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Zodiaco (Riren/Ereri) por Tesschan

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Notas del capitulo:

Descargo: Shingeki no Kyojin y sus personajes le pertenecen a Hajime Isayama, yo solo los he tomado prestados para esta historia.

CAPÍTULO 11:

(CAPRICORNIO)

CORDERO DE SACRIFICIO

 

Y pagarán justos por pecadores.

 

 

 

Ni cinco minutos habían transcurrido desde el inesperado deceso de Kenny, cuando Levi cayó en la verdadera gravedad del problema. Sabía que en cuanto el shock remitiera la pérdida de su tío lo golpearía, y más debido a que tramitar un funeral sería una auténtica mierda, pero lo peor de todo, era que el asesino de este se hallaba entre las personas importantes de su vida, incluyendo a su muy desafortunado novio.

—Mocoso, dime la verdad, prometo que no me enfadaré —comenzó él, intentando no asustar al chico que ya parecía a punto de colapsar—. ¿Tienes algo que ver con esto?

Los ojos de Eren, enormes y sicodélicos debido a las malditas luces de colores, se llenaron de sorpresa al oírlo. Una sorpresa que en segundos se convirtió en una filosa y verde rendijilla de dudas.

—¿Está insinuando que yo maté a su tío? —inquirió este con aquel tono dolido que siempre auguraba problemas.

—Tch, claro que no, pero a ojos de otros podrías parecer culpable. El viejo te la tenía jurada por lo de Mikasa. —Soltando un suspiro, Levi contempló como Erwin hablaba por teléfono, seguramente con la policía—. Tenemos que pensar en una coartada.

El enfado de Eren se esfumó de golpe ante sus palabras, siendo remplazado por su alegría de cachorro al preguntarle:

—¿Me encubriría de ser necesario?

La parte más sensata de Levi, la que siempre le recordaba que estaba siendo un completo idiota cuando de Eren se trataba, le urgió a decirle a este que por supuesto no haría algo así; no obstante, tras observar al mocoso un momento y recordar todas las desgracias a las que había sobrevivido tras diez largos meses de conocerse, comprendió que era un egoísta de lo peor. Descontando a su madre, Isabel y, quizá, Mikasa, el resto podrían ser sacrificables. Él mismo se encargaría luego de conseguirles el mejor abogado de ser necesario.

—Espero no llegar a eso —le dijo a su novio, palmeando su morena mejilla justo cuando Erwin dejó de hablar y regresó para reunirse con ellos.

—La policía ha dicho que vendrán enseguida, por lo que… no debemos tocar el cuerpo —terminó este, observando con azules ojos resignados como su porfiada esposa acababa de voltear a Kenny de espaldas, cruzándole los brazos sobre el pecho en una pose de descanso eterno.

—¿De verdad el tío está muerto? —preguntó la llorosa ángel Isabel, quien ahora parecía toda una castigadora celestial debido a su ensangrentada túnica blanca, producto de la chorreante nariz de Farlan.

—Bueno, digamos que está descansando —la consoló Hange, logrando que ahora fuese su madre la que dejase escapar un entrecortado gemido de dolor.

—La vida es efímera —concluyó Erwin, cruzando los brazos sobre su amplio pecho, totalmente ridículo en su disfraz de Peter Pan—. Por lo menos debemos alegrarnos de que Kenny tuvo una buena y feliz vida.

Al ver como Eren asentía ante las palabras de este, casi a punto de romper a llorar, y temiendo que pronto comenzaran a enumerar las poquísimas virtudes de Kenny en aquel seudovelorio, Levi mandó lo poco que quedaba de su paciencia al carajo.

—Oi, nada de comenzar a llorar por el viejo. Mi tío —se corrigió al ver la llorosa mirada asesina que le lanzó su madre, quien era consolada por su prima—. No es como si Kenny solo hubiese estirado la pata porque sí, sino que lo asesinaron. Y el culpable sigue entre nosotros.

Sus palabras fueron como un balde de hielo en pleno invierno, haciendo que todos lo observasen como si fuese el ser más cruel del mundo por romper así aquel perfecto momento de lamentaciones y sufrimiento; sin embargo, en cuanto la mano de Eren se entrelazó con la suya, Levi supo que estaba haciendo lo correcto, más cuando este sonrió al mirarlo.

—Su familia es rarísima, sabe.

—Ni que lo digas, mocoso —respondió, devolviéndole el gesto—. Ni que lo digas.

 

——o——

 

Como si su cumpleaños deseara recordarle que su vida era una mierda, la lluvia torrencial que comenzó a caer cuando se reunieron en la sala volvió aquella fiesta en una cosa todavía más tétrica.

Hange —que había cubierto a Kenny con una manta para que no tuviesen que verlo constantemente— corrió a sentarse en el regazo de Erwin, quien ocupaba una de las butacas gemelas de la habitación, lo mismo que Eren y él, hallándose ambos incómodamente apoltronados en aquel estrecho espacio. Por otro lado, Mikasa se sentaba en el sofá junto a su madre, así como también Isabel y Farlan, quien a su parecer no comprendía el maldito concepto de espacio personal, manteniéndose casi pegado a su progenitora.

—Bien —comenzó Levi, reacomodándose mejor en su asiento, porque Eren acababa de clavarle el codo en las costillas—. Farlan, explica lo que pasó una vez las luces se apagaron. ¿Por qué mataste a Kenny?

—¡¿Y por qué demonios asumes que fui yo?! —protestó enfadado este—. ¡Te recuerdo que estaba herido, bastardo!

—Por eso mismo —acotó—. Fue el viejo quien lo hizo.

—Tu tío, Levi —apostilló su madre, ante lo que él asintió, resignado.

—Mi tío te pegó el puñetazo, así que tenías derecho a estar enfadado con este.

—¡Pero no para matarlo! —intervino Isabel—. Farlan será algo idiota y muy mujeriego, pero no es malo.

—¡Eso mismo! ¿Quién demonios en su sano juicio mataría a alguien solo por eso? —prosiguió este.

—La gente comete atrocidades por menos —señaló Hange con su alegría de hada verde—. Quizás a Kenny le molestara que coqueteases siempre con su hermana.

La mirada asesina que Levi lanzó a esta se vio interrumpida por la risilla de su madre, quien parecía haber olvidado sus penas ante la posibilidad de tener un pretendiente.

—Pero es que tanta sangre es sospechosa —señaló repentinamente Eren, rodeando su cintura con sus brazos, y negándose a soltarlo incluso cuando él lo pisó con saña.

—Eso es porque me choqué con la espalda de alguien y la nariz volvió a sangrarme. Luego, al intentar sujetarme, me agarré de algo, pero acabé estampado contra la pared —respondió Farlan.

—Ah… fui yo quien lo empujó —reconoció de mala gana Mikasa, observando con nada disimulado rencor como Eren lo abrazaba—; pero fue porque el idiota me jaló del cabello.

—No lo hice a propósito Mikasa, discúlpame —se apresuró a decir Farlan con una coqueta sonrisa, la cual murió en cuanto Isabel lo pellizcó furiosa.

—Oi, mocosa, ¿fuiste tú quien asesinó a nuestro tío?

Mikasa lo miró indignada.

—¡¿Cómo se te ocurre siquiera que iba a matar al tío Kenny, Levi?!

—Bueno, el viejo no dejaba de espantarte novios, y había amenazado a este mocoso tonto por tu culpa. Incluso yo habría pensado en deshacerme de él.

—¡Levi! —lo regañó su madre.

—¡¿Cómo que por mi culpa?! ¡Si fuiste tú quien me quitó a Eren! —se indignó esta.

—No te lo quité, el chico es gay.

—¡Eso da igual! Además, luego de que Farlan me jalara el cabello, acabé tropezando y cayendo al piso con alguien encima.

—¡Esa fui yo! —señaló alegremente Isabel, alzando su diminuta mano—. Alguien me pegó un codazo en el ojo y perdí el equilibrio. Casi me quedo tuerta.

—Lo siento mucho, Izzi. Temo haber sido yo quien te golpeó —se disculpó el bueno de Erwin, pareciendo absolutamente contrito—. ¿Te encuentras bien?

—Tch, ¿podrían dejar de desviarse del asunto, joder? —protestó él.

—¡Levi, tu lenguaje! —lo regañó su madre.

—No se preocupe, él siempre es así —intervino Eren, dirigiéndose a su progenitora con una de sus beatíficas sonrisas de buen chico, logrando que esta le sonriese a su vez antes de lanzarle a él una mirada de velada advertencia que prometía dolor.

—Ya, lo que sea —gruñó Levi—. Confiesa, Erwin, ¿mataste a Kenny?

—¡Levi! ¡¿Cómo puedes siquiera pensar que mi marido podría haber matado a tu tío?! —Pareciendo un hada furiosa, Hange se puso de pie—. ¡¿Y por qué no le preguntas lo mismo a Isabel?!

—Porque ella no fue. Me lo dice el corazón —se apresuró a responder él, esperando zanjar el asunto.

—Pero podría haberlo hecho —reconoció Izzi, alisando su ensangrentada túnica—. El tío golpeó a Farlan, así que estaba muy enfadada con él.

—Isabel —masculló él ante la poca cooperación de esta para salvarla, pero Eren pareció iluminarse al oírla.

—¡Eres realmente muy sincera, Isabel!

—¿Verdad que sí? —respondió esta—. Mi lema es ir siempre con la verdad por delante.

—Perfecto, ya tenemos una asesina confesa. Fin —dictaminó Hange, como si aquello solucionase todo.

—Solo lo dices para librar de culpa a Erwin —protestó Levi.

—Y tú solo para librar a Isabel, enano. Además, ¿por qué no interrogas a tu madre o a Eren? Ellos sí tenían motivos después de todo.

—¿Eh? ¿Por qué demonios iba mi madre a matar a su hermano? —se indignó.

—Ya sabes, por la herencia. Suele ser algo común en estos casos.

—¡Si hubiese una jodida herencia, cuatro ojos idiota! —replicó él—. El bastardo de Kenny solo tenía deudas, las cuales he tenido que ir pagando yo.

—Es verdad —reconoció Kuchel con pesar—. Pero, aun así, Kenny era muy buena persona.

Levi no estaba tan seguro de ello, pero prefirió callarse.

—Bueno, Kuchel queda libre por ahora, ¿pero Eren? —insistió Hange.

—El mocoso estuvo siempre conmigo —lo defendió él—. No solté nunca su mano.

El rostro de Hange se llenó de burla al oírlo, soltando una estruendosa carcajada.

—¡Esa mano era mía, enano! Con razón me pareció tan pequeña.

—Que te jodan, desgraciada.

—¡Levi, tu lenguaje!

—Ah… pero alguien realmente sí tomó mi mano —intervino Eren, pareciendo algo avergonzado.

—Supongo que fui yo, querido —se disculpó su madre con una sonrisa—. Oí a Farlan quejarse, así que pensé que volvía a sentirse mal.

—Aun me siento bastante mal, Kuchel. Quizás usted podría… ¡Auch, Izzi! —protestó este cuando la pelirroja chica volvió a darle un tremendo pellizco, el cual Levi agradeció mentalmente.

—¿Entonces qué? ¿Nadie aquí es culpable? —refunfuñó él—. Dudo que Kenny se asesinara solo, por muy idiota que fuese.

—¡Levi, no hables así de tu tío! —volvió a regañarlo Kuchel.

—Levi, dame un número del uno al cuatro —le pidió de pronto Hange, tecleando en su móvil.

—¿Cuatro? —respondió él, dudoso.

La expresión de pánico de su amiga dejó a todos sin aliento, haciendo que incluso a él se le helase la sangre en las venas.

—Levi —comenzó esta con tono lúgubre, enseñándoles la pantalla de su móvil, donde aparecía una carta del tarot—. Eres la muerte. ¡La muerte! Tú asesinaste a Kenny.

—¡Por supuesto que Levi no mataría a su tío! —lo defendió lealmente Eren, casi tirándolo al suelo al ponerse de pie para enfrentar al hada desquiciada de Hange—. Puede que él lo detestase y deseara hacerlo desaparecer, pero no lo hubiera matado así.

Antes de que pudiese decirle al mocoso que cerrara la puta boca de una vez, el grito de Isabel los alertó. Un grito de terror que se volvió colectivo cuando el cuerpo de Kenny se puso de pie cubierto por la manta, dejando escapar un gemido estertóreo antes de dirigirse con paso espectral hacia ellos.

 

——o——

 

—La mataré, lo juro. ¿A qué mente enferma se le ocurre hacernos pasar por esta mierda? —refunfuñó Levi, terminando de ponerse el disfraz que Hange le había dejado.

Eren, colocándose el alto sombrero de copa, se miró en el espejo del baño y encogió sus hombros.

—Supongo que Hange sí se portó mal al drogar a su tío para hacerlo pasar por muerto, y en verdad fue mala suerte que Farlan se chocara con él, dejándolo lleno de sangre —reconoció—; pero no puede negar que ha sido un cumpleaños único, Levi. ¡Además, su tío sigue vivo!

—Supongo que sí debo alegrarme por eso —masculló su novio con desgana; no obstante, al ver la imagen de ambos reflejada en el espejo, sus labios se fruncieron con disgusto—. ¿Qué demonios se supone llevamos puesto, joder?

—Bueno, usted es el Conejo Blanco y yo el Sombrerero Loco de Alicia —respondió Eren, aprovechando la oportunidad para abrazar a este por la cintura—. Creo que se ve muy bien así.

—Me veo ridículo —gruñó Levi, quitándose las largas orejas—. Suelta, me cambiaré esta mierda.

—Si lo hace no iremos a juego —protestó Eren—. Y Hange se enfadará conmigo.

—¿Y te importa más el enfado de Hange que el mío? —inquirió Levi con fría letalidad.

—Claro que no —replicó él, liberándolo—. Aun así, no quiero que ella lo regañe. Estoy feliz de que usted tenga tan buenos amigos que lo quieran, ¿sabe? Y ahora también me tiene a mí.

La forma en que Levi lo miró, un poco meditativa, inmensamente avergonzada, hizo sonreír a Eren; sonrisa que se convirtió en sorpresa cuando —tras rebuscar en el bolsillo de su abrigo— este sacó un pequeño paquetito de regalo, el cual tendió en su dirección.

—Feliz Navidad, mocoso.

Sintiendo un nudo de emoción en la garganta, Eren le preguntó con incredulidad:

—¿Es para mí?

—Sí. No sé si te guste, pero pensé que sería bueno y… ¡¿Qué mierda te pasa ahora?! —le preguntó Levi alarmado, viendo que él había comenzado a llorar.

—¡Es que con los nervios de la fiesta olvidé su obsequio en casa! —admitió Eren, desconsolado.

—Joder, deja de lloriquear como un bebé. Ya luego me lo darás —le dijo este, entregándole su pañuelo.

Una vez abrió la cajita, Eren contempló la pulsera que allí descansaba, tan curiosa como bonita. Una pulsera formada por redondeadas piedrecillas de diferentes verdes teñidos con manchas rojizas sobre ellas, y la cual lo hizo sonrojarse profusamente cuando Levi tomó su mano izquierda para ponérsela.

—Es heliotropo, una de las piedras que te corresponden por nacimiento según Hange. Ella me aseguró que te daría protección, por eso la elegí.

Emocionado, Eren echó sus brazos al cuello de Levi para besarlo, notando de pronto una punzada en el pecho, la cual se convirtió de golpe en un dolor quemante que lo hizo gemir.

—Mi pecho se está quemando —le explicó a este, apresurándose a desabotonar la camisa y apartar su colgante para poder revisarse.

Sin embargo, la puerta del baño se abrió sin aviso alguno, dando paso a Hange —que llevaba el pastel de cumpleaños en las manos—, quien era seguida por todos los demás.

—Lamentamos interrumpirlos, pero creo que van a tener que dejar eso para después. Será mejor que apagues ahora mismo las velas, Levi, y que pidas un muy buen deseo. Vamos a necesitarlo.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó su novio, lleno de suspicacia.

—Que ha llegado la policía y nos esperan en el salón. Van a llevarnos a todos detenidos, así que cumplirás años en la cárcel.

—Eren —murmuró este al mirarlo, y a pesar de que él deseó asegurarle que aquello no era su culpa, tuvo que reconocer que quizá, solo quizá, lo fuese al menos un poquito.

Aun así, sonrió antes de besarlo en la mejilla.

—Feliz cumpleaños, Levi.

Notas finales:

Lo primero, como siempre, es agradecer a todos quienes hayan llegado hasta aquí. Espero que el capítulo fuese de su agrado y valiera la pena el tiempo invertido en él.

Lo cierto es que este capítulo llega con bastante retraso, porque era para mediados de mes, pero debido a ciertas circunstancias no he podido retomar las actualizaciones hasta ahora. Aun así, aquí está la segunda y última parte de este cumpleaños tan extraño para Levi. Espero que la disfrutaran y al menos se riesen un poco con ella en todo su absurdo, que es la idea. Además, ya solo estamos a tres capítulos de acabar esta historia, así que queda nada para el final.

Un dato sobre el capítulo, es sobre la pulsera que Levi le obsequia a Eren. Esta está hecha de heliotropo, o piedra de sangre como también se le conoce. Esta variedad de mineral pertenece a la familia de los cuarzos y se caracteriza por ser de un color verde profundo salpicado de manchas rojas. Es una piedra sanadora y protectora, por lo que ayuda a cuidar la salud y alejar tanto el mal como las energías negativas; además, es una de las piedras representativas para los nativos de Aries, así que de allí la elección de Levi para ese obsequio. Ya ven, no quiere que nada malo le pase a Eren, aunque a él le sigan ocurriendo desgracias, jaja.

Y bueno, el siguiente capítulo llegará en menos de una semana, entre domingo y lunes, correspondiendo ya a los Acuario.

Para quienes leen el resto de mis historias, aviso que la siguiente actualización será el capítulo 2 de Love in Four Seasons y será para mañana miércoles o el jueves. Luego de eso, correspondería el capítulos 7 de Tú + Yo = Allegro, también en esta semana, y el capítulo 40 de In Focus que espero también pueda ver la luz a final de mes o los primeros días del siguiente.

Una vez más muchas gracias a todos quienes leen, comentan, envían mp´s, votan y añaden a sus listas, marcadores, favoritos y alertas. Son siempre la llamita que mantiene encendida la hoguera.

Un abrazo a la distancia y mis mejores deseos para ustedes.

 

Tessa.


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