Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tú + Yo = Allegro (Riren/Ereri) por Tesschan

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Descargo: Shingeki no Kyojin y sus personajes le pertenecen a Hajime Isayama, yo solo los he tomado prestados para esta historia.

Temas del capítulo: Universo Real / Universo del Olimpo / Universo Nórdico.

 CAPÍTULO 7:

(SI)

SIEMPRE EN EL CORAZÓN

 

Hay dos maneras de difundir la luz… ser la lámpara que la emite, o el espejo que la refleja.

 (Lin Yutang).

 

 

 

—Oi, mocosos, ¡¿aún no acaban de ordenar?!

La airada voz de Levi llegó justo en el momento en que Eren daba una última vuelta a Ymir, haciéndola girar graciosamente sobre sí misma, al ritmo de El Danubio Azul de Strauss que tarareaba.

—Pero si tenemos todo listo, cariño —se defendió, abrazando a la niña cuando la pieza acabó, dando por concluido su improvisado baile—. Dijiste que colocáramos las sillas y retiráramos lo que molestara, y eso hicimos.

—Y barrimos y lustramos nuevamente el piso —apostilló Ymir contenta, con los bracitos enredados en su cintura.

—¿Y qué iban a barrer si yo lo hice en la mañana? —protestó su esposo; no obstante, al comprender lo último que la niña había dicho, entrecerró sus grises ojos con sospecha—. Oi, ¿qué mierda es eso de que volvieron a lustrar el piso?

—Has dicho una mala palabra, Levi. Tendrás que pagar —lo reprendió Ymir.

—¡Nada de desviar el tema como hace siempre este mocoso manipulador! Ustedes dos, empiecen a confesar ahora mismo lo que han hecho.

Como si quisiese dejar claro que él también estaba de acuerdo con esa exigencia, Nox —entrando en la sala de música— soltó un maullido y depositó a los pies de Levi el mismo pajarillo que Eren había olvidado enterrar, y el cual era el causante de haber vuelto un estropicio de plumas y sangre la habitación, que Ymir y él debieron volver a limpiar.

—¡No puedes regañar a Noxie, es solo su instinto! —se apresuró a defender Ymir a su mascota, tomando a este en brazos para protegerlo—. Y deberías agradecérselo; te ha traído un obsequio porque te quiere y se preocupa por ti, ¿sabes?

La expresión de espanto de Levi al ver el cadáver emplumado, le dejó clarísimo a Eren lo que este pensaba de aquel obsequio.

—¡Jod… Dios! ¿Ahora resulta que tenemos un asesino en casa? —masculló su esposo, dejándose caer sentado en la banqueta del piano.

Noxie solo cazó porque lo necesitaba —insistió tercamente la rubia fantasmilla—. Ustedes comen carne, y eso no los convierte en asesinos, ¿verdad?

—¡Pero si ese bicho no se comerá al put… condenado pájaro! ¡Si solo come atún del caro, por amor de Dios! —soltó su esposo, lanzándole una mirada que prometía dolor y venganza cuando él hizo un gesto para que controlara su lenguaje.

—Porque es delicado —respondió Ymir—. Levi, deberías ser más agradecido. ¿Qué pasaría si Noxie llegara a creer que no lo amas?

—¡Delicado y un demonio! Además, se ha cometido un homicidio justamente el día de tu soirée, mocosa. Yo sabía que nuestro aniversario no traería nada bueno por la maldición del espejo. Esto es un mal presagio.

—Vamos, cariño, no creo que sea para tanto —se apresuró a calmarlo Eren, acercándose para abrazarlo, dejando un beso sobre su coronilla—. Hemos sobrevivido a cosas peores.

—¿Y lo dices tan tranquilo, Jaeger?

—Es que sí han sido cosas peores, Levi. Recuerda que casi morimos en el viaje para ver a la abuela Kuchel, y Erwin estuvo a punto de atragantarse en su cena con Hange; y no olvidemos lo que ocurrió el año pasado en el teatro —señaló Ymir con seriedad, quitando algunas blancas plumas del pelaje de su gato—. La vida nos ha puesto muchas pruebas, ¡pero las hemos superado!

Eren oyó a Levi soltar un bajo gruñido, pero tal como pasaba siempre que Ymir estaba metida en el asunto, su molestia se apaciguó tras un par de suspiros. Para ser un hombre que aparentaba tanta severidad, Levi realmente tenía un enorme corazón.

—Solo espero que tu condenada presentación no sea una prueba más. —Poniéndose de pie, su esposo les indicó—: Vamos.

—¿A dónde? —cuestionó Eren, lleno de curiosidad.

Los delgados labios de Levi se torcieron en una mueca al oírlo.

—¿A dónde más va a ser? ¡Pues a enterrar a ese desgraciado bicho! —explicó, señalando al pajarillo—. Y lo purificaremos por si acaso. Ya tenemos suficiente con un fantasma en casa.

La alegre risa de Ymir, resonando como campanillas, fue para Eren tan bella y reconfortante como La Campanella de Liszt; un sonido que, egoísta y secretamente esperaba poder oír toda su vida.

 

——o——

 

Justo cuando Levi y él terminaron de acomodar los últimos aperitivos en sus respectivas bandejas —e Ymir de alistar a Nox con su traje para ese día—, el timbre de la puerta sonó anunciando la llegada de sus primeros invitados.

—¡Es la abuela Kuchel y el tío Kenny! —soltó esta, llena de entusiasmo al leer el mensaje en su móvil rosa—. ¡Yo iré a abrir!

En solo un par de segundos niña y gato salieron como todo un vendaval por la puerta de la cocina, y al notar como los grises ojos de Levi contemplaban con pesada seriedad por donde esta acababa de marcharse, Eren no pudo evitar que su propio corazón se sintiese adolorido.

Ciertamente aquel último año junto a Ymir había sido difícil, no porque ella fuese un problema, sino porque la perspectiva de su marcha parecía cada vez algo más real.

Levi y él habían intentado averiguar lo más posible sobre la vida de esta a través de la familia materna de Zeke, pero lo poco que lograron descubrir, aparte de que era la hija ilegítima del patriarca familiar, fue que no solo la habían despreciado por ello, sino que también mantenido aislada hasta el día que murió, ni siquiera sabiéndose si había tenido una tumba para recordarla.

Siete años era lo que duraba la maldición de un espejo roto, se recordó Eren, e Ymir acababa de cumplir seis junto a ellos. La cuenta regresiva realmente estaba resultando tan desgarradora como Tristesse de Chopin.

—Si dices algo sobre esto, Jaeger, te patearé —lo amenazó su esposo cuando él lo abrazó, queriendo darle consuelo.

Aun así, ya acostumbrado a que las palabras de Levi no siempre fueran acorde a sus deseos, besó su frente y luego sus labios, sonriendo apenas cuando se miraron a los ojos.

—Feliz séptimo aniversario, cariño. Gracias por todo este tiempo juntos.

A pesar de sus amenazas anteriores, Levi por supuesto no hizo nada, tan solo devolviendo su abrazo y permitiendo que aquel pequeño momento de debilidad compartida aliviara parte de sus penas. Después de todo, lo bueno que habían compartido durante aquellos seis años con Ymir, compensaba completamente cualquier dolor.

 

——o——

 

Pompa y Circunstancia de Elgar, marcaba en la cabeza de Eren el paso de los preparativos para la soirée de esa tarde. Una marcha alegre y dinámica para incentivarlo a trabajar arduamente, esperando que la noche de Ymir resultara fabulosa.

Hacía cosa de seis meses atrás, para Año Nuevo, la niña había decidido dar su primer concierto como solista en casa. Todo había resultado muy bien, por supuesto, pero debido a las fiestas no todos los invitados pudieron asistir, por lo que aquella nueva presentación, era la gran oportunidad de su pequeña Giselle.

—Sé que no debería, pero estoy muy nerviosa, cariño —le dijo su suegra al entrar en la sala, dándole un abrazo que él devolvió.

—Bueno, yo también —reconoció—. Pero Ymir ha trabajado duro estos meses. Estoy seguro de que lo hará bien.

Kuchel rio al oírlo.

—Eso me ha dicho, aunque no quiso contarme nada más de su repertorio para esta noche. Por cierto, Kenny no deja de lloriquear como un bebé debido a que ella ha secuestrado a Cerbero —suspiró con resignación—. Solo espero que, al terminar, ese pobre animal siga vivo.

—Si te refieres a lo que pasó con ese condenado pájaro, es un tema tabú. Puede amalditarnos, mamá —añadió Levi, llegando junto a ellos.

—Tranquilo, cariño, con Ymir ya lo tenemos todo resuelto.

Nada más oír a su madre, los grises ojos de su esposo se abrieron con auténtico pánico.

—¡¿Qué es lo que han hecho ahora?!

—Un sahumerio en donde enterraron al bicho, y huele como el Infierno, así que mejor cierren las ventanas —informó solícito Kenny, bebiendo un vaso de ponche y frunciendo el ceño—. ¡¿Pero qué mierda es esto?! ¡No le has puesto nada de alcohol!

—No vamos a arriesgarnos contigo hoy, viejo borracho. Ya estoy soportando suficiente estrés sin que nos des problemas —masculló Levi de mala gana.

—Tu tío se portará bien, cariño. Es el concierto de Ymir después de todo —defendió Kuchel a su hermano; no obstante, al ver que este sacaba una petaca de la chaqueta del traje, todas sus buenas intenciones se fueron de golpe cuando se la arrebató, indignada—. ¡Kenny!

—¡Es que estoy preocupado por Cerbero!

El timbre volvió a sonar, por lo que Eren —sintiéndose infinitamente agradecido de tener una excusa—, corrió hacia la puerta, gruñendo cuando al abrirla vio a Farlan, acompañado de la pelirroja Isabel.

—Levi me invitó —soltó el amigo de su marido, con toda su insoportable y falsa inocencia.

—Yo también lo hice, Church, después de todo, esta es mi casa, mi familia y mi aniversario de bodas; de la que desgraciadamente fuiste padrino, si no lo recuerdas.

Farlan resopló, pero Isabel se apresuró a entrar, dándole un abrazo y haciéndolo callar.

—¡Hemos traído obsequios para Ymir! —le dijo muy contenta—. ¿Han llegado ya los demás?

—En eso estamos, Izzi —intervino Jean, quien apareció en la puerta seguido de Mikasa y Armin—. Hola, bastardo.

Eren lo miró sorprendido.

—¡¿Y quién demonios te invitó a ti?! —inquirió, lanzando una mirada acusadora a sus amigos, quienes se encogieron de hombros, librándose de culpa.

—Ymir —replicó Jean siendo toda ufana sonrisa mientras le enseñaba el chat de su móvil—. ¿Ves? Si ella me invitó, aunque tú olvidaras «casualmente» hacerlo, ¿cómo no iba a venir?

—Al final va a resultar que Kirstein y tú acabarán emparentados, Jaeger —rio Farlan, provocando más su indignación—. ¡Felicitaciones!

—Chicos, por favor —intervino Armin, pero él lo ignoró.

—¡Eres un desgra-!

—¿Qué hacen todos aquí en la puerta?

—Creo que están discutiendo, Erwin —explicó solícitamente Hange a su marido.

Al ver que Erwin acababa de llegar con una Hange muy embarazada, todos ellos se callaron de golpe; y no porque no estuviesen dispuestos a discutir frente al director de la orquesta —algo a lo que este ya estaba acostumbrado—, sino por lo que llevaba consigo.

—Erwin, ¿por qué traes un ataúd? —preguntó Eren intentando mantener la calma, a pesar de que dentro suyo todo sonaba como el Preludio de Psycho de Herrmann.

—Es que Ymir me lo pidió de obsequio —respondió este, como si aquello fuese lo más normal del mundo.

—¡¿Y para qué lo quiere?! —inquirió él, ya al borde del colapso al imaginar lo que haría Levi si llegaban con ese despropósito a la sala.

—Bueno, si no lo saben ustedes que son sus padres, ¿cómo lo vamos a saber nosotros? —Totalmente satisfecha, Hange alzó su morena mano y palmeó su mejilla para tranquilizarlo—. Solo aceptamos hacer el pago en línea por su obsequio y recibir el envío cuando llegó.

—¡¿Es que venden ataúdes por internet?!

—Venden de todo por internet. A mí me pidió que le comprase esto de regalo —señaló Jean, mostrándole el paquetito envuelto que llevaba.

—Y a nosotros también —informó Izzi, sujetando a Farlan de un brazo.

—¿Y qué es? —preguntó Eren a Jean, ya por completo suspicaz.

—Muérete de la curiosidad, bastardo —replicó sonriendo aquel idiota, provocándolo.

—A Mikasa y a mí también nos pidió un obsequio —intervino entre ellos Armin, evitando que comenzaran a pelear. Acercándose hacia donde Erwin se encontraba, examinó detenidamente el «presente» de Ymir—. Vaya, de verdad que la calidad del ataúd es muy buena.

—Y también muy cómodo. Yo misma lo probé —aclaró Hange para que no quedasen dudas.

—Oi, mocoso, ¿por qué demonios están tardando tant-? ¿Qué mierda hacen todos aquí fuera? —preguntó su esposo al llegar a su lado; sin embargo, al ver lo que el director de la orquesta llevaba, su ya de por si pálido rostro alcanzó una lividez mortal—. ¡Erwin!

—Ymir lo pidió de obsequio, cariño —intentó tranquilizarlo Eren, a pesar de que él mismo se sentía por completo al borde.

—¡¿Y si hubiese pedido un puto elefante también se lo iban a obsequiar?! —inquirió Levi, indignado.

Antes de que ninguno de ellos pudiese decir nada, Eren contempló con horror como el coche de Zeke aparcaba fuera, y como Levi —ya de malhumor—, pareció a punto de estallar.

—¿Invitaste al simio barbudo de tu hermano a pesar de que te pedí que no lo hicieras, Jaeger?

Eren iba a comenzar a defender los motivos por los cuales no pudo librarse de hacer aquella invitación familiar, cuando Kuchel y Kenny también salieron de la casa, siendo seguidos por el retumbar de la puerta de entrada al cerrarse y el correr de los cerrojos, lo cual hizo estallar la cantarina risilla de Ymir dentro, provocando la confusión de todos ellos.

—Eren, ¿por qué nos ha dejado fuera Ymir? —preguntó Mikasa, sin dar crédito a lo sucedido.

—Supongo que por el mismo motivo que ha pedido un puto ataúd de obsequio —intervino Levi, soltando un suspiro—. Ya sabía yo que ese pájaro muerto nos iba a traer problemas.

—Nada de eso, cariño. No pienses en esas cosas tan negativas —lo calmó él, pasando un brazo por sus hombros, ante lo que Mikasa frunció el ceño.

—Hola a todos, lamentamos llegar tarde —saludó su madre, Carla, cargada con lo que parecía ser comida.

—Pero es que el tráfico estaba infernal —acotó Grisha, reacomodándose bajo el brazo el enorme paquete de regalo que llevaba—. ¿Y por qué están todos afuera? ¿Y dónde están Ymir y Nox? ¿Y eso es un ataúd?

—Es una larga historia, Grisha —respondió Erwin.

—Y algo complicada —asintió Kenny, pareciendo tan desanimado que Eren se preguntó si aquello sería debido a la angustia que sentía por su chihuahua secuestrado o por no haber podido beber en lo que iba de la tarde.

—Ah —exclamó repentinamente Kuchel, abriendo asustada los ojos—. Somos trece.

Las palabras de su suegra tuvieron un efecto inmediato en Levi, quien se tensó como la cuerda de un violín y lo miró lleno de espanto; no obstante, al ver acercarse a Zeke cogido de la mano de Frieda, su expresión de enfado se volvió casi esperanzada.

—Tenemos un ataúd. Creo que podríamos librarnos de uno de nosotros por el bien del concierto de Ymir.

Eren, oyendo el Trino del Diablo de Tartini como su trágica banda sonora, solo suspiró. Aquella iba a ser una velada muy larga.

 

——o——

 

Una hora fue la que Ymir tardó en dejarlos entrar. Una hora en la que trece adultos que no paraban de discutir —y un ataúd con un moño—, tuvieron que quedarse en el jardín a vista y paciencia de ojos curiosos; pero Eren no pudo evitar reconocer que la espera había valido la pena.

La sala de música se había vuelto una cosa preciosa, llena de flores de invierno, blancas cortinas diáfanas y la luz de las velas, que dotaba todo de un aire antiguamente romántico, como de salón antiguo.

Ymir, ataviada con una blanca túnica de estilo griego, lucía preciosa, mientras que Cerbero era todo un nibelungo nórdico, y Nox un perfecto rey con capa y corona.

—¡Bienvenidos sean a mi soirée mágica! Muchas gracias por venir —les dijo esta en cuanto todos sus invitados estuvieron ya en la estancia, contemplando con asombro lo que había hecho.

Meses habían sido los que Ymir tardó en preparar aquella presentación, recordó al verla tan contenta y satisfecha. Meses en los que Levi la enseñó y corrigió con la meticulosidad que siempre tenía cuando de música se trataba, aquella que, secretamente, era una de las cosas que Eren más admiraba y amaba de él, porque siempre era generosa.

En un comienzo de su matrimonio, su esposo y él jamás pensaron en cómo sería su vida teniendo hijos; no obstante, durante aquellos últimos años junto a Ymir, Eren se lo había preguntado cada vez más a menudo.

Ymir era Ymir, por supuesto, pero cada día eran más reconocibles en ella algunos de sus rasgos inquietos o los gustos adquiridos de Levi. Ymir era Ymir, y nunca dejaría de serlo, pero al mismo tiempo era una mezcla de ambos siendo uno, y saber que en cualquier momento podrían perder aquello, dolía como pocas cosas en su vida lo habían hecho.

Un arreglo para piano de la Obertura del Rey Lear de Berlioz fue la primera pieza en ser interpretada esa noche, con Nox haciendo su dramática aparición, vestido como todo un gran rey.

La siguiente pieza de aquella velada, los llevó a todos a tierras nórdicas, de mano de Wagner y su Nibelheim, y Cerbero en su papel de nibelungo. La última interpretación de Ymir para aquel pequeño concierto fue por completo diferente y mucho más animada, tocando el Galop Infernal de Offenbach, representando el divertido sufrimiento de Orfeo en los Infiernos.

Fue una presentación perfecta a oídos de Eren, y le bastó solo echar una mirada a Levi, para saber lo inmensamente orgulloso que este también estaba.

Una vez acabó, Ymir se levantó de la banca e hizo una formal reverencia, sonriendo con el rostro iluminado de infantil dicha, cuando todos la aplaudieron efusivamente.

Tras su agradecimiento vino la entrega de obsequios, la cual hizo reír a la niña como si estuviese en su propio cumpleaños. Su madre había llevado un pastel, por lo que Ymir apagó encantada las velas, y —para su enorme disgusto— sonrió como una boba enamorada cuando Jean le obsequió flores.

Kuchel pasó un sonoro colgante de abalorios sobre su cabeza para darle buena suerte, y cuando Hange y Erwin le hicieron entrega del ataúd, Ymir pareció tan feliz como si realmente le hubiesen obsequiado un elefante.

El resto de la noche fue un caos, aunque mucho menor de lo que Eren había esperado en un comienzo, con todos ellos comiendo y platicando en torno a Ymir y la alegre locura de risas que ella siempre generaba.

Al ver que Levi se alejaba un poco del tumulto, observando con pálidos ojos grises lo que se desarrollaba a su alrededor, él se apresuró a acompañarlo, abrazándolo por la espalda para apoyar la cabeza sobre su hombro.

—¿Pensaste alguna vez que nuestro séptimo aniversario sería así? —preguntó a su esposo, quien lo miró intrigado.

—¿Así como?

—Tan lleno de gente. De tantas personas a nuestro alrededor.

Una vez más los ojos de Levi se apartaron de él para concentrarse en la multitud, abrazando sus brazos con los propios antes de responder con sinceridad:

—Nunca; siempre pensé que seríamos solo nosotros dos, mocoso. Pero no está mal. Nada mal.

Eren besó la pálida mejilla de su esposo, sonriendo cuando este dejó un beso en su nariz a cambio. Sin embargo, antes de que aquel juego entre ellos pudiese llegar a algo más, Ymir —posicionada junto al piano— volvió a pedir la atención de todos.

—Bueno, sé que esto será una sorpresa porque no estaba en el repertorio de esta noche, pero realmente me gustaría interpretar una última pieza para todos ustedes. —Mirando hacia donde Levi y él se encontraban, su pequeña Giselle sonrió una vez más antes de proseguir—: Solo quiero decirles con ella, «gracias por todo».

En cuanto las primeras notas comenzaron a sonar, la sorpresa de Eren se convirtió en una emoción mucho más compleja. Un sentimiento teñido de alegría, tristeza y una enorme añoranza por aquello que amaba y no deseaba perder; pero, sobre todo, gratitud por aquel tiempo brindado. Por aquel extraño obsequio de aniversario que llegó a ellos convertido en un espejo roto y una niña ligado a él, y el cual acabó transformando la vida de ambos en algo por completo diferente a lo que imaginaron al casarse; un algo mucho, mucho mejor.

Y mientras el Salut d'Amour de Elgar repletaba la sala como una canción de profundo agradecimiento para quienes se amaba, Eren tuvo que reconocer que Levi tenía toda la razón. Aquellos últimos seis años, no habían estado nada mal.

 

——o——

 

Una vez los tres acabaron de poner toda la sala en orden, bajo la atenta y estricta supervisión de Nox, que se hallaba echado en su cojín sobre el piano, suspiraron casi al unísono y se dejaron caer sentados en las sillas que aún no regresaban a la cocina.

—Realmente hoy ha sido un día muy divertido. ¡Y todo resultó tan perfecto! —dijo Ymir, dando un par de palmaditas—. Estoy muy contenta.

—Me alegro por ti, Giselle, pero aun no puedo creer que hayas invitado a Jean —protestó Eren, recordando lo mucho que aquel bastardo le había amargado la noche.

—Y yo no puedo creer que tú no lo hicieras —respondió retadoramente Ymir, poniéndose de pie y posando las manos en sus caderas—. Te entregué personalmente su invitación.

—¡Esa no era una invitación, era una carta de amor! —replicó él, sintiendo que se le bajaba la tensión al recordar aquel desagradable descubrimiento.

—¡Pero en ella también lo invitaba! ¡Y no tenías derecho a requisar mi carta!

—¡Lo tengo porque me preocupo por ti!

—¿Se pueden callar los dos de una vez? —dijo Levi sin levantar la voz, pero lanzándoles tal fría mirada de advertencia, que ambos cerraron la boca en el acto—. Que bulliciosos son, demonios. Además, mocoso, tú invitaste a tu hermano cuando te dije que no lo hicieras.

—Realmente lo invité yo —intervino Ymir, solícita—. Necesitaba que el tío Zeke me trajese la placa de mármol como obsequio.

Al contemplar la pequeña pila de regalos que la niña había reunido esa noche, Eren no pudo evitar preguntarse que se proponía con aquello. Algunos obsequios eran simples, como flores y artículos de papelería decorados con gatos, pero el ataúd que resaltaba en medio de todos ellos seguía poniéndole los pelos de punta.

—Oi, mocosa, ¿qué es lo que ahora se ha metido en esa pequeña cabeza tuya? —le preguntó Levi, atrayéndola de una mano para abrazarla por la cintura.

—Es que yo… Bueno… he estado pensando mucho en lo que pasará conmigo cuando me marche —reconoció esta, llevando su celeste mirada a sus manos unidas.

—Giselle… —comenzó él, pero la niña negó con un gesto.

—Me iré pronto, lo sé; pero no estoy asustada —admitió con infantil seguridad—. Aun así, quiero hacer las cosas bien. No tengo una tumba que puedan visitar, ¡así que yo misma me haré una! Tengo doscientos dieciséis años, después de todo.

Eren, al borde de las lágrimas, abrió los ojos, consternado al oírla.

—¿El ataúd es para hacerte una tumba? —Ymir asintió—. ¿Te piensas meter allí?

Suspirando pesado, la niña rodó los ojos y le dijo:

—¿Qué cuerpo voy a meter allí, Eren? Dios, no puedes ser tan bobo. ¡Soy un espíritu! ¡Espíritu!

—Entonces, ¿para qué quieres el condenado ataúd? —inquirió Levi sin perder la calma, a pesar de que, conociéndolo como él lo hacía, sabía lo mucho que aquella plática le dolía.

—Para guardar las cosas que me gustan y amo, como en los entierros egipcios, ya saben. —Nada más oírla, Nox, que fingía dormir, abrió los verdes ojos y la miró fijamente, igual de asustado que ellos—. ¡Claro que no meteré allí a Noxie, no sean tontos! —rio—. Pero sí aquellas cosas con las que me gustaría que me recordasen.

—¿Y necesitabas de un condenado ataúd para eso? —inquirió Levi con seriedad.

Ymir sonrió cohibida.

—Fue una idea.

—Como si pudiéramos olvidarnos de ti, mocosa. No importa dónde te vayas, para nosotros te quedarás aquí —le dijo su esposo, tomando la mano de esta para posarla sobre su pecho—: siempre en el corazón.

La risa de Ymir resultó más trizada que de costumbre, y Eren pensó que quizás aquella era su forma de llorar, ya fuese de tristeza por la despedida que vislumbraban, o de felicidad al saberse finalmente amada.

Y el Claro de Luna de Debussy resonó en su corazón para sumirlo en aquel sueño, donde independiente de lo que les deparase el futuro, ellos jamás dejarían de ser una familia.

Notas finales:

Lo primero, como siempre, es agradecer a todos quienes han llegado hasta aquí. Espero de corazón que el capítulo fuese de su agrado y valiera la pena el tiempo invertido en él.

Por lo demás, me disculpo por esta enorme demora en actualizar. Ha sido por una cosa y otra durante estos últimos meses, pero creo que en el fondo igual me duele un poquito la idea de estar ya casi despidiéndome de esta historia, por lo que la he ido demorando; pero bueno, ya solo un capítulo más y pondremos el punto final por aquí.

En esta oportunidad nos ha tocado regresar a Eren narrando y ya descubriendo un poquito más sobre la pasada vida de Ymir, la cual ya quedará del todo clara en el siguiente capítulo, o al menos eso espero.

También, los temas dados para este capítulos fueron muy complicados, ya que eran universo alternativo Real / Nórdico / Olímpico, así que acabé tomándome la pequeña libertad de llevar todo eso a la música, haciendo que en su concierto Ymir interpretara una pieza para cada uno de esos «universos», por decirlo de alguna forma.

Como ha venido siendo costumbre también, dejaré apuntadas aquí las piezas musicales utilizadas en el capítulo y un poquito de información sobre todas ellas:

-El Danubio Azul, o El bello Danubio Azul de Johann Strauss, es el vals vienés más conocido de todos los tiempos, ya que es el que suele utilizarse más en las bodas; es un vals bonito, pegadizo y que en su tiempo marcó un poco la diferencia con el vals inglés, que suele ser más lento en su tempo.

Curiosamente, en un comienzo este vals no fue tan bien recibido por el público al que iba dirigido, ganando solo posteriormente mayor fama, la cual dura hasta hoy.

-La Campanella, o La Campanilla de Franz Liszt, es un estudio para piano que tomó su base de uno de los estudios para violín de Paganini.

La gracia de esta preciosa pieza, es el refuerzo constante del tema que suena como una campanilla vibrante y alegre durante toda la interpretación, por lo que la asociación de Eren a que la risa de Ymir es como esa pieza, se debe a ello.

-Estudio Op.10 num. 3 en Mi mayor, o Tristesse de Fréderic Chopin, es uno de los estudios compuesto por el pianista y el cual más que enfocarse en la habilidad técnica, como suele ser lo habitual, se enfocó en la calidad melódica.

Tristesse es realmente una canción de nostálgica despedida compuesta por el pianista debido a la tristeza que le produjo el no poder regresar ya a su patria, Polonia, luego de la caída de Varsovia. Sé considera una de las canciones más melancólicas a nivel musical, y de allí que para Eren, en su tristeza de perder pronto a Ymir, sea este tema el que llene su cabeza.

-Marcha de Pompa y Circunstancia Op.39 num. 1 en Re mayor de Edward Elgar, es la primera de una serie de cinco marchas que el autor compuso a lo largo de su vida.

Esta marcha es realmente bastante reconocida, por lo menos su parte más lenta, ya que es la que suele ocuparse prácticamente en todas las graduaciones, mientras que la primera es por completo más animada, por lo que Eren la asocia a ese momento de preparación tan importante para Ymir.

-Preludio de Psycho, de Bernard Herrmann, es una pieza compuesta por el músico para la película del mismo nombre.

Es una pieza llena de suspenso en espera del desastre inminente, la cual está creada para generar mucha ansiedad en el espectador, así que por ello la asociación de Eren a esta banda sonora cuando descubre que Erwin trajo un ataúd. Él ya sabía lo mucho que Levi se enfadaría por ello.

-Sonata para violín en Sol menor, o Trino del Diablo de Giuseppe Tartini, es una sonata para violín de alta, altísima exigencia técnica e intensidad, y la cual según el compositor, nació de haber soñado con el Diablo haciendo un pacto con él tras haber competido.

Esta pieza parte de forma pausada, pero el grado de cólera y desesperación va a aumentando a lo largo que esta avanza. De allí que para Eren, sea un presagio del desastre por venir en esa velada.

-Galop Infernal, de Jacques Offenbach, es la pieza final de la opereta Orfeo en los Infiernos y la más popular de la misma, sumamente animada y divertida, y es la que suele conocerse hasta hoy como la canción del cancán.

Esta opereta narra la historia de Orfeo yendo a los Infiernos para buscar a su esposa Eurídice, que se ha fugado con Plutón, el soberano del inframundo. Habla de dioses olímpicos y destino, y como estos juegan un poco con quienes estén bajo ellos, y en este caso, es la pieza elegida por Ymir para representar el AU del Olimpo.

-Obertura Op.4 El Rey Lear, de Hector Berlioz, es la pieza que da inicio a su Sinfonía Fantástica, que en su totalidad tiene un aura muy de cuento fantasioso y romántico.

Esta pieza en particular, tiene un componente dulce, un poco soberbio y majestuoso, ya que narra la historia del rey de Bretaña, Lear, y su hija Cordelia, y todo el conflicto entre ellos. Por ese motivo es la elegida por Ymir para el AU de Realeza.

-Nibelheim, de Richard Wagner, es una de las piezas que pertenecen a la ópera El oro del Rin, de la serie de óperas, El anillo del nibelungo.

Esta es una pieza con gran carga heroica, muy majestuosa, ya que relata la historia del héroe nórdico Sigfrido, y su recorrido desde la infancia y juventud en el Rin, hasta su trágica muerte. Esta pieza es una leyenda nórdica, por lo que Ymir la eligió para representar ese AU en el capítulo.

-Salut d'Amour, Op.12, o Saludo de Amor Edward Elgar, es una pieza compuesta para violín y piano y la cual, tal como su nombre señala, es por completo una muestra de profundo amor y agradecimiento a quien se ama.

Elgar la compuso como obsequio de compromiso a su futura esposa, la persona que más lo había apoyado de forma incondicional en ese momento, y por eso fue la elegida para ser interpretada por Ymir en esta ocasión. Su forma de agradecer a todos quienes la han cuidado y amado en estos años.

-Claro de Luna de Claude Debussy, es el tercer movimiento de la Suite Bergamasque del pianista, y por lejos la más conocida.

Es una pieza casi de ensueño, muy contemplativa y melancólica, pero sobre todo, dulce en lo referente a lo que es el amor, ya que pertenece a la época del impresionismo musical, donde todo era sensaciones del momento. Y para Eren, su familia en ese momento, representa un poquito eso en mi opinión: un poco sueño, un poco realidad, pero sin duda algo que ama por sobre todo.

Y con eso ya sería todo por aquí. El siguiente capítulo ya será el último, de tema libre y un epílogo para cerrar esta historia tan rara. Si todo va bien, debería estarlo publicando en unas dos semanas más.

Una vez más muchas gracias a todos quienes leen, comentan, envían mp´s, votan y añaden a sus listas, marcadores, favoritos y alertas. Siempre son la llamita que mantiene encendida la hoguera que es la imaginación de esta escritora.

Un enorme abrazo a la distancia y mis mejores deseos para ustedes y los suyos.

 

Tessa.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).