El peli blanco soltó una pequeña risilla y otra de sus enigmáticas sonrisas adorno su exquisito rostro.
-Me sorprende que aún no lo descubrieras-
-No sabía que tenía que investigarte-
-Pero ya lo has hecho-
-¿De qué hablas?-
Otra risilla escapo de sus finos labios
-…- ira eso era lo que crecía dentro de él en ese momento
-No te preocupes, la próxima vez estoy seguro de que lo aras-
-Ni siquiera espero volvernos a encontrar-
-Estoy seguro de que pasara-
-Eso es un poco arrogante de tu parte ¿no?-
-¿Arrogante? ¿Eso crees?-
-No tengo dudas-
-Me gustas Kougami Shinya-
-No puedo tomarlo como cumplido si viene de otro chico, lo siento yo no voy por ése lado-
-Eres interesante-
En todo momento esos ojos ámbar no habían apartado la mirada del peli negro, lo ponía un poco nervioso, no podía negarlo además sentía que con cada comentario estaba a un paso más cerca de estrellarle la cara contra la pared.
-Bien me gustaría charlar un poco más pero soy un hombre ocupado- dijo con aire melancólico
-No puedo imaginar en que cosas estas “ocupado”-
-Créeme… te interesaría-
De nuevo esa sonrisa, ¡JODER!, como le molestaba. Lo tomo bruscamente por el cuello de la camisa y lo atrajo hacia él, sus movimientos ciertamente desconcertaron al otro, porque claramente sus facciones se torcieron en un gesto de estupefacción.
-Como vuelvas a hacer eso—
-¿Qué aras?- le interrumpió
Chasqueo la lengua en signo de irritación
-¿Crees que puedes con migo?- esta vez su sonrisa tenía un toque de malicia, provocándolo.
***
Un sabor a hierro se expandía dentro de su boca, seguramente se deba a una cortada en el labio, pero eso no era nada comparado con el fuerte dolor en su hombro izquierdo, punzaba y poco a poco el dolor se expandía hasta las demás extremidades heridas. A pesar de estar en semejante estado estaba totalmente eufórico, había logrado ver que el otro tipo se había marchado cojeando y apoyándose contra la pared. De no haber sido por el sonido de la sirena, que anuncia la llegada de la autoridad, no se habrían detenido. Pero Kougami tenía sus problemas con la ley y al parecer el singular chico también.
***
-¿En qué te has metido esta vez?- pregunto indiferente un chico de piel pálida mientras se ajustaba las gafas, al notar los moretones de su acompañante.
-Nada peligroso, no te preocupes-
-¿Quién dijo que estoy preocupado por ti? Quien me aflige es Akane, involucrándose con alguien como tú, creí que era más inteligente-
-Lamento ser impulsivo, pero no tienes de que preocuparte jamás la involucraría en una situación donde corra algún riesgo –
-Eso espero... y… ¿podrías dejar de seguirme?-
-No te estoy siguiendo, también tomo este camino, es más corto y además hay un 24h donde compro el almuerzo-
El joven de gafas apresuro el paso dejando atrás al chico de cabellos despeinados. “Es un poco tsundere” pensó para sí, Sus casas eran vecinas por ello habían crecido juntos y ambos habían decidido ingresar a la misma universidad, de hecho gracias a el padre de Ginoza, Kougami había adquirido interés por ser detective.
-Buenos días Kougami… ¡¿Pero qué demonios?! ¡Te dieron una paliza!- dijo divertido el chico de cabellos anaranjados.
-No puedo creer que te volvieras a meter en una pelea- agrego disgustada la chica de grandes ojos marrones
-Lo siento…-
-Tampoco viniste a mi fiesta-
-Lamento eso también- contesto mientras encendía un cigarrillo –Pero te conseguiré ese nuevo video juego que quieres-
-¿Lo prometes?-
-Claro-
-Por eso siempre apuesto por ti- En su rostro no quedaba seña del puchero que el oji claro había hecho tan solo unos momentos antes.
-¿Es por eso que no fuiste ayer a la fiesta?- pregunto la chica con voz serena pero con un ligero toque de preocupación.
-Fue inevitable-
-¿En serio?-
-Algo…así-
-Ese tipo debió ser realmente grande, para dejarte en ese estado o... ¿¡fue una emboscada!?- argumento el recién festejado
-No estoy de ánimo para hablar de ello-
El solo recordar a aquel insolente chico le hacía hervir la sangre, aquel ímpetu que se liberó en él mientras sus puños se encontraban con la piel del otro, aquella sensación no era ira, fue algo mucho más intenso más fuerte al punto de ser excitante, no sabía cómo llamar a aquellos sentimientos que lo embargaban. Jamás lo admitiría pero… quería verlo de nuevo, definitivamente algo exploto en su interior desde el momento en que sus miradas se encontraron. Aquellos ojos penetrantes, aquel cabello blancuzco, su increíble arrogancia y su habilidad al luchar, ¿sería por qué nunca había conocido a alguien así? que le había fascinado tanto encontrarlo. Por alguna razón todo lo que había en su mente eran aquellos pequeños detalles de ese tipo engreído, por más que lo intentaba no podía pensar en otra cosa que no fuera en el albino.
***
-Está bien, no importa lo pequeña que sea necesito esa información-
-Son solo algunas imágenes de una de las viejas cámaras de seguridad que aún estaba activa en el edificio donde la revuela tuvo lugar- Dijo un hombre ya de edad avanzada
-Ten cuidado Shinya- agrego en un tomo más serio y una expresión dura que a su vez fue amable
-Lo sé, estaré bien viejo, tengo que hacerlo por Sasayama-
-Bien, bien, pero tendrás que invitarme unas copas un día de estos-
-Considéralo hecho-
El ex detective coloco un viejo y desgastado portafolios sobre un escritorio en casi el mismo estado, probablemente los tenía desde que se inició como detective y aun los atesoraba. Por toda la habitación había montañas de papeles de viejos casos y periódicos con señalamientos por aquí y por allá, aunque estaba retirado el viejo seguía investigando por su cuenta crímenes ¿para sí? No… el anciano era una buena persona y le gustaba ayudar. Solo había una foto en aquella entristecida habitación, era una pequeña imagen en un lustroso marco de roble, en ella un niño con una colorida playera y una leyenda divertida impresa en ella, junto a él estaba el viejo varios años más joven, las marcas en su rostro no eran como ahora pero aún conservaba aquella alegre sonrisa.
Saco un sobre y extendió las imágenes en el buro consumido. El oji gris comenzó a examinarlas una por una en busca del mínimo detalle, alguna pista, alguna señal, cualquier cosa que le proporcionara estaría bien. Muchas solo mostraban estática y otras solo rostros borrosos, de pronto su garganta se seco y sintió como una gota de sudor se deslizaba por su espalda, sus ojos se habían abierto más de lo normal y un leve temblor asomaba en la puntas de sus dedos.
-Este sujeto…-
El mayor se acercó para apreciar la imagen que el moreno sostenía entre sus manos, en ella pudo distinguirá a un chico, su blanca y larga cabellera contrastaba con aquel fondo gris impregnado en caos. Lo perturbador era aquella mirada desafiante, había fijado la vista en aquella dirección y sonreía cínicamente como si supiera de la existencia de esa cámara. Aunque borroso, el peli negro, sabía de quien se trataba no podía ser nadie más, su cuerpo entero se estremeció…