Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dueteros De Géminis por AMMU TEIKOKU YUDAINA

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Me parece casi increíble ser yo quien pruebe la dulce piel de este pequeño ángel.

Lo espere desde que lo vi, pero… No me podía atrever a hacerlo.

Lo atrape entre mis manos hace algún tiempo.

Creí que sería fácil moldearlo, se miraba tan frágil, tan indefenso y débil, pero no… No fue así, ni siquiera cuando tuvo más miedo en sus ojos

Ja, ja, ja, atacar su pequeña ciudad cerca del mar… Invadirla y destruirla para robar todas sus pertenencias. Acabar con todos los que estorbaban fue muy divertido.

Eso era lo que debíamos hacer, lo que ordene, sin embargo...

Cuando entramos en aquel palacio, cuando los soldados cayeron, y no existían más esperanzas para esa gente.

Tú… Mi pequeño ángel, te pusiste delante de mí.

Tu tamaño comparado con el mío… Era demasiada la diferencia. Pero aunque tus delicadas manos temblaban y tu tierna mirada poseía miedo en tu interior, hablaste bastante firme y claro.

-¡¡¡YA BASTA!!! ¡¡¡¿QUÉ ES LO QUE BUSCAN?!!!-

Escuchar esa delicada y fina voz gritándome, me intrigó. Pocos me desafiaban, pero tú… Sin importarte estar completamente solo me enfrentaste, y fue impresionante.

-Ja, ja, ja. ¿Qué queremos? ¿Oh, pequeño de rostro bonito, no deberías estar metiéndote en un lugar que nadie te ha llamado-

-¡¡¡ESTÁN ATACANDO A MI GENTE, A MI REINO, A TODO LO QUE AMO!!! ¡¡¡DETÉNGANSE DE INMEDIATO!!! ¡¡¡TOMEN LO QUE QUIERAN, PERO DEJEN DE HERIR A LOS DEMÁS!!!-

-Ha, ha, ha, ha, ¿Acaso este renacuajo le está dando órdenes a nuestro capitán?-

-Je, je, je. Va a morir. Je, je, je-

Sí, claro que pensé en hacerlo. No hubiera sido difícil usar mi espada contra tu delicado cuello y destrozarlo, pero… Algo me llamo la atención de esos feroces ojos azules.

-Mhhn, ja, ja, ja, ¿Lo que queramos?- Mi pregunta fue burla para él, mientras lanzaba un carcajada -¡¡¡NO EXISTE NADA AQUÍ QUE DESEEMOS, SOLO ASESINAR A LOS MÁS DÉBILES!!!-

Grite mis amenazas con ferocidad, mostrando mis colmillos, mientras desenvainaba mi espada, para levantar levemente el delicado mentón de un valiente ángel -Aunque, ver a alguien como tú me sorprende bastante, ja… Pero no quiero prisioneros en mi embarcación- Solo decidí ignorarte en ese momento y seguir haciéndote sufrir, me encantó tu rostro de terror.

Pero, no me dejaste hacerlo.

Ofreciéndome algo mucho mejor por la paz de tu pueblo.

-Entonces… Tómame como tu botín de guerra- Lo dijiste sin ninguna pizca de duda, desafiándome y temiéndome a la vez.

Esas palabras fueron sorpresa para mi y confusión para mis hombres, como terror para tu gente.

Un príncipe qué se sacrifica por los suyos, qué prefiere dar su vida por los que ama. Protegerlos a todos a cualquier precio.

Creo que tus padres, te rogaron qué no lo hicieras, aun estando ya capturados y atrapados pedían clemencia para ti, que a ti no te dañaran y que ellos serían lo que fuera por salvarte.

Pero ni siquiera los miraste.

Me encantó esa furia en sus ojos, esa decisión y ese valor, qué no iba a dudar y dejar pasar esta oportunidad de tener a alguien así de interesante.

-Aah… ¿Cuál es tu nombre?-

-Asmita-

Su nombre me pareció demasiado extraño, sin embargo no lo necesitaría mucho, pues no sería llamado así.

Accedí al trato, ordene la retirada, saqueamos todo el oro, no matamos a más gente, y nos terminamos llevando a la luz de aquel puerto destruido.

Sin su príncipe, no tendrían esperanza alguna.

Llevado bien sujetado con cuerdas, no podría huir ahora. Iba caminado, portando aquellas túnicas blancas, mostrándose tan firme y orgulloso, sabiendo que no volvería jamás a su hogar.

De seguro pensó que le haría cosas terribles, qué no lo trataría como a un humano…

Sería nuestro botín, así que haría todo lo que nosotros no quisiéramos.

Sus delicadas manos fueron las primeras víctimas, no sabía hacer nada, pero aprendió a gritos y empujones, más nunca se dejó humillar, se enfrentaba con mi tripulación y varias veces intento planta cara, pero sin tanta fuerza física, lo derribaban muy fácilmente.

Mis órdenes fueron claras, fuera de hacerlo entender y obedecer su lugar, nadie podía tocarlo.

Sé que soy muy doble moral, pero… Matar a inocentes y despojarlos de esperanzas es más satisfactorio, qué violar a las personas, eso me parece algo repugnante.

Quise destruir su espirito, quise doblegarlo ante mí, porque… Poco a poco su actuar me fue cautivando y manteniendo intranquilo.

¿Cómo alguien tan frágil como un ángel puede enfrentarse a un demonio como yo?

-¿Por qué dañar a los demás?-

-Por que es divertido. Mira el oro que tengo, mi tripulación es enorme y mi navío es el mejor de todo el ancho mar- Reía a carcajadas, mientras veía aquel cielo nocturno en altamar.

Bebí esa noche el mejor licor, pero de un momento a otro se volvió tan amargo y desagradable.

-Y aun así no eres feliz-

Eso me sorprendió tanto, y me hizo enfadar tanto.

-¡¡¡¿QUÉ SABES TÚ??!!!- Por primera vez lo tome del cuello, mi sola mano cubría por completo ese punto, quería hacerlo callar -¡¡¡HABÍAS VIVIDO ANTES CON TODO Y CLARAMENTE NO CONOCES LO QUE ES PERDERLO!!!- Me quise de reír y no prestar más atención a lo que oculto con mi sonrisa arrogante, y mis crueles acciones -¡¡¡SÍ CREES QUE SOLO HABER PASADO UNOS MESES CON NOSOTROS HA SIDO LO PEOR!!! Ja, ja, ja, no sabes nada maldito-

Con sus manos sostuvo mis muñecas, pero lejos de querer zafarse, me seguía enfrentando sin el mínimo miedo.

-Tienes razón, no conozco tu historia, no conozco tu sufrimiento, pero… No puedes decir que no lo entiendo- Fue allí qué lo vi derramar lágrimas de verdadero dolor en todo ese tiempo.

Jamás lo había visto llorar y desesperarse como esa vez.

-Yo… Ame a un pueblo que deje atrás, decidí entregarme para protegerlos, pero… Sé que no servirá de nada, ellos perdieron la esperanza…- Esos ojos azules llenos de lágrimas, mientras entrelaza sus manos delante de su pecho -Ruego que eso no sea verdad. Sin embargo… Sé que es así. Creí que era mi deber. Yo también perdí a alguien valioso cuando era un niño- Su mirada se llenó de repente de una enorme rabia que se combinaba con las gotas de sal -Mi papá murió, y mi padre se casó con alguien más. Un tirano qué claramente solo desea el poder y dinero de mi patria. Pero sin ellos… Todo es incierto en mi ciudad-

¿Por qué me dijo eso?

En aquel entonces no lo entendí, pero ahora sí.

Desesperado, llorando, apretando sus dientes, sintiendo que nada serviría…

Así me sentí cuando era un huérfano y mi única familia fue alejada de mí.

Pensé que no tenía más… Que no podía hacer más que seguir en las calles, volviéndome fuerte a pesar del odio de la gente.

Ser fuerte, despiadado, insensible y capaz de manchar mis manos de sangre…

A una corta edad mate a mi primera víctima y me sentí tan bien… Pero… Algo me carcomía, lo ignore hasta donde estoy.

Lo liberé en aquella ocasión, bebí de aquel veneno líquido qué disfrutaba y sin importar que me lo impidiera, bese esos labios qué sólo decían tonterías y lo embriague, todo para que se callara y vengarme por hacerme daño.

Quería que cayera tan bajo como para rogarme qué fuera mío…

Pero, aunque eso sí fue algo que ocurrió, estando en mi camarote, desnudos, mientras me rogaba hacerlo olvidar sus estúpidos tormentos, con la promesa que él me haría ignorar los míos.

Logre ver su delicado cuerpo, a la vez que sus lágrimas… E incontables cicatrices…

No pude…

Estaba haciendo mal…

Yo, el capitán de un navío de piratas despiadados, dudaba de tomar a alguien que se me ofrecía. Ja, no había pasado antes.

Bueno, solo putas eran quienes me dejaban ultrajar sus cuerpos.

Pero con él, ese pequeño ángel… No podía dañarlo, no de esta manera.

No pasó nada más que solo abrazarlo y decirle que se calmara y durmiera.

Y así, con el pasar del tiempo…

Asmita y yo, fuimos siendo más cercanos.

Mi propia gente me advirtió qué no me dejara engañar por la dulzura de un ángel, ya que ellos están destinados a destruir a los demonios

Y yo, claro que lo soy, el demonio de la isla Kanon, Deuteros…

Le enseñe a navegar, a leer las estrellas, a encontrar y evitar las aguas turbias, a luchar contra quien fuera. Ja, ja, ja, aunque zaquear y asesinar no eran cosas que quisiera ver o aprender, no me dijo nada cuando tuvimos que hacerlo. Solo espero en el navío, custodiado por mis hombres, y al regresar, y ver las mancha de sangre en mi… Se acercó preocupado, y me pregunto por mi bienestar.

Eso fue hermoso… Y ante todos, le robe un beso, llevándole un regalo que coloque en su cabeza.

-Una corona para mi príncipe-

Esto dejo a mis camaradas algo confundidos por mi gentileza, pero no sorprendidos.

En cambio Asmita, se quedó sin palabras y sonrojado. Mi adorable ángel que quiero poseer.

Con el pasar del tiempo, ya no era su obligación encargarse de limpiar, cocinar o tener todo mi navío aseado, sino que se volvió en mi mano derecha y en quien confiaba más y más.

Me enseñó a leer los libros que le traía.

Me ayudó a poder entender mi propio sufrimiento…

Conté sobre mi hermano y me calmo con sus dulces palabras, como amabilidad.

No pudimos callarlo más… Y ya no importaba la moral, la benevolencia o el terror en los corazones ajenos.

Le dije que sería mío, solo si así él lo quería… Y no se negó. Enredo sus dedos en mis cabellos, sus piernas en mi torso y así, fue como lo volví mío.

Y yo creo que también me volví suyo.

Su perfecta piel era para mí. Ambos teníamos cicatrices, pero besamos las del otro, mordí sus hombros, lo marque como mío y el encajo sus uñas en mi espalda, la sangre brotó de nuestros cuerpos. Pero las heridas, esas heridas no fueron dolorosas o que dejaran una marca desagradable, al contraído… Fue el mejor placer qué hubiera sentido.

Su interior estrecho, húmedo, los sonidos obscenos de un ángel profanado por un demonio…

Su pequeño cuerpo sucumbió ante el mío y mis labios robaron miles de besos de aquellos rosados, qué deje temblorosos.

Sudamos, gemimos, gruñimos de placer hasta que no soportamos más.

Ame cada centímetro de ese delicioso cuerpo…

Después de esa noche en donde no tuvimos descanso, lo vi despertar tan desarreglado y cansado, pero con una sonrisa en su precioso rostro. Me jure que en esta ocasión, no perdería a quien amo.

Él decidió que se quedaría a mi lado, a pesar de haberle dado la oportunidad de escapar.

Se volvió mío.

Respetado por mi tripulación, y si bien muchos no aceptaron nuestra unión, mi ángel se los ganó, siendo él mismo.

Los monstruos y demonios más temidos, empezaron a ser gobernados por un ángel dulce y amable.

Nunca quise que él se manchara las manos de sangre, pero… Una vez…

Fuimos atacados por unos piratas rivales… Enemigos de mí pasado…

Nos emboscaron y atraparon. Encerré a Asmita para que nada le pasara, pero sabía que él no se quedaría quieto.

Luche con todas mis fuerzas, rebane gargantas, destroce huesos, rompí rostros. No iba a dejar que nadie destruyera mi mundo…

Perdí hombres, nos superaban en número, pero no nos daríamos por vencidos, yo no podía darme por vencido, por Asmita, por mi ángel.

Pero fui estúpido, una espada me corto fuertemente un costado y me hizo caer, la sangre brotó rápido, pero aquel maldito Kardia, sujeto mi cabello y estaba por rebanar mi garganta.

-Te hare pagar lo que me hiciste-

Sonreí de burla, porque no olvidaba como lo hice sufrir.

-Ja, ja, ja. No es mi culpa que mi pene le gustara más a tu amado Degel, qué el tuyo- Lo provocaría… Por que no iba a dejarme vencer sin luchar, y aunque muriera, sabía que, Asmita, estaría a salvo.

-¡¡¡MALDITO BASTARDO, HIJO DE PUTA!!!- Iba a clavarme su espada para degollarme.

Pero, antes de hacerlo, pude escuchar como un tajo limpio corta su cuerpo… Justo en medio lo atravesó, no con suficiente fuerza como para cortar de extremo a extremo, pero sí, para incapacitarlo...

Perdió sus fuerzas, dejo caer su arma a un lado. Pude ver los cabellos dorados y piel blanca manchada de sangre.

Que bueno que sus ropas blancas habían sido cambiadas, ahora vestía como uno de nosotros…

Un ángel que cayó en desgracia con los humanos…

Mire sus ojos y estaban inyectados en cólera, y aunque le aterro lo que hizo, sé que le satisfago el haber asesinado a ese miserable.

Me salvo y me dio una oportunidad de hacer las cosa diferentes.

Mis hombres también fueron salvados.

Los enemigos perdieron a su capitán…

Se rindieron y fueron destrozados por nosotros.

Y así sucedió todo. Un ángel cayó en el infierno de los demonios y lo gobernó con su dulce sadismo.

Al poco tiempo… Nada de nuestro pasado nos volvió a importar, por que ahora teníamos un futuro diferente.

Mi ángel, al que capture, mí preciado tesoro, me dio algo más que solo su cuerpo, su amor y pasión.

Un hijo, un ser que nació de la lujuria desenfrenada de un demonio como yo, y un ángel que cayó en mis garras, mostrándome el amor más puro posible.

Shaka, no sufrirá ni una milésima de lo que nosotros, no tiene qué rendirle cuentas a nadie más que a nosotros. Aprenderá defenderse, a cuidarse, a salvar y dirigir a sus hombres cuando sea el capitán de un navío como el mío, su padre…

Pero sé que aprenderá modales, será culto y elegante como su papá.

Ja, cada día agradezco que esa noche decidí atacar un reino inferior qué estaba al borde de la muerte, y salve al precioso príncipe qué se volvió mi más valioso botín de guerra.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).