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Fugitivos II: ¿Una razón para vivir? por diidi1897

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Notas del capitulo:

¡Hola!

 

Anteriormente…

Esos dos nudos continuaban en mí.

Después de que di las malas noticias, decidimos reunirnos en la sala para empezar con el plan y durante la madrugada nos dimos a la tarea de revisar la seguridad que los campos proporcionaban.

Cuando dieron más de las 3 de la madrugada, Maxim se quedó a hacer la primera guardia mientras todos intentábamos descansar, pero nadie lo consiguió.

A las 9 de la mañana, cada uno de nosotros se dedicó en guardar las pertenencias que queríamos llevar al nuevo lugar que Sean nos había conseguido en Alemania, porque sí, debíamos salir definitivamente de Rusia. Cuando Maxim y yo revisamos el correo que Sean envió, nos encontramos con una clave para el retiro de dinero en efectivo, el cual iba a servirnos para comprar nuestros boletos de avión; también venía incluida la dirección del nuevo lugar en donde íbamos a quedarnos.

Justo en ese momento, estábamos llevando a cabo nuestra última cena en la fábrica. Habíamos decidido que no podíamos esperar más días a pesar de que ya contábamos con un plan; esa noche nos íbamos para siempre. Por supuesto que no todo era tristeza porque decidimos celebrar la noticia del alta que le dieron a Dany. Todavía no sabíamos los detalles, pero esperábamos saberlos en cuanto llegáramos a Alemania.

Serví en el plato de Lucy las setas extras que me había pedido y al mismo tiempo mi celular vibró en mi bolsillo derecho. Dejé a un lado el plato y tomé mi celular para revisar las notificaciones y me encontré con una señal de alarma por parte de uno de los campos de protección que la fábrica tenía alrededor. Esa mañana había conseguido conectar las señales que llegaban a mi computadora para que también me llegaran al celular en forma de notificaciones.

No me dio tiempo ni de leer la notificación cuando algo rozó mi brazo.

 

Narra Ana

El plato con las setas cayó al piso y yo me hinqué rápidamente mientras cubría con mi otra mano la zona en donde ese “algo” había rozado mi brazo. No pasó mucho tiempo cuando mis dedos empezaron a mancharse con mi propia sangre

-¡Ana!-escuché el grito de August llamándome y reaccioné. Me encontré a todos hincados en el piso y hablando entre ellos. Sus rostros eran de sorpresa y de preocupación

-¡12 se acercan por el lado norte!-Maxim gritó y lo encontré con sus poderes activados revisando el exterior de la fábrica

-¡12 por el lado Este!-Claudio le siguió y ambos empezaron a darnos detalles de lo que sucedía en el exterior.

Lo que conseguí entenderles fue que la fábrica se encontraba rodeada en su totalidad. Si bien todavía no se alejaban lo suficiente del campo, nos encontrábamos en desventaja por la cantidad de soldados que se acercaban por todas partes. Seguramente fue algún francotirador el que me había herido, pero mi campo me había protegido.

Cada que un proyectil conseguía atravesar el campo, éste era desviado apenas unos cuantos milímetros para evitar dar en el blanco. Así de efectivo era el campo

-Vámonos de aquí-August llegó en cuclillas a mi lado y me tomó del brazo sano para que ambos nos moviéramos fuera de la cocina.

Cuando todos nos encontramos en la sala y todavía estábamos en cuclillas, Maxim gritó con fuerza

-¡No se levanten!-comprendimos su indicación y permanecimos en la misma posición. Yo no escuché ningún sonido, ni siquiera nuestras respiraciones que hace unos momentos habían estado alteradas, pero después todo pasó de la calma a unas ráfagas de balas que rozaron peligrosamente nuestras cabezas hasta el grado en que fui capaz de escuchar el zumbido que sus velocidades provocaban. Los proyectiles eran de diversos calibres y como algunos de ellos pasaron por y a través de las escaleras de la sala, poco a poco fueron haciéndola pedazos. Los trozos de la madera salieran volando por todas partes.

Ver cómo era destruida ante mis ojos provocó que mi pecho se comprimiera.

¿Cuántas veces había utilizado esas escaleras? ¿Cuántos de nosotros habíamos subido y bajado por ellas?

¿Así iba a ser?

El tiempo y el abandono se habían encargado de maltratarlas, pero gracias a nosotros, tuvo una nueva oportunidad y ahora… estaba desapareciendo y destruyéndose conforme los proyectiles la iban perforando sin importarles todo lo que significaba para nosotros.

Esas escaleras habían sido las que nos dieron la bienvenida a la fábrica, fueron lo primero que vimos cuando llegamos…

-¡Ana!-escuché a August a mi lado y entonces mis sentidos volvieron a enfocarse en todo el ruido que había a nuestro alrededor-¡Vamos a mi auto!-me tomó de la mano y volví a ser consciente de lo que estaba sucediendo y también del dolor punzante que tenía en mi brazo que ahora estaba empapado en sangre ¿Con qué me habían herido? Eso no parecía el rozón de una bala.

Observé a mi alrededor y me encontré con las paredes repletas de agujeros. Al ver los dos sillones de la sala hechos pedazos, sentí un profundo dolor en mi pecho. Eso no estaba para nada bien.

Las balas continuaron haciendo añicos todo mueble o pequeño adorno que había en la sala.

Estaban destruyendo todo…

-¡Debemos defender la fábrica!-me senté en el piso para hacer que August no me llevara. Él volteó a verme

-¡Muévete!-haló de mí, pero negué

-¡Defendamos la fábrica, August!-le grité-¡No podemos permitir que la destruyan!-August me observó como si me hubieran salido otros 2 pares de ojos y mi piel fuera de color verde

-¡No!-negó con la cabeza-¡Vámonos!-volvió a halar de mí, pero yo eché todo mi peso hacia atrás para evitar que me moviera

-¡Voy a detener a esos idiotas!-le grité e intenté zafarme, pero no me soltó

-¡Olvídalo, no!-August me tomó con fuerza y de nuevo intenté liberarme. Ambos empezamos a forcejear

-¡Ana, August! ¡Apresúrense!-James nos gritó desde el otro lado de la sala. Ahí era precisamente a donde debíamos llegar para salir por una puerta que nos llevaría al cuarto de máquinas y después, a la parte trasera de la fábrica en donde estaban los dos automóviles que habíamos llenado con todas nuestras pertenencias

-¡Peleemos contra ellos!-hablé con esfuerzo por estar intentando que August me liberara-¡Podemos ganarles!-

-¡Vengan aquí, ya!-James volvió a gritarnos y en ese instante conseguí que mi muñeca sudorosa se resbalara del agarre en el que August la tenía. De inmediato hice una pirueta y conseguí tomar distancia

-¡No!-grité mientras les daba la espalda y, estando todavía en cuclillas, retorné a la cocina.

Las balas continuaron “lloviendo”, pero yo conseguí llegar a donde estaba el fregadero. Encontré mi sangre en el piso y sin que eso me importara, me acosté por completo para empezar a mover mis manos y atraer el agua que viajaba debajo de la cocina.

Las tuberías no tardaron en romperse por la presión que creé y el agua la mantuve flotando a mi alrededor, además, también controlé el agua que estaba “ansiosa” de salir para evitar que la cocina se inundara. Mientras mis poderes hacían su parte, empecé a planear algo y no tardé en llegar a la conclusión de que primero debía poner a prueba la fuerza de mis poderes contra la fuerza de impacto que esos proyectiles tenían, así que creé una pared de agua sobre mi cabeza y vi que las balas cada que entraban en contacto con el agua, perdían su fuerza y quedaban flotando en su interior

-Bingo-sonreí y no tuve ninguna duda; mis poderes podían detener esos proyectiles que parecían letales, pero no eran más que balas convencionales.

Me levanté y quedé totalmente protegida por cuatro paredes de agua. Una pared me cubría del frente, otra atrás y las dos restantes cubrían mis costados porque las balas de verdad, de verdad venían de todas partes. Pero todas las municiones que buscaban herirme, terminaron flotando a mi alrededor gracias a mis poderes.

Estiré cada uno de los dedos de mis manos hasta tensarlos por completo y poco a poco empecé a “sentir” todos aquellos ríos, riachuelos y cualquier forma natural en el que el agua se transportaba alrededor de la fábrica; incluso llegué a “sentir” el agua de la laguna.

¿Podría atacarlos con toda esa cantidad de agua que tenía a mi disposición?

Tal vez sí, tal vez no...

-Necesito a los demás-murmuré al caer en cuanta de que iba a ser arriesgado atacar sin que pudiera “ver” al enemigo. Si Tom, Maxim o Claudio estuvieran conmigo, ellos podrían guiarme con ayuda de sus poderes para dar golpes certeros y no desperdiciar energía, pero seguramente ahora estaban acomodándose en los automóviles.

Suspiré.

¿Qué podría hacer?

Pensé durante un momento y después me di cuenta de que los disparos habían cesado. Todo volvía a estar en calma, pero la diferencia era que ahora las paredes y todo lo de la cocina había quedado totalmente destruido por esos miles de agujeros que se habían encargado de quitarle la vida a absolutamente todo.

Observé una vez más mi alrededor y lo que jamás llegué a imaginar, sucedió. Mis ojos se llenaron de lágrimas y empecé a llorar en silencio porque no iba a ser capaz de salvar la fábrica. No iba a ser capaz de rescatar al primer lugar que consideré como mi hogar, el lugar en donde conocí a mis mejores amigos con los que todavía tenía muchos planes en mente, el lugar en donde viví momentos increíbles por primera vez y en donde tuve una rutina muy tranquila, pero demasiado increíble.

Todos los días habían sido increíbles. Absolutamente todos y cada uno de ellos.

Despertar a medio día con el sonido de los pájaros que siempre eran mitigados por los gritos que todos daban porque, o querían algo o no estaban de acuerdo con algo, también siempre me gustó ver todo el esplendor del bosque desde mi ventana, caminar entre el bosque, tocarlo, observarlo en su totalidad e incluso olerlo.

Amaba la fábrica porque siempre fui capaz de utilizar mis poderes con total libertad y sin miedo de ser capturada o juzgada porque eso no era lo “normal”.

Sonreí.

Normal. Yo no me consideraba una chica normal, de hecho, ninguno de los que estaban a mi lado lo eran y así los quería porque ellos también me aceptaban con todo y mi anormalidad. Me querían con todos mis defectos.

Suspiré.

Ahora caía en cuenta de que no fue buena idea regresar.

Había elegido la fábrica y no a mis seres queridos. Sobrepuse un lugar que sí, era especial, pero consiguió ese toque especial gracias a las personas que me rodeaban porque eran precisamente ellos los que le daban un significado. Ahora no importaba, podría llegar a un nuevo lugar y todos nosotros íbamos a convertirlo en especial.

Los recuerdos que hice en la fábrica permanecerían en mi mente y me encargaría de atesorarlos junto a todos ellos.

Había cometido un error y debía enmendarlo. Primero…

-¡Ana!-escuché en medio de un grito mi nombre y después caí de manera brusca sobre el piso porque alguien me tacleó, ese alguien incluso cayó sobre mí. No pasó mucho tiempo cuando escuché una fuerte explosión que parecía haberse detonado en el patio de la fábrica, justo a un lado de la cocina. El piso tembló bajo mi cuerpo y entonces me desconcentré, así que toda el agua que había mantenido bajo control salió disparada por todas las direcciones posibles que ella misma se encargaba de encontrar-¿Estás bien?-la persona que me “golpeó” me tomó de los hombros y me di cuenta de que se trataba de August.

Sonreí cuando lo vi con el cabello totalmente mojado gracias al chorro de agua que caía cerca de nosotros

-¡¿Por qué estás sonriendo?!-su rostro de preocupación cambio en un instante al de enojo, pero no dejé de sonreírle porque August se veía muy bien con ambas facetas. Él daba miedo a otras personas cuando se “enojaba”, pero no a mí

-¿Regresaste para ayudarme?-él se enderezó y primero observó hacia lo que había a mis espaldas, después su atención volvió a mí

-Regresé para obligarte a subir en el automóvil de mierda ¿Estás loca?-me agitó de los hombros y entonces regresé a la seriedad del momento

-Perdón-él me soltó-Quise hacer algo para salvar la fábrica, pero creo que fue un error-

-Claro que lo fue-August se separó por completo de mí para empezar a observar a nuestro alrededor. Lo imité y me di cuenta de que una de las paredes de la cocina tenía un enorme agujero que nos permitía ver con claridad una parte del bosque ¿Qué habían hecho esos hijo de puta?-¡Tom! ¿¡Ya puedes leer sus mentes!? ¿¡Qué están planeando!?-observó hacia su espalda y seguí su mirada.

En la parte donde se encontraba la puerta que dividía a la cocina de la sala, me encontré con Tom asomándose. Ambos cruzamos miradas, él me puso los ojos en blanco y después regresó su concentración

-¡Están utilizando esos malditos cascos que me lo impiden!-Tom le respondió

-¡Y todavía mantienen la formación de 12!-escuché la voz de Maxim y lo encontré asomándose en el otro extremo de donde se encontraba Tom ¿Él también había regresado?

-¡Cúbranse!-escuché el grito de alguien más que me pareció era de Claudio.

Inmediatamente después de su indicación, otra explosión llegó y ahora fue el turno del techo para derrumbarse por completo. Lo vi caer en cámara lenta y creí que iba a quedar aplastada por todas esas varillas metálica y la madera, pero cada cosa fue detenida por una gran cantidad de relámpagos que salieron de las manos de August. Poco a poco las varillas y la madera empezaron a derretirse por la increíble temperatura que sus poderes poseían

-¡Muévete!-August me gritó y de inmediato empecé a correr hacia donde se encontraban ocultos los demás. Me quedé del lado en donde Tom estaba

-Qué tonta-fue lo primero que me dijo en cuanto llegué a su lado-Y aparte de tonta, loca-continuó recriminándome y no me resistí

-No te pedí que vinieras por mí-

-Pero aquí estoy-él se volteó por completo y ambos quedamos de frente

-¿Entonces quién también es un tonto?-coloqué mis puños en mi cadera

-¡Tú eres la reina de los tontos!-Tom explotó

-¡Entonces soy tu reina!-también exploté

-¡Ya cállense!-de nuevo escuché la voz de Claudio. Observé sobre el hombro de Tom y me encontré con Maxim y Claudio que estaban ocultos en el otro extremo de la puerta.

Maxim nos veía con una sonrisa en su rostro y Claudio con una pequeña sonrisa, pero con las cejas fruncidas

-¿!August, necesitas una mano!?-Maxim gritó mientras se asomaba hacia la cocina

-¡Necesito que me digan cuántos nos están rodeando!-August le respondió y entonces Maxim y Claudio empezaron a ayudarlo

-¿Y los demás?-le pregunté a Tom mientras los otros tres continuaban dándose indicaciones de lo que estaba pasando en el exterior de la fábrica

-Heinz y James se quedaron con Lucy y Ben. Ellos ya están en el automóvil, pero no pueden salir y arriesgarse a que les disparen-suspiró-Quise quedarme con ellos porque tal vez no soy de mucha ayuda aquí, pero los refuerzos no están de más ¿Verdad?-asentí.

En esos momentos ni Heinz ni Tom iban a poder ayudarnos, pero Tom regresó a pesar de saberlo y Heinz de seguro estaba cuidando las espaldas de James, Lucy y Ben con ayuda de todos los conocimientos que había adquirido durante sus encargos.

James podría sernos de mucha ayuda en ese momento, pero comprendía que su prioridad era mantener a salvo a su familia

-¡August! ¡Debemos movernos de este lugar!- Maxim gritó y escuchamos otro estruendo que pareció provenir de la parte delantera de la fábrica. Observé hacia donde estaba la puerta de metal y la encontré con una gran abolladura justo en la mitad; parecía que había resistido la explosión del exterior, pero no iba a soportar otra.

Aunque parecía algo negativo, yo lo vi como una buena oportunidad que debía ser aprovechada

-Vamos a un lado de la puerta-le dije a Tom

-¿Por qué? Aquí estamos bien y a salvo. Esperemos a que ellos se encarguen-

-Entonces iré sola-la respuesta estúpida de Tom no iba a detenerme.

Con todo y el ruido para nada conciliador que había alrededor, me asomé sigilosamente hacia la cocina y me encontré con August junto a sus relámpagos intentando hacer quien sabe qué cosa en esa parte de la cocina; parecía que estaba atacando a los que se encontraban fuera de la fábrica.

No vi mucho avance en ese tipo de ataque así que, dando dos grandes zancadas, conseguí llegar al otro lado de la puerta

-¿A dónde vas?-cuando pasé justo en frente de Maxim y Claudio, el último me tomó del antebrazo y consiguió detenerme

-Voy a la entrada, saldré al patio y los atacaré directamente-por ahora, ese era mi plan.

Bastante precipitado, pero no podía pensar en algo mejor. Tal vez Maxim y Claudio no “tenían problema” porque podían ver lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor, pero yo no. Y yo necesitaba ver al enemigo, necesitaba estar frente a él para utilizar plenamente mis poderes y para saber cómo actuar

-Olvídalo, tenemos que salir de aquí. No vamos a poder contra ellos, son bastantes-ahora fue el turno de Maxim para intentar detenerme

-No tiene caso que escapemos si no hacemos algo aquí-expliqué con calma-Si nos vamos en los automóviles, van a perseguirnos y puede ser más peligroso, podríamos involucrar a personas que nada tiene que ver con esto-

Una persecución en carretera era peligrosa porque debíamos protegernos de los ataques, intentar tomar distancia, contraatacar, conducir con maestría para evitar estrellarnos y, además, tomar las mejores desviaciones para evitar llegar a un lugar sin salida o toparnos con el tráfico porque sí, en la vida real el tráfico existía. No estábamos en ninguna película y mucho menos íbamos a poder hacer uso de pantalla verde para recrear las mejores escenas de persecución de “Mad Max, La carrera de la muerte o Rápidos y furiosos”.

Claudio y yo observamos a Maxim. Él guardó silencio durante un momento hasta que lo vi negar levemente; entonces di mi último empujón

-Tampoco podemos arriesgar a que Lucy y Ben estén en medio de la persecución, por lo menos aquí tienen en dónde resguardarse-elevé una ceja-Si nosotros nos vamos, quedarán más desprotegidos porque no podremos hacer nada para cubrirles las espaldas a James y Heinz si se quedan-y lo más obvio era que James se quedaría, pero no podíamos dejarlo desprotegido por completo.

Maxim me observó y después suspiró mientras apartaba lentamente su mirada

-Lo intentaremos-habló entre dientes y sonreí de emoción-Pero-volteó a verme-Sigue mis instrucciones. Estás actuando como una novata-me “reprendió”.

Estuve de acuerdo con su observación ya que ese día no estaba tomando las mejores decisiones

-¡Tomás!-Maxim alzó la voz-¡Ven aquí!-giré un poco y, en menos de 30 segundos, los cuatro nos acomodamos en un círculo para llevar a cabo la retroalimentación en equipo

-¿Y ahora qué?-sonreí ante la pregunta pesimista de Tom

-Sabemos que los únicos que pueden ayudar por ahora son August, Ana y James. Yo podría intentar algunas cosas, pero no les aseguro nada-aclaró-Tendremos que atacarlos con todo lo que tenemos para evitar que ingresen por completo a la fábrica porque es el lugar más “seguro” por el momento-asentí y Maxim me observó-Ana, tendrás que ponerte de acuerdo con August-asentí-Ustedes tienen su forma de trabajar y como sus poderes son de largo alcance y precisos, podrán encargarse de varios en un solo ataque-volví a asentir-Hagamos que James creé una distracción mientras ustedes dos se ponen de acuerdo y después regresará con Lucy-observó hacia Tom-Utiliza tus poderes para explicar esto a todos e intercambia lugares con James. Tú y Heinz se van a encargar de proteger a Lucy y a Ben por ahora-

-¿Y yo? ¿Qué voy a hacer?-todos observamos a Claudio

-Ve con Tom y mantenlos informados de lo que pase cerca de ellos-Claudio asintió-Tom, serás el encargado de intercambiar la información entre los dos equipos que he creado-

-De acuerdo-

-¿Tienen alguna duda?-Maxim nos observó a cada uno. Todos negamos-Entonces, actuemos-

Y como si esa última palabra fuera nuestro grito de guerra, cada uno de nosotros se movió hacia el lugar en donde debíamos estar.

Regresé mi atención a la cocina y me encontré con el lugar inundado y con August envuelto entre sus relámpagos. La luz que emitía me pareció demasiado deslumbrante.

Avancé con precaución hacia él y, de un momento a otro, sus relámpagos disminuyeron progresivamente en cantidad hasta que volteó hacia donde me encontraba, al parecer Tom ya había hecho una parte de lo que le tocaba al explicarles el nuevo plan

-¡Utilicemos “el látigo”!-gritó

-¡¿El látigo?!-quise reafirmar lo que creí haberle entendido porque con todos esos ruidos de choques “metálicos” que se creaban a su alrededor tal vez podría llegar a confundir las palabras.

August asintió.

Como él era el creador de esos ruidos, él no se veía afectado por completo

-¡Intentémoslo!-volvió a gritar y asentí

El látigo era una técnica que habíamos creado recientemente durante nuestros momentos de descanso. Para los dos, descansar era utilizar nuestros poderes a lo estúpido, pero en algunas ocasiones nos servía de entrenamiento, para crear algo nuevo y mejorar nuestra sincronización. El látigo había nacido durante ese momento y se trataba de la combinación horizontal de nuestros poderes

-¡Vamos al patio!-le grité y él asintió.

Inmediatamente después de que August cesó sus relámpagos y solo quedó envuelto por ellos, vi que varias bolas de fuego de tamaño mediano se encargaron de incendiar una parte del bosque. Esperaba que esa distracción que de seguro era provocada por James estuviera bien controlada.

Ambos salimos de la cocina y nos encontramos con Maxim

-¿Siguen avanzando?-August le preguntó, pero los dos continuamos con nuestro camino hacia la puerta principal de la fábrica

-Mantienen la formación de 12 ¿A dónde van?-respondió y también empezó a seguirnos

-Debemos tener espacio para utilizar una técnica que puede servirnos-le expliqué

-¿Van a salir de la fábrica?-él se detuvo y August también. Lógicamente tuve que imitarlos, pero yo ya estaba ansiosa de salir y ver a los enemigos con mis propios ojos

-¿Pasa algo?-August preguntó y ambos observamos a Maxim

-Son muchos los que se acercan-

-¿Cuántos son “muchos”?-cuestioné y Maxim suspiró

-Más de 100-nos observó intercaladamente, pero no mencionamos nada al instante. Después de un corto silencio, August y yo volteamos a vernos

-Creo que no son muchos-August dijo con una expresión de “No importa”

-Sí, no son tantos. Creí que podrían ser más-mencioné y August asintió. Ambos volvimos a observar a Maxim

-¿No se les hacen muchos?-preguntó con ambas cejas arqueadas.

August y yo negamos

-Podremos contra ellos-August le dio un golpe amistoso en el hombro y continuamos con nuestro camino

-De acuerdo… -escuché a Maxim-Justo del otro lado de la puerta se van a encontrar con 25. Están hablando por radio con los que vienen por la parte trasera de la fábrica, se están poniendo al tanto del incendio que hay en el bosque-

-Esa es nuestra distracción-mencioné

-Saquemos provecho de la puerta-dijo August y sin que tuviera que explicármelo, entendí a lo que se refería.

Primero separé mis piernas para un mejor apoyo y después estiré ambos brazos hacia adelante, entrelacé mis dedos y empecé a moverlos en círculo con sincronía. Poco a poco fui incrementando la velocidad de los giros hasta que sentí la humedad nacer en mis hombros y después me recorrió por el largo de mis brazos hasta que las palmas de mis manos se empaparon. El agua escurrió de entre mis dedos en forma de tentáculos que empezaron a entrelazarse hasta que su distancia llegó al metro y medio de largo.

El agua continuó llegando a mí hasta que el “brazo” de agua que creé, empezó a engrosarse más.

Observé hipnotizada los movimientos del agua y sonreí ante lo que era capaz de crear.

Me fascinaba.

 

Narra August

Observé la creación de Ana y cuando ella volteó a verme, supe que era mi turno.

Estrellé ambas palmas de mis manos y un trueno se escuchó. Froté con velocidad las palmas y pequeños relámpagos empezaron a enredarse entre mis dedos.

El tamaño de los relámpagos incrementó de un momento a otro y entonces fue momento de introducirlos en el brazo de agua que Ana había creado. El torbellino recibió sin ningún problema todos mis relámpagos que de inmediato se tornaron rojos.

Me parecieron líneas de lava que se mantenían con vida entre toda esa cantidad de agua. Ambos elementos se movían vigorosamente porque parecía que anhelaban salir disparados por todas partes, pero Ana y yo los estábamos manteniendo bajo un buen control

-¿Lista?-le pregunté y ella asintió

-¡Hagámoslo!-de un momento a otro, Ana dio un impulso con sus piernas y ese remolino se dirigió hacia la puerta la cual salió disparada hacia atrás por el brusco impacto que recibió.

Ambos salimos hacia el patio y encontramos a la escuadra conformada por 25 personas que vestían ropa negra. Portaban su casco negro, un chaleco antibalas gris y botas negras. Todos ellos se encontraban dispersos en el patio frontal de la fábrica porque habían recibido directamente el impacto de la puerta ya que no se lo habían esperado.

Algunos empezaron a reaccionar y entonces fue momento de la siguiente fase de nuestra nueva técnica.

Ana separó ambos brazos al mismo tiempo en que mis manos también lo hacían. Me coloqué detrás de ella con una distancia de un metro y ambos observamos nuestra creación.

Dos tentáculos enormes que se “retorcían” como gusanos fueron creados. Cada uno era un torbellino de agua con varios relámpagos con tonos rojos y anaranjados en su interior

-¡Vienen los refuerzos!-gritó Maxim a mis espaldas

-¿¡De qué lado!?-grité

-¡Derecha!-solo eso bastó para que Ana y yo moviéramos nuestras manos derechas al mismo tiempo. Primero tomamos impulso y el “gusano” de ese lado se encogió para después extenderse como de un látigo se tratase. El movimiento se creó justo cuando los refuerzos empezaban a llegar.

Ana y yo abatimos a todos con un solo golpe.

Maxim continuó dándonos las indicaciones oportunas y poco a poco la cantidad de escuadras que llegaban hacia donde nos encontrábamos fue disminuyendo.

Y justo después de que Maxim nos indicara que ya no había más enemigos rodeándonos, dos helicópteros negros y de gran tamaño empezaron a sobrevolarnos a muy baja altura. Los árboles y el fuego de James empezaron a agitarse por las grandes corrientes de aire que empezaban a crearse a nuestro alrededor

-¿¡Y ahora!?-le grité a Ana

-¡Tenemos que derribarlos!-dijo sin titubear y sonreí.

Ese día, Ana andaba excepcionalmente muy envalentonada

-¡A tus órdenes!-respondí con los ánimos reactivados

-¡Primero el que está sobre nuestras cabezas! ¡Lo haremos con los dos tentáculos a la cuenta de tres!-me preparé-¡Uno!-fijé el objetivo-¡Dos!-agregué intensidad a mis relámpagos y por un momento, el agua tuvo tonalidades verdes que desaparecieron en un santiamén-¡Tres!-Ana gritó por el esfuerzo que hizo para volver a juntar sus manos y yo la imité.

Obtuvimos un tentáculo que dirigimos hacia el helicóptero como si de un taladro se tratara.

El espectáculo fue maravilloso.

El helicóptero tuvo movimientos parecidos a una convulsión, después se tambaleó de un lado a otro y finalmente explotó en el aire.

Los pedazos salieron volando por todas partes así que me encargué de que una capa de relámpagos protegiese a Ana, Maxim y a mí

-¡Ahora el otro!-Ana mencionó con euforia desbordante y no tardamos en colocar al segundo helicóptero como nuestro nuevo objetivo.

Utilizamos la misma técnica y el helicóptero obtuvo el mismo resultado que el anterior

-¡Sí!-Ana celebró con un brinco y volteó a verme mientras deshacía sus tentáculos de agua.

Yo también me deshice de los relámpagos.

-¡Eso fue demasiado fácil!-se acercó a mí con una sonrisa de oreja a oreja y noté el tono rojo que había en su piel por el reciente esfuerzo-¡Creí que estábamos tratando con expertos y no con ineptos!-me reí ante su burla

-Lo que pasa es que eres muy buena en esto-Maxim también se reunió con nosotros

-Así es-Ana elevó su barbilla, colocó sus puños en la cadera y sonrió con orgullo. Después sonrió y esa parte presumida de ella se hizo a un lado para darle paso a su sonrisa avergonzada por los cumplidos que Maxim continuó dándole

-Pero tú tampoco te quedas atrás-Maxim me dio varias palmaditas en la espalda-Hacen un buen equipo-asentí y sonreí.

Mi mirada regresó a Ana y la encontré observándome. Su sonrisa incrementó de tamaño cuando cruzamos miradas

-Somos un buen equipo-ella colocó su mano sobre mi otro hombro y entonces me percaté de que todo el fuego se había extinguido

-Vayamos con los demás-indiqué mientras empezábamos el regreso al interior de la fábrica.

Escuchamos un chirrido y los tres nos detuvimos cuando vimos que del lado izquierdo de la fábrica salió el automóvil de James a gran velocidad, pero frenó tan repentinamente que levantó una gran cortina de polvo a su alrededor

-¡Oigan! ¡Vámonos!-Tom se asomó por una ventana trasera-¡Están a nada de llegar más refuerzos!-el automóvil avanzó otro poco más y atrás de él apareció mi automóvil que era manejado por Claudio

-¡Suban!-ahora fue el turno de Claudio para gritarnos desde la ventana

-Vámonos-dije y los tres empezamos a trotar hacia mi auto.

Apenas y dimos 4 pasos, cuando escuchamos varias detonaciones. Giré y me encontré con un infeliz que había sido herido por el “látigo”, pero al parecer continuaba con fuerzas para utilizar su arma.

Me encargué de terminar con él al atravesarlo con un relámpago

-¡Apresúrate August!-Maxim me gritó y mi atención regresó a ellos. Vi a Ana subirse en los asientos traseros y dejarme la puerta abierta. Maxim se subió en el lado del copiloto.

Corrí y en menos de 5 segundos los cuatro nos encontrábamos dentro del automóvil que Claudio se encargó de conducir con velocidad para alejarnos por completo y para siempre de la fábrica.

Todavía me encargué de vigilar nuestro alrededor hasta que llegamos al inicio de la carretera y solo en ese momento, me permití suspirar con alivio.

Me acomodé en el asiento y sentí que Ana recargaba su cabeza sobre mi hombro

-¿Cansada?-le pregunté con una sonrisa

-¡Eso estuvo de infarto!-Maxim gritó con emoción-¡De verdad! ¡WOW!-me reí ante las expresiones de su rostro-¡Cuando hicieron explotar los helicópteros! ¡Demonios!-Maxim continuó emocionado-No pude hacer más que verlos con la boca abierta-se carcajeó y yo le seguí.

Me percaté de que el automóvil bajó un poco de velocidad

-Ana…-el automóvil se detuvo por completo porque Claudio giró sobre su asiento en un santiamén. Él observó hacia donde Ana se encontraba-August, su temperatura está descendiendo-Claudio abrió de sobremanera sus ojos y entonces reaccioné.

Giré y tomé a Ana por los hombros

-Ana, Ana-la agité un poco y entonces el brazo que reposaba tranquilamente alrededor de su abdomen se deslizó a un lado. Pude ver la gran mancha de sangre que había en su playera.

La mancha abarcaba desde sus pechos hasta su abdomen

-Oh no-Claudio se cubrió la boca con su mano

-Por dios, Ana-la tomé del rostro y la encontré con los ojos cerrados y la boca entreabierta-¡Ana!-

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer!

Cuídense por favor <3


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