Como era costumbre, visitaban la casa de los Kagami.
Desde secundaria se reunían con ellos para salir y jugar baloncesto. Ahora, casados y con familias formadas, se reunían cada mes para tomar café.
Bueno, los que tomaban café eran Tetsuya y Ryō, mientras sus maridos jugaban baloncesto como animales.
—¿No irás a jugar, Tetsuya-san? —preguntó el castaño, revolviendo el azúcar y la leche de su café. Tetsuya bebió el suyo para después responder.
—Que primero juegue Taiga-kun, Hikaru no se siente muy cómodo estando a solas con él cuando toca cambio de pañal.
Los bebés estaban jugando en el suelo, sobre una alfombrita de trenes coloridos y con una jaulita infantil alrededor por protección. El Kagami menor al escuchar el nombre de su padre soltó el trenecito rojo y buscó a su mamá, quien suspiró.
—Un trauma…
Conversaron tranquilamente, cuidado a los dos menores que jugaban divertidos. Recordaron el viaje que tuvieron y la borrachera de Kazunari que les causaron problemas. Gracias al apellido de casado de Koki pudieron resolverlo y callar las quejas de los residentes vecinos.
Fue divertido recordar los viejos tiempos. Aunque se sintió un vacío por no tener a Kagami con ellos, Tetsuya se unió bastante bien al grupo. Mejor pensaban algunos.
En ese viaje Ryō entendió dos cosas: no darle alcohol a personal de salud con un hijo pequeño, y que a Kazunari siempre le ha gustado besar a Tsunderes como Shintarō… O Yukio.
Empezando a caer la tarde, Tetsuya cambió el café por té verde. Los niños, ya cansados de jugar entre ellos, terminaron sentados en los regazos de sus madres. A Hikaru le bastaron cinco minutos para caer rendido.
—Duerme mucho —dijo Tetsuya, abrazándolo a su cuerpo con cautela para poder tomar el té —. Creo que trae lo tranquilo de mi familia, desde el embarazo fue un niño calmado.
Si no fuera por el cabello rojo y por que Tetsuya era fiel como un perro a su luz, pensaría que no era hijo de Kagami.
—Estamos hablando de tu hijo, Tetsuya-san —comentó riendo Ryō.
Lo intuía desde antes, que Hikaru sería tranquilo a comparación de su padre. Por otro lado, Yoshiki en sus brazos era tan similar a él que no parecía hijo de Daiki, hasta que abría sus ojos y veía el mismo tono azul del que se enamoró.
Yoshiki en un momento interrumpió la platica con balbuceos, llamando la atención de los dos adultos presentes.
Sus ojitos ya estaban húmedos, sus labios estaban apretados y su ceño fruncido.
—¿Pasa algo?
Yoshiki miró a su mamá, empezando a lagrimear. Sus manos no estaban apretadas, así que no tenía hambre, tampoco ocupaba un pañal nuevo. Ryō acunó, poniendo su cabecita en el hombro para darle palmaditas que no tranquilizaron su llanto.
—Yoshiki-kun siempre ha sido muy sensible, ¿no es así? —Tetsuya comentó. Ambos castaños tenían la mirada afligida, eran idénticos. No se parecía a nada en Daiki —Ryō-kun, muchas gracias por tener un hijo parecido a ti.
—¿Eh?
Hace tiempo que no le hacían comentarios así.
Entendía a sus amigos, pero, ¿quién le entendía a él y su deseo de tener un mini Aomine Daiki? Yoshiki era adorable, ocupaban tener a su dupla para estar completos.
La puerta del departamento de abrió. Kagami y Aomine iban llegando de jugar baloncesto en las canchas del vecindario. Aun sudados, se acercaron a sus respectivos esposos para saludarlos de beso.
Hikaru al sentir la presencia de su papá abrió los ojos y pidió ser cargado por él. Tetsuya estiró sus brazos cuando su pareja tomó al bebé.
—¿Qué pasó, panterita?
Daiki se asomó por atrás del hombro de Ryō, mirando el lloroso rostro de su bebé. Yoshiki miró con emoción la figura morena de su papá. Abrió y cerró sus manitas, pidiendo ser cargado por él. Daiki le quitó el bebé al castaño y lo acomodó en sus brazos.
—¿Panterita? ¿Así le dices a tu hijo, Ahomine? —Kagami rio.
—Tú le dices Little Tiger, ¿de qué te ríes? —y Tetsuya sorbió su tecito verde, con el castaño y el moreno riendo del avergonzado pelirrojo.
—¡D-Dide daiga!
Las risas se detuvieron cuando los labios de Yoshiki intentaron replicar las palabras de Tetsuya.
—Oe —Daiki alzó a su bebé por encima de su cabeza, desde su torso —, ¿dijiste algo?
—¡Dide daiga! —el bebé inclinó su cabeza, repitiendo las mal pronunciadas palabras a su sorprendido padre. Daiki miró a Ryō, que también estaba sorprendido por lo dicho.
—Sus primeras palabras… ¡Yoshiki dijo sus primeras palabras! —de inmediato sacó su celular, poniendo la cámara y enfocando a su hijo —Lo siento, Yoshiki, ¿podrías decirlo de nuevo?
—¡No, que no diga nada! —Daiki escondió al bebé de la cámara —¡Mi hijo acaba de decir sus primeras palabras y no fueron mi nombre, no puedes grabar eso!
—P-Pero, Daiki… Es un logró de nuestro hijo…
—¿Por qué estás enojado, Daiki-kun? —Tetsuya, con su teléfono en mano, preguntó —Déjanos grabar como mi ahijado dice el apodo de mi hijo, no seas cretino.
—Eso, amor —Kagami se asomó, Tetsuya estaba grabando la cara de enojo del moreno y la de preocupación de Yoshiki —, graba su humillación para subirla en redes sociales.
—¿Dide Daiga?