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Etéreo (Riren/Ereri) por Tesschan

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Notas del capitulo:

Descargo: Shingeki no Kyojin y sus personajes le pertenecen a Hajime Isayama, yo solo los he tomado prestados para esta historia.

Tema del capítulo: Escolar.

23 DE OCTUBRE:

DONDE EL MAR ES CIELO

 

Así te amo porque no sé amar de otra manera,

sino así de este modo en que no soy ni eres,

tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,

tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

(Pablo Neruda, Soneto XVII)

 

 

 

Tras el desastre emocional de la jornada anterior, octubre veintitrés te sorprende no solo con un día plácidamente soleado y escaso de vientos tempestuosos, sino que también con Eren volviendo a ser mar calmo; el remanso de paz tras la ardorosa tormenta de sus emociones.

Durante el desayuno que comparten, este habla de sus planes para ese día, y aunque su sonrisa es solo un apagado atisbo del radiante sol que habitualmente adorna su rostro cuando está contento, al menos la sientes sincera. Y es que ya sin secretos entre ustedes las espesas brumas de la distancia se han disipado, y aunque el dolor de la separación sigue atándolos e hiriéndolos como hiedra, la aceptación a lo que viene les ha devuelto la paz resignada de lo que no puede ser cambiado.

Las primeras horas de la mañana son agradables en mutua compañía, pero cuando la tarde cae y Eren te informa que saldrá un momento, no puedes evitar sentirte desconsolado. La batalla que le espera será difícil, con aquel oponente que durante años ha provocado sus más grandes miedos, y el comprender que acompañarle solo le traerá dolor y más carga, te aflige profundamente.

Y es así como ves la tarde arrastrarse ante ti, con Autumn como única compañía; ambos silenciosos y en eterna espera, porque sin el chico de verano allí para llenarlo todo de pláticas y risas, de aquel calor que desprende con su sola presencia, la vida se vuelve muy fría, como en letargo, y por un breve momento temes que todo vuelva a convertirse en invierno cuando debas sufrir su ausencia.

Preparas la cena y trabajas un poco, y al ver aquellos caóticos informes escolares, viajas al pasado por un segundo; un pasado donde otro mocoso volvió tu mundo del revés con su sola existencia, sus sueños aplastados y sus alas quebradas; un pasado donde comprendiste que amar es aprender a dejar ir, y que si el amor es tan profundo como verdadero, sobrevivirá a pesar del tiempo.

Observas el atardecer que cae por la ventana y piensas en esos tres años compartidos; años en los que aquel niño dañado se convirtió en casi un adulto, y en los cuales aquella amistad nacida en un verano de fresas robadas y té con limón se transformó en tu más grande tesoro y tu más grande secreto. Años en los que presentiste al chico enamorarse, solo un poco antes de que te descubrieras correspondiéndole sin desearlo. Años en los que le viste sangrar, romperse y llorar hasta dejarse el alma en carne viva sin derramar una lágrima, convirtiendo todo aquello en tuyo; porque, sin saber cómo ni en qué momento, desdibujaron los límites que los separaban, convirtiéndose en aquel punto del horizonte donde el mar es cielo y las estrellas se mecen en las olas.

Golpeteas el bolígrafo contra el escritorio y te reafirmas una vez más en tu decisión, porque por más que Erwin insista en que no es necesario aquel sacrificio y haya decidido intervenir en tu favor, ya has cobrado deudas y otorgado un pago, jugando todas tus cartas a la felicidad de Eren; porque si el padre de este te quiere lejos de su hijo, te convertirás en la víctima voluntaria; porque si la distancia será tu castigo por quererle, lo convertirás en el resguardo que le otorgue su libertad tan ansiada.

La puerta de la cabaña se abre y su risa susurrada es lo primero que oyes anunciando su llegada. Y sus pasos, demasiado ruidosos en aquella casa silenciosa como un páramo a la que tendrás que acostumbrarte, son el eco que precede a la castaña cabeza que se asoma por la puerta de tu despacho en todo un desorden de viento y hojas caídas.

Eren sonríe al verte, todo sutil coquetería y malas intenciones, y antes de que siquiera puedas preparar tu corazón para ello, presientes el huracán que su presencia traerá, agitando todo a su paso en su caprichoso juego.

La sorpresa al verlo vestido de aquel modo que tan bien recuerdas, te quita el aliento un segundo, congelando tus pulmones de forma dolorosa como si ese pequeño vistazo te retrocediese en el tiempo. Y nuevamente el chico sonríe, cálida primavera desterrando la estación fría; una sonrisa que provoca el deshielo de tus miedos y trae el verano cuando sus brazos rodean tu cuello y besa tu boca.

—¿No te bastaron tres años de escuela, mocoso? —preguntas al tomar aliento; tus dedos entrelazados en su cuello donde la blanca tela de la camisa escolar se ha vuelto un enredo.

—Lo hicieron; pero, ¿por qué no rememorar los viejos tiempos? —responde—. Esta vez, sin culpa.

Y la boca de Eren es sonrisa y sus ojos verde provocación al contemplarte; no obstante, es su aliento suave y cálido, como las primeras brisas del otoño, el que te habla de aceptación y cerrar aquel círculo que comenzaron a recorrer apenas conocerse; de comprender que ese tiempo que tuvieron para hacerse amigos y enamorarse, no es el error que otros quieren hacer parecer, porque es su historia, y nadie tiene derecho a arrebatárselas.

Y es que para ti conocer a Eren, fue abrir los ojos tras una larga pesadilla. Un nuevo sueño pintado de verano y sonrisas, y ojos de bosque repletos de mil dolores y sueños hechos trizas.

Un sueño lejano que pensaste imposible, pero que acabó entre tus manos cual tesoro frágil y etéreo; uno que apaciguó el pasado y vislumbró el futuro, porque en Eren los límites no existen; porque cada vez que sus ojos verdeazulados te contemplan, el mar y el cielo se funden hasta ser uno, del mismo modo que ustedes lo han hecho; porque los sueños de uno son los del otro y el amor que comparten es una amalgama; porque tú eres él, y él es tú, por lo que sin importar el tiempo que pase, las vidas que pasen, el hilo que los une seguirá intacto; y aquel octubre que han compartido, jamás podrá desvanecerse.

Notas finales:

Lo primero, como siempre, es agradecer a todos quienes hayan llegado hasta aquí. Espero de corazón que el capítulo fuese de su agrado y valiera la pena el tiempo invertido en él.

Por lo demás, espero que la idea del tema del capítulo se entendiese porque este sí que me costó mucho, muchísimo, para poder darle una forma que calzase con la historia y su trama. Hay temas de este evento que simplemente he amado, otros, en cambio, me han hecho estrujarme el cerebro y llorar sangre, jaja.

Y bueno, en vista que el capítulo de ayer dejó cierto grado de confusión (lo que es normal debido a la poca información que se puede dar en mil palabras contadas y todo el adorno literario que tienen las viñetas), haré un breve resumen y recuento de todo lo que ha acontecido en la historia hasta el momento:

Tres años atrás, luego del fallecimiento de Petra, Levi llegó a vivir a Shiganshina incentivado por Erwin, quien pensó que un cambio lo ayudaría a salir de su mala situación emocional.

Casi nada más llegar al pueblo, Levi conoció a Eren, de dieciséis años por ese entonces, y se hicieron amigos ya que este lo buscaba constantemente, pero al descubrir que el chico no era solo su alumno, sino que también estaba comenzando a enamorarse de él, puso ciertas normas de distancia entre ambos para evitarles problemas, sobre todo en la escuela, por lo cual solo se reunían en secreto durante los fines de semana y en las vacaciones para pasar el tiempo y platicar.

A un año de conocerse Levi descubrió la verdadera causa de los problemas familiares de Eren, Grisha, y por el mismo tiempo comprendió que él también estaba enamorado del chico; aun así, él nunca hizo nada para alentarlo, por el contrario, siempre intentó mantener una relación puramente platónica con Eren, confortándolo y ayudándolo con sus problemas.

Una vez Eren terminó la escuela, Grisha descubrió por casualidad lo que ocurría entre ellos dos, y aunque Levi nunca fue más que un amigo para el chico, el padre de este lo malinterpretó y se lo hizo saber a Erwin en reclamo, asumiendo que durante esos tres años Levi se había aprovechado de Eren y mantenido una relación sentimental con él, aunque no fuera así.

Levi sabía que no iba a servir de nada negarlo, y para evitar más problemas, asumió la culpa; pero, a cambio de terminar con Eren, como Grisha deseaba que hiciera, acordaron que este le dejaría ir a estudiar fuera.

El pago de los estudios de Eren fuera, en Mitras, fue costeado por Levi sin que nadie aparte de Erwin supiera, y cuando Eren se enteró de ello (por Erwin), se enfadó con Levi.

Levi al final terminó confesándole todo esto, ante lo que Eren le dijo que no era necesario que cumpliera con lo que su padre quería; no obstante, sabiendo que el chico jamás podría ser del todo feliz con la sombra de Grisha encima intentando controlarle la vida, le hizo comprender que cumpliría el acuerdo aunque fuese injusto, porque proteger la felicidad de Eren era su mayor prioridad, aun sí debía sacrificarse por ello; algo que el chico entendió y aceptó, aunque lleno de dolor.

Y creo que eso es todo hasta ahora. Cualquier duda, ya saben, pueden preguntar con total confianza.

El tema del capítulo para mañana es «tomados de la mano», y ya tras ese, solo quedaría una semana para acabar el evento. ¡Que nervios!

Una vez más muchas gracias a todos quienes leen, comentan, envían mp´s, votan y añaden a sus listas, marcadores, favoritos y alertas, siempre son la llamita que mantiene encendida la hoguera de la imaginación de esta escritora.

Un enorme abrazo a la distancia y mis mejores deseos para ustedes. ¡Hasta mañana!

 

Tessa.


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