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Romeo Kiryuu y Julieta Kuran por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

¡Muy buenas tardes a todos! Ya ví que hice sufrir a varios con el capítulo anterior y les pido una disculpa, sé que estuvo medio dramático el capi pero estoy segura de que con este se llevarán una grata sorpresa.

Seguramente el nombre les dio bastantes ideas de lo que pasará así que nos los distraigo más. que lo disfruten.

Kaname llegó al punto de encuentro y descubrió que, para su sorpresa, Zero no estaba ahí.


-¡Idiota! De seguro pretende hacer lo mismo que esa noche... ¿Dónde se habrá escondido?


Permaneció ahí por más de una hora y al percatarse de que su amante no llegaría decidió ir a buscarlo. Llegó a ese pequeño bosque y, como ya lo había hecho, se puso la peluca y los pupilentes para buscarlo.


Comenzó a caminar y a lo lejos reconoció una silueta que conocía a la perfección: el peliplateado caminaba junto con una de las tantas chicas que lo habían saludado cuando paseaba con el castaño.


Sin dudarlo ni un segundo corrió velozmente hacia él, dispuesto a dejar claro que no le permitiría a nadie quedarse con lo que era suyo.


-¡Zero...!-gritó con efusividad y una gran sonrisa en el rostro al tiempo que corría hacia él, colgándose de su cuello al llegar-Llevo horas buscándote ¿Dónde estabas? Me tenías preocupado-lo abrazaba aferrándose a su cuerpo.


El cazador y la chica que lo acompañaba se quedaron atónitos, no entendían lo que estaba pasando.


-Te extrañaba tanto que no pude resistir las ganas de venir a verte y cuando no te encontré pensé lo peor... ¡No podría vivir sin ti!-decía el vampiro con dulzura y sin despegarse de su amante.


-Mucho gusto-habló la chica-Soy una amiga de Zero, parece que no nos han presentado...


-Mucho gusto-respondió el vampiro con una sonrisa-Yo soy el amante de Zero-dio énfasis en esto último y lo besó de una forma posesiva, dejando en claro para la chica que la quería lejos.


Ella sólo los miraba confundida, inventó una excusa y se alejó de ahí. Al considerar una distancia oportuna Kaname se alejó.


-¿Qué haces aquí?-preguntó el cazador con miles de pensamientos rondando su mente.


-¡Eres un idiota! Ni siquiera has terminado conmigo y ya buscas a alguien más-respondió intentando alejarse.


-¡Ni creas que te vas a escapar! Tu y yo necesitamos hablar seriamente.


Zero lo tomó firmemente de la muñeca y lo obligó a caminar mientras el castaño intentaba resistirse, reclamando que no merecía ese trato.


Llegaron a casa del peliplateado, entraron a su habitación y sin la menor delicadeza lanzó a su amante sobre la cama.


-¿¡Qué se supone que significa!?-cuestionó con molestia-¿Cuál es tu problema?


-¡Tu eres el problema! Dices quererme como a nadie y en cuanto se te presenta la oportunidad buscas a alguien más.


-¿¡Soy yo el problema!? ¿Tengo que recordarte que fuiste tu quien pidió que me alejara por siempre? No soy tu juguete y si no querías volver a verme tenía que rehacer mi vida.


-¡Déjame de una vez! No tengo porqué seguir aquí.


-No te vas a ir hasta que me digas porqué hiciste eso.


-¿Quieres saberlo? Pues esta es la razón... ¡Te quiero! Sí, lo acepto ¡Te quiero! Y sólo pensar que podía perderte me molestaba ¿Contento?-el vampiro lo abrazó por el cuello atrayéndolo hacia sí y lo besó con pasión-Te quiero Zero... Te quiero como nunca podré querer a nadie-algunas lágrimas brotaron de sus ojos.


-También te quiero Kaname...-el cazador lo miró con dulzura y acarició suavemente su mejilla-No tienes idea de cuan feliz me acabas de hacer.


Aún recostado en la cama y con un ligero sonrojo en las mejillas, Kaname comenzó a desabotonar lentamente la camisa de Zero quien no hizo más que ceder.


Al despojarlo por completo de ella comenzó a rodear con su lengua los pezones de su amante, succionándolos con suavidad y delicadeza. Él sólo mordía su labio inferior y tragaba saliva pues el placer comenzaba a recorrer su cuerpo.


Sin más que esperar el peliplateado se deshizo de la camisa del castaño y,con la misma devoción pero con más intensidad, repitió lo que poco antes él había experimentado.


Continuando con su labor comenzó a desabrochar lentamente el pantalón del vampiro, acariciando suavemente su vientre antes de hacerlo. Lo bajó con lentitud, dibujando con sus dedos la silueta de su amante, disfrutando de esa suave y tersa piel que varias veces había poseído y que no se cansaba de probar.


Al tenerlo completamente bajo su poder, el cazador comenzó a besar la parte interior de sus muslos, dejando una que otra marca sobre su piel.


Kaname tenía ya la respiración agitada, se aferraba con fuerzas a la sábana y entre ligeros gemidos decía el nombre de su amante.


Sin más que esperar, Zero besó con delicadeza el pene de su amante por toda su extensión, poco después lo introdujo en su boca y después de lubricar dos de sus dedos preparó su entrada sin detener su labor.


Su boca y sus dedos iban al mismo ritmo, habían conseguido la sincronización perfecta pues el castaño había comenzado a mover su cadera intentando seguir el compás que el peliplateado marcaba.


Una vez preparado, el cazador se detuvo, dispuesto a continuar con lo que a penas empezaba.


-¡Espera!-gritó el vampiro-Ni creas que esto se va a quedar así...-lo atrajo hacia la cama y se colocó sobre él-Dijiste que te gustaba ver que fuera participativo así que te daré gusto-le susurró seductoramente liberando su ya despierto miembro.


Un poco avergonzado e inseguro comenzó a acariciar el pene de su amante, apenas entraba en contacto pero para Zero eso era más que suficiente: en pocas ocasiones podía verse a Kaname actuar de esa forma y aprovechaba al máximo cada que tenía la oportunidad.


Sintiéndose más seguro lo introdujo de una sola vez en su boca, estimulándolo lentamente. De vez en vez miraba provocativamente a su amante, provocando que su excitación aumentara velozmente.


Ese tono rosado cubriendo por completo las mejillas del castaño le parecía sumamente hermoso, esa expresión tan inocente y a la vez tan sugerente era una de las cosas que el peliplateado más amaba, sentía rozar el cielo con cada movimiento de su amante y estaba al borde del éxtasis.


Inesperadamente el vampiro se detuvo, dejando atónito a su acompañante ante tan repentina pausa. Sin más que esperar se sentó frente al cazador sobre su miembro ya erecto, deslizándose suavemente para acostumbrarse a él.


-Sólo espera un poco por favor, en cuanto me acostumbre yo mismo empezaré-gimió muy bajo mirándolo con ternura.


-No te preocupes-le sonrió acariciando su mejilla-Esperaré lo que sea necesario-lo acercó y selló sus labios.


Tras algunos minutos Kaname comenzó a moverse lentamente: de arriba hacia abajo y de adelante hacia atrás, excitando aún más a su amante.


Sin ganas de quedarse atrás Zero movió la cadera al mismo ritmo que su acompañante, en definitiva esta era una de las mayores entregas entre ellos.


El castaño rodeó el cuello del peliplateado delicadamente, enredando sus dedos entre su cabello, incitando a su amante a besar apasionadamente su cuello.


-Vaya que quieres complacerme-susurró seductor delineando su cuello con la punta de su nariz, acariciando con suavidad su espalda.


-Te dije que lo haría...-el vampiro se abrazó su cintura ayudado de sus piernas, rozando su miembro contra el vientre del cazador.


Zero devoraba hábilmente la piel de su amante, disfrutando cada roce de sus cuerpos y se dedicaba a disfrutar de ese encuentro que sería el principio de una nueva etapa en su relación.


Por su parte, Kaname se encargaba de entregarse al máximo, dispuesto a demostrar que lo haría en cuerpo y alma, no habría nada suyo que no perteneciera al peliplateado y esperaba que esa entrega fuera recíproca.


-Se siente bien ¿Cierto?-preguntó entre gemidos y jadeos.


-Eres tan inocente...-besó con dulzura los labios del castaño-Esto es más que sólo bien...


La velocidad e intensidad de sus movimientos iban en aumento, ambos estaban al borde del éxtasis. Sus respiraciones estaban agitadas y sus cuerpos sudorosos, en sus rostros podía verse el placer y el amor que intentaban demostrarse.


-No creo soportar más... Me...-el vampiro dio un sonoro gemido y se aferró con fuerza al cuerpo de de su amante y virtió su semilla entre sus cuerpos.


La posición en la que se colocó y el orgasmo que acababa de experimentar hicieron que su entrada se contrajera y terminara de estimular el pene de su amante quien sin más dejo fluir su semilla en su interior.


-Te quiero Zero...-confesó sonrojado.


-También te quiero-el cazador sonrió, lo recostó sobre la cama y se colocó sobre él-Pero me gustaría oírte una vez más.


-¿¡Qué!? ¿Por qué...?


-Cada que esas palabras salen de tu boca se escuchan hermosas...


-¡Te quiero! Te quiero, te quiero, te quiero... ¡Te quiero tonto!-Kaname lo abrazó por la cintura y se acercó para besarlo.


-Creo que eso era lo que me faltaba...-Zero le sonrió complacido y se recostó sobre él.


Sin darse cuenta cayeron dormidos, con la semilla del peliplateado dentro del castaño y por extraño que parezca ese pequeño "descuido" traería una sorpresa después de unos meses.

Notas finales:

Este capítulo estuvo un poco más larguito, estaba inspirada y la ocasión lo ameritaba, espero haya sido de su agrado.

Todas sus opiniones serán bien recibidas.

Nos vemos en la próxima actualización.


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