Capítulo 2: En mi memoria
—D-Disculpa —Murmuró Zero mirándolo con detención y suma examinación— Pero ¿Te conozco?
—Kiryuu, no es momento de tus mañas —Se quejó con seriedad Kaname, no era momento para que el menor hiciera salir su odio a los vampiros— Tendremos todo el tiempo cuando volvamos a la academia
—¿A-Academia? ¡¿De qué hablas?! —Pregunto mirando el peli-plateado a todos lados— ¿D-Dónde estamos? ¿Y dónde está Ichiru?
—¿Qué? —Kaname atónito miró al cazador ¿Acaso había escuchado bien? Llevaba meses, quizás años sin nombrarlo y ahora lo hacía con tal preocupación— ¿Te encuentras bien?
—¡Claro! —Grito y se sonrojo al ver la mirada de sorpresa del castaño— Creo, supongo… —Murmuró mirándose todo el uniforme manchado con cierta desorientación— Aunque con tanta sangre... pero al parecer no toda es mía... —Objeto mirando a Kaname— Supongo que no te lastime a ti ¿O si?
—¿En serio? —Murmuró más para sí Kaname que para el menor, estaba claro, alguno de los dos se había golpeado la cabeza y también estaba más que claro que era el cazador
Ambos chicos se miraban unos frente al otro, afuera estaba oscuro, pequeños rayos de luz entraban a la cueva en donde se encontraba refugiados, una que otra gota de agua caía por los bordes de las rocas y de las hojas de los árboles y los animales nocturnos iban de un lado a otro. Zero se encontraba con las piernas cruzadas mientras estaba sentado, sus manos se encontraba juntas y entrelazadas, mientras en su rostro mostraba una expresión pura, sus ojos amatistas brillaba la pureza y la tranquilidad, Kaname lo observa apoyado desde la pared con los brazos cruzados, ese era Zero, tenía su misma esencia, su aroma su misma figura, pero a la vez, no era aquel arrogante que deseaba matar a todos los vampiros y deseaba matarlo cada vez que podía ¿Qué era lo que había ocurrido?
Zero miraba directamente al mayor, de alguna forma u otra aquellos ojos le hipnotizaba, parecían querer decirles algo y a la vez no, decían mucho, pero a la vez ocultaba mucho, de una forma u otra se le hacían familiar, la presencia de este, su figura, su cabello, todo, pero a la vez no, su actitud, el contraste de sus ojos, cada uno de sus gestos, no eran como lo de los cazadores, pero tampoco era igual al comportamiento que habían tenido los niveles e o los vampiros que recordaba haber conocido cuando chico, nada le indicaba quien era.
Las imágenes, los recuerdos, los rostros, lugares, las personas, las conversaciones, los entrenamientos, todo le venía a la mente, todo a la vez de forma tan desordenada que no podía comprender ni tampoco analizarlas, lo único que sentía era una extraña soledad, una presión fuerte en su pecho que lo hacía sentir sin aire, una sensación parecida a la que uno siente cuando se está ahogando en un lago o un rió y no puede salir, sabiendo dónde puede estar la salida, sabiendo cómo puede salir, pero sin poder, teniendo todo en su contra. Lentamente bajó la mirada, sentía su cuerpo nuevamente pesado y su cabeza le dolía, pero ahora era esa sed, una insaciable sed que le hacía arder la garganta y le quemaba, haciendo que inconscientemente se mordiera el borde del labio en busca de ese delicioso líquido, ese espeso y metálico líquido.
—No hagas eso —Murmuró Kaname con seriedad al ver al menor mordiéndose el labio, algo que se veía bastante infantil para él. Casi diría adorable— ¿Qué te sucede Kiryuu?
—N-No, no lo sé —Levantó la vista algo desorientado y con cierto deje de culpa— Siento sed —Dijo tomándose el cuello con ambas manos y tragando con cierta dificultad— Pero no es una sed común, es distinto
—Es normal —Comentó Kaname mirándolo directamente como reprendiéndole— No te has alimentado en meses y con la pérdida de sangre comienzas a necesitarla
—¿Alimentado? —Pregunto mirándolo mientras volteaba un poco el rostro, como si fuera un niño— Explícame, hem… —Comenzó a mover sus manos en forma circular, mientras trataba recordar el nombre de su acompañante
—Kuran… —Respondió mirando aún curioso— Kuran Kaname —Aclaró Kaname ahogando un suspiro ya que el chico parecía aún no reconocerlo— Bueno, no es la mejor forma para que sepas esto pero hace unos años fuiste mordido por un vampiro sangre pura
—¡¿Qué?! ¿Y cómo que no soy un nivel e? —Preguntó mirándose a sí mismo, como revisando su extremidades y tocando su rostro
—Eso es algo que aún no sabemos con precisión —Murmuró levantando una ceja, Zero le parecía más un niño inocente que el arrogante cazador y no sabía si eso era beneficioso— Pero tú odias beber la sangre de quienes te podemos dar por eso estás tan débil y tienes la necesidad de beber
—¿Qué? ¿En serio? —Preguntó mirando sorprendido al peli-castaño— ¿No lo acepto?
—Kiryuu, primero responde —Kaname pasó su mano por su cabello y ahogó un suspiro—¿Tú odias a los vampiros? —Pregunto Kaname con cautela observando la reacción del cazador oí— ¿Tú odiarías tener que beber sangre?
—Bueno, a los vampiros no los odio...—Murmuró pensando con sumo cuidado luego de un largo momento de meditación— Incluso admiro a los hermosos sangre puras como pueden organizar a los clanes, relacionarse entre ellos y mantener el control de los suyos, pero odio a los que atacan a los humano y a los niveles e —Dijo mientras colocaba una expresión de esfuerzo al recordar— Y lo de beber sangre… pues si es la única manera en que pueda vivir y cuidar a los que quiero sería estúpido no aceptarlo
—Y si los que quieres no están ¿Igual lo harías? —Preguntó ocultando su sorpresa a los comentarios de Zero, sinceramente era como interrogar a un niño, estaba claro que los demonios lograron hacer algo en el cazador sin que pudieran evitarlo
—Supongo que sí —Murmuró mirándolo con seguridad en los ojos— Siempre hay alguien que necesitara de mí y yo, yo como cazador debo estar allí
—Ya veo —Murmuró mirando estudiosamente al menor
En sí los pensamiento del cazador no eran distintos concerniente a lo de ser cazador, estaba claro el legado de su familia y eso no había desaparecido, a pesar que nunca espero esa admiración hacia los sangre puras por parte de Kiryuu, pero todo lo demás eran como los pensamientos de alguien que nunca ha sufrido, alguien que aún vive la pureza de un niño, sin ver los problemas, el hambre, la muerte y la injusticia, solo saber que los malos deben ser castigados y los bueno son los héroes ¿Qué había ocurrido en la batalla? ¿Qué le habrán hecho? Se notaba que ya no recordaba gran parte de su vida, eso podría ser bueno, no sería tan hostil y podrían acabar más rápido con la misión, pero por otra parte lo hacía más confiado y no tendría cuidado y eso lo podría poner en mayores peligros. Y era imposible volver con él así, de nada serviría, no había nadie que lo podría ayudar, solo quedaba buscar entre los otros seres.
Zero, en tanto miraba con atención al mayor, por alguna razón aquellos ojos, ese hermoso y profundo color vino le hipnotizaba cada vez más, las facciones del mayor también era hermosas y se podría incluso decir perfectas, las líneas de los contornos de sus labios, sus desordenados y semi-ondulados cabellos color castaños oscuros, su mirada serena y calculadora, el puente de su nariz, los pómulos de sus mejillas, su barbilla no tan pronunciada, todo era hermoso, perfectamente adecuado a su lugar, como si fuera esculpido por los mejores artistas. Su corazón palpitaba con firmeza mientras observaba al mayor, hasta el punto de pensar que este podría escucharle, todo lo que este le estaba conversando le hacía tener una vaga idea de lo que había olvidado, se había convertido en una rara clase de cazador/vampiro y su familia ya no estaba, pero en ese momento no le importaba, solo quería saber qué hacía en un bosque con ese vampiro y con esto averiguar el por qué el palpitar acelerado de su corazón.
—Kuran Kaname —Murmuró Zero aún con la vista sobre el mayor, algo en su mente le hizo reaccionar— ¿Del clan Kuran, sangre pura de la región del norte?
—Eso era antiguamente —Respondió Kaname sorprendido, hacía años que no nombraban esa región ya que había desaparecido entre guerras, sin contar que muchos aún asociaban el apellido a un solo poderoso Clan— Ahora nos encontramos divididos
—Ya veo —Murmuró Zero algo avergonzado por su error— Pero eres del clan Kuran ¿Estoy en lo correcto?
—Si, soy Kuran Kaname, hijo mayor de Juuri Kuran y Haruka Kuran —Respondió apoyando su codo en la pared de roca y apoyando su mejilla en su puño— ¿Por qué tanta intriga?
—No es nada —Murmuró con una tímida sonrisa el cazador, para luego mirar hacia el exterior de la cueva— Solo recordaba que siempre comentaba que uno de los sangre puras más hermosos son los Kuran —Luego miró al mayor sonriendo, una sonrisa entre burla y coquetería— Y veo que no era mentira
—Tú —Murmuró mirándolo sorprendido, el cazador acababa de sonreírle ¿a él? ¿Kiryuu Zero le había sonreído?— Definitivamente estás sediento
—Algo —Murmuró ruborizándose, ¿Acaso era tan notorio su sed? Pero era un cazador, tenía que mostrar que era completamente un cazador y no ser tan débil ante eso, con tal, solo era un poco de sed— Pero podré soportarlo
—Lo dudo —Murmuró observando al exterior de la cueva, como las hojas se movían de un lado a otro con fiereza— Llevas tiempo sin hacerlo y últimamente ya has perdido el control —Luego lo miró con seriedad, aquella podría ser la oportunidad adecuada para comprobar si el cazador estaba tan influenciable como parecía, con cierta cautela desabrocho los primeros botones de su camisa, dejando su níveo cuello expuesto— Será mejor que bebas
—P-Pero —Murmuró el peli-plateado mientras no podía evitar lamerse el borde del labio, aquello lo tomó por sorpresa, pero no podía negar que se le hacía tentador— N-No podría... de un sangre pura... de un Kuran...
—Calma, ya lo has hecho —Contestó con una risita, nunca creyó tener así al cazador, verle dudar de su auto-control, debía aceptar que le resultaba agradable— Solo ven —Le dijo señalándole su cuello con una coqueta sonrisa, quizás esta sería su única oportunidad para poder tener bajo su control al menor y eso, facilitaría muchas cosas hacía futuro— Será nuestro secreto
El menor trago con dureza, aquel ofrecimiento se le hacía tan tentador, podía inclusos sentir como la sangre viajaba por el cuello del mayor y sus deseo se hacían cada vez más grande con solo imaginarse a sí mismo clavándole los colmillos al sangre pura y sintiendo en su paladar aquel sabor metálico; aun algo dudoso comenzó a acercarse al mayor mientras sus manos temblaban al tantear el camino, veía como el mayor le tendía su mano en forma de invitación y como una coqueta sonrisa se formaba en sus labios y con esto también como su corazón palpitaba cada vez más fuerte y como su respiración lo abandonaba. Lentamente posó sus manos en los hombros del mayor, corriendo el cuello de la camisa dejando aquel pedazo de piel expuesta, la cual acarició con la yema de los dedos antes de acercarse con sus labios a ella, en donde mostró sus colmillo y penetró la piel con la mayor suavidad que pudo.
Kaname tuvo que morderse el labio intentando evitar no soltar un ahogado suspiro, la forma en que Zero le había mordido fue simplemente suave, lenta e inclusive algo seductora, todo su cuerpo se estremeció con fuerza con aquello, estaba acostumbrado a que el menor le mordiera con fuerza, fiereza y rapidez, pero esta vez no fue así. Sentía como el menor comenzaba a beber de su sangre, también cuidadosamente y como las manos del menor se aferraban a su chaqueta enterrando sus uñas en esta, como sus corazones comenzaban a sincronizarse en un solo palpitar, y como sus manos se aferraban a la estrecha cadera del menor, las cuales afirmó con fuerza, no recordaba en qué momento habían llegado allí, pero ahora no quería soltarlo.
No era dulce, pero era agradable a su sabor, se esparcía por todas sus papilas gustativas y lo llenaba, era mucho mejor de lo que se había imaginado, a pesar de lo conocido que se le hacía aquel sabor, su cabeza daba vueltas y una diversa cantidad de imágenes llegaron a su mente mientras bebía, la imagen borrosa de una chica, muy parecida a Kaname, solo que ella sonreía cálidamente, también vio la imagen de un hombre, de cabellos castaños claros con lentes que le miraba preocupado, una habitación oscura, un baño manchado de sangre, una torre, la luna teñida de sangre, cada una de estas imágenes llegaron de golpe, todas borrosas y desordenadas, pero no podía concentrarse en ellas, la imagen de Kaname se instaló en su mente al igual que el sabor de su sangre.
—Gracias —Murmuró Zero separándose del cuello del mayor y levantando la mirada hacia el mayor— Pero ¿Fui muy rudo?
—¿Por qué? —Preguntó mirándole algo desorientado
—Tu labio —Indicó acariciando el borde del labio del mayor, por donde bajaba la sangre del labio, donde Kaname se había estado mordiendo— Aquí, la sangre cae...
—Solo es un poco más de sangre —Kaname con una coqueta sonrisa observó cada una de las reacciones del menor, veía la tentación en la mirada de menor y quería saber que tan hondo estaba cayendo ¿Qué límites tendría aquel cazador sin memoria? ¿Podría hacerlo pasar esos límites?— Es tuya
—Kuran —Murmuró viéndolo un momento para luego lamerla con sutileza y lentitud, para después volver a bajar al cuello de Kaname— Lo siento —Susurró antes de volver a beber del cuello del mayor, volver a ese vicioso néctar metálico
—Buen provecho —Susurró para sí Kaname mientras cerraba los ojos y en sus labios aparecía una coqueta sonrisa, quizás, solo quizás este cambio sería bueno
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—Solo un poco más —Murmuraron entre risas a coro los dos demonios mientras se miraba de frente con unas traviesas y se aferraban al cuello del otro— Ca-za-dor