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Etéreo (Riren/Ereri) por Tesschan

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Notas del capitulo:

Descargo: Shingeki no Kyojin y sus personajes le pertenecen a Hajime Isayama, yo solo los he tomado prestados para esta historia.

Tema del capítulo: Carga estilo nupcial.

25 DE OCTUBRE:

ÚLTIMO SUSPIRO DEL OCASO

 

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

 (Pablo Neruda, Poema XX)

 

 

 

La tarde del veinticinco de octubre se presenta ante ustedes revestida de vientos fríos, que hacen cantar a los árboles, y alargan sus sombras hasta el infinito frente al último suspiro del sol poniente.

Sentado en el porche junto a Eren, te cobijas bajo una manta que comparten y bebes chocolate mientras vigilan a Autumn que ha decidido explorar el jardín; no obstante, al observar el ocaso frente tuyo, anaranjado y perfecto, deseas detener el tiempo, conservándolos en ese momento para siempre.

A diferencia de otras veces que es todo alegría bullente, el chico a tu lado lleva un rato siendo silenciosa brisa; su cabeza apoyada sobre tu hombro, como si le perteneciese, y su mano entrelazada con la tuya, como si no desease perderte.

Y es entonces que el aguijonazo de la separación te duele, porque octubre ha recorrido casi todo su ciclo y resta solo él último suspiro del ocaso antes de decir adiós y separarse; y si tres años no han bastado para llenarte de Eren, de su presencia, ¿cómo aquel lapsus tan breve alcanzará para lo que reste de su ausencia?

Y es que en tres años han vivido tres vidas, por lo que te es difícil imaginar lo que queda de la tuya sin él. Eren se congelará en el tiempo de tu memoria, quizá del mismo modo que tú lo hagas en la suya; pero, si pudieses elegir, desearías que el tiempo para él siempre avanzara y nunca se detuviera, porque diecinueve primaveras es un tiempo demasiado corto para una existencia, y aunque tus treinta y tres tampoco son la gran cosa, has amado dos veces y sido correspondido inmensamente. Demasiada fortuna para una vida.

Contemplando el ocaso que se aprecia en el borde del horizonte, te pierdes en la cercanía del roto chico de verano que inunda tus sentidos y, no por primera vez, fantaseas con lo fácil que sería marcharte junto a él y dejarlo todo, porque si bien años atrás fue tu misma existencia la que te ahogó y amenazó con destruirte, ahora es la ausencia de Eren, lejana y distante, la que te aterra más que la vida misma.

Marcharte con él es tu más efímero sueño, aquel que has ansiado desde que el verano de su presencia se convirtió en todo lo que tu invierno anhela y contempla en anticipación a la cálida primavera; aun así, ceder a tu egoísmo no solo acallaría tu consciencia cargando a otros con el castigo y la pérdida, sino que sobre todo sería condenar a Eren a ese hombre que tiene por padre y lo posee, a pesar de lo poco que lo quiere; y a pesar de lo poco que el chico se siente en deuda, todavía así se ata a su obediencia.

Por eso, si tú cedes a tu egoísmo y te marchas siguiendo a tu corazón, la frágil torre de cristal que has levantado para proteger a quien amas caerá hecha mil fragmentos sangrantes; porque eres débil y tus bases son una completa mentira; una apuesta forjada en las escasas cartas que lograste ganar con trampas y engaños para negociar aquella partida.

Como si tu dolor fuese también el suyo y le consumiese, la mano de Eren entrelaza la tuya y sus labios buscan tu boca en un beso que te devuelve el aliento. Un beso que es tan conocido como renovado, porque a pesar de tenerle, de saberlo tuyo, cada nuevo encuentro se siente tan mágico como el primero.

El beso termina y el mocoso sonríe, todo picardía y ojos de mar estival cargado de intenciones; pero antes siquiera de que pueda hacer nada para intentar doblegarte, tu propia mirada se desvía un momento y el gélido terror te atrapa, porque el maldito bichejo ha escalado un árbol hasta lo imposible en un descuido, y ahora no sabe cómo escapar de su audacia.

Ambos corren a salvarlo, pero Autumn —asustado de sus persuasiones y súplicas mientras lloriquea cual pajarillo— no coopera, por lo que perdiendo tu finita paciencia trepas al árbol soltando maldiciones como si fuesen un mantra, ignorando totalmente al preocupado chico que te advierte tengas cuidado, el cual sabes necesario cuando la bestezuela malagradecida se asusta y ataca, haciéndote temer lo peor mientras pierdes pie y resbalas.

El impacto lo sientes amortiguado por otro cuerpo junto al tuyo, y al darte cuenta de que Eren es quien te ha sostenido entre sus brazos, desconcierto y roja vergüenza tiñen tu rostro; sentimientos que se reflejan de igual modo en aquellos enormes ojos de mar verdeazulado, los cuales ríen unos segundos —mostrando en ellos el atardecer— antes de que Eren también colapse y ambos acaben desplomados siendo un enredo de miembros entrelazados sobre el terreno repleto de marchitas y coloridas hojas otoñales.

Como si verlos hacer el ridículo lo animase, Autumn salta sobre ustedes y les observa tan digno como mesurado, todo afilados ojos verdes y pelaje atigrado; y Eren ríe a carcajadas sosteniendo tu peso sobre sí, con el desgreñado cabello cubierto de hojas. Ríe y el ocaso lo pinta de suave dorado anaranjado y lo sabes perfecto y hermoso, como su arte.

Le besas con la intensidad del tiempo y la desesperación de la pronta partida, y cuando aquel «te amo» quema en tus labios como brasas ardientes, sus dedos te acallan en una suave caricia.

—No lo digas. Siempre lo he sabido —murmura, con el bosque reflejado en los ojos y el trazo de tu mejilla bajo su toque—. Tú eres mi corazón y yo soy el tuyo. No necesitamos más.

Y tu alma florece ante aquellas palabras jamás dichas entre ustedes, y las cuales ya no son necesarias. Eren ha sido tu más grande sueño y tu más grande anhelo; la cálida y etérea brisa que desterró el invierno para convertirlo en primavera. Eren, que no fue tu primer amor, pero será el último, porque todo lo que en ti quedaba lo has dejado en él y para él. El último suspiro del ocaso.

 

 

Notas finales:

Lo primero, como siempre, es agradecer a todos quienes hayan llegado hasta aquí. Espero de corazón que la lectura fuese de su agrado y valiera la pena el tiempo invertido en ella.

Por lo demás, lamento la tardanza de hoy al publicar, pero desgraciadamente en la tarde mi ciudad se quedó sin electricidad y todo fue un desastre tras otro, así que solo ahora voy acabando con esto. En mi lado del mundo ya es veintiséis de octubre por poquito más de una hora, pero en otros lados aun es veinticinco, así que eso me conforta, jaja.

Respecto al tema del evento de hoy, era algo complicado ya que correspondía «carga estilo nupcial», ya saben, eso de llevar a la otra persona en brazo tipo princesa, por lo que me constó tanto, tanto encontrar una manera de meter eso en la historia, que esta situación tan boba fue mi única salvación. Espero les pareciese bien y les gustara, o que por lo menos el capítulo les resultara más divertido que otros gracias a Autumn haciendo de las suyas.

El tema para mañana es «deporte», y con ello ya damos inicio a la última semana de octubre y por lo tanto de esta historia. Solo seis días más para el final y despedir Etéreo.

Una vez más muchas gracias a todos quienes leen, comentan, envían mp´s, votan y añaden a sus listas, marcadores, favoritos y alertas. Siempre son el mayor incentivo para seguir esforzándome por aquí.

Un enorme abrazo a la distancia y mis mejores deseos para ustedes. ¡Hasta mañana!

 

Tessa.


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