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Luz y Vida por sora-sempai

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La situación era complicada, un ejército de cadáveres andantes había destrozado ya los barrios cercanos al cementerio del sur, no eran fuertes de un solo latigazo de una de sus lianas podía derribar a al menos 10 de esos engendros. Sin embargo, el problema es que eran demasiados. Por la cercanía deducía de donde estaban saliendo y posiblemente allí estaría el que estaba controlando todas estas criaturas, necesitaba pensar rápido si quería llegar y detener esta invasión. Pero no podía dejar el lugar había mucha gente que dependía de que él mantuviera a raya los no-muertos.

-Veo que necesitas ayuda- Highstar irrumpió con uno de sus rayos de luz quemando a unos cuantos cadáveres. Odiaba que el enlatado se mentira en sus asuntos, pero esta vez sí fue de ayuda.

-Encárgate proteger a la gente- grito, para luego salir volando lejos del lugar, dirigiéndose al cementerio. El otro solo lo observo alejarse sin alcanzar a reclamarle, quedándose a lidiar con el ejercito que avanzaba poco a poco-.

Una vez llego al cementerio Lifeleaf empezó a buscar el origen de la magia siniestra, sentía como   el olor putrefacto en el aire iba aumentando a medida que se acercaba a uno de los mausoleos centrales. Conjuro una nube de insectos mágicos que destruyeron la entrada de la tumba, quería atrapar al causante del desastre.

-maldición… - grito frustrado al darse cuenta de que dentro del mausoleo no había nadie, solo un sello con algunas runas dibujadas en sangre en el suelo y un fetiche en el centro de todo el dibujo. Con un hechizo lo destruyo, causando que de inmediato todos los no-muertos dejaran de moverse y cayeran al suelo.

Esta situación ya lo estaba cansando, en los últimos tres meses ha habido varios ataques relacionados con levantamiento de cadáveres y todavía no tenía idea de donde provenía el problema, siempre encontraba lo mismo un sello con runas y un fetiche hecho de carne humana.

-¿otra vez se te escapo?- se burló Highstar cuando llego al lado y lo vio parado.

-si… tu tampoco eres de mucha ayuda, míster chispita- reclamó mientras salía de la estructura- ahí te dejo para que limpies el desastre- y antes de que el otro pudiera responder él ya se había alejado. Tenía una cita y no quería llegar tarde. Por su parte Highstar solo pudo atragantarse con el insulto.

-Calma Alejo, es solo un idiota con hojas y ramas- se auto calmaba, necesitaba que estar de buen humor tenía una cita con Adam en…. - ¡20 minutos!...  que limpie la policía, no voy a llegar tarde – salió volando debía que llegar a casa, dejar el traje y luego llegar al cine; todo en menos de 20 minutos.

Llevaban saliendo cerca de cuatro meses y todo había sido tan maravilloso, habían ido lento y las cosas habían funcionado muy bien, no habían tenido sexo y estaba bien quería que todo fuera especial, quería formalizar ya la relación, pero no sabía cómo o si Adam quería.

 

En el cine estaba Adam haciendo la fila para comprar los boletos, verían una película de caricaturas, ambos eran bastante infantiles en eso. Miro su reloj de muñeca eran las dos de la tarde, Alejandro no debería demorar habían quedado de verse a esa hora.

-nunca ha llegado tarde a ninguna cita- susurro mirando el horario de las películas en la pantalla grande.

-disculpe, perdón… lo siento- escucho una voz que conocía muy bien, volteo la cabeza viendo como el pelirrojo se abría paso entre la multitud. -Holi, lindo- saludo Alejandro cuando llego a su lado, una tarea un bastante complicada tomando en cuenta el tamaño del chico y la cantidad de gente que había en el cinema -siento llegar tarde, por culpa de un tonto me retrase- Adam adoraba la pureza de Alejandro, era incapaz de decir una grosería mas fuerte que tonto, esa misma pureza lo había detenido varias veces de lanzársele encima y quitarle toda la rompa…

- ¿estás bien lindo? - lo saco de sus depravados pensamientos.

-Sí, si no te preocupes no llegaste tan tarde…ya compré los boletos la película comienza en dos horas. ¿quieres ir a comer algo? – tranquilizo Adam mientras caminaban lejos de la multitud.

-Siii, no he comido nada en horas- él necesitaba comer seguido para mantener su cuerpo- ¿te parece ir por unas hamburguesas? – sugirió, a lo que Adam le contesto que si, que conocía un local cerca donde vendían unas buenas.

Al llegar ordenaron en la caja, se dirigieron a una mesa y comenzaron a hablar, Alejandro tenia un tema que lo estaba inquietando desde hace un tiempo, pero no sabía cómo abordarlo.

-Ad… te puedo preguntar algo y no te enojas- Alejandro estaba tanteando el terreno. Adam por su parte lo miro con una ceja levantada.

-Ya lo acabas de hacer, pero adelante pregunta lo que quieras- contesto con curiosidad.

-¿Yo te parezco sexy? Es decir ¿te caliento? – Adam se atoro con un poco de saliva al escuchar la pregunta empezando a toser. -¿estás bien? Lo siento no quería…. Sabes que olvida lo que te acabo de preguntar- se levanto de la silla preocupado. Adam solo levanto la palma de la mano en señal que se tranquilizara.

-Primero que nada, ¿a qué viene esa pregunta tan repentina? – ya le había bajado la voz.

-Bueno… es un poco incomodo también para mí sabes… pero llevamos saliendo casi cuatro meses- dudo un segundo si continuar- y pues no hemos ido más allá solo besos y ya… - Adam notaba que para Alejandro esto era un tema serio, y pues lo era, pero nunca imagino que en esa cabeza tan inocente rondaran esos pensamientos.

-Al, bueno vamos por partes, sí, me pareces super sexy dios… cada momento que pasa me dan ganas de saltarte encima quitarte la camisa y morderte esos pectorales…- Alejandro se sonrojo fuertemente, estaba sorprendido, pero le encantaba sentirse deseado por la persona que le gustaba. – Solo que yo pensé que tu al ser tan inocente, no pensabas en ese tipo de cosas… sabes es bueno que hablemos de esto, si vamos a formalizar es vital tener buena comunicación- completo Adam tomando las manos del más alto. Estaban sentados en una de las mesas del fondo del restaurante esperando que les llegara su orden.

-no soy tan inocente como crees- susurro bajito jugando con los dedos de Adam -también tengo mi lado “malo”- termino imitando el gruñido de un felino. A Adam esto le nada sexy mas bien fue endemoniadamente tierno. Le dieron ganas de besarlo en la frente y consentirlo como si fuera un gatito. Sin embargo, fueron interrumpidos por la mesera con las cuatro hamburguesas, una para él y tres para Alejandro.  Cuando la chica se retiró continuaron con la charla.

-Señor minino, si quieres cuando termine la película vamos a mi casa y me enseñas ese lado malo tuyo- propuso Adam a lo que Alejandro casi se atraganta con la hamburguesa que ya tenía en su boca. Después de pasar si atorada solo respondió asintiendo la cabeza. -Cambiando de tema, hace rato no te veía comer tanto, no me digas que otra vez estas en fase de crecimiento- Comento el pelinegro.

-Shi, quiero subir un par de kilos más, no mucho, pero sí llegar a los 95- dijo terminando ya su segunda hamburguesa y pensando seriamente si con la tercera sería suficiente.  -¿No te gusta?- pregunto cabizbajo.

-Me encantas- respondió Adam ahora si besando su frente -Tienes que bajarle dos rayitas a tu inseguridad- Alejandro lo miro feliz.  Tomando una de sus manos y besando su dorso, obviamente llenado la de grasa y salsa, a lo que Adam lo regaño a modo de juego.

Notas finales:

No olviden comentar

:D

 


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