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Juegos convenientes por moskafleur

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Notas del capitulo:

Bueno, ¡aquí os dejo el segundo capítulo!

 

 

- Esto... - Sanji intentaba volver a la realidad tras haberse abstraído durante unos segundos – Tiro – y así lo hizo – ¡Robin-chwaaaaannnn! 

 

- Atrevimiento – respondió ella con una pícara sonrisa. 

 

- Robin-chwan... - Sanji se encendió un nuevo cigarrillo - …nunca pensé que llegaría el día en el que pudiera hacer lo que quisiera contigo... - terminó diciendo de forma pensativa y pervertida. 

 

- Eh, sin pasarte – respondió Franky protector. 

 

- Entendido, entendido... - puso cara pensativa y miró a Brook – amigo mío, acepto sugerencias. 

 

- Sanji-san es una hermosa persona. No me gusta repetirme pero... ¡pídele que enseñe las bragas! - Brook brincaba en su puf. 

 

Franky se había alterado, pero Robin le cogió la mano – No te preocupes, Franky – le sonrió cálidamente, y éste se derritió.

 

La morena se quitó la chaquetita que llevaba – Prenda. 

 

- Debimos haberlo esperado... - contestaron los pervertidos a la vez. 

 

Robin tiró – Nami. 

 

- Atrevimiento 

 

Antes de que Robin pudiera decir una palabra, Brook dio un salto en el puf - ¡BRAGAS! 

 

- Ya ni siquiera dice la frase completa – comentó Zoro divertido. 

 

- No – respondió la arqueóloga – Tienes que... llevarte a Luffy en brazos hasta su cama. 

 

- ¿¡Qué mierda de atrevimiento es ése!? - respondió Zoro. 

 

- Bueno, no es un atrevimiento, pero es una prueba. Si se despierta, tendrá que dar prenda, si lo consigue no. Quiero que Luffy esté en su cuarto porque al final le vamos a despertar con tantas risas. 

 

- Si... pero... es que es bastante malo. Es un regalo, básicamente. No es justo – contestó el peliverde. 

 

- Somos chicas, nos ayudamos entre nosotras – hizo una pausa – fastídiate. 

 

Zoro murmuró algo y puso mala cara – Las chicas se ayudan entre ellas, los chicos nos jodemos entre nosotros... Bueno, ellos a mí, porque soy el único casi desnudo de la sala – miró mal a Brook. 

 

- Zoro-san, no es nada personal... es que me divierte. 

 

- ¡Esa razón es aún peor! - Zoro hizo un amago de levantarse e ir a golpearle. 

 

Brook se cubrió la cabeza aterrorizado con los brazos y encogió las piernas, convirtiéndose en un ovillo. Posición de defensa: armadillo - ¡Yohohohohoho! 

 

Sanji y Franky reían con aquello.

 

Nami se levantó, aceptando dicho reto, cogió a Luffy en brazos con cuidado y se dirigió a su cuarto. Pesaba muy poco, era algo más bajito que Nami, y de complexión delgada y fibrosa. Ni un gramo de grasa, sorprendente teniendo en cuenta la cantidad de alimentos que ingería diariamente. Lo depositó con bastante facilidad en su cama, le arropó, y salió cerrando la puerta. Después, volvió al salón. 

 

- Misión cumplida – respondió sentándose en su butaca. 

 

- Arpía suertuda y tramposa... - murmuró el peliverde, a lo que Sanji le puso mala cara. 

 

Nami tiró – Sanji-kun, elige. 

 

- ¡¡¡Beeeeesoooo, Nami-swaaaannn!!! - canturreó poniéndole morritos a la pelirroja. 

 

Con expresión seria e imperturbable, volvió a tirar - ¿¡Quéeeeee!? ¡Mierda! - le había tocado a ella. 

 

Sanji no paraba de revolverse en el sitio, sangrando por la nariz y sonrojándose. Canturreaba y murmuraba cosas en alguna lengua muerta. 

 

*Cocinero pervetido... * pensó Zoro. 

 

- Supongo que no tengo más remedio... No voy a quitarme la camiseta, ni la falda... - Nami respiró hondo y se acercó a él – Sanji-kun, un pico, de una décima de segundo, ¿entendido? ¡Si intentas algo, te juro que desearás no haber nacido! 

 

- ¡Es imposible que deseara eso, fueran cuales fueran las circunstancias...! -Sanji intentaba erguirse un poco, mareado por la pérdida de sangre. Su sueño iba a hacerse realidad. *¡¡¡¡Voy a besar a Nami-swan!!!! ¡Creo que hoy es el día más feliz de mi vida!* 

 

*¡Espera, ¿qué?! ¡Estaba seguro que de Nami no aceptaría, incluso pensé que preferiría quedarse en cueros!* la expresión de Zoro se tornó preocupada inconscientemente.

 

Nami y Sanji se acercaban poco a poco, parecía que tiempo se hubiera ralentizado. El peliverde notaba sus propios latidos desenfrenados hasta en las sienes, tenía un nudo en la garganta. *No... ¡No la beses! Joder... Pero, ¿por qué... ? No quiero que la bese... * - ¡NO!- gritó Zoro sin darse cuenta de que lo había hecho. Ambos se separaron, y todos se le quedaron mirando - ¿Qué? - él pensaba que lo había pensado, no que lo había dicho en alto. 

 

- ¿Por qué no? - dijo Franky con curiosidad. 

 

- ¡Eso, marimo, ¿por qué no?! ¡No me lo estropees, joder! - Sanji despertaba de aquel sueño de cuento de hadas. 

 

- Porque... - Zoro empezaba a darse cuenta de la situación. *¡Mierda!¡¿Y ahora qué digo?!*. Buscó a Robin con la mirada, y por su expresión pudo deducir que sabía por donde iban los tiros. *Joder, Robin, ¡ayúdame!*. Le vino la inspiración – ¡porque no es justo para Brook! - todos le miraron extrañados – Sí... emm... Brook y Nami tenían que haberse besado... ¡y Nami eligió prenda, y Brook se quedó sin beso! Y ahora Nami no se ha quitado prenda. 

 

- Puede no quitarse prenda y besar a quien quiera, el juego no prohíbe eso – dijo Sanji sacándole la lengua a Zoro – Además, entiendo que quiera besarme. ¡Mírame! 

 

- Sólo veo al mismo imbécil de siempre, no veo nada especial en particular – respondió Zoro negándose a mirarle a la cara. 

 

- Zoro, si no me he quitado prenda, es porque no puedo quitarme ninguna más, creeme – respondió Nami con cara de circunstancias. 

 

- Podías haberte quitado el reloj, es un accesorio, eso vale – comentó la morena. *Gracias, Robin* pensó el peliverde. 

 

- ¿¡En serio!? ¡Prenda! - respondió la pelirroja más feliz que un regaliz. 

 

- Os odio. Que lo sepáis. Yo sólo lo comento – dijo Sanji muy serio – a ti sobre todo – miró a Zoro – tu eres el que lo ha fastidiado. 

 

Zoro le sonrió con demasiada felicidad. 

 

- ¡Maldito marimo! ¡Encima no estés orgulloso! - le asestó una patada, pero ésta vez, Zoro la paró con el antebrazo. 

 

Sanji tiró – Uh, ¿yo mismo? Supongo que vale de todos modos, elijo beso – se giró a mirar a Nami – algún día te quedarás sin ropa de la que deshacerte, y tendrás que besarme en ropa interior, piénsalo, preciosa – comentó guiñándole un ojo. A Nami se le puso la piel de gallina y le dio la mano a Robin pidiendo auxilio – volvió a tirar – No me jodas, maldito marimo, ¿otra vez? 

 

- Quítate prenda, yo no puedo, ero-cook... 

 

- No - *¿No?* 

 

- ¡¿No?! - respondieron todos al unísono sorprendidos. 

 

- No – dio una larga calada a su cigarrillo - te voy a demostrar que no soy un hipócrita – se retiró el cigarro de los labios, se acercó a él rápidamente evitando que le esquivara, y depositó un suave beso sobre los del peliverde – hecho. Sigamos. 

 

- Nami-san, ¿estás sangrado por la nariz? - preguntó Brook divertido – se te está pegando de Sanji-san. 

 

Nami se limpió con una servilleta – estoy bien – todos rieron, incluso Sanji, aunque algo distraído. Todos rieron, menos Zoro, que se había quedado en estado de shock. 

 

*¿Qué...? Oh, joder... No puede ser... * Zoro estaba en otro planeta. El planeta de las cejas rizadas. *Me... ¡¿Me gusta Sanji?!* Franky le tiró una lata de coca-cola vacía a la cabeza para traerlo de vuelta a la realidad. 

 

- Zoro, ¿te has enamorado de repente o qué? Hahahaha – dijo el peliazul. 

 

Zoro se sonrojó, y volvió a disimularlo con una contestación a gritos - ¡¿Qué mierda dices?! Sólo me he quedado traspuesto... me pasa cuando bebo. 

 

- No, cuando bebes, te duermes, aunque viene a ser lo mismo – dijo el rubio con sorna, ocultando su propio sonrojo bajo su amplio flequillo rubio. 

 

- Ero-cook... no me cabrees... - Zoro cogió la botella y tiró – Brook. 

 

- Beso 

 

- Pervertido – volvió a tirar – ¡Sanji! – Zoro estalló a carcajadas. 

 

- Sanji-san... te aplico el mismo trato que a Zoro... porque quiero ver dónde acaba todo ésto... 

 

Sanji notó como un escalofrío recorría su espalda - ¡Brook!¡Ni te levantes!¡Prenda! - se quitó los zapatos y los tiró hacia atrás. 

 

- Me rechazáis todos, tendré que llamar a mis chicas para que me consuelen... Yohohohoho 

 

- ¿Tus chicas, quiénes? - preguntó la morena. 

 

- ¡Shakky-san y Cindry-chan, por supuesto! - respondió Brook enérgicamente, recolocándose en el puf. 

 

- ¡Oh, qué sorpresa! - Robin rió amablemente. 

 

Brook tiró – ¡Franky, elige! 

 

- Beso – intentaba por todos los medios que le tocara con Robin de una vez. 

 

Brook volvió a tirar – ¡Sanji-san! ¡Yohohohoho! 

 

- Sanji, no puedo quitarme nada más... sólo me queda el tanga... 

 

- ¡Quién te manda venir descalzo y con esas pintas! 

 

- ¡Joder, vivo en la playa y apenas salgo de allí, no necesito más!¡Además, he venido en taxi! 

 

- Es igual, ya me quito yo algo – Sanji se despojó de su camisa y la tiró junto a sus zapatos. 

 

Franky tiró – Zoro, ¿qué eliges? 

 

- Atrevimiento - *Será mejor que arriesgarme a otro beso... * 

 

- ¿Qué le pongo chicos?, no se me ocurre nada ¿Sugerencias? 

 

Robin le susurró, algo que sólo el oyó, al oído y después soltó una leve y sensual risita. Acababan de comprar a Franky como si fuera un mueble. 

 

- A petición de la hermosa Nico Robin... Zoro, tienes que oler el cuello de Sanji durante 10 segundos. Coloca la cara pegada a su cuello y aguanta – Franky estaba compinchado con la malévola arqueóloga. 

 

- Seguro que las matanzas en fiestas de las películas de terror empezaron así... - la expresión del peliverde era terrorífica. 

 

- Sino, da prenda, Zoro-kun – comentó Robin divertida – o tú, Sanji-san. 

 

*¿¡Me está probando!? Zoro no puede quitarse más prendas, y yo sólo tengo una más... los pantalones... Pero sí me la quito ahora... no podré quitármela más adelante me arriesgo a acabar dándome un beso con Franky o Brook* El rubio puso mala cara ante tal pensamiento *De Zoro, sin embargo... Joder, es que ésto es muy raro* Se frotó la cabellera rubia y opuso resistencia a sonrojarse. En su cabeza se estaba librando un dilema emocional - ¡Prenda! 

 

La expresión de la pareja del sofá, reflejaba total satisfacción, le habían llevado por donde habían querido. *Malditos sean... * pensaba el cocinero.

 

Zoro respiró aliviado.

 

Sanji se despojó de su pantalón, quedando en ropa interior, al igual que el peliverde.

 

El rubio tiró – ¡Nami-swan... ! 

 

- Atrevimiento, definitivamente, no pienso volver a elegir beso – contestó completamente seria – es demasiado traumático. 

 

- Bien, hazme un baile sexy. 

 

- ¿¡Quéeeee!? - respondieron todos al unísono. 

 

- ¡Eso no vale! ¡Di otra cosa!- Nami estaba aterrada. 

 

- Sí que vale – rió el rubio con picardía – lo que no vale, son besos, pero de bailes sensuales no hemos dicho nada... 

 

- Te odio, Sanji... - Nami se puso en pie. 

 

*¡¿Va a hacerlo?!* pensaron el cocinero y el peliverde.

 

*Aún puede ser el mejor día de mi vida, después de todo... * Sanji rió para sí y se echó ligeramente hacia atrás, apoyándose en el suelo con los codos, para así tener una visión mejor de la pelirroja.

 

Zoro se levantó en cuánto ésta empezó a menear las caderas, y se fue al baño. No quería estar presente, porque sentía que iba a ponerse celoso o algo por el estilo. ¡Cómo odiaba a Nami!

 

Nadie se interpuso en su camino. El rubio estaba demasiado embelesado viendo los movimientos de la pelirroja intentando contener una hemorragia nasal. 

 

*Ese estúpido cocinero* caminaba por el pasillo hacia la mencionada habitación *¿De verdad... me gusta? Esto es raro... * Llegó al baño, cerró la puerta tras de sí, y se colocó frente al espejo, sobre el lavabo. *Pero cuando me ha tocado... mirándome así... * se echó agua fría a la cara para intentar aclararle las ideas. *Y luego, me ha besado... ¡joder se me erizó todo el pelo del cuerpo!* Se sentó sobre la tapa del váter, y se echó hacia delante, con la cabeza entre las rodillas, intentando pensar con claridad, con las manos en la cabeza.

 

 

 

El rubio, ignoraba que el peliverde había salido de escena. Recorría con la mirada la figura de Nami. Comenzó a escrutarla de arriba a abajo, cuando llegó a sus tobillos, giró un poco la cabeza inconscientemente, y se dio cuenta de que llevaba un buen rato acariciando la camisa de Zoro. Es más, no había movido la mano de aquella prenda casi desde que se sentó. Entonces, se dio cuenta de que el dueño no estaba. *¿Y... Zoro?* Ya no prestaba atención a la pelirroja imponente.

 

Miró a Robin, y ésta le hizo un gesto con la cabeza, indicando dónde estaba el desaparecido. 

 

- Es suficiente, Nami-san – Sanji se levantó, y fue hacia el oscuro pasillo. Sabía en qué habitación estaba, porque era la única en la que podía verse una luz bajo la puerta. 

 

 

 

~ Toc, Toc, Toc~

 

 

 

- ¿Quién es? - respondió Zoro en voz baja, sin siquiera moverse. 

 

- Caperucita, abuelita, te traigo pasteles – respondió Sanji desde fuera, que estaba apoyado en la puerta con el brazo. 

 

- Lárgate 

 

- ¿Por qué tienes que ser tan borde? Ábreme. A no ser que estés cagando, en ese caso, me iré. 

 

- No estoy cagando – respondió Zoro cada vez más enfadado – pero no voy a abrirte. 

 

- Bueno, pues abro yo – Sanji entró de repente – te recuerdo que ninguna habitación de ésta casa tiene pestillos... por eso de que Ace se cae dormido en cualquier sitio... supongo que Garp no quiere que se ahogue en la ducha en uno de sus ataques de sueño repentinos – cerró la puerta tras de sí. 

 

- Lo había olvidado... - Zoro seguía sin moverse. 

 

- Oi... - el rubio se agachó frente a él, quedando en cuclillas - ¿Te encuentras mal?¿Te ha sentado mal el alcohol? 

 

- Sí... debe ser eso... 

 

- Si quieres te llevo a casa, vivimos cerca, marimo. 

 

- ¿Y tu pelirroja? - contestó el peliverde en tono de burla levantando la cabeza para mirar a Sanji. 

 

- Sinceramente... me atrae menos de lo que pensaba... y éso es muy raro... ¿Crees que debería preocuparme? - Sanji miraba hacia otro lado. 

 

- Sí, deberías ir a un hospital – rió Zoro. Esas palabras, por pocas y simples que fueran, tenían algo de esperanza – volvamos a la sala, creo que esa arpía no se ha cebado bastante conmigo – ambos salieron del baño. 

 

- Ya, ya... lo que pasa es que quieres que te bese otra vez - *¿¡¿¡¿¡¿POR QUÉ HE DICHO ESO?!?!?!? ¡Seré gilipollas!* Sanji estaba paralizado. 

 

Zoro, que iba un par de pasos delante de él, se giró y le miró algo sorprendido, porque tampoco sabía que contestar – Cara diana – fue lo único que consiguió articular. 

 

Sanji salió corriendo hacia el salón, escapando de aquella situación incómoda. 

 

- ¡Ya estamos aquí! - gritó el rubio sentándose de golpe en su sitio, y volviendo a colocar la mano inconscientemente sobre la camiseta de Zoro. 

 

- ¿Qué hacíais? - preguntó Brook con curiosidad. 

 

- Yo quería mear, y éste cabeza de alga cagaba... ¡a lo mejor cagas plancton, ¿eh, marimo?! - Sanji era un experto picando al peliverde. 

 

- Cállate imbécil. 

 

- Bueno, sigamos con el juego – Nami tiró – Roronoa Zoro... volvemos a encontrarnos... hehehe – la pelirroja estaba en la cúspide de la maldad en esos momentos, pensando en las mil y una cosas retorcidas que podría imponer a Zoro como atrevimiento. 

 

- Beso – respondió secamente. 

 

- ¿¡¿¡¿¡¿Quéeeeee?!?!?!? - gritaron todos a la vez. 

 

- Vale, he de reconocer que no me esperaba este giro de acontecimientos – respondió la pelirroja. 

 

- Zoro-san, sé que lo haces por mi, sé que soy irresistible... - comentaba Brook mientras se retorcía en el puf sensualmente, buscando una postura enrevesada pero cómoda. 

 

Robin y Franky sonrieron de forma maquiavélica. Y Nami tiró de nuevo – Sanji-kun – todos rieron. Todos esperaban que saliera él. Si existía un dios, desde luego Zoro no le caía nada bien.

 

¿O sí? 

 

Zoro y Sanji se miraron, dejando entre ver, sólo para ellos, la tensión que se había generado en el pasillo unos minutos antes. 

 

- Venga, marimo, hazlo rápido, como las inyecciones... - Sanji estaba serio, pero parecía nervioso. 

 

*Antes actuaba tan... normal... me ha dado un pico como si nada, pero ahora, mírale... se va a poner a temblar de un momento a otro... * pensaba el peliverde. 

 

- Ya os habéis dado un pico, así que... - Nami empezaba a sangrar por la nariz lentamente. Su expresión era una mezcla entre perversión, maldad y algo indescriptible. 

 

- ¡Con lengua! - gritó Robin demostrando demasiada vitalidad para lo que ella había mostrado desde que todos se conocían. Habían despertado a la bestia. 

 

- ¿Robin...? - dijeron Franky y Brook con total cara de confusión. 

 

- O-Oi.. con lengua no – Sanji estaba rojísimo, tanto que parecía un coral. 

 

- ¡Sanji-san tiene vergüenza! - canturreó Brook. 

 

- ¡No es eso! - gritó Sanji a la defensiva. 

 

- ¡Sanji-san se ha puesto rojo! - Brook continuaba canturreando con el fin de incordiar al rubio. 

 

- Venga, Sanji-kun... es un juego inocente... - respondió la pelirroja relamiéndose como una serpiente antes de cazar un ratoncillo. 

 

El cocinero no sabía donde meterse. La voz de Zoro le sentó como un balde de agua fría - Ero-cook – y le sacó de aquella pesadilla, para introducirle en otra – si lo prefieres, quédate en bolas... 

 

- ¡No! - *¡Joder, mierda!* - Venga, ¡bésame! 

 

- ¡Parece un culebrón! - gritó Brook, y Franky rió a carcajadas, cosa que hizo reír a las dos chicas. 

 

- Bien – respondió el peliverde. Todos reían y hablaban, pero Sanji era incapaz de oír nada salvo sus propios latidos y su agitada respiración. Zoro se acercaba a él a una velocidad tan lenta que Sanji estaba a punto de estallar.

 

De repente, sus labios se juntaron. El rubio sintió como el corazón se le iba a salir del pecho; y por su parte, Zoro, creía que iba a sufrir un infarto. No sabía de dónde estaba sacando el valor.

 

Sanji abrió ligeramente los labios para dejar paso a la lengua de Zoro, que no tardó en entrar.

 

Se fundieron en un beso. Ambas lenguas recorrían por completo la cavidad del otro. Lamían y mordían sus labios sin control alguno.

 

En algún momento del beso, Sanji, inconscientemente, había agarrado a Zoro por la nuca, y éste, al rubio por la cintura, acercándole a él. Aquel beso se tornaba más y más intenso por momentos. 

 

El barullo había cesado, pero ellos no se habían percatado. Todos estaban mirándoles pasmados y boquiabiertos. Nadie se esperara que fuera a durar tanto, y que fuera a ser... así. 

 

- Franky... grábalo con el móvil, creo que Usopp querrá ver ésto mañana... - comentó Brook en un susurro.

 

 

Notas finales:

Aún quedan uno o dos capítulos más. Reviews por fi :)


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