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Zodiaco (Riren/Ereri) por Tesschan

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Notas del capitulo:

Descargo: Shingeki no Kyojin y sus personajes le pertenecen a Hajime Isayama, yo solo los he tomado prestados para esta historia.

CAPÍTULO 13:

(PISCIS)

TODOS LOS PECES DEL MAR

 

Como pez en el agua.

 

 

 

Tras observar por décima vez el álbum de fotografías, Eren, frunciendo disgustado el ceño, miró a Levi que en ese momento terminaba de alistarse frente al espejo.

Notando como la molestia se le escapaba por todos lados debido a lo guapo que el otro le parecía, acabó rondando frustrado en la cama de este, dándose bofetadas mentales.

—Oi, mocoso tonto, ¿qué mierda pasa ahora contigo? —le preguntó su novio, volviéndose hacia él—. ¡Deja de desordenarlo todo, joder!

—¡Es que aún no supero que no me reconociera! —explotó finalmente Eren, enseñándole una fotografía con él de bebé, siendo sostenido por un muy enfadado Levi de casi quince años—. ¡Míreme, si estoy igual!

—¡Igual y una mierda, Jaeger! —replicó el otro con testarudez—. Partiendo por el hecho de que ahora al menos tienes dientes y ya no babeas como una puta regadera. No, olvida eso que dije. Lo sigues haciendo cuando duermes, puaj.

—Sepa que usted no es mucho mejor durmiendo. El otro día me pateó y me tiró de la cama, ¡me desperté tumbado en el piso, tiritando! Pero no le dije nada para no hacerlo sentir mal. —Volviendo a enseñarle la fotografía, insistió—: Concéntrese y mírela bien, por favor. ¿Ahora sí me recuerda?

Ya fuese por resignación o solo para darle en el gusto, Levi se sentó en la cama junto a él y tomó la fotografía de la discordia entre sus pálidos dedos.

Luego de observarla unos minutos con absoluta concentración, acabó por negar.

—Lo siento mocoso. Creo que mi cerebro de adolescente te bloqueó.

—¡¿Pero por qué?! —volvió a protestar él.

—¿Porque por qué me iba a fijar yo en una cosa llorona y babeante que exigía constantemente cuidados y atención? —soltó su novio con acidez; no obstante, una sonrisa maliciosa curvó sus labios al mirarlo—. Oh, pero si sigues siendo igual. Ahora ya veo el parecido.

La respuesta de Eren fue jalarlo de un brazo y echársele encima, pero nada más hacer aquello, la cama crujió y se hundió hacia un lado, por lo que los dos acabaron tirados sobre el enmoquetado piso, siendo todo un desastre de miembros adoloridos.

—Joder con tu suerte de mierda, mocoso.

—Con la suya querrá decir. No me eche culpas que no me corresponden, por favor —replicó él, notando ya el ligero pinchazo de dolor que a veces parecía embargarlo cuando la mala suerte se ponía en acción.

Percibiendo aquello como siempre lo hacía, Levi lo atrajo hacia sí, abrazándolo por los hombros y apoyando la barbilla en su castaña cabeza, dejando un beso allí.

—Lamento no recordarte, Eren —le dijo con aquella sinceridad desprovista de toda filosa acidez que él ya había aprendido a distinguir—. Sin embargo, puedo prometerte que ahora, pasara lo que pasase, jamás me olvidaría de ti. Nunca.

Quizá porque, como le señaló Levi, en ese aspecto no había cambiado en absoluto, Eren sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas de emoción al oírlo, sabiendo que este se lo decía totalmente en serio.

Pronto se cumpliría ya un año de conocerlo, o reencontrarlo, mejor dicho. Un año en el que la vida de ambos había cambiado prácticamente del cielo a la tierra debido a su mala suerte que, según Hange, provenía de Levi en realidad. Un año de aprender a conocerse, aceptarse y adaptarse el uno al otro, porque, así como algunos tenían un hilo rojo o dorado para atarlos a sus almas gemelas, ellos tenían, bueno, mala suerte; una que, a pesar de todo, él no cambiaría por nada del mundo.

—Lo está prometiendo —advirtió, abrazándose más a Levi—. Si en algún momento vuelve a olvidarse de mí, lo haré recordarme, aunque sea a la fuerza.

—Tch, esperemos nunca tener que llegar a ese punto, mocoso. Creo que ya hemos tenido suficientes desgracias para toda una vida.

Eren solo pudo reír al oírlo, pero secretamente también deseé que aquello nunca pasara.

 

——o——

 

—No puedo creer que finalmente estemos aquí —dijo a su novio, completamente nervioso. Tratando de calmar su corazón acelerado, Eren se echó un par de palomitas a la boca, masticándolas a toda prisa—. Tengo miedo. No dejo de imaginar que algo malo nos va a ocurrir. Esta es la primera vez que llegamos tan lejos con las entradas que le obsequió Hange. Beba con cuidado, por favor, no quiero que se vaya a ahogar. Hoy su horóscopo decía que debía tener precaución con el agua, ¿sabe? Rige Piscis, y siendo usted Capricornio…

—Oi, mocoso, cierra la boca de una vez. Deja de dar ideas —lo reprendió Levi, bebiendo a propósito de su botella de agua—. Temo que mi nivel de estrés está al límite, joder. Nunca en mi puta vida imaginé que venir a ver una película de mierda podría llegar a ser tan angustiante.

Él asintió, dándole la razón, sintiéndose aliviado al contemplar a su alrededor y comprobar que las butacas del cine no estaban todas llenas, sino al contrario.

Intentando minimizar los daños en caso de que o bien la sala se incendiara, se derrumbara, se inundara, o cualquier otra desgracia posible, su novio y él habían elegido una película que llamase poco la atención; después de todo, se recordó Eren, tratándose de la mala suerte uno nunca podía ser lo suficientemente precavido.

Aun así, se sentía dichoso por aquella cita de sábado con Levi. Tras haber acabado con éxito el proyecto de Farlan, ambos habían decidido celebrarlo pasando todo el fin de semana juntos para relajarse. Las entradas de Hange tan solo habían sido un plus a sus planes, luego de que él las encontrara la noche anterior en el escritorio de su novio, y este sugiriera que lo intentaran nuevamente. La doceava vez debía ser la vencida, ¿no?

Estar por primera vez en el cine junto a Levi, tomados de la mano mientras en la pantalla los zombis destruían sin piedad el planeta y acababan sangrientamente con la humanidad, fue lo más romántico que Eren había hecho en mucho tiempo, tanto que ni siquiera recordó las desgracias que les podían ocurrir de forma inminente, hasta que los créditos comenzaron y las luces se encendieron.

—Lo hicimos —dijo sin aliento, mirando a su novio con los ojos llenos de lágrimas—. Levi, realmente pudimos venir al cine, utilizar las entradas malditas de Hange y ver la película sin que ocurriese nada malo. ¡Estoy tan contento!

Emocionado, Eren echó sus brazos al cuello de este y lo besó con euforia. Tras responder a su beso, Levi le dio un par de cariñosas palmaditas en la espalda antes de mirarlo con seriedad.

—No cantes victoria hasta que salgamos de aquí, mocoso. Contigo he aprendido a no bajar la guardia hasta el último momento; joder, si cuando mejor estamos, peor resultan las cosas. Además, aún nos queda el resto de la tarde.

—Pero superamos el primer nivel —añadió él, contento.

—¿Qué piensas que es esto, Jaeger? ¿Un videojuego?

La risa de Levi tomándole el pelo debería haber picado el orgullo de Eren al menos un poquito, pero al ver como este lo contemplaba con la cabeza apoyada contra la butaca, por completo diferente al hombre que lo recibió por primera vez cuando entró a trabajar a la compañía, ni siquiera pudo quejarse.

Su viaje había comenzado con aguas turbulentas, pero estas habían mutado hasta ser agradablemente plácidas, incluso con todos sus problemas. Y Eren, que había pensado que no duraría ni un año en aquel trabajo con aquel hombre, allí estaba, pensando que si fuese por Levi y el amor que compartían, ni siquiera le importaría terminar ahogándose.

Una pésima elección de pensamientos, se dijo segundos después, cuando en un abrir y cerrar de ojos, su novio y él quedaron empapados de pies a cabeza.

 

——o——

 

—Ya sabía yo que alguna desgracia ocurriría —soltó Levi tras acabar de vestirse, en los baños del centro comercial, con la ropa que se vieron obligados a comprar para poder continuar con aquella cita.

—Pero al menos logramos ver la película —insistió alegremente Eren.

—Lo hicimos, sí. Y nos deshicimos de esas entradas de mierda. Estoy seguro de que Hange las había amalditado o algo así.

La risa del chico, alta y clara como siempre, calmó en parte su malhumor, haciéndolo sonreír a su vez. Era curioso, se dijo Levi, como sin darse cuenta apenas, aquel condenado y tonto mocoso se había convertido en una parte tan fundamental de su vida.

Tirando un poco su sentido común por la borda —y aprovechando que estaban solos—, se acercó hasta el chico para agarrarlo de la pechera de su camiseta, obligándolo a inclinarse para besarlo; no obstante, antes de cumplir su objetivo, la puerta del baño se abrió de golpe, haciendo que los lechuciles ojos de Eren se llenaran de pánico.

—¡¿Qué hacen ustedes aquí?! ¡¿Y por qué está llorando Armin?!

Nada más volverse, Levi comprobó que su novio tenía razón. El rubio amigo de este se hallaba con el rostro surcado de lágrimas, mientras que el alto idiota de Kirstein lo sujetaba por un hombro, de seguro intentando darle consuelo.

—¡Eren, han secuestrado a Annie! —lloriqueó Armin.

—¡¿Qué?! ¡¿A Annie?! ¡¿Tu Annie?!

—¿Cuál otra va a ser, bastardo? ¿Cuántas Annies crees que tiene Armin? ¡Si a duras penas logró conseguirse esa! —replicó Jean. Al ver la comprometedora posición en que ellos dos estaban, entrecerró sus castaños ojos y les preguntó, lleno de sospecha—: ¿Acaso ustedes estaban… ya saben?

—¡Claro que no! —exclamó Eren, ruborizándose—. Es una larga historia. ¿Y cómo es que secuestraron a Annie?

—No lo tenemos seguro —explicó Armin, intentando secarse las lágrimas—. Es que solo, ¡desapareció, Eren! Estábamos en la librería, y yo me entretuve viendo unos libros, ¡y luego ella ya no estaba!

—Oi, mocoso, ¿no la habrás simplemente cabreado y esta decidió largarse? —preguntó Levi, ya cansado de todo ese drama.

—¡Annie no es así! —la defendió este.

—Pero de allí a que la secuestraran… —comenzó Eren con cierta duda.

Levi, por su parte, no pudo más que darle la razón. Conociendo a la chica, era más probable que ella le hubiese dado una paliza a su «secuestrador» antes de que este pudiese hacer nada.

—Oi, Arlert, ¿no has probado a llamarla al móvil?

—Lo hice, ¡y está apagado! Annie jamás apaga su móvil; nunca. Además, teníamos entradas para ir al acuario.

—Por eso le dije a Armin, cuando me llamó, que lo más probable era que la hubiesen secuestrado —añadió Jean, como si aquella hipótesis hubiese resuelto los misterios del universo.

Qué razón tenía aquel viejo refrán sobre que Dios los criaba, pero era cosa del Diablo juntarlos, pensó Levi; aquellos tres idiotas eran tal para cual. Aun así, al recordar que él llevaba meses saliendo con uno de esos idiotas, ya no le pareció tan divertido.

—¿Y si la abdujeron los extraterrestres? —soltó Eren, siendo todo verdes ojos enormes y aterrados—. El otro día en la televisión…

Cansado ya de ese sinsentido, y deseoso por hacer desaparecer a ese par de idiotas entrometidos arruinadores de citas, Levi suspiró con resignación y decidió tomar cartas en el asunto.

—Tch, paren con su escándalo de una jodida vez. ¡Nada de secuestros, nada de abducciones alienígenas ni ninguna mierda más! Haremos las cosas como se deben para encontrar a esa mocosa problemática.

—¿Avisar a la policía? —cuestionó Armin.

—No, trío de mocosos descerebrados. —Tomando la mano de Eren, tiró de este para sacarlo de allí—. Acercarnos al Centro de Ayuda al Cliente para pedir que la llamen.

 

——o——

 

Sintiéndose cansado como pocas veces, Levi se dejó caer en la banca al lado de Eren, contemplando el enorme acuario cilíndrico con peces frente a ellos, sin ver ninguno en realidad.

Ya era muy tarde, por lo que aparte de ellos no quedaba casi nadie más en el recinto, pero dado que Armin les había obsequiado las entradas, Eren se obstinó en recorrerlo todo, y él no tuvo corazón para negarle el capricho.

El desastre de la desaparición-secuestro-abducción de Annie, lamentablemente no se solucionó tan fácil como Levi había esperado en un principio, dejándolo —aunque le doliese admitirlo— casi al mismo nivel que el trio de tontos que habían entrado en pánico en primer lugar.

Al final, todo terminó en que Annie, queriendo darle una sorpresa a su novio, aprovechó que este se hallaba distraído para salir un momento fuera, deseando comprarle un cactus enano que remplazara el que en su momento Eren asesinó, meses atrás. Con lo que ella no había contado, fue con el hecho de que acabaría resbalando de las escaleras, aturdiéndose y rompiendo su móvil en el accidente, por lo que ellos solo pudieron encontrarla un par de horas después, cuando llamaron al hospital.

Realmente, se dijo Levi preocupado, la mala suerte de Eren era como una peligrosísima onda expansiva.

—Oi, mocoso, llevo pensando esto ya un tiempo, ¿pero por qué no te has quitado el puto colgante que te regalé? —le preguntó con sinceridad—. Sabes que esa cosa es la que te está dando mala suerte, ¿verdad?

Llevando la mano hasta el dichoso objeto, Eren lo sujetó con fuerza, como si desease protegerlo de él y sus malas intenciones.

—No lo haga sonar como si hubiera querido maldecirme de pequeño, por favor, porque no lo hizo, ¿verdad? —Al ver que él tardaba un poco en responder, sus verdes ojos de lechuza se abrieron con espanto—. ¡¿Quiso deshacerse de mí cuando era un bebé?!

—Tch, claro que no, mocoso dramático. ¿De dónde sacas esas ideas, joder?

—Su silencio fue más largo de lo normal, resultando sospechoso. Además, antes ha dicho que no me recordaba, por lo que perfectamente podría haber intentado matarme en ese entonces. Ya dejó claro que no le gustaban los bebés.

Soltando un suspiro de resignación, Levi pasó una mano por su cuello para atraerlo, pegando su frente con la suya para mirarlo así a los ojos, los cuales lucían de un verdeazulado oscurecido debido a la tenue luz azul que repletaba todo el lugar.

—Sea cual sea el motivo por el que te di ese condenado colgante en el pasado, dudo que haya sido para hacerte daño, Eren, por muy insoportable que fueras. Y aunque no nos ha traído más que problemas, al menos nos volvió a reunir, a pesar de que encontrarte habría sido tan difícil como hallar un pececillo en medio de todos los peces del mar. —Sonriendo apenas, dejó un corto beso sobre sus labios—. Solo quiero que estés seguro y feliz.

—Lo estoy. Con usted lo estoy —le dijo este, echándole los brazos al cuello y haciendo sentir a Levi la descarga eléctrica, la que fue seguida por un chasquido, antes de que el agua comenzara a salpicarlos.

Y así, viendo como el estanque frente a ellos empezaba a filtrar agua cual, si fuese una cascada, siendo el perfecto y desastroso final para aquella cita, Levi tuvo que reconocer que, aunque lo odiase, el puto horóscopo había tenido la razón.

Que le diesen a los astros y sus predicciones.

Notas finales:

Lo primero, como siempre, es agradecer a todos quienes hayan llegado hasta aquí. Espero de corazón que el capítulo fuese de su agrado y valiera la pena el tiempo invertido en él.

Lo siguiente, es felicitar a todos los piscianos que ya hayan cumplido o cumplan añitos durante este mes. Deseo que este nuevo año que comienzan a recorrer les llegue lleno de cosas buenas, aprendizaje y sobre todo mucho, mucho amor. Mis mejores deseos para ustedes y un enorme abrazo a la distancia, así que, ¡muy feliz cumpleaños!

Esta vez el capítulo llega un poquito antes de lo previsto, debido a que este mes de febrero es cortito, y con él, ya solo queda un capítulo para poner fin a la historia, así que el próximo 30 de marzo, ya despedimos a Zodiaco después de un año.

Como siempre, espero que el capítulo les divirtiera al menos un poquito, lo que siempre es la idea con esta historia; conseguir que se puedan reír. Ya ha quedado también claro que el colgante de Eren, que le obsequió Levi de pequeño, es la causa de la mala suerte, así que ya en la próxima entrega se sabrá que sucederá con eso.

Un dato bobo y aparte, es que lo sucedido con el acuario cilíndrico que terminó rompiéndose y mojando a Eren y Levi, lo tomé de una noticia real. En Moscú, Rusia, realmente existe un acuario de esas características que acabó teniendo esa suerte, y cuando comencé a dar forma a esta historia, me dije, ¿por qué no? Y aquí estamos.

Aprovecho también para disculparme por el retraso en responder mensajes. Ha pasado que llevo una semanas algo lenta por cosas de salud, así que en cuanto pueda iré poniéndome al día con todo, como siempre.

Igualmente, para quienes siguen el resto de mis historias, aviso que como ya había decidido que los domingos serían días de actualización, en un ratito más se estarán subiendo los capítulos 4 de Love in Four Seasons y el 2 de Pide un Deseo. Quería tener listo el 14 de La Joya de la Corona, pero no se pudo, así que ese pasará para el domingo siguiente con el 41 de In Focus, el 5 de Love in Four Seasons y, si puedo, el 8 de Tú + Yo = Allegro, que ya sería el final por allí.

Una vez más muchas gracias a todos quienes leen, comentan, envían mp’s, votan y añaden a sus listas, marcadores, favoritos y alertas. Siempre, siempre, son la llamita que mantiene encendida la hoguera que es la imaginación de esta escritora.

Un enorme abrazo a la distancia y mis mejores deseos para ustedes.

 

Tessa.


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