Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El imbécil de Matthew Bell por CrystalPM

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Afortunadamente Lizzy no se encuentra dentro, desafortunadamente el angelito sí. El muchacho, vestido de una manera impecable, unos bonitos shorts beige conjuntados con un seguramente carísimo polo blanco, se encontraba sentado en su escritorio, estudiando. 


—Buenas tardes —Me saluda nada más entrar, yo le gruño algo incomprensible hasta para mí y me dirijo a mi cama, él hace girar su silla siguiéndome con la mirada—. Pensé que vendrías por la noche.


—¿y verte follarte a mi amiga? Paso.


Su rostro se congela en un rictus de desagrado, como siempre que digo algo que no considera adecuado. 


—Benjamin, no digas esas cosas. 


Ignoro sus reprimendas de señor de 70 años. Caigo sobre mi mullido colchón y oculto el rostro entre mi almohada, se me escapa un suspiro de alivio al sentir algo que no fuese el suelo sobre el que había dormido en la habitación de mis mejores amigos. Sin embargo, la calma me dura poco al escuchar de nuevo su voz.


—¿Te molesta?


Alzo ligeramente el rostro para observarle entre mis ojos entrecerrados.


—¿Molestar el qué? —Entonces caigo—. ¿Que hayáis follado?


De nuevo su frente se arruga.


—Que nos hayamos acostado —me corrige. No puedo evitar reírme por lo ñoño que suena esa frase. 


—Tranquilo, máquina. Me importa una mierda —Tal vez aquello suena demasiado agresivo como para probar mi afirmación. El casi rubio me mira unos instantes con preocupación.


—Te noté cabreado ayer, pensé que tal vez Lizzy te gustaba. 


Qué pesado el tío, ¿Acaso no sabe que no hay que tocarle las narices a un resacoso?


—¡He dicho que me importa una mierda!


—Bueno, de todas maneras, lamento si te hice sentirte incómodo.


Ahí está de nuevo, el odioso Matthew Bell que pretende quedar bien con todo el mundo. Aguantándome los taladrazos que sentía en las sienes me incorporé en mi cama.


—Bueno, ya que estás tan interesado en hablar al menos dime. ¿Lo de Lizzy es algo formal o piensas tirar a mi amiga ahora que ya tienes lo que querías? 


Casi puedo ver como las venas en el cuello se le van hinchando. 


—¿Qué insinúas? 


—No sé, parecías muy interesado en largarte de la fiesta ayer ¿Ni siquiera merecía la pena fingir que mi amiga y su ambiente te importa antes de meterla en tu cama? 


Se hizo el silencio unos segundos. Los ojos del ángel se tornaron fríos. 


—Lo que haya pasado entre Lizzy y yo nos incumbe solo a nosotros dos —espetó con sequedad—, pero si insinúas que alguien se ha aprovechado de alguien estás muy equivocado.


Oculto mi sonrisa de satisfacción. Ya lo sabía, por supuesto que lo sabía. No es la primera vez que Lizzy se acuesta con algún chico sin compromiso alguno, igual que Jordan y Tony lo hacen con algunas tías tras nuestros conciertos e igual que yo hago con cualquier sexo cada vez que salía de fiesta. Lo único que quiero es borrarle la sonrisa de fingida amabilidad a ese imbécil, darle alguna razón para odiarme de verdad y así no tener que soportar sus falsedades.


—Lo que tú digas. 


Esta vez sí que lo ignoro cuando me recuesto en la cama. En menos de cinco minutos caigo rendido.


—-— --—-- —-—


Siento un tic en el ojo en cuanto veo al remilgado sentado entre Lizzy y Tony durante nuestra clase de estadística.


—¿Qué hace este aquí?


Matthew me ignora, es la pelinegra la que responde.


—Le ofrecí sentarse con nosotros hoy. 


Miro inquisidor a Anthony, él solo se limita a encogerse de hombros y negar con la cabeza, incapaz de darme una explicación lógica para la situación. La profesora entra antes de que pueda echar al ángel de mi sitio a patadas. Rápidamente me siento al otro lado de mi mejor amiga y sacó mi cuaderno y un lápiz. Casi rompo la punta de este al escribir con furia.


<<Pensé que ya había terminado tú obsesión por el idiota>>


Mi amiga lee con aparente desinterés mi frase, pero responde de inmediato


<<¿A qué te refieres?>>


<<¡Me dijiste que solo te lo querías tirar!>>


Oigo como la chica bufa a modo de respuesta.


<<También te dije que me caía bien y es mi amigo, normal que quiera pasar tiempo con él>>


Mi gozo en un pozo. Me había convencido de que una vez la pelinegra consiguiese lo que quisiese se iba a olvidar del angelito, como siempre hacía con todos. ¿Acaso esto era el Karma por haber insinuado ayer a Matthew que él se había aprovechado de ella? 


—Joder, chacras del universo, sabéis que lo decía en broma.


Murmuro para mis adentros. Desgraciadamente la profesora debe tener un oído de sirena. 


—Señor Hudson ¡No hable en mi clase!


Puedo notar como el remilgado se carcajea mientras me disculpo con la profesora. Vaya día de mierda.


La voz del semi rubio me llama nada más acabar las clases.


—Benjamin —De mala gana alzo la cabeza. Él parece dudar unos segundos, mira a ambos lados, ni Tony ni Lizzy nos hacen caso, enfrascados en su propia conversación. 


—¿Qué quieres? 


—El trabajo en parejas que tenemos que hacer para la optativa de marketing —Ah sí, el trabajo que no pensaba hacer, aunque fuese la mitad de la nota—. Pongámonos juntos. 


—¡¿Qué?!


El grito se me escapa un poco de las manos, ya que consigo atraer la atención de las personas que nos rodean. Puedo notar como aquello molesta al angelito, su cuello tensándose, pero intenta componer una sonrisa mientras me agarra del brazo y me aparta del gentío. De nuevo, insiste.


—Hagamos el trabajo juntos. 


Me zafo de su agarre de un manotazo.


—¿Qué mierda te hace pensar que voy a trabajar contigo? 


—Porque me debes una —sus palabras del día que dejó que me quedase al chucho vuelven a mi mente, pero sigo sin procesarlo ¿Por qué demonios alguien usaría su comodín para tener que aguantarnos mutuamente en algo que ninguno de los dos queremos hacer? 


—Espera —caigo en la cuenta y le miro incrédulo—. ¿Estás haciendo esta mierda para huir de Sally el loro parlante? 


Su mirada se acera y sé que he dado en el clavo. No puedo evitar sonreír por lo estúpido que me parece todo.


—Si no quieres trabajar con ella porque es una pesada díselo y ahórranos el sufrimiento. 


Intento largarme de ahí, pero él me detiene, agarrándome del brazo con fuerza, 


—Sally es una buena chica y no ha hecho nada malo. Es tu culpa que esté en este compromiso. Así que tú mismo le dirás que quieres ponerte conmigo en el trabajo para que no se sienta mal por tus jueguecitos. 


Abro la boca para protestar, pero el es más rápido, apretando con más fuerza sus dedos en mi carne. 


—No me la juegues, Hudson. No le dirás que yo te he pedido esto. 


Las palmas de mis manos empiezan a doler por la fuerza con la que cierro el puño, deseando estampárselo en la cara. Sin embargo, me limito a zafarme de nuevo de su agarre con un movimiento brusco. 


—De acuerdo, haré lo que el buenazo me pide, pero así estaremos en paz. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).