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Romeo Kiryuu y Julieta Kuran por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos! Sé que parece un poco pronto pero bueno, en este capitulo hay lemon, espero sea de su agrado.

Sin más el capitulo

Como ya era costumbre, Zero caminaba hacia el lugar donde siempre se encontraba con Kaname, logró verlo charlar con una chica que lo miraba sonrojada y sonriente.


-¿Por qué siempre tienen que seguirlo? Me molesta-se decía con furia sin dejar de caminar.


La chica lo vio, se sonrojó aún más y se despidió del castaño como le fue posible.


-Disculpa la tardanza, tuve algunas cosas que hacer antes de venir-saludó el ojiverde.


-Siempre tienes cosas de hacer, ya ni me sorprende que llegues tarde o te vayas temprano-respondió indiferente.


-¡Que niño!-el cazador lo abrazó por la espalda-Celoso de mis pendientes ¡Eres simplemente encantador!


-¡Espera un momento! No estoy celoso-el vampiro luchó por soltarse del abrazo sin mucho éxito-Sólo digo que es normal en ti.


-No sabes como me divierte verte reaccionar así-Zero rió descaradamente y lo soltó para después sentarse.


-Te encanta fastidiarme-bufó Kaname y se sentó a su lado-Eso tampoco es novedad.


Pasaron largo rato en silencio hasta que un par de chicas, entre ellas la que había charlado con el castaño, pasaron frente a ellos. Ambas sonrieron y agitaron la mano a manera de saludo y el vampiro se limitó a corresponder ante la mirada celosa de su acompañante.


-Que molestas son esas chicas...-bufó el cazador.


-¿Por qué molestas? Sólo estaban saludándonos.


-Siempre andan por ahí, acosándote. Dices que ninguna de ellas te interesa pero dejas que te coqueteen descaradamente.


-¿De qué hablas? Nunca les he dirigido la palabra.


-¡Te vi con ella recién llegaba!-reclamó irritado el ojiverde-Siempre tras de ti y finges no darte cuenta.


-¡El molesto debería ser yo! Se acercó a preguntar por ti, no tiene ningún interés en mi. Al menos deberías agradecer que me encargo de las chicas a las que las gustas.


-¿Vinieron por mi? ¿Y qué les dijiste?


-¿¡Qué esperabas que dijera!? No sé nada de ti-el castaño cruzó los brazos y le dio la espalda-Y aunque lo supiera no les hubiera dicho...


Kaname había hablado sin pensar, era totalmente cierto lo que acababa de decir pero lo que menos quería era que él lo supiera. La verdad, que la chica preguntara por el ojiverde le molestó, sentía que era el único que merecía saber cosas suyas.


Zero quedó atónito, nunca hubiera esperado que el castaño reaccionara de ese modo y mucho menos que tuviera el valor para decirlo abiertamente sin retractarse inmediatamente.


-Pero que lindo eres-susurró acercándose a él-¿Así que me quieres sólo para ti? No hay problema, soy únicamente tuyo-lamió delicadamente el cuello del castaño, saboreó sus labios y se alejó.


-Oye ¡Alexander! ¿Qué crees que haces? Vuelve aquí ¡Alexander!-suplicaba a gritos el vampiro y al darse cuenta que no serviría decidió seguirlo.


Cuando logró alcanzarlo vio algo que no se esperaba: el ojiverde tenía ahora unos hermosos ojos amatistas y su oscuro y despeinado cabello era plateado.


-¡Me mentiste!-gritó furioso.


-¡Kaname! Espera un momento...-el peliplateado camino hacia él.


-¡No te me acerques! ¡No vuelvas a tocarme! No hiciste otra cosas más que engañarme todo este tiempo.


-Algún día debías enterarte, no quería que fuera de este modo. Mi verdadero nombre es Zero y creo que el resto lo sabes.


-¡Eres un idiota! No sé porque estuve con... ¡Alguien como tu!-bufó con desprecio-¿Qué querías? ¿Hacerme daño? ¿Por eso te acercaste?


-¡Me gustas! Pero sabía que si me veías así reaccionarías mal. No tenía otra opción-el cazador lo acorraló contra un árbol.


-¡Aléjate!-el castaño intentó apartarlo pero él sostuvo sus brazos para detenerlo.


-Sueño contigo desde que te conocí, esta vez no me detendré-lo besó desesperadamente, explorando con su lengua cada rincón de la boca del vampiro.


Introdujo la mano que tenía libre bajo la camisa de Kaname y con delicadeza acarició su torso. Se separó de sus labios dirigiéndose a sus pezones y sobre la ropa comenzó a succionar uno suavemente mientras jugaba con el otro entre sus dedos.


Lo recostó suavemente sin detener su labor y con la otra mano empezó a jugar con el pequeño bulto que ya se había formado entre las piernas del castaño.


El castaño estaba totalmente sonrojado y avergonzado pero por más que lo intentaba no podía hacer ni decir nada para detener al peliplateado.


El cazador se deshizo del incómodo pantalón de su acompañante incluyendo su ropa interior, dejando completamente descubierto su miembro.


-¡Zero! Detente, por favor. No quiero...


-Él no opina lo mismo...-lo miró con lujuria y con un dedo rodeó la punta, provocando un gemido casi inaudible por parte de Kaname.


Sin más que esperar el peliplateado lamió suave y provocativamente el pene del castaño y con delicadeza comenzó a acariciar sus testículos, poco después lo introdujo completamente en su boca y comenzó a simular pequeñas embestidas. El vampiro daba jadeos y gemidos ahogados, provocando que el cazador aumentara la intensidad pues verlo actuar de esa manera lo excitaba.


Después de algunos minutos Kaname no pudo contenerse y virtió su semilla dentro de la boca de Zero que sin ningún problema la trago.


-L... L... Lo siento...-susurró temblando.


-¿Por qué? Ambos lo estamos disfrutando ¿No?-respondió seductoramente el peliplateado, limpiando un hilillo de semen que escurrió por la comisura de sus labios para lamerlo junto con un par de sus dedos.


Separó las piernas del castaño e introdujo los dedos ya lubricados en su entrada, moviéndolo en círculos para después introducir su lengua y comenzar a dilatarla.


Cuando sintió que estaba listo se despojó de su ropa e introdujo su miembro ya erecto suave y lentamente. El vampiro seguía gimiendo suavemente debido a la rara mezcla de dolor y placer que experimentaba, ocultándola por vergüenza.


-No tienes porqué callarlo-el cazador acarició con dulzura su rostro-Nadie más que yo puede escucharte y quiero hacerlo, no te contengas-se mantuvo quieto mientras su acompañante se acostumbraba a tenerlo en su interior-¿Estás listo?


-S... Sí-sollozó Kaname con algunas lágrimas brotando de sus ojos.


-No llores... Seré tan dulce como pueda-respondió con ternura Zero secando sus lágrimas con sus labios.


Comenzó con las embestidas, lentas y poco profundas para no lastimarlo mientras veía en su rostro esa extraña expresión de placer y dolor, cubriendo su boca con ambas manos para callar cualquier sonido que pudiera emanar de ella.


El castaño sentía como el miembro del peliplateado entraba y salía de él con delicadeza y no podía evitar disfrutarlo a pesar de todo, ya que aunque no quisiera aceptarlo el también había deseado en varias ocasiones estar de esa manera en la que ahora se encontraba.


Por su parte el cazador creía rozar el cielo con cada estocada y no pudo evitar gemir una que otra vez el nombre del vampiro. Se aferró con fuerza a sus muslos buscando mayor profundidad para las embestidas pues había encontraba el punto más sensible de Kaname y quería que disfrutara tanto como él lo hacía.


Kaname sintió el placer recorre su cuerpo, definitivamente Zero había descubierto su zona más sensible y su miembro comenzaba a pedir atención lo que no paso desapercibido por el peliplateado que comenzó a masturbarlo al ritmo de las estocadas cuya intensidad iba en aumento.


Los sonidos que el castaño emitía empezaban a ser audibles y provocaban aún más al cazador que comenzó a gritar el nombre del vampiro, haciendo que este último se avergonzara todavía más.


Ambos estaban casi en su límite: sus cuerpos estaba sudorosos, sus respiraciones y corazones agitados como nunca antes y sus mentes enfocadas únicamente en lo que hacían en ese preciso momento.


El orgasmo llegó, haciendo que sus espaldas se arquearan ligeramente y que sus esencias de derramaran: la de Kaname sobre la mano de Zero y entre sus vientres y la de Zero en el interior de Kaname.


El peliplateado cayó rendido sobre el pecho del castaño por lo que pudo escuchar los acelerados latidos de su corazón.


-Sé que siempre lo digo pero no tienes idea de lo adorable que te ves así-lo besó dulcemente.


-No digas eso... Me avergüenzas-respondió sonrojado.


-Nunca cambiarás ¿Cierto?-acarició su mejilla y rió-Esa es una de las cosas que más me gustan de ti.


Se acostó sobre él nuevamente y lo abrazó con todas sus fuerzas hasta darse cuenta de que casi amanecía.


-¡Perfecto!-susurró sarcásticamente-No puedo faltar de nuevo al entrenamiento-se levantó y comenzó a vestirse.


-¡Oye! ¿Qué crees que haces?-el castaño se sentó a ver lo que el peliplateado hacía.


-Acabo de recordar que en unas horas tengo entrenamiento y necesito ducharme y dormir un poco antes de ir pero nos vemos mañana a la misma hora y hablamos de todo lo que quieras ¿Sí?-lo besó tiernamente y se fue.


-¡Ese inútil! Después de...-se sonrojó-Eso, se va como si nada-comenzó a vestirse y al intentar levantarse un fuerte dolor en la cadera se lo impidió-¡Idiota!-gritó al aire-¿Y ahora que haré...?

Notas finales:

Pues ahí está, me gustaría saber que opinan, todo es bien recibido.

Gracias por leer.


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