─ Si, Señor ─dijo Albiore que había escuchado el grito de Saga desde la puerta.
─ Busca a Shaka y tráemelo ─dijo Saga viéndolo con ojos asesinos─. Lo quiero aquí antes de la cena, sino es así tu y todos tus empleados dense por despedidos y muertos ─se giró a ver a sus juguetes─, y ustedes será mejor que se mantengan alejados de mi si no quieren que les dé una golpiza.
─ Pero ¿por qué señor? ─cuestiono asustado Sorrento
─ Por que ─dijo Saga viéndolo con asesinos mientras hacía crujir sus dientes─, se supone que ustedes debían enseñarle cómo comportarse, sus reglas, eso quiere decir que ¡debían estar al pendiente del rubio para evitar esto!
Después todos salieron de la sala asustados por Saga, su gemelo, Mu y Kiki optaron por ir a la habitación del gemelo menor para alejar al niño del enojado Saga y evitar se fuera a desquitar con este, Albiore organizo a sus hombres para comenzar la búsqueda del rubio por toda la casa y sus alrededores.
Justo cuando esto ocurría un joven de cabellos rubios caminaba sin rumbo fijo entre los arboles del bosque que se encontraba detrás del jardín de la mansión, ya que había decidido investigar un poco sobre este bosque, en busca de algún camino que le permitiera rodear la misma y poder irse de ese lugar pero mientras ponía atención a lo que se iba irguiendo ante él y con pocos ánimos de ver a Saga se siguió internando en lo profundo sin notar que había perdido el camino de regreso a la mansión.
─ ¿De verdad Shaka? ─hablaba con el mismo─ No puede ser que estés buscando regresar a esa mansión con ese loco, en lugar de seguir buscando salir de este bosque para poder regresar a casa ─seguía con su monologo mientras caminaba tratando de encontrar un camino que lo llevase a un techo, realmente en ese momento no pedía mucho.
─ ¡Ah me rindo! ─dijo derrotado mientras se sentaba debajo de uno de los tantos arboles de ese inmenso bosque─ Creo que fue mala idea venir a este lugar sin saber nada de él ─se dijo mientras observaba como poco a poco todo el bosque se sumía en la oscuridad─. Lo que me faltaba ya ni siquiera la luz del día me servirá para encontrar un camino.
Shaka se levanto del pasto y continúo caminando con la firme decisión de no parar hasta encontrar un lugar donde pudiera descansar y tener agua a su alcance, sin importarle ya si se adentraba más en el bosque o si el camino que había escogido lo llevaría de nueva cuenta a esa mansión, lo único en lo que pensaba en esos momentos era encontrar un lugar donde poder descansar ya que su cuerpo está resintiendo todo el trabajo que había echo durante todo el día más la caminata.
Ya habían pasado dos horas desde que la búsqueda había dado inicio y la hora en que debían presentarse ante el mayor de los gemelos Géminis había llegado, ambos hermanos se encontraban en el despacho que se encontraba junto a la biblioteca.
─ Saga deja de moverte, me mareas ─dijo el gemelo que veía recargado en el escritorio como su hermano caminaba de un lado a otro como león enjaulado.
─ No puedo calmarme Kanon ─dijo el mayor mientras se quedaba parado en medio del despacho─. Que tal si ese chiquillo logro escaparse, eso no puede ser, ni siquiera quiero imaginarlo.
─ Entiendo que te enojes que el rubio se haya ido, pero bueno si fue así tan siquiera tienes la consolación de que lo probaste ─hablo el menor restándole importancia.
─ Por eso mismo ese rubio se largo y ni siquiera lo probé ni sus labios ni nada ─dijo Saga recordando que había planeado quebrar el orgullo de su nuevo juguete antes de tomarlo y ahora se maldecía por tomar esa decisión.
─ No puedo creer lo que escucho Saga Géminis no hizo suyo al niñito ─rio el gemelo─, con razón Mu dijo que este era especial.
─ No estoy para tus chistes Kanon ─dijo Saga al ver a su hermano con una sonrisa burlona en su cara pero justo en ese momento tocaron a la puerta del despacho.
─ Adelante ─hablo Kanon mientras veía como su jefe de seguridad entraba y agrego─. Espero traigas buenas noticias para calmar al ogro de Saga.
─ Señores hemos revisado toda la casa y los alrededores ─hablo Albiore a los hermanos sin reflejar el miedo que tenia de la reacción del mayor de los gemelos─, como el comienzo del bosque con el que colinda el jardín pero no hemos podido encontrar al joven Shaka.
─ Entonces supongo que tu y todos tus hombres tienen listas sus maletas para largarse de aquí verdad ─hablo Saga molesto con Albiore─ ¡TODOS USTEDES SON UNOS INEPTOS! ¡NO PUEDE SER QUE NADIE HAYA VISTO SALIR AL CHIQUILLO! ─termino por estallar en contra de su jefe de seguridad.
─ Señor si me permite decirle ─dijo Albiore para tratar de salvar su trabajo─, el joven no salió por la parte frontal de la mansión, así que nos dimos a la tarea de revisar las cámaras de seguridad para ver por donde había salido de la casa.
─ ¿Y que encontraron Albiore? ─cuestiono Kanon antes de que su hermano volviera a gritar.
─ La última imagen que se tiene del joven es caminando por el jardín caminando rumbo al bosque señor ─hablo el jefe de guardias al mayor de los gemelos─, después ya no se ve que el joven regrese a la mansión.
─ ¿El bosque? ─pregunto Kanon, recibiendo un gesto afirmativo de Albiore─, pero si no regreso eso quiere decir que lo más seguro es que se perdió, no debe de haber encontrado el camino de regreso o simplemente creyó que sería fácil salir a través del bosque y se adentro más en el pero eso puede serle perjudicial si no encuentra el camino adecuado.
─ Tal vez eso paso hermano ─dijo Saga más tranquilo─ pero si sucedió así el niño es más tonto de lo que pensé, mira que internarse al bosque solo y casi anocheciendo ─siguió hablando pensando cómo darle una pequeña lección al rubio─. Bien esta noche lo dejare a la intemperie aun si encuentra algún camino que lo traiga de regreso veremos que prefiere si mi lecho caliente o el frio suelo del bosque.
─ Entonces lo dejaras haya afuera sin nada con que taparse ni defenderse de los animales ─le dijo su gemelo─ bueno haya tu si se enferma o no lo encuentras después.
─ Lo encontrare Kanon, veras que si ─le dijo seguro a su hermano para después llevar su atención al jefe de guardias─. Albiore por ahora no te despediré ni a ti ni a tus hombres pero mañana a primera hora deberán salir a buscarlo al bosque y traerlo sino es así dense por muertos.
─Sí señor, ahora iré a preparar todo para mañana internarnos en el bosque ─hablo el hombre mientras se disponía a salir del despacho.
─ Bien ya que se resolvió esto ─intervino Kanon─, pediré que sirvan la cena ─dijo mientras se levantaba del escritorio para salir en busca de su novio─ ¡Muero de hambre!
En esos momentos los tres antiguos juguetes del mayor de los gemelos se encontraban entre asustados y enfadados, asustados por la reacción de su señor ante la desaparición de Shaka y enojados por que por culpa del rubio ellos habían vuelto a pagarla además de que su señor les había dicho en la sala.
─ El señor estaba muy enojado ─dijo Sorrento
─ Enojado yo diría que estaba iracundo ─hablo Afrodita
─ Espero o que encuentren al rubio o que el señor Saga no se desquite con nosotros por culpa de ese ─comentó Alberich
─ Me dijo que se iría pero no pensé que lo intentara tan rápido ─hablo Sorrento más para sí que para los demás pero aun así lo escucharon.
─ ¿Qué dijiste? ─cuestiono un Afrodita sorprendido─ ¿Por qué no nos dijiste nada? continuo hablando cada vez más enfadado por el descuido de su compañero─, te das cuenta que pudiste evitar esto.
─ Yo pensé que con el tiempo se daría cuenta que es mejor estar aquí ─se defendió el menor─, que entendería que solo tienen que entregársele al señor y tendrá todo lo que quiera y hasta mas.
─ Ese chico jamás se entregara para obtener algo de Saga ─le aclaro Afrodita a Sorrento─. Te puedo asegurar que preferiría la muerte antes de venderse para obtener algún beneficio sobre todo si viene del señor.
─ Si lo encuentran algún día tendrá que hacerlo ─contesto Sorrento
─ Si eso llega a pasar no lo hará por voluntad, el es orgulloso y terco pero sobretodo el tiene algo que ninguno de nosotros tiene ─replico el peliceleste.
─ Dejemos al rubio de lado quieren ─interrumpió Alberich─, ahora lo importante es hacer que el señor se contente con nosotros y se olvide del rubiecito.
─ En eso tienes razón ─hablo Afrodita─, pero podemos utilizar lo que tenía planeado para hoy, solo que en lugar de solo ir yo también ira Sorrento.
─ ¿Y porque solo ustedes dos? ─pregunto el peli rojizo.
─ Fácil porque ayer en la noche que Shaka llego a nosotros nos ordeno decirle las reglas, es decir, que debe estar más enojado con nosotros que contigo. ─explico Sorrento.
─ Bien será mejor que te explique cuál es la idea principal de esto ─dijo Afrodita sentándose frente al de ojos rubí─, veras ya prepare una fuente de chocolate que usaremos primero para darle a Saga su postre y que después podemos usar para untar por aquí y por allá, creo que esa es la idea principal.
─ Esta bien ─ hablo Sorrento─, pero ahora será mejor bajar ya es la hora de la cena.
Los tres chicos bajaron con rumbo al comedor en silencio cada uno de ellos iba metido en sus pensamientos, uno pensaba en que ojala ese rubio no apareciera más, otro esperaba que su querido señor no estuviera tan enojado con ellos y el ultimo esperaba que el rubio donde se encontrará estuviera bien y que por su bien que hubiera podido escapar y no lo fueran atrapar nuevamente.
Justo cuando esto pasaba Shaka había llegado a un pequeño lago y se habia sentado a la orilla para poder contemplar la luna.
─ Buena la hiciste Shaka ─se dijo el rubio mientras contemplaba el cielo nocturno─ Papá Asmita tu que estas en el nirvana intercede por mí para que ilumines mi camino ─pidió mientras dejaba salir unas lagrimas─, por favor sólo quiero ir a casa.
Estaba cansado no sólo por el trabajo que habia realizado sino por todo lo que había pasado en tan sólo unos cuantos días, habia perdido su familia, sus amigos, su futuro y había entrado en un mundo donde solo era tratado como un objeto sin voluntad y para su mala fortuna ahora estaba perdido y al parecer sólo tenía la opción de regresar con aquel hombre que parecía ser un loco, un tarado, un idiota en eso pensaba mientras dejaba salir todos sus sentimientos a través de lagrimas mientras abrazaba sus piernas y escondía su rostro entre ellas, pronto el cansancio por fin lo vencio sumergiendolo en el mundo de los sueños con la esperanza de despertar y que todo fuera una pesadilla.