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Tú iluminas mi vida por zandaleesol

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Título: “You Light Up My Life”

Personajes: Harry Potter/Severus Snape

Disclaimer: Los personajes pertenecen a J.K. Rowling.


Capítulo 4.


La espera se había vuelto angustiante, después de someter a Severus a todos los exámenes de rigor el grupo de Medimagos había decidido que debían llevar a cabo un procedimiento algo complejo para aliviar el mal que aquejaba al hombre de ojos negros, pues un coágulo era lo que estaba causando aquellos mareos y dolores de cabeza. La operación tenía algún grado de riesgo, pues procedimientos de ese tipo en el cerebro podían significar la muerte del paciente. Cuando los Medimagos le explicaron el asunto a Severus, no dejó de sentir temor, no temía a la muerte precisamente, sólo temía a la posibilidad de no vivir ahora que se había reencontrado con Harry, ahora que tenía la certeza de su amor y por supuesto a esa hermosa niña de seis años que era Luanne, su hija.


Ya era casi de noche y Harry aún permanecía en la habitación de Severus, el hombre había tomado la decisión de operarse, de no hacerlo su condición empeoraría. Ni Harry ni Severus ocultaban el temor que sentían ante la perspectiva de la muerte.


—Lamento esto Harry, lamento que nuestro reencuentro se haya dado en estas circunstancias.

—Yo no lo lamento… sólo saber que hay una esperanza me da fuerza… esto es sólo una prueba más, será como la última vez, tú y yo unidos… luchando por vivir.

—Harry realmente eres mi fortaleza, nunca tuve miedo de morir… pero ahora que te encontré deseo vivir… quiero conocer a mi hija… quiero oírla llamarme papá.

—Severus estaba pensando que tal vez debería decirle a Luanne que tú eres su otro padre… le agradaste mucho… estoy seguro que se sentirá feliz de saber quien eres tú realmente.

—No Harry… te ruego que no se lo digas… no aún.

—Pero… yo creí que tú…

—Sí, deseo más que nada en este mundo que sepa quien soy, pero prefiero esperar a salir de la operación… creo que sería lo mejor.


Harry guardó silencio, comprendía que el temor de Severus era que algo no saliera bien y debía reconocer que él tenía el mismo temor.


—Comprendo Severus… ¿te gustaría que la trajera mañana antes de que entres a la operación? Creo que le gustara verte.

—Claro… nada me haría más feliz en el mundo.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


A la mañana siguiente Harry estuvo muy temprano en San Mungo, estaban con él Ron y Hermione, comprendían que en esos momentos debían ser el apoyo de Harry, era importante que tuviera confianza en que todo saldría bien. No había resultado muy difícil a Harry convencer a Luanne para que aceptara venir al hospital para ver a Severus antes de su operación.


Cuando entraron a la habitación del hombre dos enfermeras le daban las últimas indicaciones antes de llevarlo al pabellón donde se realizaría el procedimiento. Luego de eso salieron y recién Harry pudo acercarse con Luanne tomada de su mano.


Severus posó su mirada en la niña, mientras que ella le devolvió una mirada algo desconcertada, ese hombre no era el que ella recordaba.


—Papi… él no es mi amigo —dijo Luanne mientras miraba recelosa al hombre sentado en la cama.


Severus sintió un leve temor al oírla.


—Claro que es tu amigo cielo…

—No… no es… es diferente…


Harry recién comprendió que Luanne se refería a la apariencia de Severus, el día anterior llevaba disfraz.


—Es él mi amor… lo que pasa es que ayer llevaba disfraz, recuerdas como tu tío Ron en tu último cumpleaños cambió su apariencia para darte una sorpresa.

—Sí.

—Pues ayer Severus había hecho lo mismo —explicó Harry.


Luanne miró seria a Severus por un instante, pero luego le sonrió alegre y precipitadamente se acercó a la cama para abrazarlo. El hombre de ojos negros la recibió en sus brazos totalmente emocionado y la levantó para subirla a la cama, mientras Luanne sonreía y le estudiaba con atención.


—Te vez muy diferente —dijo Luanne mientras posaba sus manitas en el rostro de Severus que apretó los ojos emocionado.

—Es cierto… ayer estaba disfrazado.

—Tú voz es igual… eres mi amigo —dijo Luanne abrazando al hombre.

—Lo soy… lo soy… mi niña… y te quiero mucho… eres tan hermosa —dijo Severus.


Luanne sonrió y se volvió a mirar a Harry que sentía que sus lágrimas estaban a punto de caer con aquella visión.


—¿Papi dejarás que venga a patinar con nosotros?

—Claro mi amor… pero deberías preguntarle a Severus si quiere venir ¿no crees?

—¿Vendrás conmigo y con tía Hermy y tío Ron?

—Sí Luanne… me gustará mucho ir a patinar contigo… pero deberás enseñarme a hacerlo porque no sé.

—Sí yo te enseño… es muy divertido… al principio tío Ron se caía a cada rato… pero él decía que no le dolía.

—Bueno sí el dice que no duele debe ser verdad.


La puerta de la habitación se abrió otra vez, eran las dos enfermeras acompañadas por un muchacho joven que manejaba una camilla.


—Señor Snape… ya es hora —dijo la enfermera de más edad.


Severus sintió que el corazón se le apretaba, tendría que despedirse de Luanne.


—¿Vas a regresar pronto? —preguntó la niña.

—Sí… regresaré pronto… lo prometo.

—Entonces estaré esperando —dijo Luanne y volviéndose a mirar a Harry — ¿verdad papi que lo esperaremos aquí?

—Sí mi cielo… aquí estaremos esperando —respondió Harry, haciendo todo lo posible por evitar que Luanne se diera cuenta de que estaba a punto de llorar.


Severus volvió a abrazar a Luanne, debía regresar no podía decepcionar a la pequeña, pero sobretodo deseaba regresar para disfrutar de una nueva vida junto a Harry y su hija.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Sobre la tersa y dura superficie de hielo artificial los alegres patinadores se divertían trazando caprichosas curvas, era el primer domingo de primavera, era temprano y el lugar no estaba muy lleno, sólo unas cuantas personas en la pista y otras pocas ocupando algunas mesas. En una de las pequeñas mesas dispuestas junto a la pista recién se habían acomodado tres personas, una hermosa niña de cabello negro y ojos de un mirar tan intenso que contagiaba con su alegría y luminosidad. Junto a ella un joven de ojos verdes le sonreía feliz, mientras que otro hombre de más edad, pero con una mirada tan intensa como la de la pequeña le sonreía adorándola.


—¿Papi por qué ni vinieron tía Hermy y tío Ron?

—Bueno cielo hoy a tu tía Hermy le tocaba turno en el hospital —respondió Harry —, y además pensé que tú, Severus y yo podríamos pasar un hermoso día, sólo nosotros tres.

—¿Qué sucede mi niña? —preguntó Severus a la pequeña —No te alegra que el doctor me haya permitido venir contigo.

—Sí… pero me gusta patinar con tío Ron —dijo Luanne.

—La próxima semana vendremos con ellos cielo —dijo Harry mirando a Severus —, hoy sólo vinimos nosotros tres… porque hay algo muy importante que Severus y yo tenemos que decirte.


Luanne miró con mucha atención a Harry, que después de observar a la niña por unos segundos se acercó y le habló al oído, la niña al oír las palabras de Harry abrió los ojos sorprendida y se tapó la boca con sus pequeñas manos.


—¿Quieres a mi papi? —preguntó Luanne a Severus.

—Sí mi niña… yo amo a tu papi… y él me quiere a mí… ¿dejarías que me casara con él?


Luanne pareció pensarlo por un segundo y luego sonrió.


—Sí.

—Gracias mi niña… eso me hace muy feliz.

—¿Papi… ahora Severus va a ser también mi papá? —preguntó Luanne a Harry.

—¿Mi cielo… recuerdas cuando me preguntaste como habías nacido tú?—preguntó Harry bajando la voz.

—Sí… mi otro papá puso una semilla dentro de ti y entonces yo me forme y empecé a crecer dentro de ti —dijo la niña en un susurro luego de mirar a todos lados.

—Es cierto y fue Severus quien puso esa semilla dentro de mí… él es tu otro papá cariño —dijo Harry.


Luanne lució muy sorprendida al oír a Harry, miró a Severus por un par de segundos que al hombre de ojos negros le parecieron eternos, jamás en su vida le había importado tener la aprobación de nadie, pero ahora aquella criatura de sólo seis años a quien adoraba estaba decidiendo si lo aceptaba o no.


—¿Entonces eres mi papá de verdad?

—Sí… lo soy.


Luanne miró a Harry un instante para luego mirar a Severus otra vez.


—¿Por qué nunca viniste a verme?


La pregunta y el tono triste de Luanne le dolieron mucho a Severus, pero aunque la niña no comprendiera muy bien le diría la verdad.


—Yo estaba muy lejos y… Luanne a pesar de que yo amaba mucho a tu papi me fui muy lejos y no sabía que tú habías nacido…

—Mi cielo… Severus… tu papá… tuvo un accidente y no pudo regresar a mi lado… no fue su culpa mi amor… él no quería irse —dijo Harry tomando la mano de la pequeña.


Luanne volvió a mirar a Severus que sentía que el corazón estaba a punto de estallarle.


—¿Vas a quedarte con nosotros para siempre?

—Sí mi niña… para siempre… te juro que jamás volveré a irme.


Luanne sonrió, dejó su silla para abrazar al hombre de ojos negros que la recibió en sus brazos como quien recibe el más maravilloso de los obsequios.


—Te quiero papá.

—Y yo a ti mi niña preciosa… tú eres la luz de mi vida… tú y tu papi son lo que más amo en mi vida… jamás los dejaré… te lo juro —dijo Severus con toda la emoción que le despertaba el tener a su hija en brazos y oírla decir que lo quería.


Harry los observaba conteniendo las lágrimas con dificultad, si no hubiesen estado en un lugar público y lleno de muggles hubiese besado a Severus sin pensárselo más.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


La campanilla que avisaba la entrada de algún cliente lo alertó y de inmediato y salió precipitadamente para ver quien era, el asombro fue grande cuando vio a ese hombre parado ahí dando una mirada a la tienda con ojos crítico.


—¿Es usted? —dijo el muchacho mirando al hombre con ojos de asombro.

—Sí efectivamente soy yo ¿creíste que no regresaría jamás?

—Yo… yo… no sabía que pensar… dónde estaba —preguntó el muchacho de forma atropellada, pero luego bajó la cabeza tímidamente, había preguntado más de la cuenta.


Pero Severus que antes hubiese reprobado que su ayudante en la tienda le hiciera preguntas ahora casi sonrió al ver la actitud del muchacho.


—Cualquiera pensaría que me extrañaste ¿cómo ha ido todo en la tienda? —preguntó Severus.

—Bueno igual que siempre… bueno algunas cosas se acabaron y… bueno la verdad no sabía que hacer…

—De inmediato haremos el pedido para surtir la tienda.


De pronto la puerta volvió a sonar y Luanne entró a la tienda con Harry tras ella, corrió a los brazos de Severus.


—¿Papá está es tu tienda? —preguntó la pequeña mientras miraba con entusiasmo a todos lados.

—Sí mi cielo —dijo Severus tomando a Luanne en sus brazos —¿Qué te parece?

—Es bonita… me gusta.

—¿De verdad te gusta?

—Sí.

—Ella es mi hija… se llama Luanne —explicó Severus al muchacho que era su ayudante en la tienda y que lo miraba impactado, jamás supo nada de Severus en todo el tiempo que había trabajado ahí, ahora lo veía con una niña en brazos que lo llamaba papá.

—Jamás imaginé que tuviera una hija…

—Yo tampoco podía creerlo… soy muy afortunado —dijo Severus mientras besaba a Luanne en la mejilla.

—¿Por eso desapareció? Todo el barrio estaba preocupado… dimos parte a la policía de su desaparición… y…

—Lamento haberlos preocupado… no fue mi intención… estuve en el hospital —explicó Severus.

—¿En el hospital? Pero si recorrimos todos los hospitales de la ciudad y no lo encontramos —dijo el muchacho.

—Ah… bueno es que estuve en un hospital… privado —dijo Severus.

—Sí —dijo Harry interviniendo de pronto —, es que Severus tuvo un problema mientras estábamos en el banco y unos amigos y yo lo llevamos a un hospital.


El muchacho miró a Harry con cierta curiosidad sin sabe que decir.


—El es Harry —dijo Severus —, es padre de Luanne.

—¿Cómo? Pero no dijo que el papá era usted —preguntó el muchacho confundido.

—Sí, pero Luanne es una niña afortunada… tiene dos papás —dijo Severus mientras le guiñaba un ojo a la niña que sonrió.

—Ah… entiendo —dijo el muchacho cuando en realidad todo aquello le parecía muy confuso —. Todos estarán felices de saber que ha regresado.

—Bueno he regresado sólo para poner al día la tienda —dijo Severus mientras bajaba a Luanne al piso.

—No entiendo, ya no vivirá aquí… ¿que pasará con la tienda?

—Es cierto ya no viviré aquí… pero la tienda seguirá funcionando… y además la mejoraremos… repararemos el lugar… surtiremos con más y mejores productos.

—Pero eso de seguro le costará mucho dinero y usted…

—Por eso no te preocupes… de ahora en adelante tendré un socio —dijo Severus dándole una mirada a Harry.

—Creo que lo que hace Severus aquí… por estas personas es muy importante y no debe ser abandonado por nada del mundo —dijo Harry mirando al muchacho —, me sentiré feliz de que continúe ayudando a las personas de este barrio.

—Eso es estupendo —dijo el muchacho sonriendo por primera vez —, cuando le diga a todos estarán muy felices de saber que ha vuelto y que además a conseguido un socio para la tienda… muchos pensamos que no regresaría.


Luanne miraba curiosa todo el lugar, pero a la vez maravillada, aquel sitio le parecía increíble, de pronto en un rincón descubrió algo que ella identificó como un viejo tocadiscos muggle, aquello le pareció fascinante, ya había escuchado antes uno cuando había visitado un mercado muggle con Ron y Hermione.


—¡Papi encontré uno de eso que dan vueltas y suena la música! —dijo Luanne corriendo hacia Harry.

—Ah… un tocadiscos —dijo Harry.


Luanne movió la cabeza afirmativamente.


—¿Papá puedo escucharlo? —preguntó a Severus con ojos brillante de emoción.


El hombre sonrió alegre.


—Claro mi cielo… era de un señor anciano con el que yo viví aquí… a él le encantaba la música… igual que a ti.

—¿Dónde está?

—Bueno cariño… se fue hace tiempo a un lugar que él estaba seguro existía y donde sería muy feliz… que algunas personas llaman Paraíso.

—¿Y va a regresar?

—No… no regresará… porque él ya es muy feliz… además él era muy anciano y había hecho todo lo que tenía que hacer en esta vida.


Luanne asintió con la cabeza, no comprendía del todo.


—¿Le molesta si le digo a todos que ya regresó? —preguntó el muchacho de pronto.

—No claro que no… dile a todos… diles también que tú serás el encargado de la tienda ahora… puedes vivir aquí si te parece… yo vendré todos los días, pero no viviré aquí… ahora tengo una familia y con ellos debo estar —dijo Severus mirando a Luanne y después a Harry que hizo todo lo posible por no mirar al hombre de forma muy evidente.


El muchacho asintió con la cabeza, alegre salió rápidamente de la tienda para darles a todos la noticia.


Severus aprovechó la salida del chico para arrastrar a Harry hasta un rincón y robarle un beso, pero pronto escuchó la voz de Luanne que le llamaba para que hiciera sonar la música, naturalmente que no la hizo esperar, aquella pequeña era la única que podía robarle sus momentos con Harry.

FIN

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