Esa noche Zero se dirigía al lugar de siempre y logró ver que nuevamente Kaname charlaba con esa chica que tanto le molestaba.
-Ese día no dije nada pero ya es hora de que se entere de que él es mío-se dijo observando a la chica con detenimiento para después seguirla y hablar con ella.
-Tu eres Alexander ¿Cierto?-habló con un ligero sonrojo.
-Exactamente-sonrió falsamente-Quiero pedirte un favor-continuó con fingida amabilidad.
-Cla... Claro, ¿En qué te puedo ayudar?
-Me basta con que te mantengas alejada de Kaname-la chica lo miró confundida-Tal vez no lo sepas pero él y yo somos amantes y se que a muchas de ustedes les gusta pero es sólo mío y no pienso compartirlo ¿De acuerdo?
-¿¡Eh...!? Ah... S... ¡Sí! No hay ningún problema-rió nerviosa-Tengo que irme, Con permiso-se alejó corriendo.
-¡Lamento llegar tarde!-Zero sacudió la mano saludando.
-Sí ya sé, tenías pendientes seguramente-respondió Kaname un poco molesto.
-Uno bastante molesto... -Tenías entrenamiento hoy ¿No? ¿Qué tal?
-Normal a pesar de todo, el entrenador decidió reducirme el castigo por mi esfuerzo, sólo me advirtió que no permitiría otra falta.
-¿Y tu papá? ¿Se le pasó el enojo?
-Sigue igual, nunca me va a perdonar un error y lo dejó muy claro-el peliplateado se sentó y atrajo al castaño, sentándolo entre sus piernas y abrazándolo por los hombros.
-Hablando de padres... Los míos van a salir la próxima vez que nos veamos y nadie más que yo estará en casa y pensé que, bueno...-se sonrojó ligeramente.
-¿Es una invitación?
-¡Por supuesto que no! Sólo pensé que sería mejor que nos quedaramos en mi casa a que fueras a pasearte frente a las chicas.
-Eres tan lindo cuando te pones celoso...
-¡No estoy celos! Es sólo que me incomoda estar contigo y que puedan observarnos.
-Aunque no sean celos eres adorable-el cazador lo besó sutilmente en los labios, introdujo su lengua y saboreó completamente la cavidad de su amante; entrelazó sus lenguas, tomándolo de la barbilla para profundizar el beso.
Al separarse el vampiro estaba completamente sonrojado, jadeaba ligeramente para recuperar el aliento y vio a su amante lamer sus labios.
-¿Por qué hiciste eso?
-Te quiero-lo besó nuevamente apenas rozando sus labios-Y no puedo evitar desear besarte cada que estamos juntos. No podrás negar que te gusto.
-¿Qué importa si lo disfruté o no? No deberías ser tan impulsivo.
-Está bien, no seré tan impulsivo... ¿Puedo besarte ahora?
-¿¡Qué!? ¡No hagas preguntas tan vergonzosas!-Kaname ocultó su rostro-Mejor dime porqué faltaste a tu entrenamiento-continuó para evitar esa incomoda interrogante.
-Podría decirse que es tu culpa-susurró Zero a su oído-Me gustaste mucho desde que te vi y no pude pensar en nada que no fueras tu. Ese día tenía entrenamiento pero se me había ocurrido el plan perfecto para cercarme a ti y no iba a perder tiempo: Falté para buscar la mejor forma de ocultar mi verdadera identidad y no pensé que tuviera problemas.
-¡En verdad eres un idiota! Arriesgar tanto por una persona que ni siquiera conocías, es lo más absurdo que he oído.
-Pero valió la pena, gracias a eso ahora puedo estar aquí contigo.
-¿Tienes idea de lo cursi que eso suena? Eres un tonto-el castaño soltó una pequeña risilla, a pesar de lo que dijo sólo pensar que su amante era capaz de arriesgarse por él le producía una inmensa alegría.
-Que sea un tonto es culpa tuya, dicen que es uno de los males del amor-el peliplateado lo abrazó con fuerza-Te quiero, no importa si dices que soy un cursi, un tonto o un idiota. Te quiero como no he querido a nadie-lo besó dulcemente en la mejilla y se aferró a él.
-¡Idiota! Siempre dices cosas tan vergonzosas...-se dejó llevar por ese cálido contacto que, aunque lo negara, disfrutaba enormemente.
-No tiene porqué ser vergonzoso, solamente digo lo que siento por ti. Si aceptaras que también me quieres todo sería más fácil.
-Nunca voy a decir algo tan cursi como eso, no sé como esperas que no te llame tonto o idiota si dices cosas así de absurdas ¡No te diría que te quiero ni aunque así fuera!
-Aún así te quiero-el cazador lo tomó de la barbilla y juntó sus labios, dándole un beso dulce y a la vez pasional y lleno de deseo-Y sé que tu también aunque lo niegues pero no te preocupes, esperaré hasta que seas capaz de decirlo.
-¡Idiota!-respondió con un tono rosado apenas visible en sus mejillas-Nunca podré querer a alguien tan tonto como tu-el vampiro se recargó sobre el pecho de su acompañante y cerró los ojos.
-Sí, ya lo sé-acarició dulcemente su rostro-Me preguntaba como sería despertar contigo, debes verte muy lindo dormido.
-¡Ni creas que te voy a dar ese gusto! ¿Crees tener derecho a despertar a mi lado?
-¡Claro que lo tengo! Tu eres mío y yo tuyo. Pero está bien si dices que no, ya verás que algún día amaneceremos juntos. Por cierto, ¿Por qué estas recargado en mi? ¿Tienes sueño?
-Tu eres el que tiene sueño y me lo estás pegando, además, así como me estás abrazando me transmites tu calor y me dan ganas de dormir.
-Anda, no te duermas, tienes toda la mañana para hacerlo-Zero se levantó y ayudó a Kaname a enderezarse-Puede que tenga un poco de sueño, lo mejor será que me vaya. Faltan pocas horas para el amanecer así que no hay problema.
-¿Quién te entiende? Dices querer dormir conmigo y sales con esto-se frotó los ojos para quitarse lo soñoliento.
-¡Eres adorable!-el peliplateado pellizcó suavemente su mejilla y lo besó con delicadeza-Nos vemos ¿De acuerdo?-caminó dispuesto a irse.
-¡Espera!-el castaño lo tomó de la muñeca para detenerlo-Yo... Yo...-tartamudeo ante la mirada de su amante-Sólo quería recordarte que nos vemos en mi casa-lo soltó lentamente.
-Tranquilo, ahí estaré-le sonrió dulcemente y se fue.
El vampiro vio su silueta desaparecer a lo lejos mientras pensaba en aquello que no pudo decir.
-Creo que tal vez estoy enamorado de ti-se dijo a sí mismo-Eso explicaría porqué una simple palabra tuya me hace sentir así y porqué todo contacto tuyo es cálido... ¿Será posible llegar a quererte? Y sobre todo, si llego a hacerlo ¿Podré decírtelo antes de que sea tarde? ¡Zero...!-susurró al aire-No tienes idea de cuanto te odio en momentos como este y mucho menos de cuanto me odio por haberme aferrado así a ti... Y lo peor es que lo disfruto y no me arrepiento de nada-sonrió irónicamente ante tales pensamientos.