta de la residencia Uchiha, y se armó de valor. Nada más abrirse la robusta puerta, no le dio tiempo ni si quiera de abrir la boca, porque un puñetazo le fue propinado, haciéndolo trastabillar y perder el equilibrio, casi cayéndose.

—¿Y tienes la poca vergüenza de venir aquí? ¡Eres un maldito bastardo! —gritó Obito—. Vete ahora mismo de aquí y no vuelvas nunca más.

El Uzumaki, después del golpe y el recibimiento, supo que de alguna forma Itachi ya estaba enterado de lo ocurrido.

—Está bien, me lo merezco, soy consciente de ello, no voy a defenderme ni nada, lo que tenga que decir, se lo diré a Itachi, necesito hablar con él.

—No vas a hablar con nadie, mi sobrino no quiere verte más en su vida. Ya sabía yo que no podía fiarme de ti, que dañarías a Itachi en algún momento. Vete ahora mismo —le señaló la puerta, pero el rubio permaneció firme.

—Entiendo que ahora todo el mundo desee matarme, yo también reaccionaría así si me enterara de algo así —dijo cabizbajo—, pero no vengo únicamente a disculparme por todo el daño y dolor que causado con esto, sino a decir que en verdad era todo mentira.

—Mentira, no me hagas reír. ¿Cómo puedes ser tan cínico?

—Por favor, sólo pido hablar con Itachi un momento. Yo… no sé cómo empezar…

—Si tú no sabes cómo empezar, yo sí sé cómo terminar —la voz de Itachi resonó en su cabeza y le caló hasta los huesos. El pelinegro, junto con Kakashi, llegaron a la entrada—. No necesito tus disculpas, ni que yo oiga tus argumentos, no te lo mereces —se quitó el anillo que descansaba en su dedo anular, y se lo aventó—. Pensé que contigo podría por fin ser feliz, que tú no ibas a ser como los demás, pero lo has acabado siendo.

—Itachi, déjame explicarte, por favor. Con toda la razón puedes pensar que soy un bastardo, no voy a defenderme, puedes golpearme si quieres, pero sólo te pido que me escuches un momento —pidió—. Déjame explicarte las cosas, y después me mandas a paseo si quieres, te lo suplico.

—Primero voy a hablar yo. ¿Crees que es justo lo que me has hecho? Yo he confiado en ti, te abrí mi corazón cuando más me dañaron, poniendo toda mi confianza y seguridad en que tú no ibas a dañarme, te tenía como mi salvador. Yo iba muy feliz hacia tu casa, para contarte una cosa muy importante, ¿y qué pasó? Que me enteré, ¡y no precisamente por ti! De que te habías acostado con Sasori en la fiesta de graduación, ¡que ha pasado un mes y no has tenido las pelotas de decírmelo el mismo día que pasó! ¿Te ha divertido jugar conmigo? ¿Cuántas veces más me has estado engañando con él? O con cualquier otra persona.

—Itachi, yo no he jugado contigo, nunca jugaría contigo —lo interrumpió—. No te he engañado en mi vida con nadie, tienes que creerme, si sólo me dejaras explicarte…

— No, no me has engañado, claro que no. Qué pasa, que pensasteis, como está ciego, este pobre imbécil no se enterará de nada, si total, ojos que no ven, corazón que no siente, ¿no es así?

—Itachi-kun, por favor, cálmate, te estás alterando demasiado —lo intentó tranquilizar Kakashi al percatarse de la pequeña mueca de dolor que esbozó el de cabello largo.

—Pues fíjate que sí me he enterado, así que no necesito que vengas aquí pidiéndome disculpas ni de oír por qué tienes que dejarme, porque tienes que atender a tu amante y al hijo de ambos —hizo una breve pausa al sentir otro pequeño dolor—. Tranquilo, no te lo voy a poner difícil, puedes irte sin remordimiento de conciencia porque no tengas que pasar por el mal momento de no eres tú, soy yo.

—Cálmate ya —más que una orden, parecía una súplica por parte de Obito—, esto no te hace nada de bien. Pero el Uchiha siguió relatándole. Ya no sabía ni qué era lo que estaba diciendo, estaba repitiendo una y otra vez las cosas.

—¡No es mi hijo! —exclamó, desesperado porque no le dejara explicarse, haciendo así que los ojos oscuros le prestaran atención, aunque no pudieran ver la cara de desesperación que tenía—. No es mi hijo —repitió—, el muy bastardo se alió con Hidan, el hijo es de él, ya se encontraba embarazado antes de esa noche, dónde no pasó nada. Me drogaron, algo me echaron en mi bebida y Sasori se encargó de que pareciera que despertábamos juntos después de una noche de sexo.

—Qué poca imaginación tienes hasta para mentir —dijo Sasuke por fin, que hasta ahora se había mantenido al margen de golpearle y mandarle al hospital—, esa excusa es típica de telenovelas.

—¡Es la verdad! Itachi, mi Ita, tienes que creerme —se acercó a él y le tomó las manos. Cuando sintió el contacto, las retiró—, vengo justamente de la casa de Sasori, los oí, a los dos mientras hablaban. Hidan ha sido llevado por la policía, y mi supuesta responsabilidad por Sasori ha quedado disuelta. No me he acostado con él, no te he engañado con nadie. Juro que lo pensé, claro que sí, despertarse sin acordarse de nada y encontrarse ese panorama… pero ¡Dios! Nunca te he sido infiel, y no sabes lo feliz que soy de saber que no fue así.

—¿Qué? —dejó por unos instantes de hipar debido al llanto.

—¿Ahora te sientes aliviado? ¿Eres feliz por sentir así tu conciencia tranquila?

—¡Deja de meterte! —le reclamó al hermano menor. Volvió a prestarle atención a su amado—. Itachi, tienes que creerme, si quieres mis padres pueden corroborar lo que estoy diciendo, incluso ir con el padre de Sasori, lo regañó y hasta golpeó por haber hecho una cosa tan rastrera.

—Yo… no puedo creerte, yo… yo quería decirte, pero has roto mi confianza… —susurró—. Yo… —no siguió hablando, porque un inmenso dolor en su bajo vientre juntado con un fuerte dolor de cabeza, lo sacudieron—. Me duele, me duele…

No sabía dónde sujetarse; se llevó una mano a su cabeza y la otra a su vientre. Temía que algo le fuera a pasar a su bebé.

—Joder, Itachi —Obito, en un momento de lucidez, tomó las llaves del auto y se las aventó a Sasuke, que en seguida supo que debía ir con rapidez al vehículo, abrirlo y arrancarlo, mientras su tío tomó en brazos al mayor de los hermanos y salió corriendo por la puerta.

—¿Qué? ¡Itachi, qué te pasa! —se asustó Deidara al verlo desmayado.

—Si algo le pasa no solamente a él, lo pagarás muy caro —fueron las palabras amenazantes de Kakashi antes de que el rubio saliera corriendo detrás de tío y sobrinos.

No sabía lo que le pasaba a su Itachi, pero él era completamente el culpable.

Notas finales:

¡Valeeee! Primero, no justifico a Deidara, pero al menos, no le fue infiel a Itachi, así que podéis guardar las antorchas para quemar en la hoguera al rubio idiota xD Mi musa quería una idea macabra, no macabrísima xD y estaba claro que no iba a poner que Dei engañara, aunque fuera borracho y en contra de su voluntad, a mi amado bebé. De verdad que no he puesto esto de la trampa para evitar que odien a Deidara o para que se piense "ya no deberían estar juntos", en el principio del capítulo dejé el detalle de Hidan en casa de Sasori, así que por ahí había una pequeña pista con respecto a que podría ser una trampa :D

Ahora, que Itachi le perdone o no... eso ya es otra cosa. Me gusta el drama, por eso este final de capítulo. Sólo entre lo del capítulo anterior y este, no me maten xD acepto las amenazas de muerte, pero no me lleguéis a matar, porfi, en el fondo no soy tan mala xDDD 

Gracias por leer ;) 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).