El cuarto mes había llegado y los malestares de Kaname le impedían seguir como si nada pasara.
Totalmente decidido salió a hurtadillas de su casa, apenas habían pasado unas horas después del amanecer pero supuso que sería la mejor manera de visitar al médico sin que sus padres lo supieran.
Llegó a casa del médico de su familia y sin rodeos tocó la puerta.
-¿Quién podrá ser a estas horas? ¿Qué no se da cuenta de lo inapropiado que es?-reclamaba el médico mientras bajaba las escaleras, esperando que fuera lo suficientemente importante como para importunar de esa forma.
Abrió la puerta con molestia y sin siquiera dirigirle la mirada a su "invitado" esperó que él hablara.
-Buenos días, disculpe por haber llegado de esta manera pero necesito su ayuda-dijo el castaño un poco avergonzado.
-¡Joven Kuran!-el hombre abrió los ojos desmesuradamente ante tal sorpresa-No necesita disculparse, entre por favor y dígame que se le ofrece-continuó arrepentido por la forma en la que lo recibió.
-Usted ha sido el médico de mi familia durante muchas generaciones y no me presentaría así de no ser algo importante...
-¡Ni lo mencione! Estoy a su servicio. Dígame ¿A qué debo el honor? ¿Está todo bien?
-Ese es el problema...-el vampiro dio un largo suspiro-Nada está bien...
Sin más comenzó a contarle al mayor la situación por la que pasaba: sus malestares, sus cambios de humor repentinos y el ligero aumento de medidas que desde un mes atrás experimentaba.
El médico, tras escuchar lo que tenía por decir, empezó con la revisión, aún sorprendido por la situación tan extraña que se le presentaba y de la cual sospechaba desde la explicación que Kaname le dio y que sólo confirmaba con las pruebas que le realizaba.
-Joven Kuran, lo que tengo que decirle es muy serio pero por favor no se alarme-dijo el hombre al terminar su análisis.
-Dígamelo, quiero acabar ya con esta angustia.
-Como decirlo...-el mayor suspiró pesadamente-Está usted... Embarazado.
-¿¡Qué!? ¿Es un error cierto? ¡Eso no puede ser verdad!-gritó alterado el castaño ante la respuesta que recibió.
-Por favor tranquilícese, eso puede hacerle daño a su hijo. Va a necesitar reposo y algunos cuidados especiales y también necesito hacer algunos exámenes y pruebas para asegurarme del estado del bebé. Sobre todo hay algo que me inquieta, se han dado casos aunque muy escasos en los que la situación es como la suya pero puedo percibir algo diferente con usted.
-De acuerdo, me someteré a todo lo que sea necesario.
-Antes que nada quisiera preguntarle algo-se apresuró a decir le médico-Probablemente le parezca incómodo pero es de suma importancia saber a lo que me estoy enfrentando.
-Por su puesto, ya acepté hacer lo que se requiera.
-Necesito que me hable un poco sobre sus prácticas y parejas sexuales, sé que es algo difícil de hablar pero no le pediría que lo hiciera si no fuera de vital importancia.
El vampiro lo miró atónito, no encontraba la manera de explicar que el padre de su hijo era otro hombre y aún más complicado que se trataba de un cazador, y no era por temor a ser rechazado o algo por el estilo si no porque le preocupaba que revelarlo pudiera perjudicar a su amante.
-Entiendo si no quiere decirlo en este momento, asimile la pregunta para que le sea más sencillo responderla y analice bien todo lo que se vea involucrado para no excluir nada que pueda ser de importancia.
Venga la próxima semana, le daré el resultado de sus estudios y hablaremos sobre esto.
-De acuerdo, vendré la próxima semana. Y también quiero pedirle un favor: no le diga nada de esto a mis padres, tengo algunas cosas que hacer antes de comunicárselos.
-No se preocupe por eso, no diré ni una palabra, pero debe venir la siguiente semana, no lo olvide.
El vampiro salió tomándose del vientre dispuesto a volver a casa, aún confundido por la noticia que acababa de recibir pues no podía creer que estuviera esperando un hijo.
-Un hijo... Todo este tiempo fue eso... ¿Cómo van a reaccionar mis papás cuando lo sepan...? ¡Y más si se enteran quien es el padre! Zero... ¿Cómo le voy a dar la noticia? ¡Maldición! ¿Por qué pasa esto?-sintió un ligero movimiento en el vientre-Perdón, nada de esto es culpa tuya-acarició con dulzura su vientre-De seguro tu padre estará feliz de saber la noticia y te va a querer muchísimo... También te quiero aunque no te conozca, eres parte de mi y de Zero y lo quiero como no tiene idea-esbozó una sonrisa de sólo pensarlo-Ya buscaremos la forma de solucionarlo...
Esa misma noche Kaname se reunió con Zero, aún no sabía en que momento contarle lo que pasaba ni la forma en la que debía hacerlo, ni él podía terminara de asimilar la situación.
-¿En qué piensas?-le preguntó dulcemente mientras lo abrazaba por la espalda.
-Ha pasado mucho tiempo ¿No crees? No entiendo porqué mis padres siguen sospechando... Ya no soporto que siempre pregunten donde estuve, que hice, porqué tardé tanto... ¡Es tan irritante!
-Son tus padre, es normal que se preocupen por ti.
-¡Pero me sofocan! No soy un niño y puedo cuidarme yo solo...
-Y si no pudieras me tienes a mi-el peliplateado lo giró para tenerlo frente a él-Lo que venga lo vamos a superar juntos ¿Verdad? Por cierto, tu vientre parece inflamado... ¿Estás enfermo?-acercó su mano para tocarlo.
-¿¡También vas a empezar de neurótico!? ¡Estoy bien! Sólo se trata de algo que me cayó mal y por eso la inflamación y las náuseas y todas esas cosas.
-Tranquilo, sólo estoy preocupado por ti. Deberías ir con el médico para ver que tienes, llevas mucho tiempo con malestares.
El castaño se sonrojó bruscamente, había recordado su visita al médico de esa mañana y la respuesta que le habían dado.
-¡Ya te dije que estoy bien! Se pasará después de unos días.
-¡Niños! Tan difíciles de convencer...-el cazador pellizcó suavemente sus mejillas y lo besó-Deja de hacerte el fuerte, lo más importante es tu salud.
-¡De acuerdo, de acuerdo! Si no mejoro iré a verlo ¿Estás más tranquilo?
Sin decir más se sentaron, el vampiro entre las piernas de su amante apoyado en su pecho y él abrazándolo por la cintura.
Kaname podía sentir la calidez que Zero y el pequeño que crecía en su vientre le brindaban, estaba entre los dos seres que más amaba en el mundo y eso lo reconfortaba.
-Lo que dijiste hace rato me dejó pensando-Kaname se giró para verlo-Los padre siempre se preocupan por ti y buscan darte lo mejor y con tus palabras no pude evitar recordar mi infancia, supongo que fue una de las mejores etapas de mi vida y me puse a reflexionar ¿Qué se sentirá ser padre? Saber que le diste vida a alguien y que es fruto del amor que le tienes a tu pareja... ¿Has pensado en ser padre?-le preguntó intentando darle señales de lo que pasaba.
-Sí, lo he pensado. Me gustaría poder cuidar de alguien al que le di vida, saber que es la prueba más grande del amor que siento... Y sobre todo me gustaría que fuera nuestro, que me dijeras que voy a ser padre de un hijo tuyo me haría la persona más feliz del mundo-Zero acarició el rostro de su amante con dulzura.
-¿En verdad te haría feliz? -¡Por supuesto! Dije que quería pasar toda mi vida a tu lado y tener la oportunidad de formar una familia contigo sería la forma perfecta de hacerlo ¿No crees?
-¡Zero...!-el castaño se abrazó con fuerza al cuerpo del peliplateado y puso su mano sobre la de él-¿Lo ves pequeño? Tu padre y yo haremos todo lo posible por darte lo mejor, no cabe duda de que estar con él es la mejor opción que pude elegir...-dijo para sus adentros esbozando una gran sonrisa.