Parte 2 – Frente a Frente
Tanto tiempo, tanto tiempo estuve pretendiendo ser lo mejor para ti, cambiando mi actitud contigo, dejándote de molestar por pura diversión, esperaba que todo de mi te gustara, para que al final quedara esto.
De nuestro amor, apenas queda nada... solo queda el silencio el cual hace que la noche se haga eterna, fría y larga ya que nunca acaba, me quedan ganas de llorar cuando me doy cuenta que nuestro amor se aleja.
¿Ternura? ¿Qué es eso? Entre nosotros ya no existe, cada vez que me besas ya no son por amor, son a la fuerza, por obligación, para seguir haciéndome creer que me amas, solo puedo mostrarte un gesto amable diariamente, una sonrisa llena de ternura y falsedad, lo hago por una sola razón, no quiero que mi vida siga siendo insoportable, sonriendo es como ahogo mis penas.
-Izaya, necesito que nos veamos en un lugar
-¿Un lugar para qué?
-Ahora no puedo decirte pulga –dijiste dándome un papel el cual venia la dirección del lugar- ve a ese lugar a las 10 de la noche
-Pero Shizu-chan
-Nada, te veo ahí –ordenaste para después salir de la habitación como todos los días-
Al transcurrir el tiempo acordado, llegue al lugar donde me habías citado, un parque, para ser de noche estaba muy iluminado pero el ambiente que se sentía no era de mi agrado, aunque en mi mente aun habitaba la pregunta ¿para qué me cito Shizuo aquí?, tenía esa gran duda desde que me diste aquel papel con la dirección.
-¡Pulga! ¡Aquí! –Te escuche llamarme mientras te acercabas caminando tranquilamente hacia mí-
-Shizuo –susurre para acercarme a ti- ¿Ocurrió algo?
-Terminamos –dijiste tan secamente-
-¿Q…Qué? ¿Bromeas verdad Shizuo?
-Hablo en serio, estoy harto de ti
-Pero Shizuo yo…-cerré mi boca y el silencio se apodero del lugar-
Nos quedamos frente a frente y sin pensarlo dos veces ambos bajamos la mirada evitando hacer contacto visual, no quería mirarte, mordía mis labios para no soltar las lágrimas que me amenazaban con escapar.
¿Era mejor así? Supongo, ya no queda nada de qué hablar, pues todo se ha terminado, vete con quien amas, de por sí, no te importo ni te preocupo nuestro amor, no podíamos seguir así ¿cierto?
-Siempre has sido tan frio e insensible conmigo, nuestro amor te estaba dando igual –dije al borde de las lágrimas-
-Quizá tengas razón
-¿Por qué eres así? Decías que yo era el que no tenía corazón y sé que es verdad, pero sin embargo tú posees un corazón el cual esta vacio –decía con dolor en mi pecho-
-Deberías dejar de ser tan egoísta, piensa en mí, nunca lo has hecho –reclamabas-
-¿Pensar en ti? Soy egoísta, pero así es como comenzaste a amarme, cambie muchos aspectos de mi para agradarte aun mas, pero eso te importo, no, ahora vienes a decirme como debo ser pero dime, ¿tu que puedes saber? Nunca me conociste realmente Shizuo
-¡Claro que te conozco pulga!
-¡No sabes nada! –Grite para irme comenzando a derramar esas lagrimas, sin poder evitarlo por más tiempo- “No quiero que me mire llorar, notara que realmente me lastimó”
-¡No he acabado contigo! –Me tomaste del brazo bruscamente, empujándome hacia un árbol-
- Si es que no hay amor entre los dos...déjame ir...Déjame...ir –susurre bajando la mirada-
-Haz lo que quieras, iré con Psyche –me soltaste para darte la vuelta e ir en busca de tu amante o, más bien, tu ahora novio.
Corrí hacia casa, intentando buscar una explicación acerca de lo sucedido, llegue a nuestro hogar y al acostarme me quede sumergido en mis pensamientos
-Esto será lo mejor... el me engañaba no lo necesito –decía intentando darme ánimos a mí mismo, aunque sabía que su ausencia me iba a ir destruyendo poco a poco-
De tanto llorar termine por quedarme dormido, hasta que un ruido me despertó, solté un pequeño bostezo y abrí mis ojos, note una silueta parada frente a la cama en cuanto me levante pude reconocerlo a la perfección
-Shizuo –susurre bajando la mirada-
-No creas que he venido por ti pulga, tampoco he venido para disculparme –decía mientras comenzaba a empacar sus cosas- Me mudare con Psyche
Me limite a afirmar, no tenía el derecho de reclamarle o de impedir que se fuera, ya no éramos nada, ni novios, ni amigos, ni compañeros, ni enemigos, nada…
Nos hemos convertido en dos extraños, supongo que no eras mi otra mitad como pensaba, ahora quedo en soledad mientras tu estas con tu amado chico, me he dado cuenta de que la dichosa eternidad no existe, me duele la sola idea de pensar que te gustaba.
-Solo… se feliz –te dije con tristeza-
-No debes decírmelo, yo ya lo soy –contestaste con cierta arrogancia, la cual empezaba a odiar de ti, ese era el lado de Shizuo que yo no conocía-
-Si, como digas –intente contestar sin que notaras cuanto me importas-
-Como sea, me voy-dijiste tomando tu maleta-
-Shizu-chan…Te amo –dije para después ver cómo te marchabas por esa puerta y soltarme a llorar, no obtuve respuesta alguna pero nunca me imagine que probablemente este momento sería nuestro adiós definitivo-