Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Zodiaco (Riren/Ereri) por Tesschan

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Descargo: Shingeki no Kyojin y sus personajes le pertenecen a Hajime Isayama, yo solo los he tomado prestados para esta historia.

CAPÍTULO 7:

(LIBRA)

SOBRE LA BALANZA

 

Has sido pesado sobre la balanza y hallado apto.

 

 

 

Contemplando la pantalla de su móvil como si esta fuese la causante de sus desgracias, Eren se preguntó nuevamente que debía hacer. Aquel sábado de octubre era su primera —y muy ansiada— cita con Levi, y sin embargo Hange acababa de advertirle que el maldito horóscopo le vaticinaba un día desastroso, nefasto; el peor de los escenarios posibles, y todo porque Libra regía y él, siendo Aries, se convertiría en su víctima.

Suspirando, se dirigió hasta la cocina donde Armin y Jean cenaban. Nada más oírlo entrar sus amigos se volvieron a verlo, alzando ambos las cejas de forma inquisitiva ante su evidente desánimo.

—¿Ha ocurrido algo malo, Eren? —le preguntó Armin preocupado en cuanto él se dejó caer sentado en una de las sillas—. ¿Te dijo algo Levi?

Jean en cambio, sonriendo de forma maliciosa al ver su sufrimiento, soltó con burla:

—No me digas que ese novio tuyo ya se dio cuenta del desastre que eres y te ha botado, idiota.

Al oírlo, Armin miró de uno al otro y carraspeó sonoramente, pareciendo contrito.

—Bueno, Jean, Levi no es precisamente el no-

—¡Claro que no me ha dejado! —explotó Eren, sintiendo nacer dentro suyo la llamita del enfado—. Es solo el horóscopo de hoy. Libra rige y eso significa que será un día muy malo para mí. ¡Y justamente hoy tengo mi cita con Levi!

—Lo siento mucho, Eren. —Pesaroso, Armin le dio unas palmaditas en la espalda a modo de consuelo—. ¿No crees que lo mejor sería aplazar la cita hasta que sea un buen momento?

—Lo mejor sería que dejara de creer en esas ridiculeces —bufó Jean—. ¡Horóscopo! Una completa sarta de tonterías, eso es lo que es. Además, lo que más debería preocuparle es que su novio salga vivo de esa cita. ¡Si casi lo asesinó hace un mes atrás! Así como hizo con tu cactus, Armin.

—¡Claro que no hice eso! —se defendió él, indignado.

—Sí lo hiciste —intervino Armin, obteniendo al fin la atención de ambos—. Y Levi no es el novio de Eren. Todavía.

De inmediato Jean lo miró boquiabierto y confundido.

—Oye, bastardo, ¿cómo que ese tal Levi no es tu novio? ¡Si ya todos suponen que ustedes dos están juntos! ¡No haces más que hablar de él!

—Es casi mi novio —intervino Eren cortando el asunto—. Lo que Armin señala es solo un tecnicismo.

—¿Tecnicismo, Eren? ¡Pero sí Levi te sigue diciendo que no!

Fulminando a este con la mirada por ser un traidor de lo peor, se encogió de hombros y jugueteó con su colgante. Armin realmente se estaba buscando tener el mismo destino de su cactus enano.

—Solo ocurre que Levi es tímido y le da vergüenza. Pero me invitó a una cita, ¿no? Eso significa que sí está interesado en mí.

—O simplemente no sabe cómo librarse de ti, porque soy testigo de lo cansino que puedes llegar a ser cuando algo se mete en esa dura cabeza tuya —replicó Jean, siendo todo burla y provocación—. Diez a uno a que te dejan plantado, idiooota.

Los azules ojos de Armin se blanquearon con resignación al oírlo, pero antes de que pudiese decir nada, Eren, que ya se sentía al borde, perdió la paciencia y se desató el infierno, personificado en tres chicos enredados en una pelea.

 

——o——

 

Recriminándose lo muy idiota que había sido al aceptar aquella cita, Levi aparcó el coche en el complejo departamental donde vivía Eren y suspiró pesaroso.

Cierto era que gracias a ese pequeño detalle el mocoso se había comportado como un dechado de virtudes y obediencia durante todo ese pasado mes, pero eso no quitaba que ahora él se sintiese aterrado ante lo que aquella inocente salida podría significar, y no solo porque estar con Eren era casi epítome de la mala suerte, sino porque la llamada de Hange —al borde de la histeria neurótica— le había dejado los nervios de punta y el corazón en un puño.

¡Que les dieran a los astros y todas sus predicciones de mierda!, se dijo frustrado. Tan solo debía enfrentar con valor esa tarde, dejar contento al chico y trazar nuevamente los límites de jefe y empleado con este. Tan simple y sencillo como eso, o al menos debería serlo si su puto corazón no latiese como un loco, joder. De seguro el haber estado al borde de la muerte le había afectado el cerebro.

Una vez dio con la dirección indicada y llamó al timbre, una cacofonía de gritos y golpes —sobre todo golpes— se hizo audible, tal cual si alguien se estuviese estrellando contra las paredes a propósito.

En sus días más alocados de juventud, Levi había tenido un buen número de encuentros similares por lo que podía distinguir una pelea a leguas, así que tras corroborar que la dirección fuese la correcta y oír un «te mataré, imbécil», que sonó muy similar a la voz de Eren, decidió que no tenía derecho a cortar la diversión de este y prefirió huir.

No obstante, como si la malévola voz de Hange le estuviese vaticinando desgracias, la puerta del departamento se abrió, dejando ver a un muchacho rubio de expresión aniñada y llena de pánico, el cual abrió la boca como un pez moribundo, ya fuese porque estaba sorprendido de verle o deseaba pedir auxilio.

—¿Levi? —fue todo lo que dijo este con voz dubitativa, solo segundos antes de que la alta y desastrada figura del caótico mocoso que tenía por empleado apareciera por la puerta.

—¡Señor Ackerman, ha venido! —Dando un paso al frente, y sin percatarse en absoluto de que su nariz chorreaba sangre como un rio, Eren le dijo muy contento—: Me he retrasado un poco por culpa de un «inconveniente indeseado», señor, pero si me espera un momento…

Como si el destino quisiera dejar claro que ellos jamás podrían ser normales en ningún aspecto, porque Eren poseía la suerte del culo y él parecía ser su eterna víctima, el «inconveniente indeseado» hizo acto de aparición tras el mocoso, luciendo tan alto y golpeado como este, mientras sus furiosos ojos castaños presagiaban problemas.

—¡Me las vas a pagar, bastardo! —fue lo que el otro chico dijo, justo en el instante que Levi, por inercia, se movió para apartar a Eren, por lo que acabó recibiendo de lleno el golpe dirigido a este.

Y porque las malas costumbres eran algo difíciles de olvidar, devolvió el puñetazo justo cuando Eren se percataba de lo ocurrido e intentaba interponerse, volviéndose todos ellos un lío de brazos, golpes y maldiciones, terminando solo cuando el mocoso que lo sujetaba perdió el equilibrio y ambos acabaron rodando, juntos y enredados, el pequeño tramo de escaleras que llevaba al siguiente piso.

Hange tenía razón, pensó al sentir el afilado codo de Eren enterrándose en sus costillas y dejarlo sin aliento. Aquel ciertamente era un pésimo día para una cita.

 

——o——

 

Aunque la caída por las escaleras no requirió de una ida al hospital —donde tanto él como Eren ya se estaban haciendo habituales—, la cita al cine sí debió aplazarse indefinidamente hasta que ambos volviesen a encontrarse en condiciones.

Por ese motivo, sentado en el sofá de la sala junto a Eren y el tal Jean —que resultó ser el otro peleonero—, Levi se resignó a escuchar con paciencia el regaño contra la violencia que decidió darles Armin, quien, paseándose de un lado a otro como un maestro impartiendo cátedra, les lanzaba miradas severas cada vez que alguno de ellos parecía dispuesto a decir algo en su defensa.

Joder, que sábado de mierda había resultado aquel.

Una vez el regaño del mocoso rubio hubo acabado —y tras deshacerse del insoportable de Jean—, Levi, sintiéndose morir a causa del dolor de espalda, acompañó a Eren hasta el diminuto cuarto de baño para dejar que este curase sus heridas.

Al ver como el chico lo contemplaba con verdes y llorosos ojos de cachorro apaleado que amenazaban con partirle el corazón, por mucho que Levi deseó comenzar a reprenderlo por lo sucedido, se contuvo.

Él no había sido mucho mejor que Eren en el pasado, y si sopesaba en la balanza lo bueno y lo malo que había ganado tras conocer al mocoso, lo bueno siempre acababa pesando más, aunque odiase reconocerlo.

Malditos astros, maldito destino y maldita fuera Hange por meterle mierdas en la cabeza.

—Tch, mocoso, si esta ha sido tu idea de una cita divertida, creo que me lo pensaré seriamente antes de que volvamos a salir.

Como siempre que algo lo alegraba, los verdeazulados ojos de Eren brillaron con renovado entusiasmo al oírlo.

—¿Me volverá a invitar a salir?

—Acabo de decirte que esta ha sido una cita de mierda, mocoso idiota —replicó, pero este solo dejó escapar una risita y, para su sorpresa, lo abrazó.

—¿Pero no cree que incluso así estuvo entretenida?

—Para nada, ¿es que has perdido la cabeza, Jaeger? —gruñó, poniendo las manos en el pecho del chico para apartarlo, pero sin conseguirlo—. Enredarme a golpes con un idiota que ni conozco y rodar escaleras abajo nunca ha sido mi sinónimo de diversión. Joder, mocoso, ¡las manos lejos!

La sonrisa de Eren se hizo todavía más amplia.

—Acabo de sufrir un accidente, así que no sea malo conmigo, por favor.

—Acabamos —le recordó Levi, notando como aun le dolía la espalda por el golpe.

—Mayor razón para que me permita cuidarlo —acotó este, abrazándolo más fuerte a pesar de sus protestas—. Además, Jean se lo merecía. Y lo de las escaleras no estuvo tan mal, ¿no cree? Dudo que haya tenido otra cita así. Será inolvidable.

Entrecerrando los ojos con amenaza, Levi le pegó una colleja que lo hizo soltar un gritito.

—¿Es que en verdad eres masoquista, Jaeger? Rodamos diez escalones, ¡diez putos escalones! Y cada uno de ellos me ha quitado un año de vida. Al final la loca de Hange acabó teniendo razón y elegimos el peor día posible para nuestra cita.

—¿Y cree que exista un día adecuado para que podamos tenerla?

—Con tu suerte mierdosa, lo dudo. Supongo que tendremos que apañárnoslo con lo que resulte y rogar no morir en el intento.

La risa del chico se expandió por aquellas paredes estrechas, pero a pesar de sus mil protestas y de creer con firmeza que el destino era un cabrón, a pesar de sentirse adolorido y frustrado como pocas veces en su vida, Levi tuvo que reconocer que estar allí con Eren no era tan malo después de todo; no cuando el chico siempre desequilibraba la balanza a su favor.

 

——o——

 

Tras acabar de curarse las heridas, tomarse un par de analgésicos para el dolor y aceptar la cena rápida que Armin, amablemente, preparó para ellos antes de marcharse a su cita con Annie —no sin antes advertirles que cualquier acto de destrucción y violencia quedaba por completo prohibido—, Eren se sentó en el sofá junto a Levi, sintiéndose feliz de que este siguiera allí y no lo hubiese mandado ya al demonio.

La ida al cine debió pasar al olvido, por supuesto, pero aun así Levi había aceptado su invitación para quedarse a cenar con él y ver una película en casa, haciendo que aquel desastre fuese… menos desastre.

Hange había tenido mucha razón al advertirle que su designio astrológico para ese día sería una total catástrofe, tuvo que admitir Eren, pero todavía así él estaba decidido a que las cosas con Levi resultaran bien y este comprendiera al fin que estar juntos era lo correcto, para que pudiesen pasar de ser «casi novios» a «novios de verdad».

Observando de reojo al hombre sentado a su lado, notó que Levi parecía mucho más relajado de lo habitual, ya sin todo ese aire de «jefe» y autoridad que siempre desprendía cuando estaban en el trabajo, y eso secretamente le gustó.

Había muchas cosas que quería decirle a este, demasiadas, pero no sabía bien como ni por donde comenzar; por eso, cuando aquel par de serios ojos grises lo observaron con atención, estuvo a punto de morir ahogado por un sorbo de jugo.

—¿Señor Ackerman? —preguntó una vez acabó de toser, aceptando la servilleta que el otro le tendía.

—Oi, mocoso, ¿por qué te gusto?

—¿Eh?

—¿Qué por qué demonios te gusto? —repitió Levi, sin mucha paciencia—. Soy mucho mayor que tú y mi carácter es como la mierda. No soy divertido y ni siquiera nos agradan las mismas cosas; entonces, ¿por qué has decidido que entre todos tengo que ser justamente yo? Podrías elegir a alguien mejor.

Eren negó con renovada energía.

—No me gustará otro porque, para mí al menos, usted es el adecuado —le dijo con total convicción—. Sé que somos muy diferentes, pero también tengo la seguridad de que, si me da una oportunidad, nos equilibraríamos bien, ¿sabe? Usted puede obligarme a, bueno, poner los pies en la tierra, como me dice siempre, y yo puedo hacer que su vida sea mucho más divertida.

La mirada que Levi le dedicó fue complicada, llena de muchas cosas que seguramente no le iba a explicar y las cuales luego Eren tendría que romperse la cabeza intentando descifrar, pero le parecía bien, le gustaba así. Aquel hombre era un enigma y a él le encantaban los desafíos difíciles.

—Tch, eres un jodido incordio.

—Lo sé, pero aun así le gusto, ¿no? —replicó Eren sonriendo, sabedor de que aquellas palabras solo escondían la vergüenza del otro—. Entonces, señor Ackerman, ¿qué quiere ver?

Sin mirarlo para nada, adoptando una expresión distante y monótona, este le dijo:

—Levi. Solo Levi está bien.

El vaso de jugo que Eren sostenía resbaló de su mano a causa de la sorpresa, sintiendo como su corazón se aceleraba al ver como las luces comenzaron a chisporrotear a su alrededor cual fuegos artificiales, ¡y no por la emoción precisamente!

La consola de videojuegos de Armin —aun conectada a la televisión— empezó a arder, víctima del desastre, provocando un pequeño fuego que los llenó de pánico y los obligó a actuar a toda prisa. Eren realmente no deseaba imaginar lo que podría hacerle su amigo si al regresar descubría que acababa de quedarse sin hogar.

Una vez controlaron el caos, contemplaron con pesar la consola y televisión inservibles, dejándose caer sentados en la humedecida alfombra de la sala que ahora olía a chamuscado.

—Joder con tu suerte, Eren —masculló Levi apoyando la frente contra su hombro. Al oírlo reír, alzó su pálida mirada y le dijo molesto—: ¿Y ahora qué, mocoso?

—Que vamos avanzando —respondió él muy contento—. Al fin soy Eren.

La colleja que Levi le pegó en respuesta lo hizo protestar, una protesta que fue acallada por un beso de este y un montón de reclamos por esa cita tan absurda como caótica. Aun así, y a pesar de todo, Eren sintió que aquel momento con Levi, siendo solo Levi, y él, siendo solo él mismo, era lo mejor. Después de todo, ambos se equilibraban muy bien.

Notas finales:

Lo primero, como siempre, es agradecer a todos quienes hayan llegado hasta aquí. Espero que la lectura fuese de su agrado y valiera el tiempo invertido en ella.

Lo segundo, es felicitar a todos los Libra que o bien ya han cumplido o cumplirán este mes, en especial a mi queridísima SoyBethAD, que será de las que cerrará este ciclo y merece todo el amor del mundo.

Les deseo de corazón que este nuevo año sea hermoso y beneficioso para ustedes. Que aprendan mucho, disfruten mucho, tengan salud a montones y sobre todo sean felices y reciban mucho amor. Un año más siempre es un regalo, para quienes lo cumplen y quienes tenemos la suerte de contar con ustedes, así que, ¡un muy, muy feliz cumpleaños, mis queridos Libra!

Lo siguiente, es disculparme por este día de retraso, pero en esta ocasión sí deseaba comenzar a publicar en octubre y por eso me esperé un día más para sacar el capítulo.

Sé que algunos ya se enteraron, pero a quienes no, durante casi todo septiembre me tocó lidiar con el covid, ya que di positivo, y aunque gracias a Dios no fue algo en verdad grave, sí me ha tenido cansada, sintiéndome mal y desanimada; por eso mismo quería estrenar el nuevo mes con más ganas e intentando dejar un poquito atrás estas semanas que no han sido las mejores para mí.

Por otro lado, espero que el capítulo les gustase esta vez. Sé que no fue la cita al cine que esperaban, pero bueno, con Eren y Levi en esta historia las cosas nunca son como se esperan, ¿verdad? Pero lo bueno es que Levi sobrevivió un mes más, y aunque no lo quiera, su relación con Eren va mejorando. Tal vez ya pronto al pobre muchacho se le cumpla el deseo y dejen de ser «casi novios» para ser «novios de verdad», jaja.

También me gustaría hacer una pequeña aclaración sobre la cita del encabezado: «Haz sido pesado sobre la balanza y hallado apto», y es que esta no es una cita tal cual, sino que una modificada por mí y que hace alusión al Tequel bíblico del libro de Daniel «Has sido pesado en la balanza y hallado falto de peso». Así que espero eso no ofenda a nadie.

Todas las citas de esta historia son cosa mía, algunas que se me ocurre en el momento de cosas que he oído o me recuerdan a otras, y las cuales adapto al capítulo para darles sentido, así que no se las tomen en serio, por favor. Esta historia es un absurdo de principio a fin, así que todo en ella cumple el mismo propósito.

Para quienes leen el resto de mis historia, aviso que ahora sí ya retomo todo con determinación y ganas, por lo que espero este mes sea más productivo que el anterior respecto a las actualizaciones. Durante todo octubre participaré en el Ererictober con una nueva historia de viñetas para el fandom de SnK, Etéreo, por lo que estaré publicando de forma diaria (por primera vez en mi vida actualizaré todos los días, jaja) y para el domingo, estaré subiendo ya el capítulo correspondiente de La Joya de la Corona que se ha visto tan retrasado y ahora está en beteo.

Una vez más muchas gracias a todos quienes leen, comentan, envían mp’s, votan y añaden a sus listas, marcadores, favoritos y alertas, son siempre, siempre, la llamita que mantiene encendida la hoguera.

Un abrazo a la distancia y mis mejores deseos para ustedes en estos tiempos complicados. Nos leemos el siguiente mes con Escorpión.

 

Tessa.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).