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El precio del amor por Shamita

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Notas del capitulo:

bueno despues de mucho mucho tiempo por fin pude actualizar!! si se que fue más del mes que tenia planeado para actualizar pero de verdad que me las estoy viedno negras con este capitulo!! pero hare lo posible por terminar la segunda parte pronto!!

este capitulo realmente lo iba a escribir y subir para el dia de m cumpleaños pero como tuve que hacer un trabajo de la escuela no pude escribir T.T más que mi tarea... pero bueno este capitulo sera para festejar mi cumple (muy muy atrasado) y de una vez el puente que me dieron para vacacionar!!! hahah naa por el Grito de independencia de México!! :P

 

espero disfruten el capitulo!! y pues me disculpo por la tardanza... no crean que se me olvida el fic (tengo a alguien que se encarga de recordarmelo casi todos los dias) sólo que suceden cosas que estan fuera de mis manos que afectan a que pueda escribir para traerles el cap a tiempo!! 

MUCHAS GRACIAS POR LEER....

P.D. no me linchen por la tardanza!!

 


CAPITULO 15: SED DE VENGANZA PARTE 1


Desde que Saga Géminis se enterase de que Shaka, su más reciente juguete, se encontraba esperando a su primer hijo habían pasado dos meses más en los cuales los cambios dentro de la mansión de los hermanos Géminis seguían dándose.


Más aun existían muchas situaciones que debían aclararse y cosas que alistar no solo para la llegada del bebe del mayor de los gemelos sino también planes que se gestaban en la intimidad de las habitaciones, tal como pasaba dentro del despacho de la oficina donde se encontraban Kanon y Shaka; al cual se le notaba ya su vientre abultado signo de su embarazo; conversando ya que el primero necesitaba pedirle su ayuda al rubio con respecto a su amado novio, debido a que estaba considerando formalizar su relación con el peli lila más aun no sabía cómo debía hacerlo; y por alguna extraña razón encontraba vergonzoso hablar de eso con alguien que según su hermano podía tener una relación con Mu; mientras que por su lado el más joven tenía una duda o más bien una inquietud que mucho tenía que ver con su estado y con algo que le había declarado Saga desde que supiese que se encontraba esperando un hijo de él.


–    Y entonces Shaka, ¿aun no sabes que si tendré sobrinita o sobrinito? –cuestionaba el de cabellos azules sonriendo.


–    Bueno no, es que la última consulta el doctor Sisyphus me dijo que –explicaba el rubio mientras comía un pedazo de un pastel helado de mango que el otro había pedido– hasta la cita de este mes se podría saber.


–    ¡Qué bien! –dijo animado el mayor– ¿Y tú qué quieres que sea? ¿niño? O ¿niña?


–    Jejeje –rio nervioso el otro– La verdad no sé, realmente no había pensado en eso ya que para mí mientras este sano es todo lo que importa.


–    Eso es verdad –convido el peli azul–, pero cuando nazca ten por seguro que será un bebe muy consentido.


–    No lo dudo –comento el otro mirando hacia el otro lado–, por cómo se comportan tu y Mu no me cabe la menor duda.


–    O es que es nuestro primer sobrino –hablo el mayor–, ninguno de los dos antes había estado en esta situación y nos emociona mucho.


–    Lo entiendo –dijo el rubio–, pero Kanon hemos estado aquí por casi media hora y siento que tu quieres hablar de algo que no precisamente tiene que ver con mi embarazo.


–    ¡Guau! ¡Qué directo! –exclamo el de ojos verdes– Mu me había dicho que eras un tanto intuitivo pero no pensé que tanto.


–    En realidad es porque parece que trataras de decirme algo pero no te animas –se explico el otro que había dejado de lado el pastel helado–, cada vez que guardas silencio es como si trataras de pensar como decirme eso que al parecer te tiene preocupado.


–    ¡Ah! –suspiro Kanon–. La verdad Shaka, si quiero pedirte tu ayuda –trataba de explicarse–, se que no tenemos mucho de conocernos pero Mu y tu han forjado una buena amistad.


–    Kanon, dime lo que me tengas que decir sin ningún rodeo –dijo Shaka.


–    ¡Puedes ayudarme a proponerme! –exclamo el mayor.


–    ¿Proponerte? –cuestiono el menor.


–    Quiero proponerle matrimonio a Mu –contesto Kanon visiblemente sonrojado.


–    ¡Qué bien! –exclamo feliz Shaka– Pero, ¿qué tengo que ver yo en eso?


–    Bueno es que pensé que tu tal vez me pudieras ayudar a buscar ideas de dónde y cómo hacerlo –hablo el peli azul.


–    Mmm… es que la verdad a mí nunca me han propuesto matrimonio ni yo lo he hecho –dijo pensativo el rubio– pero juntos tal vez podamos idear algo.


–    Me parece bien –expresó Kanon–, por cierto ¿no estás cansado de estar aquí encerrado?


–    Bueno un poco, es que tu hermano sólo me deja salir a ver al doctor –se explico el más joven mientras su semblante se entristecía un poco–. Incluso ya no a permitido que mi padre me visitara, aunque en parte esta bien ya que no sabria como explicar la situación.


–    Entiendo –convido el de piel trigueña–, ¿Qué te parece si me acompañas a ver anillos de compromiso? Y de paso vemos una que otra cosa para el bebe, ya deberían comenzar a buscar las cosas para su cuarto después de todo ya solo quedan cinco meses más y el tiempo se pasa volando.


Shaka solamente se limito a asentir con su cabeza, no quería decirle al gemelo que no se sentía muy a gusto buscando cosas para su bebe y mucho menos cuando sabia que todo lo pagaría Saga ya que sentía que mientras más permitiera al mayor de los hermanos entrometerse en su embarazo más entraría en su vida sin contar aun que el siempre había pensado que de tener un hijo él quería ser capaz de darle todo lo que necesitase pero dado a las circunstancias eso parecía que no iba a suceder.


Ambos jóvenes caminaron por los pasillos de la mansión hasta la puerta principal donde Kanon pidió a uno de los guardias que fuese a buscar su automóvil, para que el de largos cabellos dorados no se cansase mucho, cuando este llego ambos subieron para así dirigirse hacia un Centro Comercial donde podrían encontrar diversas joyerías.


En el camino conversaron de diversas cosas, al llegar a su destino se dirigieron directamente a buscar entre las joyerías el anillo perfecto que debería ir en la mano de Mu, buscaron en diversas joyerías pero parecía que Kanon no está contento con ninguno de los anillos que le mostraban las diversas vendedoras de cada uno de los establecimientos que visitaban. Después de unas horas entre joyas y joyas decidieron descansar un poco sobre todo porque a Shaka comenzaban a dolerle los pies debido a que se le hinchaban si caminaba mucho aparte de que al mismo le había dado un antojo de helado de limón y como todo buen amigo el gemelo se lo compro para posteriormente sentarse en una banca a comerse el helado.


–    Kanon –llamo el rubio– ¿puedo preguntarte algo?


–    Claro Shaka –contesto el otro mientras lamia su nieve de plátano con chocolate–, tu pregúntame lo que quieras mientras pueda responderte no hay ningún problema.


–    Gracias –hablo Shaka–. Bien veras desde hace unas semanas me he estado preguntando, ¿Por qué tu hermano no ha tenido ningún hijo con Sorrento, Afrodita o Alberich? –se explicaba mientras veía directamente al mayor–Es extraño ya que yo pensé que él no tendría ningún interés en los hijos pero si no es así ¿Por qué no tuvo antes un hijo?


–    Bueno Shaka –contesto Kanon poniendo un rostro serio– realmente lo que me preguntas es algo en lo que no te pueda ayudar mucho pero lo que si te puedo decir es que –explicaba el peli azul– desde que mi hermano comenzó a comprar "juguetes" también impuso sobre ellos la utilización de una píldora para evitar el embarazo, ya que en ese tiempo Saga se proclama en contra de tener alguna descendencia.


–    Pero entonces, ¿Por qué decidir que yo tendré a su hijo? –cuestiono el rubio visiblemente sorprendido.


–    No lo sé –respondió el de cabellos azules mirando hacia el otro lado para después regresar su vista hacia su acompañante y posteriormente dirigir su mano derecha hacia el vientre ya abultado de este–, lo único que si te puedo decir es que Saga nunca considero que tu debías tomar el anticonceptivo así como que tampoco pensó en que tú eras igual a los otros chicos.


–    No lo entiendo, ¿porque yo? –decía el rubio mientras sentía como la mano del otro sobaba su pancita– Si a mí me llevo a su mansión hace poco tiempo, mientras que los otros deben de tener años con él.


–    Si –concedió el otro–, pero como te digo tu eres diferente a los otros e incluso Mu y yo hemos pensado cual es la razón por la que contigo sea portado diferente y tal vez a lo que llegamos no te vaya a gustar más si no quieres saberlo yo...


–    No por favor dime –interrumpió Shaka–, tal vez eso me ayude a comprender el actuar de tu hermano.


–    Bien –suspiro Kanon que ya para ese momento había terminado su nieve–. Nosotros creemos que a Saga tú no solamente le gustas para el aspecto sexual sino que creemos que tú has despertado nuevas cosas de él –se explicaba el de piel trigueña–. Te explico, mi querido gemelo nunca en su vida hubiera esperado tanto como lo hizo contigo además está el hecho de que nunca trato de prevenir que te embarazadas como si contigo no importase si un día quedabas en cinta y por último está la reacción que tuvo cuando se entero de tu estado.


–    Ese día yo pensé que él me estaba buscando para hacer que abortará –comento el más joven– además de que siento que lo odio pero también aunque me cueste aún mi cuerpo tiembla cuando él está cerca, acepto que me da miedo el pensar que después de que nazca el bebe tu gemelo trate de forzarme nuevamente.


–    Yo creo que eso no será posible –hablo Kanon- ya que tendrán que estar al pendientes de mi sobrino.


–    Aunque lo que dices puede ser cierto –convido el de cabellos rubios– no puedo permitirme bajar la guardia con ese.


–    Pero por mientras deberías disfrutar más de tu estado Shaka –comentó el mayor–, mira que nadie ha sido tan consentido en esa mansión como lo eres tu ahora incluso yo debo decir que sentí un poco de celos cuando mi Mu estaba prácticamente pegado a ti.


–    Lo siento por eso –dijo Shaka–, pero realmente Mu sólo trataba de ayudarme para reponerme de todo e incluso me porte muy mal con él pero nunca me l ha echado en cara ni nada –seguía diciendo con una sonrisa sincera–. Es por esto que daré todo mi esfuerzo para que encontremos el anillo perfecto e idearemos la mejor forma para que te le propongas.


–    ¡Muchas Gracias! –hablo feliz el peli azul– ¡Yo sabía que podía contar contigo!


Se quedaron platicando un rato más para que el de largos cabellos rubios descansara para después poder seguir con su búsqueda pero mientras esperaban la mirada del de ojos verdes cayó sobre una boutique de ropa y accesorios para bebes asiendo que su mirada se iluminara para después pasarla al rubio que miraba despreocupado a las personas pasar frente a ellos.


–    Shaka, ¿quieres ir a ver ropa para tu hijo? –cuestiono Kanon mientras se paraba de su asiento y giraba su rostro para encontrarse con los ojos turquesas del otro– Sirve que nos despejamos un poco de buscar anillos y tal vez se nos ocurra algo para la propuesta.


–    ¿En una tienda para bebes? ¿De verdad se nos podría ocurrir algo para que te propongas mientras vemos cosas de recién nacidos? –cuestiono incrédulo Shaka mientras se levantaba de su lugar– Bien si así lo quieres, vamos.


Ambos caminaron hasta la boutique donde entraron y comenzaron a ver diversas cosas, Kanon estaba fascinado nunca había comprado cosas para bebe y  ahora no sabía cuánto era suficiente para su futuro sobrino por su parte Shaka parecía más abrumado con todo lo que el mayor le mostraba para comprar. Para el mayor no importaba nada aunque el rubio le dijese algunas cosas como los juguetes no los podría usar hasta que tuviera por lo menos un año el otro simplemente se los encargaba a la vendedora para seguir inspeccionando el lugar en compañía del de ojos turquesa mientras este ultimo trataba de desviar la atención del gemelo de la ropa y juguetes para su hijo hacia la propuesta de matrimonio.


Mientras esto acontecía, en la mansión de los Géminis se encontraban platicando Sorrento y Afrodita por su parte el primero le ayudaba al de cabellos celestes a  preparar un té especial para calmar los ánimos de su señor que al enterarse de la partida de Shaka con su gemelo había tratado de contactar a su hermano pero este no atendía sus llamadas crispándole los nervios, así mismo aprovecharían para darle algo a Alberich que desde hace meses trataba por todos los medios de lograr que su señor lo tomase en cuenta para tener otro hijo más hasta ahora no había tenido resultados favorables.


Cuando tuvieron todo listo cada uno se dirigió a un lugar diferente, el de cabellos celestes se dirigió hacia el despacho del gemelo mientras que Sorrento fue directo a la habitación que compartían los tres donde podría encontrar a Alberich, cuando entro a esta vislumbro al de cabellos rosados acostado boca abajo en su cama.


–    Alberich –llamo el más joven–, ¿estás despierto?


–    ¿Qué quieres Sorrento? –cuestiono el otro mientras volteaba hacia la puerta donde se encontraba la figura del más pequeño.


–    Te traigo un té de lavanda –hablo el otro mientras se acercaba a la cama donde se encontraba el de cabellos rosados–, tal vez te ayude para que te relajes has tenido unos días muy estresantes.


–    No lo necesitaría si cierto rubio nunca se hubiese abierto de piernas –comento el de ojos verdes mientras tomaba la tasa que le ofrecía su compañero–, sigo sin entender porque mi señor Saga le ha permitido a ese tener un hijo de él cuando a nosotros nunca nos lo ha pedido.


–    Bueno según entiendo el embarazo de Shaka fue accidental –comentaba el de cortos cabellos lilas– y que incluso trato de abortar pero al final no lo hizo.


–    ¡Claro que no lo hizo! ¡Solo un tonto abortaría al hijo de un millonario! –exclamaba Alberich– ¡Te imaginas la vida que tendrá ese, ya no se tendrá que preocupar por nada! ¡Y si sabe cómo moverse puede que el señor lo convierta en algo más que un juguete!


–    Alberich, ¿dime que tú no buscas convencer al señor de tener un hijo contigo sólo por tus ambiciones? –pregunto seriamente el de ojos rubí– Sabes que un hijo es más que un puente hacia lograr las deseas.


–     ¿Por qué otra razón buscaría un hijo? –contesto el otro dejando la taza de lado– Yo siempre pensé que el señor no deseaba un hijo y que siempre estaría feliz con nosotros aquí y yo siempre seria atendido como un rey –continuaba su monologo–, pero tenía que llegar ese rubio con su carita de no rompo ningún plato y diciendo “yo no seré ningún juguete” y arruinarlo todo.


–    No puedes culparlo, en primer lugar nuestro señor jamás le dio a tomar la pastilla así que él nunca tuvo la oportunidad ni se le tomo en cuenta para evitar el embarazo –trataba de defender al rubio Sorrento– y en segundo lugar fue el mismo señor que conociendo la situación tenía intimidad con él, y no conforme terminaba en su interior cosa que al final fue lo que provoco que Shaka terminara embarazado.


–    Pero te has detenido a pensar el porqué a pesar de decir que nunca le pertenecería al señor, no opuso resistencia solo le basto a nuestro señor traerle a su padre para que se abriera de piernas –comentaba el de cabellos rosados–. Era obvio desde el principio que ese rubio simplemente se hacia el digno para que mi señor lo desease más y mira que le resulto, incluso ahora se preocupa por que salió con su hermano cuando el señor Kanon nunca nos ha tocado al menos desde que esta con el señor Mu.


–     La verdad no quiero discutir contigo sobre Shaka –hablo el otro–, nunca nos vamos a poner de acuerdo sólo te diré una cosa, no creo que Shaka sea el tipo de persona que das a entender que él es –continuaba parándose de su lugar mientras avanzaba hacia la salida–. No todos somos como tu Alberich, no todos utilizarían a un hijo para tener una vida llena de comodidades.


–    Eso lo dices porque tu vivías cómodamente, nunca tuviste que trabajar en las calles ni pelear por tu comida día a día, ni mucho menos vivir en un basurero –se defendió el otro.


–    Nunca has hablado sobre tu pasado pero por lo que acabas de decir –hablo Sorrento– creo que si bien yo tuve un pasado normal sin vérmelas negras, eso no te da derecho a querer usar a un bebe para salir adelante.


Diciendo esto último y sin dejar que el otro dijera nada más se fue de la habitación, Sorrento se dirigió hacia escaleras donde bajo hasta la sala para posteriormente salir a la piscina para tomar refrescarse un poco.


Por otro lado más concretamente en el despacho del gemelo mayor, donde horas atrás tanto Shaka como Kanon hubiesen platicado, se encontraba un Afrodita tratando de hacer que su señor se calmase y tomase el té que había echo con especial cuidado.


–    Señor tome el té, le ayudara a tranquilizarse –dijo el de ojos celestes–. Ya verá que cuando se calme y llame al señor Kanon este le va a contestar.


–    ¡¿Cómo me voy a calmar si el inútil de Kanon se llevo al rubio a quien sabe dónde?! –grito el mayor exasperado.


–    No es como si el señor Kanon fuese a hacerle algo a Shaka –comento el otro sonriendo–. Ande tome el té vera que le sentara bien –dijo mientras le pasaba la taza con el liquido.


–    Está bien –acepto el de cabellos azules tomando la taza–. Aunque nunca me han gustado los tés, lo tomaré debido a que tú me lo has hecho con tanto esmero.


–    Gracias, mi señor –respondió al alago Afrodita mientras veía atentamente como el otro se tomaba el liquido en pequeños sorbos–. Por cierto señor porque no intenta hablar con el joven Mu tal vez  él sepa donde se encuentra su hermano.


–    Mmm… no es mala idea –acepto el mayor para después tomar otro sorbo del té–, por cierto Afrodita te ha quedado esplendido el té que me has preparado.


–    Me alegra escuchar eso –hablo el peli celeste sonriendo ampliamente.


Después de asegurarse de que Saga tomase el té completamente, Afrodita recogió todo y se dispuso a salir del lugar dejando solo al mayor que ahora hablaba con Mu por teléfono para conocer el paradero de su hermano menor y por ende de su juguete. Varios minutos después salía Saga de aquel despacho en dirección de una boutique, de renombre donde los doseles podían encontrar la ropa adecuada para cuando se encontraban en cinta, ya que por fin su hermano se había dignado en contestar el teléfono aunque en realidad había sido a Mu a quien le habían contestado y este solamente enlazo las líneas telefónicas de ambos hermanos.


Shaka y Kanon, quienes ahora se encontraban en la boutique “Bella mamma” viendo alguna ropa para el de cabellos rubios debido a que pronto su ropa normal no le quedaría, estaban esperando la llegada a inconformidad del más joven del hermano gemelo del otro que hacia escasos minutos los había localizado y dicho que no se movieran de aquel lugar ya que él personalmente iría por su juguete.


–    No entiendo, ¿por qué tenemos que esperar a tu hermano? –se quejaba el rubio viendo algunos camisones para poder dormir.


–    Bueno pues él dijo que sino quería dejar a Mu si novio no nos moviésemos de aquí –contesto el otro sonriendo nerviosamente–, espero me perdones pero quiero vivir hasta que mi amado Musito acepte ser mi esposo.


–    Supongo que no es tu culpa después de todo –suspiro el otro regalándole una sonrisa–. Aún así porque tuvimos que venir a esta tienda a ver este tipo de ropa, se que en unos meses mi ropa no me quedará pero no tienes porque restregármelo en mi cara.


–    jejeje... Lo siento –comento el gemelo– pero por favor no pongas esos ojos de asesino –siguió al ver como el menor lo miraba con los ojos entrecerrados–, sabes que pronto será necesario que tengas ropa que vaya de acuerdo a tu estado.


–    Lo sé, pero aún falta para que eso suceda –hablo el rubio.


Ambos siguieron viendo y aún con la desaprobación del Shaka, Kanon le dio unas prendas a la vendedora para llevárselas como regalo para el menor. Pasados varios minutos más el celular de Kanon sonó y disculpándose salió del local para hablar con su hermano y encontrarse con él ya que el gemelo menor tenia la imaginación de que este ya se encontraba cerca del lugar, y no se equivoco pues tan sólo unos momentos más el rubio pudo observar como ambos gemelos entraban a la boutique asiendo que su sonrisa se borrase por completo.


–    Rubio es hora de irnos –hablo el gemelo mayor.


–    Yo vine con Kanon –dijo el rubio mientras pasaba por un lado de ambos hermanos y tomo al mencionado del brazo haciendo que caminase junto con él–, y me voy con él.


–    ¡Pero quien te crees que eres tú! –grito Saga mientras los seguía.


–    Yo soy Shaka de Virgo –contesto el otro mientras seguía arrastrando al gemelo menor.


Siguieron discutiendo mientras que el rubio se dirigía hacia el carro de Kanon, quien únicamente se dejaba arrastras por el más joven, ya estando frente al vehículo su dueño procedió a abrirlo dejando que Shaka subiese e inmediatamente cerrara la puerta dejando a Saga sin poder decir más. A pesar de que el rubio esperaba ver a Kanon subir al asiento del piloto al que observo hacerlo a pesar de la mirada asesina que le regalaba el otro, fue nada más y nada menos que el gemelo mayor quien de inmediato arranco el automóvil y se puso en marcha hacia la mansión dejando a Kanon parado viéndolos irse con las llaves del carro de su hermano en las manos.


Al llegar a la mansión Shaka subió directamente hacia la habitación que le pertenecía desde hace algunos meses para descansar un poco después de todo había pasado gran parte de su día en compañía de Kanon hiendo de un lugar a otro, mientras que por su parte Saga opto por ir de nuevo a su despacho no deseaba pelear con el rubio sabia que eso no era bueno en el estado en que se encontraba el otro, más no pudo despejar su mente ni dos minutos cuando por la puerta que acababa de cerrar se abría paso Alberich.


–    Mi señor –llamó el de cabellos rosados–, ¿desea que le prepare algo para comer?


–    mmm… –medito el otro– Esta bien Alberich que preparen todo para cenar y  después de la cena también deseo que estés conmigo así que puedes preparar todo para pasar la noche juntos.


–    Como lo desee mi señor –contesto el otro para posteriormente darle un beso en los labios a Saga y marcharse rumbo con la cocina para pedir que le preparasen algo al mayor.


En cuanto estuvo de nueva cuenta sólo Saga se dejó caer en el sillón que se encontraba en el lugar, hacia días que no tenía ninguna intimidad con sus juguetes debido más que nada a que desde hacia unas semanas había comenzado a sentirse cada vez peor, pero no deseaba preocupar a su hermano sabia como se preocupaba por cualquier cosa que le pasara se volvía casi como una madre histérica cuando un hijo se enfermaba del más mínimo refriado; y realmente únicamente había tenido unos cuantos dolores de cabeza, que si tomaba en cuenta cuan estresado con la compañía y las situaciones que se Vivian en la mansión no se podían evitar, vómitos y cólicos estomacales pero nada de qué  preocuparse además había leído que a veces los padres podían presentar síntomas del embarazo aunque no fuesen ellos los embarazados.


–    ¡Ah! –suspiro el peli azul– Necesitare un descanso cuando todo esto acabe.


Espero cerca de una hora más cuando una de las sirvientas le anuncio que la cena se encontraba lista y se dispuso a ir hacia el comedor donde se encontró con su hermano y tres de sus juguetes, sabía que el rubio no bajaría ya que únicamente lo hacía cuando se encontraba Mu o cuando tenia ánimos de salir de su habitación y por como había llegado pero sobre todo por el casi secuestro que hizo su gemelo con el más joven era consciente de que este cenaría en la comodidad de su cuarto.


La cena paso con toda la tranquilidad del mundo mientras que su hermano platicaba alegremente con Afrodita sobre todo lo que él le había comprado a su futuro sobrino y unas cuantas ropas que debería utilizar Shaka cuando su embarazo estuviera más adelantado, mientras que por su lado Alberich se mostraba feliz de poder tener una noche con su señor y platicaba amenamente con Sorrento por su parte Saga se sentía un poco fuera de lugar y creía que faltaba alguien más en aquel lugar y no era precisamente su cuñado sino un chico de largos cabellos dorados que se encontraba en su habitación.


–    Bueno –dijo Saga levantándose de su lugar a mitad de la cena–, creo que me retirare a mi habitación.


–    ¿Señor? –cuestiono confundido Alberich– ¿Desea que lo acompañe?


–    No Alberich –hablo serio el otro–, pospondremos lo que te dije temprano para otro día –siguió mientras se encaminaba a la salida–. Ahora deseo ver al rubio.


Saga salió sin decir ninguna palabra más sobre el tema y dejando aun muy enojado Alberich, y unos muy sorprendidos Kanon y Sorrento por su parte Afrodita únicamente había desviado su mirada a la comida que su señor dejara a la mitad para posteriormente girarse hacia la puerta por la que había salido con una imperceptible sonrisa para después concentrarse nuevamente en su cena y en la plática con el gemelo menor.


Mientras tanto Shaka que se encontraba cenando tranquilamente, en la habitación que originalmente ocupase el gemelo mayor y que le había cedido al conocer su estado, pronto vio entrar por la puerta al peli azul que tanto detestaba y que se acercaba cada vez más a donde se encontraba.


–    ¿Qué quiere? –cuestiono fríamente el menor.


–    Hace mucho tiempo que no cumples tus deberes –contesto el otro con el mismo tono frio.


–    Que yo recuerde, las personas en mi estado no pueden andar por ahí haciendo la limpieza de toda una mansión –dijo el rubio sin desviar su mirada de las esmeraldas del otro.


–    Sabes que no me refiero a ese tipo de deberes –hablo Saga mientras quedaba frente al menor– ¡Quiero estar contigo!


–    ¡En tus sueños! –elevo la voz el ojí turquesa– ¡Ya le he dicho que yo no soy uno de sus juguetes!


–    ¡Adivina rubio, eso eres! –contesto el peli azul elevando también la voz– ¡Eres mi juguete!


–    ¡Que no se iba a…


Shaka se detuvo al ver como el otro se tapaba la boca y corría hacia el baño de donde comenzó a escuchar como el otro vomitaba en la taza del w.c., se levanto de su asiento y se acerco a donde estaba el otro arrodillado y con cuidado tomo su cabellera para retirarla de su rostro para evitar que se le ensuciara mientras que con su mano libre sobaba la espalda de Saga hasta que este termino de expulsar todo lo que le había sentado mal.


–    ¿Te encuentras bien? –pregunto el rubio mientras lo ayudaba a incorporarse.


–    Si, gracias –dijo el otro sin muchos ánimos.


–    Ven –hablo Shaka para posteriormente guiar al mayor hacia la cama donde lo sentó y le alcanzo un vaso con agua–. Toma un poco de agua, ¿Hace cuanto que te sientes mal?


–    ¿Eh? –dijo el otro después de darle un trago al agua que le ofreciera el más joven– No es nada, sólo es el estrés de todo esto –continuo desviando su mirada hacia otro lado–y bueno he escuchado que a los padres también les puede suceder esto.


–    Entiendo –hablo Shaka–. Bien, cuando te sientas mejor te vas a tu otro cuarto a descansar lo debes necesitar.


–    No te quedo claro hace unos momentos, yo…


–    Usted se irá a acostar inmediatamente –interrumpió el más joven viéndolo seriamente–. No puede ir por ahí vomitando o luciendo esa horrible cara de enfermo.


–    ¿No me digas que estas preocupado por mí? –cuestiono Saga con ironia y una sonrisa socarrona.


El de cabellos rubios solamente tomo el vaso entre las manos del más grande y le arrojo el agua que aun contenía al rostro para después levantarse de su asiento.


–    Ya sabía que era puro cuento todo –hablo el de ojos turquesa visiblemente enojado– Uno se preocupa sinceramente y lo único que recibe es un idiota haciéndose el enfermo –dijo volteándose para encontrarse con el pálido rostro del de piel trigueña–, aunque viéndolo bien no parece que este fingiendo. Dígame, ¿ha visto a un doctor?


–    No, esto es sólo una pequeñez –respondió orgulloso el de cabellos azules–. No soy un debilucho que va al doctor sólo porque algo le cayó mal o por estar un poco estresado.


–    No debería decir eso –hablo el menor–, debería estar más atento a su salud. ¿Cree que podrá llegar sano y salvo a su habitación sin ningún problema?


–    Pero si ya estoy en mi cuarto –contesto el ojí esmeralda sonriendo.


–    Era, querrá decir –dijo el otro–. Pero sólo porque yo no puedo con usted hoy puede quedarse aquí mientras yo descanso en la otra habitación –término de decir para después caminar hacia la puerta.


–    ¡Dejaras a un pobre enfermo sólo y sin ayuda! –dijo dramáticamente Saga.


–    Si fuera otro el enfermo lo pensaría pero siendo el señor violador –respondió Shaka– ¡puede morirse cuando quiera! –termino para después azotar la puerta.


Ni bien el rubio entro al cuarto que Saga ocupase, para sus noches con los otros chicos de la mansión, se arrepintió enormemente de haberlo dejado quedarse en la otra habitación ya que en la que ahora esta se encontraba totalmente ambientada para una noche de sexo desenfrenado. Suspirando cavilo sobre si regresar y correr al otro o si seria buena idea ocupar aunque fuese esa noche la habitación que pertenecía al hermano menor de Mu pero el sólo pensar que tendría que caminar hasta el otro extremo lo desanimaba además de que se sentía muy cansado que la sola idea de caminar más de diez pasos le provocaba aun más agotamiento así que con todo el descontento del mundo se dirigió nuevamente hacia la habitación contigua donde el mayor de los gemelos seguía recostado en la cama. 


–    Solo por esta noche, ambos dormiremos aquí –hablo el rubio mientras veía como la sonrisa del otro se ampliaba–. Pero le advierto que a cualquier acción no me tentare el corazón en golpearlo, no importa lo mal que se sienta.


–    Está bien, está bien –acepto el peli azul–. Entonces ven quiero sentir a mi hijo cerca de mí.


–    Ni siquiera piense en tocarme o va a sentir cómo es posible que patee –contesto el otro mientras rodeaba la cama para llegar al lado contrario y comenzar a acomodar los cojines y almohadas haciendo una valla entre ambos hombres–. Ya le dije no intente nada si no quiere salir peor que como ya está.


 El de largos cabellos rubios se acostó dando la espalda al otro, que permaneció varios minutos observándolo, para después caer en un profundo sueño debido a que realmente estaba fatigado. Por su parte Saga que por extraño que le pareciera se sentía a gusto con solo poder contemplar al otro mientras dormía, decidió seguir al otro al mundo de los sueños ya que aun se sentía un poco débil debido a que tuvo que regresar todo lo que había cenado.


El tiempo siguió corriendo para los habitantes de la mansión Géminis, para Shaka pasaba tranquilamente mientras veía como de a poco su vientre seguía creciendo además habían comenzado a buscar realmente los muebles para la habitación que ocuparía el bebe cuando naciera ya que en su última visita al médico les habían dicho que sería un varón  y todo parecía estar en orden, lo que había provocado que tanto Saga como Kanon se emocionaran comprando aun mayor muebles y ropa a pesar de que Shaka les había dicho que no era necesaria mucha ropa ya que los bebes crecían muy rápido pero los hermanos no se habían molestado en hacerle ningún caso, en realidad los únicos que parecían ser Mu y Afrodita que se mantenían al cuidado de él.


Para Sorrento y Alberich la vida en sí no cambiaba mucho ya que el primero no tenía mucho interés en el embarazo del rubio, no era que le desagradase la idea sino que simplemente nunca le habían llamado la atención los hombre o mujeres cuando estaban embarazados siempre había sentido que si los tocase se romperían o algo por el estilo y ni que decir de cargar a un pequeño bebe. Por su parte Alberich pasaba su vida se había convertido en una vida aburrida, ya que su señor parecía solamente interesado en lo que el rubio hacia y todo lo que tenía que ver con aquel pequeño “monstro” como él lo llamaba, porque para el de cabellos rosados los niños eran como monstros que sólo tomaban todo para ellos mismos y te dejaban sin nada casi como un vampiro que te chupaba la sangre hasta dejarte seco.


Pero como no todo en la vida puede ser felicidad para Saga esto se veía muy claro a pesar que nadie supiese sobre su deteriorado estado de salud, ya que cada vez los dolores tanto de cabeza como en su vientre bajo así como los vómitos que le daban a cualquier momento, sólo daba las gracias de que nunca nadie lo había visto en tan lamentable estado bueno únicamente Shaka lo había hecho y parecía que no lo había andado divulgando entre los habitantes de la mansión, aunque seguía teniendo problemas con este debido a que por su estado habían tenido que suspender las visitas de su padre y ahora lo tenía entretenido con viajes a otras ciudades para buscar pequeñas negocios donde poner vender sus productos, así como a diversas conferencias y cursos para que se actualizara y pudiese ayudarlo en las oficinas centrales.


Más había alguien que desde hacía semanas estaba impaciente esperando que el mayor de los gemelos cayera, esperaba mientras cuidaba de Shaka para que Saga ya no le hiciese nada estaba al pendiente de todo e incluso se esforzaba en llegar a tiempo a la servir el plato del rubio para cuando comía en su habitación o en la sala de entretenimiento y regresar a tiempo para servir también la comida en el plato de su señor y dejar indicaciones de que fuese ese plato el que se le diese a Saga ya que él lo había servido pensando en él, y como no era extraño para los sirvientes de aquella mansión que los juguetes de su señor se tomaran algunas cosas muy enserio.


Había esperado por mucho tiempo desde el día en que decidió que algún día Saga de Géminis pagaría por lo que le había hecho cuando fue comprado a pesar de que él no lo deseaba, ese día había estado a punto de recuperar su libertad aquella que le había sido arrebatada por Julián y Hades  por no poder pagar  el dinero que les pidió presado para pagar el tratamiento de su pequeño hermano.


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