Llegué a mi casa con un dolor de cabeza muy grande. No se me había sido posible dejar de pensar sobre lo que había pasado hace unos minutos atrás. Abrí la puerta principal, y escuché a mi madre hablando con mi padre, comentando sobre de cómo un señor se había acercado a ella ese día de mi presentación en la escuela.
Todo este acontecimiento comenzó cuando Tao me ofreció para cantar en el festival que estaban planeando mis dos profesores de artes musicales.
En ese instante Tao subió 2 puestos en mi lista negra.
Al momento en que ambos se me quedaron observando expectantemente, sentí como sus miradas me estuvieran rogando que lo hiciera, así que sin opción alguna acepté.
Jamás me gustó actuar en frente de todas las personas, sólo lo hice con mi familia y con Tao, así que sólo ellos sabían que podía cantar. Después de acceder a la propuesta, me sentía tan arrepentido, pero minutos después sucedió algo que me produjo ganas de abrazar y besar a Tao.
Cuando salimos de esa clase, él y yo nos encontrábamos casi discutiendo en una de las murallas del establecimiento.
- ¿¡Por qué lo hiciste!? - Estaba tan molesto.
- ¿Pero qué tiene? Ay Baekhyunnie, todos sabemos lo mucho que quieres cantar en frente de todos. El problema es que no tienes iniciativa, yo sólo te di un empujoncito. - Lo miré, me estaba observando como un padre orgulloso de su hijo. Ugh que asco.
- No me mires así - le expliqué.
- ¿Mirarte cómo? - me observó confundido. Lo que me faltaba, ahora me da miradas tiernas. Idiota.
- Así como si fuer.. - No pude terminar mi frase ya que el codo de Tao voló directamente hacia mis costillas. - Mira hacía el frente - me dijo levantado las comisuras de sus labios.
Le hice caso, di una mirada al frente mío y vi como Eunyoung era empujada por sus amigas hacia donde me encontraba yo. La había visto antes, estaba en mi clase de inglés.
Para ser sincero yo encontraba que era una de las chicas más bonitas de esa clase. Su pelo era largo y lacio, se encontraba un poco más debajo de sus pechos y era de color chocolate. Y bueno ¿a quién no le gusta el chocolate?
Sus ojos eran grandes y brillantes, y tenía una sonrisa que de sólo verla me hacía pensar que probablemente no existía nada más lindo en el mundo.
Creí que el mundo se paró cuando vi que se acercaba a mí con pasos lentos. Sus amigas de atrás sólo la miraban y reían. Yo no entendía para nada la situación.
- Te dejo sólo un rato - Me dijo Tao con una mirada picarona. Desapareció tan rápido de mi lado que ni tiempo tuve para responder. - ¡No! Tao no.. no te vayas - suspiré profundamente al ver que ya ni siquiera se veía por el pasillo.
Y allí se encontraba Eunyoung, en frente mío. Me giré a verla e inconscientemente una sonrisa salió de mis labios. ¿Era idea mía o ella se sonrojó? Bueno, no importa.
Me tomó un tiempo formar las palabras en mi cabeza. Era la primera vez que hablaba con ella, y definitivamente no iba a meter la pata. - Ehh.. Hola - Le dije, sonando lo más tranquilo posible. Bien Baekhyun, vas bien.
Oh no, su sonrisa de nuevo, no Baekhyun no vas bien.
- Ho..la, eh, yo bueno, escuché que ibas a cantar y.. - Se detuvo. Por lo que pude apreciar, creo que mi mirada estaba demasiado fija en ella, ya que el color rojo volvió a sus mejillas rápidamente. Cerró y abrió su boca un par de veces sin decir nada. - Y yo.. Espero con ganas escucharte - Luego de esto me sonrío, alejándose de mi haciendo camino hacia su grupo de amigas.
Definitivamente no me esperaba eso.
Espero con ganas escucharte.
Escucharte.
Esa frase se mantuvo en mi cabeza por un buen rato.
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- ¿De qué hablan? - los interrumpí, sacándome mi mochila y dejándola en el sillón de la sala. Mi madre me miró sorprendía, casi preguntándome con sus ojos si es que había logrado escuchar algo de su conversación.
- ¿En qué momento llegaste hijo? - Me saludó con un beso en la mejilla, luego cruce el pasillo y me acerqué a mi padre para hacer lo mismo.
- ¿De qué hablaban? - Les pregunté otra vez. Ellos tenían que decírmelo, así que..Qué mejor momento que este.
- Ah bueno, nosotros.. - Justo en ese momento saqué la pequeña tarjetita que había recibido momentos atrás. - ¿Hablan de esto? - me referí a ellos con una sonrisa en mi cara. No podía enojarme con ellos por no decírmelo, todos sabían en lo que consistía entrar a una compañía. Especialmente si hablábamos de la SM.
Mi madre formó un largo suspiro, pero me fue posible darme cuenta como sus facciones se relajaron luego de ver la sonrisa en mi rostro. - ¿Tú quieres hacerlo? No te dijimos nada, porque no sabíamos cómo ibas a reaccionar. -
- Hmm, bueno - Lo había pensado mucho, todo el camino a casa. Pensé en todas las desventajas que vendrían si llegaba a ser aceptado, y luego pensé en las ventajas. ¿Qué pasaría si de verdad soy lo suficientemente bueno? Podría demostrar lo que siempre he querido. - Yo.. creo.. Yo creo que sí, sí quiero hacerlo - Mi madre me miró expectante, y mi padre que se había puesto a leer el periódico se dio media vuelta para posar sus ojos en mí.
- ¿Estás seguro? Baekhyun, nosotros sabemos que tu quizás no.. -
- Sí estoy seguro - le respondí con mucha confianza.
Vaya, al parecer realmente deseaba esto.
Mi madre se acercó a mí, y me abrazó muy fuerte. - Cuentas con todo mi apoyo - me dijo apoyando su mentón contra mi hombro. - ¿Estás llorando? - Le cuestioné aguantándome las pequeñas risas que querían salir. - No, es sólo que estaba preparando ensalada de cebollas, y el efecto es tardío - Se separó de mí y río. - Ya, ahora anda a cambiarte tu ropa y bajas para que cenemos -
Llegué a mi cuarto, sacándome mis zapatos y me encontré con Soejin colgada al teléfono en su cama. - Oye, déjame usarlo un rato, necesito llamar a Tao - Tenía que contarle sobre todo esto.
- Ah te esperas, puedes llamar a tu novio en cualquier otro momento - Me dijo con mala gana. Esta mocosa.
Me acerqué y le arrebaté el teléfono de sus manos. - Hola, ¿sí? Bueno mi hermana ha tenido que ir al baño urgente, te llama más tarde ¿de acuerdo? Adiós - Y colgué.
- ¡¿PERO QUÉ HAS HECHO!? - me respondió furiosa, creo que veía una vena salir de su frente. - Pues colgué, ¿Qué más? Tengo que avisarle a mi novio que fui aceptado en la SM - Traté de sonar lo más burlesco posible para luego sacarle la lengua. - ¿¡QUÉ!? ¿Tú? ¿Por qué? - fueron sus últimas palabras antes de entrar y cerrar la puerta de mi habitación.
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- Vamos, contesta - Me quejaba oyendo el sonido del teléfono a través de mi oído. - ¿Aló? - una voz femenina me respondió.
- ¿Aló sí? ¿Se encuentra Tao? - repliqué.
- Ahhh ¡Baekhyun! ¿Cómo has estado? - Era su madre, reconocería ese dulce tono de voz en donde fuera.
- Ah bueno, yo me encuentro muy bien, gracias por preguntar. - Le manifesté amablemente. - Me gustaría hablar con Tao ¿Se encuentra por ahí? -
- Sí claro, en seguida viene a hablarte. ¿Sabes? Me gustaría que vengas a nuestra casa, ya hace mucho que no vienes - Su tono de voz seguía dulce como siempre.
- Sí, lo tendré en mente - contesté alegremente.
Lo tendré en mente cuando Tao limpie su habitación.
- ¿Baekhyunnie? - Escuché la ronca voz de Tao, creo que lo había despertado de su siesta. - ¿Qué quieres? Más te vale que sea lo bastante importante para no seguir durmiendo -
- Adivina - No pude controlar la felicidad que se escuchó en mi voz.
- ¿Me estás tomando el pelo? Suéltalo ya - Me dijo con tono amargado. Idiota.
- Creo que entraré a la SM - le dije de golpe. Pasaron varios segundos y no escuché ningún tipo de sonido por un buen rato. - ¿Aló? Tao ¿Estás ahí? -
- En 5 minutos estoy en tu casa, espérame con esos ricos pastelitos que hace tu mamá - Y me colgó.
Para mi sorpresa fueron exactamente 5 minutos. Escuché como Tao saludaba a mis padres y luego subía a la segunda plana para encontrarse con Soejin. Me pregunto a quién debe odiar más mi hermana, sí a mí o a Tao. Aunque después de algunos segundos no escuché absolutamente nada. Me asusté. Por un momento pensé que Soejin lo había matado o algo así. Me levanté de mi cama, y al abrir la puerta, y Tao me asustó.
- Llegaste a saltar - Tao río muy fuerte. - Deberías haber visto su cara - Dijo con tono burlesco.
- Ok, gracias por venir, ¿te muestro la salida? - Le tomé su brazo con una de mis manos, teniendo el claro propósito de sacarlo de mi casa.
- Ahh.. No seas tan amargado Baekhynnie - Tao se libró de mi agarre, y me pude dar cuenta que en sus manos tenía una bandeja de los pasteles que hacía mi madre. Lo miré con resignación y el sólo subió sus hombros como diciendo que no sabía nada en respuesta.
- Ya, ahora cuéntame todo con detalles incluidos - Se sentó en la orilla de mi cama comiendo un de los pastelitos. Yo me limité a colocarme en la silla de mi escritorio.
Luego de contarle todo lo que había pasado. De como el señor me había seguido y yo pensando que me quería secuestrar, a lo que Tao casi se atraganta con el pastel producto de la risa. Le conté como mis padres sabían desde de esta propuesta hace bastante, pero sólo soy me lo confesaron. Y también le conté que ya lo había decidido, yo iba a entrar a la SM.
- ¿Cuándo son la audiciones? No creas que vas a entrar así como así - Demonios, las audiciones.
- En la tarjetita dice que son el próximo lunes - le comenté mirando el pequeño pedazo de papel. ¿Cómo es que no me había dado cuenta de ese diminuto detalle?
- Hmm.. Próximo lunes - Sentí como Tao se metió en su propio mundo, parecía que estuviera contando. - ¿Qué haces? - le dije con una carcajada.
- No tengo nada que hacer. El lunes vamos a ir a audicionar -
¿Qué? ¿Vamos?
- ¿Tú también vas ir? - le pregunté confundido, luego recordé que él me había hablado de querer ingresar a una compañía.
- Pues claro - me dijo sonriente.
- Ya, ¿eso era todo? Le prometí a mi madre que iba a cocinar hoy -
- Sí, creo que eso era todo - lo miré, él se estaba riendo son ninguna razón aparente. - ¿Qué sucede?
- Ahh nuestro Baekhyunnie está creciendo - Se levantó y se acercó a mí, levantó su mano y alboroto todo mi cabello.
Luego de que Tao se fuera, vi el calendario que se encontraba en el pasillo del segundo piso, y me quedaban 5 días para prepararme para la audición.
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Demonios, ¿cómo pasa el tiempo tan rápido? Eso iba pensando cuando me encontré arreglando mi ropa para la audición, no tenía idea de qué tipo de vestuario era necesario llevar, así que opté por mi atuendo casual de todos los días.
Salí de mi casa practicando la letra de la canción, cuando recibí un mensaje de Tao, diciendo que si podía pasarlo a buscar a su hogar.
Llegué a su casa cuando apareció por la puerta principal, y por lo que mi olfato notó, se había bañado en perfume.
- Creo que te faltó un poco más de olor - le dije sarcásticamente.
- No quiero andar todo apestoso como tú - tiré una mirada de desagrado a su dirección.
Sólo teníamos que tomar el subterráneo y luego un bus que nos dejaba en frente del edificio. En menos de 20 minutos ya nos encontrábamos ahí.
El edificio no era tan grande, incluso habían algunos alrededor de este mucho más altos. Era de color celeste, con ventanas por todos lados. Increíblemente no había nadie afuera, no había filas ni ninguna cosa por el estilo. Por lo cual empecé a sospechar.
- ¿Por qué no hay nadie? - Le espeté a Tao mirándolo preocupado.
- Probablemente estén todos adentro - Me dijo acercándonos a la puerta principal.
Y tenía razón, estaba todos ahí. Eran muchos, demasiados para mi gusto. Los nervios empezaron a nacer desde mi estómago. - Mejor intentémoslo otro día - le dije temeroso a mi amigo. - ¿¡Qué!? Este no es momento para ponerse cobarde Baekhyun, ahora avanza - Me empujó hacia dentro.
Los turnos de la audiciones era por llegada, así sólo nos limitamos a sentarnos y esperar. Veía como cada grupo de de 5 o 6 personas entraba a la sala, al parecer no sólo teníamos que audicionar en frente de las personas de la compañía, sino también en frente de lo demás que también querían intentarlo.
El tiempo pasó lento, ya habían pasado varios grupitos, pero aún faltaba la mitad. Y recordé que Tao igual iba a audicionar.
- ¡Oye! Ahora que lo pienso ¿Qué vas a hacer allá en la sala? ¿Vas a cantar? - le dije entusiasmado, jamás lo había escuchado cantar.
- ¿Qué? Por Dios no - me dijo resoplando y riendo. - Voy a rapear - me comentó levantando sus cejas.
- ¿Ah sí? Pues espero con ansias escucharte - le dije con una sonrisa en cara. - Lo sé - me respondió todo arrogante. Idiota.
De repente escuchamos gritos y risas, provenientes del pasillo que se encontraba a un lado de nosotros. Eran risas muy fuertes, casi contagiosas. Tao y yo nos dimos media vuelta desde nuestro asiento y vimos un grupo gigante de chicos, debieron haber sido como 10, golpeándose entre ellos, y muriendo a carcajadas. Venían con ropa deportiva y con botellas de agua en sus manos, así que con mi mejor amigo suponíamos que era trainees, empecé a observarlos como jugaban, parecían niños pequeños.
¿Así estaré yo si es que entro a la SM?
Me gustó la idea.
Pero uno de ellos fue el que llamó más mi atención, me fije en él por qué cuando reía parecía que estaba sufriendo, como si le doliera algo. De esta distancia se veía muy alto, tenía el pelo ni corto ni largo, café y con mechones pegados a su cara. Inconscientemente, al verlo reír, su risa me sonaba muy pegajosa por lo que agache mi cabeza y solté unas risotadas. Al levantar mi cabeza de nuevo miré a esa dirección una vez más, y me encontré con sus ojos observándome. Ví lentamente como su cara se tornaba muy seria, cuando de pronto las comisuras de sus labios de levantaron un poco, sonriéndome tiernamente. Involuntariamente yo hice le respondí con lo mismo.
Que extraño.
- ¡Grupo número 20! Del #235 al #241, es su turno. - Yo era el 237 y Tao el 238, nos tocaba. Me levanté de mi asiento, y mis piernas empezaron a temblar. Sentí como todo lo que había comido en la mañana empezaba a devolverse. Tao me observo y agarro mi mano, y nos dirigimos hacia la sala. Entramos y vimos varias silla ordenadas en un círculo, a medida que nos íbamos a sentar más personas aparecían atrás de nosotros. Hasta que la vi.
Ella.
Ella estaba aquí.