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Romeo Kiryuu y Julieta Kuran por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos!

Muchísimas gracias por todo el apoyo que me han dado, veo que cada vez más personas siguen esta historia y sus reviews siempre son un ánimo para mi.

Bueno, no los aturdo más con toda la emoción que me da saber que les gusta la historia y les dejo el capi, que lo disfruten.

Kaname estaba pegado a la ventana, esperaba que de un momento a otro Zero apareciera.


-Tal vez no debí pedirle que nos viéramos aquí...-se decía-Si alguien llega a verlo, aunque sea con el disfraz, podrían decirle a mis padres.


De pronto lo vio, caminaba tranquilamente hacia el frente dispuesto a tocar la puerta.


-¡Vamos! ¡Pasa!-gritó jalándolo hacia el interior.


-Sé que debes estar entusiasmado pero no hay razón para actuar tan desesperado.


-No es eso, es sólo que me preocupa que alguien nos vea y le diga a mis padres.


-Tranquilo, me aseguré de que nadie me viera.


-Lo siento... ¡Bienvenido! Siéntete como en casa.


-Gracias, pero déjate de formalidades. Después de todo lo que ha pasado entre nosotros ¿No crees que están de más?


-No digas eso-el castaño se sonrojó ligeramente-Me incomoda.


Se sentaron en un sillón de la sala: el peliplateado con los brazos cruzados tras su nuca con los ojos cerrados y su amante con las manos apoyadas sobre sus rodillas mirando al suelo.


-¿Y qué quieres hacer?-preguntó rompiendo el silencio.


-No lo sé, no tengo pensado nada en particular. Lo que decidas estará bien.


-¿Seguro...? Porque tengo varias cosas en mente, creí que podríamos continuar con lo que dejamos pendiente-el cazador se posicionó sobre él y lo miró seductoramente al tiempo que repartía suaves y cálidos besos a lo largo de su cuello.


-Espera, Zero... ¡Detente!-comenzó a suplicar el vampiro que ya se encontraba bajo el cuerpo del primero.


-Dijiste que lo que decidiera estaría bien.


-¡Sí! Pero no aquí...-se aferró con fuerza a la espalda de su amante pues el placer que le producía era incontenible-Vamos... A mi habitación-susurró avergonzado.


-Será como tu quieras-respondió acariciando dulcemente su rostro sin dejar de besarlo.


Llegaron a la habitación y Zero lo pegó contra la puerta, deshaciéndose hábilmente de su camisa, dejando completamente desnudo el torso del castaño.


Lo abrazaba por la espalda y hábil y delicadamente comenzó a jugar con sus pezones mientras su cálida y húmeda lengua recorría completamente el cuello de su amante.


-¿Te gusta cuando hago esto cierto?-susurró jadeante a su oído.


-¡Ze... Zero...!-respondió Kaname retorciéndose ligeramente del placer.


-Tengo muchas cosas planeadas, por favor intenta contenerte.


El peliplateado recorrió sensualmente desde el centro de su pecho hasta su vientre, pasando por su abdomen para detenerse en su miembro comenzando a acariciarlo por encima de la ropa provocando ligeros gemidos y jadeos que retumbaban en su cabeza.


-Eso me gusta, que no ocultes nada.


-No digas eso... Sólo ¡Continúa!-reclamó sumamente apenado el vampiro dejándose llevar por las caricias y besos que recibía por parte de su amante.


Pronto la ropa se hizo un estorbo y el cazador despojó a Kaname de la parte inferior de su ropa ayudándose con la boca. Tomó entre sus manos el pene de su acompañante, comenzando a lamerlo como si de una paleta se tratase.


Tras algunas lamidas lo introdujo lentamente en su boca, metiéndolo y sacándolo cada cierto tiempo para estimularlo hasta provocar una erección. Zero colocó a la altura de su miembro al castaño.


-Sé que esto puede ser extraño pero me gustaría que repitieras lo que hice contigo.


-¿¡Qué!?-respondió avergonzado-Es broma ¿Cierto?


-Pudiste verlo y sentirlo, sólo tienes que imitarlo. Por favor-suplicó el peliplateado.


Tímidamente y un poco tembloroso su amante realizó lo mismo que minutos atrás había hecho con él con movimientos un poco torpes pues era la primera vez que hacía algo así además de que los gemidos del cazador lo avergonzaban de sobremanera.


Una vez sintió su miembro erecto separó cuidadosamente al vampiro y se colocó a su altura para besarlo apasionadamente, saboreando completamente el interior de su boca.


-¿Quién diría que eres tan bueno?-susurró provocativamente, dándole un suave mordizco en el labio inferior-Te quiero de una forma que ni te imaginas, no sabes cuanto te deseo, como deseaba estar así contigo nuevamente: sentir tu suave y tersa piel, saborearla y recorrer cada centímetro de tu cuerpo-susurraba a su oído mientras comenzaba a frotar su miembro contra el de Kaname.


Envuelto por sus palabras y sus suaves caricias se dejó llevar, pronto se encontraba de espaldas a Zero que con sumo cuidado introdujo lentamente su lengua en la entrada de su amante, buscando lubricarla y dilatarla.


La lengua del peliplateado entraba y salía una y otra vez, se movía en círculos en su interior y el castaño estaba muy excitado con tan peculiar intromisión.


-¡Ze... Zero...! ¡Z... Zero...!-era lo único que podía decir, jadeaba constantemente, tenía la respiración agitada y su cuerpo casi suplicaba mayor atención-Por favor... Necesito... Más.


-No necesitas pedirlo, es justo lo que voy hacer...-susurró suavemente a su oído relamiéndose los labios.


De una sola estocada lo penetró, permaneció quieto hasta recibir una pequeña señal de que debía comenzar a moverse.


-Hoy estás muy participativo... Me gusta-el cazador comenzó con un suave vaivén, acariciando con delicadeza el miembro de su amante.


-Ngh... Ze... Zero... No dig... ¡Ah...!-gritó del placer que sentía, nuevamente estaba estimulando su zona más sensible-Ngh... Zero... Zero...-gimió suavemente aferrándose con todas sus fuerzas a la puerta.


-¿Así que ahí te gusta más...? -¡Sí...! Qui... Quiero... Quiero más-pidió el vampiro casi suplicante y a la vez avergonzado mientras movía la cadera buscando que cada estocada tocara ese punto tan sensible en él.


Las embestidas comenzaron a ser más rápidas y profundas, las caricias eran cada vez más intensas: Zero quería complacerlo, hacer que experimentara el mismo placer que él y de ser posible aún más; apretaba con fuerza y delicadeza a la vez su pene, desde la base hasta la punta y de regreso una y otra vez.


Kaname no lo soportaba más: movía la cadera con gran sensualidad y gemía tan fuerte como le era posible, esta vez no tenía intenciones de ocultar cuanto placer sentía.


Ambos llegaban casi a su límite: cada movimiento, cada sonido, cada palabra, cada gota de sudor que escurría de sus cuerpos aumentaba su gozo; no encontraban mejor manera de mostrar lo que sentían el uno por el otro que dar el máximo en este encuentro. El castaño alcanzó el orgasmo, corriéndose sobre la mano de su amante; su estrecha entrada se contrajo apretándolo con firmeza provocando que él también se corriera.


-Me encanta tu sabor-susurró el peliplateado lamiendo el semen que tenía en la mano, salió de su interior y comenzó a besarlo intentando impregnarse de su esencia, explorando por completo la boca del vampiro. Al separarse quedaron unidos por un hilillo de saliva que limpió suavemente-Te quiero...-acarició delicadamente su mejilla.


-¡Tonto!-respondió aún jadeante acercándolo hacia sí para besarlo con pasión-Siempre me avergüenzas con tus palabras...


Siguieron hablando durante un par de horas, recostados en la cama: el vampiro apoyado en el pecho de su amante y abrazándolo por la cintura mientras el cazador lo rodeaba por los hombros con el rostro apoyado en su cabello. Tras algunos minutos en silencio Kaname calló dormido aferrándose con fuerza al cuerpo de Zero.


-¿Kaname..?-se atrevió a preguntar y al sólo escuchar la tranquila respiración de su amante sonrió ampliamente-¡Te quiero!-lo besó dulcemente en la frente y se acomodó dispuesto a dormir.


-Creo... Que también te quiero Zero...-hablo entre sueños.


 


 


 


El ligero golpeteo en la puerta lo despertó y al ver la posición en la que se encontraba se sonrojó y se levantó bruscamente.


-¿Kaname? ¿Hijo? ¡estás despierto?-preguntó la voz de su madre al otro lado de la puerta.


-¡Zero! Despierta-dijo el castaño sacudiendo suavemente a su amante.


-¿Qué, ya es hora de levantarse?


-Casi anochece y mis padres ya están aquí.


-¿¡Por qué no lo dijiste antes!?-el peliplateado se levantó rápidamente y buscó su ropa poniéndosela tan rápido como podía.


-¡Hijo! ¿Podemos hablar?


-¡Sí mamá! ¿Qué necesitas?


-¿Puedo pasar? Necesito decirte algo...-comenzó a forcejear con la puerta.


-Esto... Yo...-balbuceó con nerviosismo, si su madre entraba y veía al cazador ahí estaría en problemas.


-Te quiero-Zero lo besó dulcemente en la mejilla y salió por la ventana.


Kaname se quedó paralizado, era como si ese beso hubiera detenido el tiempo, se quedó callado y no hizo más que dejarse llevar por la sensación de ese suave contacto.

Notas finales:

Pues ahí quedó el capítulo nuevo, ojalá haya sido de su agrado.

Como siempre opiniones, críticas, dudas, sugerencias y eso no duden en dejarlas, su opinión es muy importante para mi (Ok, eso sonó muy de comercial).

Hasta la próxima actualización.


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