Lucius Malfoy, al igual que su padre, no era partidario de las bodas arregladas para la unión de las familias sangre pura, él no quería vivir una vida de mentira al lado de una persona a la cual no amaría, él quería una historia de amor como la de sus padres, deseaba con todas sus fuerzas conocer a una persona que lo amara a él por lo que era y no solo por ser una criatura mágica o por el renombre de su familia.
Lucius esperaba que llegara el dia en que conociera a su mate, demonios, él incluso se imaginaba cómo sería su historia de amor.
Lo conocería en una de las fiestas a las que le invitaban, el caeria flechado a la primera y como buen Malfoy ocultaría su loco enamoramiento bajo una máscara de frialdad e indiferencia, seguramente luego sus más cercanos amigos se darían cuenta y lo obligarian a bailar con su destinado o ah que por lo menos le preguntará su nombre, después de ese dia lucius seguiría el rastro de su secreto amor y trataría de enamorarlo con la ayuda de los genes Malfoy, que agradece tener, sería una lucha muy larga pero el estaba seguro que conseguiría llegar a casarse y tener una bonita familia junto a su compañero de vida.
Lucius sabía que el dia que conociera a su compañero podría mostrarle ese lado cursi que todos los Malfoys ocultaban bajo la fría máscara de indiferencia que mostraban a la sociedad.
La puerta de su cuarto sonó tres veces sacándolo de sus locos pensamientos, respondió un adelante y por la puerta de roble blanco su padre, Abraxas Malfoy, se mostró.
Abraxas, el patriarca de la familia Malfoy, lucía una cara de pocos amigos que solo podía significar problemas.
— Padre. Buenas noches.
— Noches buenas, hijo mío -respondió el patriarca de la familia, sus pasos no pararon hasta estar a una distancia prudente de su primogénito- Me alegra que estés aquí tengo un asunto que discutir justamente contigo.
Para lucius no pasó desapercibido el leve suspiro que soltó su padre luego de sus palabras, prefirió no decir nada hasta que supiera la razón de la visita de Abraxas, solo se limitó a responder– Te escucho.
— Hace unos minutos una águila imperial dejó una carta, estaba sellada con el escudo de la familia Black, al abrirla me sorprendió ver mi nombre escrito.
— No entiendo padre.
— Lo que quiero decir Lucius es que recibí un acuerdo para una unión de casas.
La cabeza de lucius se volvió un lío, un acuerdo para la unión de casas no se tomaba a la ligera, era reglamento entre sangre puras cumplir con los términos de dicho acuerdo hasta pasar los siete días de cortejo que estaban estipulados dentro de este mismo, pasado el tiempo de cortejo el sangre pura convocado podria aceptar o negar el acuerdo. Lucius no estaba seguro porque su padre había sido convocado, el había dejado claramente su posición en la última reunión de sangre pura.
— ¿Que?, no pueden hacer eso, padre tu mismo lo comunicaste en la reunión de sangre puras, dijiste que mamá aún seguía con vida por lo que nunca podrías aceptar ningún acuerdo para unirte con alguien más.
— Y así será hasta el día de mis muerte Lucius, pero.
— ¿Pero que?, acaso...¿Ya no sientes a mamá?.
Lucius sabía que la había jodido en grande cuando el rostro de su padre se entristeció, quiso decir algo pero su padre habló antes que el.
— La sigo sintiendo, todas las noches sueño con ella y siento su presencia, sé que sigue viva -Los ojos de Abraxas se llenaron de determinación y Lucius se sintió como un niño pequeño al lado de su padre.
— Lo siento papá.
Abraxas acortó la distancia entre Lucius y él, envolvió a su hijo en sus brazos y con una mano acarició el sedoso y rubio cabello de su único hijo. El nunca quiso que su hijo pasara por el dolor de perder a su madre, esperaba que con el tiempo su búsqueda diera frutos y se diera la ansiada reunión entre su hijo y su querida Isis. Suspiro antes de dejar caer la noticia.
— La carta no es para solicitar una unión conmigo, es más bien para solicitar una unión entre el primogénito de la mansión Malfoy y el segundo hijo de la familia Black.
Lucius se tenso y agarró la túnica de su padre con fuerza– Debe ser una broma.
— Me temo que no Lucius -respondió su padre- tanto tu como yo sabemos que una carta de unión no puede ser rechazada hasta después de los siete días de cortejo. Debemos partir ahora si queremos terminar con esto antes.
Lucius asintió con un movimiento de cabeza y se separó de los brazos de su padre- Esta bien padre, terminemos con esto pronto.
- Alístate, respondere la carta y avisare a los elfos para que preparen la red flu.
Lucius vio a su padre salir, sacó su varita de su túnica y empezó a guardar su ropa en una maleta. Media hora después Lucius bajo con sus maleta hasta la sala principal donde su padre esperaba. Abraxas le entregó una pequeña cajita, Lucius lo miro un poco desconcertado.
— ¿Qué es esto padre?.
— Ignatus Nott me acaba de mandar los supresores de Alfa que le pedí hace unos meses.
— ¿Supresores de Alfa?, padre estoy seguro que tengo un perfecto autocontrol de mi lobo.
— Estoy seguro de eso, pero tienes que tener en cuenta que no solo tienes un Alfa dentro de ti, eres un Veela dominante Lucius, si por casualidad el menor de los Black resulta ser tu compañero destinado tanto tu lobo como tu veela se pondrán de acuerdo en reclamar a su destinado. Estoy seguro que no quieres hacerle daño a tu predestinado.
La cara de Lucius palideció de tan solo pensar en que pudiera lastimar a su compañero de alguna forma- Las tomare padre.
Abraxas sonrió ante la respuesta de su hijo, sabía que Lucius jamas haria sufrir a su futura pareja, lo había criado para ser un buen Alfa digno de respeto.
Cuando estuvieron listos, tanto Abraxas como Lucius dieron el nombre de la residencia Black, automáticamente entraron en las llamas de color verde esmeralda. El viaje fue rápido, Lucius salió de la chimenea de la familia Black junto a su padre, frente a ellos se encontraba una mujer de cabello gris, ojos negros y de piel blanca, Lucius disimuladamente evitó la mirada de la mujer, un escalofrío pasó a través de su cuerpo cuando la mujer le dedico una sonrisa, por alguna razón le pareció espeluznante. Su padre pareció notar su incomodidad y decidió salvarlo antes de que la mujer lo acuchillara con sus ojos.
Abraxas se acercó hacia la mujer, tomó la pequeña mano entre las suyas y besó el dorso de esta- Es bueno verte de nuevo Walburga.
— Lo mismo digo Abraxas -la mujer sonrió y fijó su vista hacia Lucius- Tu hijo es muy apuesto, se parece a ti.
— Gracias, aunque estoy seguro que saco la hermosura de su madre.
El leve gesto de molestia que hizo la matriarca Black no pasó desapercibido a los ojos de Lucus, pero decidió no decir nada.
Lucius imitando los pasos de su padre besó el dorso de la mujer antes de responder a su cumplido- Gracias por sus palabras Lady Black.
Walburga no respondió, en vez de eso enrollo su brazo derecho con el brazo izquierdo de Abraxas- Acompáñenme al salón principal por favor, haré llamar a mi hijo para que se presente.
Lucius no espero conocer al menor de los Black tan pronto, su padre le había dicho que era posible que el joven fuera su compañero, si ese fuera el caso no quería hacerle daño, pensó en cómo podría escapar unos minutos para poder tomar los supresores que guardó en su bolsillo, a los segundos una idea cruzó por su mente, una idea nada agradable.
— Lady Black, perdone que la interrumpa pero me gustaría ir a refrescarme antes de conocer a su hijo, como futura pareja me gustaría dar una buena impresión y lastimosamente tengo un poco de polvo de chimenea en mi cabello, podria indicarme donde esta los servicios.
La matriarca de los Black fijo su vista en el sedoso cabello de Lucius, entrecerró un poco los ojos en un intento de ver la supuesta capa de polvo que decía tener el primogénito Malfoy, al final la mujer solo asintió y mandó a llamar a un elfo doméstico.
— Kreacher lleva al joven Malfoy a los servicios, manda a llamar a Regulus y guialos después a la sala principal.
El elfo de nariz grande hizo una reverencia hacia la mujer antes de responder- Como ordene ama.
Lucius siguió al elfo hasta un pasadizo, paso por unos cuartos que tenían las puertas cerradas, hasta que pasaron por la cocina. Lucius se detuvo y miró dentro del cuarto, dos pequeños elfos corrían por todos lados, los alimentos y algunas mezclas que Lucius no conocía volaban por todo el lugar, al parecer estaban haciendo la cena que sería servida en el salón principal. Lucius miró hacia el elfo doméstico que lo acompañaba, la mirada de Kreacher era todo menos amigable, Lucius preferiría no hablarle pero tenía que hacer que el elfo se fuera.
— Kreacher, podrias llamar al joven Regulus, me gustaria tener una conversación con él antes de presentarnos.
— Amo Malfoy, la matriarca Black pidió directamente que lo llevará a los servicios y luego llamará al joven Regulus.
Lucius murmuró una maldición antes de mirar directamente hacia el elfo- Haz lo que te digo Kreacher, estoy seguro que tu ama no querrá escuchar que un elfo insolente le faltó el respeto al futuro consorte de su hijo.
El elfo tembló al escuchar la voz fría de Lucius, con un asentimiento y un “si amo” se retiró en busca del amo Regulus.
Lucius se sintió más relajado cuando el elfo desapareció con un “plop”, entró a la cocina y saludo con un hola a los elfos que se detuvieron al escuchar su saludo. Armándose de valor uno de los elfos camino unos pasos hacia donde se encontraba Lucius.
— Amo Lucius, se le ofrece algo, Itzel está a sus servicios.
Lucius miró a la cara demacrada de los elfos, un sentimiento de compasión instalándose en su pecho.
— Queria saber si necesitaban ayuda, veo que están muy atareados y me gustaría ayudar, si ustedes me lo permiten
Los elfos se miraron entre ellos, sus manitas temblando, a Lucius le pareció que escucho un golpe de un cuerpo estrellándose contra el suelo, con miedo a que los elfos se hicieran daño decidió cambiar de táctica.
— Itzel, voy a ayudarles, haré los postres y ustedes harán el menú -Lucius pudo ver como la elfina se preparaba para protestar y antes de que sucediera Lucius mencionó la palabra mágica- Es una orden Itzel, lo mismo va para tus amigos.
Los elfos se miraron, asintieron a una pregunta invisible que se formuló en sus cabezas y empezaron a repartirse el menú para la cena, Itzel le sonrió y lo dejó incorporarse al trabajo.
Lucius tenía un amplio conocimiento en el arte de la repostería, todo gracias a su madre y al curso de pastelería que tomó cuando salió del colegio. Hechizo su cabello para que ninguna hebra se cayera, guardó su túnica y sacó su varita, convocó los materiales para un Sultan’s Golden Cake y para hace algunos Macarons Haute Couture. Lucius agradeció que todo estuviera ya listo para preparar, las frutas marinadas en ron estaban en su punto listas para ser usadas en su Sultan’s Golden Cake.
Lucius no supo cuánto tiempo estuvo en la cocina, los postres y el menú ya estaban listos y el sabia que habia pasado mas tiempo del que debiera, se arremango las mangas de su camisa y se dispuso a lavar los materiales que había usado. Lucius esperaba que su padre no lo matara por hacer eso, pero en verdad necesitaba ayudar a los elfos.
De un momento a otro sintió su cuerpo inmóvil, sus feromonas saliendo con fuerza, tanto el veela como el lobo dentro de él estaban desprendiendo sus feromonas Alfas, Lucius quería saber porque estaba pasando eso, solo los elfos y él estaban en la habitación, y dudaba que alguno de los elfos fuera su pareja ya que estuvo con ellos un buen tiempo y nada había pasado. Después de unos minutos sintió al lobo y al veela calmarse, miró a todos lados pero no vio nada, tomo varias respiraciones antes de salir de la cocina, los elfos gritaron agradecimientos que él respondió con una sonrisa.
Lucius ni siquiera terminó de cruzar el pasillo que lo había llevado a la cocina cuando las alarmas sonaron, conocía ese ruido, era el que sonaba en casos de que las protecciones del castillo fueran burladas. Miro por todos lados esperando ver a alguien que pudiera explicar porque las barreras habían sido burladas.
Lucius camino con una mano en la pared cuando las luces se fueron, cuando hubo llegado al final del pasillo vio a alguien correr, sus instintos se fueron a volar cuando reconoció el dulce olor de la lluvia en la persona que pasó a su lado, su compañero, tenía que ser él. Su cuerpo se movió solo, su mente se nublo y lo unico que podia ver era una ondeante capa frente a el. Sintió que había corrido y subido las escaleras más de una vez, su pantorrillas ardían pero su deseo era más poderoso, en algún momento de la persecución había perdido a su compañero, aun asi no se rindio y siguio buscando con ayuda del rastro que captaba de la esencia de su destinado
Una de las puertas del pasillo que estaba cruzando se encontraba entreabierta, un dulce olor saliendo de esta, Lucius esperaba que nada le hubiera pasado a su predestinado. Empujo la puerta dejando ver el interior de esta, se sorprendió cuando el cuarto reveló estar completamente vacío.
Lucius estaba seguro que el dulce olor venía desde el interior del cuarto, ingresó lentamente, la sangre de su cuerpo casi desaparece cuando vio la ventana abierta, horribles pensamientos cruzaron la mente de Lucius, corrió hasta la venta y miró fuera de ella, para su alivio no había nada más que césped fuera de esta. Estaba por girar cuando sintió un tirón, su cuerpo cayó a un lado del cuarto, intento buscar la puerta para escapar pero esta estaba cerrada, Lucius miró hacia todos lados encontrándose con unos ojos que lo miraban desde la oscura esquina del cuarto
- No te haré daño, se que estas aqui, solo sal de tu escondite
Un gruñido fue la única respuesta que recibió, su parte veela picaba por salir y Lucius no sabia porque pero quería desplegar sus feromonas para calmar a la persona que estaba con el.
Extrañamente Lucius no sintió el golpe que le propinó el hombre hasta que sintió su mejilla herida, la figura del hombre se reveló mostrando lo que a Lucius le pareció la representación de la belleza, cabello rizado y negro como la noche, ojos azul eléctrico que parecían relampaguear en un desafío secreto entre él y el hombre misterioso, el cuerpo del hombre estaba cubierto solo por una túnica negra que no cubría sus pies descalzos
Lucius sintió su corazón bombear duramente cuando el hermoso hombre se desató la túnica y la dejó caer por sus desnudos hombros. Estaba perdido incluso antes de que el hombre dejará salir sus feromonas, su compañero era tan injusto.
Lucius no se movió, esperó a que su compañero lo reconociera.
El hombre frente a Lucius se posicionó encima de su cuerpo, sentándose sobre su pelvis. Las suaves y ajenas manos se pasearon por su torso, sacando pequeños suspiros por parte de Lucius.
Estuvieron así unos minutos hasta que Lucius decidió que era momento de averiguar quién era la hermosa criatura que estaba sobre el
– Hey bonito ¿Como te llamas?
Ni bien terminó de preguntar Lucius supo que la había jodido. El hermoso hombre se soltó de él como si fuera alguna cosa horrible y corrió a la esquina más cercana, lejos de Lucius .
Quizás no fue el mejor momento para empezar a hablar