pov Ijuuin
Aquel día, aquel día lo recordaría como la tragedia peor contada de mi maldito mundo. Odiaba esto, odiaba estar lejos de Misaki, odiaba ser tan cobarde.
El solamente me había dado años de felicidad, había sido mi incondicional, me había amado cuando ni yo mismo lo hacia ¿y ahora? Me encontraba solo, sin el amor de mi vida, sumido en la amargura y la soledad, escuchando las mismas reglas de mis padres una y otra vez.
-¿y? ¿Que se siente que te arrebaten al amor de tu vida?-Kirishima me miraba con odio y yo sabia muy bien la razón. Patético
-es devastador- quería llorar, sin el no era nada, si el no consigo vivir.
-pues así me sentí yo cuando tu me quitaste a Yokozawa. Confíe en mi mejor amigo y me queme. Tenia que pagártelo con la misma moneda- siempre estuve atado a lo que los reyes esperaban de mi por lo que aquel día cuando mi padre los descubrió yo no hice nada por cubrirlos, sino que confirme la relación que tenían.
-veo que sigues resentido por eso- sus ojos irradiaban chispas y sin poder reaccionar el me arrincono contra la pared.
-siempre lo estaré. Hasta no saber donde esta jamás te perdonare por lo que hiciste- sin mas me soltó y yo me sentí un humano miserable
-¿no has vuelto a saber nada de el?- Yokozawa era hábil. Se había escapado del carruaje en donde lo llevaban y jamás se supo de el lo que desbastó a mi ex mejor amigo.
-no te interesa- merecía todo lo que me estaba pasando, merecía ser considerado una mierda, todo por mi debilidad.
Así estuve todos aquellos días, no quería comer, no quería nada, simplemente odiaba mi vida.
-solo…quiero decirte algo- Manami, ella no me había dirigido la palabra desde que Misaki fue desterrado
-puedes hacerlo- ya nada quedaba
- jamás te perdonare el haber lastimado a mi hijo de esa forma. Espero que sufras, que tu corazón se apague poco a poco hasta ya no quedar nada. Eres una escoria- su tono sonaba tan desgarrador, lo extrañaba, al igual que yo. Sin Misaki el reino era un lugar oscuro.
-lo se…ni yo mismo puedo perdonarme- y mirándola a los ojos me levante y salí de mi cuarto a la sala del trono en donde debía interpretar el papel del hijo perfecto.
-Ijuuin cariño, ya tenemos la prometida perfecta para ti- mi madre sonreía mientras me presentaban a aquella princesa, la cual jamás se compararía a mi amor prohibido.
- mucho gusto. Soy Sakura. Es un placer estar delante del príncipe Ijuuin- ella era perfecta, rubia, de ojos celestes, porte fino y una elegancia sin igual.
-el placer es mío- sin embargo cuando conoces el amor ya no te importan los defectos, sino que aprendes a amar cualquier cosa de esa persona.
-llévala a pasear por el parque hijo. Yo y su padre tenemos cosas de que hablar- sin mas ambos nos fuimos, obedeciendo las reglas que nos imponían, sin derecho a opinar.
“toma esta rosa. La ultima vez que estuviste aquí no pude dártela” sus preciosos ojos, su carita inocente, ahora lo había perdido, y para siempre
-¿príncipe? ¿Se encuentra bien? lo noto distraído- no quería pensar en nada que no fuese el, no merecía seguir con mi vida luego de esto.
-si…continuemos- pero las apariencias lo eran todo. Debía condenarme a ser infeliz por aparentar, por mantener mi imagen, por no defraudar a mis padres.
Así que aquí me encontraba, en el comedor real, condenado a un matrimonio sin amor, esperando para poder ir a beber sin control como lo hacia por las noches, estaba harto.
- esta boda será maravillosa. Las alianzas de ambos reinos serán la clave para invadir el reino norte y conquistar ese territorio. Akihiko no merece gobernar- no podía prestar atención, no cuando ya no había un motivo
-lo se rey. Desde la muerte de su esposo el rey Usami quedo totalmente desvastado, sin armas, sin ejército. Un blanco perfecto- ¿Por qué anhelaban tener mas poder del que ya tenían? Me daban asco
- antes tenemos que mandar un espía y ese será mi preciado hijo. Iras de encubierto a aquel pueblo y obtendrás toda la información posible- ¿Qué? No había escuchado bien
- si es lo que me pide mi padre supongo que no tengo opción- que mas daba. Ya no poseía ningún objetivo.
-de acuerdo. Mañana mismo partirás y cuando vuelvas estará todo listo para la boda- por lo menos tenia una misión, ya no aguantaba estar encerrado con mis pensamientos, sin saber donde podría estar mi pequeño.
-bien- y besando la mano de mi futura prometida me retire para alistar todas las cosas que necesitaría en aquella misión.
Cuando partí jamás imagine que el viaje sería tan largo, dos días para ser exactos, y que al llegar me encontraría con el reino Norte en las ruinas. La última vez que vine fue cuando era pequeño y este era considerado el mejor reino de los cuatro.
“ahora debería ir por algo para beber” pensé y sin mas fije mi vista en la primera posada que encontré. Pero mi corazón comenzó a latir violentamente al ver a los amigos de mi gran amor allí sentados. Eso solo significaba una cosa, Misaki se encontraba aquí.