Kaname se encontraba en un gran dilema: la hora de su encuentro había llegado y no sabía si Zero se presentaría.
-Si para cuando llego está ahí será como si nada hubiera pasado, si llega después que yo parecerá que necesitaba verlo y si decide no llegar quedaré como un idiota... ¡Maldición! ¿Por qué tiene que ser así?
Tras dar varias vueltas al rededor de su habitación optó por presentarse a su encuentro, dependiendo de lo que ocurriera una vez estuviera ahí vería que era lo mejor para hacer.
Llego y pudo ver al peliplateado sentado sobre el suelo con los ojos llenos de intriga y preocupación. Se sentía aliviado al verlo, su condición le preocupada pues no parecía ser al mismo, parecía distante y desinteresado así que sin más se acercó a él.
-Pensé que no vendrías-dijo con indiferencia.
-¿Creíste que te librarías de mi tan rápido?
-Eso pareció ayer cuando te fuiste... Ni siquiera te despediste o diste señales de que volverías.
-Fue duro escuchar lo que dijiste, supongo que entré en shock porque no me lo esperaba y pensé que responderías justo lo que quería oír pero...
-¡No digas más!-el castaño lo interrumpió cubriendo su boca-Ese tema ya es cosa del pasado y no hay razón para tratarlo de nuevo. Se suponía que intentarías conquistarme y lamentarte por no lograrlo no te servirá de nada-continuó intentando subir los ánimos de su amante.
-Sé que te conquisté...-el cazador lo tomó por la cintura y lo acercó hacia sí-Sólo necesito hacer que lo digas, aunque ya una vez lo dijiste, no importa que lo niegues.
-¡Por supuesto que no! Nunca he dicho eso.
-Sí, sí... ¡Ya sé! No me quieres y nunca dijiste que lo hicieras, todo fue mi imaginación.
-Aunque lo digas así es cierto. No estoy enamorado y eso no va a cambiar... En caso de que lo hiciera lo aceptaría sin problemas.
-No importa que no me quieras, déjame sentirte cerca ¿Sí?
Se recostaron sobre el césped, mirando hacia el cielo: el vampiro sobre el pecho de su amante y éste abrazándolo tiernamente.
-Acabo de notar algo...
-¿De qué se trata?
-Me gustas más a la luz de la luna-Zero le sonrió y él lo miró confundido-No te lo he dicho y tal vez no lo sepas pero la primera vez que te vi la luna resplandecía más que otras veces y te iluminaba... Así fue como te conocí y desde ese momento me enamoré de ti.
-¡Idiota! Tan ridículo como siempre.
-También te ves lindo con la luz del solo pero la de la luna te favorece más. Supongo que se debe a tu naturaleza...
-¡Eso no tiene nada que ver!-Kaname se levantó bruscamente a mirarlo-Esa noche te veías lindo y no eres un vampiro...-se detuvo pues nuevamente dijo algo sin pensar.
-¿Dijiste que me veía lindo?-preguntó con una sonrisa divertida en el rostro.
-¡Claro que no! De nuevo imaginas cosas...-el castaño volteó hacia otro lado ligeramente sonrojado.
-¡Dijiste que me veía lindo!-el peliplateado se enderezó y con delicadeza acarició la mejilla de su amante-No intentes negarlo, ambos sabemos que lo hiciste.
-No fue lo que quise decir. Me refería a que llamaste mi atención cuando apareciste, sólo eso.
-¿Y cómo te gusto más? ¿Con el cabello oscuro y los ojos verdes o como realmente soy?
-¡Nunca dije queme gustaras! No me supe explicar y por eso entendiste mal.
-Te enamoraste de mi con una apariencia falsa ¿Te gustó mi cabello, mis ojos o la actitud con la que me acerqué a ti?-preguntaba el cazador en tono burlón con el afán de molestar a su acompañante.
-¡Cállate de una vez, tonto!-el vampiro ocultó su rostro en el pecho de su amante-¿Qué mas da si me gustó como te veías esa vez o como te ves en realidad? Si sólo me gustases por tu apariencia desde que te vi tal cual eres me hubiera alejado de ti. Y seguimos juntos ¿O no?
Zero abrió los ojos con sorpresa, no era le primera vez que Kaname era sincero, sin querer, con sus sentimientos pero generalmente lo negaba a penas se daba cuenta de su "error" y esta vez no hizo siquiera el intento por contradecirse.
Tomó su barbilla para mirarlo a los ojos: tenía esa cara de enfado con un hermoso sonrojo por todo el rostro que tanto lo caracterizaba y que provocaba que su amante lo quisiera cada vez más pues le parecía un gesto sumamente adorable.
-¡Deja de verme así!-le gritó con molestia agachando la mirada-No puedo creer que me hagas decir cosas así ¡Eres un idiota! ¡Como te odio!-gruñó para ocultar lo avergonzado que se sentía.
El peliplateado lo tomó de las muñecas y le plantó un tierno beso sobre los labios intentando transmitirle todo ese amor que sentía por él.
-¿Ahora entiendes por qué te quiero? Eres el ser que más amo en este mundo, no puedo imaginarme con alguien que no seas tu.
-Ya deja de decir tonterías ¡Idiota!-el castaño lo abrazó fuertemente dejando caer su peso sobre el cuerpo de su amante, obligándolo a volver a recostarse en el césped-¿Por qué no puedes dejar de ser tan cursi?
El cazador comenzó a acariciar con dulzura su cabello, tenía una gran sonrisa en el rostro y no podía ocultar la alegría que tantas muestra de amor recibidas en un sólo día le provocaban.
-¿Otro de los males del amor quizás? No lo sé, es algo que con nadie más que contigo puedo hacer.
-Dices que yo soy el niño y tu actúas más como uno, culpando a otros de lo que haces.
-No culpo a nadie, es sólo que hasta antes de enamorarme de ti no era un idiota... Eso o nadie se atrevía a decírmelo-respondió Zero con una sonrisa burlona.
-Si nadie se atrevió quiere decir que fuiste así de tonto con alguien más... ¡Y dices sólo estar enamorado de mi!
-¡Eres un celoso de primera! Y lo peor es que así es como te quiero-el peliplateado lo tomó de la barbilla y le dio un dulce y pasional beso a Kaname.
-¡No soy celoso! ¡Mucho menos tengo celos por ti! ¿Cómo podría sentir algo por alguien tan tonto y molesto como tu?
-De acuerdo, si no quieres usar la palabra celos no la usaremos, dejémoslo en que no pretendes compartir lo tuyo. Es algo que hasta a mi me ha pasado.
-¡Eso es más absurdo! Yo no soy tuyo ni tu mío, es sólo una excusa que inventaste para retenerme a tu lado. Que aceptara ser tu amante no significa que tenga que actuar como si lo tomara en serio...
Y así continuó su conversación, intentando descubrir si lo que sentía el castaño eran celos o no; entre gritos, besos y abrazos se demostraban su amor, para ambos era más que normal no tener una mejor forma de hacerlo. Ni un mes llevaban juntos y se relación ya era más profunda que algunas que llevan años.