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Zodiaco (Riren/Ereri) por Tesschan

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Notas del capitulo:

Descargo: Shingeki no Kyojin y sus personajes le pertenecen a Hajime Isayama, yo solo los he tomado prestados para esta historia.

CAPÍTULO 10:

(CAPRICORNIO)

CHIVO EXPIATORIO

 

Quien nada hace, ¿nada teme?

 

 

 

Sentado en el negro sofá de la espartana sala del departamento de Levi, Eren, intentando ingresar oxígeno a sus pulmones sin comenzar a hiperventilar —algo de lo que estaba muy cerca—, oyó con atención lo que su novio decía.

—Bien, mocoso, ahora es tu turno. Repite.

—No debo tener miedo, todo saldrá bien. Es solo una simple fiesta, así que todo saldrá bien —repitió él obedientemente, sintiendo a su corazón ir a mil por hora mientras su estómago amenazaba con devolver todo lo que había almorzado ese día; una desesperación que pareció multiplicarse al infinito en cuanto la palabra «madre» invadió su cerebro, negando con un gesto—: No, Levi, nada va a salir bien. ¡Su madre me odiará!

—Claro que no lo hará, Eren —insistió este, posando ambas manos sobre sus hombros, probablemente para mantenerlo sentado en su sitio e impedirle que huyera—. Mi madre es… buena persona.

Aterrado, él contuvo el aliento.

—Ha dudado.

—¡Claro que no he dudado, mocoso! ¿Qué clase de monstruo piensas que es mi madre?

—Es que si ella tiene su carácter…

La colleja que Levi le dio pilló desprevenido a Eren, haciéndolo soltar un gritito.

—Mi madre es una santa; además, realmente tiene muchas ganas de conocerte. Joder, sí piensa que eres muy buen chico por soportarme.

Eren asintió, porque él también pensaba que era un muy buen chico por eso, ya que a pesar de lo mucho que quería a Levi, su relación con él no era siempre fácil.

Aun así, con el resto no podía sentirse igual de confiado que su novio. Aquella era su primera vez conociendo a la madre de alguna de sus parejas, por lo que estaba seguro de que una vez llegara el momento, acabaría enredándolo todo a causa de los nervios y colapsaría, logrando que aquella mujer lo odiara.

¿Y si Levi terminaba dejándolo por petición de esta?, se preguntó Eren. De solo pensar en aquella posibilidad ya le daban ganas de llorar.

—Tiene prohibido romper conmigo —advirtió a su novio cuando este le apartó algunos mechones de la frente, dejando allí un beso.

—¿Y por qué mierda rompería contigo, mocoso? —inquirió; sus grises ojos llenos de confusión.

Eren se encogió de hombros.

—Porque una vez me conozca, su madre podría intentar convencerlo de que soy una mala influencia para usted y quiera alejarnos. Ya sabe, como en los dramas.

Una de las cejas de Levi se arqueó al oírlo, soltando luego un suspiro de resignación al ver su seriedad.

—Llevo ya un tiempo pensando esto, mocoso, pero creo que tendremos que controlar bastante lo que ves y lees. Te está jodiendo el cerebro.

—Pero podría pasar, admítalo —insistió él, tercamente.

—Podría estrellarse un puto meteorito contra la Tierra y matarnos a todos antes de que tengas tiempo de conocerla, joder —masculló este; sin embargo, de inmediato negó con un gesto—. No, mejor no pensemos en eso. Contigo es mejor no tentar a la suerte.

—Le recuerdo que Hange dijo que mi mala suerte es culpa suya.

—Y eso te lo dijo la loca que consiguió salir con Erwin leyéndole las cartas y convenciéndolo de que estaban hechos el uno para el otro.

Nada más oírlo, Eren se entusiasmó.

—¿Cree que si ella nos las leyese dirían lo mismo de nosotros? Hoy es su cumpleaños, Capricornio rige, ¡es un buen momento para que nos arriesguemos!

—Creo que conocer a mi familia ya será más riesgo del que podremos manejar mocoso.

—¿Qué quiere decir exactamente con eso, Levi? —inquirió, preocupado ante el tono fatalista de su novio.

Al ver como este le rehuía la mirada un segundo, una delatora décima de segundo, el alma de Eren se fue a sus pies. De seguro su futura suegra ya estaba al tanto de las veces que había estado a un paso de matar a su hijo a causa de su mala suerte, y no que eso lo convirtiera en un asesino en potencia —no uno deliberado al menos, se dijo—, pero sí debía darle muy mala fama.

—Puede decirme la verdad —le pidió a Levi con estoicidad, intentando que los ojos no se le aguaran—. Si ella ya me odia, lo entenderé.

Rodando los ojos, Levi dejó escapar un pesado suspiro.

—Joder contigo, mocoso dramático. Mi madre se muere por conocerte, te lo prometo. Aunque te agradecería muchísimo que ella acabase viva esta noche —le pidió, acariciando su cabeza—. Pero… puede que sí tengamos un pequeño problema.

—¿Grave?

—Gravísimo —reconoció su novio de mala gana—. Acabo de enterarme hoy de que también estará mi tío, Kenny.

—Su tío Kenny —repitió él asintiendo, sin comprender del todo.

—Y mi prima, Mikasa.

—Su prima Mikasa —repitió Eren, ahogando un gemido al caer en cuenta de algo—. ¡¿Mikasa Ackerman?!

Los grises ojos de Levi se abrieron con toda sorpresa.

—¿La conoces?

—Ah… bueno, digamos que sí —respondió él, siendo ahora su turno de apartar la mirada.

—Oi, Jaeger, ¿qué quieres decir exactamente con eso?

—Es que… verá… Mikasa y yo somos amigos desde la escuela. Eso es bueno, ¿no?

—Tus orejas están rojas, mocoso. Suelta la verdad.

Eren gimió.

—Es que… bueno, la he rechazado unas cuantas veces —reconoció, sintiéndose terriblemente avergonzado—; y cuando en la última le dije que estaba saliendo con alguien, no se lo tomó muy bien.

Ahora fue el turno de Levi de espantarse.

—Oi, oi, oi, ¿tú eres «ese» Eren? ¡Joder, si Kenny ha jurado matarte en cuanto te vea, mocoso!

Cubriéndose el rostro con las manos, Eren pensó que quizá no era mala idea el comenzar a preparar las cosas para su funeral.

 

——o——

 

—Levi, no quisiera asustarlo, ¿pero realmente está seguro de que es aquí?

La pregunta de Eren, teñida de una ligereza aterrada y nerviosa, fue un reflejo de sus propias dudas al contemplar la tétrica casona que parecía más apta para rodar una película de terror que para celebrar una fiesta de Navidad y cumpleaños.

Tras comprobar por tercera vez el GPS, solo pudo asentir con desánimo, prometiéndose asesinar a Hange en cuanto la tuviese enfrente.

—Es aquí, mocoso.

—Ahhh… es que no parece demasiado festivo, ¿verdad? —insistió Eren, observando por la ventanilla con el ceño fruncido; el mismo que se llenó de pánico cuando se volvió a verlo—: No me diga que era una fiesta temática y debíamos venir disfrazados.

—¡Joder, no! Antes muerto que asistir a una de esas fiestas, aunque fuese mía. Demonios, estoy seguro de que toda esta mierda fue idea de esa cuatro ojos demente.

Como si supiese que estaban hablando de ella, su móvil comenzó a sonar con una llamada de esta; una llamada que Levi cortó cinco veces antes de rendirse y responderle, tragándose sus reclamos y asegurándole que ya habían dado con la dirección, por lo que estarían en la casa en cosa de minutos.

Al ver que el caótico mocoso que tenía por novio seguía igual de asustado que antes, aferrando su colgante y contemplándolo con enormes ojos de lechuza aterrada, dejó escapar un suspiro y se inclinó en su dirección, besando sus labios.

—Oi, Eren, quizás este no sea el mejor momento para decirte esto, pero…

Armándose de valor antes de que la vergüenza lo venciera, Levi rebuscó el paquetito que llevaba en el bolsillo de su abrigo; sin embargo, antes que pudiese decir nada de su ensayado discurso, una nueva serie de desesperadas llamadas invadió su móvil, rompiendo por completo el momento.

Maldiciendo a Hange por su desatino, salió del coche seguido de Eren, y aunque aquella clase de cursilerías no era lo suyo, Levi sujetó la mano de este para que fuesen juntos a la casa y enfrentaran a… bueno, lo que tuvieran que enfrentar.

Nada más tocar la puerta, esta se abrió con un chirrido de mansión gótica; no obstante, una serie de luces salvajes y estrambóticas lo cegó completamente al entrar, haciéndolo caer casi de bruces cuando unos brazos estranguladores lo rodearon.

—¡Enano, feliz cumpleaños! —le dijo esta sin soltarlo—. ¡Treintaiocho años no se cumplen todos los días, Levi!

Intentando volver a respirar, se prometió que antes de que esa noche acabara, asesinaría a Hange.

—Y no sabes cuánto me alegro —gruñó él, abriendo los ojos con espanto al ver que esta se hallaba vestida como una desquiciada hada verde, hasta con alas incluidas—. ¿Y qué demonios es esto? ¿Una fiesta de Halloween?

—Apuesto a que te he sorprendido, ¿verdad? —le dijo esta con una sonrisa—. ¡Incluso tengo disfraces a juego para ustedes!

—¡Le dije que parecía una fiesta temática! —masculló Eren, nerviosamente aferrado a su brazo—. ¿Cree que es muy tarde para huir?

Él estaba a punto de decirle al mocoso que lo hicieran, cuando el peso de un conocido brazo sobre sus hombros lo hizo soltar un gruñido.

—¡Feliz cumpleaños, sobrino! Joder, sigues sin crecer en absoluto, Levi.

—Gracias, viejo. No te hubieses molestado en venir —protestó él, apartando de un manotazo a Kenny, quien iba disfrazado de un vaquero bastante avejentado y a maltraer—. Si me disculpas, tengo que saludar a mi madr-

—¡Eren!

La sorprendida voz de Mikasa se elevó sobre el bullicio de la música al ver al mocoso, y Kenny, que cuando menos se necesitaba era casi un sabueso de caza, prestó especial atención al tonto chico que ahora intentaba esconderse tras él.

—Levi, de verdad creo que deberíamos marcharnos —insistió su novio, al borde de la desesperación.

—¡¿Es con Levi con quien estás saliendo?! —protestó Mikasa, vestida como toda una pirata vengadora y fulminándolos a ambos con su oscura mirada—. ¡Pero si mi primo casi te dobla la edad y es un desastre de ser humano!

—¡¿Así que tú eres el desgraciado que jugó con el corazón de esta mocosa?! —preguntó finalmente Kenny, sumando dos más dos y llegando a la conclusión de que Eren era el responsable del sufrimiento de la chica.

Sin esperar respuesta alguna, este lanzó un puñetazo en dirección a su novio, con tan mala suerte que en cuanto Levi lo agarró de un brazo para apartarlo, este le llegó de lleno a Farlan —ahora Satanás— que se había acercado a saludarlo, haciendo que su nariz comenzara a sangrar como un río.

—¡Farlan! —exclamó la pelirroja Isabel, abriéndose paso entre ellos gracias a sus plumosas alas de ángel.

—¡¿Pero cómo quiere que le corresponda a Mikasa?! —protestó Eren, mostrando su cero instinto de supervivencia al enfrentar a su tío con toda honestidad—. ¡No puedo, soy gay!

—¡Creo que necesitamos llamar a un médico! —exclamó Isabel, conteniendo el sangrado de Farlan con su blanca túnica—. ¡Si no hacemos algo pronto, se va a morir!

—Farlan no morirá por un sangrado nasal, cariño —la regañó su madre dulce, pero firmemente, arrodillándose junto a esta para relevarla de atender al otro idiota, por completo metida en su papel de enfermera—. Kenny, ya basta. Deja de hacer el ridículo. Y tú, Mikasa, deja de lloriquear por un hombre que no te corresponde; él no vale la pena. Levi, cariño, ¡feliz cumpleaños! Y Eren, bienvenido a la familia.

—¡Tía! —protestó Mikasa, toda indignación—. ¡Le acabas de dar la bienvenida como novio de Levi al mismo hombre que dijiste que no valía la pena para mí! ¡Y yo lo conocí primero!

—Pues si sabías que era gay, haberte cambiado de sexo antes, querida. Ya no lo vas a poder voltear.

—Levi —le susurró Eren, sin apartar sus ojos del desastre que todo aquello era—, ¿cree que es muy tarde para escaparnos? Pensé que tras conocerlo a usted nada me asustaría, pero su familia… da un poco de miedo.

—Ni que lo digas, yo crecí con ellos y aun no los supero. Vámonos.

—¡Hey, enano, nada de huir! —los atajó Hange cuando iban enfilando hacia la salida—. ¡Aun no has visto el pastel!

—Han tiene razón, Levi —intervino Erwin, pasando su musculoso brazo por los hombros de Eren, sujetándolo como rehén—. Estoy seguro de que solo son tus nervios hablando.

—Ni nervios ni nada, solo que esta fiesta… ¿De qué mierda vas disfrazado? —preguntó horrorizado, al ver el traje verde de su socio.

—¡De Peter Pan! —exclamó Hange, contenta—. Y yo soy Campanilla.

—¿No sienten olor a quemado? —preguntó Eren, intentando huir disimuladamente de la llave de Erwin.

—Claro que no. ¿Qué podría estarse quemando? —preguntó su madre, aun atendiendo a Farlan que, a ojos de Levi, ya solo fingía encontrarse mal.

—Muchas cosas, ¿sabe? —respondió Eren con honestidad—. El otro día en un programa de la televisión, estaban comentando que-

—¡Los fusibles! —gritó Isabel, viendo como saltaban chispas de la caja de la electricidad.

—¡Eren! —gruñó, Levi, sabiendo que probablemente aquello era obra de una debacle cósmica provocada por el chico.

—¡No me eche la culpa a mí! —se defendió este.

—Creo que el sahumerio purificador del mes pasado no funcionó. Quizá debamos probar con algo más fuerte, Levi —intervino Hange.

—¡Eren, tenemos que hablar! —exigió Mikasa, sujetando el brazo del otro chico con posesividad, haciéndolo gemir cuando tiró en su dirección, sin permitir que Erwin soltara aun su cuello.

—¡Joder, acabarán desarmando al mocoso! —protestó él, dando un paso al frente para salvarlo antes de que este muriese.

—¡A mí igual me gustaría tener unas palabras con el chico! —intervino de pronto Kenny, tirando del otro brazo de Eren.

—¡Kenny, te dije que lo dejaras en paz! —regañó Kuchel a su hermano, poniéndose de pie y dejando caer de golpe a Farlan contra el suelo.

—¡No pisen a Farlan! —gritó Isabel al ver que su amigo yacía otra vez en el piso, peligrando de ser aplastado por la estampida que ellos eran.

—¡Levi! —gimoteó Eren con los ojos llorosos, sin poder escapar.

—¡He dicho que dejen al mocoso tranquilo, joder!

Pero antes de que pudiese rescatar a este, los fusibles se convirtieron en una lluvia de chisporroteos, la cual los dejó completamente a oscuras y sumidos en un desastre de gritos, gemidos, golpes, toqueteos y pisotones, hasta que la luz regresó, haciéndolos contener el aliento debido a lo que estaba ante ellos.

El cuerpo inerte de Kenny —tirado en el suelo como un estropajo viejo que nadie quería tocar—, yacía boca abajo y con la espalda por completo ensangrentada, con todos ellos como testigos de su situación.

Tragando duro, Levi miró a Eren, cuyos aterrados ojos verdes parecían enormes a causa de las estrafalarias luces que decoraban la fantasmagórica casa.

Su madre parecía consternada por lo sucedido, mientras que Mikasa le susurraba al oído, ante lo que esta solo asentía con mudez.

Farlan, ensangrentado y todo, había logrado ponerse de pie con ayuda de Isabel, y ahora ambos contemplaban al otro hombre con total horror.

Erwin —estoico como siempre—, acompañó a su demente esposa cuando esta se arrodilló junto a su tío para examinarlo. Al verla negar con un pesaroso gesto, Levi tomó una decisión.

—La puta fiesta queda cancelada. Y nadie se moverá de aquí hasta que llegue la policía para descubrir quién mató al viejo.

Notas finales:

Lo primero, como siempre, es agradecer a todos quienes hayan llegado hasta aquí. Espero de corazón que el capítulo fuese de su agrado y valiera la pena el tiempo invertido en él.

Lo siguiente, es felicitar a todos los capricornianos que ya hayan cumplido o cumplan añitos durante este mes. Deseo que este nuevo año que comienzan a recorrer les llegue lleno de cosas buenas, aprendizaje y sobre todo mucho, mucho amor. Mis mejores deseos para ustedes y un enorme abrazo a la distancia, así que, ¡muy feliz cumpleaños!

También, quiero aprovechar la oportunidad para desear a todos un muy feliz comienzo de año. Espero de corazón que este 2021 sea mucho mejor que el 2020 que hemos dejado ya atrás. Que sea un año renovador y más esperanzador en todo lo que se pueda, así que mis mejores deseos para que los de ustedes se cumplan, y un enorme abrazo.

Y por lo demás, solo espero que el capítulo les gustase en lo muy raro que fue. Supongo que al final todos quedaron con muchas dudas, porque no hubo un cierre, y eso se debe que al igual que sucederá con Aries en su momento, Capricornio tendrá dos capítulos en vez de uno. Así que en la quincena de este mes, veremos el final de esta parte de la historia de asesinato, por lo que pueden dejar sus ideas sobre quién es el asesino de Kenny, como lo mató y por qué lo mató. En unos días más, conoceremos al culpable del crimen, jaja.

Para quienes leen el resto de mis historias, aviso que las siguientes actualizaciones corresponderán al capítulo 2 de Love in Four Seasons y el 7 de Tú + Yo = Allegro que está llegando a su final, y luego de eso el capítulo 40 de In Focus.

También aviso que a partir de mañana y durante unos días estaré respondiendo mensajes, así que me disculpo de antemano con todos a quienes les llegará una avalancha de estos.

Una vez más muchas gracias a todos quienes leen, comentan, envían mp’s, votan y añaden a sus listas, marcadores, favoritos y alertas. Siempre, siempre, son la llamita que mantiene encendida la hoguera que es la imaginación de esta escritora.

Un muy feliz 2021 a todos ustedes, un abrazo enorme a la distancia. Muchas gracias por haberme acompañado durante este año. Han hecho de este 2020 algo bueno, a pesar de todas las dificultades que a veces trajo. Mi deuda para ustedes, como siempre, es infinita.

 

Tessa.


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